TITULO: EL BAR DE LA ESQUINA - COSTILLA AL VINO TINTO,.
EL BAR DE LA ESQUINA - COSTILLA AL VINO TINTO, fotos.
COSTILLA AL VINO TINTO,.
Una receta para hacer un plato principal de
costilla al vino tinto
Tiempo de preparación: 150 minutos
Ingredientes para 4 personas
Ingredientes
- 1,5 kg de asado de tira de vaca
- 1 pizca de harina
- la parte blanca de 2 puerros
- 2 cebolletas,
- 8 dientes de ajo
- 2 clavos de olor
- 750 ml de vino tinto
- 1,5 l de caldo de carne
- 1 ramillete de cilantro
- 2 soperas de cacahuetes tostados
- 1 chile fresco
- 1 pizca de vinagre de sidra
- 1 chorrete de aceite de oliva virgen extra
- 6 chalotas en tiras muy finas
- los granos de 1 granada
- 4 puñados de hojas de ensalada limpias
PASO A PASO
1. Se pide al carnicero que nos corte la costilla
por las juntas. Se salpimientan los pedazos y se pasan por harina,
quitando el exceso. En una olla amplia con aceite se doran los pedazos
de carne sin que se quemen, a fuego manso.
2. Se cortan en trozos gruesos los puerros y las
cebolletas y se añaden a la olla. Se aplastan los dientes de ajo sobre
la tabla con la palma de la mano y se incorporan con los clavos de olor.
Se salpimienta y se le da unas vueltas para que la verdura se sofría un
poco. Se vierte el vino tinto y se reduce a fuego suave para que pierda
la acidez. Se cubre con el caldo caliente y se guisa cubierto unos 90
minutos.
Pasados, se retira la carne a un plato y se tritura la salsa con una
batidora. Se pasa esta por un colador fino para que quede lisa y se
devuelve a la cazuela. Si queda muy ligera, se reduce unos minutos a
fuego para que espese. Se incorporan los pedazos de costilla y se
hierven suavemente unos minutos para que la cazuela se integre bien.
3. Para la ensalada: se majan las hojas de cilantro
con los cacahuetes y el chile en un mortero y se incorporan el vinagre,
el aceite, las chalotas y la granada.
4. Se remueve, se salpimienta y se añade el aliño sobre la ensalada. Se sirve la ensalada con el guiso.
¡Y listo!,.
TITULO: EN PRIMER PLANO - A FONDO - DESACTIVAR EL GEN DEL DOLOR,.
DESACTIVAR EL GEN DEL DOLOR, fotos.
Después de más de diez años de investigación, la ciencia ha
descubierto cuál es el gen responsable de que sintamos dolor. El reto
ahora es crear la ‘pastilla milagro’ que logre desactivarlo
definitivamente. Se lo contamos.
La película ‘El protegido’ cuenta la historia de David Dunn (Bruce
Willis), un hombre que jamás ha sufrido una sola herida, ni siquiera
cuando se convierte en el único superviviente del descarrilamiento de un
tren.
El director M. Night Shyamalan narra el encuentro con su antagonista,
Elijah Price (Samuel L. Jackson), cuyos huesos son tan débiles que
parecen de cristal y se parten como una oblea. Una fábula de cómic
-héroe, supervillano y ciencia ficción- que brota del contacto entre dos
realidades extremas. Pues bien, la actual investigación científica
sobre el dolor se parece mucho a aquella película. También se basa en
dos mundos opuestos. Por un lado, el de las personas que sufren
eritromelalgia, una rara enfermedad vascular que provoca vasodilatación
aguda en las extremidades de quien las sufre. También se conoce como el
‘síndrome del hombre en llamas’, porque genera una hinchazón y ardor
constantes similares a los de las quemaduras. Por el otro, las que
padecen
insensibilidad congénita, otra enfermedad aún más rara de personas que no pueden percibir el dolor físico.
Y eso significa que desde una herida a la rotura de un hueso u otro
problema de salud pueden pasar inadvertidos porque no existe esa
conciencia del dolor. Dos realidades, como las de la película, extremas.
El dolor constante y la ausencia absoluta de este. Pero dos realidades
con mucho más en común de lo que se pensaba.
