domingo, 29 de septiembre de 2019

DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - La aventura equinoccial de Jorge Herralde,./ MasterChef 7 - Martes -1- Octubre,./ Donde comen dos - Uvas de mármol rojo,.

TITULO: DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - La aventura equinoccial de Jorge Herralde,.
 

DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - La aventura equinoccial de Jorge Herralde,. . fotos,.


 La aventura equinoccial de Jorge Herralde,.



El primer libro fue 'El oficio de vivir', de Pavese. Era 1969. Hoy este sello ha superado los 4.000 títulos. Nabokov, Amis, Martín Gaite, Chirbes o Arundhati Roy reflejan una trayectoria exigente en la novela y el ensayo. Un referente para varias generaciones,.

La fiesta de la editorial Anagrama de sus 30 años.
Y todo por una tuberculosis que lo tuvo, a los 22 años, apartado del mundo. "Duró un año y lo pasé dedicado solamente a leer (a Sartre, entre otros autores), lo que dio un giro a mi vida y donde creo que está la raíz de la creación de la editorial".
Resultat d'imatges de taza cafe con dulces de santoJorge Herralde, hijo de un "sensato industrial metalúrgico", estaba abocado para seguir la tradición familiar, que para eso había estudiado ingeniería industrial. También podría seguir ganando premios como jinete saltando obstáculos. Pero se le cruzó el empeño de leer y de contagiar lo que había descubierto.
Resultat d'imatges de macarrones con mejillonesApasionado de los diarios de escritores, el primer libro suyo que tuvo en las manos, "probablemente temblando", fue L'ofici de viure (El oficio de vivir) de Cesare Pavese, en una efímera colección en catalán. Fue en abril de 1969. "El Pavese narrador no me entusiasmó excesivamente, aunque lo leí con afán; me parecía sutil, sí, pero algo frío. En cambio, sí que me entusiasmaron sus atormentados diarios, corroídos por sus difíciles relaciones amorosas, que acababan con las últimas anotaciones antes del suicidio: 'Todo esto me da asco. Basta de palabras. Un gesto. No escribiré más'".
A Pavese le siguió Baudelaire, de Jean-Paul Sartre. Y Detalles, de Hans Magnus Enzensberger; Laclos. Teoría del libertino, de Roger Vailland y Los juicios de Moscú, de Pierre Broué. Toda una declaración de intenciones. Hoy, a los 84 años, dice a La Esfera que se metió en el oficio "por compartir entusiasmos, para cambiar, ingenuamente, el mundo; para que fuera menos injusto". Un espíritu que estaba muy arraigado a finales de los 60, con el eco reciente del Mayo del 68, las reivindicaciones de los atletas negros en los Juegos Olímpicos de México ese mismo año, las protestas contra la guerra de Vietnam...
Aún no se ha bajado Jorge Herralde de aquel carrusel, donde palabras como pasión, entusiasmo o vocación indestructible se repiten.
¿Qué está leyendo ahora?
Me han entusiasmado el último libro de Martin Amis, El roce del tiempo, o El amigo de Sigrid Nunes. Los leo y los releo. Y estoy empezando un manuscrito muy prometedor de Román Gubern, Un cinéfilo en el Vaticano.
¿Qué relee?
Las memorias de Esther Tusquets, Confesiones de una vieja dama indigna, y las de Román Gubern, Viaje de ida. Y estoy a punto de releer los tres extraordinarios libros de memorias de Carlos Barral reunidos en un tomo y publicados por Península. No se lo pierdan.
El autor que no pudo contratar.
Borges. Tenía unos contratos férreos.
¿No se edita demasiado?
