jueves, 20 de octubre de 2022

La Hora Musa - La tierra que pisamos ,. Martes -1, 8 - Noviembre ,. / Cachitos de hierro y cromo - Un duro invierno preelectoral . Martes -1, 8 - Noviembre ,./ Locos por las motos - Rins brinda por Suzuki, Márquez vuelve al podio y Bagnaia agarra el liderato en el GP de Australia,.

 

       TITULO: La Hora Musa - La tierra que pisamos ,. Martes - 1, 8 - Noviembre,.

 'La Hora Musa', presentado por Maika Makovski ,a las 22:55 horas, en La 2 martes  - 1, 8 - Noviembre , foto.

 La tierra que pisamos ,.

'La tierra que pisamos' de Jesús Carrasco mantiene la calidad de su escritura, pero algo no encaja. La voz entrometida de la narradora y la exageración del tono lo alejan de su talento,.

 La tierra que pisamos (Biblioteca Breve) eBook : Carrasco, Jesús:  Amazon.es: Tienda Kindle

El debut narrativo de Jesús Carrasco (Badajoz, 1972) hace tres años tuvo algo de terapéutico para el medio literario español. Intemperie era reconocible dentro de una tradición realista con especial atención al vocabulario rural (y fue comparada con la obra de Delibes). Además, la ausencia de referencias espacio-temporales y la capacidad de fabular con elementos arquetípicos la emparentaban con una tendencia de la novela internacional (y fue comparada con La carretera, de Cormac McCarthy). Era a la vez “español”, realista y moderno.

El modelo de La tierra que pisamos podría ser Coetzee. Es una ucronía: España, a comienzos del siglo XX, ha sido invadida por un imperio que se extiende de Rusia a África. En un pueblo extremeño, los militares jubilados con méritos viven su retiro. Eva Holman, esposa de un coronel sanguinario, hoy viejo, enfermo y dependiente, descubre en el jardín de su casa a un misterioso mendigo de nombre Leva. Contra las ordenanzas que prohíben el trato con “indígenas”, Eva tiende la mano al extraño y su propia vida comienza a depender de la reconstrucción de la historia del superviviente. ¿De dónde ha salido este hombre mudo? ¿Por qué todo indica que vino del norte, a pesar de ser un lugareño? Así, nosotros leemos los cuadernos de Eva, en primera persona y en presente, en los que se entrelazan tres tramas: el movimiento hacia la compasión de Eva, el campo de trabajo en el que fue prisionero Leva y, por último, la detención de Leva y el exterminio de su familia.

 

La propia coexistencia de estas tramas las desactiva. Uno ya sabe qué va a suceder y no espera ningún giro imprevisto ni, lo que es más importante, ningún cambio sustancial en los personajes. Esto no sería importante si La tierra que pisamos no hiciera tanto hincapié en la psicología de sus personajes y su “despertar” a una nueva realidad, pero tanto Eva como Leva son personajes estáticos desde las primeras páginas. Ella, “una rebelde” convencida de la humanidad del Otro, del extraño; él, un niño y un loco, en palabras de Eva, a quien el horror ha dejado mudo. Además, la narradora explica con detalle el estado de ánimo de los protagonistas y lo que van a hacer, sin sugerencia ni expectativa. Todo parece previamente pensado y digerido. El lector no descubre las cosas por sí mismo según suceden (la pertinencia de una narración en presente), sino un poco antes por la voluntad de la narradora.

Por ello, la novela termina cumpliendo con la encarnación literal y tediosa de una metáfora: la peligrosa dialéctica de civilización y barbarie.

De alguna manera hay una paradoja conocida en narrar lo indecible con demasiadas palabras. Uno no puede dejar de recordar los testimonios de los supervivientes de los campos de concentración, desde la nitidez llena de aristas de Primo Levi hasta el laconismo de Odette Elina. Pero la descripción de Carrasco de los campos de trabajo se mantiene en una panorámica tremendista donde todo dolor es mayúsculo, y empacha.

Además, Carrasco trata demasiado bien a sus personajes: respeta sus límites y no permite que interactúen. Algo que lo distanciaría, por volver al modelo de un desmoronamiento narrado en tiempo presente, de Coetzee.

La tierra que pisamos es una novela fallida. Aunque es evidente la calidad de la escritura de Jesús Carrasco, despojada aquí del fetichismo léxico de Intemperie, algo no ha terminado de ajustarse a su indudable talento. Quizá la voz en primera persona de una narradora a medio camino de lo lírico y lo entrometido. Quizá la exageración del tono siempre elevado con que narra un “horror” que, a pesar del hiperrealismo, termina volviéndose abstracto. Quizá porque sus materiales daban para un relato más breve.

 

 

TITULO:  Cachitos de hierro y cromo - Un duro invierno preelectoral ,. . Martes -1, 8 - Noviembre ,.

