martes, 15 de marzo de 2022

Documaster - Carmen Laforet, mucho más que 'Nada' ,. / Al Médico - ¿Por qué se me tuercen tanto los tobillos? ,./ Tarde de café - La Cruz Villanovense empata en Madrid,.

  TITULO:  Documaster -   Carmen Laforet, mucho más que 'Nada',.

 Carmen Laforet, mucho más que 'Nada',.

En su centenario, la muestra 'Próximo destino' ahonda en la compleja personalidad y de la narradora | Invita a redescubrir su obra a través de manuscritos inéditos, documentos, artículos, fotos y objetos personales,.


foto - Carmen Laforet,.

Carmen Laforet (1921-2004) es mucho más que la autora de 'Nada', la novela que agitó el gris y aletargado panorama literario de la posguerra y consagró a su joven autora con el Premio Nadal en 1944. En el 'Año Laforet' el Instituto Cervantes y Acción Cultural Española (AC/E) le dedican la exposición 'Próximo destino', que repasa la figura y la obra de la escritora reivindicándola como una de las más influyentes del siglo XX.

En cartel hasta el 29 de mayo, la muestra recorre la trayectoria vital y creativa de Laforet a través de más de dos centenares de piezas: manuscritos inéditos, documentos, artículos, fotografías familiares, pinturas, cartas, audiovisuales, dibujos, objetos personales como su máquina de escribir, -una Olivetti azul-, su pluma, y diversas ediciones de sus demás libros, eclipsados por la importancia de 'Nada'.

La pieza estelar son las primeras páginas del manuscrito de 'Nada'. Siete cuartillas con su apretada letra y sus tachaduras que se exhiben por primera vez. Tampoco se había expuesto nunca el mecanoscrito que Laforet presentó al Nadal ni se había difundido una grabación con la voz de la autora leyendo el primer capítulo de su legendaria novela, procedente de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.

Se exhiben ahora junto a dos informes sobre 'Nada' de 1945 en los que los censores franquistas tachan a la novela de «morbosa» y dicen que atenta «contra el dogma o la moral». La califican de «insulsa, sin estilo ni valor literario alguno» para concluir que «no hay inconveniente en su autorización».

La muestra incluye un ejemplar de su primera edición en Destino en 1945, dedicada por Laforet a su futuro marido, Manuel Cerezales, quien en 1944 regentaba una pequeña editorial y le recomendó que probara a presentarla al recién creado Premio Nadal. Laforet la escribió con sólo 23 años. Era un perfecta desconocida en el mundillo literario, pero cambió el paso de la literatura española narrando en primera persona las desilusiones de la joven Andrea, que verá sus sueños desmoronarse por culpa de un ambiente asfixiante, excusa de la autora para criticar a la burguesía barcelonesa de posguerra.


Carmen Laforet y Manuel Cerezales con sus cinco hijos. La escritora, de niña en la playa de la Canteras y el manuscrito de 'Nada' / R.C.

«Laforet no se agota en su primer título. Después de 'Nada', hay mucho más, y ese mucho hay que descubrirlo», desafía José Teruel, profesor de literatura y comisario junto a Ana Cabello de una muestra «que recrea el espíritu de una mujer decisiva en nuestra cultura», según Luis García Montero, director del Cervantes.

Modelo

«Su producción se sostuvo en el tiempo y tiene una gran coherencia», asegura Ana Cabello, que destaca a Laforet como «modelo e impulso motor para otras escritoras». «Fue una referencia para muchas escritoras, no solo de la posguerra, sino actuales, como Rosa Montero, Soledad Puértolas, Juana Salabert o Marta Sanz», dice Agustín Cerezales Laforet, uno de los cinco hijos de autora y responsable de las actividades del 'Año Laforet', el centenario que comenzó en septiembre pasado.

La exposición propone redescubrir las otras novelas de Laforet: 'La isla y los demonios' (1952); 'La mujer nueva' (1955), sobre su reconversión al catolicismo, y Premio Nacional de Literatura 1956; 'La insolación' (1963); 'Paralelo 35' (1967), que marcó el inicio de su más largo silencio narrativo, y 'Al volver la esquina' (1975), que no quiso publicar -apareció tras la muerte de la escritora- y de la que se exponen las galeradas (pruebas de imprenta) con anotaciones de la autora y tres folios escritos a máquina.

También se exponen sus libros de cuentos, -'La niña y otros relatos' (1953) y 'La llamada' (1954)- novelas cortas,- 'El piano' (1952), 'Un noviazgo' (1953), 'La llamada' (1954)-, sus dos libros de viajes -'Gran Canaria' (1961) y 'Mi primer viaje a USA' (1981), muchos de sus 400 artículos y parte de su correspondencia con Ramón J. Sender, Elena Fortún, Juan Ramón Jiménez, Gerald Brenan o José María Pemán.

