sábado, 8 de enero de 2022

EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - Martes-4 , 11 - Enero - Rafael Santandreu ,. / LUNES - 3, 10 - Enero - Imprescindibles - Muere el primer actor negro en ganar un Óscar, Sidney Poitier, a los 94 años ,. / ELLA & - Marian Rojas Estapé ,. / EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO -PESADILLA EN LA COCINA -JUEVES- 6, 13 - Enero - Una paella en África ,.

 

TITULO:  EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - Martes -4, 11- Enero - Rafael Santandreu,.

EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - 4 , 11 - Enero ,.
 
 Conducido por Toñi Moreno, el espacio investiga el árbol genealógico de los personajes más queridos de nuestro país. El martes-4 , 11 - Enero a las 22:30 por antena 3, etc.

 

 
 EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - LUNES -  Rafael Santandreu ,.

  EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - LUNES -  Rafael Santandreu ,. ,fotos.

  Rafael Santandreu,.

 

Rafael Santandreu
Rafael Santandreu IMG-20160125-WA0007.jpg
Información personal
Nacimiento 8 de diciembre de 1969 Ver y modificar los datos en Wikidata (52 años)
Barcelona (España) Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Española
Información profesional
Ocupación Psicólogo Ver y modificar los datos en Wikidata

Rafael Santandreu Lorite (Barcelona, 8 de diciembre de 1969) es un psicólogo español, formado inicialmente en la Universidad de Barcelona, especializado en libros de autoayuda.1​ 

Desayuno,.

 Los menores con pocos recursos desayunan un 30% menos... especialmente las  chicas | El Correo

Biografía

Tras una etapa como profesor de la Universidad Ramon Llull, estudió con Giorgio Nardone.2

Imparte docencia a médicos y psicólogos, y a Paz Padilla, y a la divulgación a través de medios como la revista Mente Sana.3​ 

Cena ,.

 solomillo | XLSemanal

Se caracteriza por su lenguaje sencillo, con gran cantidad de anécdotas y neologismos de creación propia: «terribilitis»,4​«necesititis»5​o «bastantidad»,6​así como eslóganes provocativos como «La vida es un chollo».7

Ha participado en diversos programas de televisión8​habiendo sido colaborador habitual en programa de televisión pública española Para todos La 29​y A punto con La 2.10

Obras

  • Santandreu, Rafael (2014). Escuela de Felicidad (Primera edición). Madrid: RBA LIBROS. p. 256. ISBN 9788490563847.
  • Santandreu, Rafael (2014). Las claves del cambio psicológico y la transformación personal (Primera edición). Madrid: Paidós Ibérica. p. 272. ISBN 9788449331626.
  • Santandreu, Rafael (2013). El arte de no amargarse la vida (Primera edición). Madrid: Paidós Ibérica. p. 272. ISBN 9788449329999.
  • Santandreu, Rafael (2015). Las gafas de la felicidad (Primera edición). Madrid: Grijalbo. p. 320. ISBN 9788425352126.
  • Santandreu, Rafael (2014). L'art de no amargar-se la vida: les claus del canvi psicològic i la transformació personal (en catalán) (Primera edición). Barcelona: Cossetania. p. 224. ISBN 9788415403715.
  • Santandreu, Rafael (2015). Les ulleres de la felicitat (en catalán) (Primera edición). Barcelona: Rosa dels vents. p. 320. ISBN 9788415961154.
  • Santandreu, Rafael (2017). Ser feliz en Alaska. Mentes fuertes contra viento y marea (Primera edición). Barcelona: Grijalbo. p. 320. ISBN 9788425354212.

