TITULO: Juego de Niños - El 'vicio' del crucigrama ,. ,
Sábado -13- Febrero,.
Juegos de niños,.
Sabado-13- Febrero a las 22:00 por La 1, fotos,.
Juego - El 'vicio' del crucigrama ,.
El 'vicio' del crucigrama,.
Los pasatiempos, además de entretenidos, son magníficos entrenadores de neuronas y hasta terapéuticos,.
Vertical, tres letras: 'Yunque de platero'. Horizontal, empieza por 'r': 'Gorro militar'. Si sabe las respuestas probablemente es que ha echado horas con los autodefinidos. Si no, sea paciente, que la
solución, como en los libros de pasatiempos, siempre está al final. «Esos son dos clásicos, salen muchas veces y los acabas memorizando». Ahí la primera virtud de estos entretenimientos de lápiz y papel (obviamente también hay versiones 'online'): el ejercicio de la memoria. La primera, porque hay más: «Estimulan la intuición, la deducción, ayudan a formular hipótesis, mejoran el conocimiento del lenguaje...», enumera Florentino Paredes, catedrático de Filología de la Universidad de Alcalá. Aunque esta vez habla en calidad del «maestro de EGB» que fue y del aficionado a los crucigramas que todavía es. «Yo impartía clases de lengua castellana a chavales de entre 10 y 14 años y cada semana les proponía un juego lingüístico: buscar palabras con cinco vocales, formar frases en las que la primera palabra tuviera una sola letra, dos la segunda, tres la tercera... y también resolver y crear jeroglíficos, porque suponían un reto y les despertaban la curiosidad».
Esa es la clave del éxito de estos juegos, el reto. Que debe ser «estimulante pero posible de acertar»; si no, «genera frustración». «Es como cuando haces un puzle y lo acabas, el cerebro libera algo que te genera placer, como encontrar todas las palabras de una sopa de letras o resolver un sudoku. Dices: 'He sido capaz'. Si es imposible, te provoca rabia».
Esto que 'sucede' en el cerebro al resolver estos acertijos lo explica Ángel Martín, vocal del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología: «Estos ejercicios activan zonas cerebrales, las ponen en marcha». Lo que resulta muy beneficioso para cualquiera, pero especialmente «en el caso de personas que sufren deterioro cognitivo». «Desde el punto de vista neurológico son muy adecuados, porque estimulan la atención, la memoria... No van a frenar la enfermedad, no la van a curar, pero sí pueden ayudar a mantener cierta funcionalidad durante más tiempo».
Que no sea muy fácil
En personas con alzheimer, por ejemplo, indica el especialista, «son muy adecuadas actividades que ayuden a ejercitar la memoria, como leer un texto y tratar de recordar lo que cuenta, evocar hechos pasados a través de imágenes o de canciones...». Ytambién hacer crucigramas que impliquen un esfuerzo por recordar esas definiciones, siempre «adaptados» a cada persona: «Un autodefinido no tiene el mismo efecto en una persona que, pese a sufrir cierto deterioro cognitivo, ha sido profesor de lengua que en alguien que ha sido ajeno a ese campo y ha trabajado toda la vida en la construcción, por ejemplo. La clave es que ese ejercicio suponga un reto y active determinadas zonas del cerebro. Si es algo muy 'fácil' y te aburres, no se logra ese objetivo», explica el experto, que valora la utilidad de los entretenimientos como ejercicios complementarios a otros «más relacionados con la vida cotidiana, como planificar una compra en el supermercado o leer un artículo en el periódico y tratar de recordar su contenido».
Además de ayudar a la función cerebral, de 'entrenar' las neuronas, los pasatiempos, «lejos de ser una pérdida de tiempo como algunos creen o de tratarse solo de un entretenimiento, también pueden resultar una terapia adecuada para personas con baja autoestima o con problemas de estrés», informa José Elías, psicólogo sanitario y pionero en España en humor y risoterapia. Sobre lo primero explica que «la resolución de un crucigrama o de un sudoku genera una sensación de logro muy útil para trabajar la autoestima, además de mejorar la atención en personas dispersas». En cuanto al estrés, el especialista explica que hay dos formas de reducirlo: «aprender a tolerarlo o disociarse, buscar otra cosa que te guste y te evada de los problemas». Como hacer autodefinidos.
«Es una terapia sencilla de iniciar, los traen casi todos los periódicos y vienen, muy acertadamente, en las páginas finales, donde está la parte de la diversión. Yo muchas veces les digo a mis pacientes que empiecen a leer el periódico por detrás, que así digerirán mejor las primeras noticias cuando lleguen a ellas».