Hasta ahora hemos sido capaces de entender qué es el dolor y cómo se produce en el ser humano. Como lo explica el neurólogo Jordi Montero en su reciente libro
Permiso para quejarse
(Ariel), un apasionado viaje por el universo del dolor y, sobre todo,
de las personas que lo padecen, este «cumple una función muy específica y
absolutamente necesaria. Es la lógica de la evolución. Constituye una
señal que nos indica la necesidad de evitar un peligro o de corregir una
conducta peligrosa para nuestra integridad». Sin el dolor no habríamos
evolucionado y no sobreviviríamos hoy. Todos lo sufrimos. En España,
cuatro de cada diez personas, de acuerdo con la última
Encuesta de salud europea, afirman haber padecido algún tipo de dolor durante el último mes.
Un paso más, el gen del dolor
Pero ahora los científicos tratan de ir más allá, de atajar el dolor
desde su origen mismo. De encontrar en el rompecabezas de nuestro mapa
biológico, de nuestro ADN, la pieza clave para comprenderlo. El gen
concreto, entre los más de veinte mil que forman el genoma humano, del
dolor. Y ahí es donde se cruzan esos dos extremos de los enfermos de
eritromelalgia y de insensibilidad congénita.
Al menos media docena de laboratorios y centros de
investigación en todo el mundo llevan más de una década tratando de
averiguar cuál es ese gen. Ya lo han logrado. Investigando a
los pacientes que sufren eritromelalgia, como han hecho la Universidad
de Yale o el laboratorio Pfizer, para comprender cuál es la malformación
genética repetida que les hace sufrir la enfermedad, y a los de
insensibilidad congénita, como hace la Universidad de Cambridge o el
laboratorio Xenon, para saber por qué tienen bloqueado el mecanismo de
transmisión del dolor, todos han llegado al mismo punto del mapa: al gen
SCN9A. Como lo definía recientemente en la revista
Wired
Stephen Waxman, director del Centro de Investigación de Neurociencia y
Regeneración de Yale, este es «el gen maestro del dolor».
En ambas enfermedades, sus pacientes sufrían una mutación de este gen
responsable de codificar el canal de sodio Nav1.7 de las células
nerviosas. Los canales de sodio, exclusivos solo de unos pocos genes,
permiten o bloquean el paso de carga eléctrica hacia las células. Es
decir, ante un estímulo, el canal se abre lo justo para que la cantidad
necesaria de iones de sodio pase y así pueda propagarse el mensaje que
el cerebro registrará como dolor. Pero, en los pacientes con
insensibilidad, este canal está permanentemente bloqueado. Y en los que
padecen eritromelalgia se abre más de lo normal.
Manipular el gen
Una vez hallado el gen, el objetivo es sencillo: averiguar cómo
manipularlo, cómo alterarlo para abrir el canal (y tratar así a las
personas que no sufren dolor), pero sobre todo cómo cerrarlo, sin llegar
a bloquearlo, para reducir la intensidad de la señal. Esa es la gran
frontera de la investigación. Porque esa sencillez del desafío es solo
teórica.
El objetivo de las investigaciones no es anestesiar el dolor. Es evitar que llegue a producirse
Hallar un bloqueante para ese canal de sodio implica, de ahí la
dificultad de las investigaciones que se desarrollan hoy, hacerlo
asegurándose de que solo actúa en ese Nav1.7 concreto, porque existen
otros ocho canales de sodio en nuestro organismo responsables, entre
otros, del movimiento muscular o de la actividad cerebral y bloquearlos
implicaría, literalmente, parar el corazón o el cerebro. Ese es el
estado actual de las investigaciones que se realizan. La búsqueda del
elemento concreto capaz de actuar solo sobre el canal de sodio
responsable del dolor. Pfizer, en colaboración con Yale, y Xenon, como
revela
Wired, están ya en una segunda fase de sus pruebas de
laboratorio experimentando con pacientes de eritromelalgia. Mientras
otros centros, como Amgen, una compañía farmacéutica de California,
prueba cada semana hasta diez mil moléculas nuevas para bloquear el
canal. Todos ellos, competidores en una carrera contrarreloj por ser los
primeros que creen, y patenten, el primer tratamiento realmente
efectivo contra el dolor. Una ‘píldora mágica’ casi, como la historia de
Shyamalan, de ciencia ficción.