   El martes -1, 8 - Noviembre  a las 22:30 horas por La 2, foto,.

 Un duro invierno preelectoral,.

La banda sonora de Brasil que la censura (y Bolsonaro) intentaron silenciar,.

Chico Buarque, Caetano Veloso, Gilberto Gil y otros hablan en el libro ‘Mordaça’, recién publicado en Brasil, sobre las canciones que les vetó la dictadura,.

 Libro 'Mordaça': La banda sonora de Brasil que la censura (y Bolsonaro) intentaron  silenciar | Cultura | EL PAÍS

Fue un lunes del invierno carioca, el 29 de julio de 1985. Cientos de artistas, intelectuales y productores culturales se dieron cita en un teatro de Río de Janeiro para enterrar solemnemente la censura. Despedían las mordazas y celebraban que sus obras iban a poder circular sin cortapisas. No fue un guateque de amigos sino una ceremonia oficial. El ministro de Justicia presidía la velada porque, tras dos décadas de dictadura militar, los civiles acababan de recuperar el poder. “Las ocho de la tarde es muy pronto”, se quejaba en el evento Chico Buarque, según escribió décadas después un periodista que lo cubrió.

El noctámbulo compositor volcado ahora en escribir estaba allí por su relevancia artística y porque durante los años de plomo era la gran obsesión de los censores. Fue el más perseguido, cuenta Mordaça, un libro recién publicado en Brasil, que a través de entrevistas con Buarque, Caetano Veloso, Gilberto Gil… otros 25 músicos y un abogado —personaje clave— reconstruye cómo sufrieron y resistieron la censura. Mordaça (Sonora Editora) es también una playlist con las casi 100 canciones mencionadas.

Aquel acto en el Teatro Casa Grande fue en realidad un velatorio, no un entierro, porque la censura moralista —en defensa de Dios y la familia— persistió en democracia, decían los autores durante entrevista por videollamada el jueves pasado. “Y con el Gobierno Bolsonaro el tema es actual porque cada día hay una nueva historia”, apunta el periodista João Pimentel, de 52 años.

La victoria electoral de Bolsonaro dio un nuevo significado al gran himno de la izquierda brasileña, la samba Apesar de você. Compuesto por Chico Buarque en 1970, vivió una auténtica peripecia. Fue aprobado por una censora que en aquellas estrofas que decían “A pesar de usted / mañana ha de ser / otro día. / Yo quisiera saber / dónde se va a esconder / de esta enorme alegría” vio una simple canción romántica, no una sutil crítica al régimen militar de Emilio Garrastazu Médici. Fue un éxito sensacional. Vendió 100.000 copias hasta que los generales entendieron el sentido real. Asaltaron la discográfica PolyGram, destruyeron las copias y se acabó la fiesta. “Los tipos se sintieron engañados. Se convirtió en algo personal”, explica el cantante en Mordaça. En cada interrogatorio, le inquirían si se refería al Gobierno militar. “No, es sobre una mujer muy mandona, muy autoritaria”, respondía.

Ocho años duró el veto. El ir y venir entre los artistas, las discográficas y los censores era asunto de abogados como João Carlos Muller, que trabajaba para PolyGram. Cuenta las enormes dosis de paciencia y persuasión que necesitó desplegar, sobre todo en los años más duros, cuando los generales cerraron el Congreso y vetaron el habeas corpus. Logró salvar de la quema infinidad de canciones. “Si no fuese por el trabajo de Muller, no conoceríamos muchos clásicos” de la música brasileña, recalca el coautor Zé McGill, de 44 años.

Por ejemplo, Cálice, compuesta por Buarque con Gilberto Gil, porque el título, cáliz en portugués, suena como cállese. Cuando la cantaron en un concierto, a los pocos compases los censores allí presentes para fiscalizar les cortaron el micrófono. Tres años duraron las gestiones para que volviera a sonar.

El acoso a Chico Buarque fue tan férreo que se inventó un seudónimo, Julinho da Adelaide. Periodistas cómplices publicaron entrevistas inventadas con aquel falso músico de favela. Da Adelaide firmó solo tres obras porque el engaño al régimen duró poco. Pero fue tan profunda la huella que le dejó la persecución a Buarque que a los 77 años recuerda los nombres de quienes prohibían o mutilaban sus letras. El general Assunção, el coronel Átila…

“Más que censurado, Caetano Veloso fue preso y exiliado”, escriben los autores. Afirma el cantante en Mordaça que todo aquello de la censura le parecía ridículo. Ninguna de sus canciones fue vetada antes de ser encarcelado con Gilberto Gil. Pasaron dos meses en prisión acusados de faltar al respecto a la bandera y al himno nacional. Al salir, los confinaron en su Bahía natal hasta que colmaron la paciencia de los generales. Los querían más lejos, en el exilio. “Fue la peor etapa de mi vida”, confiesa Veloso.

En su autobiografía Verdad tropical, el artista relata que, como no tenían dinero para marchar al extranjero, negociaron con los militares dar un concierto y recaudar fondos. Aceptaron. Y fue así que el dúo pudo partir al exilio en Londres.

Ninguno de los pocos censores que aún viven quiso hablar con los autores. Ambos lamentan especialmente que la mujer más perseguida, la compositora y rockera Rita Lee, declinara su invitación.

Los artistas brasileños no vivieron nada semejante a la brutalidad con la que los militares chilenos asesinaron a Víctor Jara. La Comisión de la Verdad brasileña cifró en 434 los muertos y desaparecidos entre 1964 y 1985; fueron más de 3.000 en Chile, y 30.000 en Argentina.

La obsesión de Doña Solange

Pero tener en la Presidencia de la República a un militar retirado como Bolsonaro, abiertamente nostálgico del régimen militar, defensor de la tortura y que considera a los artistas una banda de comunistas peligrosos subvencionados por las arcas públicas, resucitó viejos temores entre compositores, cantantes, cineastas… y creadores en general. “Desde que llegó al poder, el Gobierno brasileño de ultraderecha colecciona casos de censura en diversas áreas culturales”, escriben Pimentel y McGill en el epílogo. La suspensión de subvenciones para series televisivas de temática LGTBI, la retirada de un cómic con dos superhéroes besándose en portada o el veto en la televisión pública al clip O Real Resiste, del cantante Arnaldo Antunes, son algunos ejemplos.

Por las páginas pasean también los censores, con un papel destacado para doña Solange, omnipresente en los hogares brasileños en los ochenta. Antes de cada programa, película o telenovela salía un aviso: producción aprobada por Solange Hernandes. Silenció 2.500 canciones.

Doña Solange tuvo tal fijación con el rockero Leo Jaime que durante un tiempo ni una sola de sus canciones pudo sonar en la radio. En el auge de la persecución, el compositor le dedicó una canción. Una versión del éxito So Lonely, de The Police. La grabación fue enviada a doña Solange como exigía la ley. La aprobó. “Creo que le encantó. Hasta quería hacer copias para los amigos. No era una letra irrespetuosa, aunque al final decía: ‘Doña Solange, deje de censurarme”, revela el cantante.

En 1985 los militares abandonaron el poder. El ejército de censores, que incluyó al padre de la bossa nova Vinicius de Moraes o al capitán de Brasil en el Mundial de 1950, Augusto da Costa, fue desmantelado. Aquella profesión que requería estudiar derecho, teatro y técnica de censura para aprobar una oposición estaba bien pagada. Y bien vista durante años. Con la redemocratización, pasó a ser motivo de vergüenza. Doña Solange cambió de apellido.

También en Brasil la censura disparaba en ocasiones la curiosidad del público. El vinilo original del primer LP de Blitz estaba listo cuando doña Solange fulminó dos temas para sorpresa de esta banda de rock, que pensaba que eso eran cosas del pasado y de los grandes, como Buarque o Veloso. ¿Solución? Rayaron las dos canciones en el disco antes de empezar a producir las copias. Y así se vendió, con un aviso en la portada del álbum. Exitazo. Vendió 300.000 copias que destrozaron muchas agujas de tocadiscos.

Pero Ney Matogrosso, con el que fueron implacables porque en aquellos tiempos oscuros ya era un gay sensual y provocador que hacía shows de revista sobre el escenario, explica que nunca grabó algunos de aquellos temas vetados. Cayeron en el olvido para siempre. Y a sus compatriotas que reclaman la vuelta de los uniformados al poder, este hijo de un militar de las Fuerzas Aéreas les advierte: “No saben la cantidad de gente que fue torturada, asesinada, arrojada viva desde aviones. Esas personas no saben lo que están montando para sí mismas. No es solo para algunos… (La dictadura) también es para ellos”.

 

   TITULO: Locos por las motos  - Rins brinda por Suzuki, Márquez vuelve al podio y Bagnaia agarra el liderato en el GP de Australia,.

 

  Rins brinda por Suzuki, Márquez vuelve al podio y Bagnaia agarra el liderato en el GP de Australia,.

 

 Rins brinda por Suzuki, Márquez vuelve al podio y Bagnaia agarra el liderato  en el GP de Australia | Deportes | EL PAÍS

foto / Primera victoria para la marca japonesa en su año de despedida tras un duelo entre los dos españoles y el italiano, líder del mundial tras la caída de Quartararo y el desplome de Espargaró,.

