miércoles, 16 de marzo de 2022

DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - La amenaza de las mafias persigue a los refugiados ,. / EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. - La muerte cívica ,. / Donde comen dos -Tres décadas de tomate mansillés,.

  TITULO:  DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - La amenaza de las mafias persigue a los refugiados ,.

 DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES -La amenaza de las mafias persigue a los refugiados ,.  , fotos.

La amenaza de las mafias persigue a los refugiados,.

El flujo de desplazados y el caos son el caldo de cultivo perfecto para quienes trafican con mujeres y menores,.



Solo mujeres, niños y hombres mayores de 60 años. Ucrania retiene a los varones para que defiendan al país de la invasión rusa. Por eso es muy difícil encontrar alguno en edad de empuñar un fusil entre los miles de ucranianos que cruzan a diario la frontera con Polonia a través del paso de Medyka. Tural es uno de ellos. «Tengo nacionalidad de Azerbaiyán», explica aliviado. Ha llegado desde Kiev con su mujer ucraniana y sus dos hijos. El que Tural lleva en brazos apenas tiene unos meses de vida. «Nos gustaría ir a España, pero aún no sabemos si será posible. A pesar de todo, nos sentimos seguros porque vamos en familia. La mayor parte de la gente ha tenido que dejar a hijos, padres y esposos en Ucrania», lamenta.

Desayuno,.



Precisamente eso hace que entrar en la Unión Europea no suponga dejar atrás todo riesgo. «Todavía se está poniendo en marcha el sistema de acogida para los refugiados. El caos y el vacío en la supervisión son el caldo de cultivo perfecto para las mafias que trafican con personas, porque esta crisis es particular: es un éxodo de niños, niñas y madres», cuenta Francesco Cecon, especialista en protección de la infancia de Save The Children. «El principal peligro está en los transportes. Los refugiados no saben cómo moverse y eso los hace vulnerables».

Cena,.





Europa se ha volcado con los refugiados. Miles de personas de todos los países del continente han viajado a zonas fronterizas con material de todo tipo y la intención de facilitar el viaje de los ucranianos. Desde España se han puesto en marcha multitud de iniciativas que reflejan la solidaridad de la población, y en la frontera hay gente de todas las nacionalidades ofreciendo transporte gratuito. «Pero cabe la posibilidad de que entre esa gente bienintencionada se cuelen otros. Y nos preocupa que los traficantes aprovechen la situación», explica el portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Chris Melzer.

No solo pueden actuar camuflados tras la sonrisa de quienes ofrecen servicios gratis. Cecon también subraya el riesgo que entrañan las multitudes y los despistes lógicos tras días de tensión y cansancio. «Afortunadamente, no hay muchos niños que viajen solos, pero se pueden dar momentos críticos en los que queden separados de sus familiares. Hay que analizar dónde y prestar especial atención a ellos», señala. En Medyka y en la cercana estación de tren de Przemysl abundan ejemplos de ello: madres que buscan aterradas a sus hijos tras haberlos perdido de vista cuando pedían información a voluntarios, y niños que quedan a la espera de sus familiares en unos minutos de peligro. Aunque sea para ir al baño.

«Hay que trabajar con los gobiernos para registrar y proteger a los niños, pero también para cuidar su salud mental»

James Elder, portavoz de Unicef, comparte la preocupación por la trata, pero incide en que el trauma psicológico no va a ser un reto menor: «Ya ha llegado un millón de niños, de los cuales 700.000 están en Polonia. Hay que trabajar con los gobiernos para registrarlos y protegerlos, pero también para cuidar de su salud mental, porque han vivido situaciones horrorosas». Cecon suma otra necesidad más: «No sabemos cuánto va a durar la guerra, y la crisis humanitaria siempre se alargará más. Por eso, es indispensable que los niños continúen escolarizados».

Amenaza mundial

No obstante, todos los expertos entrevistados por EL CORREO coinciden en que son las adolescentes y las mujeres jóvenes las que corren más peligro. Como Olena, de 17 años y procedente de una localidad cercana a la capital ucraniana, Kiev. Rubia, esbelta y con ojos azules claros, encaja perfectamente en el canon de belleza europeo y sería de gran valor para las redes de explotación sexual. Pero no está especialmente preocupada por las mafias. «Creo que la gente es buena, nos está ayudando mucho», dice en inglés.

Esa confianza, lógica tras escapar de las bombas y recibir todo tipo de atenciones, puede ser contraproducente. «No podemos pensar que, como esto es Europa, aquí no hay mafias como las de otros lugares menos desarrollados. Traficantes hay en todo el mundo. Lo hemos visto con los migrantes que llegan a España o Italia desde África, y con lo que sucedió también en los Balcanes», analiza Cecon.

