TITULO: REVISTA FARMACIA - La región, en contra de «la ocurrencia» de reducir cuarentenas ,.
REVISTA FARMACIA - La región, en contra de «la ocurrencia» de reducir cuarentenas , fotos,.
La región, en contra de «la ocurrencia» de reducir cuarentenas ,.
En la última semana, las autoridades sanitarias extremeñas le han comunicado a la Consejería de Educación y Empleo el inicio de la cuarentena de 6 aulas, de 4 centros educativos de la región. Es debido a casos de covid-19 confirmados entre el alumnado.
Estas aulas están en Villafranca de los Barros, en la Escuela Infantil Albanta (1) y en los CEIP El Pilar (1) y José Rodríguez Cruz (1), así como en el CEIP Pedro de Valencia, de Zafra (3).
Mientras duren sus cuarentenas, seguirán el proceso de formación a distancia, desde casa. Por otro lado, han retomado ya las clases presenciales 11 aulas, de 7 centros educativos de la comunidad.
Estos grupos se localizan en Almendralejo, en los CEIP San Roque (3) y Ortega y Gasset (1), así como en el Colegio Santo Ángel (1); además de en Mérida, en los CEIP Miguel de Cervantes (1) y Dion Casio (2). También en el CEIP Las Vaguadas, de Badajoz (1); y en el CEIP Francisco Parra, de Losar de la Vera (2).
Con estos datos, Extremadura cuenta con 8 grupos educativos en el modelo 3, de enseñanza telemática.
TITULO: CAFE, COPA Y Tierra de talento - El medley de Jesús Reina, Mercé, Pastora Soler, Carlos Álvarez y María Villalón ,.
El sabado -14, 21- Mayo , a las 22:00 por Canal Sur, foto,.
El medley de Jesús Reina, Mercé, Pastora Soler, Carlos Álvarez y María Villalón ,.
Tierra de talento brinda numerosos momentos únicos con interpretaciones insólitas de las grandes voces. Es el caso de este popurrí de temas antológicos del compositor Manuel Alejandro, que recibe de esta forma el reconocimiento de artistas consagrados, como Jesús Reina que versiona al violón el tema "Señora", compuesto para Rocío Jurado. José Mercé hace lo propio con "Procuro olvidarte", popularizado por el mexicano Alejandro Fernández. María Villalón canta el tema de Julio Iglesias, "Que no se rompa la noche". Pastora Soler interpreta "Sevilla", compuesta para Plácido Domingo. Por último, el barítono Carlos Álvarez nos emociona con uno de los himnos de Raphael, "Qué sabe nadie".
TITULO: Documental - Una molécula que facilita recuperar la memoria estimula la búsqueda de una cura para el alzhéimer,.
Una molécula que facilita recuperar la memoria estimula la búsqueda de una cura para el alzhéimer,.
foto / Un experimento en ratones demuestra que una proteína del sistema nervioso de individuos de corta edad rejuvenece los cerebros envejecidos,.
Investigadores de EE UU han encontrado una molécula que rejuvenece los cerebros envejecidos y permite recuperar la memoria. Se trata de un avance aún muy preliminar y observado solo en ratones. No tendría importancia si no estuviese dirigido a buscar nuevas formas de atacar a una enfermedad devastadora, sin cura y con una incidencia creciente a nivel global: el alzhéimer.
La busca de un tratamiento contra esta enfermedad neurodegenerativa es uno de los objetivos más infernales de la biomedicina. El cerebro humano es una inmensidad de 100.000 millones de neuronas que forman unos 100 billones de conexiones entre sí. Lo mejor y lo peor de la mente humana surge de esta materia orgánica de apenas un kilo y medio de peso. Al alzhéimer le llaman la epidemia silenciosa porque comienza a matar neuronas unos 20 años antes de que se manifiesten los primeros síntomas, como la pérdida de recuerdos almacenados en las células cerebrales y sus múltiples conexiones. Para cuando esto sucede ya es imposible detener su avance. Ningún tratamiento experimental ha logrado revertir la enfermedad. Ni siquiera están claras sus causas. En este contexto, cada nuevo descubrimiento que pueda ayudar a regenerar cerebros envejecidos es digno de atención.
