lunes, 13 de septiembre de 2021

Comando actualidad - Doblando el mapa . Jueves-9- Septiembre ,. / Sobrevivir al turno de noche ,. / EN PORTADA CRONICAS MUJERES VIAJERAS - Renacer a los 19 años., Jueves -9- Septiembre,.

 

TITULO: Comando actualidad -   Doblando el mapa  , Jueves -9- Septiembre.

Doblando el mapa ,   - Jueves -9- Septiembre , 23.40 - después de Néboa’, en La 1 / foto,.

Comando al sol - Doblando el mapa ,.

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Doblando el mapa,.

En ‘Doblando el mapa’ pasean por la cara menos conocida de Gran Canaria, recorren la ruta de los pueblos de colores de Segovia y dan el salto a Gibraltar y a su “playa naranja”. Más de 11 millones de turistas visitan cada año Gibraltar, el 70%, españoles. ¿Qué atractivos tiene veranear en uno de los territorios más densamente poblados del mundo y de poco más de seis kilómetros cuadrados?,.

TITULO:   Sobrevivir al turno de noche ,.

 

Sobrevivir al turno de noche,.

Tres profesionales cuentan cómo lidian con el peor horario para la salud

foto / Puede gustar más o menos. Hay quienes hasta le ven ventajas y llegan a adaptarse a las servidumbres lógicas que conlleva: dormir por las mañanas, quedar menos con los amigos, socializar poco (a veces nada) en el trabajo... Pero lo cierto es que la ciencia lo tiene catalogado como el peor turno de trabajo para la salud: el de noche. Pasadas las doce, y hasta las seis de la madrugada, nuestra biología está programada para dormir. Aunque a veces guste, no somos especies nocturnas, como los lobos o los ratones. Se puede ir contra natura de vez en cuando, claro está. Pero, ¿qué sucede cuando es el sistema, el guion laboral, el que exige que el cuerpo se mantenga en vela y activo a deshora? A muchos, solo de pensarlo se les cerrarían los ojos. Pero lo de menos es el cansancio atroz que, dadas las cuatro de la mañana, invade a quienes han experimentado estos horarios. Lo peor son las consecuencias para la salud a medio y largo plazo.

Algunas están ampliamente contrastadas por las investigaciones, como las alteraciones del sueño y el insomnio, que más allá de hacerte sentir somnoliento, malhumorado y torpe en el día a día, aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Véanse los accidentes cerebrovasculares y coronarios, la diabetes, la obesidad, etc. ¿Por qué? En las hormonas podría estar la respuesta. Manolis Kogevinas, profesor y director científico del Severo Ochoa-ISGlobal, es experto en el campo científico que estudia las consecuencias de alterar los biorritmos. «Los picos de producción de hormonas se ven alterados en las personas que hacen turnos de noche. Lo natural es que se den a primera hora de la mañana; pero en ellas, sucede a mediodía. No sabemos cuál es la consecuencia exacta de esto, pero sí que influye en el metabolismo», explica el investigador, quien recuerda que el turno de noche como tal está catalogado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como «probable carcinógeno». Se relaciona, especialmente, con los tumores hormonodependientes, como el de mama, el de próstata y el de colon.

«Un 15% de la población europea trabaja en turnos de noche. Incluso sabemos que la gente lo prefiere al de tarde, porque con este se pierde la vida junto a familiares y amigos. Pero el sistema no parece que vaya a cambiar, así que hay que apostar por la prevención», cree Kogevinas.

Esta pasa, por ejemplo, por no alterar los horarios de las comidas (es decir, no darse un atracón al terminar de trabajar y antes de irse a dormir por la mañana), que el desempeño se haga a media luz y sin ruido si el tipo de profesión lo permite, usar gafas de sol cuando se acaba el turno para llegar a la cama con la melatonina lo menos alterada posible por la incidencia de la luz y, por último, realizar si se puede pequeñas siestas salpicadas durante la jornada para reactivarse y poder seguir adelante.

Ahora bien, sobre el terreno, no siempre se puede cumplir con todo. Tres profesionales cuentan cómo se trabaja contra natura.