Claro. No se puede prohibir, ¿verdad? La pulsión editorial es inextinguible. Jorge Herralde se jubiló, a su modo, en 2017. Dejó la editorial en manos de Silvia Sesé. Dos años antes, Anagrama había pasado a formar parte del grupo italiano Feltrinelli, pero él sigue yendo a la editorial todos los días, como António Lobo Antunes continuaba acudiendo a escribir a un hospital psiquiátrico de Lisboa donde había trabajado como médico pese a que ya cobraba la pensión. "Voy todos los días, excepto cuando tengo algún viaje editorial: Frankfurt, México, con frecuencia Madrid y esta semana Formentor". La editorial Anagrama, y otras como Tusquets o Lumen, nacieron cuando había hambre y sed de algo diferente, necesidad de color ante la grisura del franquismo, cuando Barcelona era el referente cultural de España, donde vivían García Márquez y Vargas Llosa, y Marsé y Vázquez Montalbán, y Gil de Biedma y Terenci Moix, y Eugenio Trías, y buena parte de los Novísimos de Castellet, con un joven Pere Gimferrer de timonel, muchos de ellos tomando copas en Bocaccio. Algunos eran miembros sin carné de la cofradía de una Gauche Divine que brindaba por los nuevos tiempos. "Barcelona fue la capital cultural de España. Madrid estaba estrangulada por el régimen. También era la capital cultural de la lengua española. Por una extraña conjunción, fueron unos tiempos espléndidos para la cultura, a pesar de la feroz censura; aunque quizá también fue un estímulo la exultante sensación de lucha contra el Mal Absoluto, el franquismo, sin olvidar la funesta y santísima Iglesia Católica". Entre 1968 y 1969 la censura le desaconsejó 39 títulos. "El procedimiento habitual en aquellos tiempos consistía en presentar los manuscritos originales, o libros extranjeros sin traducir, a la llamada consulta voluntaria. El Ministerio autorizaba la publicación, la desaconsejaba o suministraba una lista de pasajes a suprimir", escribió Herralde en Un día en la vida de un editor (Anagrama). "Comprobé que había una serie de temas particularmente tabú: la revolución cubana, la china, el Mayo francés, la guerrilla urbana y, por descontado, cualquier alusión no canónica a la Guerra Civil, sus antecedentes y sus secuelas. Aunque la gama de prohibiciones era tan extensa como variopinta: también nos prohibieron los Cantos de Maldoror, de Lautréamont, o Sobre el hachís, de Walter Benjamin".
Cinco libros de los que se sienta más orgulloso.
De cinco autores extraordinarios, ya fallecidos y muy amigos, son: Usos amorosos de la posguerra española, de Carmen Martín Gaite; Trilogía de la memoria, de Sergio Pitol; Diarios de Emilio Renzi, de Ricardo Piglia; Los detectives salvajes y 2666, para mí indisociables, de Roberto Bolaño, y Crematorio y En la orilla, de Rafael Chirbes.
¿Qué ha cambiado en estos 50 años en el mundo de la edición?
Excepto que se continúa publicando en papel, tantísimas y tantísimas cosas en gran medida desasosegantes.
¿Qué cualidades debe poseer un editor?
Ante todo, una vocación indestructible. Contra viento y marea. Una pulsión felizmente inevitable.
¿De qué se arrepiente?
De no haber empezado antes la editorial, pero era muy complicado. Abramos hoy el catálogo de Anagrama, que acaba de publicarse, al azar. Por la letra B, por ejemplo. Aparecen, entre otros, Alessandro Baricco, Djuna Barnes, Julian Barnes (con 20 títulos), Roland Barthes, Charles Baudelaire, Jean Baudrillard, Jaime Bayley, Samuel Beckett, Frédéric Beigbeder, Thomas Bernhard, Harold Bloom, Roberto Bolaño, Jane y Paul Bowles, Malcolm Bradbury, André Breton, Alfredo Bryce Echenique, Gesualdo Bufalino, Mijaíl Bulgákov, William S. Burroughs, Charles Bukowski... Bukowski. Jorge Herralde lo visitó y el encuentro se regó con ocho botellas de vino del Rin. "Los envases vacíos", ha