TITULO: Cartas en el tiempo - El legado argentino de la tatarabuela Francisca vuelve a Antoñán del Valle ,.
Cartas en el tiempo ,.
Cartas en el tiempo - El legado argentino de la tatarabuela Francisca vuelve a Antoñán del Valle,.
Miércoles -1- Junio a las 20:00 en La 2 / foto.
El legado argentino de la tatarabuela Francisca vuelve a Antoñán del Valle,.
Los antepasados de una familia de Rosario (Argentina) dejaron León por las penurias y tras perder un padre a uno de sus hijos por una apuesta,.
Marta García Carrillo carraspea. Las frases históricas no se sueltan así como así y menos si tienes 84 años. Su familia respeta el silencio reverencial que precede a la matriarca. La rosarina enjuga lágrimas en sus ojos claros antes de pronunciar lo que dijo su madre, Paula, en 1905, cuando tenía seis años y abandonó Antoñán del Valle (León), junto a su madre, Francisca, y sus tres hermanos: “Adiós, pueblo querido, no te volveré a ver”. La anciana rompe a llorar ante su clan, que ha regresado a León para conocer la tierra de la que emigraron los suyos. Entre todos componen una historia de penurias, éxodo y aventuras con un capítulo especial para el tatarabuelo Antonio Carrillo, que apostó a uno de sus hijos en un juego de cartas. Antonio el guapo perdió, pero hizo el petate y cruzó el océano para evitar que se lo arrebataran. Tras él, su esposa, Francisca, y su prole. Hoy, sus sucesores han desandado el camino.
El siglo transcurrido desde ese viaje trasatlántico ha mezclado la sangre de los García, los Carrillo y los Serrano con argentinos, italianos y británicos. La mayoría de la comitiva viene de Rosario, una ciudad argentina de un millón de habitantes, y ha pisado por primera vez Antoñán, pueblo al que la despoblación ha dejado en 150 vecinos escasos. En la iglesia del Salvador del pueblo, han colocado una placa conmemorativa que reza: “Encuentro de primos 2022″ y los tres apellidos de la dinastía. Hacía mucho que el crotoreo de las cigüeñas del campanario no se interrumpía con acentos distintos al español.
Para verificar el relato de los sudamericanos hay que acudir a la enciclopedia local: María Luisa Antón, que orea sus 86 años sentada en un banco al sol, protegida por un sombrero y asistida por muletas. La mujer, con precisión, relata con refranes de su madre que en esa época marcharon muchos leoneses hacia Argentina, que les ofrecía riquezas frente a la pobreza nacional.
La visita de los argentinos ha sorprendido a los parroquianos del bar, 15 hombres que compiten al mus y que mediante Isidro Cantor, productor de miel de 59 años y el más joven de la timba, celebran que los forasteros recuerden su origen: “Ojalá se quedaran, a Antoñán le vendría bien”.
Una apuesta a las cartas explica parte del periplo de los Carrillo Serrano. La abuela Marta narra un puzle de vivencias, odiseas y batallitas que van completando sus herederos. Dori González, de la rama familiar que se quedó en la provincia y cuyos chorizos caseros han degustado los visitantes, explica cómo Antonio Carrillo, veterano de la Guerra de Cuba y en una difícil situación económica, dejó León tras haberse jugado a uno de sus hijos, y perderlo a él y a sus valiosas manos para el campo. . “[Antonio] le prometió a [su mujer] Francisca que les mandaría pasajes, pero tardó meses en asentarse” en Argentina, precisa, dice que asombrada por el coraje de una mujer que al no saber nada de su esposo montó a sus hijos en un carro hacia Astorga, también en León, de allí llegó en tren a Vigo y subió a un barco hasta Buenos Aires. “Era analfabeta y la ayudaron con el boleto, le pidieron que en el puerto solo se fuese con quien levantara un papel igual”, añade Marta García, de memoria cristalina sobre su árbol genealógico. Eso ocurrió muchas décadas antes de las videollamadas, correos electrónicos y demás ingenios que ahora les han permitido organizar este desplazamiento.
Las inversiones familiares funcionaron en Argentina. Llegó la ansiada prosperidad, un éxito que casi se trunca porque Antonio era tan apuesto como terco. Los rostros de los 13 argentinos y los dos españoles congregados en la mesa muestran asombro y cierta risa cuando escuchan que su ancestro se enteró de que fue engañado en aquella apuesta que desencadenó su fuga. Entonces, regresó a León para vengarse del farsante y, pese a apostarse en los maizales donde trabajaba el embustero apostante, no logró matarlo. “Por suerte volvió, hubiera arruinado a dos familias”, suspiran sus descendientes.
