-foto-Robin Wright "No volvería atrás por nada del mundo",.
Ser la otra primera dama de Estados Unidos, en la serie 'House of Cards', le ha devuelto a la celebridad a la que renunció por su familia. Ahora vuelve también a los cines, donde estrena 'Everest'. ¿Quién dijo que una estrella no podría vivir su mejor momento al borde de los 50?
Como una brillante estalactita, con esos ademanes fríos y su mirada fija de aguanieve, uno siente que su encanto podría dejarte congelado en cuestión de segundos. El clima que propicia Wright no es precisamente lo que uno llamaría "acogedor". Tiene unas maneras (¿cómo decirlo de forma delicada?) regias, majestuosas. ¿Puede que sea así por haberse pasado la mayor parte de su vida en lo más alto de la élite de la meca del cine, junto a su expareja Sean Penn? ¿O quizá porque, cuando terminó de criar a sus hijos, alcanzó de nuevo la celebridad encarnando a una mujer cuya mezcla de sed de poder y faldas de tubo causa estragos en la audiencia?
Se trata de Claire Underwood, claro está. Wright aclara que no tiene "absolutamente" nada que ver con la maquiavélica mujer del presidente al que interpreta Kevin Spacey en la serie. ¿Seguro que son tan diferentes? ¿Han demostrado ambas la misma brutal determinación en sus carreras profesionales? Pues sí. ¿Y la misma dificultad para exteriorizar sus emociones? Pues también. ¿Ambas tienen experiencia con hombres de carácter difícil? Bueno, la actriz estuvo casada con Sean Penn, que siempre ha arrastrado fama de difícil, y su pareja actual es otro chico malo de Hollywood, Ben Foster, 14 años menor que ella.
"Bueno -comenta, encogiéndose de hombros-, siempre hay algo tuyo en los personajes que interpretas. Una entresaca cosas de su propia vida que pueden servir para configurar los rasgos del personaje". Pero no, vuelve a insistir, en absoluto son iguales Claire y Robin. "Yo no tengo la misma forma de estar de pie, por ejemplo. Si lo hago me duele la espalda; ella es muy rígida, aclara la intérprete, más tiesa que el palo de una escoba.
- Entre pijamas y louboutines
Sin embargo, no fue fácil que aceptara. Estaba como si hubiera vuelto a empezar, muy indecisa."Había perdido la seguridad en mí misma y me sentía terriblemente frustrada. Entonces Fincher me dijo: "Eres una estatua. Deja de moverte. Deja de racionalizar lo que me estás contando con los ojos, rememora la actriz sin mover prácticamente una ceja" ".
Por una vez, no se trata del bótox. Robin Wright ha reconocido haberse hecho algunos retoques en la cara, pero, al parecer, no es ni mucho menos adicta. Finalmente construyó el personaje a través del vestuario. "Siempre he tenido mucha intuición a la hora de elegir el zapato perfecto", confiesa con cierta afectación. "Puede que suene cursi, pero vi enseguida que Claire es una chica Louboutin, con ese ligero toque de rojo y un tacón de infarto...."
Y justo en ese momento pasa una cosa muy extraña. "He traído mis pijamas para enseñártelos, -suelta la actriz- ¿me dejas que los saque?", añade mientras extrae de su bolso un delicado conjunto de noche con un broche de oro. De repente, parece que se le relajan los hombros y le empieza a cambiar el tono de voz, menos a la defensiva. "Llevo los últimos 20 años diciendo que quiero crear una línea de pijamas. Los mejores que te puedas imaginar, porque no puedo dormir con uno de seda (me da demasiado calor) y no me gustan esos de algodón que parece que te quedan como un delantal. Busco algo suave, sexy y con algo de transparencias". Coloca entonces las prendas sobre la mesa para que yo, obedientemente, las examine con calma (y bastante estupefacto).
