TITULO: REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - ¡ ATENCIÓN Y OBRAS! CINE - CARMEN POSADAS,.
¡ATENCIÓN Y OBRAS! CINE -
¡Atención y obras! es un programa semanal que,
en La 2, aborda la cultura en su sentido más amplio, con especial
atención a las artes escénicas, la música, los viernes a las 20:00 presentado por Cayetana Guillén Cuervo, etc, foto,.
CARMEN POSADAS,.
Me tuve que tomar un gin - tonic para escribir una escena muy dura de mi nueva novela,.
A Carmen Posadas, de su origen exótico, le queda un desvaído acento
delicioso y delicado, y la conciencia de ser, en parte, suramericana, de
hecho pertenece al grupo de mujeres de esta procedencia de elocuente
nombre: "Sudacas reunidas".
De
padre diplomático, desde muy niña, siempre se vio obligada a viajar. En
lo que, en un principio, puede parecer una desventaja por albergar un
sentimiento de "no pertenecer exactamente a ningún sitio", Carmen
desarrolló una cosmovisión diferente, así como un sentimiento mayor de
tolerancia. Este conglomerado de paisajes, vivencias y emociones quizá
fuera el responsable de despertar en ella una especial sensibilidad que
canalizaría mediante la narración de historias para niños. Porque para
escribir para niños se debe echar mano, no sólo de la imaginación, sino
también del niño asustado que todos llevamos dentro. Escritora
disciplinada con numerosos proyectos, opina que en la vida hay un tiempo
para la pasión y otro para el amor.
Como escritora infantil ha
publicado más de una decena de libros para niños, entre ellos:
"Historias bíblicas, Hipo canta y Kiwi". Con uno de ellos, "El señor
viento Norte", consiguió el Premio Nacional de Literatura al libro mejor
editado en 1985. Su primer trabajo, fuera de este género, fue en 1986,
"Es-cenas improbables", en colaboración con Lucrecia King-Hedinger. De
temática más sociológica publicó "Yuppies, jet-set, la movida y otras
especies. Manual del perfecto arribista", en mayo del 87. Un año después
publica "El síndrome Rebeca. Guía para conjurar fantasmas amorosos".
La
década de los 90 no será menos fructífera para Carmen Posadas, ya que
entre los 13 libros que publica en estos años, toca prácticamente todos
los géneros literarios: teatro, cuentos, novelas y ensayos. Entre los
títulos encontramos la obra de teatro "El tulipán rojo"; las novelas
"Cinco moscas azules" o el Premio Planeta "Pequeñas Infamias "y, entre
los cuentos destacan "Liliana, bruja urbana" y "Nada es lo que parece".
¿Qué
supuso para Ud. ganar el Premio Planeta? Gracias a él, los lectores han
tenido la oportunidad de conocerla cuando ya llevaba más de 20 años en
el mundo de la literatura, ¿es cierto que en este país ser escritor se
considera una profesión "de pega" si uno no se ve refrendado por un
galardón o una publicación?
Sí, es cierto, en este país, un
escritor o publica, o tiene éxito, o, directamente, se muere de hambre.
No es como lo que sucede con los abogados porque se puede ser un
abogado medio y vivir de su profesión, aquí sobreviven los que realmente
escriben bien. Por eso, ganar el Premio Planeta me ha ayudado, a pesar
de que yo me dedico mucho a la literatura infantil. Pero es que la
literatura infantil es totalmente diferente. Yo tengo libros escritos
desde hace 15 años que se siguen reeditando pero si no, en esta
profesión todo es muy efímero, por ello al recibir un premio es como un
reconocimiento, algo más duradero.
Como escritora de
cuentos infantiles y también de relatos para adultos, ¿piensa que el
cuento ha sido un tanto denostado, como si fuera un género menor cuando
en otras culturas existe una tradición cuentística importante?Sí,
es cierto. Personalmente yo he tardado mucho en escribir una novela. Mi
primera novela la escribí con cuarenta años pero, en cambio, tenía
libros de cuentos publicados. Pero el cuento no se considera, es como un
subgénero, un género menor cuando hay escritores como Borges que nunca
escribieron una novela. Es una cuestión de tradición, en España por las
razones que sean no ha habido cuentistas y (el cuento) está en segunda
fila. El cuento es un género muy difícil.