Este viaje de 2022 reúne a varias ramas de la saga, con algunos integrantes que ya conocían León. Jorge López, sobrino de la argentina Paula Carrillo, rememora emocionado que en 2008 terminó su tratamiento de quimioterapia el mismo día que le dieron la nacionalidad española. Lo primero que hizo, con su hijo Mariano, fue dirigirse a Antoñán sin saber que escribirían otra página en el libro familiar, que comenzaría a reunificarse tras tanto vaivén. En el pueblo, conocieron a sus lejanísimos parientes Aquilino Serrano y Dori González, que tienen una hija, Mónica. Y entre Mónica y Mariano surgió el amor. Ahora viven en Argentina y han cerrado un ciclo que comenzaron Antonio y Francisca en León hace 100 años con muchas deudas y una apuesta.
TITULO: Las rutas de Ambrosio - Vecinos de la calle Magacela insisten en mejorar el alcantarillado tras varios años de reclamaciones por inundaciones,.
El sabado -4- Junio a las 19:10 por La 2, foto,.
Vecinos de la calle Magacela insisten en mejorar el alcantarillado tras varios años de reclamaciones por inundaciones,.
PROBLEMA
La última reclamación ha sido registrada el pasado 3 de mayo, ya que desde la reunión que se produjo hace tres años entre el Alcalde y el consejero de Economía e Infraestructuras, comprometiéndose a estudiar el problema y solventarlo, no ha habido ninguna actuación al respecto, aseguran.
Los vecinos de la calle Magacela en Campanario no pueden evitar echarse a temblar cada vez que el cielo amenaza lluvia. Y es que son ya muchas las situaciones de inundaciones en las que se han visto inmersos en los últimos años cuando se producen lluvias intensas.
Una de estas vecinas afectadas es Catalina Caballero Franco, quien explica que, una vez más, han vuelto a registrar una petición de solución al problema, dirigida tanto al Ayuntamiento de Campanario como a la Junta de Extremadura.
Se trata de una demanda de ayuda que ya han realizado en numerosas ocasiones, sin haberse resuelto la situación, dicen.
La última de ellas ha sido registrada con fecha del 3 de mayo de 2021, volviendo a pedir «una solución al problema de inundaciones que sufren en las calles Magacela, Olivo y Travesía de Magacela, ya que desde la reunión que se produjo el día 31/5/2018 (hace 3 años) entre el Alcalde Elías López y el consejero de Economía e Infraestructuras, José Luis Navarro, en la que se comprometían a estudiar el problema y solventarlo, no hemos vuelto a tener ningún tipo de noticia sobre el tema», expone el escrito.
En aquel momento, el consejero aseguró a que por parte de técnicos de la consejería se visitaría, estudiaría y valorarían las posibles soluciones a adoptar. Todo ello de carácter previo a cualquier tipo de obra a realizar.
Por parte del alcalde, tras la reunión de 2018 afirmó entendía «perfectamente» a los vecinos de dicha zona.
«Que a nadie le quepa la menor duda, que esta Alcaldía ha hecho, hace y hará todo lo posible al objeto de solucionar los problemas existentes en la calle Magacela, y no cesaremos en nuestro empeño hasta se solucione del todo», resultó el Alcalde, al tiempo que recordó que se ha actuado ya en varias ocasiones en dicha calle «y hay que reconocer que el problema persiste».
SIN SOLUCIÓN
Dado que las soluciones no han llegado, Catalina continúa exponiendo la situación de inundaciones que no han cesado «debido a la falta de una buena red de alcantarillado, pero no ya en esta calle sino en todas las calles que vienen a desembocar aquí», insiste. Por ello, dicen, «todo el agua de esas calles corren y vienen a desembocar en la calle Magacela, en una alcantarilla antiquísima, que va cruzando por debajo de todas las casas».
Y es que asegura que las calles Tejar, Pocillo y Travesía de Magacela se convierten «literalmente en un río que viene a desembocar aquí provocando que se acumule tal cantidad de agua que hace que casas, cocheras y vehículos que se encuentren aparcados en dichas calles se vean afectados por la entrada de agua».
Este es un problema que los vecinos vienen arrastrando de toda la vida, añade, «y yo en particular desde hace ya diez años que me mudé aquí».
Por último, Catalina Caballero concluye reiterando la petición de ayuda, ya que «no solo se trata de lo material, sino que nos está costando también la salud».
TITULO: LAS RUTAS DE VERONICA - La venta récord de una ‘marilyn’ de Warhol siembra dudas en el mercado,.