Víctor Diz. Ingeniero

«Me preocupa la alteración del sueño, a largo plazo creo que no lo aguantaría»

«Aunque me va bien por ahora (llevo tres años en el puesto), es cierto que el factor del sueño me preocupó cuando me ofrecieron el trabajo. Si este se te trastorna luego es un problema y es más complicado desarrollar tu vida y tus funciones. Pero por ahora, trabajamos a turnos rotatorios de 8 horas para cubrir las 24 del día, los 365 del año. La empresa elabora unas tablas horarias estudiadas para que, precisamente, no te afecte al organismo el turno. En principio, si lo cumples no debe haber problemas». Esta es la visión un tanto despreocupada de Víctor, un joven de 27 años cuya misión en su empresa es controlar y hacer la programación de las centrales hidroeléctricas para abastecer la demanda energética de España, en función de lo que dicten los mercados. «Ellos no descansan nunca y son cambiantes, por eso hay que cubrir todas las horas del día», precisa. Es consciente de que su juventud aún le permite realizar este trabajo sin sentir que le haya hecho mella. «Duermo bien por las mañanas -se acuesta a las 7.30- y por norma logro acoplarme bien con los planes de los amigos, aunque es cierto que es más difícil». Pero en el largo plazo no se ve. «Con 50 años resultaría muy complicado», reconoce ahora que, después de tres años a turnos, empieza a notar que está más cansado, que necesita dormir más. Además de este detalle, el bajón de rendimiento, la confusión y el cansancio que experimenta una hora antes de acabar su jornada noctámbula es lo que más le llama la atención. «Si te encuentras a esa hora con un problema no vas a poder reaccionar igual», admite. En cuanto a su salud, lo que lleva peor es el orden de las comidas. «Hay compañeros que respetan el desayuno, almuerzo y cena independientemente de cuándo se acuesten o levanten. Yo hago una o dos comidas al día, que está fatal, y encima cuando salgo y llego a casa». Los compañeros que llevan más tiempo, dice, son más disciplinados.

Yael Coronas. Enfermera del Hospital Ramón y Cajal de Madrid

«En casa hemos pactado una tregua los días que me toca porque estoy más nerviosa»

Quien sabe que estas concesiones pasan factura es Yael Coronas, enfermera del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Después de 16 años formando parte del equipo, sabe que si no es muy ordenada con su descanso, después no cogerá el ritmo de trabajo con normalidad. «El turno de noche -hacemos uno a la semana, 4 o 5 al mes- te condiciona en realidad dos días porque el anterior también tienes que descansar más. No puedes hacer planes ni saltarte las horas de sueño. Yo cuando empecé lo hacía; ahora noto más el cansancio, especialmente el día después», explica esta profesional, que trabaja a turnos rotatorios con un nuevo sistema anti estrés implantado en el hospital, precisamente para amortiguar las consecuencias de las jornadas de madrugada. En su caso, y además del cansancio, los efectos físicos han tenido más que ver con su estado de ánimo y sus relaciones familiares. «Toleras peor cualquier pequeño incidente; estás más nerviosa. Mi marido y yo hemos pactado una tregua en los días de turno de noche para no tratar durante ellos ningún tema conflictivo», asume con humor. Tampoco puede participar del todo en la vida de sus amigos y familiares. «Se renuncian a excursiones, a quedadas...», reconoce. Es el precio del aislamiento social, que también afecta al estado de ánimo general, algo muy característico de estos trabajadores. Para ella, las cinco de la mañana es el punto de no retorno del sueño que tiene que obligarse a vencer. «Se hace muy pesado, cada profesional tiene su truco para superarlo. Yo me dedico a repasar el cambio de turno que haré luego con los compañeros y dejo las tareas más delicadas, como preparar la medicación de los pacientes, para la primera hora de la noche cuando llego a mi puesto».

Jesús Soriano. Camarero (@soycamarero)

«Lo único bueno que tiene trabajar así es que no tienes que madrugar»

El investigador del ISGlobal avisa de que hay personas propensas a adaptarse mejor a la nocturnidad que otras. Y ese es el caso de Jesús Soriano, camarero, autor de la célebre cuenta humorística @soycamarero, en la que cuenta las vicisitudes de la profesión (historias que plasmó en un libro editado por Grijalbo hace unos años). No en vano destaca con risas que «lo único bueno de ese horario es no tener que madrugar». Al margen de las bromas, dice que «psicológicamente es agotador». Pero, no tanto ya el horario, sino el entorno en el que trabajan. Las condiciones de luz, de ruido, de ritmo van en contra de las recomendaciones generales para sobrellevar mejor estos turnos. Y lo de dormir pequeñas siestas, imposible. «Más bien es algún cliente quien se ha quedado dormido en el baño», recuerda. «Al final del turno estás deseando salir. Carga muchísimo mentalmente», dice. En su caso, la parte mental pesa más que la física. «Si logras descansar bien, el cuerpo se acostumbra», quita importancia. Lo que no soporta es lo difícil que es mantener la vida social. «Te limita». 