Además de entrenadores de las neuronas y aliados contra el estrés, los pasatiempos son también solo eso, una manera de pasar el tiempo. Una buena manera. «El crucigrama me encanta, en mi opinión es el más interesante y, desde el punto de vista lingüístico, es una fuente de aprendizaje de nuevas palabras, aunque no las vayas a usar luego. Un crucigrama exige intuición, trabaja la deducción, la memoria... Y te puedes aficionar a los de un autor en concreto. A mí me gustaban especialmente los de Pedro Ocón de Oro, que los hizo muchos años en el diario ABC. Fue uno de los grandes difusores y era un hombre muy preciso, buscaba palabras que no fuesen muy triviales pero que tampoco te obligaran a consultar la enciclopedia», relata Florentino Paredes.
– Pues, para éxito, el de los sudokus... ¡Qué fiebre!
– La clave del éxito de los sudokus es la estética, los japoneses cuidan mucho el diseño. Además, el sudoku tiene algunas ventajas sobre otros pasatiempos: al tratarse de una técnica combinatoria, no necesita memoria lingüística, y como son números es un juego universal y no específico de una lengua.
El castellano, por cierto, «como todas las lenguas alfabéticas», es un idioma especialmente agradecido para estos juegos: «Se presta muy bien porque tiene cambios de género, tiene singular y plural, prefijos, sufijos... Lo que permite una gran variedad».
Antes de terminar, le pedimos al profesor la resolución de las dos definiciones del comienzo, que fueron cosa suya: «Yunque de platero: tas. Gorro militar: ros». Añade el psicólogo José Elías otra: «Río de Galicia, dos letras: Eo. ¿A que ese no se le olvida a nadie».
«Puede enganchar. Hay que decir 'solo media hora, aunque quede a medias'»
¿Hay adictos a los pasatiempos? Es raro, pero los hay. ¿Es fácil desengancharse? También. «No es como la nicotina, que cada vez necesitas más para sentir el mismo placer. Con los crucigramas puedes 'pasarte' el fin de semana, que es más fácil de controlar», tranquiliza el psicólogo José Elías.
– Alguien que dedica dos horas al día a hacer autodefinidos... ¿tiene un problema?
– Depende. Si es un jubilado con mucho tiempo libre, no me parece un problema, igual que si dedica ese tiempo a leer, por ejemplo. De hecho, es mucho mejor eso que estar sin hacer nada. Ahora, si esa persona que emplea dos horas cada día en el autodefinido lo hace en el trabajo a escondidas o deja de cumplir otras tareas por eso, entonces sí. Estamos ante una adicción.
– ¿El límite es claro?
– Sí, lo es. La diferencia entre una afición y una adicción es cuando dejar de ser una diversión para convertirse en una necesidad.
– ¿Y los atracones puntuales, en vacaciones por ejemplo?
– Que te tires dos meses haciendo pasatiempos de manera intensa no es un problema. Es normal, como cuando de niño te regalaban una bicicleta nueva y al principio no te bajabas de ella, pero luego pasaban meses y no la tocabas. Descubres un placer y lo agotas.
– ¿Ha tratado a alguien con este problema?
– No que tuviera solo este problema. Pero sí que tenía este problema asociado a otros. Recuerdo a un paciente, era una persona muy solitaria, con muy poca red social. Y también se enganchan personas que quieren destacar, gente que tiene pocos logros en su vida y ve en esto una posibilidad de 'chulearse', porque ser capaz de terminar los crucigramas te da cierto estatus.
– ¿Se trata 'a la brava'?
– Depende. Hay gente que deja de fumar 'a la brava' y otros, poco a poco. Se puede poner un límite: media hora al día y ni un minuto más. Y, si el crucigrama está por acabar aún, así se queda.
Juego de niños
«Las sopas de letras les encantan a los chavales. Son un ejercicio muy familiar y cada vez que alguien encuentra una palabra no puede dejar de decir: 'Mira, mira, he encontrado esta'. Es un placer ese hallazgo, como cuando vas por el monte y te parece todo igual y de repente encuentras una seta. Los juegos de las siete diferencias, basados en técnicas de ocultación, también divierten mucho a los niños», señala el psicólogo José Elías.
TITULO:
LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE - La Noche D -David Broncano, Berto Romero y otros cómicos de la televisión vuelven loco a Dani Rovira en un programa con mucho humor,.
LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE -La Noche D - David Broncano, Berto Romero y otros cómicos de la televisión vuelven loco a Dani Rovira en un programa con mucho humor,. ,fotos.
David Broncano, Berto Romero y otros cómicos de la televisión vuelven loco a Dani Rovira en un programa con mucho humor,.
