LA CARTERA - EL SOFA - 40 años luz , fotos.
40 años luz ,.
Cuatro décadas ya de la Constitución mejor que hemos tenido, atacada por indeseables varios,.
A Bernardo Bertolucci, que en septiembre de 2000 fue de Basta Ya,.
Cuatro décadas ya de la Constitución mejor que hemos tenido, atacada por indeseables varios. Pero ustedes y yo queremos celelebrarla hoy, aunque sea para modificarla constructivamente mañana. Entiendo la conmemoración como repensar sus circunstancias y releerla. Sugiero tres obras para ayudarnos. Primero, la más general y generosa, Luz tras las tinieblas (Alianza Editorial), una vindicación de la España constitucional por Roberto Blanco Valdés, auténtico doctor en un tema académico que también tiene sus curanderos y homeópatas: explica de dónde viene esta ley de leyes, qué peligros esquiva y ante cuáles no está inmunizada, cómo se la puede mejorar sin desvirtuarla. Información precisa, argumentos de peso, principios sanos. ¡Imprescindible!
La mugre separatista es la lepra de nuestra democracia desde el carlismo. Ahora peor. Dos preservativos contra ella: uno, Diccionario de lugares comunes sobre Cataluña (editorial Deusto), de Juan Claudio de Ramón, demolición serena pero contundente del inextricable cúmulo de falacias y monsergas para justificar la magia prodigiosa del supremacismo victimista en Cataluña, ese invento dañino. Y dos, El sueño de la libertad (editorial Nobel) de Manuel Montero, mosaico vasco de los años del terror que sale al paso de las reinvenciones sectarias para disipar nieblas exculpatorias. Claro que como lección insuperable de memoria histórica, ahí está lo que pasó en Alsasua hace bien poco… y lo que oficialmente se dijo que pasó. Libros para ilustrar la Constitución y defender mejor a los ciudadanos (no a “los pueblos y las gentes” de los demagogos). Pero si prefieren la mente ortopédica, la denuncia las “tres derechas” y tal pues… ustedes mismos. Sin remedio.
TITULO: LA NOVIA DE WALLY - Arcoíris en el Caribe,.
LA NOVIA DE WALLY -Arcoíris en el Caribe,. , fotos.
Arcoíris en el Caribe,.
Pero hay zonas de sombra, sobre todo en lo que hace a algunos derechos civiles en contextos excepcionales. La incorporación a la nueva Constitución cubana de un artículo que abre la puerta al matrimonio gay,
por más que para muchos represente una cortina de humo que distrae de
asuntos más perentorios, es un experimento sociológico que ha concitado
voluntades diversas, y una intersección entre una ideología tenazmente
social y el moderno vendaval del individualismo. Todos los actores
implicados, incluidos los más críticos, señalan dos aportaciones
determinantes desde dentro del régimen.
Una es la del activismo oficial, de la mano de Mariela Castro –hija de Raúl Castro-, única capaz por su pedigrí de vencer la resistencia al brillo del arcoíris por parte de la dirigencia. La segunda es la contribución implícita a la causa LGTBI, con su lucha feminista avant la lettre, de la Federación de Mujeres Cubanas. Esta asociación de masas, orgánica —adscrita al partido único— y nada sospechosa de aperturismo, ha abierto desde los años sesenta brechas de libertad pese al machismo-leninismo (definición tomada de la última novela del escritor Leonardo Padura) imperante en la isla. Un machismo que, junto con el clericalismo, explica la áspera oposición al proyecto.
Con una aproximación en sus inicios sanitaria y asistencial, biologicista, la Federación, explican numerosos interlocutores en La Habana, ha evolucionado hacia el activismo de género(s), rastrillando causas concomitantes de un colectivo que gozará por fin de plenos derechos si se aprueba el texto en referéndum el 24 de febrero. Con su denuncia de la violencia doméstica y su apuesta por el derecho a la salud —gracias a ellas el aborto es legal desde 1965, igual que también lo son desde 2008 las operaciones de reasignación de género—, este activismo institucional ha demostrado poder ser un compañero de viaje del activismo LGTBI independiente. Un ejemplo de conciliación de intereses que podría servir para ampliar la defensa a otros muchos derechos inexistentes en la isla, si grupos como los citados u otros distintos consiguen, como esta vez, penetrar el corazón del régimen.
Cuatro décadas ya de la Constitución mejor que hemos tenido, atacada por indeseables varios. Pero ustedes y yo queremos celelebrarla hoy, aunque sea para modificarla constructivamente mañana. Entiendo la conmemoración como repensar sus circunstancias y releerla. Sugiero tres obras para ayudarnos. Primero, la más general y generosa, Luz tras las tinieblas (Alianza Editorial), una vindicación de la España constitucional por Roberto Blanco Valdés, auténtico doctor en un tema académico que también tiene sus curanderos y homeópatas: explica de dónde viene esta ley de leyes, qué peligros esquiva y ante cuáles no está inmunizada, cómo se la puede mejorar sin desvirtuarla. Información precisa, argumentos de peso, principios sanos. ¡Imprescindible!
La mugre separatista es la lepra de nuestra democracia desde el carlismo. Ahora peor. Dos preservativos contra ella: uno, Diccionario de lugares comunes sobre Cataluña (editorial Deusto), de Juan Claudio de Ramón, demolición serena pero contundente del inextricable cúmulo de falacias y monsergas para justificar la magia prodigiosa del supremacismo victimista en Cataluña, ese invento dañino. Y dos, El sueño de la libertad (editorial Nobel) de Manuel Montero, mosaico vasco de los años del terror que sale al paso de las reinvenciones sectarias para disipar nieblas exculpatorias. Claro que como lección insuperable de memoria histórica, ahí está lo que pasó en Alsasua hace bien poco… y lo que oficialmente se dijo que pasó. Libros para ilustrar la Constitución y defender mejor a los ciudadanos (no a “los pueblos y las gentes” de los demagogos). Pero si prefieren la mente ortopédica, la denuncia las “tres derechas” y tal pues… ustedes mismos. Sin remedio.
TITULO: LA NOVIA DE WALLY - Arcoíris en el Caribe,.
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Arcoíris en el Caribe,.
La confluencia de intereses de instituciones oficiales y activistas LGBTI ha permitido la incorporación a la nueva Constitución cubana de un artículo que abre la puerta al matrimonio igualitario,.
No deja de ser paradójico que cuanto más globalizado e interdependiente es el mundo, más se atomicen las causas. Los anhelos de progreso nacidos de la Ilustración y la Revolución Francesa y aquilatados en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de 1948 —y tan insatisfechos, no hay más que echar un vistazo al mapamundi—, han dado paso a unos valores casi a la carta, producto más de apetencias o aspiraciones vitales, cuando no temporales, que de ideales. La ética de principios fundamentales como libertad o igualdad ha devenido en estética identitaria, con su proliferación de símbolos y banderas; y la comunión de intereses, la añeja utilidad común de Cicerón, se ha vuelto una antigualla.
Una es la del activismo oficial, de la mano de Mariela Castro –hija de Raúl Castro-, única capaz por su pedigrí de vencer la resistencia al brillo del arcoíris por parte de la dirigencia. La segunda es la contribución implícita a la causa LGTBI, con su lucha feminista avant la lettre, de la Federación de Mujeres Cubanas. Esta asociación de masas, orgánica —adscrita al partido único— y nada sospechosa de aperturismo, ha abierto desde los años sesenta brechas de libertad pese al machismo-leninismo (definición tomada de la última novela del escritor Leonardo Padura) imperante en la isla. Un machismo que, junto con el clericalismo, explica la áspera oposición al proyecto.
Con una aproximación en sus inicios sanitaria y asistencial, biologicista, la Federación, explican numerosos interlocutores en La Habana, ha evolucionado hacia el activismo de género(s), rastrillando causas concomitantes de un colectivo que gozará por fin de plenos derechos si se aprueba el texto en referéndum el 24 de febrero. Con su denuncia de la violencia doméstica y su apuesta por el derecho a la salud —gracias a ellas el aborto es legal desde 1965, igual que también lo son desde 2008 las operaciones de reasignación de género—, este activismo institucional ha demostrado poder ser un compañero de viaje del activismo LGTBI independiente. Un ejemplo de conciliación de intereses que podría servir para ampliar la defensa a otros muchos derechos inexistentes en la isla, si grupos como los citados u otros distintos consiguen, como esta vez, penetrar el corazón del régimen.