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LAS HUCHAS DE LAS MONEDAS - CALMA EN LOS MERCADOS ,.
LAS HUCHAS DE LAS MONEDAS - CALMA EN LOS MERCADOS ,. fotos,.
CALMA EN LOS MERCADOS,.
inicio de curso plano. El Ibex apenas registró movimientos en las primeras jornadas de un año económico que se presenta tremendamente complicado al haber irrumpido con fuerza uno de los fantasmas que históricamente más han preocupado a los inversores: la inflación. Los precios subieron en agosto hasta el 3´3% en tasa interanual, máximo en casi una década, lastrado el IPC por la alarmante escalada de la luz que en las últimas semanas se ha disparado hasta casi triplicar su precio de hace solo unos meses. Detrás de esta subida, está el encarecimiento del gas y del CO2, pero también hay que achacar mucha parte de culpa a nuestro “mix” energético y a la fortísima carga impositiva que soportan cada uno de ellos, cóctel explosivo que adelanta un otoño “muy caliente”.
El selectivo intentó sin éxito reconquistar el nivel de los 9.000 puntos, cerrando el viernes en los 8.864, tras ceder estas últimas cinco jornadas un 0´65%. Dos valores cíclicos -IAG y Cellnex- sufrieron los correctivos más severos, con descensos respectivos del 4´79% y 5´36%. La nota positiva la puso Pharmamar, que tras la aprobación de su medicamento Zepzelca en los Emiratos Árabes Unidos se disparó un 10´84%.
En el exterior, sin duda la noticia más relevante fue el espectacular avance del Nikkei, que se revalorizó un 5´38% tras dimitir el primer ministro nipón, descontando la bolsa japonesa la más que posible victoria electoral del partido liberal. De este magnífico resultado se contagió el Hang Seng que ganó un 1´94%.
Calma absoluta en los mercados de deuda, ofreciendo al cierre las obligaciones a diez años una rentabilidad del 0´33%. Esta calma fue aprovechada por el Tesoro para adjudicar más de 4.000 millones subastando papel a distintos plazos haciéndolo a tipos de interés negativos hasta los 7 años.
En los de divisas, el cambio euro/dólar se fijó en las 1´18 unidades, mientras que el bitcoin continuó su línea alcista que le ha llevado en poco más de un mes a recuperar más de un 20% de su cotización.
El miércoles, la OPEP acordó en su reunión mensual continuar con su política de aumentar la producción de forma gradual, revisando al alza su perspectiva de demanda global para 2022, perspectiva que ha llevado al barril de Brent a ganar desde mediados de agosto más de un 12%, acercándose a los máximos de 2018.
Acaba de iniciarse el nuevo curso económico y ya hay una entidad financiera -Banco Sabadell- que ha anunciado un ERE sobre más del 12% de su plantilla y que afectará a 1.900 trabajadores. El sector financiero inició en 2008 un durísimo ajuste en sus plantillas que no parece tenga cercano aun su fin. Malos tiempos para la lírica.
TITULO: LOS 50€ BILLETES
- BILLETE 1.000 PESETAS - LOS ARBOLES PERDIDOS - El paro baja en 3.441 personas en agosto en Extremadura,.
LOS 50€ BILLETES - BILLETE 1.000 PESETAS - LOS ARBOLES PERDIDOS - El paro baja en 3.441 personas en agosto en Extremadura,. , fotos,.
El paro baja en 3.441 personas en agosto en Extremadura,.
El número de parados registrados en las oficinas públicas de empleo de Extremadura descendió en 3.441 personas en agosto, un 3,60 por ciento menos respecto al mes anterior, la mayoría de ellos en el sector servicios, lo que sitúa la cifra total de desempleados en 92.061.
En comparación con agosto de 2020, el desempleo bajó en 13.398 personas, un 12,70 por ciento, según los datos publicados este jueves por el Ministerio de Trabajo y Economía Social.
La mayor caída del paro en un mes de agosto de toda la serie histórica
En el conjunto del país, el desempleo registrado disminuyó en 82.583 personas, hasta un total de 3.333.915, lo que supone la mayor caída del paro en un mes de agosto de toda la serie histórica.