- David Broncano, Berto Romero o Josema Yuste son algunos de los humoristas que pasarán por el plató
- No te pierdas un programa para reírte el martes -9-16 - Febrero a las 22:10 en La 1
Un programa presentado por Dani Rovira que cada semana trata un tema diferente de nuestras vidas no podía faltar el humor. La risa debería ser obligatoria en nuestra vida, y el malagueño quiere que un martes más volvamos a reír con él y sus amigos. Por eso, el próximo martes se rodeará en La noche D de los mejores humoristas de la televisión.
En el avance del que será el cuarto programa, Dani Rovira los recibe con mucha ilusión pero conociéndolos, no está muy seguro de haberlos juntado a todos. "Igual esto no es buena idea", dice el presentador al ver que sus propios invitados empiezan a hacernos reír desde el principio.
Uno de ellos es David Broncano, que abandona el traje para ponerse más de estar por casa con su inseparable amigo. Justamente, esta semana, el conductor de La noche D ha estado el plató de La Resistencia. Ahora es el humorista quién le devuelve la visita. "Con lo a gusto que estabas en el cine has venido a dar por culo a la tele otra vez", le dice David al ver a Dani.
Además de Broncano, otros amigos de Rovira también aparecen en el inicio de La noche D son: Anabel Alonso, Berto Romero, Josema Yuste, Ana Morgade, Raúl Pérez, y Comandante Lara. Además, habrá otros dos invitados más.
La que fuera concursante de MasterChef Celebrity ya tenía ganas de venir a La noche D, pero en esta divertida introducción ya se ve a un Dani Rovira agobiado. "Qué cansado estoy ya de vosotros, de verdad", comenta entre risas.
¿Será capaz de domar a sus amigos? ¿Y de juntarlos con los cinco colaboradores del programa? No te pierdas el programa dedicado al humor con los mejores humoristas de la televisión ¡A saber qué nos tienen preparado para el martes a las 22:10 horas en La 1!,.
TITULO: EL CLUB COMEDIA - Los que encienden la mecha del Carnaval,.
Los que encienden la mecha del Carnaval,.
foto / Son las que calientan el Carnaval, las que te meten de lleno en la fiesta antes de que desde el balcón del Ayuntamiento se anuncie que por fin es el mejor viernes del año, las que sacan las carcajadas y te distraen de la rutina, las que acompañan las últimas puntadas de los disfraces y las que en la calle y en los bares le ponen banda sonora a cada febrero. Son las murgas, compañeras de viaje de los Carnavales de Badajoz en estos 40 años que se cumplen ahora.
Si se echa la vista atrás, mucho han cambiado en las formas. Las primeras agrupaciones eran murgas y comparsas a las vez, que lo mismo cantaban cinco que cincuenta. Entonces no había semáforo para controlar el tiempo ni repertorio obligatorio que interpretar y el escenario era un telón que se reciclaba de un año para otro.
Hoy las murgas son quince voces afinadas, conjuntadas con melodías que se estudian a conciencia, que deben cantar una presentación, dos pasodobles, dos cuplés con estribillo y un popurrí, que le ponen gestos a cada letrilla y donde el escenario es un verdadero teatro.
Sin embargo, en el fondo, las murgas siguen representando lo mismo 40 años después: la libertad para cantar lo que cada una quiera porque, junto con la calle, son la parte de la fiesta que mejor encarna lo que significa el Carnaval de Badajoz, una expresión de cultura popular en mayúscula.
En un año en el que la pandemia ha impedido la celebración de la fiesta, HOY ha reunido en el teatro López de Ayala a nueve murgueros que representan la historia, el presente y el futuro de estas agrupaciones.
«Éramos muchas carnavaleras las que queríamos subir a cantar. Solo hacía falta que una diera el salto»
«Tengo ese temblorcino en las piernas», dice Manuel González Lena, 'Manolón', de Ad Libitum, cuando entra en el escenario y se asoma a un patio de butacas completamente vacío. En 2008 se retiraron del concurso de murgas aunque siguieron una década más cantando en la calle, en total, 35 febreros. «Cuando empezamos no había ninguna regla, me parece que teníamos media hora para que, con las mismas armas, guitarra, caja y bombo, cantaras lo que quisieras. Ese concurso que inicialmente el Ayuntamiento hizo para impulsar la fiesta, se fue convirtiendo casi en el acto central», comenta, quien disfrazado de cubano, fue pregonero del Carnaval. Ese momento es el que se le viene a la cabeza cuando se le pregunta por su mejor recuerdo: «Cuando Miguel Celdrán me comunica que voy a ser pregonero. Siempre le estaré agradecido por ese reconocimiento, porque fue la manera de decirnos: 'Os habéis currado esto de los Carnavales'».
