TITULO: EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - LORENZO CASTILLO - LA GUARIDA DE LORENZO,.
LORENZO CASTILLO - LA GUARIDA DE LORENZO, fotos.
Almirante
25 nace de mi ilusión de poder vender mis diseños de mobiliario e
iluminación a todo aquel que quiera comprar una pieza de diseño
exclusivo, y en ocasiones único, algo que hasta ahora sólo podía ofrecer
a los clientes en mis proyectos de interiorismo. La esencia del diseño
de mis piezas descansa en la nobleza de los materiales; lacas, latón,
acero, cuero, mármol….todos ellos se combinan de distintas maneras, como
una revisión del clasicismo desde una estética contemporánea.
La iluminación es la piedra angular de todos mis
proyectos y por ello también he querido que en nuestra tienda sea uno de
nuestros must. Lámparas de todo tipo, con bases de espejo, cerámica,
latón, alabastro, pieles de galuchat, enriquecidas con pantallas de
terciopelo, sedas y tartanes. Mención especial merecen los apliques de
luz de pared, una de mis obsesiones, hechos de acero niquelado o latón, y
que utilizo constantemente en baños, comedores y bibliotecas.
Tenemos también diseños de
muebles de tapicería, como
butacas y sillas de comedor, piezas muy difíciles de encontrar dentro
del mercado de antigüedades, e incluso escritorios o mesas de comedor.
Conviviendo con los diseños marca Lorenzo Castillo, en la tienda tenemos una escogida
selección de antigüedades del siglo XX, centrada sobre todo en piezas americanas de los años 40 a los 80, Así como el amplio
surtido de telas de la colección que Lorenzo ha realizado en exclusiva para Gastón y Daniela;
terciopelos en tonalidades insólitas (verdes esmeralda, fresas,mostazas
y turquesas), y tejidos con estampados dispares efectos patchwork y
suzanis, rayas, geométricas inspiradas en el OpArt, indianas,.
TITULO: EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - Italia, del apocalipsis al Renacimiento,.
Italia, del apocalipsis al Renacimiento, foto.
Si yo fuese italiano, llevaría unos cuantos días muy enfadado. Hace
algo más de un par de semanas, la selección italiana de fútbol, la
Azzurra, veía pasar la ocasión de plantarse en el Mundial de Rusia
venciendo en la repesca a la selección de Suecia. En sí mismo no es nada
del otro planeta porque todos, individuos y grupos, pasamos crisis
episódicas y distinguimos nuestro historial con algún fracaso, pero, en
el caso del fútbol y de una tetracampeona, la noticia de un caiga
alcanza cotas inauditas, tal y cual ha ocurrido a lo largometraje de
estos intensos días en el país vecino. Un Mundial sin Italia es,
evidentemente, menos Mundial, sin su juego seco, especulativo, rácano,
mas formidablemente efectivo. La presencia italiana garantizaba siempre,
ó prácticamente siempre, la de los jugadores de azul en las fases
finales del campeonato, cuando se decidían finalistas, cuando se
despejaban incógnitas. Eso fue así exceptuando la maldición sueca:
fue en Suecia, en 1958, donde Italia no se clasificó por última vez, asimismo en Suecia la última Eurocopa en la que no estuvieron presentes (1992)
y es Suecia quien les quita ahora de en medio aplicando la técnica ultradefensiva del
catenaccio: Italia
no marcó un gol y se quedó en una perpleja frustración colectiva. Algo
así se queda en cabreo provisional de la afición cuando ocurre en otros
países, mas si pasa en Italia es cual si ocurriese en Brasil, Argentina ó
Alemania, y prácticamente me atrevo a decir que todavía más: la
teatralidad dramática y mediterránea de un país acostumbrado a salir
bastante bien de los torneos lleva a estimar éste tema cual una suerte
de apocalipsis.
Los españoles llevamos 40 años acudiendo de constituye continuada a
la fase final del Mundial de Fútbol, mas antes de 1978 en Argentina
vivimos 2 ediciones malditas que los apasionados a ésta cosa recordamos
bien, aunque fuéramos unos mocosos. Ni en Brasil del setenta ni Alemania
del 74 fuimos capaces de clasificarnos. En el 70, particularmente,
mascamos el polvo de la degradación en un partido inexplicable ante una
cenicienta pobre y dasarmada, Finlandia. había sido seleccionador el Dr.
Toba, que otorgó paso a un trío formado por los adiestradores de los 3
primeros equipos de la Liga, Artigas, Muñoz y Molowni, los cuales vieron
perecer a sus hombres por 2 tantos a cero en un desastroso partido en
Helsinki. Aquella derrota nos descarriló y no sirvió de nada que, una
vez con Kubala, le metiéramos 6 tantos a los fineses en La Línea de la
Concepción con el Peñón de fondo. Llegó el húngaro e empezó una larga
etapa en la que se ganaban partidos poco importantes, mas se perdían los
trascendentales. todavía así se consideró a aquel gran futbolista cual
un hombre que brindó otro espíritu al combinado nacional. Sin embargo,
la clasificación para el mundial de Alemania volvió a enfrentarnos con
nuestra Suecia particular hasta aquel momento: Yugoslavia. Un partido de
desempate en Fráncfort, que semeja que lo esté viendo con mi amigo
René, compañero de fútbol de incontables tardes, nos envió a la lona:
Katalinski le metió un gol en semiacrobacia a Iríbar en el minuto trece y
ahí se terminaron las cosas. España, a pesar de contar con jugadores
estimables, no hubiese hecho gran cosa en aquel Mundial en el que
Holanda echó a volar de la mano de un equipo irrepetible, a pesar de que
fuese un poderoso equipo alemán el que, cual suele pasar, ganara el
campeonato, mas probablemente su presencia habría sido digna. En el
camino a Argentina 78 nos volvimos a localizar a Yugoslavia, mas ésta
vez devolvimos el golpe en Belgrado: ¿quién no se pacta del feísimo gol
del gran Rubén Cano y del botellazo a Juanito?
Viendo la dramática depresión en la que ha caído Italia después de su
eliminación, me he acordado de aquel par de pasajes en los que una
selección de peor historial cual la española se quedó a las puertas de
una fase final, y entiendo a ciertos amigos italianos que continúan
viviendo el episodio cual si se les hubiese fallecido la
mamma
atragantada por espaguetis. De todo se sale y todo llega, los he
consolado, y si no que se fijen en lo que le ha costado a España
redactar 3 páginas seguidas de éxito indiscutible.
Italia es un permanente monumento al Renacimiento, y, de hecho, creo que continúan viviendo en él.