Destacan los comisarios que 'Nada' es la novela española con más traducciones, después del Quijote, e incluyen en la muestra 120 cubiertas en muchos idiomas: desde la primera traducción al francés en 1948 hasta la reciente versión en persa, de 2021. La última es la traducción al ucraniano, llegada a España hace unos días desde Kiev, la masacrada capital del país invadido por Putin, y sin tiempo para reproducirla en la exposición junto a las versiones de 'Nada' en italiano, inglés, alemán, sueco, neerlandés, portugués, chino, árabe, búlgaro, checo, coreano y un largo etcétera.

Largos silencios

Nacida en Barcelona el seis de septiembre de 1921, Carmen Laforet pasó su infancia y adolescencia en Canarias. Regresó a Barcelona en 1939, recién acabada la guerra, para estudiar Filosofía y Derecho, carreras que no concluyó. Había perdido a su madre, y su padre se había vuelto a casar. En 1942 se trasladó a Madrid, donde escribiría 'Nada', toda una convulsión en el páramo de la literatura española de posguerra que incidió en la renovación que Cela inició ese año con 'La familia de Pascual Duarte' y que en 1947 confirmaría Delibes adjudicándose el Nadal con 'La sombra del ciprés es alargada'.

Tras su separación matrimonial del periodista y crítico Manuel Cerezales, con quien tuvo cinco hijos en once años, Laforet se instaló en Roma, donde pasó una larga temporada alejada del mundo editorial, hasta que inició la trilogía 'Tres pasos fuera del tiempo' que se abría con 'Insolación' y que no vería concluida. La segunda entrega, 'Al volver la esquina', no vería la luz hasta poco después de su muerte.

Se pasó Laforet más de media vida huyendo del bullicio y la fama. Desde que aquella tímida muchacha concitara elogios unánimes con su primera novela, las exigencias de la vida pública y los cenáculos literarios se le hicieron muy cuesta arriba. Jamás dejó de escribir, pero publicó con cuentagotas y mantuvo larguísimos silencios. Fallecida en Madrid el 28 de febrero de 2004, padeció demencia senil en la última década de su vida.

  TITULO:  Al Médico - ¿Por qué se me tuercen tanto los tobillos?,.


Los esguinces también exigen entrenar el cerebro para volver a pisar bien,.



foto / Sufrir esguinces es frecuente y más si se practican deportes de saltos como baloncesto o voley. Pero hay personas que se tuercen el tobillo cada dos por tres, sin motivo aparente. Sienten como si tuviesen los ligamentos blandos, que no les sujetan. Y, en muchas ocasiones, lo achacan a lesiones mal curadas que han dejado sus tobillos flojos. Pues no. La percepción que tienen es equivocada, los esguinces no dejan los ligamentos 'dados de sí' como nos puede parecer. Lo que sucede es que provocan que nuestro cerebro no perciba la postura en la que colocamos el pie al andar. Y ese es el origen de las nuevas torceduras. ¿Lo bueno? Que tiene solución y hay ejercicios que permiten recuperar la pisada correcta.

Los esguinces ya no se rehabilitan inmovilizando el tobillo durante semanas como antes. «Han cambiado los protocolos. Ahora lo indicado es apoyar, andar y hacer ejercicio desde el principio, a no ser que se trate de un esguince de gravedad que impida pisar», señala el doctor Quim Chaler, de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF). Los vendajes y la inmovilización tampoco están indicados para esta lesión, porque provocan «una mayor debilidad muscular» y «que tardemos más tiempo en recuperarnos».

Así que si nos doblamos el tobillo, nada de quedarnos tirados en el sofá y con el pie en alto. «Es importante seguir andando, pisar en cuanto nos sea posible, incluso con dolor», coincide Raúl Ferrer, del Colegio de Fisioterapeutas de Madrid. Y comenzar con ejercicios de rehabilitación.

Fuera tobilleras

Pero antes de lanzarnos a trabajar en la recuperación, debemos tener claro que no es un problema solo del pie, sino también de la 'cabeza'. El médico catalán especialista en rehabilitación explica las consecuencias que tiene el esguince en nuestro cerebro y cómo influye en que podamos (o no) ponerlo a punto de nuevo. «Los ligamentos son una especie de cuerda que estabiliza el pie. Tienen receptores propioceptivos y gracias a ellos el cerebro puede identificar en qué posición se encuentran el tobillo y el pie cuando apoya en el suelo y cuando está en movimiento. El esguince altera el sistema propioceptivo, la información que recibe el cerebro de cómo está posicionado el pie y nos crea inestabilidad», detalla. O, lo que es lo mismo, pisamos mal –solo con el lateral del pie, por ejemplo– sin darnos cuenta y entonces nos lo doblamos con más facilidad.

«Hace tiempo se pensaba que tras un esguince, los ligamentos quedaban flojos pero no es así. O se rompen o no se rompen, pero no se quedan blandos», completa Ferrer. «La idea de que debemos fortalecer los ligamentos está abandonada. La clave de la rehabilitación es trabajar equilibrio y precisión en el apoyo», añade este fisioterapeuta.

Una buena labor de recuperación precisa tanto trabajar «la movilidad del tobillo» como «la estabilidad postural en la pisada», coincide Chaler. Saltar a la pata coja o mantener el equilibrio en una superficie irregular son buenos ejercicios para recobrar la percepción de nuestro apoyo, propone el especialista.

Y las tobilleras que utilizan las personas que tienen esa sensación de ligamentos de chicle –después de haber sufrido varios esguinces–, tampoco son aconsejables. «Ni previenen, ni facilitan, ni recuperan. Y dan una sensación falsa de seguridad. Pueden provocar, incluso, inestabilidad crónica en los tobillos». ¿La razón? «El cerebro no recibe la información real y percibe que el tobillo está curado y no hace el trabajo que tendría que hacer. Queda una laguna en el aprendizaje de volver a pisar bien», detalla el fisioterapeuta madrileño.

La buena noticia es que, aunque llevemos años acumulando torceduras, tiene solución. El cerebro es capaz de recuperar esa percepción de pisada correcta, hasta en personas mayores, coinciden los expertos.

Estos ejercicios ayudan a curar y corregir torceduras

Los esguinces precisan un trabajo de rehabilitación. Iñigo Álvarez, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y fundador y entrenador de SUT Training, propone ejercicios que se pueden hacer a diario. Estaría bien acompañarlos con algo de actividad física: gimnasio, nadar...

1.Trabajar la movilidad del tobillo

Sentados o tumbados con la rodilla extendida, realizar giros con el tobillo. Una manera muy sencilla es escribir el abecedario con el pie. Y de esta manera nos aseguramos de trabajar todos los rangos.

2. Ejercitamos la fuerza del pie

Sentados en una silla y con una toalla en el suelo, jugamos a coger la toalla con los dedos de los pies. Podemos hacer tres series de veinte repeticiones cada una de ellas

3. Rutinas para aumentar la fuerza de los tobillos

Nos sentamos en el suelo con la pierna extendida y en posición paralela a una pared. Con el tobillo a noventa grados, empujamos la pared con el pie (hacia fuera) durante cinco segundos. Hacemos tres series de seis a ocho repeticiones. Podemos llevar a cabo el mismo tipo de ejercicio empujando el pie lesionado contra el otro, hacia dentro..

4. Mejorar la propiocepción del tobillo.

Para ello, caminaremos con las puntas de los pies y con los talones tres series de diez metros. En este apartado incluiríamos el trabajo a la pata coja. Jugamos con abrir y cerrar un ojo, los dos… Hacemos de seis a ocho repeticiones de unos 30 segundos cada una y de tres a cuatro series en cada pie.

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Y en nuestra vida diaria

En nuestras rutinas diarias también podemos llevar a cabo algunos ejercicios. Raúl Ferrer, fisioterapeuta del colegio de Madrid, explica que, tras un esquince, el trabajo que se hace en el gimnasio bajo supervisión de los profesionales es muy importante, pero no suficiente. «Esa hora de rehabilitación no es bastante, hay que ejercitarse más tiempo y durante los siete días a la semana», aconseja. Algunas ideas: «Subir las escaleras de dos en dos y de tres en tres o recurrir al bosu –una plataforma que sirve para trabajar el equilibrio– y mantenernos encima pisando a la pata coja.

El fisioterapeuta madrileño señala que tras el esguince es importante cargar el pie afectado de forma progresiva. Y propone «empezar por el 20% del peso del cuerpo».

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La Cruz Villanovense empata en Madrid,.



A pesar de tener la permanencia en el bolsillo, La Cruz Villanovense se vuelve a mostrar como equipo muy serio en su visita al campo del Unión Adarve (0-0). Volvió a sumar fuera de casa y eso que el



 conjunto madrileño afrontaba el partido como una final para apurar sus opciones de permanencia. Los serones llegaron a acariciar la victoria en la recta final, en acciones a balón parado que crearon mucho peligro a los locales,.

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