La fundación de Ad Libitum es un ejemplo de manual de cómo el Carnaval de Badajoz fue tomando forma una vez que se recuperó tras casi medio siglo prohibido por los decretos del dictador. Nacieron del grupo de Coros y Danzas, eran 70 disfrazados de dálmatas, y unos tiraron por el cante alumbrando la murga Ad Libitum y el resto por el baile, siendo el germen de Vendaval.
Al lado de 'Manolón' (con el metro de distancia de rigor) está Paco Fernández Delgado, 'el Cerillo', otro murguero que también fue pregonero y que se atrevió a entrar en la plaza de España a caballo como el mismísimo Napoleón. Una de las caras, la más reconocible de hecho, de El Nombre da igual, y el único 'enfermo' de una murga de médicos y ATS que ensayaba los domingos en el Perpetuo Socorro.
Los decanos
A su murga se la reconoce como la decana del Carnaval de Badajoz, la que en el año 82 se disfrazó con unas faldas rocieras que les prestó Manuela Mena para cantar con el nombre de 'Las Esmeraldas' y la que aún atesora el mayor número de primeros premios del concurso. «Vivimos el boom de las murgas. Íbamos a cantar a los bares y nos estaban esperando, nos paraban por la calle y en el desfile del domingo acabábamos hechos ciscos porque la gente quería escucharnos».
Estas dos murgas, junto con Los Agüitas, El Guatinay, Las Meninas, Perigallos o Jarana, forman parten de la generación de las 'murgas de los 80' (aunque en honor a la verdad, hasta bien entrada la década siguiente no llegó el relevo). Fueron las que, tras años de censura franquista podían contar, cantar y reírse en público de hasta el más respetable. «Cuando empezamos a cantar, lo que les gustaba, sobre todo a los mayores, era ver que podíamos decir lo que quisiéramos. Fuimos un poquito hirientes con los políticos, repartíamos igual a derecha que a izquierda, y creo que eso, sobre todo en los primeros años, para la gente era un desahogo». No en vano, continúa 'Manolón', «tenemos la enorme satisfacción de haberle cantando a cinco alcaldes de Badajoz y sabiendo que, entre ellos, han estado Manuel Rojas y Miguel Celdrán, es mucho decir».
Esa generación de cartel fijo aguantó el tirón para sostener un concurso que pasó del Menacho y el López de Ayala (antes de su remodelación) a las carpas (La Granadilla y Conquistadores), que logró hacer afición en torno a las coplas y que recorrió kilómetros en autobús como embajadores de un Carnaval que, por entonces, aspiraba a posicionarse en el calendario festivo de España.
Tras ellos llegó la transición, en un momento en el que, como recuerda Chiqui Mendoza, de Los Niños, «los coros habían desaparecido y las murgas iban por el mismo camino». Su murga llegó al concurso en 1996 y lo cambió para siempre. «Por aquella época decir que ibas a hacer una murga era tan extraño como que ahora un chaval de 14 años diga que va a hacer una peñita para meterse en bailes regionales», compara quien empezó cantándole al Carnaval con su hermano Sergio en el concurso de infantiles. Con él, los Bodes (Javier y Juan Carlos), colegas del instituto y la pandilla de la calle, reunió a Los Niños, la murga que con cinco primeros premios todavía conserva el mejor palmarés del concurso moderno.
«Creo que fue un punto importante que llegáramos en ese momento porque suponía un nombre nuevo en el concurso y, encima, éramos unos chavales. Al año siguiente salió Los Paroles Bailones nuevos cachondones, casi tan jóvenes como nosotros. Luego Taways, La Caidita, Los Murallitas... y ese poquito a poco de repente se convirtió en siete murgas más, en diez y nos plantamos en 42 en 2007, cuando veníamos de estar siete. La gente -continúa- veía que éramos unos bandarras que nos lo pasábamos de categoría, no pagábamos un pavo y encima nos tocaban las palmas y eso fue lo que hizo que hubiera un aumento de participantes».
La nueva generación
Entonces echaba a andar el siglo XXI y sobre el escenario coexistían aún las murgas de los 80 con las nuevas, que entraban pidiendo paso. La que más aguantó dentro y fuera del concurso fue Jarana. La clave, cree Antonio Sansinena, «fue que nos supimos adaptar. Nosotros no teníamos grandes voces, pero ensayábamos mucho. Creo que en el concurso hemos ganado más que perdido, ahora una actuación de una murga es mucho más completa».
Además de más completa, en estos cuarenta años también se han logrado consolidar las agrupaciones de mujeres. Si al inicio, la mujer estaba presente en murgas mixtas, siendo Las Meninas la más recordada, durante 20 años estuvieron desaparecidas del Concurso, hasta que en 2006 Las Nenukas dieron un paso al frente. «Solo hacía falta que una diera el salto para que todas las demás fuéramos detrás. Éramos muchas carnavaleras las que queríamos subir a cantar», reconoce Tamara Pulido, de Las Chimixurris.
El número de participantes generó una competitividad que propició una escalada de calidad dentro las murgas. También obligó a poner un reglamento que, si bien encorsetó las actuaciones o en palabras de 'Manolón' «hizo que se perdiera la espontaneidad», nunca ha traspasado la línea roja de imponer un estilo. Buena prueba de ello son dos murgas que están en las antípodas en cuanto a identidad, pero que durante muchos años compartieron escenario. Son Dakipakasa y Los Murallitas.
«Antes no había reglas, teníamos media hora para que con bombo, caja y guitarra cantaras lo que quisieras» MANOLÓN, AD LIBITUM
«Hacer una murga en el 96 era tan extraño como que un chaval diga hoy que va a hacer una peña de bailes regionales» CHIQUI MENDOA, LOS NIÑOS
«La murga engloba muchos estilos y todos han sido bienvenidos. El Carnaval es libre para que cada uno cante lo que quiera» JOSÉ MARÍA REGAÑA, LOS MURALLITAS
«Ha quedado constancia en estos 40 años de que la palabra murga engloba muchos estilos y todos han sido bienvenidos. En las bases no está escrito que una murga tenga que hacer reír, lo bonito es que el Carnaval es libre para que cada uno se lo tome como quiera», opina José María Regaña, al frente de Los Murallitas, una murga que –en sus propias palabras– «aportó frescura y canalleo» y que es el ejemplo de que, sin levantar un primer premio, se ha ganado un hueco irremplazable en la historia de las murgas pacenses.
Con esa opinión coincide Juan Carlos González, alma de Dakipakasa, otra de las murgas que cambió el concurso: «Lo que hace cada una es intentar llevar al escenario lo que mejor se le da a través de la crítica, la emoción o el humor. Al principio era igual, qué tenía que ver Ad Libitum con El nombre da igual»,
Al concurso de hoy se le alaba que, vocal y musicalmente, está a años luz de los inicios. «Nosotros subimos ahora a cantar y nos echan a tomatás», resume 'el Cerillo'. Se le achaca también que ha perdido en contenido crítico. «Antes las murgas reivindicaban lo que pasaba en Badajoz, pero es que ahora, con las redes sociales, las noticias se queman en diez minutos y venir aquí y contar lo mismo es repetitivo, creo que la gente ahora quiere otra cosa», valora Abel Sansinena, de Los Water Closet, la murga que, junto con Al Maridi, se bate el cobre en los concurso de los últimos siete años. Raúl Cantero, que empezó en Taways y ahora está en AlMaridi, defiende que en su caso «intentamos ser la voz de las opiniones de la gente en el teatro».
Todos ellos han demostrado un profundo respeto por el Carnaval y pasión por la fiesta. Lo resume en una frase Regaña:«El Carnaval es para nosotros lo más importante de las cosas sin importancia».
El espejo de una cantera que asegura el futuro
Al igual que las mujeres, los niños también desaparecieron de las murgas hasta que en 2014 se creó el exitoso programa 'Aulas de Carnaval', la escuela murguera para asegurar el futuro de estas agrupaciones. Las murgas de hoy son el espejo donde se miran los niños que están empezando a descubrir el mundo de las coplas de Carnaval. «Nosotros cuando empezamos nos fijábamos en los que estaban delante, en los que ganaban y creo que ellos –los niños– tienen que estar haciendo lo mismo», opina Raúl Cantero, de Al Maridi. Así lo cree también Tamara Pulido, de Las Chimixurris: «Los niños se aprenden nuestras letras como nosotras lo hacíamos de las murgas antiguas cuando teníamos su edad y eso te llena el corazoncito». Abel Sansinena, de los Water Closet, por su parte, destaca que la cantera «tienen mucho recorrido. No hay que exigirles, sino dejarles que creen su estilo, se formen y vayan floreciendo». Además de espejo, muchos de los murgueros que hoy van a concurso son además los maestros de los chavales de la cantera. Este papel lo alaba 'Manolón', de Ad Libitum:«Los murgueros están haciendo una labor en los colegios espectacular. Con la cantera, el futuro de las murgas en el Carnaval está garantizado».