TÍTULO: REVISTA MUJER HOY - PROTAGONISTA - Robin Wright - ACTRIZ,.
Ser la otra
primera dama de Estados Unidos, en la serie 'House of Cards', le ha
devuelto a la celebridad a la que renunció por su familia. Ahora vuelve
también a los cines, donde estrena 'Everest'. ¿Quién dijo que una
estrella no podría vivir su mejor momento al borde de los 50?
"Qué frío hace aquí, ¿no?", dice Robin Wright, la otra primera dama de Estados Unidos.
La temible estrella de la serie House of Cards (Netflix)
nos recibe en la terraza de su hotel de lujo londinense. Sí, hace un
poco de fresco, pienso, mientras la actriz de 49 años se abre paso entre
las mesas vacías. Al final, toma asiento mientras tirita con elegancia
ensayada. "Bienvenido a Inglaterra", dice.
Como una brillante estalactita, con esos ademanes fríos y su mirada fija de aguanieve,
uno siente que su encanto podría dejarte congelado en cuestión de
segundos. El clima que propicia Wright no es precisamente lo que uno
llamaría "acogedor". Tiene unas
maneras (¿cómo decirlo de forma delicada?)
regias, majestuosas.
¿Puede que sea así por haberse pasado la mayor parte de su vida en lo
más alto de la élite de la meca del cine, junto a su expareja Sean Penn?
¿O quizá porque, cuando terminó de criar a sus hijos, alcanzó de nuevo
la celebridad encarnando a una mujer cuya mezcla de sed de poder y
faldas de tubo causa estragos en la audiencia?
Se trata de Claire Underwood, claro está. Wright aclara que
no tiene "absolutamente" nada que ver con la maquiavélica mujer del
presidente al que interpreta Kevin Spacey en la serie.
¿Seguro que son tan diferentes? ¿Han
demostrado ambas la misma brutal determinación en sus carreras
profesionales? Pues sí. ¿Y la misma dificultad para exteriorizar sus
emociones? Pues también. ¿Ambas tienen experiencia con hombres de
carácter difícil? Bueno, la actriz
estuvo casada con Sean Penn, que siempre ha arrastrado fama de difícil, y su
pareja actual es otro chico malo de Hollywood,
Ben Foster, 14 años menor que ella.
"Bueno -comenta, encogiéndose de hombros-, siempre hay algo tuyo en los personajes que interpretas.
Una entresaca cosas de su propia vida que pueden servir para configurar los rasgos del personaje".
Pero no, vuelve a insistir, en absoluto son iguales Claire y Robin. "Yo
no tengo la misma forma de estar de pie, por ejemplo. Si lo hago me
duele la espalda;
ella es muy rígida, aclara la intérprete, más tiesa que el palo de una escoba.
- Entre pijamas y louboutines
Robin Wright se convirtió en una estrella de culto a raíz de 'La princesa prometida' y, luego,
protagonizó una de las mejores películas de todos los tiempos, 'Forrest Gump' ("¿Por qué no me quieres, Jen-ny?"), pero es 'House of Cards' el título que la ha convertido en una superestrella y con el que
ha ganado un Globo de Oro. Fue David Fincher, viejo amigo que la había dirigido en 'Millennium: los hombres que no amaban a las mujeres' y
encargado de realizar el episodio piloto de la serie, quien la sacó de su letargo.
Sin embargo, no fue fácil que aceptara. Estaba como si hubiera vuelto a empezar,
muy indecisa."
Había perdido la seguridad en mí misma
y me sentía terriblemente frustrada. Entonces Fincher me dijo: "Eres
una estatua. Deja de moverte. Deja de racionalizar lo que me estás
contando con los ojos, rememora la actriz sin mover prácticamente una
ceja" ".
Por una vez, no se trata del bótox.
Robin Wright ha reconocido haberse hecho algunos retoques en la cara,
pero, al parecer, no es ni mucho menos adicta. Finalmente construyó el
personaje a través del vestuario. "Siempre he tenido mucha intuición a
la hora de elegir el zapato perfecto", confiesa con cierta afectación.
"Puede que suene cursi, pero vi enseguida que Claire es una chica
Louboutin, con ese ligero toque de rojo y un tacón de infarto...."