En este
sentido, ¿cultiva géneros diferentes para expresar o canalizar
sentimientos diferentes? ¿O tal vez no lo planifica y no sigue una pauta
específica a la hora de escribir? Depende. A mí, por
ejemplo, se me dan mejor las distancias cortas. Yo creo que soy mejor
cuentista que novelista pero los críticos no están de acuerdo, les
gustan más mis novelas. Depende, porque son dos cosas distintas.
Cortázar decía que el cuento es como una fotografía y las novela como
una película. Yo creo que eso lo explica bastante bien en el sentido que
en el cuento tienes que abrir el mundo de la ficción y de los
personajes para cerrarlo en un muy corto espacio de tiempo, mientras que
en la novela tienes que poner un poco de "paja".
¿Qué diferencias hay entre escribir cuentos para el público adulto y el público infantil?En
general, el público infantil es bastante más difícil. En el sentido de
que a los niños o les gusta un libro o, directamente, lo tiran. En
cambio, los mayores igual se leen el Ulises porque les han dicho que es
maravilloso y que uno es idiota si no consigue acabarlo, pero en
literatura infantil tienes que adaptarte mucho más al lector y, por otro
lado, es más agradecido porque también sabes cuando realmente has
conectado.
¿Qué cómo se hace? Bueno pues cuando uno escribe para
niños tienes que buscar el niño que has sido ¿no? y acordarte de qué era
lo que te hacía reír, lo que te hacía asustarte y todo eso. Y, en
cambio, cuando eres mayor lo que haces es retratar lo que ves.
Entonces, ¿se basa en la experiencia diaria a la hora de escribir?Claro, en la experiencia o bien en lo que uno ha querido vivir y no ha podido.
En
alguna de las columnas que ha escrito confesaba que algunas personas
confundían su timidez con frialdad, ¿piensa que ésa es su particular
"corazón coraza", que diría Benedetti? ¿Qué todos adoptamos una pose a
la hora de socializarnos y, sobre todo, en el amor?
Uno va
con la máscara puesta siempre, por supuesto. Pero aparte de eso, los
tímidos no es que vayamos con una máscara es que tienes la dificultad
añadida de que, por más que quieras, no consigues quitarte ese lastre
tremendo que es la timidez. Entonces yo escribí ese artículo porque
siempre me ha sorprendido que la gente comente que yo soy antipática
cuando yo estoy sufriendo horriblemente. Así que cuando yo lo paso mal,
va y resulta que la gente comenta que soy antipática. Luego, también ha
sido curioso que ese artículo ha generado un montón de cartas de gente
que me comenta que se siente identificada y que tienen el mismo
problema.
Carmen, ¿cómo piensa Ud. Que influye el amor en nuestras vidas? ¿Y el destino?Bien,
el destino yo creo que influye mucho en nuestras vidas pero no pienso
que nos rija absolutamente. Imagínate que la vida es un barco, el
destino sería como un barco o como una tormenta o todos los agentes
externos pero uno continúa teniendo el timón y puede maniobrar. Por
supuesto que a veces puede haber un vendaval horroroso que te tire abajo
pero yo quiero pensar que algún tipo de posibilidad de maniobra sobre
nosotros sí tiene. Yo creo mucho en la voluntad. Y, en realidad, todo lo
que he hecho en mi vida era porque era muy perezosa y me dije, bueno
Carmen, no puedes ser tan perezosa, tienes que hacer cosas. Por ello
todo lo que hecho a sido a base de fuerza de voluntad.
Hace
algún tiempo salió un informe sociológico en el que se evidenciaba que
las pequeñas mentiras eran necesarias para a la vida de hombre en
sociedad, ¿También lo serían las Pequeñas infamias?
Bueno,
eso es distinto porque las pequeñas mentiras sí son necesarias. Uno no
puede ir por ahí diciéndole lo que piensa de las personas a la cara,
sería un desastre. En cambio, en la vida hay muchísimas pequeñas
infamias: la pequeña traición, la pequeña falta de generosidad, fallarle
a alguien un poquito y es bastante terrible porque cuando alguien es
víctima de una gran infamia, de una gran injusticia la gente se da
cuenta y se compadece de ti, pero cuando eres blanco de una pequeña
infamia, nadie se da cuenta. Entonces te sientes muy sola.
Por
su propia biografía (hija de un diplomático uruguayo), y su condición
de viajera, ¿se ha sentido alguna vez un tanto apátrida? Sí,
en general yo ya no soy de ningún lado. Quiero decir que si voy a
Uruguay me siento bien porque es un país que yo quiero, al fin y al cabo
es el país donde nací, pero tampoco me siento de aquí. Entonces, eso
tiene un precio bastante alto puesto que nadie nos considera de su
bando. Pero, por otro lado, es que tienes una ventaja muy grande y es
que eres bastante libre y bastante tolerante porque no te extraña nada
la actitud de los demás. Como has vivido muchas circunstancias
diferentes pues sabes que no existe una única verdad, con lo cual te
llevas menos desengaños con la gente. Eres mucho más tolerante con la
gente, con lo cual también eres más feliz que la gente que tiene un
mundo más pequeño en el que todo se circunscribe a lo que opina su tía, o
la vecina. Es una existencia un poco pobre. Mientras que si has vivido
en muchos sitios ni te acuerdas de lo que ha dicho tu tía. (Risas).
Ahora
que está en auge la literatura femenina, ¿piensa que el hecho de que se
considere que las mujeres tenemos una sensibilidad especial es un
tópico o responde a una realidad?
A mí me molesta mucho lo
de la "literatura femenina" en el sentido de que muchas mujeres, ahora
que está de moda este tipo de literatura, las escritoras tratan de hacer
una literatura hiperfemenina que se traduce en una literatura de
mujeres para mujeres y, entonces, ésto es como meterte deliberadamente
en un gueto, como hacer un subgénero. Yo creo que todo lo que nos rodea
nos condiciona a la hora de escribir y sobre todo condiciona el género
pero no lo puedes utilizar como bandera. Va a traslucir en la obra, pero
no lo puedes utilizar así porque, al final, lo que creas es una mala
literatura.
¿Qué hacen en "Sudacas Reunidas"? La
idea surgió para crear unos premios literarios en los que la gente más
sensibilizada con esta gente y otros para los que peor se hubieran
portado. Lo que hemos hecho poco a poco, además de llamarnos "Sudacas
Reunidas" es quitarnos la connotación peyorativa y crear un ambiente más
relajado, más distendido porque al fin y al cabo los españoles pudieron
emigran a Suramérica en los momentos difíciles.
¿Qué tipo de actividades organizan?
Ahora,
por ejemplo, lo que tenemos previsto es un gran concierto cuya
recaudación se va a donar a las víctimas, a las mujeres refugiadas, en
concreto mujeres, puesto que nosotras somos todo chicas. Entonces vamos a
hacer un concierto muy grande con un cartel impresionante, os vais a
quedar todos impresionados pero, por el momento, no puedo adelantarte
nada porque hay algunos no están cerrados todavía.
En el periodo 88/89 Ud. ofició como periodista en TVE, ¿qué prefiere entrevistar o que la entrevisten?
Prefiero
que me entrevisten. A mí entrevistar me agobia muchísimo. Nunca sé qué
preguntar exactamente, en que momento cortar, etc. Prefiero mucho más
que me entrevisten.
En el campo periodístico, ¿qué prefiere el mundo de la televisión o el de la escritura? Prefiero
escribir a pesar de que da mucho menos dinero. Me han hecho muchas
ofertas y ofertas de lo más tentador para televisión. Pero yo creo que
es un mundo muy difícil y que, además, quema mucho porque si te
equivocas en televisión... Y, en realidad, lo mío es escribir así que
prefiero quedarme en mi mundo y hacerlo lo mejor posible y no meterme en
otro que me quita mucho tiempo, mucha dedicación y que a lo mejor me da
dinero pero no me da la satisfacción que me aporta la escritura.
¿Piensa realmente que el amor puede ser eterno?
Sí, absolutamente.
TITULO: EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - VIAJANDO CON CHESTER , ,Va por usted, maestro Adrián,.
VIAJANDO CON CHESTER
Viajando con Chester es un programa de televisión español, de género
periodístico, presentado por Pepa Bueno, en la cuatro los domingos las 21:30, foto, etc.
Va por usted, maestro Adrián,.
foto
Todavía colea, y es normal, el caso del chiquillo valenciano que quiere
ser torero. Adrián, como saben, tiene menos de diez años y padece un
sarcoma del que se está tratando gracias al excelente sistema de salud
que alcanza a todos los rincones de España. Lo normal en un país de
desarrollo medio-bajo es que el joven valenciano pudiera superar con
dificultades la adversidad de su enfermedad; sin embargo, en España,
gracias a los trabajadores excepcionales de la sanidad pública, lo más
probable es que Adrián supere su patología y pasado mañana esté pegando
pases por el campo o corriendo detrás de un balón como la mayoría de los
chavales de su edad. Ocurre y concurre que Adrián quiere ser torero, y
le alabo el gusto: yo también lo quise ser, pero me faltó la crianza y
los reaños. En aquel Mataró de la época, delicioso por otra parte, nadie
en su sano juicio apostaba por ser torero; lo más habitual era querer
ser jugador de hockey patines y emular a Vila, a Carlos Largo y
a Gallén y borrar del mapa a los del Reus Deportivo, que eran nuestros
enemigos más recalcitrantes (y que contaban, todo hay que decirlo, con
jugadores excepcionales como Santi García, el mítico portero de la
selección española, recientemente desaparecido y ante cuyo recuerdo me
reclino). Los chavales de la época jugábamos en los alrededores del
parque y del velódromo, siempre con un stick, no con una
muleta. Los reaños, por demás, siempre me han faltado: un simple eral me
parece el peor de los miuras. En épocas normales, vengo a decir, querer
ser torero tenía como freno a la propia familia: ¡qué madre quería ser
un sufrimiento perpetuo de domingo a domingo esperando una llamada que
calmase los nervios de un debut o de una presentación en feria con todos
los avíos! ¡Qué madre quería ser la émula de doña Angustias, la
progenitora de Manolete, con tantas lunas sufridas como tardes de
triunfo! En épocas de hogaño resulta evidente que hay que contar con
otros impedimentos. Y uno de ellos es lo políticamente incorrecto que
han conseguido instaurar unos cuantos intolerantes en forma de supuestos
animalistas. Muy violentos, por cierto.
No hay nadie más animalista que un taurino o un cazador, pero eso no
viene ahora a cuento. No tengo inconveniente en desarrollarlo ante
cualquier estólido. Lo preceptivo hoy es volver a lo que fue argumento
de dignidad ante la muerte de Víctor Barrio, a quien Dios tenga a su
vera. Un par de estúpidos sin más sustancia desearon la muerte de un
chiquillo que quería ser torero, como hubiéramos querido ser muchos de
haber nacido en el tiempo y en el sitio. Esta tal Aizpea, una joven
dedicada a la osteopatía (al parecer), y otro tal Manuel Ollero Cordero
desearon la muerte exprés de Adrián, al que a estas alturas conoce toda
España. Adrián puede, ciertamente, morir como consecuencia del proceso
patológico que le incumbe, pero lo más probable es que salga adelante,
como antes decía, ya que las terapias evolucionan que es una barbaridad,
como las ciencias de Don Hilarión. Nada podemos desear más. Una vez se
disponga a crecer y evolucionar, vaya usted a saber lo que decidirá ser.
Pero si decide ser torero, seremos muchos los que estaremos a su vera
para aplaudirle y para celebrar que haya sido capaz de salir de la noche
oscura del cáncer. Y si es figura, ya ni te cuento.
Solo espero, Adrián, que nunca leas estas líneas. Que tus padres te las
escondan hasta dentro de muchos años, seas ingeniero o matador de toros.
Y que en ese momento sepas que has nacido en un mundo en el que las
ratas tienen dos patas, caminan erguidas y hablan tu mismo idioma, pero
que, felizmente, en tu país hay muchas más personas buenas que malas, y
que todas estas, las primeras, brindan por tu vida con la copa alta y la
palabra limpia.
Ya te veo en los carteles. O no. Pero eso lo decidirás tú. No el vómito de la chusma miserable. Dicho sea con todo cariño.