lunes, 26 de abril de 2021

Domingo-2- Mayo - LIARLA PARDO - Ana Pastor ,./ ESPAÑOLES POR EL MUNDO - Españoles en el mundo - El Gran Buenos Aires . / Donde viajan dos - En Pedroche ha montado una quesería hecha con leche de ovejas ,. / Escala humana - Futuros que dan miedo: ¿nos seguirán gustando las distopías después de todo esto?,. Miercoles -28- Abril . / LA MAQUINA DE ESCRIBIR - Esta noche, 'En primera línea - Nos separamos: ¿quién se queda con el perro? ,.

 TITULO: Domingo -  2- Mayo  -   LIARLA PARDO  - Ana Pastor    ,.

El domingo -2- Mayo a las 18:00 por La Sexta, foto,.

 Ana Pastor,.

Ana Pastor afirma que vivió el debate de la SER "con desgarro y un punto de ansiedad",.

La presentadora advierte de que la situación que se vivió en el debate es "muy preocupante por si se traslada también a la calle" y defiende que "frente al odio la palabra es el mejor recurso". 

 Ana Pastor afirma que vivió el debate de la SER "con desgarro y un punto de  ansiedad"

Tras lo ocurrido en el debate de la Cadena SER, que Pablo Iglesias abandonó después de que Rocío Monasterio cuestionara las amenazas de muerte contra él, laSexta decidió cancelar su debate electoral, tras la negativa de varios candidatos a mantener nuevos debates.

Cristina Pardo ha preguntado a Ana Pastor, que iba a moderarlo, si cree que volverá a moderar otro debate ante este clima de tensión política. "Sinceramente, no lo sé", ha respondido la presentadora, que no obstante ha defendido que "los debates siempre son buenos" y que "frente al odio la palabra es el mejor recurso".

La periodista ha reconocido que vivió lo que ocurrió en la 'SER' "con desgarro, con un punto de ansiedad y sobre todo con mucha empatía" hacia su moderadora, Àngels Barceló, a quien la candidata de Vox llegó a atacar directamente. "Me podría haber ocurrido a mí perfectamente moderando cualquiera de los que he hecho", ha señalado.

Pastor asimismo ha indicado que vivió esa complicada situación "con una incomodidad personal". "No paro de preguntarme qué va a ser lo siguiente que nos vamos a encontrar, y no lo digo solo por el debate y no lo digo solo por la campaña madrileña", ha planteado, advirtiendo de que "no para de subir la temperatura y en algún momento habrá que frenarlo".

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A su juicio, lo ocurrido es "muy preocupante, por si eso se traslada también a la calle".

 

TITULO:  ESPAÑOLES POR EL MUNDO - El Gran Buenos Aires .

 Españoles en el mundo - Buenos Aires - RTVE.es

Españoles en el mundo - El Gran Buenos Aires,.


foto / Visitamos el Gran Buenos Aires, la megaciudad capital de Argentina. De la mano de Anabel, Chavi, Pepa, Boro, y Manuel recorremos sus grandes avenidas de arquitectura europea,sus famosos cafés, librerías y teatros, los barrios de La Boca, San Telmo y Palermo.

 

TITULO:   Donde viajan dos - En Pedroche ha montado una quesería hecha con leche de ovejas ,. 

 En Pedroche ha montado una quesería hecha con leche de ovejas ,. 

 Los Repobladores | En Pedroche ha montado una quesería con leche de ovejas

foto / Isabel estudió Administración y Dirección de Empresas en Córdoba, pero como otra tanta gente sufrió la crisis económica de 2011.

Fue entonces cuando tomó una decisión que le cambió la vida; volver a su pueblo natal, Pedroche, Córdoba, y montar una quesería con la leche del ganado de ovejas familiar.

Isabel ha vuelto a sus raíces, junto a sus padres y su hermana, que también participan en la empresa y ha creado de esta leche un producto ecológico de calidad. Las ovejas con las que jugaba de pequeña en los prados ahora son su sustento y su forma de vida.

Además Isabel también ha vuelto a recordar patrimonio y tradiciones del pueblo, como su famosa torre o la colorida Fiesta de los Piostros.

