Asturias, nuevo destino de Un país para comérselo,.
Ana comienza su viaje en el occidente de Asturias, un lugar de tradición y leyenda. Muchas de las historias populares de esta tierra tienen como motivo el mar y los tesoros que esconde. Ana se sumerge en las frías aguas del Cantábrico para visitar uno de los pecios encallados en sus fondos.El verdadero tesoro que esconden estas aguas es gastronómico, como puede comprobar Ana en su visita a una granja de ostras cerca de Castropol. Después de degustarlas crudas y aderezadas, Ana emprende camino hacia Taramundi, tierra de seres fantásticos como xanas y trasgos, y de otros muy reales, como la vaca autóctona de Asturias, una raza muy apreciada por su exquisita carne.
En Cangas del Narcea, Ana se detiene para aprender sobre el cultivo de la vid en esta zona, que como en muchos otros sitios, tan unido estuvo en el pasado a la existencia de monasterios, como el de Corias.
Y del vino al condumio. En Tineo, Ana descubre un embutido artesanal, el chosco, que se condimenta utilizando la misma técnica desde hace varias generaciones, y con el que Ana prepara más tarde un delicioso potaje de berzas.
De vuelta a la costa, Ana se detiene en Luarca para pescar un pulpo del “pedreru” y prepararlo más tarde en forma de empanada. Un plato que disfruta con una buena sidra y mejor compañía, la de un grupo de gaiteiros, al borde del mar.
TÍTULO; LA REINA SOFÍA ESTUVO EN BADAJOZ,.
La Reina destaca «el estrecho vínculo» entre la Guardia Civil y la sociedad
Ejerció de madrina de honor en
Badajoz en el acto castrense que conmemora la festividad de la Virgen
del Pilar, patrona del Cuerpo,.
Sacrificio, compromiso y vocación de servicio permanente.
Cumplimiento del deber y protección del libre ejercicio de derechos y
libertades. Y un especial recuerdo a aquellos que entregaron su vida por
España. Fueron las palabras que la -foto-reina Sofía quiso dedicar ayer en Badajoz a la Guardia Civil durante los actos centrales de la conmemoración de su patrona, la Virgen del Pilar, que consistieron en una parada militar y un desfile.
Su Majestad destacó el «estrecho vínculo» que existe entre este Cuerpo y
la sociedad. Con vestido largo y negro, peineta y mantilla, ejerció de
madrina de honor e hizo entrega de una bandera nacional -cedida por la
Junta de Extremadura- a la III Zona de la Guardia Civil y un estandarte
-donado por la Asamblea y el Ayuntamiento de Mérida- a la Agrupación de
Tráfico. La enseña nacional «representa los valores e intereses de todos
los españoles», subrayó la Reina.
La escena transcurrió en el entorno de Puerta de Palmas,
el lugar elegido para la celebración. Da la casualidad de que este año
se conmemora el primer centenario del patronazgo de la Virgen del Pilar
como protectora de la Guardia Civil.
Numeroso público que se abanicaba constantemente por el
intenso calor se agolpó junto a las vallas de seguridad para ver llegar a
Su Majestad, a la que recibieron con varios aplausos. No obstante,
entre el público también se vieron dos banderas republicanas que
provocaron algunos silbidos de rechazo entre los asistentes.
A la Reina la acompañaron, entre otros, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz;
el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez; el director
de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa; el presidente de la
Junta, José Antonio Monago; y el alcalde de Badajoz, Francisco Javier
Fragoso. También estuvieron el delegado del Gobierno, Germán López
Iglesias; el secretario regional del PSOE, Guillermo Fernández Vara; y
el alcalde de Mérida, Pedro Acedo.
Asimismo, acudieron los consejeros de la Junta, la mayoría
de los concejales del Consistorio pacense, el expresidente Ibarra, la
exdelegada del Gobierno, Carmen Pereira; y el exalcalde pacense, Miguel
Celdrán.
Casi nadie quiso faltar a una cita que elevó a Badajoz a
noticia nacional; todos sacaron sus mejores galas para la ocasión.
Trajes de chaqueta, corbatas, vestidos de cóctel y peinados de
peluquería para no desentonar con el ambiente.