Por eso, es clave ofrecer a las mujeres un sustento durante el tiempo que estén fuera de Ucrania. «Es necesaria una perspectiva de género para esta crisis. Hace falta protección contra la explotación sexual, higiene y salud femenina, apoyo psicosocial por la separación familiar, maternidad, y también una forma para que las mujeres se ganen la vida», apostilla.

En la frontera, ya hay ONG que están trabajando en esa dirección: algunas ofrecen ayuda específica para las mujeres que llegan, otras se centran en los niños. Todas hacen hincapié en la necesidad de superar la tendencia a dar golosinas. «Las necesidades de los refugiados van a ir cambiando cuando acabe la fase de emergencia y se van a alargar mucho en el tiempo. Por eso, hay que tener a gente bien formada cuidando de ellos», remarca Elder. Lo que todos temen es que la crisis humanitaria se cronifique. «Dependerá de cuánto se alargue la guerra y de cómo acabe el país tras ella», concluye Cecon. Entre los refugiados, la esperanza es una: «Que esto acabe rápido y que nuestra familia siga viva después».

«El principal problema es, y va a ser, el alojamiento»

«Que la gente en Europa se haya movilizado para echar una mano es magnífico, pero hay que hacerlo correctamente», indica Francesco Cecon, de Save The Children. Quizá montar en una furgoneta con material y viajar hasta la frontera en busca de refugiados no sea la mejor fórmula. «Es mejor apoyar a las organizaciones que están sobre el terreno y conocen cuáles son las necesidades en cada momento. La gente cree que hacen falta alimentos y mantas, pero no es el caso», subraya el portavoz de ACNUR, Chris Melzer. Todos inciden en que las necesidades materiales están cubiertas, así como las sanitarias. «El principal problema es, y va a ser, el alojamiento», explica Melzer. Por eso, multitud de familias polacas han preparado habitaciones que ponen a disposición de las Autoridades para alojar a refugiados. «La clave es evitar que nuestra presencia no sea contraproducente», señala Cecon, en referencia a los europeos que llegan hasta la frontera.

 TITULO:   EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. -  La muerte cívica   ,.

 EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. -  La muerte cívica     ,.  fotos,.

 La muerte cívica  ,. 



En zona de guerra. La guerra alimenta la psicosis, la delincuencia y el odio interétnico entre los vecinos de un país lastrado por tragedias y matanzas,.



Son las doce de la noche en Odesa. La quietud es la norma, que solo se salta algún perro callejero con esporádicos ladridos. Hasta que empiezan a hablar las armas: Pa. Tatatatatá. Pa. Tatá...

Suenan a kalahsnikov. En pleno centro de la ciudad. Después, la noche se vuelve azul neón. El color de las luces rotativas de los coches de Policía, que dan vueltas y más vueltas, como buscando a los autores de los disparos. Al amanecer, ninguna fuente oficial sabe explicar qué ha pasado. Pero hay ciudadanos que susurran: «Saboteadores; Putin tiene infiltrada una quinta columna preparando la invasión».



La guerra ha vuelto paranoicas a las autoridades ucranianas. Los periodistas internacionales son abordados una y otra vez y sus cámaras, revisadas al milímetro. «Está prohibido -les advierten- tomar fotos de soldados o de estructuras públicas o militares». Cada extranjero, piensan, puede esconder a un espía ruso. «Están por todas partes», se excusa un teniente para justificar el inevitable cacheo. Vladímir, un industrial de Kiev implicado con la defensa de la ciudad, confía a este reportero: «Tenemos nuestra propia contrainteligencia. Si os pillamos tomando imágenes que puedan poner en riesgo nuestra seguridad, podéis acabar en la cárcel por colaboracionismo».

Tiene sentido. Hasta se comprende cuando se constata que los militares caen a cientos por los misiles que les llueven desde el aire, descargados por drones y aviones. Es la muerte silenciosa.

Este ambiente desquiciado afecta gravemente la coexistencia entre comunidades. Con ucranianos étnicos, ya sean de habla local o rusa, conviven albaneses, tártaros, polacos, judíos, armenios, azeríes… Y rusos. «Es de locos. Como dijo el presidente Zelenski, los rusos vienen aquí de vacaciones. Incluso viven entre nosotros. Muchos tienen familia... Se les ha recibido siempre maravillosamente, y ahora una mayoría apoya la invasión. Quieren que nos maten», comenta Olya, una madre de familia de Leópolis. Igor, su marido, apunta una explicación: «Muchos ciudadanos de Rusia ni saben que hay guerra. Se tragan la propaganda de sus gobernantes. El conflicto no sale en los medios o lo hace de manera muy tendenciosa». El matrimonio está muy preocupado por sus dos hijas. El colegio está vedado, salvo para los exámenes, y estudian en casa. «No pueden ni disfrutar de la televisión, porque en todos los canales hay discursos patrióticos. El estrés es terrible para los niños», aseguran.

