LA HORMA DE MI ZAPATO, EL OBJETO Y YO, ZAPATILLAS VIEJAS - MORTADELO Y FILEMÓN - Revista Grada - José María Bermúdez: «Hemos reducido la diversidad a una especie: nosotros. Eso es estar en peligro de extinción» . , fotos,.
José María Bermúdez: «Hemos reducido la diversidad a una especie: nosotros. Eso es estar en peligro de extinción»,.
El codirector de Atapuerca habla sobre la Evolución Humana, de dónde venimos, a dónde vamos y quiénes somos,.
He aquí un científico que conoce de dónde venimos, que intuye a dónde vamos y que sabe quiénes somos. José María Bermúdez de Castro, coordinador del Programa de Paleobiología del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh) de Burgos y codirector del Yacimiento de Atapuerca que tanto prestigio está dando a estas tierras desde hace muchos años.
–Sus primeros descubrimientos en el yacimiento burgalés datan de 1984...
–Sí. Fue el primer año en el que excavé. Con Juan Luis Arsuaga hice un turno; entonces era aún estudiante de doctorado. Me tocaron los primeros 10 días de una campaña de 20, que era para lo que le daba el dinero a Emiliano Aguirre. Y en el 84 fue cuando Eudal Carbonell convenció a Emiliano Aguirre para volver a bajar a la Sima de los Huesos. Ahí fue donde apareció la primera mandíbula. Emiliano quería conocer el contexto, con otros yacimientos, lo que pasa es que le dijimos que además del contexto sería interesante bajar a la Sima de los Huesos por si había más fósiles. Y resultó que en ella han aparecido siete mil restos.
–Por ahora...
–Claro, todavía no se ha terminado.
–Uno se sienta ante usted y piensa que quién mejor para responder al primer enigma que atormenta al ser humano: ¿De dónde venimos?
–Siempre siguiendo la ciencia, tenemos un ancestro común con la genealogía de los chimpancés, que vive en África, y los genetistas han estimado entre unos siete u ocho millones de años de antigüedad para ese primer ancestro común. El problema es que ese inicio, ese ancestro común, vivía en una zona de grandes y frondosos bosques y son un lugar muy malo para los yacimientos.
–¿Por el calor?
–Alta temperatura, mucha humedad... y la materia orgánica se recicla y sirve de abono para las plantas. La fosilización se tiene que producir en cuencas de sedimentación, lugares que sean proclives para ello: fondo marino, cuevas...
–¿Lo suyo con la evolución humana fue un flechazo? Si no hubiera sido por aquella clase del doctor Valls a la que acudió de joven, ¿usted no se habría dedicado a la antropología?
–Claro que no. No conocía nada porque era un tema tabú en mis tiempos de estudiante.
–¿Tabú? ¿Por qué tabú?
–No lo sé, no lo sé. El origen de la Humanidad visto desde la ciencia tiene poco o nada que ver con el de la religión, que en aquella época dominaba muchas esferas de la sociedad. De hecho, en los colegios, ni siquiera en los públicos, no se hablaba de ello. Ya en la Universidad había mayor libertad para expresarse; el catedrático Arturo Valls explicaba evolución humana como ahora, con lo poquito que se sabía entonces. Eso a mí me cautivó. Con mi padre, que era científico, yo sí hablaba mucho de temas de la evolución humana, pero tampoco de ello sabía mucho. Como no se hablaba de ello, no sabías. Me interesó la antropología, la genética. Pero al descubrir la faceta del origen del ser humano, quise dedicarme a ello. Me costó mucho trabajo, pero también tuve mucha suerte.
–¿Al saber lo llama suerte?
–No, no, pero el haber conocido a Emiliano Aguirre, impulsor de Atapuerca... A mí y a Arsuaga nos llevaba la dirección de la tesis una alumna de doctorado de Emiliano Aguirre, que ya era doctora. Poco a poco llegamos a él, se quedó con nuestros nombres y caras y un día nos llamó para participar en el proyecto de Atapuerca.
–Tanto estudiar la especie humana y su evolución, ¿cómo se ve usted a sí mismo?
