TITULO : LA LOTERIA DEL VIERNES - ¿Dónde está Wally? - Colombia, ante un momento histórico ,.
LA LOTERIA DEL VIERNES - ¿Dónde está Wally? - Colombia, ante un momento histórico , fotos,.
Colombia decide en las urnas este domingo 29 de mayo quién será su próximo presidente. Cambio o continuismo son los caminos propuestos a elegir después de cuatro años en los que el país se ha estancado por culpa del mal gobierno de Iván Duque. Los candidatos ya agotaron todas las promesas, y las noticias falsas y descalificaciones han tocado fondo. Cambiar la cara al país, consolidar los tratados de paz, acabar con la corrupción, crear empleos, garantizar pensiones a los mayores y salarios mínimos para los que no han cotizado nunca, mayor justicia social, más centros educativos, frenar la pobreza y las desigualdades. Los candidatos han empeñado su palabra prometiendo todo lo que se podía prometer. El país afronta un momento delicado.
Hasta la última semana todas las encuestas vaticinaban un duelo cerrado entre el representante de la izquierda, Gustavo Petro, y el líder de la centroderecha, Federico Gutiérrez. Los dos ex alcaldes, Petro de la capital de Colombia (Bogotá), y Fico, de la segunda región más importante del país (Medellín), se convirtieron en los favoritos. Hasta que ha emergido el fenómeno de Rodolfo Hernández, el mayor de todos que, a sus 77 años, parece convocar las elecciones a una segunda vuelta que tendría lugar el 11 de junio. Muchos analistas creen que la candidatura de Hernández es una broma, por algo lo llaman «el viejito del TikTok», pero también su lema principal de lucha contra la corrupción ha levantado sus opciones.
Si hace unas semanas la opinión general votaba que Petro ganaría en la primera vuelta, hoy las apuestas han cambiado. A un día de emitir sus votos, los colombianos continúan haciendo cábalas sobre el presidente de los próximos cuatro años. Casi un 40% de electores elegiría a Petro. Un 25% a Fico Gutiérrez, y la sorpresa es que Rodolfo Hernández se ha acercado a un 20%, según la última encuesta del Centro Nacional de Consultoría (CNC).
Que Petro y Gutiérrez sean los máximos candidatos representa la polarización de un país marcado por gobiernos de partidos de derecha, oligarquía pura, que mantiene el poder en Colombia desde hace mucho tiempo. Algunos analistas hablan de una derecha que ha «secuestrado» la democracia, término que abraza lo que ha sido la situación política colombiana en los últimos años. Desde el gobierno de facto del general Gustavo Rojas Pinillas (1953-1957), los partidos liberal y conservador ejecutaron un pacto llamado Frente Nacional mediante el cual se alternaron la presidencia hasta 1974, permitiendo la transición del gobierno militar al sistema democrático bipartidista donde todo lo que sonara a ideas liberales de la social democracia que se instalaba en otros países parecía estar prohibido hasta en el vocabulario. La izquierda desapareció. Era minoría. Pertenecía a jóvenes universitarios con ideologías comunistas y socialistas, y a los grupos de guerrilla como el M-19, al que perteneció un joven Gustavo Petro.
Crece la violencia
Poco a poco, con la Constitución de 1991, los partidos de izquierda empezaron a tener un espacio en la escena política, al mismo tiempo que creció la violencia de la guerrilla de las FARC y el ELN, y por supuesto la aparición del narcotráfico. Entonces los partidos de extrema derecha se presentaron como una necesidad para limar las situaciones que sufrían las zonas rurales, los ganaderos y empresarios del campo, que estaban siendo seriamente afectados por las acciones violentas de los grupos guerrilleros y por paramilitares, que entonces fueron apoyados por partidos políticos como Centro Democrático y Cambio Radical. Estos partidos, en consecuencia, lograron la mayoría en el Congreso y maquinaron una situación en la que se adueñaron de las gobernaciones y alcaldías de las regiones más destacadas. Detrás de todo siempre estuvo Álvaro Uribe, que gobernó el país durante ocho años y provocó un período de veinte años consecutivos de gobierno de la derecha. Hoy, muchos colombianos ven en Fico Gutiérrez el continuismo de este engranaje que ha impedido que Colombia desarrolle el tratado de Paz, y la violencia y corrupción permanezcan en la agenda de todos los candidatos.
La aparición de Gustavo Petro, con un proyecto de mejorar Colombia a través de la idea de que sus ciudadanos pueden vivir mejor, asusta a la derecha que teme perder el poder. De ahí las acusaciones lanzadas de que Colombia será una nueva Venezuela si el elegido es Petro. El discurso populista no ha válido para cambiar las encuestas. Hasta el domingo no se sabrá si ha servido para que Colombia vote por el miedo al cambio o decida apostar por primera vez por un gobierno progresista de izquierdas.
TITULO: POLICIAS EN LA CALLE -Estados Unidos revive el salvaje Oeste,.
