TITULO: DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - El consumo de información aumentó con la pandemia ,.
DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - El consumo de información aumentó con la pandemia ,. , fotos.
El consumo de información aumentó con la pandemia,.
El 77% de los extremeños dice haber aumentado el seguimiento de la actualidad, según una encuesta de GAD3 para la Fundación AXA,.
La pandemia y los consiguientes confinamientos han hecho que el teletrabajo entre los extremeños se haya situado en un 58% de la población, según la encuesta de GAD3/Fundación AXA, que también habla de que este aumento del teletrabajo y la estancia en los domicilios dispararon el consumo de información en Extremadura, donde el 77% ,.
No son grises los días, precisamente, porque está nublado y amenaza esa lluvia esperada en el campo que no llega. No, en la ciudad, hoy, si lloviera aún acudiría menos gente a las tiendas que están confiando en las escasas ventas, porque el fantasma del internet les roba los pedidos que, con tanto cuidado, solicitaron.
Los días grises ya no huelen a café recién tostado por la mañana, ni al panecillo del blanco y negro cuando las saetas del reloj señalaban las doce y acontecía el breve encuentro con compañeros, en el bar acordado desde hace tiempo. Sucedían los saludos cotidianos con el intercambio de palabras de tono familiar, cinéfilo, de fútbol. Ahora, un extrañísimo silencio se apodera cada día al desplegar las páginas del periódico y observar la sección de las necrológicas, porque con harta frecuencia algún nombre nos hiere en el recuerdo de un hombre o una mujer que fue amigo de promoción lejana, o compartió deberes en la profesión ejercida coincidiendo en ideas y entusiasmo.
Rostros, miradas, sonrisas de aquellos que se fueron, seguro que en un día gris; y aunque quisimos indagar después una causa, una fecha, una oración comunitaria, nadie pudo respondernos. En los días grises, acurrucados como una nube oscura dentro del espíritu, es inútil que oigamos frases de alivio, argumentos que se nos antojan manidos para llamar a la alegría, a un mañana de cambio, con la promesa de que será mejor.
La ciudad está tan silenciosa, tan llena de ausencias: 'abriremos en breve' , 'todo para llevar a casa', 'teléfono de contacto', que se echa de menos el bullicio del que tanto protestamos, el jolgorio de los escolares, un claxon intermitente, las llegadas de las cotorras a sus palmeras. Días que no observamos las plantas, ni continuamos la lectura del libro que nos emocionaba, a pesar de que el ambiente llama al recogimiento, al sillón cómodo, a la intimidad. Abría que borrar todos los días grises hasta despertar en otro con el sol. ¿Cuando?,.
TITULO:
EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. - La Junta ve una buena noticia en la suspensión de los aranceles con Estados Unidos ,.
EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. - La Junta ve una buena noticia en la suspensión de los aranceles con Estados Unidos . , fotos,.
La Junta ve una buena noticia en la suspensión de los aranceles con Estados Unidos ,.
La consejera de Agricultura, Begoña García Bernal, ha recibido como una noticia muy positiva la suspensión de los aranceles entre Estados Unidos y la Unión Europea. «Han acordado eliminar temporalmente los aranceles que tanto daño han hecho a nuestro sector agroalimentario», señaló la dirigente extremeña, que también quiso alabar el trabajo realizado por el Gobierno español y la Unión Europea a la hora de negociar esta suspensión.
Era algo que varios sectores del campo extremeño, entre ellos los productores de aceituna y de aceite, llevaban mucho tiempo reclamando. La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca fue un motivo de optimismo de cara a la resolución del conflicto y el pasado viernes llegó el anuncio de que Estados Unidos y la Unión Europea acordaban suspender temporalmente los aranceles. «Símbolo de un nuevo comienzo, hemos acordado suspender los aranceles impuestos en relación a la disputa entre Airbus y Boeing, tanto en productos aeroespaciales como no aeroespaciales por un periodo de cuatro meses», dijo Ursula Von der Leyen, presidenta de la Unión, a través de un comunicado.
EE UU ha anunciado nuevos aranceles a productos de algunos países europeos, entre ellos España, como contrapartida al supuesto desequilibrio de las ayudas públicas al gigante aeronáutico Airbus, competidor de la norteamericana Boeing. La decisión se tomará el 26 de julio y las medidas se sumarán a los aumentos aduaneros que se vienen aplicando desde hace meses a algunos artículos como las aceitunas. En algunos casos el arancel puede llegar al 100% del valor. El ministro español de Agricultura, Luis Planas, se limita a decir que lo ve «injustificado», que es «una decisión electoral» y que confía en que aún se pueda arreglar a tiempo. Ojalá, pero.
TITULO: Donde comen dos -En defensa del tofu ,.
En defensa del tofu,.
Pocos alimentos tienen detractores tan radicales: «¡No sabe a nada!», dicen los 'haters'. ¿No será que no sabemos usarlo como es debido?,.
fotos / Allá por el siglo XVII, el dominico Domingo Fernández de Navarrete se convirtió en el primer occidental que citaba el tofu en uno de sus escritos. Y, ya en aquella mención pionera, el alimento venía acompañado del adjetivo que tantas veces lo ha acompañado desde entonces: insípido. El misionero español, un viajero que predicó por distintas regiones de Asia y acabó falleciendo en el Caribe, dejaba claro que el 'teu fu', como lo transcribía él, era un ingrediente sosísimo, pero también puntualizaba que se volvía muy sabroso cuando se aliñaba y que resultaba excelente «frito en mantequilla».
Trescientos y pico años después, el tofu es un alimento y también un símbolo, algo así como el emblema de las nuevas maneras de comer, un versátil tesoro para unos y un ridículo muñeco del pimpampum para otros. Hay detractores que lo emplean habitualmente como arma arrojadiza, con el eterno argumento de que no sabe a nada, e incluso podemos encontrarnos con algún 'antitofu' radical que llega a poner en duda su condición de comida. Y circulan chistes, claro, como el de ese cliente que entra a una tienda o a un restaurante, consulta si tienen tofu y, ante la respuesta afirmativa, pregunta con asombro «¿y por qué?». El tofu sirve como blanco fácil para todos aquellos que quieren criticar, así en general, tendencias emergentes de la gastronomía de los últimos años (desde el veganismo o el vegetarianismo hasta el consumo de alimentos de otras culturas), presentándolas como 'cosas de modernos' más preocupados por la estética y la composición nutricional que por el sabor y el placer de comer. Y frente a ellos no suele funcionar la respuesta obvia de que tampoco la pasta o el arroz son precisamente bombas de sabor que engullimos a palo seco.
«Es un lienzo en blanco, una base maravillosa a la que se le pueden dar infinidad de sabores» Isabel Moreno
El tofu, leche de soja cuajada por la acción de un coagulante, es un producto rico en proteínas, en calcio y en hierro que se consume desde tiempos inmemoriales en países como China o Japón y que, en muy pocos años, se ha vuelto cotidiano en nuestro entorno: lo venden ya todos los supermercados (también en versión ahumada o enriquecida con algas, con frutos secos o con quinoa, además de presentarlo ya en forma de hamburguesas o salchichas) e incluso hay cada vez más gente que lo elabora de forma casera. Pero, por alguna razón, sigue abriendo una grieta en la sociedad: escribir en las redes «cuánto me gusta el tofu» sirve para tomarles el pulso a nuestros amigos o seguidores, que se van alineando en un bando o en el otro. ¿Por qué existe esta inquina contra el tofu? «Yo creo que, más que nada, la animosidad proviene de la ignorancia, de no saber cómo usarlo. Mucha gente cree que es complicado y no lo utiliza, cuando en realidad se trata de un ingrediente de empleo muy fácil, que atrapa otros sabores y puede transformarse en cualquier cosa que te guste», responde desde Australia la escritora gastronómica Amelia Wasiliev, autora del libro 'Increíble tofu', que en España ha publicado la editorial Lunwerg.
Hay unos cuantos factores extra que pueden influir en las reacciones de desagrado. Uno de ellos es la costumbre bienintencionada de hablar de 'carne vegetal' o de 'queso de soja', cuando esas referencias resultan muy cuestionables al meterse un pedazo de tofu en la boca. «Yo creo que el rechazo al tofu no se debe exclusivamente a su falta de sabor, sino también a su textura. El error principal es plantearse cocinarlo de una forma muy pura y sana y pretender marcarlo simplemente como si fuese una pechuga de pollo a la plancha, sin nada más: la textura, un tanto elástica, nos recordará a un procesado industrial y el sabor a legumbre cocida nos parecerá insulso. O también intentar comerlo añadiéndolo a ensaladas sin ningún tipo de cocción, más allá de un atemperado», va repasando Jorge Bretón, profesor del área de Vanguardia de Basque Culinary Center.
«El error principal es plantearse cocinarlo de una forma muy pura y sana y pretender marcarlo simplemente como si fuese una pechuga a la plancha» Jorge Bretón
Al final, el pobre tofu acaba cargando con las culpas de nuestro desconocimiento: «Con el boom de la cocina vegana-vegetariana, es lo primero que te ofrecen en todos los sitios que no son específicamente vegetarianos o veganos: un sofrito de verduras con tofu o 'falsos huevos de tofu'. Yo estoy convencida de que el rechazo no se debe a su sabor, sino al uso incorrecto que se hace de él en la cocina», apunta la cocinera Isabel Moreno, del equipo de la chef Venu Sanz. En su Club Menú Saludable, muchas personas les agradecen que les hayan hecho replantearse su compleja relación con el tofu: «Aprenden a darle sabor y acaban enamorándose de él. Es una base maravillosa a la que se le pueden dar infinidad de sabores, un lienzo en blanco que puedes convertir en lo que tú quieras», elogia Moreno.
Recetas para escépticos
Todos los expertos insisten una y otra vez en que cortar una rodaja de tofu y echarla sin más a la sartén es un disparate culinario y conduce directamente al rechazo. ¿Cómo lo prepararían ellos si quisieran 'convertir' a alguno de esos furibundos 'haters' del tofu? «Cuando estaba escribiendo el libro, utilicé a mi hijo de 15 años como catador –se ríe Amelia Wasiliev–. La fotógrafa tampoco estaba muy convencida acerca del tofu, pero acabaron gustándole la mayoría de las recetas, así que está probada su eficacia para hacer que las personas 'antitofu' reconsideren su postura. La favorita de mi hijo eran los 'chips' de tofu, pero algunas preparaciones dulces, como la mousse de chocolate, también quedan muy ricas». Jorge Bretón apuesta por escuchar a quienes más saben de esto, igual que hacía en su tiempo el fraile Fernández de Navarrete: «Yo plantearía una receta de la cocina china llamada mapotofu o mapo doufu, tradicional de la zona de Sichuan, que resulta ideal para 'aprender' a comerlo: consta de un sofrito de tomate, cebolla, ajo y chiles (si no te gusta el picante, se cambia por pimienta y pimiento rojo) al que se añade carne picada de ternera o cerdo, el tofu y setas tipo shiitake o trompeta de los muertos. Tampoco difiere tanto de un guiso tradicional de cualquier parte de España y te ayuda a esconder el tofu entre la carne picada: poco a poco, su textura te irá gustando y puedes volverte fan. Otro plato muy indicado sería marinar dados de tofu en aceite, sésamo y alga nori picada, para después saltearlo con aceite y acompañarlo con arroz blanco y un huevo frito, una especie de arroz a la cubana».
«La animosidad contra el tofu proviene de la ignorancia, de no saber cómo usarlo, cuando es un ingrediente de empleo muy fácil que atrapa otros sabores» Amelia Wasiliev
Isabel Moreno, por su parte, está convencida de que basta con seguir sus tres pasos previos (ver, abajo, el texto de apoyo) para que cualquier preparación logre vencer la resistencia de los escépticos. «Si tuviese que apostar por una receta, les prepararía un curry de tofu bien intenso. Es un plato que contiene tanto sabor y aroma que resulta complicadísimo encontrarle el mínimo sabor que tiene el tofu. Seguro que se volverían adictos. Si me tuviese que decidir por un dulce, les haría o una 'cheese cake' con una mermelada contundente de frutos rojos o un tradicional tiramisú con la crema de tofu. ¡Esa sería otra buena opción para enamorar a un 'antitofu'!».
Tres pasos para «darle cariño» a nuestro tofu
El error más común que cometemos a la hora de comenzar a usar un producto nuevo es la desinformación. Antes de ponerse a cocinar y decidir si nos gusta o no, hay que enterarse bien de cómo se tiene que cocinar: es lo que se llama 'respeto por el producto'», argumenta la chef Isabel Moreno, del equipo de Venu Sanz, especializada en «cocina sana, natural y energética». En el caso del tofu firme, que es lo que nos vamos a llevar a casa, existe una marcada tendencia a cortarlo en tacos y echarlo sin más a la sartén. «Así obtendremos una cosa dura y sin sabor. Al tofu hay que darle cariño, hay que ganárselo, y lo conseguiremos con tres sencillos pasos que no todo el mundo conoce», aclara.
1. Prensar. El tofu contiene una enorme proporción de agua que no tiene interés gastronómico. «Tenemos que eliminar todo el líquido posible, ya que no sabe a nada y lo que queremos es darle al tofu nuestro propio sabor», comenta la cocinera. De modo que lo primero es prensar bien nuestro bloque de tofu, antes de cortarlo de la forma que deseemos.
2. Marinar. Si queremos disfrutar del tofu, resulta esencial marinarlo. «No hacerlo sería el mayor error que se puede cometer, ya que nos quedaríamos con ese lienzo en blanco en vez de darle el sabor que más nos guste o que mejor le vaya al plato. Lo ideal es añadir algún líquido para que los sabores penetren dentro del tofu, que ahora mismo, con toda el agua que le hemos extraído, será como una esponja. Se puede usar salsa de soja, tamari, zumo de limón o de naranja, yogur, leche de coco… Lo que le vaya mejor al plato que queremos preparar. Lo mezclamos todo bien y sumergimos el tofu en esta marinada».
3. Darle tiempo. Tengamos un poco de paciencia con nuestro tofu, que ahora está chupando todo ese sabor para convertirse, sí, en un bocado delicioso. «Lo dejamos marinando en un recipiente cerrado dentro de la nevera durante al menos un par de horas, aunque lo ideal sería dejarlo toda una noche, para que los sabores se integren totalmente. Una vez pasado el tiempo de marinado, ya tenemos el tofu listo para cocinarlo: salteándolo en la sartén para dorarlo, al papillote, a la parrilla… –concluye Isabel Moreno–. Es sencillo, ¿verdad? Pues así se debería hacer siempre y ya no estaríamos hablando tanto de rechazo».