El sabado- 4- Junio - a las 18:10 por La 2, foto,.
¿Es una realidad o un espejismo dorado? Esta es la respuesta que debe hallar el mercado del arte las próximas semanas. En su libro Big Bucks: the Explosion of the Art Market In The 21st century, la crítica Georgina Adams recuerda una conversación con un experimentado subastador: “¿Lo que realmente quiero saber es por qué un warhol de los años sesenta como Liz [representaba a la actriz Elizabeth Taylor] pasa de venderse por dos millones de dólares en 1999 a 24 millones en solo ocho años?”. Hoy el subastador debería cuestionarse qué lógica esconde desembolsar 195 millones de dólares (unos 185 millones de euros) en una serigrafía (Shot Sage Blue Marilyn, 1964) del artista estadounidense. El precio más alto alcanzado por una obra del siglo XX. Esa cantidad empequeñece los 179,3 millones de dólares en la que se remató el 15 mayo de 2015 en Nueva York —y también en Christie’s— la tela Les Femmes d’Alger Version ‘O’ (1955), firmada por Picasso. La contestación es la misma entonces que ahora: el enorme número de multimillonarios que podrían destinar más de un millón de dólares a una pieza.
Hay dinero, hay ganas y hay trofeos. El cielo protector para el mercado. Durante los meses de la pandemia, muchos propietarios han aguardado mejores días pensando en enajenar sus tesoros. O se vendían en venta privada o se almacenaban a la espera de otros números. Pero este precio revela mucho. Al mercado del arte, la guerra en Ucrania le resuena muy lejana, al igual que la inflación o los vaivenes de las Bolsas. Los oligarcas rusos (que han sido vetados por Estados Unidos y Europa de la compra de productos de lujo) cuentan poco o casi nada. No se nota su falta. Y continúa siendo un negocio de más de 65.000 millones de dólares (61.600 millones de euros, al cambio actual) que manejan Estados Unidos (en 2021, últimos datos disponibles, controlaba el 43% en valor del mercado) y China. Aunque la inquietud acudirá si se prolonga el confinamiento en Shanghái. Una vez más, nadie parece haber leído El capital en el siglo XXI (Fondo de Cultura Económica), del economista Thomas Piketty. El arte actual —y no solo en los precios que guían a los astrónomos— es un monólogo de inequidad.
Sin embargo, el problema puede pasar de la escasez de oferta a la de demanda. Cuando se superan los 100 millones de dólares, el número de compradores (coleccionistas como Peter Brant, Kenneth Griffin, Larry Gagosian, Philip Niarchos o Steven A. Cohen) se reduce bastante. Y en las próximas dos semanas las principales casas de subastas llevarán al mercado obras valoradas en 1.900 millones de euros. La duda es si habrá suficientes coleccionistas. Porque de las tres virtudes teologales ―fe, esperanza y caridad― solo falta, claro, la última. El Met vende el 12 de mayo un bronce de 1909 de Picasso (Cabeza de mujer, Fernande) para conseguir fondos y comprar nuevas obras. Tiene fe y esperanza en lograr 30 millones de dólares. También la profesa Sotheby’s, que el 19 de mayo ofrece un twombly y un bacon, ambos con una estimación de entre 40 y 60 millones de dólares. El 18 de mayo, Phillips propone un basquiat de 70 millones. El vendedor —el empresario japonés Yusaku Maezawa— desembolsó 57,3 millones de dólares en Christie’s hace seis años. ¿Caridad? Dinero.
¿Y los artistas? La especulación (flipping, en el argot), sobre todo con pintores negros y mujeres, resulta inmensa. Muchos “coleccionistas” ven el negocio. Amoako Boafo, Toyin Ojih Odutola, Lynette Yiadom-Boakye, Reggie Burrows Hodges o Aboudia han transitado en el espacio de la pandemia de las cinco a las seis cifras. La reventa de pintores, muy jóvenes, hacía años que no eran tan intensa. Tirar los dados. Cuánto más barato, mejor. Esperar el seis doble. Rachel Jones (1991) o Flora Yukhnovich (1990). Ambas en la treintena escasa. La primera ha superado las 600.000 libras (700.000 euros) y la segunda, el millón de dólares (unos 948.000 euros). Incluso los viejos maestros rejuvenecen. El desafío es la oferta y la atribución. La falta de obras presiona las catalogaciones. Sotheby’s vendió en enero por 45,4 millones de dólares un botticelli (Cristo, varón de Dolores) que Frank Zöllner, experto en el pintor florentino, ponía entre dudas y llantos. El capital todavía pinta mucho en el mercado.