El nuevo trabajo se inspira en algo que muchos médicos y científicos saben desde hace décadas: los órganos del cuerpo tienen la capacidad de regenerarse, pero con la edad se empiezan a producir moléculas que entorpecen o anulan esa capacidad. En experimentos de laboratorio se ha demostrado que algo llamado parabiosis —coser costado a costado a una rata vieja y otra joven, por ejemplo— basta para recuperar la fuerza en los músculos, el correcto funcionamiento del hígado o revertir la obesidad.
Hace unos años, siguiendo la idea de la parabiosis con métodos menos contundentes, el equipo del neurólogo Tony Wyss-Coray demostró que los ratones viejos recuperan la memoria y la capacidad cognitiva tras una simple inyección de plasma sanguíneo extraído a ratones jóvenes. Esto probó que por la sangre corren dos tipos de moléculas: unas están en el plasma joven y activan la regeneración de los tejidos y otras están presentes en el plasma de ratones viejos e impiden esa renovación. Algunas de esas moléculas del plasma se están probando ya en ensayos clínicos con personas que sufren alzhéimer moderado. Los primeros resultados adelantados por la empresa Alkahest —participada por la española Grifols— son esperanzadores, aunque aún no se ha demostrado que puedan frenar ni curar la enfermedad.
El nuevo estudio, también liderado por Wyss-Coray, da una vuelta de tuerca en busca de nuevas moléculas rejuvenecedoras. El neurólogo ha sustituido el plasma por el líquido cefalorraquídeo, la sustancia transparente e incolora que baña el sistema nervioso y el cerebro e intercambia moléculas con ellos. Los investigadores extrajeron este fluido a ratones de dos meses y medio de edad —equivalente a nueve años humanos—y lo inyectaron en el cerebro a ratones de 18 meses —unos 70 años—. Después pusieron a prueba la memoria de esos ratones ancianos, que en condiciones normales no son capaces de recordar una sencilla secuencia de eventos: primero se enciende una luz y después sufren una pequeña descarga eléctrica. Los roedores que recibieron el líquido cerebral comenzaron a ponerse alerta al encenderse la bombilla. Habían recuperado la memoria.
Entre un ratón aterrorizado porque prevé un calambre y una persona incapaz de reconocer a su hijo por culpa del alzhéimer hay un abismo inmenso, pero posiblemente subyacen mecanismos biológicos compartidos. Los científicos analizaron el cerebro de estos animales y comprobaron que habían comenzado a generarse nuevos oligodendrocitos, un tipo de células que componen la sustancia blanca del cerebro y que sirven de sustento para la sustancia gris donde están las neuronas. Estas células producen proteínas que forman un cable protector para los axones, las prolongaciones con las que se comunican las neuronas y que pueden llegar a medir un metro de longitud. El estudio muestra que la producción de nuevos oligodendrocitos se da en el hipocampo, el epicentro cerebral de la memoria. Y parece haber una biología compartida, pues los investigadores también inyectaron líquido cefalorraquídeo de personas jóvenes a los ratones viejos y registraron un efecto rejuvenecedor similar. En cambio, el mismo fluido de personas mayores reduce la capacidad de regeneración celular.
Los científicos han identificado una proteína del líquido cefalorraquídeo joven llamada Fgf17 —sigla inglesa de factor de crecimiento de fibroblasto 17— que es capaz de activar la producción de oligodendrocitos jóvenes por sí sola.
Esta proteína “es necesaria para la formación del encéfalo durante el desarrollo de un embrión, pero no se sabe casi nada sobre su producción y función en los cerebros de adultos y personas mayores”, explica Tal Iram, investigadora de la Universidad de Stanford (EE UU) y primera autora del estudio, publicado en la revista Nature, referente de la ciencia mundial. “Los oligodendrocitos son únicos porque sus progenitores siguen presentes en el cerebro a edades avanzadas, aunque su maduración es muy lenta. Nuestro estudio sugiere que manipular las proteínas del líquido cefalorraquídeo permite rejuvenecer estas células y mejorar la memoria en cerebros envejecidos”, resalta.
Las patólogas del Hospital Infantil de Boston (EE UU) Miriam Zawadzki y Maria Lehtinen reconocen que este trabajo “es rompedor”. “La proteína Fgf17 es una posible diana terapéutica y además sugiere que llevar fármacos al líquido cefalorraquídeo puede ser beneficioso contra la demencia [causada por el alzhéimer en el 80% de los casos]”, añaden en un comentario al estudio.
Tres expertos independientes resaltan la originalidad del trabajo y su valía como conocimiento fundamental de las enfermedades neurodegenerativas. El alzhéimer se ha curado en ratones un sinfín de veces, pero seguimos sin tener ni una sola cura para personas, recuerda Jesús Ávila, veterano investigador de esta enfermedad en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO-CSIC). “Aún no sabemos por qué sucede esto”, reconoce. Parte de la explicación puede estar en que ratones y humanos llevan millones de años de evolución por separado. La proteína tau, que está asociada al alzhéimer, se acumula dentro de las neuronas impidiendo su correcto funcionamiento. El equipo de Ávila ha descubierto una forma alternativa de esta proteína que no contribuye a la enfermedad y que solo existe en humanos, pues ni ratones ni primates tienen las variantes genéticas necesarias para fabricarla. Es posible que haya muchas otras diferencias similares que aún desconocemos, argumenta el investigador
Carlos Dotti investiga el envejecimiento cerebral en el mismo centro que Ávila. Este trabajo es “importante porque demuestra que se puede rescatar la memoria”, opina. El problema es que la proteína Fgf17 y el mecanismo molecular en el que está involucrada no solo genera nuevas células cerebrales, sino que al promover la proliferación podría también generar tumores, advierte. “En cualquier caso se abre una vía muy buena para buscar otras proteínas con potencial terapéutico en el líquido cefalorraquídeo”, añade.
Uno de los grandes problemas de la búsqueda de una cura para el alzhéimer es que el cerebro está aislado del resto del cuerpo por una férrea barrera inmunológica y hematológica que hace muy difícil llevar fármacos hasta él. Usar líquido cefalorraquídeo también puede conllevar dificultades, pues se extrae con una punción en la parte baja de la espalda que atraviesa la columna vertebral hasta llegar al sistema nervioso. Una opción de evitar esta operación sería usar bombas subcutáneas como las que ya se implantan en la espalda debajo de la piel para inyectar morfina en el líquido cerebroespinal y aliviar así el dolor crónico, argumenta Iram. Su equipo ya está sopesando cómo llevar sus hallazgos a la búsqueda de un tratamiento, pero reconocen que aún les queda tiempo de investigación por delante.
Eva Carro, experta en neurobiología del alzhéimer del Instituto de Investigación Carlos III es escéptica de que se pueda lograr este tipo de tratamientos porque la transfusión de líquido cefalorraquídeo es “muy invasiva”. La experta cree que la prevención es la mejor forma de abordar la complicadísima lucha contra el alzhéimer. “Es lo mismo que se hizo y se sigue haciendo con las enfermedades cardiovasculares; reducir o eliminar factores de riesgo modificables como las dietas hipercalóricas, el sedentarismo, la hipertensión, la diabetes, el estrés, la depresión, y potenciar los factores protectores como el sueño, la sociabilización, la actividad física”, detalla. Factores como estos pueden ser los responsables de un fenómeno sorprendente que aún no ha logrado ningún fármaco: la incidencia del alzhéimer en Europa y EE UU es un 13% más baja cada década que pasa.
TITULO: El escarabajo verde -Cien días de soledad,.
foto / Este lunes, desde Atenas y sin hacer ninguna referencia al pifostio político y jurídico que tiene montado el Gobierno a raíz de la finalización del estado de alarma, el presidente Pedro Sánchez ha manifestado que «estamos a tan sólo cien días de lograr la inmunidad de grupo, es decir, de lograr que el 70% de la población española esté vacunada y, por tanto, inmunizada». Cien días, según como uno se los tome, pueden parecer muy breves o llegar a contener una vida entera. He estado echando números y me da la sensación de que a mí, particularmente, se me van a quedar cortos. Cuenten conmigo.
Por lo menos cuatro para despedir a José Manuel Caballero Bonald como se merece: con una lectura sosegada de 'Ágata ojo de gato'. Otros diez —y pocos me parecen— para ajustar de nuevo el reloj biológico a esto de poder salir a la calle después de las once de la noche. Dicen las malas lenguas que el ser humano tarda veintiún días en adquirir un hábito nuevo, así que voy a ser prudente y reservármelos, por si acaso, para recuperar el ritmo de escritura. Luego vendrá el mes de vacaciones de rigor, porque una, además de juntaletras, también es persona. Pongamos que en cuarenta y ocho horas, si nos damos maña, podríamos ser capaces de pintar el apartamento. Sumo también tres jornadas de 'actos oficiales': la comunión de mi primo, la puesta de largo del libro de mi colega y la boda de Almudena y Pablo. Me queda, si he contado bien, una semana para despachar a cada uno de los Jinetes del Apocalipsis, a ver si se van bien lejos de una maldita vez. Y todavía me resta un día: el final de toda esta movida, el último de los últimos cien días de soledad que nos esperan, bien vale una jornada de reflexión.
TITULO: Días de cine clásico - Cine - Los siete magníficos . , Miercoles -18, 25 - Mayo,.
Este Miercoles - 18, 25 - Mayo a las 22:00 en La 2 de TVE, foto,.
TITULO: Un país para escucharlo - La falta de papel cambia la industria del libro,.
Este martes-17, 24 - Mayo , a las 23.00 por La 2, foto.
Sellos grandes y pequeños mantienen su ritmo de lanzamiento de novedades, pero reducen o retrasan las reediciones y modifican las tarifas de algunas obras ante las complicaciones para imprimir,.
La tormenta perfecta que amenazaba con paralizar la recuperación del sector editorial no ha terminado de producirse. Quedan, sin embargo, nubarrones (inflación y falta de papel, por citar los dos más acuciantes) que condicionan un negocio que celebra cifras y aumentos de ventas desconocidos desde la Gran Recesión. Así, la carrera por publicar y recuperarse de la pandemia choca con nuevos problemas: un encarecimiento del coste de producción del libro que implica el reajuste de los márgenes y alguna subida de precio, reimpresiones más lentas, retrasos en las entregas, más devoluciones. Salvo quizás los grandes grupos, el resto del sector replantea y modifica sus estrategias estos meses: el futuro inmediato del libro se escribe ahora. Editores, libreros, autores, fabricantes de papel y distribuidores analizan dificultades y posibles soluciones.
La sensación es que la crisis no afecta igual a todos. Ni Planeta ni Penguin Random House, que suman la mitad del negocio editorial en español, van a subir los precios a corto plazo, según han asegurado a este diario, aunque el coste de producción haya aumentado. Los grandes grupos aprovechan su estructura para aguantar mejor la situación y no aplicar en el lector subidas coyunturales, pero no todos pueden hacerlo. “Se ha mezclado todo: huelga de transporte, subida de combustible, inflación. Ahora se nota menos, tenemos una distribución prácticamente normal, pero el impacto ha sido alto. Además, también vendemos por internet, pero ahí el transporte es más caro”, analiza Javier Arrevola, director general de la cadena de librerías Casa del Libro (propiedad del Grupo Planeta), que apunta a un problema añadido para los libreros: los alquileres también han subido.
Tal vez la única consecuencia universal afecte a las reimpresiones: todos los editores entrevistados confirman que se han visto obligados a reducirlas, o aplazarlas. “Antes quería hacer una reimpresión de un mes para el siguiente y no solía haber problema. Ahora es imposible”, resume Laureano Domínguez, del sello Astiberri. Cuenta que, para la nueva edición de un título reciente, una imprenta solo le dio disponibilidad para octubre: finalmente encontraron otra que les permitió adelantar algunas semanas la operación. En unos pocos casos, además, es probable que suban “un par de euros” el precio de venta. “Los tiempos de reimpresión y reedición se han duplicado. Nos toca hilar mucho más fino a la hora de hacer pedidos iniciales y en cuanto ves que algo funciona reaccionar rápido para pedir más porque las tiradas son menores y tardan más en llegar. Los márgenes con los que jugamos no permiten mucho. Hay que usar la intuición y estar al quite”, agrega Rafael Arias, propietario de la librería Letras Corsarias en Salamanca. En 2020, se registró una tirada media de 3.576 ejemplares por título, según la Federación de Gremios de Editores, aunque la cifra habitual para la mayoría de libros resulta mucho más baja, según las fuentes consultadas.
Por tanto, el actual mercado del libro rehúye la improvisación. Astiberri, por ejemplo, tiene cerrados todos los pedidos hasta el final del año. “Tenemos que anticipar mucho más los plazos. Y estamos ajustando las tiradas al máximo”, insiste Enrique Redel, responsable del sello Impedimenta. Ante la incertidumbre disparada, planificación. Porque además, desde hace un tiempo, Amazon y otros colosos de la distribución se llevan buena parte del cartón disponible. Y la apuesta de supermercados y otras tiendas por reducir los embalajes de plástico también suma competencia para el sector editorial. “Las grandes fabricantes y manipuladoras de papel prefieren hacer ciertos tipos de materiales, como el cartoné, más dirigido a estas industrias que a los editores, que pagamos menos”, explica Redel. “Es una cuestión más de fuerte demanda del mercado editorial que de escasez de oferta, donde no ha habido cambios significativos”, responde Carlos Reinoso, director general de ASPAPEL (Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón).
Algunos estiman que tan solo un 3% de toda la pasta de papel que se fabrica se usa para los libros. Pero su precio ha subido un 30% o más, según los entrevistados. “Hace poco hablábamos con una imprenta que había recibido un pedido con un aumento directamente del 80%. A veces piden un papel, han acordado un precio, y cuando les llega son 250 euros más la tonelada. Incluso de una semana a otra te arriesgas a que el precio haya cambiado, aunque sea 10 o 20 céntimos”, agrega Domínguez.
La huelga de los transportistas españoles en marzo retrasó las entregas de papel igual que las de otras muchas materias primas. Y, en un mercado globalizado, los parones en Finlandia —el sindicato Paperiliitto mantuvo su lucha desde enero hasta finales de abril y la fabricante de papel y celulosa UPM-Kymmene fue una de las empresas que más ralentizó su producción— tienen consecuencias en España. La mayoría de la pasta de papel, al fin y al cabo, procede de Canadá y Europa del Norte. Una diferencia clave es que grupos como Planeta o Penguin Random House adquieren el material directamente de los fabricantes. Sellos medianos o pequeños, como Astiberri o Impedimenta, en cambio, trasladan sus pedidos a imprentas de confianza, que gestionan la compra. “Nosotros estamos a la espera de lo que sobra de esos grandes grupos. Tiene la ventaja de que no tiras tanto. Pero la desventaja de que al final es más complicado acceder a determinados tipos de papel”, tercia Redel.