 

TITULO:  EN PORTADA CRONICAS MUJERES VIAJERAS -   Renacer a los 19 años   ,    . Jueves -9-Septiembre,.


En Portada - Renacer a los 19 años.,

 

 El Jueves  -9- Septiembre , a las 23:30 en La 2,./ foto.

 Renacer a los 19 años., 

Renacer a los 19 años


Error fatal. Las dos jóvenes que fueron intercambiadas en el año 2002 en el Hospital San Millán de Logroño esperan los resultados del ADN para poder conocer su verdadera identidad y rehacer sus vidas. «Deben ser conscientes de que no han vivido la vida de otra persona, sino la suya», apuntan los psicólogos,.

María y Ana no se llaman así. Son los nombres ficticios bajo los que se esconden las identidades de dos jóvenes que nacieron a mediados del año 2002 en el desaparecido Hospital San Millán de Logroño y cuya historia ha acaparado durante esta semana los titulares de medio mundo. Nadie sabe en qué momento sucedió, pero desde que salieron del paritorio camino de la sala de incubadoras y hasta que fueron entregadas a sus familias alguien acurrucó a María en la cuna de Ana y viceversa. Fue un «error humano», lamentó la consejera de Salud de La Rioja, Sara Alba, asumiendo que nunca se sabrá quién lo cometió. María se enteró de que no era quien pensaba ser en 2017; Ana, a principios del 2019.

En apenas un instante, los pilares sobre los que se asentaban sus vidas se derrumbaron y afrontaron un proceso de reconstrucción vital al que sólo le falta colocar una pieza, la que debe llegar desde el Instituto Nacional de Toxicología: la prueba de ADN realizada en noviembre del 2020 a María y a su supuesto padre biológico. Todos los actores del caso intuyen el resultado. Cuando llegue ese informe y si se confirman esas predicciones (el escenario contrario podría ser caótico), ambas volverán a nacer y, a falta de una máquina del tiempo que permitiera enmendar aquel error, podrán, al menos, conocer su verdadera identidad. Un renacer en plena adolescencia.

María no sabe quiénes son sus padres desde el 2017. Las discapacidades e incapacitaciones total o parcial de sus progenitores formales (no biológicos) hicieron que se criara con su supuesta abuela materna quien, cuando ella tenía 15 años, reclamó una pensión de alimentos al presunto padre. Aquella petición acabó en una prueba de ADN que negó dicha paternidad y borró su nombre de la partida de nacimiento de María. Otro test similar (privado y sin, por ahora, consecuencias registrales) también confirmó que su supuesta madre tampoco fue quien le alumbró.

Desde entonces, su vida está repleta de interrogantes. En ese momento, explica Elena Anguiano, psicóloga sanitaria y experta en psicoterapia con niños y adolescentes, se rompieron las tres ideas disfuncionales a las que, pese a saber que lo son, todos nos aferramos por aquello de la supervivencia. «Pensamos que el mundo es justo, predecible y seguro porque necesitamos agarrarnos a algo. Cuando algo así sucede, todo eso se rompe y dos más dos dejan de ser cuatro». Hay que empezar a reescribirlo todo.

La primera en nacer fue Ana. Cinco horas después lo hizo María. La primera fue a la incubadora 1; la segunda, a la 2. Cuando pasaron a la zona de cunas, recalaron en la número 5 y en la 6. Casi de la mano. Nadie se dio cuenta de que Ana fue puesta en los brazos de la madre de María y viceversa. Durante 19 años las dos jóvenes han intercambiado sus vidas algo de lo que, de no haber sido por aquella demanda de alimentos, nunca se habrían enterado.

Ni una sola duda en dos décadas: «Si hubiera existido cualquier sospecha, no habríamos llegado a esto, se habría reaccionado en su momento, obviamente», explicaba esta semana el presunto padre biológico de María, al que un día, meses después de quedarse viudo, le citaron en el despacho del Fiscal Superior de La Rioja para ponerle al corriente del caso. Fue, decía gráficamente, como colarse en el reparto de una película meliflua.