Polémica

En enero de 2017, causó una polémica11​como invitado en programa Late Motiv de Andreu Buenafuente, por haberle pasado, a través de correo electrónico al equipo del programa, tanto las preguntas como las respuestas12​que Andreu Buenafuente debería realizar durante la entrevista.13​Hecho, que provocó que Andreu dedicará la primera parte de la entrevista a hacer público la acción de manipulación,14​declarando, que era la primera vez que a lo largo de toda su carrera como comunicador, le había sucedido algo parecido y pidiendo a Santandreu,15​una explicación de las razones por las cuales había decidido a hacer algo tan poco transparente de cara al público, y de alguna manera irrespetuoso para un comunicador profesional.16

Santandreu se justificó argumentando que, como antiguo profesor universitario, y con una experiencia y valoración negativa del nivel entrevistador de los diferentes periodistas, él y su equipo de la Editorial Grijalbo17​habían decidido planificar por adelantado toda la conversación con el fin de difundir mejor el mensaje.

 

TITULO: LUNES   - 3, 10 - Enero -  Imprescindibles -   Muere el primer actor negro en ganar un Óscar, Sidney Poitier, a los 94 años ,.

LUNES- 3, 10 - Enero  -   Imprescindibles ,.

Imprescindibles, serie de documentales sobre los personajes más destacados de la cultura española del siglo XX cada semana en La 2, el lunes - 3, 10 - Enero a las 21:00,.

  Muere el primer actor negro en ganar un Óscar, Sidney Poitier, a los 94 años ,. 

 Muere a los 94 años Sidney Poitier, el actor que rompió la barrera del  color en Hollywood

Sidney Poitier - foto,.

Sidney Poitier, el primer actor negro ganador de un premio Óscar al mejor actor ha fallecido este viernes a los 94 años.

TITULO: ELLA & - Marian Rojas Estapé,.

  Marian Rojas Estapé,.

 

Marian Rojas Estapé: "Por primera vez en la historia, los jóvenes son menos inteligentes que la generación anterior",.


Marian Rojas Estapé: "Por primera vez en la historia, los jóvenes son menos inteligentes que la generación anterior"

foto / Marian Rojas Estapé. Madrid, 1983. Psiquiatra. Su anterior libro, Cómo hacer que te pasen cosas buenas, fue el más vendido de no ficción en 2019. Ahora acaba de publicar Encuentra tu persona vitamina, que lleva el mismo camino.