El presidente de la Junta manifestó que el «honor» es la
principal virtud que define a la Guardia Civil y alabó el trabajo de los
2.800 agentes que ejercen su labor en Extremadura, «sobre todo en
nuestros queridos pueblos». También le dedicó unas palabras a la Reina, a
la que consideró «una extremeña más».
Por su parte, el alcalde de Mérida expresó: «Los españoles
nos sentimos identificados con este Cuerpo tan cercano y del que estamos
profundamente orgullosos».
Después tomó la palabra el teniente general jefe del Mando de Operaciones de la Guardia Civil, Pablo Martín Alonso,
para subrayar que la Benemérita «es depositaria de un glorioso legado
histórico, refrendado en muchas ocasiones con la sangre de aquellos que
han servido sus filas».
A continuación se homenajeó a los que se dejaron la vida en
actos de servicio, como fue el caso de tres componentes de la
Agrupación de Tráfico: el cabo primero Mariano Gómez Sánchez (recogió la
medalla al Mérito de la seguridad vial su hijo); el guardia civil Jesús
Alonso Llamas (recogió la medalla su viuda); y el guardia civil José
Javier Rubio Ezquerro (la recogió su madre).
También fueron condecorados con la cruz de plata de la Orden del Mérito de la Guardia Civil
José Antonio Monago; el presidente de la Asamblea, Fernando Manzano; el
presidente de la Diputación pacense, Valentín Cortés, el alcalde de
Badajoz, Francisco Javier Fragoso, y el consejero delegado de Vocento,
grupo de comunicación al que pertenece el diario HOY, Luis Enríquez
Nistal, entre otros. Asimismo, el exalcalde, Miguel Celdrán, recibió la
cruz con distintivo blanco.
Posteriormente fue el turno de Fernández de Mesa, que supo
arrancar un espontáneo aplauso a los asistentes al hablar de una España
«reconciliada y democrática» y al asegurar que «la bandera nacional no
excluye a nadie, ni siquiera a quienes reniegan de ella».
El ministro del Interior agradeció la presencia de la Reina
porque «refrenda la continuidad y fortaleza de la vinculación histórica
entre la monarquía y este Cuerpo más que centenario». También le pidió
que le transmitiera al Rey su deseo de «una feliz y pronta
recuperación».
Antes de acudir al acto castrense de Puerta de Palmas, el
ministro visitó la ermita de La Soledad para hacer la tradicional
ofrenda. Allí fue obsequiado con un cuadro de la Virgen por parte de la
hermandad.
Acabados los discursos, sonó el himno de la Guardia Civil,
cantado con gran pasión por quienes lo sentían, para dar paso al
desfile, en el que participaron 628 efectivos a pie, 60 vehículos y 72
jinetes a caballo.
Conservación de los cuarteles
Antes de marcharse, Fernández Díaz y Monago firmaron un
convenio de colaboración para la conservación de los acuartelamientos de
la Guardia Civil en la región, para lo que se destinará un millón de
euros. La mitad del dinero lo aportará Interior y los otros 500.000
euros, la Junta de Extremadura.
Sacrificio, compromiso y vocación de servicio permanente.
Cumplimiento del deber y protección del libre ejercicio de derechos y
libertades. Y un especial recuerdo a aquellos que entregaron su vida por
España. Fueron las palabras que la -foto-reina Sofía quiso dedicar ayer en Badajoz a la Guardia Civil durante los actos centrales de la conmemoración de su patrona, la Virgen del Pilar, que consistieron en una parada militar y un desfile.
Su Majestad destacó el «estrecho vínculo» que existe entre este Cuerpo y
la sociedad. Con vestido largo y negro, peineta y mantilla, ejerció de
madrina de honor e hizo entrega de una bandera nacional -cedida por la
Junta de Extremadura- a la III Zona de la Guardia Civil y un estandarte
-donado por la Asamblea y el Ayuntamiento de Mérida- a la Agrupación de
Tráfico. La enseña nacional «representa los valores e intereses de todos
los españoles», subrayó la Reina.
La escena transcurrió en el entorno de Puerta de Palmas,
el lugar elegido para la celebración. Da la casualidad de que este año
se conmemora el primer centenario del patronazgo de la Virgen del Pilar
como protectora de la Guardia Civil.
Numeroso público que se abanicaba constantemente por el
intenso calor se agolpó junto a las vallas de seguridad para ver llegar a
Su Majestad, a la que recibieron con varios aplausos. No obstante,
entre el público también se vieron dos banderas republicanas que
provocaron algunos silbidos de rechazo entre los asistentes.
A la Reina la acompañaron, entre otros, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz;
el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez; el director
de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa; el presidente de la
Junta, José Antonio Monago; y el alcalde de Badajoz, Francisco Javier
Fragoso. También estuvieron el delegado del Gobierno, Germán López
Iglesias; el secretario regional del PSOE, Guillermo Fernández Vara; y
el alcalde de Mérida, Pedro Acedo.
Asimismo, acudieron los consejeros de la Junta, la mayoría
de los concejales del Consistorio pacense, el expresidente Ibarra, la
exdelegada del Gobierno, Carmen Pereira; y el exalcalde pacense, Miguel
Celdrán.
Casi nadie quiso faltar a una cita que elevó a Badajoz a
noticia nacional; todos sacaron sus mejores galas para la ocasión.
Trajes de chaqueta, corbatas, vestidos de cóctel y peinados de
peluquería para no desentonar con el ambiente.
El presidente de la Junta manifestó que el «honor» es la
principal virtud que define a la Guardia Civil y alabó el trabajo de los
2.800 agentes que ejercen su labor en Extremadura, «sobre todo en
nuestros queridos pueblos». También le dedicó unas palabras a la Reina, a
la que consideró «una extremeña más».
Por su parte, el alcalde de Mérida expresó: «Los españoles
nos sentimos identificados con este Cuerpo tan cercano y del que estamos
profundamente orgullosos».
Después tomó la palabra el teniente general jefe del Mando de Operaciones de la Guardia Civil, Pablo Martín Alonso,
para subrayar que la Benemérita «es depositaria de un glorioso legado
histórico, refrendado en muchas ocasiones con la sangre de aquellos que
han servido sus filas».
A continuación se homenajeó a los que se dejaron la vida en
actos de servicio, como fue el caso de tres componentes de la
Agrupación de Tráfico: el cabo primero Mariano Gómez Sánchez (recogió la
medalla al Mérito de la seguridad vial su hijo); el guardia civil Jesús
Alonso Llamas (recogió la medalla su viuda); y el guardia civil José
Javier Rubio Ezquerro (la recogió su madre).
También fueron condecorados con la cruz de plata de la Orden del Mérito de la Guardia Civil
José Antonio Monago; el presidente de la Asamblea, Fernando Manzano; el
presidente de la Diputación pacense, Valentín Cortés, el alcalde de
Badajoz, Francisco Javier Fragoso, y el consejero delegado de Vocento,
grupo de comunicación al que pertenece el diario HOY, Luis Enríquez
Nistal, entre otros. Asimismo, el exalcalde, Miguel Celdrán, recibió la
cruz con distintivo blanco.
Posteriormente fue el turno de Fernández de Mesa, que supo
arrancar un espontáneo aplauso a los asistentes al hablar de una España
«reconciliada y democrática» y al asegurar que «la bandera nacional no
excluye a nadie, ni siquiera a quienes reniegan de ella».
El ministro del Interior agradeció la presencia de la Reina
porque «refrenda la continuidad y fortaleza de la vinculación histórica
entre la monarquía y este Cuerpo más que centenario». También le pidió
que le transmitiera al Rey su deseo de «una feliz y pronta
recuperación».
Antes de acudir al acto castrense de Puerta de Palmas, el
ministro visitó la ermita de La Soledad para hacer la tradicional
ofrenda. Allí fue obsequiado con un cuadro de la Virgen por parte de la
hermandad.
Acabados los discursos, sonó el himno de la Guardia Civil,
cantado con gran pasión por quienes lo sentían, para dar paso al
desfile, en el que participaron 628 efectivos a pie, 60 vehículos y 72
jinetes a caballo.
Conservación de los cuarteles
Antes de marcharse, Fernández Díaz y Monago firmaron un
convenio de colaboración para la conservación de los acuartelamientos de
la Guardia Civil en la región, para lo que se destinará un millón de
euros. La mitad del dinero lo aportará Interior y los otros 500.000
euros, la Junta de Extremadura.