TÍTULO: EL HORMIGUERO LUNES 27 AGOSTO , Marina Pérez - MODELO,.
Marina Pérez - foto
Marina Pérez |
backstage en 2008 |
Nombre real |
Marina Carolina Pérez1 |
Nacimiento |
31 de julio de 1984 (30 años)
Madrid, España |
Etnia |
Española |
Características físicas |
Medidas |
89-60-891 |
Estatura |
1,75 m1 |
Color de cabello |
castaño(teñido)1 |
Color de ojos |
Azules1 |
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Marina Carolina Pérez (n.
Madrid, 31 de Julio de
1984) es una
top modelo española conocida por su rostro aniñado y sus ojos. Ella ha sido la cara para las campañas de
Jimmy Choo,
Alessandro Dell'Acqua,
Pucci,
Moschino,
Giorgio Armani,
St. John, y de
Marc Jacobs.
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Carrera
Marina nació en Madrid y comenzó en el mundo de la moda animada por
su madre, posando para catálogos y anuncios con tan solo 11 años. Hizo
su debut en la pasarela del otoño para Miguel Palacio en Madrid y
apareció en la portada para la revista
Elle España. El reconocimiento le llegó con el premio
L'Óreal como la modelo revelación en la
pasarela Cibeles y desde entonces, no ha parado de trabajar.
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A finales de 2001 consiguió abrirse camino en el mundo de la moda en el
ámbito internacional ascendiendo a la categoría de top model. Se mudó a
Nueva York a los 18 años y comenzó a trabajar en la alta moda. En
septiembre de 2003 debutó en
New York Fashion Week para Betsey Johnson. Durante varios años, se la ha visto como imagen de los grandes almacenes
El Corte Inglés; y ha trabajado en campañas publicitarias para las firmas
Massimo Dutti,
Mango,
Victorio & Lucchino,
Marc Jacobs,
St. John, y
Alexis Bittar.
4 Marina ha trabajado con fotógrafos de alto calibre como
Steven Meisel, Inez y Vinoodh, Mert n Marcus, y Patrick Demarchelier.
5 Ella ha estado en las portadas de,
Vogue,
Dazed & Confused,
Numéro y
10 magazine. Ha aparecido en la portada de Vogue Italia y dos veces para Vogue España. En 2008 reemplazó a
Angelina Jolie como una de las caras para la campaña
St. John junto a
Hilary Rhoda y
Caroline Winberg.
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TÍTULO : EL HORMIGUERO MARTES 28 AGOSTO , Fabio Morábito,.
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-foto-Fabio Morábito recupera 125 relatos de la tradición oral. El
escritor ha dedicado cuatro años a recopilar y leer historias del país, y
al final ha excluido del volumen los mitos y leyendas populares,.
Cuentos burlescos, escatológicos, crueles y sexuales, pero también
narraciones sobre reyes y princesas, preñadas de amor y llenos de
ternura. De todo hay en el volumen 'Cuentos populares mexicanos'
(Siruela), que han sido recreados por Fabio Morábito con el ánimo de
llevar al papel lo mejor de la tradición oral de su país. El narrador y
poeta se ha inspirado en la tarea que emprendió Italo Calvino cuando en
1956 alumbró 'Cuentos populares italianos', libro en el que recopiló y
rehízo doscientos relatos. Calvino, a su vez, no hizo sino emular a los
hermanos Grimm, quienes recuperaron los mejores cuentos tradicionales
alemanes, desde 'Blancanieves' a 'La Cenicienta', pasando por 'Barba
Azul', 'Hänsel y Gretel' o 'La Bella Durmiente'. Morábito ha rescatado
125 cuentos que permanecían en el olvido, enterrados en revistas
académicas para antropólogos y etnólogos y que para un lector normal
eran muy poco apetecibles. Después de expurgarlos de redundancias e
impregnaciones propias de una excesiva fidelidad a las fuentes, Fabio
Morábito los ha reunido para que reluzcan con todo su esplendor. «Muchas
veces he topado con trascripciones obsesivamente fieles a la grabación,
de modo que había partes ilegibles. Me he permitido muchas libertades
para reescribirlos, pero nunca he cambiado el final, porque entonces me
hubiera apropiado del cuento», dice el escritor.
Cuatro años dedicó el poeta y ensayista a recopilar y leer historias.
Al principio la tarea era ingente: tenía 1.300 cuentos, de los que
seleccionó 125 por su valor literario. La criba ha sido rigurosa.
Morábito descartó los mitos y leyendas, que aunque algunos de ellos eran
portadores de valores literarios, tenían un objetivo radicalmente
distinto a los relatos. «Son géneros, a mi juicio, irreconciliables. Los
mitos tratan de descifrar un enigma, ofrecer un porqué, pero les falta
esa vuelta de tuerca, ese cambio de perspectiva inesperado que es lo que
hace de un cuento algo bello. Los mitos explican por qué existen las
cosas, mientras los cuentos nos arrojan a un futuro imprevisible».
El escritor, nacido en Egipto de padres italianos, quedó sorprendido
por el impulso, la crueldad y la universalidad de los cuentos que leyó.
Algunos de los relatos tenían una raigambre europea. Porque los cuentos
orales, como las aves, también migran de un continente a otro. No se
atreve Morábito a decantarse por un elemento intrínsecamente mexicano,
aunque sí destaca que el viaje es un motivo recurrente que desata la
imaginación. «El cuento oral empieza casi siempre con el abandono del
propio entorno, con el viaje, que puede ser propiciado por el hambre, la
búsqueda del amor, o simplemente, por el gusto de salir del dominio
propio».
El hambre también es un asunto que se repite en las narraciones
orales. Ciertas plantas, animales y paisajes aparecen una y otra vez en
la tradición oral mexicana, aunque es difícil rastrear una idiosincrasia
a través de estas historias. En otras ocasiones, el esfuerzo del
compilador ha sido escoger la variante más rica y depurada
literariamente de un cuento, dado que un mismo relato se ramifica en
otros. Como el cuento de nunca acabar, el narrador aumentaba o eliminaba
lances, dependiendo del gusto del público.
Teatralidad
«En el terreno oral, el narrador no sólo se expresa con palabras,
sino también con gestos, modulaciones de la voz y cierto grado de
teatralidad. Además, se dirige no a una sola persona sino a varias, en
contraste con el lector, que vive una experiencia solitaria», dice
Morábito, quien subraya que lo que funciona ante una audiencia de
personas que escuchan no opera con la misma eficacia en la lectura.
La pluralidad de lenguas indígenas representadas es una
característica del libro. La diversidad no es sólo geográfica, sino
también lingüística, de modo que hay cuentos originalmente narrados en
mixe, chamula, mixteco o mazahua.
Como lector, Morábito se siente sorprendido por la modernidad de
algunos cuentos. 'El corazón de la muerta', de una violencia exacerbada,
podría haber sido escrito por Raymond Carver. Otro relato, 'Cristo, el
mejor herrero', presenta a un Jesús insólito, con ciertas resonancias
del Buñuel de 'La Vía Láctea', película «en la que aparece un Cristo muy
socarrón e irónico, burlón y un poco dandi».