TÍTULO : REVISTA MUJER HOY, EN PORTADA, DE CERCA, MARTA ETURA ACTRIZ,.
¿ Por qué las historias las cuentan siempre los hombres,?
MARTA ETURA ACTRIZ,.foto
Tiene aspecto frágil, pero es una luchadora. A punto
de estrenar comedia, reclaman un cine con más protagonismo para las
mujeres.
La
ves en las fotos y en el cine y la adivinas menuda, pero tienes que estar a su lado para darte cuenta de hasta qué punto lo es. Pero a
Marta Etura (San Sebastián, 1978) no le hace falta tener unas formas rotundas:
le basta con su luminosidad para llenar la pantalla.
Se retrasa unos minutos y eso me sirve para verla venir, caminando por las calles del Rastro de Madrid, y
constatar que nadie se gira ante su paso, que no llama la atención. Podría ser la vecina, la compañera de academia.
Solo un observador atento identificaría a una de las actrices más interesantes de los últimos años, ganadora de un Goya –y nominada en tres ocasiones más–, musa de directores noveles y los consagrados y,
para poner la nota romántica, pareja de Luis Tosar.
Ahora Marta está haciendo el que para un actor, probablemente, sea el trabajo más ingrato:
la promoción. En unos días s
e estrena 'Sexo fácil, películas tristes', dirigida por el argentino Alejo Flah, una comedia romántica que
ella define como "muy sencilla, muy honesta, muy bonita. Es una
historia que mezcla realidad y ficción, y que habla de la necesidad de
todo ser humano de tener fantasías, soñar e imaginar", comenta.
Mujerhoy. Estamos acostumbrados a verla en el drama, y aquí nos encontramos con una comedia romántica pura...
Marta Etura. De todos los géneros, es el que menos
me ha atraído siempre, porque es muy previsible. Me gustaba la comedia
de los 90, tipo 'Cuando Harry encontró a Sally', o las de Woody Allen,
pero las más recientes no me interesan.
MH. El guión se ríe, precisamente, de que en estas películas se sabe cómo va a seguir la historia...
ME. Alejo ha hecho un pequeño homenaje, cariñoso, a este género y lo he disfrutado mucho.
MH. Una vez más, participa en la ópera prima de un director. ¿Es algo consciente o casual?
ME. Ha surgido así, porque a mí me encanta la gente valiente y me ilusiona apoyar el proyecto de alguien que comienza.
MH. Pero, si no tiene referencias, ¿cómo intuye su valentía?
ME. Por el guión. Y, afinando más, por la primera
impresión. Esa lectura inicial es como cuando vas al cine a ver una
película: eres inocente, recibes la historia sin ninguna contaminación.
Y, si en esa primera lectura veo que hay algo interesante y un rasgo de
valentía, me lanzo. Como en la cinta Eva, en la que Kike Maíllo se
atrevía a hacer ciencia ficción en un país en donde ese género apenas se
ha tocado.
MH. Aquí encarna la dulzura, la inocencia... ¿Para cuándo una película en la que haga de villana?
ME. No he tenido la suerte de que me ofrezcan algo
así. A mí me ven en un tipo de papeles que saben que hago bien, y poca
gente me ha propuesto otras cosas que podría hacer igual de bien, porque
ser actriz consiste en eso, en encarnar un personaje.
MH. En cambio, a su pareja, Luis Tosar, le ocurre todo lo contrario...
ME. Sí, a él siempre le dan papeles de malo, dramas
terribles, personajes oscuros. Y es porque su físico es muy potente, da
ese juego, pero él tiene muchos otros registros. De hecho, en
Inconscientes, que es una comedia, está maravilloso. Cuando un actor es
bueno, puede hacer cualquier cosa. Pero en este país bueno, no sé si es
un problema de este país o de la industria del cine se tiende a
etiquetar a los actores.
MH. ¿Y a usted? ¿Le gustaría cambiar de registro alguna vez?
ME. Me encantaría. Hay pocas cosas tan apetecibles
para un actor como un personaje complejo. Cuanto más complicado, más
rica resulta la interpretación. Lo que más desea un actor no son los
premios o los reconocimientos, sino tener buenos personajes. Y, para
eso, necesitas un guionista que los cree y un director y un productor
que confíen en ti y tengan el valor de darte algo muy diferente.
MH. Una de sus batallas como actriz comprometida es la de luchar por que se creen buenos personajes para mujeres...
ME. Así es. Aunque, a veces, tengo la sensación de
que es una batalla perdida. Soy una persona optimista, constante y
paciente. Es difícil manejar los tiempos y tal vez esté esperando los
resultados antes de que lleguen. Pero es impresionante que haya tan
pocos personajes femeninos.
MH. Podría parecer que está reclamando papeles para usted...
ME. En absoluto. No quiero que se me entienda mal.
La cinematografía refleja nuestra cultura y nuestra historia, y es muy
injusto que todo se cuente a través de los ojos de los hombres. ¿Por qué
tienen que ser siempre los hombres los que cuenten las historias?
Parece que la mujer es solo la comparsa.
MH. ¿Y qué propone a cambio?
ME. Mi idea es un prisma integrador. Hay que darse
cuenta de que lo importante son las historias. Si son buenas, serán
igual de interesantes contadas a través de un hombre, una mujer o un
niño. Pero muchos productores creen que si están protagonizadas por
mujeres no funcionan.
MH. ¿Le preocupa que en esta cuestión se la malinterprete?
ME. Cuando hablo de estos temas, me da miedo que se
me tilde de feminista. No voy por ahí. No soy nada feminista, yo apuesto
por la igualdad. Es el momento de la igualdad. Lo que a mí me gustaría,
de verdad, es que hubiera un cambio y que se comprendiera que los
diferentes puntos de vista enriquecen.
MH. ¿Y por qué no escribe un guión?
ME. Me encantaría, pero no tengo ese talento. Igual
también es miedo, pues lo cierto es que
nunca me he puesto a ello. Pero también creo que, si uno no tiene esa
necesidad imperiosa de contar algo, es mejor que no lo cuente. Y yo aún
no he sentido ese impulso.
MH. Pero sí se ha animado a dirigir teatro...
ME. Y me ha gustado mucho. Es lo que te decía:
nosotros nos dedicamos a contar historias. Y lo puedes hacer a través de
un libro, de una obra de teatro, bailando con tu cuerpo, cantando... Me
encanta mi trabajo por eso. Me gustaría volver a dirigir teatro y,
algún día, una película. Pero más adelante.
MH. ¿Con una mayor madurez?
ME. Y experiencia, y bagaje... No es un capricho. El día que tenga claro qué contar y cómo, me pondré a ello.
MH. Acaba de grabar una serie, 'El incidente', pero creo que no le gustaba mucho la tele...
ME. Lo relevante es que una historia sea buena, el
formato no importa. Dicho esto, es cierto que, hasta hace algún tiempo,
nuestra televisión tenía unos criterios que no tenían mucho que ver con
el mío: lo único que parecía importar era hacer cuantos más capítulos,
mejor. No se cuidaba el guión, la luz, los personajes, los tiempos... El
foco estaba puesto en hacer, muy rápido, muchos episodios.
MH. ¿Y cuál es su criterio?
ME. El mío es: contemos una historia y cuidémosla.
En todos los aspectos, sean técnicos o artísticos. Pero aquí la
mentalidad ha sido la de hacer una serie para todos los gustos, en la
que haya un niño, un adolescente, un anciano, un adulto y, así, se
atrapa a todos los públicos. El guionista se pone a escribir con esa
mentalidad y sin saber si se va a acabar en el capítulo ocho o en el
300. Todo abierto, sin una historia concreta. Hay que romper con esa
mentalidad.
MH. Insinuaba antes que las cosas están cambiando...
ME. Sí, lo están haciendo, y ahora la tele hace
cosas interesantes. Soy una persona positiva y quiero creer que estamos
en un proceso de cambio...
MH. Pero...
ME. Queda mucho camino. En 'El incidente', he
trabajado junto a un equipo técnico excelente, pero la sensación que me
queda es la de que hay demasiadas personas opinando. En el cine hay un
director, y el productor deposita su confianza en él. En la tele hay
mucha gente llena de talento, tanto en lo técnico como en lo artístico,
pero se cae en el error de no dejar que el director trabaje. Se
convierte en un monstruo de mil cabezas.
MH. ¿Y en qué proyectos se anda moviendo ahora?
ME. Terminé la serie a finales del año pasado y
ahora estoy metida en proyectos de los que aún no puedo hablar. Por
ahora no tengo más estrenos pendientes, porque últimamente he estado más
volcada en el teatro y en la danza.
MH. Usted siempre quiso ser actriz. ¿Cómo se llega a esa certeza?
ME. Se siente, desde pequeña tuve ese deseo. No hubo
un momento en el que lo decidí, ni siquiera recuerdo cuándo empecé a
decirlo en casa. He visto desde niña muy buenas películas, me encantaba
ver los 'making off' y a los equipos rodeados de focos y cámaras. Tenía
claro que quería formar parte de ese mundo. "Yo quiero hacer eso", les
decía. Ahí estaba mi anhelo.
MH. ¿Fue difícil para sus padres aceptar su vocación?
ME. Sí. Se trata de una profesión compleja y, muchas
veces, sujeta a baremos que uno no puede manejar. Como todos los
padres, los míos querían lo mejor para mí y entiendo que este mundo
pueda dar miedo. Pero, al ver que se trataba de un deseo muy fuerte, lo
aceptaron y me apoyaron.
MH. Y si algún día sus hijos quisieran seguir sus pasos...
ME. Espero ser como mis padres y darles la libertad
que ellos me dieron. Por otra parte, el miedo es de quien no conoce la
profesión. Otra cuestión es que esté sujeta a vaivenes y a precariedad,
pero, tal y como están hoy las cosas, esa incertidumbre la encuentras en
cualquier otra profesión.
MH. Hoy no hay un trabajo seguro...