¿Es que esta gente de Hollywood está mal de la cabeza? Resulta que, junto a una vieja amiga, Robin Wright ha creado una colección llamada 'Pour les femmes' ('Para las mujeres', en francés). Le confieso que jamás pensé que acabaríamos hablando de pijamas. "¡Ya te digo!", tercia ella encantada, sin reparar en mi perplejidad. A todo esto, se trata de una obra de caridad. Los beneficios van destinados a varias organizaciones de mujeres con las que lleva años colaborando en el Congo.
El objetivo es ayudar a rehacer sus vidas a aquellas que hayan sido víctimas de una violación. Es como darse de cabezazos contra un muro afirma. "He hablado delante del Congreso de mi país un par de veces y también en la ONU, así que solo me queda añadir una cosa: "¡Que os jodan!. Tenía que hacer algo para ayudar a esas mujeres que conocí en el Congo" ".
- Solo madre
En cualquier caso, se convirtió en modelo y viajó por Europa y Japón, antes de debutar en la telenovela 'Santa Bárbara', que le dio el pasaporte para 'La princesa prometida' y, luego, en 'State of Grace', donde conoció a Sean Penn. La pareja se mantuvo unida cerca de 20 años y se han escrito ríos de tinta acerca de cómo ella se habría visto obligada a sacrificar su carrera. En la lista de rechazos hubo de todo: 'Robin Hood: príncipe de los ladrones', 'Batman Forever', 'La tapadera', 'Sabrina'...
¿Cómo no pensar que su prestigio en el cine hubiera sido muy diferente de no haberse quedado en casa criando dos hijos? ¿Se arrepiente? "No, no me arrepiento de nada. Tengo la suerte de no mirar hacia atrás y tener que decirme: ¡Mierda! Me perdí el momento de llevar a mis hijos a la cama cada noche, por estar trabajando sin parar. No quería salir en cuatro películas por temporada y ocupar todas las portadas. ¿Cómo iba a pasar seis meses fuera de casa? ¡Qué locura! Para eso no tengas hijos. Hice las cosas como me dio la gana y ese es mi mayor tesoro".
Y agrega, saboreando las mieles del éxito de la mediana edad: "Estoy muy orgullosa de haberme medio aislado del mundo. Es una decisión que acabó dando sus frutos". Hoy, sus hijos Dylan (actriz y modelo de 24 años) y Hopper (21 años, también aspirante a actor) viven en Los Ángeles, mientras ella está instalada en Nueva York.
"Estamos muy unidos, siempre ha sido así, aunque ahora lleve más de un mes sin verlos. Tengo mono de estar con ellos". Cuenta que está encantada de que la familia tenga un nuevo miembro: "Hopper tiene novia formal y no puedo estar más feliz. Pensar que podría estar saliendo con mil chicas y pisando todos los bares haciendo el energúmeno me aterra. Me encanta que sea un hombre de una sola mujer".
- Mirando al futuro
"No echo de menos la época en la que casi todo eran preocupaciones. Esa época en la que una siempre andaba inquieta por si iban a salir bien las cosas, por si tus hijos serían o no felices, por si le gustabas a alguien o por qué debías hacer con esa oferta de trabajo. Todo era una preocupación constante, un sinvivir por cualquier cosa", afirma la actriz, desde la atalaya de una existencia privilegiada. "No volvería atrás por nada del mundo".
TÍTULO: EL HORMIGUERO MARTES 25, MIERCOLES 26, JUEVES 27, VIERNES 28 - AGOSTO - josef ajram a rajoy le pagara 5 millones de euros,.
A Rajoy le pagaría 5 millones de euros"
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-foto--josef ajram | a quemarropa, De padre sirio y madre catalana. Soy el broker más mediático de España. También soy ultrafondista y un yonqui de la Bolsa, de la familia, de los coches y de Ibiza. He escrito seis libros. Con Bankia he ganado dinero. Una Cataluña independiente no sería positivo a corto plazo para nadie,.