Y justo en ese momento pasa una cosa muy extraña. "
He traído mis pijamas para enseñártelos,
-suelta la actriz- ¿me dejas que los saque?", añade mientras extrae de
su bolso un delicado conjunto de noche con un broche de oro. De repente,
parece que se le relajan los hombros y le empieza a cambiar el tono de
voz, menos a la defensiva. "
Llevo los últimos 20 años diciendo que quiero crear una línea de pijamas. Los mejores que te puedas imaginar,
porque no puedo dormir con uno de seda (me da demasiado calor) y no me
gustan esos de algodón que parece que te quedan como un delantal. Busco
algo suave, sexy y con algo de transparencias". Coloca entonces las
prendas sobre la mesa para que yo, obedientemente, las examine con calma
(y bastante estupefacto).
¿Es que esta gente de Hollywood está mal de la cabeza? Resulta que, junto a una vieja amiga,
Robin Wright ha creado una colección llamada 'Pour les femmes' ('Para
las mujeres', en francés). Le confieso que jamás pensé que acabaríamos
hablando de pijamas. "¡Ya te digo!", tercia ella encantada, sin reparar
en mi perplejidad. A todo esto,
se trata de una obra de caridad. Los beneficios van destinados a varias organizaciones de mujeres con las que lleva años colaborando en el Congo.
El objetivo es ayudar a rehacer sus vidas a aquellas que hayan sido víctimas de una violación. Es
como darse de cabezazos contra un muro afirma. "He hablado delante del
Congreso de mi país un par de veces y también en la ONU, así que solo me
queda añadir una cosa: "¡Que os jodan!. Tenía que hacer algo para
ayudar a esas mujeres que conocí en el Congo" ".
Aunque nació en Texas, de niña vivió una mudanza tras otra a
lo largo de California al ritmo en que su madre cambiaba de casa. Robin
no pierde su lado adolescente. "Me encanta ir cumpliendo años, pero
también creo que hay algo de nuestro yo primigenio que permanece". ¿Y
qué es, en su caso? "Ayudar a los demás. Lo he llevado siempre en la
sangre.
De joven, quería ser enfermera o trabajar en un campo de refugiados. No se me pasaba por la cabeza ser actriz.
Creía que trabajaría para una ONG".
En cualquier caso,
se convirtió en modelo y
viajó por Europa y Japón, antes de debutar en la telenovela 'Santa
Bárbara', que le dio el pasaporte para 'La princesa prometida' y, luego,
en 'State of Grace',
donde conoció a Sean Penn. La pareja se mantuvo unida cerca de 20 años y se han escrito ríos de tinta acerca de cómo
ella se habría visto obligada a sacrificar su carrera. En la lista de rechazos hubo de todo: 'Robin Hood: príncipe de los ladrones', 'Batman Forever', 'La tapadera', 'Sabrina'...
¿Cómo no pensar que su prestigio en el cine hubiera sido muy
diferente de no haberse quedado en casa criando dos hijos? ¿Se
arrepiente? "
No, no me arrepiento de nada. Tengo la
suerte de no mirar hacia atrás y tener que decirme: ¡Mierda! Me perdí el
momento de llevar a mis hijos a la cama cada noche, por estar
trabajando sin parar. No quería salir en cuatro películas por temporada y
ocupar todas las portadas. ¿Cómo iba a pasar seis meses fuera de casa?
¡Qué locura! Para eso no tengas hijos.
Hice las cosas como me dio la gana y ese es mi mayor tesoro".
Y agrega, saboreando las mieles del éxito de la mediana edad: "
Estoy muy orgullosa de haberme medio aislado del mundo.
Es una decisión que acabó dando sus frutos". Hoy, sus hijos Dylan
(actriz y modelo de 24 años) y Hopper (21 años, también aspirante a
actor) viven en Los Ángeles, mientras
ella está instalada en Nueva York.
"Estamos muy unidos, siempre ha sido así, aunque ahora lleve más de un mes sin verlos.
Tengo mono de estar con ellos".
Cuenta que está encantada de que la familia tenga un nuevo miembro:
"Hopper tiene novia formal y no puedo estar más feliz. Pensar que podría
estar saliendo con mil chicas y pisando todos los bares haciendo el
energúmeno me aterra.
Me encanta que sea un hombre de una sola mujer".
Tras el espeluznante final de la última temporada,
se ha confirmado la cuarta entrega de "House of Cards"
para el próximo año. Antes, el próximo 18 de septiembre estrena en
cines 'Everest', una de aventuras y supervivencia, junto a Josh Brolin,
Emily Watson y Keira Knightley.
"
No echo de menos la época en la que casi todo eran preocupaciones. Esa
época en la que una siempre andaba inquieta por si iban a salir bien
las cosas, por si tus hijos serían o no felices, por si le gustabas a
alguien o por qué debías hacer con esa oferta de trabajo. Todo era una
preocupación constante, un sinvivir por cualquier cosa", afirma la
actriz, desde la atalaya de una existencia privilegiada. "
No volvería atrás por nada del mundo".