TITULO: ¡ Qué grande es el cine ! - ME RESBALA - AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - EL HORMIGUERO VIERNES - 3 - Junio - Miguel Rellán .
¡Qué grande es el cine!,.
¡Qué grande es el cine! fue un programa de cine dirigido por José Luis Garci y emitido por Televisión Española por su cadena La 2.
El programa comenzaba con una presentacLa actriz Juana Acostaión de la película que se emitía esa noche, posteriormente esta película se emitía y acababa con una tertulia entre Garci y los invitados del día sobre ella.1 El programa comenzó a llevarse a cabo en enero de 1995 y comenzó sus emisiones el 13 de febrero del mismo año., etc.
¡ Qué grande es el cine ! - ME RESBALA - AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - EL HORMIGUERO VIERNES -3- Junio - Miguel Rellán, fotos,.
«Veremos a ver lo que aguanta el planeta antes de darnos a todos una patada»,.
Miguel Rellán - Actor,.
Abomina de quienes carecen de escrúpulos para beneficiarse del dolor ajeno y lamenta el tropel de ofendidos por todo que, a su vez, ofenden todo el tiempo. Y la prisa, la mala educación, el ¡sálvese quien pueda! Recorre los teatros con 'Una noche con los clásicos',.
Popular actor de cine, teatro y televisión nacido en Tetuán en 1943, a Miguel Rellán el Covid-19 le dio un buen susto. Habla de todo sin temor alguno. Está de gira con 'Una noche con los clásicos', espectáculos con el que rinde homenaje a Adolfo Marsillach. Le divierte decir que puede que tenga cara de idiota. Sabe bien que no lo es. Y se siente querido.
- ¿Recuperado del todo?
- Teniendo en cuenta que estuve a punto de palmarla, estoy divinamente. Por fortuna, muchos hemos sobrevivido [al Covid-19]. Un hermano mío menor falleció. La pandemia ha dejado heridas a muchísimas familias. Yo estuve veintidós días en el hospital y, después, otros veinticuatro aislado en casa.
- ¿Qué recuerda?
- Me encontraba mal, pero como siempre tengo muy buena salud, me dije 'esto es una gripe, mañana se me ha pasado', y cuando me quise dar cuenta estaba rodeado de unos señores vestidos de verde que parecían astronautas. Me desperté en el hospital. Le pregunté a una de las doctoras: 'María, ¿me estoy muriendo? Es que no me he muerto nunca y no lo sé, pero me encuentro fatal, muy mal, muy mal'. No es que me pillara de nuevas el pensar en la muerte, porque hace mucho tiempo ya que sé que me voy a morir, así es que llegué a decirme: 'Pues si es ahora, alguna vez tenía que ser'. Como decía Juan Ramón Jiménez, '¡yo me moriré y los pajarillos seguirán cantando, no pasa nada' [la versión más que libre de la cita es original del propio Rellán]. Aunque, ¡hombre!, prefiero no morirme para dar la lata un rato más! [Ríe].
- ¿Qué va en aumento?
- La nómina de estúpidos está subiendo de una manera exponencial...; veremos a ver lo que aguanta el planeta antes de darnos a todos una patada.
- ¿Qué le dijeron y lo recuerda bien?
- Mi madre me decía algo que, al parecer, había dicho en su día [Winston] Churchill: 'El dinero no cambia a las personas, las descubre'.
Y añade Miguel Rellán algo más con respecto a lo que le decía su madre, que previamente había dicho el político, estadista e historiador inglés, de quien hasta se subastan unas zapatillas y una copa de brandy. «Es», indica, «como cuando escucho decir que alguien se ha vuelto imbécil desde que es famoso. ¿Y no será, más bien, que ya era imbécil antes y ahora, como es famoso, nos hemos dado cuenta?
- ¿Y qué no suele sucederle?
- Yo no me aburro. Escuchando a gente que decía que se aburrió muchísimo durante el confinamiento, me preguntaba: '¿Cómo es posible, con los miles de libros que hay por leer? Si estuviésemos en el siglo XVII, pero ahora, que puedes estar confinado en una habitación con acceso, también, a todo el cine que quieras. Yo podría haber estado aislado no 24 días, sino 24 años.
- ¿Conveniente qué sería?