¿Puede desconectar un ‘day trader’ de Bolsa como usted?
– Es complicado. No se puede perder el hilo. Ahora mismo están las cosas revueltas. Estoy en Mallorca, de vacaciones, en la piscina. Pero con el ordenador y trabajando.
– De padre sirio y de madre catalana. ¿Su nombre le dio problemas en el colegio?– Me hizo tener personalidad. Josefina, Josefa... Me tocaba defenderlo siempre ante la crueldad infantil.
– ¿Con cuánto dinero empezó en Bolsa?– Mi primera cuenta de valores tenía 100.000 pesetas, con 18 años.
– Unos 600 euros al cambio... Y ahora la gente piensa que está usted forrado.– ¡Falso! Mi mayor riqueza es poder tener tiempo. Y poder aplicar el 8-8-8. Ocho horas para dormir, ocho horas para trabajar y ocho para mí.
– ¿Compró acciones de Bankia?– Sí. Con Bankia he ganado dinero. Bankia ha dado muchas oportunidades a la gente que nos dedicamos a esto.
– Hay gente que está bastante cabreada con el tema de las preferentes, las tarjetas ‘black’...– Si se demuestra que hay gente que ha mentido, que ha falseado cuentas, que se ha llevado dinero... Esa gente tendrá que rendir cuentas ante la justicia.
– ¿Qué me dice de Rodrigo Rato?– Ha decepcionado a muchos. A toda esa gente que pensaba que podía ser presidente. Hostias, si un tío que era presidente del Fondo Monetario Internacional, que tiene clase, la lía así... Pues imagínese lo que puede pasar.
– Hablando de Rajoy. ¿Está bien pagado?– Está muy mal pagado. Pero Rajoy y cualquier presidente del Gobierno. No me vale el argumento del político vocacional. A mí no me dolería pagar cinco millones de euros al año al presidente del Gobierno. Quizá, entonces, sí que vendría el mejor. Con un talento excelente.
– Si usted fuera presidente...– (Carcajada) Eso es algo implanteable. ¡Yo ese marrón no me lo como ni por cinco millones!
– Pero, ¿qué es urgente arreglar?– La situación de los autónomos.
– Votante declarado del Partido Popular, hincha del Español y antiindependentista. ¿Vive bien en Barcelona?– Hace poco puse una foto mía en la Plaza Colón de Madrid con la bandera de España y puse ‘Viva España’. Se lió la de San Quintín. Para bien y para mal. Me da pena que uno en Cataluña no se pueda expresar como español con normalidad. Un porcentaje mayoritario de los catalanes nos sentimos catalanes y españoles. Yo me siento barcelonés, catalán, español e ibicenco.
– ¿Qué veremos antes, un país sin toros o una Cataluña independiente?– (Risas) No veo un país sin toros. Y lo de la Cataluña independiente... Cada vez van más en serio. Son dos cosas poco probables. Una Cataluña independiente no sería positiva a corto plazo para nadie.
– Es usted ‘broker’, padre de familia, ha escrito seis libros, conferenciante y encima corre las Ultraman, las Ironman, las Titan... ¿Es usted Supermán?– Noooooo. El deporte me da mucha estabilidad.
– ¿Del deporte también se sale?– Sí, pero es difícil. Te engancha mucho.
– Se definió como «un puto yonqui de la Bolsa». ¿Y de qué más?– De mi familia, de viajar. ¡Soy muy yonqui de los coches! ¡Y de Ibiza!
– La bicicleta se la metió en vena su abuelo, ¿no?– Sí, los veranos en Damasco (Siria). Para nosotros, ir al pueblo en verano era ir a Damasco. Y allí no había muchas cosas que hacer para un niño salvo jugar al fútbol o montar en bicicleta. Mi pasión se la debo a él.