 

Àlex Rins quería despedirse con un triunfo de la marca que apostó por él en Moto GP y lo consiguió tras marcarse una carrera de mucho mérito y batirse en duelo con Marc Márquez y Pecco Bagnaia, nuevo líder del campeonato del mundo, en un GP de Australia trepidante. El de Suzuki aupó hasta la victoria a los japoneses a tres carreras de la despedida del fabricante, que en mayo sorprendió al paddock y a sus propios trabajadores al anunciar su marcha precipitada a finales de curso. 728 días después, ya como padre, pudo celebrar y dedicar el éxito al pequeño Lucas. “Nos la merecíamos. Se la dedico a todos los trabajadores del equipo, la última de Suzuki en Phillip Island ha sido preciosa”, declaró exultante después de gritar en el podio el nombre de su hijo.

Detrás suyo, el buque insignia de Honda devolvió a la marca del ala dorada al podio, el número 100 de su trayectoria en la categoría reina y el 139 de su palmarés mundialista, una cifra que le iguala a Ángel Nieto como el quinto piloto con más podios de la historia. Más allá de los números, la competitividad del de Cervera y su segundo puesto, luchando en el cuerpo a cuerpo con los mejores, confirmó que está de vuelta. Sea o no el mismo tras su cuarta operación en el húmero que le ha fastidiado los dos últimos años, su talento sigue acaparando todas las miradas. “Hemos vuelto a estar ahí, el espectáculo ha estado ahí. Me lo he pasado muy bien y es muy especial para mí estar aquí”, deslizó con una sonrisa de oreja a oreja, señal inequívoca de sus sensaciones sobre la moto.

Los dos pilotos españoles se inmiscuyeron en la lucha por el mundial, apretado como nunca y con un nuevo giro de guion de calado tras la carrera en el trazado australiano. Pecco Bagnaia se conformó con el tercer cajón a sabiendas de que Fabio Quartararo, vigente campeón, se había caído en la vuelta 11. Víctima de los nervios y la precipitación tras bajar de la quinta a la vigésima plaza por una pasada de frenada en el cuarto giro, el francés intentó remontar a la desesperada y terminó en la grava. “Es un error mío, pero no me ayudan tampoco los problemas que arrastro con la moto”, decía el referente de Yamaha, que en las últimas ocho carreras ha concedido 103 puntos al turinés. Ya como líder del certamen, el puntal de Borgo Panigale comentó su aproximación a la carrera: “Quería ganar, pero no he querido arriesgar y hacer algo estúpido. He cometido muchos errores ya y hoy no tocaba”.

Lleva razón el piloto de 25 años, que después de agarrarse al podio llegará al GP de Malasia con opciones matemáticas al título a pesar de haber caído en cinco ocasiones esta temporada. Tras el cero de Quartararo y la novena plaza de Aleix Espargaró, decepcionado y cabreado por “estar dejando escapar el mundial” con Aprilia, el italiano goza de 14 puntos de margen al frente de la clasificación. El de Granollers, a 27 puntos de la cabeza, necesitará un milagro para proclamarse campeón. “Cuando la moto no va rápido y no funciona, da rabia”, se lamentó al quejarse de los problemas de tracción y señalar otro error de configuración de los ingenieros de Noale. Bagnaia podría entrar en la historia del motociclismo con una victoria y el vigente campeón fuera del podio el próximo domingo en Sepang, un circuito donde ya logró su título de Moto2 en 2018. 15 años después, un nuevo título de pilotos, el que perdura en la memoria, está a tiro para Ducati. A pesar de su dominio en equipos y constructores, a la escuadra de Bolonia le ha faltado encajar las piezas y algo de suerte hasta ahora para rematar la faena.

Por detrás, tras una carrera antológica y muy apretada, Marco Bezzecchi confirmó su título de novato del año con una cuarta plaza seguido por otras cuatro máquinas de Borgo Panigale. Jorge Martín, que partía en la pole position, sufrió un bajonazo en el segundo tramo de carrera tras mantener una bonita lucha con el grupo delantero y terminó séptimo. En esa posición llegó a rodar también Álex Márquez, que cometió un error de bulto y se llevó puesto en la vuelta 9 a Jack Miller, uno de los hombres de moda. Recién casado y en plena racha de resultado, el australiano se vio de repente en el suelo en la curva 4, la misma que el circuito ha renombrado con su apellido para honorarle. El hermano de Marc, sancionado por la acción deberá cumplir una vuelta larga de sanción en la próxima cita

Además del triunfo de Rins que hizo derramar algunas lágrimas entre los integrantes del equipo Suzuki, las noticias también fueron relativamente positivas al otro lado del garaje. Joan Mir, contentísimo por su retorno a la competición tras cuatro carreras fuera por lesión terminó frustrado por la presión de los neumáticos. Tras pasar de la 14ª plaza a la octava en el primer giro, se desplomó hasta la 18ª por un error al hinchar las gomas con un manómetro estropeado. Igualmente, se vio en forma y además pudo celebrar el título de Moto3 de su paisano Izan Guevara.

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