 

TITULO : Escala humana - Futuros que dan miedo: ¿nos seguirán gustando las distopías después de todo esto?  , Miercoles   -28- Abril,.

 

El Miercoles  -28-Abril a las 21:00 por La 2, fotos,.

Futuros que dan miedo: ¿nos seguirán gustando las distopías después de todo esto?,.

Aunque el presente ya asusta bastante, todavía nos atraen las visiones terribles del porvenir que aporta la ficción: «Siempre reviven en época de crisis»,.

Futuros que dan miedo: ¿nos seguirán gustando las distopías después de todo esto?

Pocas cosas nos gustan más que un futuro chungo. En la ficción, claro, porque el último año nos ha enseñado que trasladar esos planteamientos a la vida real tiene bastante poca gracia. Nos apasiona ver lo mal que lo pasan los personajes de esas novelas, cómics, películas o series de televisión, sometidos a los códigos de una sociedad deshumanizada, o desbaratada, o con algún rasgo que nos parece terriblemente disfuncional. Y, sin embargo, hay que reconocer que a muchos nos llevó tiempo acostumbrarnos a la palabrita que engloba esas fórmulas narrativas, un término con mucha tradición pero que no hizo su entrada tardía en el diccionario de la Real Academia Española hasta el año pasado: se trata de distopías, es decir, «representaciones ficticias de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana», según han definido los académicos. Algo así como el reverso oscuro de las utopías, aunque aquí siempre hay que puntualizar que algunas propuestas utópicas dan tanto miedo y acongojan tanto como las visiones más pesimistas de nuestro porvenir.

Cuentan los estudiosos que el primero en hablar de distopía fue el filósofo, economista y político británico John Stuart Mill, allá por el último tercio del siglo XIX. El gran despegue del género se produjo entre los años 30 y 50 del siglo pasado, en un planeta sacudido por los totalitarismos: 'Un mundo feliz', de Aldous Huxley, se publicó en 1932; '1984', de George Orwell, salió en 1949, y 'Fahrenheit 451', de Ray Bradbury, lleva fecha de 1953. El cine abrazó apasionadamente las posibilidades de los relatos distópicos (desde la pionera 'Metropolis' hasta adaptaciones de origen literario como 'Blade Runner' o 'Los juegos del hambre') y, en los últimos años, la televisión ha obtenido con ellos éxitos resonantes: ahí están 'Black Mirror', 'El cuento de la criada' o 'The Walking Dead', aunque los más puristas prefieren deslindar lo distópico de lo postapocalíptico. De un tiempo a esta parte, las distopías escritas y filmadas se han vuelto omnipresentes: vivimos asomados a futuros pavorosos.

«La distopía siempre revive en épocas de crisis y, por tanto, de desconfianza hacia el futuro. Ahora mismo, esa desconfianza es casi abismal, con razones obvias (el cambio climático, el miedo a los avances tecnológicos, la sobreinformación sobre cualquier desgracia en cualquier lugar del mundo...) y también con cierta saña escéptica: sabemos que estamos explotando el mundo y creemos que merecemos castigo», reflexiona el escritor Ricard Ruiz Garzón, coordinador de la influyente antología 'Mañana todavía', que en su última novela –'Janowitz', escrita a cuatro manos junto a Salvador Macip– tira también por una ciencia ficción «algo distópica».

Si la distopía se alimenta de los miedos del presente, proyectándolos hacia un futuro que los maximiza, resulta evidente que las últimas dos décadas han sido campo abonado para este tipo de propuestas. Al fin y al cabo, estrenamos el siglo con unos aviones que se estrellaban contra unos rascacielos y, desde entonces, nos hemos acostumbrados a unos cuantos fenómenos de trasfondo inquietante: llevamos aparatitos que delatan nuestra ubicación (y que nos muestran anuncios de coches si, durante el paseo, nos hemos parado ante un concesionario), confiamos nuestros afectos y nuestros vínculos sociales a redes controladas por grandes empresas (para las que trabajamos gratis), creemos y propagamos noticias falsas que se han difundido de manera interesada, nos alineamos en bandos irreconciliables que a menudo tienen más que ver con lo emotivo que con la razón... Todo –desde la desconfianza ante los inmigrantes, hasta el éxito de Trump– parece tener un desagradable tono de profecía distópica que se va cumpliendo, molesta sensación que la pandemia ha terminado de redondear a base de muertos, cuarentenas, mascarillas, toques de queda y carnés de vacunación. ¿Tiene sentido consumir miedos de ficción en mitad del miedo real?

«En realidad, no se puede vivir en una distopía –puntualiza Ruiz Garzón–. La distopía siempre es futura, se basa en la idea de que el futuro será peor. Mientras creamos que aún será peor que ahora, habrá margen para la distopía; cuando no, ya será simplemente realismo social. Yo intuyo que crecerá lo apocalíptico y lo postapocalíptico y que, al mismo tiempo, habrá contrapropuestas que apuesten por la idea de un futuro mejor». Francisco Giménez Mateu, de la Universidad Jaume I, también cree que seguiremos consumiendo con ganas este tipo de ficción: «En todo caso, los planteamientos distópicos se volverán más aterradores. Si hasta ahora las distopías pretendían describir una realidad alternativa, comúnmente situada en un futuro más o menos lejano, ahora ese futuro nos toca, ya está aquí. Y eso es, precisamente, lo que lo hace más terrorífico. Al sentir una conexión más estrecha entre los relatos distópicos y la realidad, es posible que nos veamos ante la necesidad de seguir desplegando futuros alternativos aún más espantosos, quizá para que sirvan, al menos, de consuelo, como una válvula de escape: las cosas están mal, sí, pero aún podrían estar peor», propone.

Corporaciones y feudalismo

Giménez Mateu hace hincapié en cuánto se parecen algunos aspectos de aquellas distopías clásicas a nuestra realidad actual: por ejemplo, la vigilancia y la manipulación de la información en '1984', el uso de drogas para alejarse de la infelicidad («es decir, del sentimiento, de aquello que nos hace humanos») en 'Un mundo feliz' y la supresión organizada de la cultura en 'Fahrenheit 451'. Ruiz Garzón, por su parte, repara en el «lado de sombra» que presentan cuestiones tan candentes como los robots, la inteligencia artificial, la biotransformación y la realidad virtual, en las que se esperan grandes avances en los próximos años. «Les tengo respeto a las distopías totalitarias y económicas, pero las que más me asustan son las relacionadas con los afectos, las que nos llevan a un aislacionismo radical como el que hemos probado de forma 'light' en esta pandemia, las que más nos deshumanizan», comenta.

En un artículo publicado en 'The Conversation', las profesoras Shauna Shames y Amy Atchison han clasificado las distopías en tres grupos en función de su estructura política. En unas, un gobierno totalitario fiscaliza las vidas de los invididuos y limita sus libertades, con el 'Gran Hermano' y la 'policía del pensamiento' de Orwell como ejemplos más obvios, incorporados ya a nuestro léxico habitual. En otras, es la confluencia del poder político y económico lo que aliena a la población: ahí proponen como inesperado ejemplo la película 'Wall-E', donde el presidente de Estados Unidos está también al frente de la corporación que controla la economía. La tercera opción sería la del gobierno que se ha venido abajo, empujando a la humanidad hacia «un primitivo feudalismo» cuyos líderes obran con impunidad, al estilo de 'Mad Max'. De todas ellas se pueden encontrar correlatos más o menos exactos en el mundo real, y eso no hace más que apuntalar el interés por lo distópico.

«Necesitamos contarnos historias para hacernos mejores preguntas y encontrar verdades literarias que nos ayuden a construir el relato, a explicarnos mejor las grandes verdades que vaya encontrando la ciencia, a superar los traumas de una realidad que nos explota cada día en la cara –concluye Ricard Ruiz Garzón, en una reflexión extensible a lo audiovisual–. Honestamente, creo que hoy en día es muy poco realista leer o cultivar solo literatura realista. Así que tenemos géneros como el distópico para rato, y me atrevería a decir que por fortuna. A quienes no los leen por prejuicios hoy sin sentido, el mundo se les puede quedar muy pequeñito».

En las pantallas

Los juegos del hambre

La lotería de la lucha hasta la muerte

La trilogía que la escritora estadounidense Suzanne Collins empezó a publicar en 2008 llevó lo distópico al mercado juvenil (donde sigue gozando de excelente salud) y supuso toda una llamada de atención sobre el auge del género. En un futuro postapocalíptico, se elige por sorteo todos los años a un chico y una chica de cada distrito para que el grupo combata a muerte en una batalla televisada. La serie de novelas ha dado lugar a cuatro películas.

El cuento de la criada

Fanatismo religioso y mujeres esclavizadas

Estados Unidos ha pasado a llamarse Gilead tras un golpe de estado de fanáticos religiosos, que han limitado los derechos humanos, muy particularmente los de las mujeres. La polución y la radiación han dejado pocas mujeres fértiles, las 'criadas' esclavizadas por sus amos. La escritoria canadiense Margaret Atwood publicó la novela en 1985, en 1990 fue adaptada al cine, en 2000 se hizo una ópera y en 2017 arrancó la exitosísima serie de televisión.

Black Mirror

Las implicaciones de la tecnología

La serie británica, que comenzó a emitirse en 2011, se centra en las implicaciones más inquietantes de las nuevas tecnologías y retrata, en palabras de su creador, «la manera en que vivimos ahora mismo y la manera en que podemos vivir dentro de diez minutos si somos torpes». El 'espejo negro' del título es «el que encontramos en todas las paredes, en todas las mesas, en la palma de todas las manos: la pantalla fría y brillante de un televisor, un monitor, un 'smartphone'».

The Purge

La fiesta anual de los delitos permitidos

En un futuro cercano, Estados Unidos es un país aparentemente pacífico, que ha erradicado las conductas antisociales, pero tras esa fachada de convivencia pacífica está La Purga, una fiesta anual que permite cometer cualquier tipo de delito durante un plazo de doce horas. La franquicia arrancó en 2013 y ha dado lugar a cuatro películas (el estreno de la quinta y última está previsto para el verano de este año) y una serie de televisión.

 

TÍTULO: LA MAQUINA DE ESCRIBIR - Esta noche, 'En primera línea  - Nos separamos: ¿quién se queda con el perro?   ,.

LA MAQUINA DE ESCRIBIR - Esta noche, 'En primera línea -  Nos separamos: ¿quién se queda con el perro?  ,.   , fotos,. 

 

El Miercoles -28- Abril a las 22:00 por antena 3,. 

 Resultat d'imatges de la maquina escribir

Nos separamos: ¿quién se queda con el perro?,.

En caso de conflicto, la custodia de las mascotas se dirime en juicios donde son considerados cosas, algo que cambiará tras la modificación prevista del Código Civil,.

Nos separamos: ¿quién se queda con el perro?

«Al principio de separarnos hubo problemas. En momentos de enfado la perra fue motivo de enfrentamiento y discutíamos por quién se quedaría con ella. Pero al final llegamos a un acuerdo amistoso y decidimos compartir su cuidado. Pasaba una semana en mi casa y otra en la de mi expareja. En vacaciones, quince días con cada uno. Hasta teníamos establecido el lugar de intercambio: un parquecito cercano a la casa de ambos, todos los domingos por la tarde.Esta rutina también ayudaba al animal porque sabía cuándo le tocaba marcharse con uno o volver con el otro.Y lo hacía tan contento. Pero reconozco que lo nuestro no es lo más habitual porque esta situación te obliga a verte constantemente, a pesar de haber roto. Fue factible porque nos llevamos bien: para mantener la 'custodia compartida' de una mascota lo primero que debe haber es un buen entendimiento entre ambas partes, sino es imposible». Así relata Alba F. la solución que dieron al cuidado de su perra cuando ella y su pareja decidieron poner fin a la relación.

Su historia es una de las escasísimas que existen de la 'custodia compartida' de animales, un término que ha saltado a los titulares esta semana porque se ha votado la tramitación de la modificación del Código Civil para que las mascotas dejen de ser consideradas cosas, bienes como un coche o una televisión, en vez de como «seres sintientes» en un proceso de separación o divorcio. Que tras la modificación los jueces vayan a dictar estos regímenes por doquier está por ver. No es tan fácil.

¿Son estas situaciones anecdóticas o por le contrario es este cambio legal oportuno? «Es absolutamente necesario. Existen una demanda real de casos que requieren de un marco legal que regule la 'tenencia' –el término correcto que se debe emplear– de las mascotas y su cuidado cuando las parejas o las familias se rompen», valora la abogada Laia García Aliaga, experta en la materia y activista por los derechos de los animales. Eso sí, reconoce que si se le consulta a cualquier letrado sobre si hay muchos casos de conflictos por la guarda de los animales puede tener la impresión de que no. «Pero los que estamos especializados en esto, recibimos como mínimo dos casos a la semana por este motivo», advierte la letrada.

En España hay unas 13 millones de mascotas registradas, según datos de la Red Española de Identificación de Animales de Compañía, de los cuales un 93% son perros, un 6%, gatos, y el resto, conejos, sobre todo. Según los últimos datos publicados por el INE, durante el año 2019 se produjeron 95.320 casos de nulidad, separación y divorcio, lo que supuso una tasa de 2,0 por cada 1.000 habitantes. Con estas cifras, el conflicto puede aparecer en cualquier momento.

El cambio legal no va a ser inmediato. «Nosotros calculamos que puede tardar aún un par de años para que el texto esté sobre el papel y sea aplicable», valora la abogada. Mientras tanto, qué recursos existen cuando no hay buen entendimiento, como el caso que exponía al inicio Alba F. Ahora mismo, se puede interponer una demanda en los juzgados de Lo Civil en el marco de una reclamación por tenencia del animal. «Hace diez años es verdad que los jueces te preguntaban si era cierto que estábamos allí por un perro. Ahora ya es más común y las cosas han cambiado», explica la abogada.

El primer problema a dirimir es la propiedad. Actualmente, la normativa rige la inscripción de la mascota a nombre de una sola persona (una pareja no puede), pero solo a modo de recurso para su identificación, por ejemplo, en caso de pérdida. «Pero que esté registrado a tu nombre no significa que sea tuyo», advierte García Aliada. Dirimir quién es el dueño es uno de los conflictos sobre los que se debe pronunciar el juez. En el resultado se basarán las medidas posteriores a dictar sobre su guarda y cuidado.

Es lo que sucederá cuando la ley cambie y en los acuerdos de separación también quede reflejado en qué casa vivirá la mascota, cuánto cuesta su manutención, etc. Porque los gastos también deben ser compartidos. «En nuestro caso era así también; cada uno tenía en casa su bolsa de pienso (del mismo, para que no le cause problemas digestivos) y cuando la llevaba al veterinario pagaba lo que correspondía. Es otro factor a tener en cuenta», cuenta Alba F.

Además de los gastos, que en caso de acuerdo no amistoso debe quedar por escrito, a veces se tiene en cuenta qué es lo mejor para las mascotas a la hora de decidir si es mejor una custodia compartida o establecer un régimen de visitas. En ocasiones, a juicio se lleva el informe de un etólogo, algo así como un psicólogo de animales, que valora, tras haber estudiado cada caso, qué es lo mejor para la mascota. Si es bien cuidada por las dos partes; si sufre maltrato o si un cambio de domicilio constante puede suponerle perjuicio, por ejemplo, cuando están ya mayores. Cuando hay que valorar cuesitones físicas, también es conveniente aportar al juicio la visión de un perito veterinario.

¿Y qué es mejor para el animal?, cabe preguntarse. «Yo tenía miedo de que mi perra lo pasara mal con tanto cambio. Pero mi ex también la quería y tenía derecho a disfrutar de ella. Para nosotros, ella también era nuestra familia. Pero al final no acusó el vivir una semana en casa de uno y de otro. ¡Y estuvo así cinco años!», recuerda Alba F. La abogada García Aliada reafirma la idea de que en el caso de los perros (no con gatos) lo mejor es la tentencia compartida porque «está demostrado que padecen por la pérdida de quien para ellos ha sido también su padre o su madre»..

 

 

 

 

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