DOS CASOS EXTREMOS UNIDOS POR EL MISMO GEN
Steve Pete: no sabe lo que es el dolor
“Aunque sufriera apendicitis o el dolor previo a un infarto, no lo notaría”
Tiene 36 años y no sabe lo que es el dolor. A Steve Pete le gusta
gastarle una broma a su mujer. Se agarra el brazo izquierdo y contrae el
gesto. « Estás bien?», le pregunta asustada ella. Y él ríe. Si Steve,
que vive en Washington, sufriese un infarto, no sería consciente. Padece
insensibilidad congénita. A lo largo de su vida ha tenido más de 70
fracturas de huesos que nunca le dolieron. Steve y su hermano Chris
nacieron con un extraño desorden genético. La primera vez que sus padres
sospecharon algo, Steve tenía cuatro o cinco meses. Al salirle los
dientes, se mordía la lengua hasta destrozársela. El médico determinó
enseguida que el niño no sentía dolor alguno, no reaccionaba ni a
pinchazos en su columna vertebral. Eso no impidió que unos años después,
al romperse huesos y herirse continuamente -vivía en una granja-, los
servicios sociales le retirasen la custodia a sus padres durante dos
meses, acusándolos de negligencia. Steve tiene mucho cuidado con lo que
hace, pero afirma que lo que más le da miedo son las heridas internas.
«La apendicitis es lo que más me asusta. En cuanto noto la más mínima
alteración en el estómago, voy a que me chequeen». Y se prepara para la
eventualidad de perder su pierna izquierda. Si se le vuelve a romper,
los médicos tendrían que amputársela. «Trato de no pensar en ello»,
dice. En lo que no puede evitar pensar es en el suicidio de su hermano a
los 26 años. «Iba a graduarse cuando le dijeron que en un año estaría
en silla de ruedas. No pudo con ello». A pesar del riesgo de transmisión
genética, Pete tuvo una hija en 2008. A la niña le pincharon en cuanto
nació. Y lloró.
Pam Costa: padece dolores inmensos
“Cada mañana tomo morfina. Preferí adoptar a mi hija para no traspasar esta enfermedad”
Cada mañana, al despertarse, lo primero que hace Pam Costa, de 51
años, es tomarse 50 miligramos de morfina. Así lleva 35 años. Padece
eritromelalgia, una enfermedad genética. La dilatación de los vasos
capilares de las extremidades la obliga a vivir con un dolor crónico y
constante que se acentúa con cualquier contacto físico, con el estrés e
incluso con un cambio de temperatura.
«Es la misma sensación de padecer siempre un frío extremo en los pies
y después calentarlos, ese momento en el que parece que arden», lo
explica Pam. Para ella ponerse un jersey o los zapatos es terrible por
los dolores. Una veintena de familiares suyos sufren el mismo síndrome.
Algunos, para evitar el dolor, ponen en hielo sus extremidades hasta
causarse gangrena. Pam no fue diagnosticada hasta los 11 años, porque un
primo acudió a la Clínica Mayo con síntomas similares. Hasta entonces
los médicos creían que era algo psicosomático, depresión o problemas de
comportamiento.
Pam vive en Washington, está casada y tiene una hija adoptada. «No
quería correr el riesgo de pasarle esta enfermedad a otra persona».
TITULO: REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - ELENA FRANCIS,.
fotos, ELENA FRANCIS,.
Elena Francis: "Querida amiga: los hombres son proclives al adulterio",.
El consultorio de Elena Francis’ fue el paño de lágrimas de las
españolas desde 1947 ¡hasta 1984! Una nueva novela recobra las
llamativas cartas y las respuestas de un programa radiofónico que
retrata toda una época y que en realidad fue un efectivo truco
publicitario.