No te lo tomes a mal, pero lo de 'tu persona vitamina' suena a frase para taza.
No fastidies, qué horror. ¿A taza?
Un poco, ¿de verdad hay personas que curan?
Totalmente. En una conferencia en México hace ocho o nueve años estaba hablando de cómo gestionar las emociones y cómo estar con determinadas personas altera tu organismo, tu nivel bioquímico, para mal. Lo que se suele llamar personas tóxicas, aunque no me gusta el concepto. Una persona no es tóxica, es tóxico el efecto que ejerce en ti, así que dejemos de etiquetarlas como tal porque hace mucho daño. En cualquier caso, todo el mundo te habla de personas así, que si tu pareja, tu jefe, tu suegra... Decidí que había que invertir el enfoque y hablar de personas vitamina como contraposición a las tóxicas. No por eso de "pon felicidad en tu vida", que es un mantra que me pone muy nerviosa, sino por avanzar en la idea de que también hay gente que tiene el poder de serenarte, tranquilizarte, sacar lo mejor de ti y bajarte los niveles de cortisol [la hormona del estrés]. A partir de ahí, empecé a investigar en el concepto de persona vitamina.
¿Cómo detecto a una?
Son las personas que no te juzgan, que te tratan bien, que te sacan una sonrisa... Persona vitamina es aquella que le pasa algo bueno y lo disfruta incluso más que tú. En todo caso, puedes ser vitamina para mí y tóxico para tu cuñado. Lo que busco en el libro es que cada uno entienda por qué sucede esto. Mi primer libro trataba de cómo gestionarte a ti mismo y éste analiza de qué depende que te relaciones de una forma u otra con las personas de tu entorno. Por qué hay personas que, da igual donde las pongas, generan tensión en el ambiente y todo funciona mal, y otras que te alegran cualquier situación. Esas que en las bodas tienes como comodín para sentar en cualquier mesa. Esas son las personas vitamina.
¿Tiene base científica este efecto sanador?
Ahí es donde entró la oxitocina en mi vida. Si yo no veo una base científica buena, me da urticaria. Si algo no lo puedo explicar desde la ciencia, no lo cuento. Este libro me costó tres años escribirlo porque tuve que investigar e investigar hasta que mis intuiciones sobre ciertas cosas tuvieron una base científica. En la carrera de Medicina, la oxitocina se limitaba al parto y la lactancia. Ahí se quedaba. Pero estando en plena lactancia de mi tercer hijo, me atracaron, salí huyendo y cuando llamé a mi marido era incapaz de articular palabra, sólo balbuceaba muy nerviosa. Tenía un ataque de pánico y no podía respirar. Llegué a casa, me puse a dar el pecho al bebé y a los cinco minutos estaba tan tranquila. Algo había pasado y empecé a pensar que igual la oxitocina bajaba el cortisol. Investigué y en efecto. Desde entonces me he pasado dos años estudiando la oxitocina.
¿Cuál es la mejor manera de generar oxitocina, bebés aparte?
Simplificando, es la hormona de los abrazos. Se produce cuando alguien te presta atención en los momentos de agobio. La escucha activa provoca un subidón de oxitocina instantáneo en el prójimo. Cuando empatizas, activas la oxitocina.
Antes decías que no crees en las personas tóxicas, ¿tampoco en las relaciones?
Es un problema de palabra y no de concepto. El lenguaje tiene un impacto directo en nuestra salud y si uno habla todo el rato de relaciones tóxicas, se lo acaba creyendo. Tus palabras crean tu realidad, tu cerebro se cree que todas esas personas son tóxicas y dispara tu cortisol en cuanto estás cerca de ellas aunque no haya motivo. ¿Hay relaciones tóxicas? Hay relaciones que nos afectan mucho y hacen mucho daño a nuestro organismo. Nos inflaman, nos alteran, nos agotan. Y eso empieza antes de estar físicamente con la otra persona. Tienes una comida con alguien que te produce esa reacción y desde por la mañana estás enfadado, hablas mal a tus hijos, pitas a los otros coches... Eso significa que tu mente, tus relaciones humanas y tu cuerpo han hecho un clic, están profundamente unidos, y mi objetivo es entender por qué sucede y cómo desarticularlo. ¿Te he convencido un poco, pese a tu escepticismo?
Tu primer libro vendió 350.000 ejemplares y este ya es número 1, así que lo que yo piense da igual. Lo importante es lo que esas ventas de un libro de psiquiatría indican, ¿cuánta gente necesita ayuda?
Es un drama. La primera sorprendida con las ventas del libro anterior fui yo. Me quedé impresionada y, sobre todo, preocupada. Además, cada libro llega ante un problema distinto. Cuando salió el primero, en 2018, era un momento de la historia en el que había un estado de alerta mantenido: pantallas, compra compulsiva, gratificación instantánea, sin tiempo para frenar... La vida iba a una velocidad que nos abrumaba y todo eran síntomas: te tiembla el párpado, se te duerme la mano, se te hincha la tripa, se te inflaman las articulaciones... Y llegó el punto de inflexión, la pandemia.
Y lo cambia todo.