- Todos pensamos estupideces, todos, pero los sabios se las callan. Estamos en un tiempo en el que la gente suelta sin filtro alguno lo primero que se le ocurre, ¡allá que te va! Ya sabemos, por ejemplo, que las redes sociales son el equivalente a la barra del bar de toda la vida, donde siempre había alguien, con el cuarto gin-tonic ya en el cuerpo, diciendo una estupidez; pero no pasaba de allí. Pero ahora... Al menos, el tipo de la borrachera te podía decir al día siguiente: 'Perdóname, que metí la pata'. Pero es que todos estos... La falta de respeto y de educación en las redes fecales es pavorosa.
- ¿Qué tipo de sociedad tenemos?
- Una sociedad, en general, banal, superficial, consumista, ruidosa, con mucha prisa, muy tonta en general y muy influida por las modas. Una sociedad que tiene terror al silencio, entre otras cosas. Todos los proverbios, que no sé por qué son árabes y no checoslovacos, suelen tener razón. Uno dice: '¡Si no puedes mejorar el silencio, cállate!'. Otra pregunta que creo que nos podemos hacer es: '¿Por qué tenemos tanta prisa?'. Prisa, prisa, prisa...; el otro día, me contaba una amiga que un conocido suyo se había cabreado muchísimo porque su avión procedente de Los Ángeles había llegado a Madrid con veinte minutos de retraso. ¡Pero, vamos a ver, imbécil, que acabas de cruzar el océano Atlántico! A ver, el caso es que en cuanto te descuidas eres uno más de rebaño, a eso también hay que estar atento
- ¿Qué no es posible?
- No se puede vivir solo. Eso de la maravillosa soledad está muy buen como cuento, pero en la realidad no se puede, porque somos seres sociales y necesitamos a los demás. Como necesitamos no perder la esperanza. Es cierto que lo negativo hace mucho ruido: cualquier idiota con dos copas se salta un paso de cebra y mata a un señor o a una señora, y es noticia. Ahora, no lo es que haya, trabajando en silencio un equipo de personas haciendo durante horas una operación de trasplante de órganos. Y yo, mientras que, por ejemplo, haya gente que conozca muy buen su oficio y que lo ejerza muy bien, con entrega y para bien de todos, tendré esperanza.
- ¿Sobre qué no tiene duda?
- Es posible que tenga cara de idiota, pero no lo soy: sé hace mucho tiempo que, como antes le decía, me voy a morir. Es más, tengo 79 tacos y estoy poco más o menos en la edad de irme al otro barrio; nadie va a decir '¡joder, con lo joven que era!'. ¡Si hay que hincar el pico, pues se hinca el pico! Se ha muerto mucha gente y no pasa nada, el mundo sigue, aunque, ¡insisto!, prefiero estar aquí.
«Siguen siéndolo»
- ¿Usted qué llegó a pensar?
- Creo que en algún momento todos pensamos, con la pandemia esta tan horrorosa, que 'esto que estamos viviendo va a hacer cambiar a la gente'. Y no, la gente buena sigue siendo gente buena, y los hijos de perra también siguen siéndolo. Estaba leyendo ahora cosas a propósito de estos sinvergüenzas de las comisiones por la compra de mascarillas, Luis Medina [hijo del duque de Feria y de la modelo de alta costura Naty Abascal] y estos [su socio Alberto Luceño Cerón], que se han llevado 6 millones de euros de comisión. Menos mal que sigue habiendo gente maravillosa al lado de estos malnacidos que con el dolor de los demás se llevan una barbaridad de dinero en comisiones para gastárselos en coches de lujo.
- ¿Qué más no le entra en la cabeza?
- Si hablamos de España, hay tres cosas fundamentales que faltan en este país y que no le importan a nadie. Son, por orden alfabético y con sonido a bóveda: educación, educación y educación. Con todo lo que eso conlleva. Y a parte de ahí, estamos en un momento en el que es evidente que lo que prima en el mundo es la codicia. Primero yo, y ¡sálvese el que pueda! Que hay mucha gente con dificultades para calentarse por no poder pagar el gas, ni la electricidad, eso le da igual a los que se llenan los bolsillos. No puede ser que un tercio de la Humanidad se esté muriendo de hambre y que unos pocos acumulen una riqueza tan descomunal. Ahí tenemos también a este señor [Elon Musk] que ha comprado Twitter por 44.000 millones de dólares, pero ¿cuánto dinero tiene este muchacho? La mente de los seres humanos no la entiendo.
- Y pese a todo...