P”. Está desesperada porque el señor de la casa en la que trabaja
como sirvienta se mete en su cama todas las noches. «¿Qué hago, señora
Francis?», pregunta angustiada ‘R’ se ha quedado embarazada de su novio y
el chico se ha desentendido de ella. ‘A’ pide una receta que excite
sexualmente a su marido porque hace meses que no la toca…
En los años setenta, muchas cartas que llegan al consultorio
radiofónico de Elena Francis están relacionadas con el sexo. Cuando este
célebre programa comenzó su andadura, en 1947, las mujeres preguntaban
remedios caseros para eliminar manchas del tresillo, recetas de cocina o
ungüentos para combatir los sabañones. El programa fue cambiando con
los años. Pero fue una evolución mínima. Nunca perdió el tono
moralizante y conservador. Ni siquiera en los últimos años de su
larguísima vida. Se emitió durante 37 años. Los últimos consejos de doña
Elena Francis se escucharon en 1984: con Felipe González en la
presidencia del Gobierno y el divorcio legalizado.
Elena Francis soy yo… El periodista
Juan Soto Viñolo redactó las respuestas de Elena Francis durante 18
años, de 1966 a 1984. Cuando retiraron el programa, decidió salir a la
luz y lo desveló en un periódico. Fue un gran shock
El consultorio de
Elena Francis tiene un enorme poder evocador para varias generaciones. Con solo escuchar su sintonía -el tema
Indian summer,
de Victor Herbert-, millones de españoles se teletransportan a la mesa
camilla del salón de su casa, al cuarto de la plancha o al patio de
vecinos por el que subía el programa radiado desde distintos
transistores.
Elena Francis acompañó a millones de españolas (y a algunos hombres,
que también lo siguieron e incluso escribieron cartas) sin existir. Es
un fenómeno único.
No existía esa matriarca sabia y serena. Y sus consejos fueron una labor secundaria.
El consultorio de Elena Francis fue en realidad «la campaña publicitaria más exitosa de este país», explica la escritora Rosario Raro, autora de
La huella de una carta
(Planeta), novela protagonizada por uno de los muchos ‘negros’ que
contestaron a cientos de miles de cartas que recibió el consultorio.
Juan Soto Viñolo confesó que a menudo se inventaba cartas truculentas para subir la audiencia
Elena Francis fue una magnífica campaña de
marketing ideada
por un matrimonio catalán para vender los productos de cosmética de su
empresa. José Frade y Francisca Bes Calvet eran propietarios del
Instituto y Laboratorios de Belleza Francis, fabricante de la crema de
ojos Antirides Francis, «que elimina las arruguitas y combate las patas
de gallo», según proclamaba la publicidad; y del Depilator Francis, la
leche limpiadora S de Francis y otros productos.
Maruja Fernández fue la última de
las locutoras que pusieron voz a Elena Francis. El programa se emitía
por las tardes, duraba media hora y respondía a siete cartas
El programa nació en Radio Barcelona para vender cremas. Se ponían
canciones dedicadas, se leían vidas de santos y ‘biografías ejemplares’ y
se contestaban las cartas de las oyentes. Sus promotores tuvieron la
genial idea de que fuera una mujer madura y con áurea de sensata
sabiduría quien prescribiera los potingues y consejos. El nombre de
Elena Francis viene del de su inventora: Francisca Elena Bel Calvet. El
consultorio se convirtió en entretenimiento, consuelo y compañía para
muchas mujeres. Comenzaron a llover cartas con preguntas de todo tipo.
Los Frade contrataron a un equipo de guionistas para que las
contestasen. Todas:«Era política de la empresa», explica Rosario Raro.
Las cartas se conservan
«¿Te gusta escribir?», preguntaban los anuncios para reclutar
escribientes. Para ser ‘contestador Francis’ había que tener máquina de
escribir propia y no cometer faltas de ortografía. Y por supuesto era
imprescindible la máxima discreción: la identidad de Elena Francis era
secreta.
Estos escribientes se ocupaban de la mayoría de las misivas. En 2007
se encontraron cien mil de esas cartas en la masía abandonada de la
familia Frade. Ahora se custodian en el Archivo Comarcal del Bajo
Llobregat y diez mil de ellas están digitalizadas. Se pueden consultar.
El programa fue una campaña de ‘marketing’ ideada por un matrimonio catalán para vender cremas
Por supuesto, las respuestas que redactaban los ‘guionistas
contratados’ eran supervisadas por un equipo del que formaron parte
sacerdotes y psicólogos. Solo se contestaban por radio unas cartas
escogidas. Para las voces de la misteriosa Elena Francis -que no
concedía entrevistas, porque era muy celosa de su intimidad- los Frade
contaron con varios locutores; la última fue Maruja Fernández. Los
oyentes identificaban su aspecto con el de la madura consejera.