Exacto. Hiperactivó la amígdala, que es la parte del cerebro que se encarga del miedo. La incertidumbre nos hizo perder absolutamente el control, lo que choca de pleno con la que había sido una de las grandes enfermedades del siglo XXI hasta entonces: la necesidad de controlarlo todo. La pandemia nos ha enseñado que no se puede controlar nada, ni si puedes casarte este año, ir de viaje en un mes o de cena en cinco días. En un momento de la historia donde el primer mundo vivía del control y la planificación absoluta, de golpe no sabemos nada de lo que va a pasar mañana y estamos obligados a vivir el presente. Cada día es una incógnita.
¿Y estamos preparados para ello?
Aprender a vivir en la incertidumbre es complicadísimo. Durante tres meses estuvimos en un estado de alerta generalizado sin vías de escape. En un día normal, tu cortisol tiene picos y valles, pero en un estado de alerta mantenido como aquel se genera cortisol a todas horas. Si me contagio, si mis padres, si los muertos, si el miedo... ¿Cómo se baja el cortisol? Deporte, amigos, reírte, abrazar, naturaleza... Nada que pudiéramos hacer en ese momento. No había una vía de escape durante la pandemia. Y cuando estás intoxicado de cortisol se apaga automáticamente la corteza prefrontal, que es la zona encargada de pensar y tomar decisiones. Cuando tienes miedo, te dejas llevar por la masa sin razonar y toda la sociedad desactivó a la vez la corteza prefrontal. Ahora, aunque ya hayamos vuelto a las calles y la gente, seguimos encontrando siempre un motivo para el miedo: que si las dosis de la vacuna, que si el trombo, que si la variante Delta, que si la enésima ola... Siempre pasa algo. Por eso esto sigue afectando gravemente a nivel físico y psicológico.
¿Volveremos a ser los de antes?
No creo. El mundo sanitario ha salido muy tocado, estoy tratando a muchos profesionales con estrés postraumático, eso por un lado. Luego, por primera vez en la historia moderna, cuando ves a alguien lo primero que mides es el riesgo que supone para ti, antes que el amor que le tienes o las ganas de abrazarle. Ese freno en las relaciones humanas es muy dañino y no creo que recuperemos la normalidad y volvamos a ser como éramos. Algo se nos ha quedado en la cabeza. Llegas un poco tarde a casa y sientes que estás cometiendo una ilegalidad. Soy una mujer casada con cuatro hijos y me siento como cuando salías de adolescente y mentías a tus padres. Ha llegado un punto en el que hasta lo normal te da miedo. No creo que lo perdamos nunca del todo.
¿Qué más secuelas han quedado?
Nos ha dejado muy tocados. Nos ha quitado la ilusión de lo cotidiano, de organizar un viaje, una cena... Eso que se llama felicidad, que es una palabra que evito porque se ha convertido en eslogan, viene por tener ilusiones sencillas todos los días. Cualquier cosa. Y ahora muchas son imposibles.
¿Ha ayudado, al menos, a normalizar hablar sobre salud mental?
Creo que ha aligerado el tabú, que si ahora hablas mismo hablas de que estás mal se te juzga con menos dureza porque se entiende que algo te ha podido pasar para que estés sufriendo: lo has pasado mal, has perdido a alguien, no tienes estabilidad laboral, tienes miedo... Y otra cosa que ha hecho mucho bien es el caso de Simone Biles en los Juegos, porque demasiada gente tiene la sensación de que si eres una persona extremadamente exitosa, todo te va bien: le das a un botón y a ser número 1. Andrés Iniesta, con quien tengo muy buena relación, se deprimió en el mejor momento de su carrera. La vulnerabilidad del ser humano es inmensa y no necesitas un problema tangible para estar mal. Me gustaría que hubiera más campaña y más implementación, por supuesto, pero ahora hay mucha más gente pidiendo ayuda porque se ha sentido profundamente vulnerable.
Con el caso de Biles, hubo una corriente de opinión que consideraba que no era ejemplo de nada.
A lo largo de la historia, y sobre todo en los últimos años que cada vez hay más presión, ha habido muchísimos deportistas de élite que se han roto... pero no lo han dicho. He conocido y tratado a muchísimos que tuvieron que tomar medicación y no estaban bien, pero no lo dijeron públicamente porque era una señal de debilidad mal vista por la sociedad. Lo ocultaban con una lesión física y cosas así. La gente quiere que esos ídolos no les fallen, que sean máquinas perfectas, y eso es un problema porque es falso. Biles tuvo el valor de decirlo y a partir de ahora muchos darán ese mismo paso. La presión a la que están sometidos es tremenda y, sí, es su trabajo, pero eso no inmuniza. Todos los trabajos de mucha exigencia multiplican el riesgo de romperte, sea un futbolista o un cirujano. Eso no te hace peor en él ni quiere decir que no aguantes la presión, porque la mayoría ni nos acercamos a sospechar lo que soportan. Lo que hay que pensar es a qué punto tiene que llegar alguien como Biles, con todas las situaciones extremas a las que se ha enfrentado y superado, para que decida parar.
Dices en el libro que somos una sociedad adicta a las emociones, ¿eso es positivo o negativo?
Es un hecho, sin más. Nos hemos convertido en una sociedad con drogodependencia emocional: una emoción y otra y otra. Eso provoca chispazos de dopamina y placer, pero a la larga genera un gran bajón y un gran vacío en tu vida. Vives a base de emociones instantáneas, quiero esto, lo compro, lo miro, lo encargo, lo tengo y ahora necesito más. Y, luego, cuando luego tienes que profundizar en un tema, no puedes, porque has descuidado el desarrollo de la corteza prefrontal que es la que se encarga de la atención, la concentración, tomar buenas decisiones y tener la fuerza de voluntad para posponer las recompensas. Es la primera vez en la historia en que los jóvenes son menos inteligentes que la generación anterior, y lo son porque su corteza prefrontal es adicta a experiencias vibrantes. Por eso les pides que lean un texto entero o que tengan una conversación profunda y no pueden. Esa profundización requiere salir de la gratificación instantánea y, como no aporta emoción, no lo hacen. Lees un titular y no lees la noticia, mandas un whatsapp y te ahorras una conversación, miras Instagram y te das por enterado sobre la otra persona...Otra consecuencia: es la primera vez en la historia en que la gente tiene más facilidad para hablar de sexo que para hablar de amor.
Bueno, eso no es malo.
No, pero demuestra que ahora el tabú es sentimental. El otro día una paciente se escandalizaba porque llevaba un año con su novio y él pretendía que conociese a sus padres. ¡Un año y le parecía pronto! La quería ver yo hace 15 años (risas).
¿Las aplicaciones tipo Tinder son solución o problema?
Cuando tu acudes a Tinder puedes hacerlo buscando pareja, buscando sexo, porque estás solo, porque estás triste y quieres que alguien te toque y te haga caso... La sensación de abandono y fragilidad que crea la soledad en mucha gente es enorme. El problema, y es algo que me perturba profundamente, es que en estas aplicaciones te eligen por la imagen. Por mucho que te maquees para la foto, eres como eres. Nos hemos hartado a decir lo importante que es acabar con esa obsesión por lo físico, pero las aplicaciones que ahora mismo definen la vida sentimental de millones de personas lo hacen sólo en función de una imagen. Una foto lo decide todo. Eso está generando un vértigo tremendo en mucha gente, porque muy pocos pasamos ese filtro. El ghosting, por ejemplo, esa gente que queda una vez contigo y desaparece sin dar explicaciones, es muy habitual y un golpe tremendo para la autoestima. Dejas de tratar a las personas como tales, son objetos, meros inputs o emociones momentáneas. Se crean traumas nuevos y el número de gente que sufre debido a Tinder es muy superior al de gente a la que le sale bien.
Como padre agonías que soy, me estás inquietando.
Pues tengo más. Otro asunto muy preocupante es la hipersexualización de las niñas en la sociedad actual. Visten de una forma muy provocativa hasta con nueve, diez o 12 años y no es que yo sea una puritana, pero quemar etapas antes de tiempo es muy peligroso para el desarrollo del ser humano. En todo, eh. Lo mismo con la niña de nueve años que se mueve como una de 17 que con la de dos años que pretendemos que hable diez idiomas. Todos los psiquiatras, psicólogos y médicos sabemos que para llegar lo más sanos posibles a la edad adulta es muy importante haber vivido las etapas cada una en su momento. Cualquier padre que lea estas líneas sabe a qué me refiero y el vértigo que sentimos a veces. La sociedad se ha acelerado y pocas cosas funcionan mejor para el cerebro que ir despacio.
Hablabas antes del vértigo ante la soledad. ¿El confinamiento nos ha enseñado a llevarla mejor?
No, al contrario, nos ha hecho más conscientes de ella. Ahora mismo, el gran drama del primer mundo es la soledad. La gente se siente profundamente sola. Ya no es, como era antes, la soledad de los ancianos en las residencias. Es el chaval de 15 años que palía su soledad en las redes, el joven de 25 que no tiene pareja ni trabajo estable y se encuentra perdido, el de 30 que ha tenido hijos y le sobrepasa completamente la conciliación... Hay una sensación de soledad enorme, mucha gente ha vivido como un drama estarlo durante la pandemia y ahora se obsesiona con que no le vuelva a pasar. Hay una soledad elegida que ayuda al crecimiento personal y se vive de forma sana, pero cuando has estado solo encerrado en tu casa, la mayoría de la gente ha sufrido muchísimo.
Antes eras muy crítica con las pantallas, ¿te ha cambiado la pandemia la perspectiva?
Es evidente que las pantallas han ayudado muchísimo a superar esta época. Sin ellas, sin videoconferencias, series, películas, etc., hubiese sido aún más terrible. Pero ahora se multiplica el problema. Nos hemos enganchado todavía más, sobre todo los jóvenes que han vivido año y pico online: los amigos, las clases, el ocio... Todo en la pantalla. Y como son muy adictivas, salir de eso y volver a conectar con las relaciones humanas reales va a ser supercomplicado. Hemos sido fantasmas por las calles durante meses, ni una cara ni una sonrisa, y ahora tenemos que perder el miedo a reconectar. No va a ser fácil.