escrito Juan Gabriel Vásquez, "los usó el editor para llevarle agua a su pobre carro recalentado". A lo largo de este medio siglo, Anagrama ha publicado, hasta el pasado mes de abril, 4.049 títulos, si se suman las coediciones. El libro más vendido es Seda, de Alessandro Baricco: 600.000 ejemplares. Le sigue La conjura de los necios, de John Kennedy Toole, con 400.000 (cuyos derechos, por cierto, los adquirió Jorge Herralde por alrededor de mil dólares). Y, muy cerca, Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez, con 370.000. Sobre este libro y la labor de la editorial, ha escrito el director de cine, novelista y académico de la lengua Manuel Gutiérrez Aragón en el catálogo de este aniversario: "Siempre he pensado en ese momento primigenio en el que alguien en Anagrama abrió un manuscrito en el que ponía: 'Ahora sabemos que el capitán Alegría eligió su propia muerte a ciegas'. Este recorrido por una línea que antes sólo había sido transitada por el autor, y que ahora era leída por nuevos ojos, ese momento, digo, es único. Y como el paso de una cometa que sólo brilla una vez en la vida, a uno le hubiera gustado estar allí". Jorge Herralde también tiene tiempo para otra pasión, el fútbol. O el Barça, que no es lo mismo pero él igual cree que sí. Cuenta la leyenda, a través del oráculo Jorge Gabriel Vásquez, que el futbolista Josep Guardiola terminó la novela Bella del señor, la apasionante novela de Albert Cohen de casi 800 páginas de letra menuda, 10 minutos antes de que empezara en Wembley en 1992 la Copa de Europa que ganó el equipo culé. El ahora entrenador del Manchester City parece ser que comentó: "Salí al campo con la piel de gallina, emocionado por el final".
Usted siempre miró al extranjero, que aquellos primeros años no era nada habitual...
Desde el inicio estuve suscrito a los mejores revistas literarias de Francia, Italia, Inglaterra y Estados Unidos. Sus excelentes críticos fueron a menudo, digamos, colaboradores involuntarios. También he viajado mucho por Latinoamérica, sin olvidar la presencia constante en las Ferias de Frankfurt y el Salón del Libro de París. Y frecuentemente, pero con menos intensidad, en las de Torino y Londres. Leo en francés, italiano e inglés, y en la editorial hemos tenido siempre excelentes lectores en estas lenguas y alguno en alemán. Así ha ido creciendo un catálogo, su propio libro, que era sinónimo de calidad para varias generaciones.
¿Qué libros o autores no han sido comprendidos / entendidos por los lectores?
Como ha sucedido en todas las editoriales literarias, demasiados autores excelentes que, por misteriosas razones, no han encontrado el público que merecen. No es precisamente nuevo; ya Stendhal, poco leído en su día, afirmó que escribía para los lectores del siglo XX. Y acertó. Qué lejos queda esta imagen: "Recuerdo la cara estupefacta de mi padre cuando le comuniqué que iba a poner en marcha una editorial. Yo le diría al joven aspirante que pasara por alto los consejos unánimes de no emprender semejante disparate y se preparara para el maratón". Cabría saber por qué no ha escrito sus memorias dónde que detallara anécdotas de uno y otro, cuál es la fórmula para haber logrado vender 300.000 ejemplares de El dios de las pequeñas cosas, de Arundhati Roy; 280.000 de El lector, de Bernhard Schlink; 220.000 de Brooklyn Follies, de Paul Auster; 200.000 de En el camino, de Jack Kerouac; 180.000 de Lolita, de Nabokov o 150.000 de 2666 de Roberto Bolaño. Quizá porque, como escribió André Gide, una de las funciones de todo diario es que sea un delator, y él no lo es.