Detrás de cada respuesta encabezada casi siempre por un inconfundible «querida amiga»,
había algún guionista enmascarado. También hubo varios. A partir de
1966, el encargado de responder a mujeres que firmaban sus cartas como
«Una sufridora», «Un corazón herido», «Burlada» o «Atormentada» estaba
el periodista especializado en información taurina Juan Soto Viñolo.
Él solo (ayudado de enciclopedias) respondió a las consultas del
programa durante 18 años, excepto a las de belleza, de las que se
encargaban desde el laboratorio cosmético. «Hacía el papel de Internet,
preguntaban de todo, dónde está el Consulado de Suiza, qué hacer para
ser actriz…», apunta Rosario Raro.
Soto Viñolo, que murió hace tres meses, contó en su libro
Querida Elena Francis
que el programa trató «todos los temas excepto política y aborto».
Confesó que periódicamente se inventaba cartas truculentas para aumentar
la audiencia. Y reconoció muchas censuras: nada de incestos ni métodos
anticonceptivos ni ‘bodas de penalti’. Y cuidado con la homosexualidad:
si el marido ‘se desviaba’, es que la mujer ‘no se empleaba a fondo’.
Juan Soto Viñolo resumía así sus consejos a las mujeres víctimas de adulterio: «Paciencia
en los años sesenta, que se fueran con su madre en los setenta y que se
divorciaran en los ochenta». El programa retrató una época. «Usted es
la única persona que puede ayudarme en esta vida». «¿Qué puedo hacer?»
se despedía, suplicante, ‘Rosa marchita’.
CARTAS (Y RESPUESTAS) TREMENDAS
Hubo cartas que narraban abusos y graves delitos, las cuales eran contestadas con consejos terribles.
Violada por su jefe
El señorito
A los 12 años, mi madre me hizo acompañar al amo a su habitación.
Me hizo todo lo que quiso. Luego en Madrid, en la primera casa, el
señorito me quiso hacer eso. Me defendí y me despidieron sin pagarme.
Ahora estoy en otra casa. Desde que la señora murió, el amo se mete en
mi cama. Todos los días quiere. Dice que le dé un hijo y me comprará un
piso. ¿Qué hago, señora Francis? P. R. madrid, 1972.
El piso
La vida ha sido muy dura contigo. Trata de lograr que te compre el
piso poniéndolo a tu nombre. Si lo hace, tendrás un capital y un sitio
donde vivir. Si consigues el piso, habrás logrado algo positivo después
de tantas humillaciones. Serás capaz de rehacer tu vida.
Embarazada
Adolescente
Estudio quinto de Bachillerato, tengo 15 años. Hace un mes me
invitaron unos amigos a una fiesta. Al llegar solo estaba allí el chico
que me gusta. Insistió en que me quedara. Bailamos y nos besamos. En
fin, señora, que estoy esperando un hijo. Él dice que no es el padre.
¿Qué hago? Estoy desesperada.
R. Barcelona, 1972.
Rechazo
Es lógico que el muchacho rechace la paternidad y te abandone. Hay
que aceptarlo sin traumas ni histerismos. De lo que se trata es de que
tú y tu familia aceptéis este embarazo y al niño, procurando que este
hecho, que provocará problemas familiares, de relación social y laboral,
no complique gravemente tu vida.
Adulterio
Discoteca
Una amiga soltera que frecuenta discotecas y ‘boîtes’ me dice que ve
frecuentemente a mi marido divirtiéndose con otras mujeres. Fui a una
discoteca y lo encontré acaramelado con una chica. Me fui llorando. En
casa le pedí explicaciones y dice que fue allí por asuntos de negocios.
Aventura pasajera
No se preocupe, los hombres son proclives al adulterio. Posiblemente
se trate de una aventura pasajera. Tiene que conseguir que su marido se
vuelva a interesar por usted al tiempo que se sienta bien en casa
extremando sus atenciones personales, quizá un tanto abandonadas por la
rutina.