TITULO: Atención obras - Cine - Pol López ,. Viernes - 5 - Enero ,.
Viernes - 5 - Enero ,. a las 20:00 horas en La 2, foto,.
Atención obras - Cine - Pol López ,.
Atención Obras recibe en su plató al actor Pol López, que representa
estos días en el CDN, el Teatro Valle-Inclán de Madrid, la última
versión de la inmortal obra de Ibsen Hedda Gabler. Será entrevistado por
Sara Nuñez de Arenas.
La obra 'Hedda Gabler', dirigida por Álex Rigola, tiene la
particularidad de que se representa en una caja de madera de 9x7 metros y
el público comparte el escenario con los actores, lo que obliga a un
tipo de interpretación muy diferente al habitual.
El programa ve con Pol en el plató un reportaje sobre esta obra para
comprender mejor cómo se desarrolla y qué particularidades tienen tanto
el texto como la forma de interpretar de los actores.
También conversa con él sobre su próximo estreno: ‘L’Anticrist’, de
Friederich Nietzsche, el 7 de diciembre, en el Festival Temporada Alta
de Girona.
Además, el actor catalán acaba de estrenar en RTVE Play la serie ‘Esto
no es Suecia’, en la que es uno de los protagonistas. La serie ha sido
reconocida por el Parlamento Europeo como la mejor ficción televisiva y
está nominada a los Premios Feroz 2023.
‘Atención Obras’ presenta a Pol las ‘Ginebras’, un grupo de cuatro
chicas con una fuerza increíble que acaban de sacar nuevo disco al
mercado, ‘¿Quién es Billie Max?’, con el que están girando por toda
España.
Y charla con Mon Laferte, una artista chilena que canta, compone y
pinta. Habla sobre ‘Autopoiética’, su nuevo trabajo al que ha decidido
llamar así porque considera que en cada disco tiene la oportunidad para
comenzar de cero y reinventarse.
Y en el cierre, el programa recuerda un disco de culto, el debut de
Violent Femmes que, 40 años después, se ha reeditado en una edición de
lujo.
TITULO: Detrás del instante - Hemingway, Pamplona, amor y desolación ,.
Miércoles - 3 - Enero a las 20:00 horas en La 2 / foto,.
Hemingway, Pamplona, amor y desolación ,.
El escritor norteamericano dibuja en 'Fiesta' (1926) la existencia de unos seres errantes y desgraciados que luchan inútilmente contra su destino,.
Era la encarnación del aventurero y el macho triunfante, pero el Premio Nobel fue una persona insegura y autodestructiva. Los excesos concluyeron cuando, ataviado con la bata que apodaba «la túnica del emperador», se levantaba la tapa de los sesos en 1961. Repasamos la vida del escritor que fue paracaidista, boxeador, cazador de leones, torero esporádico, mujeriego y contumaz bebedor. José Luis Hernández Garvi, autor de «La desaparición de Agatha Christie y otras historias sobre escritores misteriosos, excéntricos y heterodoxos» (Almuzara) sostiene que Hemingway llegó a España más por amor que por trabajo, después de haber sido reclutado por la Cruz Roja como conductor de ambulancias durante la Primera Guerra Mundial. Quería a nuestro país desde que visitara Pamplona y quedase prendado de la relación con la muerte a través de la fiesta nacional. Tiempo atrás, el norteamericano y una de sus futuras esposas, Martha Gellhorn, recorrieron las trincheras buscando entrevistarse con soldados republicanos, pero.... «La única batalla que vio desde la primera línea fue la de Guadalajara, y cuando estaba a punto de terminar», señala Garvi.
En lo que sí acierta la leyenda es en que, Hemingway estableció su cuartel general en el desaparecido hotel Florida junto a personalidades como Errol Flynn, Dos Passos, Saint-Exupéry y Orwell. La capital le serviría de inspiración para «Adiós a las armas», «Por quién doblan las campanas» y «Hombres en guerra». En nuestro país vivió su cénit como autor, pero también su declive personal. Después de la Guerra Civil no supo sentar cabeza. Fue de esposa en esposa en busca de alguien que compartiera sus inquietudes literarias, pero que no le hiciera sombra. Después cubrió la Segunda Guerra Mundial y afirmó, faltando a la verdad, que había sido de los primeros en liberar París de los nazis.