Respecto a las provincias extremeñas, el paro bajó en Badajoz en 2.479 personas, un 3,95 por ciento menos en relación a julio, lo que sitúa en 60.261 el número de desempleados, mientras que en Cáceres lo hizo en 962 personas, un porcentaje del 2,94 por ciento que cifra el total de parados en 31.800 personas.
El paro masculino se situó a finales del mes pasado en 34.072 personas y el femenino en 57.989.
Del total de parados, 7.884 son menores de 25 años y, de ellos, 3.739 son hombres y 4.145 mujeres.
Por sectores, el desempleo descendió de forma más intensa en los servicios, con 2.050 parados menos, seguido del colectivo sin empleo anterior (-699), la agricultura (-546) y la industria (-147), y solo aumentó en la construcción con un desempleado más.
En cuanto a la contratación, en agosto se firmaron 53.069 contratos en la región, 7.080 menos que el mes anterior (-11,77 %), y 6.096 en tasa interanual (12,98%).
De ellos, 51.450 fueron temporales y 1.619 indefinidos.
LOS LIMONES - EL BOMBON DE HELADO - PAPELES QUEMADOS - Chimenea -Economia - Un mal verano ,. , fotos,.
Un mal verano,.
El encarecimiento de la energía, las materias primas y el transporte impulsa una inflación que perdurará,.
Estanflación es el neologismo económico de moda. Según la Real Academia Española, hace referencia a una «situación de estancamiento económico en la que se da un aumento del paro y de la inflación». Aunque no refleja con exactitud la extraña coyuntura actual, en la que los precios de casi todo suben a pesar de que la demanda en la mayoría de sectores aún no ha recuperado los niveles previos a la pandemia, Massimo Cermelli, profesor de Finanzas de la Deusto Business School, considera que es el término más apropiado para describir lo que sucede.
«La economía crece y el paro desciende, sí, pero partimos de una base muy baja por la crisis del coronavirus, todavía estamos lejos de alcanzar los niveles de 2019, y la inflación en algunos lugares ya da miedo, como en Estados Unidos», analiza. Allí los precios han crecido hasta el 5%, la cota más alta desde 2008, y en España también van en ascenso: la inflación de mayo y junio alcanzó el 2,7% y tiró del acumulado durante el año hasta el 2,5%.
En resumen: aún no hemos recuperado el nivel de riqueza y de consumo de enero de 2020 y, sin embargo, el precio de diferentes productos básicos se dispara a niveles muy superiores: la electricidad ha marcado esta semana un récord histórico de 110 euros por megavatio, la gasolina supera los 1,4 euros por litro por primera vez en siete años, y la bombona de butano alcanza los 15,37 euros, la marca más alta en seis años.
Desafortunadamente, todo apunta a que la situación no va a mejorar a corto plazo. «Estos precios tan altos han llegado para quedarse», advierte Kepa Loizaga, de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que ha calculado en 505 euros el sobrecoste que cada familia afrontará este año solo por carestía del sector energético. «El problema es que irá extendiéndose a otros productos y que tanto los consumidores como el Gobierno poco pueden hacer al respecto», sentencia.
«Esta vez la inflación no se debe a la demanda sino al precio de las materias primas. Eso dificultará el despegue de la economía y afectará al poder adquisitivo de la población», avanza Cermelli, que también vaticina el encarecimiento de bienes de consumo. Basta darse una vuelta por los mercados de futuros para certificar que se está creando la tormenta perfecta: la bobina de acero ha pasado de 482 dólares de hace un año a 1.800, un crecimiento similar al del cobre o el aluminio.
«Los precios de los materiales han subido entre el 20% y el 50%. Ahora se han estabilizado, pero el gran problema es la incertidumbre, porque nadie sabe si hemos tocado techo», comenta Pedro Segovia, responsable de producción en China de la empresa de automoción RTS. Algo similar sucede en la construcción, donde algunos promotores han comenzado a incluir cláusulas en los contratos para blindarse ante el constante encarecimiento de los materiales. «Se terminará repercutiendo en el precio de la vivienda nueva», asegura Mikel Amiano, director técnico de la constructora de casas ecoeficientes Eiser.
Por si fuese poco, a esto se suma la locura del transporte marítimo. «El precio de un contenedor entre China y Europa ha pasado de 2.000 dólares antes de la pandemia a 12.000», comenta Mikel Urrutia, director general de Vasco Shipping, representante de la naviera china Cosco para el norte de España, Canarias y Mauritania. Para nuestro país, que tiene una de las mayores tasas de dependencia de 'commodities' del exterior –26,8%– en la Unión Europea, esta es una mala noticia por partida doble.
Urrutia cree que el transporte será un elemento inflacionista al menos hasta el año que viene, y que acabará repercutiendo en el bolsillo de los consumidores. Aunque reconoce que las navieras están haciendo un dineral con los precios actuales, considera que «es un beneficio cortoplacista» y que «se trata de una situación poco deseable, ya que los márgenes de los fabricantes se están reduciendo y algunos ya se plantean la relocalización, como está sucediendo en Turquía».
Sin embargo, Urrutia asegura que es difícil determinar el precio justo en el transporte. «Hasta 2020 los armadores apenas cubrían costes. Posiblemente esté en torno a los 4.000 dólares, el doble de lo que se pagaba en 2019», calcula. Segovia, que tiene la fábrica llena de piezas que no logra embarcar, considera que esa suma ahora mismo sería «un regalo». Pero para que baje a ese nivel se han de poner en marcha medidas que tardarán en dar sus frutos. «Los propietarios de los buques –que los alquilan a las navieras– han subido los precios de los chárters y eso dificulta aumentar la flota, hay escasez de contenedores, las terminales van más lentas por todos los protocolos, y eso provoca un gran desajuste en toda la red», explica Urrutia.
Cermelli señala en otra dirección: hacia los oligopolios internacionales existentes tanto en el transporte marítimo como en el sector energético. «El mercado restringe el margen de maniobra de los gobiernos a jugar con los impuestos, que es lo que ya se ha hecho. Cárteles como la OPEP manipulan la oferta para mantener estables los precios, y el funcionamiento del mercado de la electricidad es un delirio», apostilla.
Aitor Ciarreta, profesor de Economía en la Universidad del País Vasco, coincide y analiza lo que sucede en ese último ámbito: «Por un lado, tenemos el incremento de la demanda de electricidad debido a la ola de calor y el hecho de que renovables como la eólica o la hidroeléctrica no producen tanto porque no hay viento ni llueve. Por otro están los permisos de emisión de CO2, que se han disparado casi un 60% en el último año y que las eléctricas suman al costo».
A corto plazo, Ciarreta no prevé cambios en el precio de la luz, y recuerda que por ley puede alcanzar los 180,3 euros por megavatio. «Pero hay datos esperanzadores, como la estabilización del precio del gas natural. Si la recuperación económica no provoca una gran presión al alza, tras el verano la factura podría bajar un poco», vaticina el profesor, que coincide con Cermelli y Loizaga en la necesidad de revisar el sistema marginalista de precios impuesto por la UE.
Acotar la especulación
La gran incógnita está ahora en si la onda inflacionista alcanzará a los alimentos. Loizaga no es optimista. Cereales con los que se preparan piensos animales ya han aumentado considerablemente de precio y eso repercutirá en la carne y los productos lácteos. Por eso, muchos subrayan la necesidad de impulsar una reforma total del sistema para evitar hambrunas que ya se han dado en otras ocasiones.
«Hay que intervenir en los mercados de futuros y poner coto a la especulación», propone Cermelli. «Se deben reformar los peajes de la electricidad, reducir definitivamente su IVA, y meter mano a los beneficios de las empresas», añade Loizaga. Y Urrutia se fija en los consumidores: «Nos hemos acostumbrado a productos lejanos muy baratos, se menosprecia el transporte, y la gente cree que no cuesta porque está incluido en el precio. Me gustaría que esta crisis cambiase esa percepción».
El 'Wall Street Journal' tiene claro quién se beneficia. 'Las materias primas se disparan, los beneficios empresariales le seguirán', titulaba en un artículo en el que recogía unas declaraciones muy significativas de Scott Colyer, consejero delegado del fondo de inversión Advisors Asset Management: «Hay un punto en el que el sistema no tolera más encarecimiento, pero todavía no hemos llegado a él. Todo apunta a que va a ser una gran fiesta».