La masacre de Uvalde sacude un país donde los civiles manejan 393 millones de armas y la violencia excede ya con mucho el punto de saturación de la sociedad,.
foto / La idea de diecinueve escolares y dos maestras atrapados indefensos en un aula de la escuela primaria de Uvalde (Texas) junto a su ejecutor, un joven de su propia comunidad algunos años mayor, con tiempo para cambiar los cartuchos de munición, impasible a los gritos de terror a su alrededor, resulta incomprensible. A los detalles escalofriantes de la tragedia le siguen el habitual desfile de vigilias, minutos de silencio y funerales; padres de víctimas de pasados tiroteos escolares traumatizados, periodistas y figuras públicas conmocionados; las declaraciones del presidente, el arduo debate sobre las armas, y el familiar intercambio público de acusaciones y excusas políticas.
La similitud de los tiroteos violentos en los centros escolares revela siempre un mismo factor recurrente: cómo llegan dos armas de asalto a las manos de un chico con los 18 recién cumplidos en un país donde comprar una simple cerveza solo es posible a partir de los 21 años. La respuesta a esta pregunta -el fácil acceso a las armas- no es un enigma, pero la imposibilidad de cambiar las leyes va más allá del constreñido espacio político. El apego a las armas es parte del cordón umbilical cultural e histórico que conecta la identidad nacional con su origen como Estado.
La sociedad civil, agotada emocionalmente, permanece rehén del poder político de los intereses de los fabricantes de armas. Un hartazgo social perfectamente plasmado en la absoluta franqueza del entrenador de los Golden State Warriors de la NBA, Steve Kerr, cuyo equipo jugaba en Texas el día del tiroteo, a unos kilómetros de la tragedia de Uvalde. Durante la rueda de prensa, el técnico se negó a hablar del partido y gritó exasperado con un puñetazo en la mesa: «¿Cuando vamos a hacer algo? ¡Es patético!».
En realidad, cincuenta miembros republicanos del Senado impiden implacablemente al país salir del terror doméstico que, más o menos cada semana, las armas en manos de individuos inestables infligen sobre la población. Desde hace dos años bloquean una legislación básica aprobada por la Cámara baja sobre la revisión de antecedentes penales para la compra de armas. Los responsables del bloqueo, en línea con el todopoderoso lobby de las armas, la Asociación Nacional del Rifle (NRA), ofrecen con cada asesinato múltiple pésames y plegarias, pero la voluntad del 90% de los estadounidenses pasa por el establecimiento de controles como un requisito básico para la adquisición de armas.
En respuesta a matanzas como la de Uvalde se aducen justificaciones como la presunta inestabilidad mental de los violentos o el derecho a la defensa personal como argumento para que cualquier postadolescente pueda portar una pistola. Y se ofrecen soluciones que solo añaden más armas, no menos: armar a los profesores, armar a todo el mundo, como quedó patente en la noche del viernes durante la apertura de la convención de la NRA en Houston con Donald Trump como principal ponente.
212 tiroteos masivos se han producido en EE UU en lo que va de año. Los peores han ocurrido en Buffalo, con 18 fallecidos, y en Uvalde, con 19 niños y dos profesoras asesinados
Estados Unidos se erige como el país con la mayor cantidad de armas per cápita del mundo. Las cifras hablan por sí mismas. Existen más de 400 millones de pistolas, rifles o fusiles de guerra en manos de la Policía, el Ejército y los civiles. Estos manejan la mayoría: 393 millones. O sea, hay 120 armas de fuego por cada 100 ciudadanos, aunque es un promedio.
Porque la realidad indica que la mitad de todas ellas (unos 200 millones) las tiene el 3% de la población, quienes cuentan con un verdadero arsenal en su propiedad. El perfil tipo de ciudadano armado estadounidense es el que tiene cinco pistolas o escopetas en su casa. Apenas el 22% de los propietarios solo dispone de un arma.
La imagen de las víctimas
Con todo este armamento se producen 100.000 muertes al año en el país, incluidos homicidios, suicidios y accidentes. Cuatro días después de la masacre de Uvalde, expertos y tertulianos debatían ayer en los medios de comunicación si empieza a ser conveniente mostrar las imágenes de las víctimas; una exposición que contraviene la intimidad y la sensibilidad, pero que bastantes voces consideran que fomentaría la concienciación contra las armas, del mismo modo que las fotografías de civiles asesinados en Ucrania han servido a la comunidad internacional para tomar conciencia del infierno de la guerra. Los forenses han debido utilizar las técnicas de ADN para identificar a bastantes de los 19 niños asesinados por Salvador Ramos en la escuela de primaria Robb debido a la destrucción producida por las balas en sus cuerpos. Dantesco.