ME. Así es. Por eso, al final se trata de ser feliz y
de hacer lo que te gusta. Ya que vas a dedicar mucho tiempo de tu vida a
trabajar, más vale que lo hagas en aquello que te entusiasma. Y eso es
lo que respetaron mis padres. Recuerdo que mi padre me decía: "Marta,
que eso solo le sale bien a un uno por ciento...." Y yo le decía que
quizás ese porcentaje era yo. Todos los que están arriba, en cualquier
profesión, un día tuvieron que intentarlo.
De premio en premio
Su trabajo, casi desde el comienzo, ha sido reconocido.
"Estoy contenta con mi carrera, he hecho películas muy interesantes". Debutó en 2001 y un año después fue nominada al Goya como mejor actriz revelación por
'La vida de nadie'.
En 2005 fue candidata a mejor actriz secundaria por
'Para que no me olvides' y en 2006, a mejor actriz principal por '
Azuloscurocasinegro'. Solo faltaba oír su nombre como ganadora, y ese momento mágico s
e produjo en 2010, con 'Celda 211' (en la que, por cierto, su pareja, Luis Tosar, también obtuvo el galardón a mejor actor principal).
"Jamás pensé que me llevaría el Goya con esta película, porque era un personaje pequeñito. Me gustaría creer que fue una manera de premiar mi trayectoria". Pero Marta no mira hacia atrás: "
Los premios dan mucha alegría y mucho subidón, y el que diga que no, miente.
Pero ya está. Yo quiero buenos personajes, pero dependo de lo que me ofrecen. Afortunadamente,
he tenido la suerte de poder elegir".
TÍTULO: PROTAGONISTA, MONICA LEWINSKY,.
Puedes ser la persona más humillada del mundo y sobrevivir,.
Monica Lewinsky - foto
Monica Samille Lewinsky (San Francisco, California, 23 de julio de 1973) es una mujer estadounidense con la que el entonces presidente de los Estados Unidos Bill Clinton
admitió haber tenido una "relación inapropiada" mientras Lewinsky
trabajaba como becaria no remunerada (nivel de entrada del personal
empleado) en la Casa Blanca en 1995 y 1996, a la edad de 22 años. Su repercusión en el impeachment (juicio político) de Bill Clinton hizo que el caso llegara a ser conocido como el "escándalo Lewinsky" o "Monicagate".
El escándalo saturó la cobertura de los medios de comunicación de los
más faranduleros asuntos de la política pública y fue utilizado para
enlodar la política Clinton, planteando serias dudas entre el carácter
de lo público y lo privado.
Biografía
Lewinsky nació en San Francisco, se crió en el sur de California, en el lado oeste de Los Ángeles y en Beverly Hills. Se graduó en psicología en la Universidad de Lewis and Clark College en 1995 y posteriormente ingresó como becaria en la Casa Blanca en Washington DC.
Su padre es Bernardo Lewinsky nacido en El Salvador, un oncólogo, hijo
de judíos alemanes que emigraron a El Salvador para escapar del nazismo.
Su madre, Marcia Kaye Vilensky, la hija de un judío y una lituana
ruso-rumana; es una autora que utiliza el nombre de Marcia Lewis. La
separación de los padres de Mónica tuvo un efecto significativo sobre
ella.
Escándalo sexual
Durante su tiempo en la Casa Blanca, mantuvo relaciones con el presidente Bill Clinton.
Aunque en un principio ambos negaron dicha relación, las noticias sobre
la misma, la investigación resultante y la acusación del presidente,
fueron conocidas como «El escándalo Lewinsky».
Lewinsky confió en la secretaria Linda Tripp,
quien, secretamente, empezó a grabar sus conversaciones telefónicas con
Lewinsky sobre la relación con Clinton. Después, Tripp daría las
grabaciones a Kenneth Starr, el acusador independiente.
Después, Lewinsky admitió que su relación con Clinton consistió simplemente en practicarle sexo oral en el despacho Oval de la Casa Blanca.
El informe resultante de la investigación de Starr fue conocido como el Informe Starr, que finalmente culminó con una acusación penal en contra del presidente por un delito de perjurio.
Después del escándalo
El asunto y sus detalles sórdidos, le otorgaron a Lewinsky un período
de posición de celebridad cultural, como símbolo sexual y como un nexo
de la generación más joven con la tempestad política que al mismo tiempo
resultaba cómica y seria. Por su propia cuenta, Lewinsky sobrevivió a
la atención intensa de la prensa.
El 4 de marzo de 1999, salió a la venta en Estados Unidos el libro "Monica's Story", una biografía autorizada que detalla su aventura con Bill Clinton.
Hoy en día, es encargada de su propio negocio y vende su propia marca
de bolsos. Fue la anfitriona de una serie de televisión tipo "reality" llamada Sr. Personalidad (Mr. Personality). Lewinsky vive actualmente en la ciudad de Nueva York.
Hasta se han llegado a escribir canciones que hacen referencia a este hecho, una de ellas, en idioma español, es el caso de Nacho Cano, ex integrante del grupo Mecano, el cual escribió y produjo el tema que lleva por título "La historia de Bill Clinton contada para niños", canción que viene incluida en su álbum "Amor humor" publicado en 1999.