– ¿Le sangra Siria en la distancia?– Claro. Tengo un tío allí, cinco primos hermanos. Parte de mi familia ha tenido que dejar el país. Me sangra porque no tiene nada que ver con el país que dejé, pero también me sangra por la desinformación que ha habido.
– ¿Tiene ya pensado su siguiente tatuaje?– El problema es que en las zonas que me quedan libres serían muy dolorosos. Con los años me da pereza el dolor. Hace poco iba a hacerme uno en el cuello y me rajé.
– El azar, ¿existe o no?– Sí. A veces pasan cosas increíbles. Pero tu vida no la maneja la buena o la mala suerte.
– ¿Qué no tolera?– La crítica gratuita. La cobardía del anonimato. Las redes sociales me han enseñado lo peor del ser humano.
– ¿Sigue creyendo en el ser humano, pese a todo?– Me ha defraudado bastante. Con las redes sociales... y con la crisis. La gente no ha aprendido de los errores de la crisis y nos va a volver a pasar lo mismo.
– ¿Qué es lo mejor de la fama?– Que mi madre está orgullosa.
TÍTULO: SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO - VIAJE AL CENTRO DEL DISEÑO GLOBAL,.
Viaje al centro del diseño global: Ikea / foto
- Älmhult, el pequeño pueblo
donde se fundó Ikea, sueña con ser el Silicon Valley del hogar. Un imán
para el talento, al que tampoco se resisten los españoles.
Cada percha, cojín o sofá, se cuece en este cercano fin del mundo. No deben ser más de un centenar de ejecutivos y profesionales los que componen el núcleo de la compañía, pero en este primer círculo de confianza trabajan unas 1.000 personas más. Quizá contagiados por el aislamiento del lugar, la irrupción anual de periodistas es vista con educada frialdad. Se sienten invadidos y llevan razón. Queremos verlo todo, tocarlo todo, descubrir sus secretos, entrar hasta la cocina.
"La cocina" es una especie de taller en el que diseñadores, desarrolladores y técnicos fabrican y testan los prototipos de cada producto: un templo de la prueba y error donde están prohibidas las fotos. La estrella es una enorme impresora 4D, capaz de imprimir, de una pieza, un sofá. ¿Hemos llegado al corazón de Ikea? Ni mucho menos. Pero nos da alguna pista: la compañía parece querer superar el empaquetado perfecto (cuanto más plano el paquete, más barato el mueble) para abrazar las posibilidades de la tecnología.
Otra pista tiene que ver con la razón de que más de 200 periodistas de todo el mundo podamos curiosear en su casa: necesitan importar talento. El negocio global requiere perfiles innovadores, profesionales que sepan trasladar su esencia a otras culturas. La compañía ha de subirse al tren del cosmopolitismo y lo colaborativo Y, para ello, ha de abrirse al mundo. "Queremos convertir Älmhult en el Silicon Valley del mueble- dice Johanna Parikka, relaciones públicas- Para eso necesitamos que los mejores vengan a trabajar aquí".
Mia Lundström tampoco es el corazón de Ikea, pero acaso sea su cerebro. Como directora creativa, proporciona las ideas que dan sentido a los objetos, determina las necesidades no cubiertas, las funciones no tenidas en cuenta en las casas de (casi) todo el mundo. Es la jefa de los líderes creativos, el primer eslabón de la larguísima cadena de profesionales que hace posible cada objeto. Mia y su equipo proponen el contenido racional y emocional que da sentido a cada diseño, lo que la coloca años por delante de lo que se está fabricando.
En el futuro nos relacionaremos con los usuarios que pueden comprar o 'hackear' nuestros muebles, pero también con los que solo miran nuestra web para coger ideas. Estamos creando plataformas para que el usuario pueda escoger entre comprar el objeto al final de la cadena de producción o intervenir en la misma para modificarlo.
- El conocimiento en una caja de cartón
No basta con producir un armario funcional, bello, seguro y a un precio competitivo que pueda encajar en la mayoría de los mercados. El minimalismo estético que Ikea ha propuesto como uniforme de la casa (casi) global necesita ayudarse de lo local para llegar a su destino. No es solo que en Estados Unidos los muebles tengan que fabricarse más grandes. Son las preguntas que, cada vez más, nos hacemos los usuarios. En Occidente, quién, cómo y con qué se fabrica. Pero, ¿y en Corea, India o China?
Mikael Ydholm, jefe de investigaciones, pone en circulación las más de 1.000 visitas a hogares que la firma sueca realiza anualmente para recoger impresiones. Ydholm encarna los sentidos de Ikea, sintetizados en datos imprescindibles para detectar cambios en la manera de usar el espacio doméstico.
"Debido a la crisis, en países como España se detecta una vuelta a lo tradicional, a las líneas simples y limpias, a lo seguro. La casa es el lugar más importante del mundo, pero más si el exterior es inestable. Paralelamente, hemos tomado nota de cómo la sostenibilidad y la ética se han convertido en uno de los factores de compra más relevante para los millenial [jóvenes hasta 30 años]".
En el horizonte de Lundström y Ydholm no se vislumbran, sin embargo, nuevos productos. "Tras muchos años empaquetando muebles, estamos pensando en cómo empaquetar conocimiento", dice crípticamente Mia Lundtröm . Mikael aclara: "Nos enfrentamos a la disrupción que suponen tecnologías como la impresión 3D, que reta la forma en que Ikea ha funcionado. Hemos de reconsiderar quién es el productor; en qué parte de la cadena se coloca el beneficio; cómo integrar un consumidor que es, en realidad, prosumidor (productor y consumidor a la vez); o a quién pertenece la propiedad intelectual. Nos preguntamos: ¿vendemos una buena cama o una buena noche de sueño? ¿Necesitamos tantos objetos? Estamos considerando conceptos como compartir o alquilar... Es un momento de cambio".
- También se habla español
Última parada de la expedición: la logística. El objeto ha de amoldarse a las exigencias de producción masiva y transporte barato. Lo cuenta, de camino a su casa, Santiago Leñador, responsable de ventas que lleva algo más de un año en Älmhult. El hogar que comparte con Raquel Currais, interiorista e ilustradora para el catálogo de la firma, y sus dos hijos, Mario (10 años) y Bruno (cinco), es un sueño de postal sueca: típica arquitectura, rodeada de verde, árboles, caballos a lo lejos...
La pareja dejó Madrid en pos de una mejor vida para los niños. "No salimos huyendo por la situación económica, sino pensando en ellos", relata Raquel. "No nos gustaba pasar tantas horas en el coche, estar tan lejos del trabajo, el estrés de todo el día... No veíamos a los niños a gusto, felices. Además, siempre nos ha gustado Suecia".
"La primera impresión, que están perfectamente integrados", se confirma en la charla. "A los suecos les gusta nuestra forma de ser, piensan que les enriquece" confirma Santiago. "Valoran que pones el conocimiento de tu mercado en el desarrollo del producto. En la distancia corta de la oficina, el sur les sale solo y les distingue. Ellos son poco expresivos, reservados, tranquilos y con mucho saber estar", dice Raquel.
"Lo latino les apabulla. Nosotros somos más alegres y espontáneos. Ellos son más comedidos con su intimidad. De alguna manera, la calidez de los empleados que vienen de los países meridionales les proporciona luz y diversión". "Aquí me luzco bromeando -cuenta Santiago entre risas- sobre todo al principio, suplía mi nivel de inglés con un poco de chispa. El sueño sueco, al menos para esta familia", funciona. Pero, algo malo habrá de tener... ¿o no? "Hay muchos bichos" responde Raquel. "Y todos me pican a mí".
- Älmhult, el pequeño pueblo
donde se fundó Ikea, sueña con ser el Silicon Valley del hogar. Un imán
para el talento, al que tampoco se resisten los españoles.
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