La cuestión es que el culto a las armas, un derecho garantizado constitucionalmente, es una característica cultural y política única de Estados Unidos, profundamente imbuida en la identidad del país, que lo singulariza del resto del mundo. En la América armada, revólveres y rifles están por todas partes. De fácil acceso, se pueden adquirir en establecimientos populares como Walmart, mercadillos de fines de semana, por correo o en plataformas digitales. Y también en un mercado negro muy fructífero.
Muchas son adquiridas de forma legal por personas responsables, y otras caen en manos de postadolescentes, ciudadanos con antecedentes penales y, directamente, psicópatas con intenciones letales. Son éstos los que en numerosas ocasiones entran en un comercio, un bar o un supermercado y disparan indiscriminadamente contra quienes tienen delante.
Ese profundo arraigo está vinculado a los orígenes de la nación, y a una particular noción de su espíritu de libertad; de la libertad individual y colectiva. La historia de las armas en EE UU forma parte intrínseca del tejido social y es muy anterior a la creación del Estado. Los pobladores de los primeros asentamientos estaban obligados por ley a poseer armas para asegurar la defensa colectiva y personal de las colonias.
El armero doméstico prototípico consta de cinco armas, aunque un 3% de la población tiene grandes arsenales en casa
En la época de la independencia los propios colonos se convirtieron en la primera defensa armada de las Trece Colonias, tanto contra los indios como contra el Ejército de su propio rey. Y así, el derecho de los civiles a defenderse -ya reflejado en las leyes comunes inglesas- acabó introducido de forma natural en la Constitución de 1787 y se plasmó en la Segunda Enmienda.
Debatido hasta la saciedad y sujeto a la interpretación judicial, el texto constitucional incluye otras disposiciones, pero que son frecuentemente ignoradas y establecen que la defensa del Estado será regulada por la ley. En cambio, los denominados 'originalistas' judiciales y el activismo de ultraderecha defienden una interpretación fundamentalista de la enmienda, divorciada por completo de la realidad contemporánea.
El depredador político
La fascinación por las armas impregna todo el relato de la construcción de la identidad nacional y establece un hilo conductor desde sus orígenes hasta el presente pasando por la mitología del salvaje Oeste del siglo XVIII. Pero la beligerancia que sacude el país es mucho más reciente. La relativamente modesta organización de cazadores y entusiastas de las armas del pasado se ha convertido en los últimos treinta años en uno de los depredadores políticos más poderosos de Estados Unidos.
Dos decisiones históricas de la Corte Suprema en 2008 y 2010 invistieron a la Segunda Enmienda de un poder extraordinario al restringir la autoridad del Estado para limitar la posesión de armas. Las sentencias desataron una serie de reformas legales que fortalecieron al poderoso lobby de la Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus siglas en inglés).
Esta organización se ha incrustado implacablemente en el espacio político, financia candidatos, en su mayoría republicanos, y destruye cualquier iniciativa de reforma en los tribunales. Ha radicalizado incluso a su solida base con discursos donde afirma que el individuo y su arma son la el escudo ante agresiones políticas y personales, y reforzado el estereotipo del americano blanco, defensor de la familia, la propiedad, la individualidad y la libertad. En cambio, el activista contrario a las armas es un tipo furioso y resentido. Pura filosofía NRA.
Intersticios legales contra la impunidad de los fabricantes
La Asociación Nacional del Rifle tiene la tendencia en cada una de sus manifestaciones, como la convención anual que este fin de semana celebra en Houston, a presentarse como víctima y como héroe en la defensa a ultranza de un derecho atávico como el de portar armas. Recurre a un discurso dirigido al estómago de sus simpatizantes y que intenta sembrar el miedo en el resto de la sociedad: que, de perderse ese derecho, se pondrían en riesgo todas las demás prerrogativas y libertades individuales y políticas de los ciudadanos.
En este escenario, los fabricantes de armas están protegidos de recursos legales o civiles cuando su mercancía se utilizan en un delito violento. Aún así, modestos avances en la legislación se abren camino como en el caso de la decisión tomada en 2019 por la Corte Suprema del Estado de Connecticut a favor de las familias de las víctimas de la escuela de Sandy Hook, el tiroteo que costó la vida a 20 niños menores de 8 años, y a otras 7 personas, incluida la madre del asesino.
Aprovechando un intersticio legal, los abogados pudieron demandar a la casa Remington alegando que el fabricante dirigía su publicidad a los jóvenes y adolescentes apelando a su masculinidad para atraerlos a las armas automáticas.
TITULO: EL DIVAN DE OLGA VIZA -Cristo lleva al Llerenense a la final,.
Cristo lleva al Llerenense a la final,.
Un tanto del de Pueblonuevo da la victoria al cuadro de Luismi ante el Moralo en un choque muy intenso y competido,.
foto / El Llerenense cabalgó a lomos de Cristo para meterse en la finalísima por el ascenso a Segunda RFEF. El de Pueblonuevo del Guadiana marcó el tanto que permite a los de Luismi llevarse la final regional y jugar por subir de categoría. El Moralo se queda con la miel en los labios después de una temporada en la que quedaron segundos en liga,.