Los años posteriores a es contienda le granjearon más desgracias. El matrimonio con su última mujer, Mary Welsh, se transformó en una pesadilla llena de discusiones y embriaguez. Uno de sus hijos quedó malherido en un accidente de coche y, en 1951, fallecieron su madre y una de sus ex esposas más amadas, Pauline. Amante de las buenas comidas (en el madrileño bar Chicote aún se le recuerda), no tardó en verse doblegado por el sobrepeso y la hipertensión. Además, sobrevivió a dos accidentes aéreos. Uno de ellos fue tan grave que la Prensa le dio por muerto y publicó su esquela.
Se retiró a Cuba para disfrutar de la vida y codearse con figuras como Ava Gardner –a la que empujaba a bañarse desnuda–. Allí, presumía, podía beberse hasta dieciséis copas sin caer redondo. Pero, harto de su vida depresiva en la isla, en 1960 regresó a Estados Unidos. Con un precario estado de salud, su esposa le internó en la Clínica Mayo, donde le aplicaron el poco recomendable electroshock. El remedio fue peor que la enfermedad y cuando recayó en la bebida tuvo que medicarse para paliar la hipertensión, las complicaciones hepáticas, su arteroesclerosis y el hereditario mal de la hemocromatosis.
Pero... ¿cómo era su estabilidad mental? El doctor Christopher D. Martin, del Departamento de Psiquiatría del Baylor College, diagnosticó que el Nobel sufría lo que hoy se conoce como Trastorno Afectivo Bipolar. El galeno situaba la raíz de los desórdenes en un trauma que sufrió de pequeño: su madre lo vestía de niña y lo llamaba con el apelativo femenino de Dutch Dolly. Además, su padre era un hombre agresivo que trataba con desprecio a los hijos. Por tanto, Hemingway detestó siempre a su madre, y cuando su padre se suicidó de un disparo en la cabeza, no dudó en señalarla como culpable.
Se creó un personaje a medida, con el que encarnó un paradigma de virilidad. Lo dejó dicho Zelda, la lúcida esposa de Scott Fitzgerald: «Nadie puede ser tan varón». De hecho, la biografía de Mary V. Dearborn revela la fascinación del escritor por la androginia y sus fantasías sexuales con los cortes de pelo: solía pedir a sus compañeras que lo llevaran lo más corto posible, mientras que él se lo dejó crecer y llegó a teñírselo de rubio y caoba. Pero, ¿fue Hemingway un homosexual reprimido? Según Dearborn, fue «queer» (de género ambiguo). Superó el hecho de definirse como gay.
Dio la vuelta a las expectativas que se tenían sobre la identidad y el comportamiento de hombres y mujeres. En su novela póstuma e inacabada, «El jardín del Edén», el alter ego del autor pedía a su mujer que se cortase el pelo y luego lo sodomizara con un consolador, ejercicio que Hemingway habría practicado con Welsh. Para Dearborn, esas fantasías «no hablaban de homosexualidad ni de travestismo, sino de adoptar el rol femenino durante el acto sexual». Abundando en este tema, Paul Hendrickson –otro de sus biógrafos– nos describe la difícil relación con su hijo menor, Gregory, que practicó el transformismo y terminó cambiándose de sexo a los 63 años.
Murió como Gloria en una cárcel para mujeres en Florida, en la que acabó por practicar exhibicionismo en la vía pública. Una vez, cuando era pequeño, Hemingway –el hombre que literaturizó el enfrentamiento en los ruedos de los cuñados Luis Miguel Dominguín y Antonio Ordóñez– lo sorprendió probándose las medias de su madre y le dijo: «Tú y yo venimos de una extraña tribu».
TITULO:TARDE DE CINE CON - GENERACIÓN NEGRONI,.
GENERACIÓN NEGRONI,.
Nadie representó mejor la “Generación perdida” que el poeta, músico y ensayista Ezra Pound. Y tampoco ninguno de sus integrantes fue denostado y olvidado como él. La razón de ello estuvo en su ferviente devoción por el régimen fascista de Benito Mussolini. Pound puso su talento en manos de los instrumentos propagandísticos de “El Duce” durante la guerra. Terminado el conflicto, EE.UU le juzgó por traición, y solo gracias a la intermediación de diferentes figuras del mundo de la cultura, entre ellos, Hemingway, consiguió evitar la pena de muerte al declararse demente. La vida de Ezra Pound fue víctima de los acontecimientos históricos.