Interiorizarla

Afrontar esa noticia, como lo es trasladársela a unas adolescentes de 15 o 17 años, es complicado. Mucho más interiorizarla. Se puede encajar como si de un duelo se tratara y desarrollar una sensación de pérdida de toda la estabilidad de que se disfrutaba, pero también puede alumbrar una especie de reconciliación, de liberación, al ver cómo las piezas vitales que nunca habían encajado encontraban, por fin, su lugar en el rompecabezas, argumenta Elena Anguiano, que sostiene que ambas jóvenes tienen ante sí un mismo reto, «encontrar un punto de anclaje», e idéntico punto de partida: «Deben ser conscientes de que no han vivido la vida de otra persona, sino su propia vida. Por mucho que se planteen cómo podría haber sido su vida, nadie se la va a poder devolver».

Esa es una de las claves de su renacer en plena adolescencia: el borrón y cuenta nueva es imposible y lo vivido, vivido está, no hay marcha atrás. Anguiano cree que en un caso como el de las bebés intercambiadas hace 19 años existen similitudes con el descubrimiento por parte de un niño de que es adoptado, lo que se traduce en que más que un proceso de reconstrucción vital deben afrontar uno de integración.

«Deben integrar esa nueva realidad en su vida, asumir que todo esto ha ocurrido» y añadirlo a su mochila vital. No es, incide, hacer tabla rasa, algo imposible cuando de la ecuación no se puede eliminar el aspecto sentimental. «Los afectos por quienes pensaban que eran sus padres, por los supuestos abuelos que han cuidado de ellas durante su infancia siguen estando ahí por mucho que un papel diga que no son familia».

El problema es que para ese proceso de reconstrucción ni existe una guía de actuación ni tiene una duración determinada: «Cada persona, cada víctima, responde de una manera diferente. Hay quien tiene una capacidad de resiliencia increíble y enseguida está bien y quien necesita ayuda profesional. Se trata de reescribir tu vida, de querer a ese padre que no conoces, a ese abuelo, a esos hermanos que acabas de encontrar, a tu madre que se ha ido y que nunca conocerás, a vivir un duelo por ella que no has pasado... Lo tienen que integrar porque es algo que nunca se podrá olvidar».

Cuando a los 15 años las raíces de María se esfumaron, solicitó a la justicia ser declarada mayor de edad y trasladó a la Consejería de Salud de La Rioja una pregunta: ¿Quién soy? La administración riojana hizo de Sherlock Holmes, cotejó los datos de trece partos registrados en fechas próximas a su nacimiento, estudió datos médicos, comprobó grupos sanguíneos (el ADN también reveló que el grupo de María no era el que recogía su historial clínico), eliminó de la lista a los varones, a los que no pasaron por las incubadoras y concluyó que solo pudo ser intercambiada con Ana.

Perdonar

Asumir ese error y reaccionar ante él es la segunda derivada de su renacer. «Es importante también el papel que juega la capacidad para perdonar, que ni es fácil ni es obligatoria. Pueden entender que ha existido un error humano, pero no se puede obligar a nadie a perdonar. El principio fundamental en todo este proceso que tienen que afrontar es el respeto hacia sus decisiones y la empatía. Ellas deben marcar qué es lo que necesitan y la sociedad debe ser un colchón para ellas. Igual necesitan visitar un paritorio. En ese caso, ¿quiénes somos nosotros para negárselo?», dice Anguiano.

Más aún cuando su vida se derrumba como un castillo de naipes en plena adolescencia, un momento «en el que se está configurando qué van a ser en el futuro y tienen dudas». No es, en todo caso, ni el mejor ni el peor momento para afrontar algo así: «Cada momento es diferente. Habrá quien necesite contarlo y quien no lo precise. Todo es muy relativo y todo depende de la forma de ser de cada uno», añade la psicóloga.

Otra fase es el futuro. Habrá a quien le pase factura y habrá quien consiga incorporar el episodio del intercambio sufrido en su vida sin mayores consecuencias. Pero siempre habrá episodios especialmente complicados. «Quizá un día sean madres. ¿Cómo lo van a gestionar? Puede ser muy fácil o muy difícil, pero tienen derecho a que sea todo lo difícil que ellas quieran».

A expensas de que el ADN arroje luz sobre la pregunta fundamental del caso, sobre la mesa existe también una petición de indemnización a la Consejería de Salud de La Rioja de 3 millones de euros. El expediente está paralizado, como todo, a la espera de que el Instituto de Toxicología dé señales de vida, pero existe una propuesta de resolución que ofrece 215.000 euros. «Una compensación puede ayudar a mitigar el dolor. No tanto la económica como un reconocimiento de que se ha cometido un error, de que se han equivocado. No soluciona el problema, es solo un paso». Porque, ¿cuánto valen 19 años de vida?,.

Cambio en los apellidos, en las herencias...

Más allá de la mella psicológica que el intercambio pueda dejar en las dos jóvenes que ahora esperan conocer su verdadero origen, un error como este supone una prolija relación de efectos colaterales en el ámbito jurídico. El primero de ellos, es automático, recuerdan desde el Palacio de Justicia de La Rioja: «Cuando por sentencia se determina el cambio de filiación de una persona, automáticamente se da traslado al Registro Civil para que realice las modificaciones e inscripciones necesarias». Es lo que sucedió en el caso de María, en cuya partida de nacimiento solo figura quien ha sido su madre formal durante estos años (que no la biológica).

Si se confirma el error, María cambiará de apellidos y tendrá una nueva identidad meses después de hablar cumplido los 19 años. Será el momento de trasladar esa nueva filiación a toda la documentación oficial que está a su nombre (títulos educativos, identificativos, propiedades, etc.) y a todos los registros oficiales. No solo ahí, la nueva relación también tendrá consecuencias en lo que a efectos sucesorios se refiere en cuestiones de legítima.

Pendiente queda por resolver la filiación de la segunda joven (Ana). Hasta el momento todas las pruebas de ADN que se han realizado, tanto judicial como extrajudicialmente, han sido para cotejar la identidad de María. Las dos primeras acabaron descartando la relación biológica con quienes ella pensaba que eran sus padres; la tercera es la que determinará si es hija de quien todos los indicios señalan.

En el caso de Ana, apuntan fuentes del caso, no se ha hecho análisis alguno. Además, la mayoría de edad de ambas relaja las consecuencias que podría tener para ellas en cuanto al lugar de convivencia, sostienen fuentes judiciales.

Órbita Laika - Departamento de portugues ,./ Zona indie - Cine - El árbol magnético . / + Cotas - Así 've' el mundo tu perro ,. / Generaciones - El devenir de Pedro Sánchez,.

 

TITULO: Órbita Laika -  Departamento de portugues ,.

Lunes -6- Septiembre las 22:00 en La 2 / foto,.

 Departamento de portugues,.

 Falas português?: clases sin fronteras y estereotipos

 El rector de la Universidad de León (ULE), José Angel Hermida, y el director del Centro de Apoio Profissional e Línguas (CAPL) de Portugal, Carlos Teixeira, suscribieron este lunes un acuerdo específico entre ambas instituciones para impartir el programa de doctorado con el master en Investigación en Psicología y Ciencias de la Educación.

Este convenio se encuadra dentro de un acuerdo marco de colaboración por el que ambas partes han estipulado que sus futuras colaboraciones responderán a alguna de sus premisas principales, como es el caso de “facilitar la incorporación de personal en formación a grupos de investigación, abordar trabajos de investigación de interés singular para las instituciones o promover la participación de alumnos de doctorado y profesores en posibles programas conjuntos”.

Es precisamente en este último epígrafe en el que se engloba el acuerdo de hoy en el que se contempla que la Universidad de León impartirá este master en colaboración con el CAPL en Lisboa y en dos centros de Luanda (Angola). Al concluir el master y el programa de doctorado en el que se encuadra. así como la defensa y aprobación de la tesis doctoral realizada en la ULE, se obtendrá el título de foctor por la Universidad de León con especificación del programa de doctorado.

Se encargarán del master profesores del departamento de Psicología, Sociología y Filosofía de la ULE, y sus gastos de desplazamiento, manutención y docencia serán sufragados íntegramente por el Centro de Apoio Profissional e Linguas de Portugal. La previsión es que los alumnos de Portugal y Angola puedan concluir en dos cursos académicos sus estudios y trabajo de fin de master. Esto les facilitará ser admitidos al periodo de investigación del Programa de Doctorado homónimo, garantizándoles la dirección de sus tesis. En cada edición y sede habrá un número máximo de treinta alumnos en este programa.

TITULO :   Zona indie - Cine -  El árbol magnético ,.

Este lunes-6- Septiembre a las 23:30, en la ‘Zona indie’ de La 2 se emite la película, foto.

 El árbol magnético

Reparto
 
 
Bruno regresa a su país de origen, Chile, después de una prolongada ausencia. La casa de campo que de niño compartía con su familia está ahora en venta, y todos se reúnen para despedir el lugar. La visita al "árbol magnético", una curiosidad local de extrañas propiedades, despertará en él sensaciones y afectos casi olvidados desde que era un chico.

TITULO:  + Cotas -  Así 've' el mundo tu perro ,.

El Sabado -4- Septiembre  a las 9:30 por La 1, fotos,.

 Así 've' el mundo tu perro,.

 Así 've' el mundo tu perro


Su olfato es una herramienta prodigiosa que determina su relación con el entorno y, en cierto modo, lo proyecta hacia el pasado y el futuro,.

La especie humana lleva miles y miles de años conviviendo estrechamente con la canina, e incontables personas concretas han pasado su vida entera en compañía de perros, pero aun así hay rasgos de su comportamiento que nos siguen pareciendo misteriosos y sorprendentes. A veces nos maravillan las cosas que hacen –tanto los nuestros, en sus cotidianos afanes perrunos, como los ajenos, esos ejemplares sobresalientes que detectan el cáncer o guían a los ciegos– y nos encantaría meternos un ratito en su cabeza para entender mejor cómo perciben y entienden el entorno, en qué cosas su mundo es como el nuestro y en cuáles adquiere una consistencia diferente.

«Hay una palabra muy interesante, Umwelt, un concepto de principios del siglo pasado que se refiere a que cada especie animal vive en su propio mundo sensorial. El Umwelt de los perros es radicalmente diferente al nuestro y, si no lo entendemos, nos resultará imposible comprender su comportamiento», resume Tomàs Camps, especialista en etología (es decir, el estudio de la conducta animal) y director del centro mallorquín Etovets. Todos sabemos que la jerarquía de los sentidos no es la misma para los humanos y los perros: nosotros somos eminentemente visuales mientras que en ellos predomina el olfato. Lo que no tenemos siempre tan claro es hasta qué punto esa diferencia no es solo una cuestión cuantitativa, sino que supone un giro radical en lo que podríamos llamar la 'concepción' del mundo.

«Al igual que los humanos nos creamos un mapa visual en nuestro cerebro de lo que vemos, ellos lo hacen con olores y de forma mucho más precisa», apunta José Antonio Ramos, adiestrador canino y administrador de la web especializada SoyUnPerro. Lo primero que nos impresiona del olfato canino es, evidentemente, su capacidad para captar detalles que a nosotros se nos escapan: «La cantidad de receptores en su mucosa olfativa es muy superior a la nuestra y la zona cerebral destinada al olfato es mucho más amplia –desarrolla Camps–. Por ejemplo, ellos son más discriminativos: si una persona huele a sudor y se aplica mucho desodorante, otra persona olerá la alta concentración de ese producto y se saturará, sin llegar a percibir el sudor, pero saturar con desodorante a un perro es imposible y él olerá las dos cosas. Por eso es tan difícil enmascarar, por ejemplo, el olor de una sustancia estupefaciente». La trufa del perro es un sofisticado diseño que, en combinación con su cerebro, es capaz de proezas que nos parecen inconcebibles: los ejemplares adiestrados para detectar explosivos pueden percibir un picogramo (es decir, la billonésima parte de un gramo) de TNT, y hay historias como la del perro policía que encontró marihuana que estaba sumergida en gasolina y dentro de un tanque de gas. Cualquier día podemos contemplar un prodigio del que a veces no somos conscientes: cuando un perro se pone a seguir el rastro de una persona, le basta un par de segundos (el equivalente a cinco huellas consecutivas) para saber en cuál de los dos sentidos se desplazaba. «Están comparando la diferencia en la concentración del olor que ha dejado esa persona, a lo mejor hace días, en unos pocos pasos», resume Camps.

Los perros, además, están entre las especies que disponen de órgano vomeronasal o de Jacobson (nosotros también lo tenemos, pero de forma vestigial), una estructura en contacto directo con el cerebro que complementa el olfato 'convencional'. «Les sirve para oler las feromonas, que transmiten información entre los individuos de la misma especie: no solo de tipo sexual, que es de lo que se suele hablar, sino que por ejemplo les permiten saber si otro perro ha estado en un sitio y lo ha pasado mal allí. Nosotros no nos lo ponemos ni imaginar. Cuando parece que chupan un pipí, están recogiendo información a través de este órgano», comenta Camps.

La rosa orinada

Eso nos introduce de lleno en la dimensión cualitativa, en cómo el olfato de un perro llega a integrar el pasado (quiénes han pasado por aquí), el futuro (quién va a aparecer pronto por la puerta) y conceptos abstractos como el estado de ánimo. La investigadora Alexandra Horowitz, autora de varios libros superventas sobre comportamiento canino, lo resume en este párrafo impresionante: «El perro sabe el tiempo que va a hacer, cómo huele la primera hora de la tarde y si tú estás enfermo o descontento. Cada inhalación está llena de información. Acarrea los olores de personas que han pasado por allí hace poco, dejando una estela de huellas olfativas. Recoge las notas de polen y de plantas que trae la brisa. Cada inspiración captura los rastros de animales que han caminado, han corrido, se han asustado, han comido o han muerto cerca. Atrapa la carga eléctrica y las moléculas húmedas de tormentas lejanas», desmenuza, además de explicar cómo una bella rosa es en principio irrelevante para un perro «a menos que haya sido orinada por otro perro, pisada por otro animal o manipulada por el dueño del perro: entonces sí adquiere un interés vívido y se vuelve más significativa para el perro que cualquier rosa bien presentada lo es para nosotros».

¿Y qué hay de la vista de los perros? «Es radicalmente diferente a la nuestra. Son muchísimo más sensibles a la luz pero, por la distribución de conos y bastones, perciben el color peor. Nosotros tenemos más nitidez visual pero menos sensibilidad: vemos mejor, pero necesitamos luz para ello. Los seres humanos somos tricrómicos (el clásico rojo, verde y azul), pero ellos aprecian dos colores, no ven el rojo. No es cierto que vean en blanco y negro», corrige Camps el error popular. Y José Antonio Ramos suma otras dos diferencias: «Su campo de visión es muy superior al de un humano y, además, tienen muchos más reflejos, por lo que pueden detectar cualquier movimiento mejor que nosotros». Hay un momento en el que la vista adquiere particular relevancia: cuando un perro se encuentra con otro, además de la habitual coreografía de olisqueos (que, tal como explica el adiestrador, puede demostrarles que ya se conocían aunque no se hubiesen encontrado nunca, por haber olfateado la orina del otro), también se produce un intercambio fundamental de información a través de las posturas: «La posición de las orejas y la cola, si le mira fijamente o no, si le gruñe... Los perros ven de forma natural si el otro es amigo, si muestra señales de calma o si puede convertirse en un problema», detalla Ramos.

Y ahí Tomàs Camps añade un detalle relevante: «Hay razas que, por nuestro capricho, no pueden expresarse. Por ejemplo, un bulldog francés. Al final, todo depende de las orejas levantadas o caídas, de la cola, de las piernas estiradas o no, y el pobre bulldog no puede hacer nada de eso. Socialmente es un problemón para ellos, porque muchos conflictos se evitan a través de la comunicación. Y luego está la gracieta de la gente que corta las orejas o la cola a su perro por estética, algo que por suerte se prohibió en España». Ese maltrato gratuito a nuestros compañeros de miles de años demuestra que, a nosotros, tampoco hay quien nos acabe de entender.

«Para ellos somos mucho más que un cúmulo de olores»

¿Y qué hay de nosotros? Al olfatearnos cuando volvemos a casa, nuestros perros extraen un montón de información sobre los lugares donde hemos estado (y con qué perros nos hemos relacionado), lo que hemos comido y nuestras funciones fisiológicas y estado de ánimo. Quizá no seamos otra cosa para ellos que ese complejo ramillete de aromas, ¿no? Tomàs Camps lo niega de manera tajante:«Hemos evolucionado conjuntamente. A diferencia de lo que se pensaba, hoy se cree que el primer paso para domesticar al perro no lo dimos nosotros, sino el lobo, que se acercó a las personas. Llevamos 25.000 o 30.000 años juntos y ellos, sin necesidad de que les enseñemos, son ya capaces de atender a nuestras señales sociales: saben lo que les queremos decir sin necesidad de tener que enseñárselo, algo que no hacen los chimpancés, tan cercanos a nosotros. Qué va, para ellos no somos solo un cúmulo de olores y posturas, sino mucho más: nos expresan de manera espontánea comportamientos sociales que se expresan entre ellos». Esa intimidad compartida a lo largo de incontables generaciones, por cierto, también ha tenido su contrapartida negativa para los perros:«Han perdido capacidades por culpa de todo esto –aclara el director de Etovets–. A los perros los dirigía el ser humano y eso ha reducido su capacidad para orientarse y para resolver problemas espaciales, que es mucho peor que la de los lobos». 

 

TITULO: Generaciones - El devenir de Pedro Sánchez,.

 

El devenir de Pedro Sánchez,.

 Pedro Sánchez visitará el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en pleno  juicio del 'procés' | Leonoticias

foto / Pedro Sánchez quiere que antes de final de año comience a operar el prometido Centro Estatal de Salud Pública y Calidad Asistencial, la que está llamada a ser la gran agencia gubernamental para la coordinación con las comunidades de todas las políticas y campañas sanitarias o la estructura con la que enfrentar de forma conjunta futuras pandemias. La idea inicial del Ministerio de Sanidad era que este centro, cuya creación se aprobó en la Comisión de Reconstrucción Económica y Social en junio de 2020, hubiera comenzado a andar en el primer semestre de este año, pero en el Gobierno se han encontrado con un escollo: Fernando Simón, la gran apuesta del propio Sánchez para dirigir esta nueva institución, sigue insistiendo en que no quiere volver a la primera fila.

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), explican fuentes de su entorno, no ha dado todavía una respuesta a Moncloa, por lo que el propio presidente y la ministra Carolina Darias han redoblado en los últimos días la presión para que el mediático epidemiólogo dé el paso adelante. Los argumentos de ambos para intentar convencer al médico son muy parecidos: el nuevo centro se va a dotar principalmente con especialistas de la actual Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad y del propio CCAES, por lo que nadie conoce mejor que el propio Simón a los profesionales que van a integrar esa nueva macro estructura sanitaria.

La propuesta de Darias –según han confirmado fuentes cercanas al entorno del CCAES- es que Fernando Simón se ponga al timón de este centro con rango de director general. Sería su segundo ascenso desde el inicio de la pandemia, ya que el exministro de Salvador Illa le nombró subdirector general al poco de iniciarse la crisis sanitaria en la primavera de 2020.

«Encantado»

Pero a Simón –explican sus más cercanos- no le tientan los cargos. Es más, asegura que está «encantado» con el nuevo estatus que ha conseguido para sí y para sus colaboradores del CCAES: primero logró que sus dos comparecencias semanales (lunes y jueves) se redujeran a una (solo los lunes) y ahora ha conseguido que no haya intervención semanal ni de él ni de nadie de su equipo, al suprimirse también las ruedas de prensa de los lunes. Su papel ‘político’ ha quedado reducido exclusivamente a la participación en el reducido comité de seguimiento del coronavirus que cada semana se celebra en Moncloa presidido por Sánchez. Carolina Darias le ha concedido todos sus deseos en los últimos meses, pero ni siquiera así ha conseguido, al menos todavía, arrancarle un ‘sí’.

El pasado jueves, en su reaparición pública como ponente de la conferencia 'Evaluación de la gestión de la pandemia’ en un congreso en León, Simón no quiso aclarar nada, aunque dejó claro que tampoco se autodescartaba para este puesto. «Que nadie se piense que yo voy a ser el director porque sí. Primero me tengo que presentar. Y no sé si lo voy a hacer. Y luego me tienen que elegir. Va a depender de muchos factores. Que no se piensen que yo estoy predestinado a este puesto»,señaló. El director del CCAES recordó que la Ley General de Salud Pública de 2011 ya hablaba de este centro estatal, cuya dirección se elegirá a través de un comité y entre los candidatos que se presenten o sean propuestos.

Fernando Simón por tanto dejó abierta la puerta a volver a la primera línea. Una posición que contrasta con la que mantuvo en una de sus últimas comparecencias públicas cuando el pasado 24 de mayo aseguró que tenía «muchas ganas» de dejar de aparecer en los medios y que la «gente se olvide de mí».

Enfado del PP

La posibilidad de que de Simón finalmente sea designado para dirigir este Centro Estatal de Salud Pública y Calidad Asistencial no gusta en absoluto al Partido Popular, que esperaban a una persona de más consenso. En el PP, que apoyó con sus votos la creación de esta estructura, creen que Simón está «totalmente alineado» con las tesis del Gobierno y que durante toda la pandemia ha servido a los intereses del Ejecutivo socialista. De hecho, el propio Pablo Casado ha pedido públicamente la dimisión del director del CCAES.

El Grupo Popular ha presentado una batería de preguntas en el Parlamento sobre este nuevo centro y sobre qué criterios va a seguir el Ejecutivo para elegir a su director. Los populares, que en ningún momento citan en sus demandas de información a Fernando Simón, sí que quieren dejar claro con esta iniciativa que si finalmente éste es elegido para el cargo no va a ser bien recibido.

Sea como fuere, en el Ejecutivo el enfado del PP con Simón lo dan por amortizado. Darias hace solo unos días confirmó públicamente que en el Gobierno siguen apostando por el epidemiólogo. «El doctor Simón es un activo importante de este ministerio», zanjó la titular de Sanidad.