TITULO:   MasterChef 7 - Martes -1-Octubre,.


 El martes -1- Octubrea las 22:35 por La 1, foto,.

MasterChef Celebrity | Capítulo 7 | Unos invitados particulares pusieron en problemas a nuestros cocineros,.


Resultat d'imatges de MasterChef Celebrity | Capítulo 7 | Unos invitados particulares pusieron en problemas a nuestros cocineros,.Llegó una nueva prueba en este séptimo capítulo, esta vez en parejas y con unas proteínas que nadie imaginó cocinar.

Después de pasar una divertida prueba en la despensa a oscuras y cocinar por equipos con los ingredientes que pudieron elegir, el equipo blanco conformado por Rogelio Pataquiva, Isabella Atehortua, Sebastián Carvajal, Jhon Alex Castaño y Mariana Mesa, resultó ser el vencedor y hoy como todos unos reyes, pueden estar en el balcón.
No obstante, sus compañeros no corrieron con la misma suerte, pues afrontaron una dura competencia en parejas que arrojó el primer par de participantes en riesgo de eliminación.
Y es que este emocionante capítulo no inició nada fácil, ya que en esta oportunidad tuvieron que cocinar con unas proteínas que por lo visto jamás habían tenido cerca; al descubrir que tendrían que preparar un plato con lombrices californianas, hormigas culonas, mojojoy o con caracoles, nuestras celebridades supieron que ganar no sería tarea sencilla.
Posteriormente el ya célebre Rogelio Pataquiva, tuvo la difícil tarea de elegir quién se salvaría de cocinar, dándole así el beneficio a Maru Yamayusa, quien entre aplausos subió al balcón. Pero además de esta elección, Pataquiva tuvo complicada labor de elegir las parejas en donde la estrategia pudo haber jugado un factor determinante.
En 45 minutos, nuestros cocineros debían elegir una receta ganadora para poder sorprender al jurado, todo gracias a su capacidad de resolver un plato con proteínas poco convencionales. Y es que, no es fácil jugar respecto al tiempo y a los temperamentos de cada quién, sin embargo, esos no fueron factores que incidieran en la, hasta ahora, convivencia pacífica.
Al momento de presentarse ante los exigentes Jorge Rausch, Christopher Carpentier y Nicolás de Zubiría, nuestras celebridades se caracterizaron por su creatividad, ingenio y forma única de preparar un plato, de hecho, una de las recetas más alabadas fue la presentada por Andrea Tovar y Sebastián Silva, quiénes con su “hongo de caracol” dejaron a más de uno con la boca abierta.
Pero como en toda competencia no todo puede ser elogio, una de las parejas tuvo la no tan buena suerte de fallar en uno de los componentes de su plato, por lo que se hicieron acreedores de un delantal negro. ¿Quiénes fueron las estrellas que no lograron convencer a nuestros jueces de cabecera?,.


TITULO: Donde comen dos - Uvas de mármol rojo,.

Viernes -4- Octubre   23:15 por La 1, foto,.

Resultat d'imatges de uvas del marmol rojo Uvas de mármol rojo,.

 

En el corazón de la Toscana, la familia Marcucci recupera día a día la perdida tradición del milenario vino etrusco.




Es una región de cultura, tradiciones y sentimientos antiguos. Entre Perugia, el lago Trasimeno, Arezzo y Gubbio, miles de años, esfuerzos, batallas, vidas y muertes atienden, pacientes, para contar su historia. Una de las más hermosas nace de las uvas de la tierra, tanto tintas como blancas, que crecen ya en los frescos y tumbas hipogeas de los etruscos. Danilo Marcucci y su familia, propietarios, recuperaron una tradición del Novecento en el Monte Melino (Magione) que venía de más lejos. Trabajan el campo sin máquinas, sus cepas y tierras de arcilla gozan del clima benigno y de la humedad del lago cercano, y sus uvas, apenas sin intervención, transmiten el placer y las sensaciones de una memoria reencontrada. Rosso Conestabile 2017 es montaraz y rústico, está lleno de historia, de conocimiento y de sensibilidad. Huele a brezo y a pimienta roja silvestre, sabe a zarzamora y a endrinas. Hay concentración en él, firmeza y pureza, bosque carmesí y madroños. En la terracota, una sonrisa muestra que la felicidad es eterna.

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