–He cambiado el 100%. He dado la vuelta totalmente a mi personalidad, como cuando das la vuelta a la ropa. A mí la evolución humana me ha transformado de tal manera que me ha cambiado completamente la visión del mundo, de mí mismo, de los demás. Es un cambio muy recomendable, porque te pone ante el espejo de la evolución humana: Quién eres, por qué eres, cómo eres así. De entrada, te da un baño de humildad y te hace ver cuál es tu origen.
–¿Eso despoja al científico que se dedica a ello de cualquier tipo de creencia religiosa?
–Pues, prácticamente sí. Pero no te quita la espiritualidad. Esto es muy importante: te quitas de la religión de la parte humana, porque la religión la hacemos los humanos, pero luego queda la espiritualidad, que no te la puedes quitar, siempre tienes una perspectiva espiritual que trasciende más allá que la propia religión. Cualquier acto religioso, de la religión que sea, tiene un componente humano. Pero hay luego algo que trasciende más: tenemos conciencia, consciencia y podemos pensar más en estas cuestiones.
–¿Cómo cree que vemos a los antropólogos la gente de la calle?
–No lo sé. Somos iguales que los demás.
–¿Sabe por qué se lo pregunto?
–Dígame.
–Porque ustedes encuentran un fósil, lo examinan y nos dicen, por ejemplo, que tiene 425.000 años. Hablan ustedes de miles de años como el común de los mortales habla de minutos.
–Pero es que todo eso es ciencia. Las personas que se dedican a las dataciones, los cronólogos, ofrecen datos basados en la física y la química. Yo cuando digo 425.000 años no lo digo porque se me ocurra así, a la primera...
–Sí, claro, la ciencia...
–Un científico toma una muestra y mira a ver qué método usa. La luminiscencia, por ejemplo. Las partículas de un yacimiento están a oscuras, pero han recibido un tiempo, antes de quedar enterradas, luz solar. Y cuando se vuelven a desenterrar se llevan sin que les de LA luz; luego esa muestra emite una luz y es de donde se saca la datación de la época de la que proceden.
–Pero ustedes, los científicos, entienden que la mente del común de los mortales no esté preparada para asimilar cifras de millones de años, ¿verdad?
–Ni la mía tampoco, ¿eh? Nosotros aprendemos eso y, a fuerza de decirlo cada día, finalmente lo aceptamos. Y vamos entendiendo esas cifras, pero no somos capaces de imaginarlas. Cuando nos dicen que la tierra tiene 3.500 millones de años... es algo que se nos escapa.
–El ser humano está evolucionando más despacio que la tecnología. ¿Esto tiene un componente muy peligroso?
–En mi opinión, sí. Desde el punto de vista biológico evolucionamos a la misma velocidad de siempre. Lo que pasa es que ahora tenemos otro valor importante, la cultura, que está influyendo notabilísimamente en nuestra evolución.
–Explíquese.
–Si no tuviéramos la cultura, medicinas, hospitales, salud, información, etcétera, falleceríamos como en el pasado, muy jóvenes. Tenemos una vida biológica sin medicamentos ni nada de hasta 50 años. Entonces, la tecnología influye en el sentido de que permite que a través de la medicina, muchas enfermedades puedan ser tratadas. En cualquier caso, nuestra evolución es lenta; en cambio, nuestra evolución cultural se mueve a velocidad tremenda y no me refiero ya a evolución cultural de la pintura, por ejemplo, sino a la de la tecnología, que va muy deprisa, tremendamente, y la mayor parte de los humanos no estamos preparados para dominar esa tecnología. Ese es un gravísimo problema de la Humanidad. Cualquier ser humano puede apretar el botón rojo y disparar un misil y, a continuación venir otro, y otro... O hacer barbaridades, porque tienes a tu disposición una tecnología que muchas veces es mortífera. No estamos preparados.
–¿Lo estaremos alguna vez?
–Va a ser muy difícil que lo estemos.
–Hemos hablado de dónde venimos, pero ¿a dónde vamos? Tal y como castiga el ser humano al medio ambiente, ¿vamos a sobrevivir como especie?