Sergi, ciudadano de Vinnitsya de 41 años, fue profesor de kick boxing en Portugal. Después, se empleó como guardaespaldas de autoridades en Madrid. «No hay nada que hacer con los rusos -mantiene-. Mi tío emigró a Siberia y ahora es uno más de ellos. Hace poco, mi padre le llamó y comentaron los acontecimientos. Mi tío le dijo que la guerra nos la teníamos merecida. Que era culpa nuestra». Ahora, los hermanos no se hablan.

Un pasado de matanzas

Las balas y las bombas siempre azuzan las fobias entre nacionalidades e ideologías. Y en Odesa se aprecia singularmente bien. La 'perla del mar Negro', que en estas horas de asedio bélico contiene la respiración ante la posibilidad de un inminente desembarco enemigo, es conocida por su arte, sus edificios barrocos y sus playas. Pero también por las grandes tragedias que han regado de sangre su historia. Un pasado de matanzas largo de enumerar: durante la Revolución rusa, con la rebelión del acorazado 'Potemkim' y la posterior represión zarista; bajo el régimen de Stalin, con sus terribles purgas de los años treinta; a manos de los nazis, que exterminaron a decenas de miles de judíos tras asaltar a fuego la ciudad... Luego llegaron las revueltas del Maidán, en mayo de 2014. Grupos prorrusos se echaron a la calle y tomaron algunos edificios gubernamentales, protagonizando escaramuzas que acabaron con la muerte de un miliciano proucraniano. La reacción no se hizo esperar: 46 simpatizantes de Vladímir Putin fueron arrinconados por una muchedumbre liderada por ultraderechistas en la llamada 'Casa de los Sindicatos de Odesa' y quemados vivos. Las heridas jamás cicatrizaron, y la guerra las ha reabierto en canal.

Voluntaria. Anna, de 27 años, oriunda de los Urales, distribuye género humanitario en el mercado del Dragón Rojo. / M. Gutiérrez-Garitano

«Hay ciudadanos de Odesa esperando que lleguen los soldados rusos; espiando para ellos. No cabe duda. Aunque son pocos en número; la mayoría, gente mayor, nostálgicos de la época soviética -describe Katya-. Pero también hay autoridades locales; tipos vinculados con la mafia y con el propio Putin. Esos son los verdaderamente peligrosos». Como el 25% de los habitantes de la ciudad, Katya es rusa, de San Petersburgo, si bien ahora ejerce de voluntaria en el movimiento de defensa popular ucraniano. Ella y su marido se sienten de aquí más que de cualquier otro sitio. Lo mismo que su amiga Natasha, que regenta el restaurante más popular de la urbe portuaria: «Ayudamos desde 2014 al movimiento proeuropeísta, alimentando a los civiles que colocan sacos terreros y cosen redes de camuflaje. Solo por eso nos pusieron una bomba. Y una vez que estaba de visita en San Petersburgo, de repente empezaron a golpearme la puerta del apartamento gritando: 'Te vamos a matar, traidora'. Fue terrorífico. Desde entonces, tengo miedo de lo que pueda pasar. Ya no he vuelto a Rusia».

«Parar este horror»

También es rusa Anna, de 27 años, oriunda de los Urales y hoy voluntaria en el puesto montado por la comunidad judía en el mercado del Dragón Rojo. «Me encargo de clasificar las mercancías que llegan de donantes. Aquí hay -señala varios artículos- material de higiene; allá, medicinas; y allí, ropa».

- ¿Qué hace una joven rusa en un puesto de voluntarios de apoyo al Ejército ucraniano?

- Sí, soy rusa, pero no estoy de acuerdo con esta guerra. Llevo en Odesa cuatro años con mi novio, que también es ruso. Aquí se nos acogió muy bien. Nos sentimos miembros de esta comunidad. Así que ponemos nuestro granito de arena para parar este horror.

Kiril, otro activista que procede de Leópolis, asegura que en Ucrania no se margina a la gente por su procedencia. «Yo no hablo ucraniano, solo ruso. Pero nadie me ha hecho de menos por ello nunca -reconoce-. Putin dice que somos nazis, pero son puras difamaciones. El pueblo ucraniano es tolerante. Además, tras la invasión, no va a quedar un solo prorruso en el país. A nadie le gusta esta barbaridad».

Mitri, de 41 años, coordinador de voluntarios en el mercado, no se declara tan diplomático: «Pues sí, hay entre nosotros gente que desea el triunfo de Putin y vernos aplastados. Te contaré algo. Ayer, una amiga mía escapaba de Kiev cuando los rusos dispararon a su coche. Su hija de 9 años recibió un balazo y su brazo quedó amputado. Hay gente que nos saluda y vive entre nosotros pero se alegra de este tipo de salvajadas».

La guerra mata al civismo. Los odios interétnicos son debidamente cebados, mientras aumentan otros delitos. El 8 de marzo, un periodista suizo fue asaltado en Mykolaiv. Tirotearon su vehículo y le robaron hasta el pasaporte. Salió indemne, pero otros no son tan afortunados. Mujeres y niños en fuga han empezado a caer en manos de traficantes de personas. Es el negro légamo de la batalla, que todo lo pervierte. La paz y la convivencia caen presas del odio y la violencia. La invasión militar acaba con seres humanos y genera grupos irreconciliables a muerte. La guerra no da otra salida que la supremacía de los victoriosos sobre los vencidos.

    TITULO:  Donde comen dos  -Tres décadas de tomate mansillés,.

Tres décadas de tomate mansillés,.

La trigésima edición de la Feria Agroalimentaria del Tomate de Mansilla espera que las ventas sean proporcionales a la cosecha, que se augura igual o mayor que en años anteriores | La calidad y el sabor inconfundible de esta preciada hortaliza volverá a llenar de gente esta localidad leonesa el próximo 25 de agosto, foto,.



Con sabor leonés, de piel muy fina, rápida maduración y una ligera acidez. Con seis lóculos interiores frente a los cuatro del resto de estas hortalizas, con mucha carne y un sabor intenso. Así es el tomate de Mansilla de las Mulas. Con todas estas características se puede decir que, ¡aquí hay tomate! Este plato estrella, cuyo gusto viene dado por el terreno arcilloso y pedregoso, supone un gran impulso económico para la localidad.

El crecimiento del tomate, y por tanto de la cantidad de producción, coincide con la luna llena, lo que ha provocado que este año en Mansilla de las Mulas se espere cumplir e incluso superar las expectativas de esta ansiada hortaliza. A pesar de haber sido una cosecha tardía, el día 25 de agosto la localidad del sur de León espera volver a llenar sus calles de gente dispuesta a disfrutar de este manjar que llega con más calidad que nunca.

« Esperemos que se venda todo o casi todo», aseguraba Francisco García, uno de los dos productores que se dedican profesionalmente al sector en la localidad. Aficionados y comerciantes tienen unas altas expectativas puestas en esta trigésima jornada de la Feria del Tomate de Mansilla, ya que «la gente está deseando comprarlo».

Reconocimiento al tomate de Mansilla

Un tema pendiente que parece que cada vez se aleja más de esta localidad leonesa es el reconocimiento de Denominación de Origen o de Indicación Geográfica Protegida. «Es casi imposible conseguirlo, piden una cantidad de producción o unas hectáreas plantadas, es exagerado, para eso debería ser el 80 % de la zona regada por el río desde Cistierna hasta Valencia de Don Juan», lamenta Francisco.

A pesar de que son muchos los aficionados o gente que se dedica a la cosecha del tomate de forma minoritaria, haría falta mucha más extensión de cultivo. Y es que unicamente dos agricultores se dedican profesionalmente a este producto en Mansilla. Además de los cultivadores locales se espera la llegada a esta cita de otros de pueblos cercanos y del resto de la provincia.

585 toneladas

Aproximadamente una treintena de puestos abarrotarán de kilos de esta verdura la Plaza del Grano del municipio, en los que se podrán degustar estas hortalizas, que lucharán por conquistar los paladares y optar a los galardones. Los tomates más ricos serán los que se hagan con los premios al tomate de oro y de plata.

Aunque la calidad sea inmejorable y el calor y la ausencia de enfermedades avecinen una cosecha de 585 toneladas en la provincia de León, las 9 hectáreas de plantación no son suficientes. Desde la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) creen que siguen siendo unas cifras bajas, algo que avalan los datos que muestran como la cantidad de hortaliza ha ido bajando con el paso de los años.

Un año más, esta tradicional feria espera seguir siendo un referente a nivel gastronómico en la provincia e intentará conquistar a los visitantes más exigentes que decidan acercarse a degustar este suculento manjar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario