A sus 84 años, Woody Allen
ha escrito, más que un ‘Yo acuso’, un ‘Yo me defiendo’, unas memorias
marcadas por la acusación de su hija adoptiva Dylan y de su exesposa, Mia Farrow, de haber abusado de la entonces niña de siete años en la casa en Connecticut de la actriz. Un tercio de las páginas de Apropos of Nothing (A próposito de nada), editado este lunes por sorpresa por Estados Unidos por Arcade Publishin y que se puede adquirir online
en todo el mundo, está dedicado a desmontar esa acusación –de la que le
han declarado inocente dos investigaciones independientes judiciales en
Yale y Nueva York-, a explicar lo “naíf” que fue en su relación de 13
años con Farrow (marcada por un montón de detalles extraños que él mismo
califica de “banderas rojas” a las que no hizo caso) y su amor por
Soon-Yi Previn, su esposa desde 1997, hija adoptiva de Farrow, y a quien
dedica esta autobiografía que en España editará el 21 de mayo por
Alianza Editorial.
A
lo largo de sus 400 páginas, en las que el neoyorquino confirma su
talento como narrador, se suceden anécdotas –le encantan sobre todo las
historias que le desmitifican- y recuerdos de sus rodajes y de la gente
que ha conocido. Las frases fluyen, y el cineasta ha apostado por un
tono nostálgico para trasladar a los lectores a diferentes etapas de su
vida personal y artística. Es mucho más divertido al inicio, en la
descripción de su infancia y del mundo de Brooklyn, en el que nunca se
sintió “cómodo o entendido”. Con un abuelo paterno rico que lo perdió
todo en el crash del 29, con un padre que se ganó la vida como
pudo y una madre “idéntica a Groucho Marx”, al joven Allan Stewart
Konigsberg solo le interesaban los deportes, la magia y escaparse a la
mínima a Manhattan, el Nueva York que de verdad le fascinaba. Su prima
Rita, de 10 años, le llevaba al cine habitualmente a sus cinco años. “Vi
cada película que hizo Hollywood, cada filme de serie B”, escribe, y
confiersa que sus favoritas eran “las comedias champán”, que se
desarrollaban en lujosos áticos “con hombres de diálogos ingeniosos y
mujeres que vestían como ahora solo se iría a una boda en el palacio de
Buckingham”.
Ahí empezó a construir su propia realidad.
Allen cuenta que nunca ha ido a un funeral, y que la única vez que ha
visto un cadáver fue en el velatorio de Thelonious Monk. “En realidad,
soy como Blanche [la protagonista de su obra favorita, Un tranvía llamado deseo],
que dice: ‘Yo no quiero realidad, quiero magia’ […]. Intenté ser mago,
pero descubrí que solo podía manipular cartas y monedas, no el
universo”. Y, subrayando este amor por un mundo perfecto inexistente,
confirma: “Cuando me preguntan qué personaje de mis películas se parece a
mí, solo hay que fijarse en Cecilia, de La rosa púrpura de El Cairo”.
Allen
fue precoz en muchos sentidos. Con 11 años se largaba en metro con un
amigo a Manhattan, donde descubrió el mundo del vodevil y de los
cómicos. “Entre las diversas ideas equivocadas que la gente se ha creado
sobre mí está la de que, como llevo gafas, soy un intelectual y muy
poco atleta. Gran error. Era muy rápido, un muy buen jugador de
baloncesto que hubiera querido hacer una carrera sino fuera porque acabé
contratado como escritor de chistes”. Con 15 años ya publicaba gags en
varios periódicos, y cambió su nombre a Woody (“Me parecía ligero”)
Allen (“Por mantener algo del mío original”). Con 18 ganaba el triple
que sus padres y con 20 años, ya casado, trabajaba en Los Ángeles junto a
algunos de sus ídolos, como Mort Sahl o Sid Caesar, y codo con codo con
una nueva generación de cómicos como Mel Brooks.
A propósito de nada repasa todas sus películas y escritos. Desde su primera toma como director –“Un motín carcelario en San Quintín para Toma el dinero y corre"- a su última claqueta, con El festival de Rifkin
en San Sebastián, ciudad de la que, como con Oviedo, cuenta maravillas.
Pero Allen se detiene más a pormenorizar su relación con Mia Farrow, a
la que conoció cuando la actriz ya tenía tres hijos biológicos y cuatro
adoptados (“Según Soon-Yi, había vástagos de primera y de segunda”).
Aunque advierte al lector que espera que sus relaciones con Farrow y
Soon-Yi Previn no sean la razón para comprar el libro, él mismo desgrana
sus 13 años de emparejamiento con la actriz, sus extraños
comportamientos, y lo ocurrido el 4 de agosto de 1992, cuando ya habían
roto, en la casa de campo de la actriz: “Nunca le puse un dedo encima a
Dylan, nunca le hice nada que pudiera interpretarse erróneamente como un
abuso […]. Mientras Mia había salido de compras, después de explicarles
a todos que Dylan tenía que ser vigilada cuidadosamente, todos los
niños y las niñeras estábamos en el salón viendo la televisión, una
habitación llena de gente. No había asiento para mí, así que me senté en
el suelo y recliné mi cabeza hacia atrás en el sofá en el regazo de
Dylan por un momento. No le hice nada inapropiado”. Allen, tras
emparejarse con Farrow, había adoptado a Dylan, a quien no ha vuelto a
ver. También incide que la actriz, con la que nunca convivio bajo un
mismo techo, no le dejó reconocer en el registro a su hijo biológico
Ronan Farrow. “Nunca sabré si es mío de verdad”. Ronan es hoy su mayor
enemigo, y logró que Hachette no publicara las memorias. Allen desgrana
las investigaciones, los numerosos testimonios a su favor (incluidos los
de otro vástago de la actriz, Moses, y de Soon-Yi) y las numerosas
contradicciones de las acusaciones de su exesposa.
Sobre
su actual pareja es igual de contundente. “Cuando me enamoré de ella, de
repente me cayó el sambenito de ser obseso con las chicas jóvenes. A mí
me obsesionaban los gánsters, los jugadores de béisbol, los músicos de
jazz, y las películas de Bob Hope. Muy pocas de las mujeres con las que
he salido han sido más jóvenes que yo […]. Cuando las cosas se pusieron
feas, me preguntaron que si hubiera sabido lo que iba a pasar habría
deseado no tener contacto con Soon-Yi. Siempre he respondido que lo
volvería a hacer en un santiamén".
Allen tiene una gran
memoria, y agradece a todos los que le han apoyado y con quienes ha
trabajado felizmente. Entre los mencionados, además de musas históricas
como Diane Keaton (de la que dice que vestía “con imaginación algo
excéntrica, como si su personal shopper fuera Buñuel"),
intérpretes que le han acompañado en sus tiempos modernos como Alec
Baldwin, Hugh Jackman, Jonathan Rhys Meyers o sus adoradas Scarlett
Johansson (“Siempre me ha apoyado incondicionalmente”) y Emma Stone.
Habla maravillas del talento de Javier Bardem y Penélope Cruz, y
desprecia a esos actores “tontos” que reniegan de haber trabajado con
él, como parte del reparto de Un día de lluvia en Nueva York, que
sigue inédita en Estados Unidos (a Timothée Chalamet le saca los
colores contando su maniobra para intentar ganar el Oscar). A Allen le
duele los ataques de un diario que él siente muy cercano, The New York Times, "que
está casi siempre en el lado correcto de los asuntos que me preocupan”.
Y acaba definiendo su situación actual en su país, donde es casi un
apestado para el mundo de la cultura: “Al contrario de muchas pobres
almas que fueron destrozadas por las listas negras durante la época de
McCarthy, yo no soy tan frágil. Por de pronto, no corro peligro de pasar
hambre, y como escritor yo genero mis propios proyectos. Además, debo
confesar, dado que soy un romántico que sueña despierto, que me he
sentido protagonista de un drama sobre un inocente acusado
erróneamente”.
“Poseo una total falta de curiosidad"
En su ‘A propósito de nada’, Woody Allen insiste a los estudiantes de cine que el libro no les valdrá para mucho. Aunque a continuación cuenta: “Mi consejo a los jóvenes cineastas es que trabajen, que disfruten de ese trabajo, y si no lo hacen, que cambien de profesión”. Cuando una película no funciona, el neoyorquino suele achacárselo al guion. “Es mucho más duro escribir que dirigir”. Nunca ensaya, “porque en las comedias, cuantas más veces oyes las frases, menos divertidas son”. De sus películas ama ‘Balas sobre Broadway’ y ‘La rosa púrpura de El Cairo’, y aborrece ‘Un final made in Hollywood’. Y en su contra, alega: “Poseo una total falta de curiosidad. No deseo ver el Taj Mahal, la Gran Muralla o el Gran Cañon. No quiero visitar las pirámides ni entrar en la Ciudad Prohibida. Y desde luego no seré uno de los primeros viajero al espacio exterior”. Le dan igual los premios (cuenta que casi rechaza el Príncipe de Asturias, pero que una vez en Oviedo fue inmensamente feliz cuando comió y charló a solas con Arthur Miller), incluyendo el Oscar. Pero Woody Allen ama el cine. Conserva en un lugar prominente en su memoria sus conversaciones telefónicas con Ingmar Bergman (“Descubrí que compartíamos los mismos miedos sobre dónde poner la cámara, y eso que Bergman es el mejor cineasta de la Historia”), y una charla con Federico Fellini que casi no ocurrió por la desconfianza de Allen (“Me llamó a mi hotel en Roma desde una cabina telefónica cruzando la calle”). “Me encanta hacer cine, pero no poseo la dedicación de Spielberg o Scorsese, por no mencionar otros talentos. No tengo miedo a levantarme un día y no ser gracioso, porque eso no es una camiseta que te quitas y al día siguiente ni encuentras. O se es gracioso o no se es”. ¿Se arrepiente de algo? “De no haber hecho una gran película a pesar de haber contado con el control artístico de mis filmes”. ¿Y le importa su legado? “Más que vivir en el corazón y la mente del público, prefiero vivir en mi apartamento”.TITULO: Cuéntame cómo pasó Imanol Arias y Ana Duato juegan al 'Trivial' de 'Cuéntame' ,.
Cuéntame cómo pasó
Imanol Arias y Ana Duato juegan al 'Trivial' de 'Cuéntame'
- El 'Trivial' sobre Antonio y Merche
- ¿Cuánto recuerdan de sus personajes?
- Cuéntame cómo pasó, mañana a las 22:40h en La 1 / fotos,.
Los protagonistas de Cuéntame cómo pasó, Imanol Arias y Ana Duato, se divierten jugando al Trivial.
Casi 20 años de emisión dan para mucho. ¿Cuánto recuerdan de su pasado
por la serie? Descúbrelo en el vídeo destacado de la noticia.
Este jueves, en el prime time de La 1, los padres de los Alcántara acuden al psicólogo aconsejados por los hijos. ¿Será este el camino hacia la reconciliación? Lo descubriremos en la T21 de Cuéntame.
No te pierdas el último capítulo de la serie ¡Mira este adelanto!,.
TITULO: Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - 600 euros de multa por ir a una caldereta o de pesca,.
Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - 600 euros de multa por ir a una caldereta o de pesca ,. , fotos,.
El pasado jueves, un joven fue visto en la avenida Ricardo Carapeto de Badajoz dando capotazos a los coches.
Eran las 20.00 horas y muchos vecinos se habían reunido en los balcones
para aplaudir a los sanitarios. Varios agentes de policía se
desplazaron para identificarlo, pero ya había huido y no pudo ser
localizado. Sin embargo, los vecinos sabían de quién se trataba y pronto
fue propuesto para sanción por incumplir la ley que obliga a permanecer
en casa.
Su presencia en las calles se ha convertido en el símbolo de lo que no puede hacerse estos días. Es un ejemplo claro del tipo de incumplimiento que persiguen las fuerzas de seguridad.
La Delegación del Gobierno en Extremadura confirmó ayer que en la región ya han sido formuladas casi 3.000 denuncias. Los agentes de la Policía Nacional han impuesto 712 y las policías locales otras 977. A esas cifras se suman las 1.240 infracciones detectadas por la Guardia Civil.
En la inmensa mayoría de los casos se propone para sanción, pero ya han sido detenidas ocho personas por conductas graves.
El dato fue facilitado ayer por el Centro de Coordinación Operativa Policial, que está dirigido por la delegada del Gobierno, Yolanda García Seco, quien hizo hincapié en la importancia de que los ciudadanos acaten las medidas de confinamiento.
Como ejemplo, citó las actas que se han levantado contra 15 personas identificadas en las proximidades de un embalse de la provincia de Badajoz haciendo una caldereta. Al ser cuestionados por su actitud, respondieron que «el bicho no les iba a picar allí», una explicación que no impidió que fueran multados.
También se ha levantado acta contra una persona que estaba pescando. En su caso respondió que «el pescado es un bien de primera necesidad», una excusa que tampoco le evitará la sanción de 600 euros, la misma multa impuesta a una persona que iba a recoger arena «para tapar agujeros» o a un conductor que ocultaba a una persona en el maletero de su vehículo.
La Guardia Civil también ha identificado en numerosas localidades a personas que salen a diario a comprar el pan a pesar de que se les recomienda adquirir varias barras y congelarlas para evitar riesgos. «Siguen viéndose personas mayores sentadas a la entrada del pueblo, esa práctica está prohibida», recuerda la Guardia Civil.
«La mayor dificultad que tienen nuestros agentes es que deben valorar cada caso particular de los ciudadanos, puesto que todas las personas intentan encontrar un motivo o una justificación que ampare sus salidas, pero justamente ese es nuestro trabajo, aplicar la ley y el sentido común para que la crisis del coronavirus termine cuanto antes», concluye Concepción Nieto.
La Guardia Civil recuerda que «aunque la ciudadanía está siendo ejemplar y muy solidaria», es necesario multar a quienes ponen en riesgo la salud de todos.
De momento, las denuncias más frecuentes se formulan contra personas que iban a visitar a sus familiares o amigos, o que realizaron salidas por causas no justificadas. «El estado de alarma solo ampara el deambular, tanto a pie como en coche, en supuestos muy concretos, como comprar comida, ir a la farmacia, ir y volver al trabajo, y cuidar a personas dependientes o con discapacidad».
La Guardia Civil no está exigiendo ningún certificado de asistencia al trabajo, pero sí recomienda a los ciudadanos que aporten algún documento que explique por qué se produce el desplazamiento «para agilizar las gestiones y ahorrar tiempo».
En esa primera jornada fue inspeccionado en Badajoz un bar con clientes dentro y otro en Almendralejo. En esta última ciudad fueron levantadas varias actas contra personas que consumían bebidas alcohólicas en la calle Campo Arañuelo. La policía les indicó que debían regresar a casa, pero un poco más tarde comprobaron que habían vuelto, razón por la que fueron multadas.
En Mérida tuvo que ser disuelto un cumpleaños en la barriada del Peri, y en Don Benito la Policía Nacional fue informada el lunes 16 de que la cafetería del hospital seguía abierta.
Una de las intervenciones más sonadas se llevó a cabo en la calle Manuel Monterrey, en las proximidades de la estación de autobuses de Badajoz. Allí fueron localizados casi medio centenar de trabajadores de Correos que usaban guantes de protección pero no mascarillas, razón por la que se les indicó que debían abandonar sus puestos hasta que fuesen dotados con protección.
En estos últimos días también ha sido denunciada una persona ebria que trataba de coger un tren en la estación de Badajoz.
Una de las últimas actuaciones ha tenido como escenario la avenida Juan Sebastián Elcano de Badajoz, donde una joven comenzó a increpar a los agentes de la Policía Local cuando iban a denunciarla tanto a ella como a su pareja por incumplir el confinamiento. Ambos habían sido sorprendidos con anterioridad paseando a un perro, por lo que eran reincidentes.
Pero las actuaciones no quedan ahí, en Don Benito fue denunciado un hombre que se había tumbado al sol para consumir cerveza en la travesía del canal del Zújar. En la misma ciudad ha sido denunciado un hombre por volar un dron y en Mérida fueron detenidos dos delincuentes que, además de haber incumplido la cuarentena, estaban robando en el bar El Callejón de la plaza de España.
Un último caso que ha llamado la atención es el de un hombre que iba al pueblo de al lado a llevarle un vestido a su suegra.
El resumen se completa con dos ciudadanos rusos que fueron vistos en Mérida mientras hacían fotos junto al acueducto de Los Milagros. Cuando la Policía Nacional se dirigió a ellos, respondieron que desconocían las restricciones. Es posible que fuera así, pero a estas alturas ya hay pocas excusas para salir a la calle sin una estricta necesidad.
TITULO: HOY LE TOCA - Mino Raiola ya no es un obstáculo para el Madrid,.
fotos / Que la relación de Raiola con Florentino Pérez no es la mejor posible es un secreto a voces en el mundo del fútbol. El presidente del Real Madrid no es partidario de los métodos de negociación, siempre duros y agresivos, de uno d ellos ahora representantes de moda del fútbol español. Chocaron ambos, fundamentalmente, en el verano de 2016, justo cuando el Madrid estaba tanteando el fichaje de Pogba por petición de Zidane. Las altas pretensiones de Raiola,
que disparó su comisión, fueron uno de los causantes de que no se
hiciera la operación. Pero el agente, según pudo saber AS entonces, también estaba muy disgustado porque entendió que el presidente del Madrid no había echado el resto por su jugador… Y no cubría, el Madrid, las pretensiones de sueldo del centrocampista.
Pero han pasado cuatro años y, como dice el refrán, Poderoso Caballero es don dinero. La relación entre Florentino y Raiola sigue siendo tensa, pero al menos la comunicación entre el agente y el Real Madrid sí es fluida porque entre Raiola y José Ángel Sánchez el vínculo sí es extraordinario. “Pero eso no quiere decir que siempre estén de acuerdo”, dice a este periódico una fuente muy próxima a ambos. La estancia de Areola en la plantilla blanca, también representado por Raiola, ha servido, nos dicen, también para mejorar esa relación.
Hay dos jugadores que dependen de Raiola y que pueden ser fundamentales para el futuro a corto plazo del Real Madrid. El primero y más importante es Haaland,
el delantero noruego de 19 años se ha destapado con 19 años tras fichar
por el Borussia y, de momento, si no cambio su contrato, tiene una cláusula de rescisión de 75 millones de euros a partir del mercado invernal de la 2020-21. El otro es Pogba, este, más deseo personal de Zidane. El United quiere renovarle pero el futbolista prefiere cambiar de aires. Una gran oportunidad.
A día de hoy es mejor que la relación con Raiola fluya.
Los representantes están cogiendo cada vez más fuerza en el mundo del
fútbol y el agente italiano forma parte de la terna que domina el
negocio del fútbol junto a Barnett y Jorge Mendes. Además de a Pogba y Haaland, Raiola lleva a jugadores como Donnarumma, Balotelli, Ibrahimovic, Mkhytariam, Justin Kluivert, Irving Lozano, Manolas, Romagnoli, Insigne o Verratti.
¿Pareja o expareja?
En los últimos capítulos de la T20, hemos visto como Mercedes y Antonio han tenido nuevos acercamientos. Tras el viaje a Sagrillas y la recaída en la boda de Paquita, a la matriarca de los Alcántara le han entrado dudas.Este jueves, en el prime time de La 1, los padres de los Alcántara acuden al psicólogo aconsejados por los hijos. ¿Será este el camino hacia la reconciliación? Lo descubriremos en la T21 de Cuéntame.
No te pierdas el último capítulo de la serie ¡Mira este adelanto!,.
TITULO: Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - 600 euros de multa por ir a una caldereta o de pesca,.
Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - 600 euros de multa por ir a una caldereta o de pesca ,. , fotos,.
600 euros de multa por ir a una caldereta o de pesca,.
3.000 denuncias en la región por incumplir el confinamiento domiciliario,.Su presencia en las calles se ha convertido en el símbolo de lo que no puede hacerse estos días. Es un ejemplo claro del tipo de incumplimiento que persiguen las fuerzas de seguridad.
La Delegación del Gobierno en Extremadura confirmó ayer que en la región ya han sido formuladas casi 3.000 denuncias. Los agentes de la Policía Nacional han impuesto 712 y las policías locales otras 977. A esas cifras se suman las 1.240 infracciones detectadas por la Guardia Civil.
En la inmensa mayoría de los casos se propone para sanción, pero ya han sido detenidas ocho personas por conductas graves.
El dato fue facilitado ayer por el Centro de Coordinación Operativa Policial, que está dirigido por la delegada del Gobierno, Yolanda García Seco, quien hizo hincapié en la importancia de que los ciudadanos acaten las medidas de confinamiento.
Caldereta en un pantano
La portavoz de la Comandancia de la Guardia Civil en Badajoz, Concepción Nieto Barranco, lamenta que todavía haya ciudadanos que incumplen las restricciones.Como ejemplo, citó las actas que se han levantado contra 15 personas identificadas en las proximidades de un embalse de la provincia de Badajoz haciendo una caldereta. Al ser cuestionados por su actitud, respondieron que «el bicho no les iba a picar allí», una explicación que no impidió que fueran multados.
También se ha levantado acta contra una persona que estaba pescando. En su caso respondió que «el pescado es un bien de primera necesidad», una excusa que tampoco le evitará la sanción de 600 euros, la misma multa impuesta a una persona que iba a recoger arena «para tapar agujeros» o a un conductor que ocultaba a una persona en el maletero de su vehículo.
La Guardia Civil también ha identificado en numerosas localidades a personas que salen a diario a comprar el pan a pesar de que se les recomienda adquirir varias barras y congelarlas para evitar riesgos. «Siguen viéndose personas mayores sentadas a la entrada del pueblo, esa práctica está prohibida», recuerda la Guardia Civil.
Funerales sin pésame
En otros casos, los incumplimientos se producen cuando tiene lugar un funeral en una zona rural, donde es tradición la asistencia de numerosas personas para dar el pésame. «Es difícil en estas circunstancias hacer entender a los allegados de la familia que no se puede asistir para prevenir contagios, pero no tenemos más remetido que hacerlo para evitar futuras muertes», se advierte desde la Comandancia de la Guardia Civil de Badajoz.«La mayor dificultad que tienen nuestros agentes es que deben valorar cada caso particular de los ciudadanos, puesto que todas las personas intentan encontrar un motivo o una justificación que ampare sus salidas, pero justamente ese es nuestro trabajo, aplicar la ley y el sentido común para que la crisis del coronavirus termine cuanto antes», concluye Concepción Nieto.
La Guardia Civil recuerda que «aunque la ciudadanía está siendo ejemplar y muy solidaria», es necesario multar a quienes ponen en riesgo la salud de todos.
De momento, las denuncias más frecuentes se formulan contra personas que iban a visitar a sus familiares o amigos, o que realizaron salidas por causas no justificadas. «El estado de alarma solo ampara el deambular, tanto a pie como en coche, en supuestos muy concretos, como comprar comida, ir a la farmacia, ir y volver al trabajo, y cuidar a personas dependientes o con discapacidad».
La Guardia Civil no está exigiendo ningún certificado de asistencia al trabajo, pero sí recomienda a los ciudadanos que aporten algún documento que explique por qué se produce el desplazamiento «para agilizar las gestiones y ahorrar tiempo».
Un cumpleaños suspendido y dos turistas rusos despistados
La lucha para conseguir que el confinamiento sea efectivo ha sido decidida. El mismo domingo día 15 los agentes de la Policía Nacional se desplazaron a la parroquia San Juan de Ribera en Badajoz tras detectar que estaban sonando las campanas y comenzaban a concentrarse en la puerta personas dispuestas a escuchar misa. El párroco fue informado y todos volvieron a casa.En esa primera jornada fue inspeccionado en Badajoz un bar con clientes dentro y otro en Almendralejo. En esta última ciudad fueron levantadas varias actas contra personas que consumían bebidas alcohólicas en la calle Campo Arañuelo. La policía les indicó que debían regresar a casa, pero un poco más tarde comprobaron que habían vuelto, razón por la que fueron multadas.
En Mérida tuvo que ser disuelto un cumpleaños en la barriada del Peri, y en Don Benito la Policía Nacional fue informada el lunes 16 de que la cafetería del hospital seguía abierta.
Una de las intervenciones más sonadas se llevó a cabo en la calle Manuel Monterrey, en las proximidades de la estación de autobuses de Badajoz. Allí fueron localizados casi medio centenar de trabajadores de Correos que usaban guantes de protección pero no mascarillas, razón por la que se les indicó que debían abandonar sus puestos hasta que fuesen dotados con protección.
En estos últimos días también ha sido denunciada una persona ebria que trataba de coger un tren en la estación de Badajoz.
Una de las últimas actuaciones ha tenido como escenario la avenida Juan Sebastián Elcano de Badajoz, donde una joven comenzó a increpar a los agentes de la Policía Local cuando iban a denunciarla tanto a ella como a su pareja por incumplir el confinamiento. Ambos habían sido sorprendidos con anterioridad paseando a un perro, por lo que eran reincidentes.
Pero las actuaciones no quedan ahí, en Don Benito fue denunciado un hombre que se había tumbado al sol para consumir cerveza en la travesía del canal del Zújar. En la misma ciudad ha sido denunciado un hombre por volar un dron y en Mérida fueron detenidos dos delincuentes que, además de haber incumplido la cuarentena, estaban robando en el bar El Callejón de la plaza de España.
Un último caso que ha llamado la atención es el de un hombre que iba al pueblo de al lado a llevarle un vestido a su suegra.
El resumen se completa con dos ciudadanos rusos que fueron vistos en Mérida mientras hacían fotos junto al acueducto de Los Milagros. Cuando la Policía Nacional se dirigió a ellos, respondieron que desconocían las restricciones. Es posible que fuera así, pero a estas alturas ya hay pocas excusas para salir a la calle sin una estricta necesidad.
TITULO: HOY LE TOCA - Mino Raiola ya no es un obstáculo para el Madrid,.
Mino Raiola ya no es un obstáculo para el Madrid,.
La relación entre el agente y Florentino Pérez aún es tensa, pero fluye con José Ángel Sánchez. El club blanco anda al acecho de Pogba y Haaland.
Pero han pasado cuatro años y, como dice el refrán, Poderoso Caballero es don dinero. La relación entre Florentino y Raiola sigue siendo tensa, pero al menos la comunicación entre el agente y el Real Madrid sí es fluida porque entre Raiola y José Ángel Sánchez el vínculo sí es extraordinario. “Pero eso no quiere decir que siempre estén de acuerdo”, dice a este periódico una fuente muy próxima a ambos. La estancia de Areola en la plantilla blanca, también representado por Raiola, ha servido, nos dicen, también para mejorar esa relación.