- Menos mal que la pandemia, aunque ahora estamos con la guerra de Ucrania, que era lo que nos faltaba, nos ha pillado en el lado bueno del mundo, donde hemos nacido y vivimos, porque a pesar de todos los pesares estamos en el lado bueno; ya sabe que los tifones y los tsunamis ocurren en la otra parte, al igual que las hambrunas horribles... Aquí estamos estupendos, con nuestro vinito, nuestra cervecita, y encantados de la vida, vivimos como Dios. Hasta que, de pronto, apareció un virus, algo invisible, y todo se tambaleó. Menuda película de terror: en el hospital yo veía en la televisión la Plaza de San Marcos, los Campos Elíseos... todo vacío. Y mientras el Palacio de Hielo de Madrid convertido en morgue para albergar cadáveres.
«Lo que puedo»
- ¿Usted qué hace?
- En la tumba de Max Aub se lee: «Hice lo que pude». Yo hago lo que puedo.
- ¿Se plantea dejar de trabajar?
- Naturalmente que no me planteo dejar de trabajar, ¿por qué me lo voy a plantear? Cualquier persona medianamente sensata que se dedique a un trabajo creativo no se jubila. ¿Se jubila Vargas Llosa, que ya es Premio Nobel? ¿Se jubila el pintor Antonio López? Lo único que puede retirarte es la salud. ¡Pero si yo tengo que interpretar al Rey Lear todavía!
- Los hay que proponen prohibir 'Lolita', de Nabokov, o 'El guardián entre el centeno', de Salinger, o...
-.... que estamos tontos, que hay una parcela del mundo que se ha vuelto idiota. Eso no tiene el más mínimo sentido. Son tonterías, pero que no dejan de encerrar su peligro. No es una ola de conservadurismo, es una ola de suprema estupidez. Todo el mundo ofendido sin parar de ofender a todo el mundo, todo el mundo ofendiendo sin dejar de meterse en la vida de los demás.
- ¿Políticamente qué?
- Mi abuelo, una persona muy culta que influyó muchísimo en mí, cuando yo era pequeño me decía, 'mira Gary', me llamaba Gary porque era alto y delgado como Gary Cooper, 'cuando escuches en una tertulia a alguien hablando de su ideología, de lo que piensa, de cómo es, escúchale con respeto y, cuando termine la tertulia, síguele y observa lo que hace. Uno es lo que hace, no lo que dice. Me parece que lo que hay que hacer es actuar. Mi abuelo fue quién me descubrió que yo soy una persona de izquierdas. Qué le vamos a hacer [ríe].
- ¿Cómo ha vivido el buen resultado de Marine Le Pen en las presidenciales francesas?
- Una persona sensata, como pretendo serlo yo, pues con miedo, porque la ola, no sé si de conservadurismo o de ultraderechismo en el mundo, desde Trump, Orban, Bolsonaro, y aquí el ascenso de Vox, es como para tenerle miedo. Vamos para atrás, suena a casposo, a gris, a blanco y negro otra vez, a prohibición, a esos militares que dijeron hace no mucho tiempo que había que fusilar a no sé cuántos millones de españoles. Espero que reaccionemos. También es que la izquierda -somos mucho más críticos-, cuando llega el momento, en vez de ir a votar, se abstiene. ¡Vayan ustedes a votar, hombre!
Las mismas guerras
- ¿Qué tal su experiencia con 'Una noche con los clásicos'?
- De maravilla. ¿Por qué se hace Shakespeare? ¿ Por qué haces 'Ricardo III' o 'Macbeth'? Porque estás hablando de ahora, porque el ser humano sigue siendo el mismo. ¿En qué se diferencia la guerra de Ucrania de la del Peloponeso? Ahora con tanques y antes a caballo. El ser humano sigue siendo igual de maravilloso y de gilipollas. ¡Si está ya todo dicho en 'La Iliada' y en 'La Odisea'. Homero lo contó todo y Shakespeare lo remató. Y en cuanto a nuestros clásicos, ¡qué maravilla, qué belleza, qué inteligencia! Ahora bien, todos los grandes hablan de cuatro cosas fundamentales de verdad: el amor, la muerte, el poder, el sexo, y lo que deriva de todo eso: los celos, la traición, la lealtad... Los americanos, que son muy pragmáticos, dicen que todo se reduce a dos cosas: alguien que busca algo o alguien que huye de algo. Tenía pendiente haber trabajado en el teatro con don Adolfo Marsillach, y ahora, gracias a su hija Blanca [juntos en escena], tengo la oportunidad de rendirle homenaje e incluso, tecnología mediante, recitamos juntos algunos poemas. Poemas bellísimos de Lope de Vega, de Calderón, de Sor Juana Inés de la Cruz.
TITULO: ¿Dónde estabas entonces? - «Plasencia es mil veces más pintoresco que Toledo» (Sorolla) ,Martes -31 - Mayo,.
Este martes -31 - Mayo ,. , a las 22.30, La Sexta emite una nueva entrega de la tercera temporada de '¿Dónde estabas entonces?', presentada por Ana Pastor. foto,.
Dos días de guardia fue el resultado de la detención esta semana del profesor de la UEx Marcos Maynar. Cuando el miércoles fui a intentar averiguar si era cierto que la Guardia Civil estaba registrando su laboratorio, en la Facultad Ciencias del Deporte, llevaba de paquete en la moto a Salvador Guinea. Cuando paramos ante el semáforo de la Plaza, . Entrar en la casa de Sorolla es viajar a su tiempo, introducirse en su ambiente, disfrutar de su jardín, rodearse de sus muebles, de sus pinceles, de su familia, omnipresente en tantas de sus obras que cuelgan de las paredes del que fue su hogar y hoy es su museo. Meterse en su intimidad y encontrarse con Clotilde García del Castillo, su esposa, dándole el pecho a María en El primer hijo (1890) o acostada con Elena bebé, ambas dormidas en una gran cama con sábanas blancas, en Madre (1895-1900) o al pequeño Joaquín, con unos dos años, algo desnucado echándose una siesta en una mecedora en Joaquín durmiendo (1895). Estas imágenes forman parte de La edad dichosa. La infancia en la pintura de Sorolla, la muestra que se puede visitar en el madrileño Museo Sorolla hasta el 19 de junio.
Que el artista valenciano pintaba niños es archiconocido. Sus pequeños en la playa forman parte del imaginario colectivo del arte español, pero ¿por qué? ¿Qué se sabe de ellos? Se conocía mucho menos de lo que parecía y, por eso, este proyecto en el que las comisarias de la exposición, Covadonga Pitarch Angulo y Sonia Martínez Requena, llevan trabajando dos años ha querido dar más luz a este aspecto de la ya luminosa obra y trayectoria de Joaquín Sorolla Bastida (Valencia, 1863-Cercedilla, Madrid, 1923), que no deja de ser un hombre de su tiempo y es en el siglo XIX cuando la infancia empieza a tomar entidad. Se piensa en ella, se comienza a legislar para protegerla. Calan las ideas de Jean Jacques Rousseau que las comisarias recuerdan en el catálogo de la muestra: “La naturaleza quiere que los niños sean tales antes de llegar a ser hombres [...]. Tiene la infancia modos de ver, pensar y sentir, que le son peculiares”. Y, precisamente, esto es lo que representa Sorolla. También da espacio a la maternidad. El mundo se dividía en dos esferas: la pública para el hombre y la privada para la mujer. Esta última comienza a captar interés. “El naturalismo llega a las bellas artes y los temas de la vida cotidiana se presenta como un asunto válido para la pintura, los artistas comienzan a exhibir su intimidad de una manera que hubiera sido inconcebible antes”, afirma Pitarch. Y así comienza la muestra, con un espacio titulado El centro de la familia en el que se expone Mi familia (1901), el único lienzo en el que aparecen todos los Sorolla-García, el matrimonio y los tres hijos. Pero el artista se representa fuera de la escena, reflejado en un espejo con paleta y pincel, remarcando su profesión y su admiración por Velázquez, usa el mismo recurso que este utilizó en Las meninas..
No se queda únicamente en la representación de su amada esposa —su correspondencia documenta un felicísimo matrimonio— y madre de sus hijos, a la que admira no solo como ángel del hogar, concepto del momento. También dice de ella que es su ministro de Hacienda. Pitarch explica que eran “un equipo”, aclara que esta es una idea moderna, que Clotilde García llevaba multitud de asuntos del día a día que facilitaban que Sorolla tuviera todo su espacio para crear. Además, plasma otras maternidades: las de las trabajadoras que sacan un momento para ocuparse de sus pequeños o la de un aya que balancea a un bebé en El columpio (1894), en esta obra se diferencia la tez rosada del niño de la oscura de su cuidadora, “un improvisado homenaje a aquellas mujeres que se ocupan de menores ajenos”, sostiene Pitarch en el catálogo. No se olvida tampoco de otro concepto de la época: la madrecita. Esas niñas mayores que se encargan del cuidado de los más pequeños, como se puede observar en La hora del baño (1904), óleo de la colección de Esther Koplowitz que se puede ver en La edad dichosa, donde una muchacha espera la salida del mar de otros chavalillos en la playa de Valencia.
El adjetivo fugaz describe la infancia y el estilo de Sorolla, que era muy rápido con el pincel, característica apropiada para retratar niños, a los que hacía posar. Domina el género del retrato, cualquiera no pinta a reyes y a presidentes de Estados Unidos y él tiene en su haber a Alfonso XIII y a William Howard Taft.
Con los encargos que recibía de miembros de la aristocracia y de la alta burguesía que querían que inmortalizara a sus hijos demuestra, además, que es capaz de plasmar su estatus sin dejar de reflejar la candidez o la pillería de los pequeños. Ahí están las dos hermanas Ana María y María Luz de Icaza y de León, cuadros que no se habían expuesto nunca; los hijos de los señores de Urcola y el retrato de Basil Mundy, hijo de un marchante de Londres, pieza que no se había exhibido antes en una institución pública.
También llevaba más de un siglo sin verse Elenita y sus muñecas (1907), desde 1911, que pertenece a otra sección de la exposición, El mundo de los niños, centrada en el juego y el estudio, sus dos ocupaciones principales. Pero claro, no es oro todo lo que reluce. La situación acomodada en la que vivía Sorolla no le priva de conocer otras. Así, por ejemplo, considera la playa de Zarauz como un lugar de ocio, pero la de Valencia, de faena. Representa los juegos en el agua, pero también los trabajos como en Niños buscando mariscos (1919) o Llegada de la pesca (1899), donde dos hombres bajan de una barca de la que una joven se lleva una cesta de pescado que venderá en el mercado. También pinta otras tareas, en La siesta, Asturias (1903) dos pequeños descansan exhaustos después de amontonar heno. De este momento el museo conserva una serie de fotografías anónimas en las que se pudo inspirar el artista.
Sorolla no hace crítica con su pintura, no es ese su objetivo, él refleja lo que ve. Dentro de esta otra infancia queda otro aspecto: la enfermedad y la muerte, nada lejos de la niñez a finales del XIX y principio del XX. El primer retrato del artista será precisamente de un infante fallecido y la obra que más premios le dio fue ¡Triste herencia! (1899), donde se ve a los desafortunados chiquillos del hospital de San Juan de Dios bañándose en la playa. Con esta pieza gana el Grand Prix de la Exposición Universal de París de 1900, que supone su consagración internacional, y un año más tarde la medalla de honor de la Exposición Nacional de Bellas Artes.
TITULO: Informe Robinson - El Valladolid B vence 1-0 frente al Badajoz,.
foto / El Valladolid ganó 1-0 contra el Badajoz durante el partido disputado este sábado en el Anexos Jose Zorrilla. El Valladolid B quería mejorar sus cifras en el torneo tras empatar 1-1 en el último partido disputado frente al Sanse. Por parte del equipo visitante, el Badajoz ganó en sus dos últimos partidos de la competición contra el Bilbao Ath. en su feudo y el Extremadura UD a domicilio, por 1-0 y 0-2 respectivamente y llevaba una racha de tres victorias consecutivas. Con este marcador, el conjunto vallisoletano es decimosexto al finalizar el encuentro, mientras que el Badajoz es quinto.
En la primera parte ninguno de los equipos estuvo acertado de cara al gol, por lo que los primeros 45 minutos concluyeron con el mismo resultado de 0-0.
En la segunda parte marcó un gol el once vallisoletano, que aprovechó la oportunidad para inaugurar el marcador con un gol de Arroyo a los 58 minutos. Finalmente, el enfrentamiento concluyó con un 1-0 en el marcador.
El técnico del Valladolid, Júlio Baptista, dio entrada al campo a David Torres, Paulo Vitor, Sergio Nieto, Fran López y Dali en sustitución de Arroyo, Kike Ríos, Diego Moreno, Moha Moukhliss y Víctor Narro, mientras que por parte del Badajoz, Isaac sustituyó a Jilmar, Joan Truyols y Awudu por Gallego, Concha y Adri Cuevas.
El árbitro mostró un total de diez tarjetas: cinco tarjetas amarillas al Valladolid, concretamente a Fresneda, Arroyo, Diego Moreno, Mikel Carro y Alvaro Aceves y cuatro al Badajoz (Clemente, Pardo, Santamaría y Adri Cuevas). Además, hubo una tarjeta roja a Zelu por parte del equipo visitante.
Con 36 puntos, el Valladolid B de Júlio Baptista se ubicó en el decimosexto puesto de la tabla general al concluir el duelo, con un puesto de descenso a Segunda División, mientras que el conjunto dirigido por Isaac se situó en quinto puesto con 55 puntos, en plaza de playoff de ascenso a Segunda División.
La próxima jornada el Valladolid B se medirá con el Racing de Santander, mientras que el conjunto pacense disputará su partido frente al Celta B.