TÍTULO: EL HORMIGUERO MARTES 25, MIERCOLES 26, JUEVES 27, VIERNES 28 - AGOSTO - josef ajram a rajoy le pagara 5 millones de euros,.
A Rajoy le pagaría 5 millones de euros"
-
-foto--josef ajram | a quemarropa, De padre sirio y madre
catalana. Soy el broker más mediático de España. También soy
ultrafondista y un yonqui de la Bolsa, de la familia, de los coches y de
Ibiza. He escrito seis libros. Con Bankia he ganado dinero. Una
Cataluña independiente no sería positivo a corto plazo para nadie,.
¿Puede desconectar un ‘day trader’ de Bolsa como usted?
– Es complicado. No se puede perder el hilo. Ahora mismo están las
cosas revueltas. Estoy en Mallorca, de vacaciones, en la piscina. Pero
con el ordenador y trabajando.
– De padre sirio y de madre catalana. ¿Su nombre le dio problemas en el colegio?
– Me hizo tener personalidad. Josefina, Josefa... Me tocaba defenderlo siempre ante la crueldad infantil.
– ¿Con cuánto dinero empezó en Bolsa?
– Mi primera cuenta de valores tenía 100.000 pesetas, con 18 años.
– Unos 600 euros al cambio... Y ahora la gente piensa que está usted forrado.
– ¡Falso! Mi mayor riqueza es poder tener tiempo. Y poder aplicar el
8-8-8. Ocho horas para dormir, ocho horas para trabajar y ocho para mí.
– ¿Compró acciones de Bankia?
– Sí. Con Bankia he ganado dinero. Bankia ha dado muchas oportunidades a la gente que nos dedicamos a esto.
– Hay gente que está bastante cabreada con el tema de las preferentes, las tarjetas ‘black’...
– Si se demuestra que hay gente que ha mentido, que ha falseado
cuentas, que se ha llevado dinero... Esa gente tendrá que rendir cuentas
ante la justicia.
– ¿Qué me dice de Rodrigo Rato?
– Ha decepcionado a muchos. A toda esa gente que pensaba que podía
ser presidente. Hostias, si un tío que era presidente del Fondo
Monetario Internacional, que tiene clase, la lía así... Pues imagínese
lo que puede pasar.
– Hablando de Rajoy. ¿Está bien pagado?
– Está muy mal pagado. Pero Rajoy y cualquier presidente del
Gobierno. No me vale el argumento del político vocacional. A mí no me
dolería pagar cinco millones de euros al año al presidente del Gobierno.
Quizá, entonces, sí que vendría el mejor. Con un talento excelente.
– Si usted fuera presidente...
– (Carcajada) Eso es algo implanteable. ¡Yo ese marrón no me lo como ni por cinco millones!
– Pero, ¿qué es urgente arreglar?
– La situación de los autónomos.
– Votante declarado del Partido Popular, hincha del Español y antiindependentista. ¿Vive bien en Barcelona?
– Hace poco puse una foto mía en la Plaza Colón de Madrid con la
bandera de España y puse ‘Viva España’. Se lió la de San Quintín. Para
bien y para mal. Me da pena que uno en Cataluña no se pueda expresar
como español con normalidad. Un porcentaje mayoritario de los catalanes
nos sentimos catalanes y españoles. Yo me siento barcelonés, catalán,
español e ibicenco.
– ¿Qué veremos antes, un país sin toros o una Cataluña independiente?
– (Risas) No veo un país sin toros. Y lo de la Cataluña
independiente... Cada vez van más en serio. Son dos cosas poco
probables. Una Cataluña independiente no sería positiva a corto plazo
para nadie.
–
Es usted ‘broker’, padre de familia, ha escrito seis libros,
conferenciante y encima corre las Ultraman, las Ironman, las Titan...
¿Es usted Supermán?
– Noooooo. El deporte me da mucha estabilidad.
– ¿Del deporte también se sale?
– Sí, pero es difícil. Te engancha mucho.
– Se definió como «un puto yonqui de la Bolsa». ¿Y de qué más?
– De mi familia, de viajar. ¡Soy muy yonqui de los coches! ¡Y de Ibiza!
– La bicicleta se la metió en vena su abuelo, ¿no?
– Sí, los veranos en Damasco (Siria). Para nosotros, ir al pueblo en
verano era ir a Damasco. Y allí no había muchas cosas que hacer para un
niño salvo jugar al fútbol o montar en bicicleta. Mi pasión se la debo a
él.
– ¿Le sangra Siria en la distancia?
– Claro. Tengo un tío allí, cinco primos hermanos. Parte de mi
familia ha tenido que dejar el país. Me sangra porque no tiene nada que
ver con el país que dejé, pero también me sangra por la desinformación
que ha habido.
– ¿Tiene ya pensado su siguiente tatuaje?
– El problema es que en las zonas que me quedan libres serían muy
dolorosos. Con los años me da pereza el dolor. Hace poco iba a hacerme
uno en el cuello y me rajé.
– El azar, ¿existe o no?
– Sí. A veces pasan cosas increíbles. Pero tu vida no la maneja la buena o la mala suerte.
– ¿Qué no tolera?
– La crítica gratuita. La cobardía del anonimato. Las redes sociales me han enseñado lo peor del ser humano.
– ¿Sigue creyendo en el ser humano, pese a todo?
– Me ha defraudado bastante. Con las redes sociales... y con la
crisis. La gente no ha aprendido de los errores de la crisis y nos va a
volver a pasar lo mismo.
– ¿Qué es lo mejor de la fama?
– Que mi madre está orgullosa.
TÍTULO: SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO - VIAJE AL CENTRO DEL DISEÑO GLOBAL,.
- Älmhult, el pequeño pueblo
donde se fundó Ikea, sueña con ser el Silicon Valley del hogar. Un imán
para el talento, al que tampoco se resisten los españoles.
En el universo Ikea, 351 tiendas en 46 países,
la mecánica del éxito calca su procedimiento del sistema solar. Las
ideas, los conceptos, la esencia de lo que es irradian con potencia y
obligatoriedad severa desde un modesto edificio en el pequeño pueblo de Älmhult (Suecia), apenas 10.000 habitantes en una desangelada población tomada por los empleados (más de 4.000) del coloso del diseño.
Cada percha, cojín o sofá, se cuece en este cercano fin del mundo. No
deben ser más de un centenar de ejecutivos y profesionales los que
componen el núcleo de la compañía, pero en este primer círculo de
confianza trabajan unas 1.000 personas más. Quizá contagiados por el
aislamiento del lugar, la irrupción anual de periodistas es vista con
educada frialdad. Se sienten invadidos y llevan razón. Queremos verlo todo, tocarlo todo, descubrir sus secretos, entrar hasta la cocina.
"La cocina" es una especie de taller en el que diseñadores, desarrolladores y técnicos fabrican y testan los prototipos de cada producto: un templo de la prueba y error donde están prohibidas las fotos. La estrella es una enorme impresora 4D, capaz de imprimir, de una pieza, un sofá.
¿Hemos llegado al corazón de Ikea? Ni mucho menos. Pero nos da alguna
pista: la compañía parece querer superar el empaquetado perfecto (cuanto
más plano el paquete, más barato el mueble) para abrazar las
posibilidades de la tecnología.
Otra pista tiene que ver con la razón de que más de 200 periodistas de todo el mundo podamos curiosear en su casa: necesitan importar talento.
El negocio global requiere perfiles innovadores, profesionales que
sepan trasladar su esencia a otras culturas. La compañía ha de subirse
al tren del cosmopolitismo y lo colaborativo Y, para ello, ha de abrirse
al mundo. "Queremos convertir Älmhult en el Silicon Valley del mueble-
dice Johanna Parikka, relaciones públicas- Para eso necesitamos que los mejores vengan a trabajar aquí".
Mia Lundström tampoco es el corazón de Ikea, pero
acaso sea su cerebro. Como directora creativa, proporciona las ideas que
dan sentido a los objetos, determina las necesidades no cubiertas, las funciones no tenidas en cuenta en las casas de (casi) todo el mundo. Es la jefa de los líderes creativos, el primer eslabón de la larguísima cadena
de profesionales que hace posible cada objeto. Mia y su equipo proponen
el contenido racional y emocional que da sentido a cada diseño, lo que
la coloca años por delante de lo que se está fabricando.
En el futuro nos relacionaremos con los usuarios que pueden comprar o
'hackear' nuestros muebles, pero también con los que solo miran nuestra
web para coger ideas. Estamos creando plataformas para que el usuario
pueda escoger entre comprar el objeto al final de la cadena de producción o intervenir en la misma para modificarlo.
- El conocimiento en una caja de cartón
En el discurso de Mia Lundtröm se muestra la tremenda complejidad de
pensar, diseñar y producir para un mercado global, a razón de 2.000
nuevos diseños al año. "Por un lado, nuestras investigaciones muestran
que
nos parecemos más de lo que nos gusta admitir. Por otro, las sociedades son cada vez más complejas y
necesitamos entender muchos mercados a la vez".
No basta con producir un armario funcional, bello, seguro y a un
precio competitivo que pueda encajar en la mayoría de los mercados.
El minimalismo estético que Ikea ha propuesto como uniforme
de la casa (casi) global necesita ayudarse de lo local para llegar a su
destino. No es solo que en Estados Unidos los muebles tengan que
fabricarse más grandes. Son las preguntas que, cada vez más, nos hacemos
los usuarios. En Occidente, quién, cómo y con qué se fabrica. Pero, ¿y
en Corea, India o China?
Mikael Ydholm, jefe de investigaciones, pone en circulación las más
de 1.000 visitas a hogares que la firma sueca realiza anualmente para
recoger impresiones. Ydholm encarna los sentidos de Ikea, sintetizados
en datos imprescindibles para
detectar cambios en la manera de usar el espacio doméstico.
"Debido a la crisis,
en países como España se detecta una vuelta a lo tradicional,
a las líneas simples y limpias, a lo seguro. La casa es el lugar más
importante del mundo, pero más si el exterior es inestable.
Paralelamente, hemos tomado nota de cómo la sostenibilidad y la ética se
han convertido en uno de los factores de compra más relevante para los
millenial [jóvenes hasta 30 años]".
En el horizonte de Lundström y Ydholm no se vislumbran, sin embargo, nuevos productos. "Tras muchos años empaquetando muebles,
estamos pensando en cómo empaquetar conocimiento",
dice crípticamente Mia Lundtröm . Mikael aclara: "Nos enfrentamos a la
disrupción que suponen tecnologías como la impresión 3D, que reta la
forma en que Ikea ha funcionado. Hemos de reconsiderar quién es el
productor; en qué parte de la cadena se coloca el beneficio; cómo
integrar un consumidor que es, en realidad, prosumidor (productor y
consumidor a la vez); o a quién pertenece la propiedad intelectual. Nos
preguntamos: ¿vendemos una buena cama o una buena noche de sueño?
¿Necesitamos tantos objetos? Estamos considerando conceptos como
compartir o alquilar...
Es un momento de cambio".
Los diseñadores se esfuerzan por cumplir con los
cinco mandamientos que la compañía exige a sus productos:
belleza, funcionalidad, calidad, sostenibilidad y bajo precio.
"Es dificilísimo ajustarse a todo eso, -confiesa Hanna Dalrot, una
diseñadora que trabaja sobre todo con textiles y es autora de uno de
esos objetos multifunción que Ikea adora: un cojín-manta-chaqueta que se
producirá para el curso 2016-2017- es estupendo que quieran llevar en
su catálogo objetos como este, a medio camino entre la moda y el diseño
industrial. Lo que aportamos los jóvenes son ideas que retan a la
esencia de la compañía".
Última parada de la expedición: la logística. El objeto ha de
amoldarse a las exigencias de producción masiva y transporte barato. Lo
cuenta, de camino a su casa,
Santiago Leñador, responsable de ventas que lleva algo más de un año en Älmhult. El hogar que comparte con
Raquel Currais, interiorista e ilustradora para el catálogo de la firma, y sus dos hijos, Mario (10 años) y Bruno (cinco),
es un sueño de postal sueca: típica arquitectura, rodeada de verde, árboles, caballos a lo lejos...
La pareja dejó Madrid en pos de una mejor vida para los niños. "No
salimos huyendo por la situación económica, sino pensando en ellos",
relata Raquel. "No nos gustaba pasar tantas horas en el coche, estar tan
lejos del trabajo, el estrés de todo el día... No veíamos a los niños a
gusto, felices. Además,
siempre nos ha gustado Suecia".
"La primera impresión, que están perfectamente integrados", se
confirma en la charla. "A los suecos les gusta nuestra forma de ser,
piensan que les enriquece" confirma Santiago. "
Valoran que pones el conocimiento de tu mercado en el desarrollo del producto.
En la distancia corta de la oficina, el sur les sale solo y les
distingue. Ellos son poco expresivos, reservados, tranquilos y con mucho
saber estar", dice Raquel.
"Lo latino les apabulla. Nosotros somos más alegres y espontáneos.
Ellos son más comedidos con su intimidad. De alguna manera,
la calidez de los empleados que vienen de los países meridionales les proporciona luz y diversión".
"Aquí me luzco bromeando -cuenta Santiago entre risas- sobre todo al
principio, suplía mi nivel de inglés con un poco de chispa. El sueño
sueco, al menos para esta familia", funciona. Pero, algo malo habrá de
tener... ¿o no? "Hay muchos bichos" responde Raquel. "Y todos me pican a
mí".