 TITULO: EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO -PESADILLA EN LA COCINA -JUEVES-  6, 13 - Enero - Una paella en África ,.

 

PESADILLA EN LA COCINA - JUEVES - 6, 13 - Enero ,.

Pesadilla en la Cocina es un programa de televisión español de telerrealidad culinaria, presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos, etc.

EL BAR ESQUINA -  REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO -  LA COCINA DOMINGO - LUNES   -  Una paella en África  ,.

EL BAR ESQUINA -  REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO -  LA COCINA DOMINGO - LUNES   -  Una paella en África ., fotos,.

Una paella en África,.

Arturo Barea fue el mejor autor en describir el hambre de los soldados y el sabor de este plato durante la guerra de hace un siglo,.

Tropas en la Guerra de África (sobre 1922) y una paella. / FONDO CAR GURE GIPUZKOA

 Tropas en la Guerra de África (sobre 1922) y una paella,.

 Resultat d'imatges de el bar esquina

Durante este año 2021 se ha hablado de muchas efemérides amables. Las ha habido deportivas (centenario del Deportivo Alavés), literarias (un siglo desde que en 1921 naciera Carmen Laforet o muriera Emilia Pardo Bazán) y épicas, como la conmemoración de la llegada de la expedición de Magallanes y Elcano a Filipinas el 16 de marzo de 1521. Quizás por no tener el cuerpo para más disgustos pasó desapercibido el centenario de una fecha tan importante como funesta, la del desastre de Annual. Entre el 22 de julio y el 9 de agosto de 1921 murieron en esta pequeña población marroquí once mil hombres, pero poca gente se acuerda de ellos. Yo sí, aunque no tiene mérito porque se lo debo todo a una paella. 

 Resultat d'imatges de tapas y barras fotos

De la paella, que precisamente en este año pandémico ha sido catalogada como Bien de Interés Cultural Inmaterial, les digo aquí siempre que es mucho más que una lista de ingredientes y un proceso de elaboración determinado. Paella es arroz y es alegría y es sabor, es días de verano y cocinar al aire libre; es un señor guisando en camiseta blanca de tirantes y una madre que promete reservarte el socarrao. En una reunión de amigos, en las fiestas del pueblo y también, por qué no, en la guerra. En todas esas ocasiones ha habido españoles posando sonrientes para una foto enseñando su paella recién terminada. 