Nacido el 30 de octubre de 1885, en Idaho, se trasladó muy joven a Nueva York. Tras graduarse por la Universidad de Pensilvania en lenguas románicas, viajó a Londres en 1908 para trabajar como corresponsal en distintas publicaciones del país, dando ya muestras de un talento excepcional pero de un comportamiento más que excéntrico. Su obra –muy influenciada por la literatura medieval y la filosofía ocultista y mística neo-romántica– abogaba por recuperar la poesía antigua para ponerla al servicio de una concepción moderna y conceptual. Además, hizo grandes esfuerzos para llevar la poesía provenzal y china al público sajón.
Amigo de escritores
Durante su estancia en Londres, se casó con la novelista Dorothy Shakespear y se hizo amigo de Yeats, al que consideraba el mejor poeta vivo y para el que trabajó como secretario. También se granjeó la amistad de T. S. Eliot, y editó su obra «La tierra baldía». Se hizo amigo de Marcel Duchamp, Tristan Tzara, Fernand Léger y otras figuras del dadá y del surrealismo. De igual modo, mantuvo contactos con el círculo literario de exiliados estadounidenses que permanecía en Francia, como Gertrude Stein y Hemingway. «Pound dedica una quinta parte de su tiempo a la poesía y emplea el resto en tratar de mejorar la suerte de sus amigos. Vende sus cuadros. Les organiza conciertos. Escribe artículos sobre ellos. Les presenta a mujeres ricas. Hace que los editores acepten sus libros. Les adelanta los gastos del hospital y los disuade de suicidarse... al final algunos de ellos se contienen para no acuchillarse a la primera oportunidad», dijo de él el autor de «El viejo y el mar».
Su carácter generoso y abierto –que nunca obedeció a prejuicios raciales o religiosos– sorprende con la vuelta de tuerca que dio en 1924. Establecido en Rapallo (Italia), Pound abrazó el antisemitismo y se convirtió en un fervoroso seguidor de Benito Mussolini. Así, manifestó públicamente su admiración por el dictador italiano, por Hitler, y alabó el talento estratégico de Stalin, mientras que consideraba a Churchill y a Roosevelt responsables de todos los males de la sociedad. Entre 1941 a 1943, se alzó como la voz radiofónica de la propaganda fascista. Además de prestar su talento a la Prensa, participó en las actividades culturales que desarrolló el régimen. Tras el final de la guerra y la caída de Mussolini, el poeta, de 60 años, fue encarcelado en un campo de prisioneros en Pisa, donde era fácil distinguirlo por su melena pelirroja y su inseparable libro de Confucio, acompañado de un diccionario chino. Trasladado a Washington, fue acusado de traicionar e injuriar a EE.UU.
TITULO: Historia de nuestro cine -Cine - 800 Balas ., Viernes - 5 - Enero ,.
El Viernes - 5 - Enero ,. a las 22:15 por La 2, foto,.
Reparto,.Sancho Gracia, Ángel de Andrés López, Carmen Maura, Eusebio Poncela, Luis Castro, Manuel Tallafe, Enrique Martínez, Luciano Federico, Eduardo Gómez, Terele Pavez,.
Almería, desierto de Tabernas, año 2002. Texas Hollywood es un polvoriento poblado del Oeste donde hace ya décadas que no se ruedan películas. Allí malvive Julián (Sancho Gracia), un veterano especialista de cine que está de vuelta de todo. Con él trabajan otros marginados y nostálgicos sin remedio: Cheyen (Ángel de Andrés), el pistolero cobarde; Manuel (Manuel Tallafé), el doble temerario; Arrastrao (Enrique Martínez), el jinete sin suerte; Ahorcado (Eduardo Gómez), el colgado triste; Enterrador (Luciano Federico), el italiano gafado; Don Mariano (Ramón Barea), el dueño del poblado... y media docena de gitanos disfrazados de indios. Se ganan la vida recreando patéticas escenas de acción para los escasos turistas guiris que visitan la zona. De la noche a la mañana, la vida de estos pobres diablos da un vuelco con la aparición de Carlos (Luis Castro), un niño que asegura ser nieto de Julián. Mientras Rocío (Terele Pávez), la abuela del crío, se desespera en su chalet de dos plantas, la madre, Laura (Carmen Maura), una ejecutiva agresiva, decide enfrentarse a los fantasmas del pasado con el apoyo incondicional -e interesado- de su socio Scott (Eusebio Poncela), un tiburón de las finanzas. A partir de ese momento, las heridas mal cicatrizadas se combinan con la especulación inmobiliaria en una tormenta tragicómica de imprevisibles consecuencias.