–Esta pregunta era esperable.
–Vaya por Dios: ¡En 32 años y medio de profesión nunca me habían dicho que fuera previsible!
–Es que esa pregunta se la hace todo el mundo que reflexione sobre ese tema. Yo creo que en un país como España, en el que asumo que hay un nivel cultural elevado, se lo pregunta mucha gente. Algunos nos dedicamos a estudiar el pasado, pero también reflexionamos sobre el futuro. Y, sobre todo, cuando ya tienes unos años como me pasa a mí. Y me pregunto qué va a ser de nosotros, qué nos espera.
–¿Y qué se responde?
–Primera cuestión: no sabemos qué cambios genéticos va a haber, ocurren al azar y nadie lo sabe; salvo que lo hagas artificialmente, que no es ético. No tenemos conocimientos, ¡ni de lejos!, de lo que vaya a suceder si manipulas un gen. Experimentar con humanos es jugar con fuego. En teoría, las mutaciones no las conocemos. Y la otra parte de la ecuación es el medio ambiente. Genética más medio ambiente, igual a evolución. Si no conocemos qué mutaciones va a haber ni qué cambios ambientales, difícilmente podremos saber cómo va a ir la evolución. Ahora bien, sí es posible hacer predicciones lógicas.
–¿Por ejemplo?
–Yo me pregunto muchas veces cómo va a ser nuestro cerebro dentro de cien mil años. ¿Será grande? ¿Pequeño? Yo, y cualquiera que estudia el cerebro, sí puedo decir algo al respecto.
–Pues dígalo, por favor.
–El cerebro es un órgano costoso, que se lleva, cuando eres adulto y estás durmiendo, entre el 20% y el 25% de la energía que consumimos. Y en un niño que está creciendo, con el cerebro en desarrollo, se puede llevar hasta el 50% de toda la energía que consumimos. Así que tener un cerebro grande no es eficaz. La evolución nos ha dado una lección en eso. Los neardentales tenían un cerebro más grande que el nuestro, nosotros lo tenemos más pequeño y aquí estamos; ellos no están. Segunda lección: hay una relación, y está probado, entre el cerebro del recién nacido y el del adulto; si el de este tiene, por ejemplo, 2.000 centímetros cúbicos quiere decir que el del recién nacido sería también más grande, 700 centímetros cúbicos, por ejemplo. ¿Qué madre podría soportar ese nacimiento? Así que, utilizando la lógica, le estoy diciendo que en el futuro tendremos un cerebro como en la actualidad, si no más pequeño. Eso es una predicción científica basándose en la lógica.
–No sé si le entiendo: ¿Podemos predecir a dónde vamos, cómo seremos?
–Hay que utilizar la lógica, pero es prácticamente imposible predecir cómo seremos en el futuro porque no tenemos el medio ambiente. Nadie sabe qué va a pasar dentro de un millón de años. La primera pregunta: ¿estaremos aquí como especie o no?
–¿Tiene respuesta?
–Pienso que va a ser muy difícil que estemos. Si es posible, puede haber una especie descendiente de la nuestra, pero piense una cosa también, sobre la que es muy importante reflexionar y no nos damos cuenta: nuestra genealogía ha sido arbustiva, en el sentido de que ha habido varias especies humanas conviviendo al mismo tiempo en todo el planeta. Y ahora solo hay una. Hemos reducido la diversidad a una única especie, que somos nosotros. Esto es estar en peligro de extinción.
–¡Pues como para ser optimistas sobre el futuro! Y del tercer interrogante, quiénes somos, ¿qué? Porque quienes nos antecedieron tenían que ser muy felices sin estar pendientes del colesterol, el Twitter, del wi-fi...
–Alguien me decía hace poco que la única manera de salir de esto es salirte del sistema: te vas a una cueva y vives de lo que puedas encontrar por ahí; o te vas a una casa en el monte y vives de cazar conejos; desapareces y te olvidas de todo. Bueno, eso es factible y, si tienes suerte y sobrevives, estupendo. Pero, claro, si tienes un problema médico no vas a acudir a un hospital, ni a tomar medicinas, y puedes morir antes. Claro. Pero es una elección.
–Usted cambió hace años Madrid por Burgos. ¿Ha evolucionado a mejor en su proyecto vital?
–Bueno, en Burgos estoy más tranquilo. Ahora... entiendo que mis hijos quieran irse a Madrid, ver mundo, ver cosas. Han heredado mi curiosidad y la de mi mujer.
–¿Y usted qué quiere ser de mayor?
–Tengo que seguir siendo padre, porque tengo hijos todavía pequeños. Tengo que ser abuelo, porque tengo dos nietas y uno en camino. Tengo que leerme los libros que aún no me he leído. Tengo que seguir haciendo deporte. Y me interesa mucho la cocina. Y ojalá pudiera tener un huerto. Y me gustaría ser turista en mi ciudad, Madrid. Y, si es posible, viajar más.
TITULO: Rutas bizarras - El museo de miniaturas y el parque de los troncosaurios ,.
Martes 18 de Mayo , a las 22:00 horas en La 2 / foto,.
Rutas bizarras - El museo de miniaturas y el parque de los troncosaurios,.
Este viaje lleva a Marta y Touri hasta Brihuega para visitar el mayor museo de miniaturas del mundo.Una colección impresionante heredada del Profesor Max, un ilusionista de fama mundial en los años 50. Javier, sobrino de Max y director del museo, comenta con ellos que también tiene ciertas dotes de ilusionista y se ofrece a hipnotizarles. Al salir de allí, Touri no logrará recordar ni su nombre y cada vez que oiga la palabra “hambre” reacciona de forma extraña. En la rotonda de la Antártida, por ejemplo, situada en Azuqueca de Henares, sentirá un frío incontrolable. En Valdemeca, observando las esculturas que reproducen a gran parte de los habitantes del pueblo, Touri se queda petrificado, como si se hubiese convertido en una más de las esculturas. En Cívica, empieza a correr sin más, apareciendo por casualidad en el taller de cerámica de Mariano. De allí marchan a Buenache de la Sierra para visitar la exposición de troncosaurios y el restaurante las Pedrizas, donde Touri empieza a recordar.
Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - La «intifada» de los colonos amenaza la coexistencia en Israel , . , fotos,.
La «intifada» de los colonos amenaza la coexistencia en Israel,.
Los encarnizados enfrentamientos en ciudades mixtas como Lod, Acre, Yafa o Haifa hacen temer una «guerra civil»,.
En el momento en el que se producen las mayores protestas de palestinos de Israel desde la II Intifada del año 2000, el único que ha empleado la palabra «Intifada» ha sido el jefe de la Policía de Israel para acusar al líder ultranacionalista sionista Itamar Ben Gvir de encender las llamas para una «intifada
interna» y alentar los choques entre judíos y árabes. Los seguidores de Ben Gvir y del resto de grupos que forman el partido Sionismo Religioso, que obtuvo seis escaños en las últimas elecciones, se han echado a las calles al grito de «muerte a los árabes» y cada noche visitan ciudades mixtas del país como Lod, Acre, Yafa o Haifa. Desde entonces miembros de las dos comunidades han matado, apaleado, quemado negocios, coches, casas, sinagogas… y medios como Ynet llegaron a titular que «Israel está fuera de control». Hay un ciudadano árabe muerto, decenas de heridos y cientos de detenidos.
«Los colonos llevan años trabajando en estas ciudades para garantizar que el carácter judío es el dominante, están bien organizados, armados y tienen dinero, gracias al apoyo exterior. Su planteamiento aquí y en Cisjordania es el mismo: no hay sitio para quien no sea judío», lamenta Nadim Nashif, de la organización 7amleh, que sufre el terror en primera persona en Haifa y alerta del riesgo de «guerra civil porque en lugares como Yafa los radicales ya se han desplegado como milicias y lo peor de todo es que la Policía les protege, no hace nada para pararles». El alcalde de Lod, donde han matado a un vecino árabe, han quemado cinco sinagogas y se ha tenido que decretar el estado de emergencia, usa la misma expresión para definir la situación: guerra civil.
El desalojo de cuatro familias palestinas de Sheikh Jarrah, barrio del Este de Jerusalén, y los dos asaltos policías a Al Aqsa en pleno ramadán encendieron los ánimos de los palestinos de Israel y comenzaron a movilizarse. Además de la respuesta policial, se encontraron con la llegada de los ultranacionalistas y los choques no tardaron en estallar.
Incierta salida
Esta guerra interna entre judíos y árabes de Israel eclipsa incluso a la ofensiva de Gaza en los medios israelíes. El enésimo choque con Hamás terminará como los anteriores, con muchos muertos y gran destrucción en Gaza y con un alto el fuego que será un paréntesis de calma antes de la próxima tempestad, pero ¿cómo se calmará la brecha abierta entre comunidades dentro de las ciudades mixtas del país? Hace tan solo una semana se debatía la posible formación de un «gobierno de cambio» entre Yair Lapid y Naftali Bennet, que podía terminar con la era Netanyahu, un gobierno formado por fuerzas ultranacionalistas, conservadoras, de centro, de izquierda y con apoyo incluso de los islamistas. Siete días después esa posibilidad se ha esfumado y ha saltado por los aires la aparente convivencia que existía en Israel.
Los palestinos son el 24% de la población del Estado judío, en su mayoría suníes, pero hay también cristianos y drusos
El 24 por ciento de la población israelí la forman los palestinos que no fueron expulsados en 1948. Dentro de la minoría árabe el grupo más numeroso pertenece a la rama suní del Islam (1,2 millones), pero también hay pequeñas comunidades de beduinos (250.000, nómadas que habitan en el desierto y son también suníes), cristianos (123.000) y drusos (122.000, secta minoritaria del Islam con presencia en Israel, Líbano y Siria), según las estadísticas del ministerio de Exteriores que califica a este 24 por ciento de la población como «sector de clase trabajadora de clase media, un grupo periférico dentro de un estado centralizado y una minoría árabe parlante dentro de una mayoría hebreo parlante». El ministerio también subraya que el país garantiza «la libertad de credo», «los derechos de las mujeres», exime del servicio de militar obligatorio a los árabes y ofrece representación parlamentaria a sus partidos.
Los árabes denuncian que son ciudadanos de segunda categoría en el Estado judío y el giro hacia el ultranacionalismo que experimenta el país no ha ayudado a la mejora de la convivencia. En los últimos años dirigentes como Avigdor Lieberman, ex ministro de Exteriores de origen moldavo, llegó a presentar un «programa de paz» por el que animaba a los árabes de Israel «que se sienten parte del pueblo palestino» a trasladarse a Cisjordania a cambio de «incentivos económicos». Este paso resolvería, según Lieberman, «el problema que sufren de la dualidad y lealtad dividida».
TITULO: HOY LE TOCA - Primer 'match ball' de La Liga ,.
Primer 'match ball' de La Liga,.
La penúltima jornada puede coronar al Atlético, sellar el pasaporte de la Real y el Betis para la Liga Europa y consumar los descensos de Eibar, Elche y Valladolid,.
Tras ocho meses de partidos encadenados, 'burbujas', ausencia desgarradora de público, animaciones virtuales, un sinfín de lesiones y no pocos casos de coronavirus, aunque menos de los previstos, el histórico curso de la pandemia toca a su fin. En la máxima categoría, faltan solo dos fechas para que la Liga 2020-21 eche el telón. Dos jorndas con horarios unificados, los carruseles radiofónicos de toda la vida y la versión más moderna del multifútbol televisivo y el VAR de la discordia.
En esta jornada de infarto, con mucho blanco, negro y pocos grises, ya podría quedar prácticamente todo definido: el campeón, los clasificados para Europa y los tres descendidos. Si no hay resolución, el segundo 'match ball' esperará al próximo fin de semana. Pero que nadie se inquiete ni renuncie al sillón-ball. Todavía quedará la final de la Liga Europa entre el Villarreal y el Manchester United, que podría dar una plaza más de Champions para el fútbol español en la próxima campaña. Tres días después de tan señalada cita en la ciudad polaca de Gdansk, Do Dragao de Oporto escenificará el 29 de mayo la final de Champions entre el Manchester City y el Chelsea. Al día siguiente, última jornada en la Liga Smartbank. Y pleno calor, los agónicos 'playoffs' por el ascenso.
No decidió nada la reciente jornada intersemanal, pero sí aclaró el panorama. El empate entre Barcelona y Levante, la ajustada victoria del Atlético sobre la Real Sociedad y la contundente goleada del Real Madrid en Granada han hecho que el equipo de Simeone disponga de la primera pelota de partido. El Atlético llega como líder con 80 puntos, dos más que el Real Madrid y cuatro más que el Barcelona, que podría quedarse matemáticamente descolgado. No así los blancos de Zidane, que si ganan en San Mamés obligarán a que todo se decida en la última jornada.
El Atlético, por lo tanto, es el único de los tres aspirantes que no tiene que mirar a los otros dos. Las posibilidades son múltiples, pero la más sencilla es apostar por el partido a partido: si ganan los dos, serán campeones. Les vale también con una victoria, dos empates o incluso dos derrotas si no ganan los otros dos. Este domingo se proclamarían campeones si ganan a Osasuna en El Metropolitano y el Real Madrid no derrota al Athletic. En caso de empate o victoria blanca en San Mamés, tendrán que esperar y soportar la presión.
Todos al límite de sus fuerzas
El Real Madrid llega al límite de sus fuerzas pero muy vivo a lomos de veteranos tan elegantes y resultones como Benzema y Modric, y también de la prometedora 'Quinta de la Youth League'. El campeón vigente se agarra a la inquebrantable fe madridista para los dos partidos que le quedan. Y a esa tradición de 'pupas' que históricamente acompaña a su eterno rival capitalino.
Si después de esta jornada mantienen la diferencia de dos puntos respecto Atlético, los blancos solo podrán ser campeones ganando al Villarreal el próximo fin de semana en Valdebebas y que, a su vez, el Atlético tropiece con un Valladolid que puede estar descendido o jugándose la salvación. El empate a puntos con el todavía líder favorece al Real Madrid porque ganó en el Di Stéfano e igualó en el Wanda.
Para el Barcelona, el reto se le ha puesto harto complicado. Sus cuentas son claras: dos victorias, primero en casa ante el Celta y la última ante el Eibar, que igual se juega la vida en Ipurua o ya es de Segunda, y que Atlético y Real Madrid no ganen ninguno de los dos partidos. Los de Koeman pueden quedar ya fuera de la lucha si pierden o empatan ante el Celta, o si el Atlético gana o empata.
El Sevilla, cuarto con 74 puntos, ya está descabalgado de la lucha por el título pero hace tiempo que ya es de Champions. Todavía podría ser tercero e incluso segundo si no falla en Villarreal y sí lo hacen Real Madrid y Barcelona. El 'Submarino amarillo' de Unai Emery vive más pendiente de su primera final europea, pero tampoco está para regalar nada porque aún podrían quedarse fuera del viejo continente si lo pierde todo y lo gana el Celta.
Seis implicados en el descenso
Clasificada ya matemáticamente para Europa, la Real Sociedad tiene en su mano sellar el pasaporte para la Liga Europa y evitar la nueva Conference League. Lo hará seguro si vence a un Valladolid agonizante en el Reale Arena, el Villarreal pierde o el Betis no puede en el Villamarín con un Huesca cerca de consumar el milagro de Pacheta.
Seis equipos pugnan por salvarse. Nadie está todavía descendido pero el Eibar, el Elche y el Valladolid podrían hacerlo este domingo de forma matemática. Hay múltiples combinaciones pero una muy sencilla: consumarían el drama si fallan en sus respectivos duelos de Mestalla, Cádiz y Donosti, y los oscenses, el Getafe, que recibe al Levante, y el Alavés, que se mide en Mendizorroza al Granada, sí hacen sus deberes.