La propia Impedimenta ha subido un 5% los precios de una colección que coedita. Y está realizando un estudio de mercado para decidir si debería aumentar el precio de algunas de sus obras y, en ese caso, cuánto. En el mercado también se están dando cambios de material, por ejemplo, libros cuya portada debió editarse en rústica en lugar del cartoné previsto originalmente. Y, ante la escasez, algunos sellos se han concedido renuncias a su conciencia ambiental: cuando no había papel certificado (aquel que tiene menor impacto, y que hoy supone un 62% del mercado, en cálculos de la Asociación española de fabricantes de pasta, papel y cartón, ASPapel), se recurrió a otro con tal de sacar adelante algún libro.
Porque nadie, al menos entre los entrevistados, está parando su ritmo de lanzamiento de novedades. Y menos en uno de los periodos fundamentales del año editorial, el que va de Sant Jordi a la Feria del Libro de Madrid. “Estamos vendiendo en 2022 como vendíamos en 2014. Mucho más que en los años de crisis”, afirma un editor que prefiere no dar su nombre. Tras las duras heridas de la pandemia, el sector tiene prisas y ganas de recuperarse. Pero el riesgo es que una desaceleración en el consumo, por ejemplo, incida en todo el proceso. “Se está notando, sí. Hay mucho retraso acumulado. El año pasado se hicieron muchas más novedades de lo habitual porque con la pandemia muchos editores reservaron novedades que ya tenían preparadas y 2021 fue una fiesta. A finales del año pasado y este 2022 se ha empezado a notar: hay menos colocación y sube la devolución”, comenta Verónica García, de la distribuidora Machado Libros, además de librera.
“Ninguna editorial está deteniendo su nivel de producción a pesar de que la crisis del papel es inminente. El nivel es tal que se está comprando papel sin tenerlo físicamente, todo con incrementos del 30% y más. La industria se enfrentará a su mayor crisis y nadie habla de ello”, denunció el 20 de abril la dibujante y escritora Carla Berrocal en la red social Twitter. Al teléfono, la creadora añade otros puntos al debate: “Las editoriales sobreproducen libros [50.698 títulos nuevos en 2020, último dato disponible de la Federación de Gremios de Editores]. Y las librerías no pueden almacenarlo todo. Así que pasado cierto tiempo, la obra ya no se considera una novedad, está algo así como fuera del circuito, y se quieren deshacer de ella: se la ofrecen al autor a un precio muy bajo o acaba destruida [para crear nueva pasta de papel]”. Es lo que se conoce como devoluciones. Y abre otro frente en esta crisis: el de los autores. Es decir, las principales víctimas de la renovada incertidumbre, según Berrocal y Marta C. Dehesa, abogada y gestora cultural especializada en propiedad intelectual.
“Una editorial tiene entre sus obligaciones la de hacer un trabajo no solo de impresión sino de difusión, mantener el libro para que alcance la máxima venta posible. Les interesa más en [los departamentos de] marketing ofrecer 50 novedades en un año y hacer publicidad que sacar 20 y cubrirlas bien. Tienen más rentabilidad vendiendo poco de muchos. Una vez vendida la mitad de la primera tirada ya suele ser rentable para el editor”, lamenta Dehesa. Y Redel, que precisamente publica unos 25 libros al año en Impedimenta, aclara: “Todo el sector se basa en ese juego: cuando te viene una devolución de una obra que has colocado en las librerías hace tres meses, tienes que cubrir ese lucro cesante con otros libros. Lo que resta no devuelto es lo que has vendido. Es un círculo vicioso y malvado, pero al final de todo el negocio funciona. Y las editoriales independientes y pequeñas somos más responsables en cuanto a la tirada: no somos los culpables de la sobreproducción, no hacemos libros para rellenar espacios”. Resulta que el futuro no depende solo del papel físico: también del que cada uno quiera jugar en el mundo editorial.