 Resultat d'imatges de un pais para comerselo

En la Navidad de 1936 los soldados republicanos cocinaron paella en el frente del Jarama y tuvieron el buen ánimo de escribir 'Felices Pascuas' encima con tiras de pimiento. En el bando nacional tampoco faltaron paelleros, y el hálito gozoso y amable de la receta llegó a plasmarse en una expresión –hacer paella– que denominaba la confraternización con el enemigo.

Marruecos, 1921

Las aventuras bélico-paelliles me llevaron a indagar un poco más en el tema y de campamento en campamento, de paella en paella, acabé encontrando a Arturo Barea Ogazón (Badajoz, 1897-Faringdon, Reino Unido, 1957). Les sonará a ustedes por ser autor de 'La forja de un rebelde', una trilogía autobiográfica en la que contó su infancia en Madrid ('La forja'), su experiencia militar en la Guerra del Rif ('La ruta') y sus vivencias durante la Guerra Civil ('La llama').

Aparte de esta saga Barea escribió numerosos relatos que en 2001 fueron recopilados por la editorial Debate bajo el título de 'Cuentos completos' y entre los que se cuenta 'Una paella en Marruecos'. Esa breve historia es la que nos transporta de la mano del joven sargento Barea (tenía entonces 24 años) al Marruecos de 1921, donde el ejército español llevaba ya diez años intentando sofocar la sublevación de las tribus del Rif.

Llamado a filas en 1920, el escritor pacense se incorpora como topógrafo a un destacamento de zapadores. Después de construir carreteras, dibujar mapas, participar en la toma de la ciudad de Xauen o de encargarse en Melilla del entierro de los caídos en Annual, Barea viaja con su regimiento a Beni Arós, en la región de Yebala. Esa zona del norte de Marruecos era entonces el feudo de Ahmed al-Raisuli, jefe de las tribus yebala (el famoso Abdelkrim era el de las kabilas rifeñas, más al este), y el Ejército español se prepara para darle la batalla al pie del monte Alam.

La acción es tan chapucera que el enemigo les corta el paso por detrás y dos mil soldados quedan aislados en un pueblo montañoso, esperando que un nuevo ataque con tropas de refuerzo logre romper el sitio. Sin provisiones, sin agua, los soldados resisten los ataques de los marroquíes mientras aguardan la llegada de ayuda.

«Creo que hoy tendremos muchas peleas por la comida. Café hay suficiente, pero porque han muerto treinta», dice uno de los personajes.

La magia del arroz

Con semejante panorama, el sargento Barea no da crédito cuando al volver a la tienda de campaña de los oficiales, el ordenanza Manzanares le muestra un saco con provisiones que ha ido acumulando (y robando) durante la campaña: un paquete de arroz y otro de panceta, abundantes ajos, tomates, cebollas, pimiento, aceite de oliva, una cantimplora de agua grande y un pollo muerto. Manzanares es un convicto que desea cambiar de las tropas de cazadores –la infantería más mísera que había– al cuerpo de ingenieros, y para congraciarse con sus superiores les prepara con su tesoro una paella de chuparse los dedos de las manos y los pies. Siendo el rancho habitual alubias con pimentón para comer y pimentón con alubias frías para cenar, aquella paella improvisada les tuvo que saber a gloria.

Según Barea la receta fue así: «En el aceite hirviendo Manzanares echó el ajo, las cebollas y el pimiento rojo. Surgió un apetitoso olor a comida. Después echó el pollo y sentí como si todo el estómago se me hubiera pegado a la nariz». Después sacó los trozos de pollo, apartándolos en un plato de latón, y calculó la cantidad adecuada de arroz utilizando un cuenco de metal que llevaba sujeto al cinturón. Para seis comensales, dos tazones y medio de arroz y cinco de agua. «Un poco de sal y azafrán y una forma artística para los trozos de pollo. Y lo único que hay que hacer ya es dejarlo a fuego lento».

La magia del arroz conjuró el hambre y a la vez el miedo a la muerte.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario