TITULO: DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES - JUEVES - VIERNES - LA INUTILIDAD DE LA CULTURA ,.
DESAYUNO - CENA - MARTES
-
MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - LA INUTILIDAD DE LA CULTURA . , fotos,.
LA INUTILIDAD DE LA CULTURA,.
¿Y si buena parte de los fallos de la formación procedieran del hecho de que nuestra idea de utilidad es muy estrecha y, paradójicamente, muy poco útil?,.
Las diversas actividades que relacionamos con la cultura (la música, la lectura, el cine o el teatro) ocupan un lugar muy peculiar en la economía de las acciones humanas. Por un lado, son realidades vinculadas al ocio, pero tienen también una dimensión de negocio; son una forma de vida para muchas personas y algo que está fuera de la lógica del trabajo y de la economía para casi todas. En esta segunda dimensión la cultura tiene un carácter de fin en sí mismo, de exceso y gratuidad. Si alguien preguntara para qué sirve una sinfonía, deberíamos recomendarle que revisara el concepto que tiene de utilidad. Va contra la idea misma de la cultura la exigencia de que tenga que ser algo que haya de ser justificado. Aunque las obras literarias enriquezcan el idioma que usamos, aunque en las catedrales se oficien ceremonias religiosas y la música modifique nuestro estado de ánimo, hay en todas ellas una dimensión que se resiste a ser justificada por su rendimiento.
No sabemos muy bien para qué sirve la cultura, pero el problema tal vez sea que se trata de una pregunta que no tiene mucho sentido y que obedece a nuestra obsesión de que las cosas se justifiquen por su utilidad. La cultura sufre por esta presión más que por la escasez de recursos. Si la derecha entiende la cultura a partir de su utilidad para la competitividad, la izquierda la concibe como la clave para la resolución de los problemas sociales. En ambos casos la cultura queda subordinada a una finalidad y, de este modo, menospreciada en su valor intrínseco. ¿Y si buena parte de los fallos de la formación que proporcionan las instituciones educativas procediera no tanto de los registros cuantitativos medidos por el informe PISA como del hecho de que nuestra idea de utilidad es muy estrecha y, paradójicamente, muy poco útil? Si uno solo aprende lo que es útil, lo inmediatamente aplicable, lo que corresponde a las necesidades del propio tiempo, corre el riesgo de no prestar atención a las cuestiones verdaderamente relevantes. Estudiar lo que se necesita para la vida es una de las cosas menos interesantes que se hacen en la escuela o en la universidad. Acusarles de que todavía enseñan cosas que no sirven para nada es un claro indicador de que no se sabe ni para qué sirve la formación ni qué cosas son necesarias para vivir. Lo que deberíamos preguntarnos es qué utilidad tiene preguntarse por la utilidad de la cultura.
Reflexionar es más transformador de la realidad que la agitación y el activismo
Cuando se afirma que un determinado problema
debe solucionarse por medio de la educación y la cultura, hay que
interpretarlo como que no tiene solución o al menos no una inmediata,
que debemos confiarlo todo a una siembra impredecible que tal vez
propicie las condiciones necesarias para que en un lejano futuro alguien
solucione lo que hoy por hoy no tiene arreglo. El registro temporal en
el que actúa beneficiosamente la cultura o la educación es el de la
larga duración y no el de los resultados inmediatos. En ese amplio
espacio temporal las cosas menos útiles suelen terminar revelándose como
extremadamente útiles. Los conocimientos que no sirven para la solución
de un problema proporcionan sin pretenderlo una capacidad para
identificar los problemas más importantes entre tantos que son
únicamente muy ruidosos o para adquirir unas destrezas que no figuran en
el catálogo oficial de las competencias curriculares. Puede que una
obsesiva orientación práctica nos esté privando del placer de los
idiomas antiguos o minoritarios, de la belleza sin rendimiento, la
contemplación gratuita y el conocimiento sin competencia. Hay un momento
de ociosidad en todo acto de sumergirse en una obra de arte, en un
problema, en una lengua, sin tener que justificar para qué sirve. La
desatención hacia lo gratuito estrecha nuestro concepto de utilidad
hacia lo inmediatamente utilitario, como si a los seres humanos no
debiera interesarnos vivir en un horizonte de utilidad más amplio.La idea de que todo saber debe ser aplicable y se acredita por su utilidad inmediata destruye el momento de ocio, la demora que es propia del pensamiento. La cultura está hecha de interrupciones y moratorias, gracias a las cuales podemos cambiar de orientación, modificar nuestra instalación en el mundo o redefinir los problemas. Reflexionar es resistir al imperativo de que las cosas sigan siendo lo que eran, romper por un instante su terca continuidad. Eso que para un pragmatismo elemental constituiría una pérdida de tiempo resulta ser más transformador de la realidad que la agitación y el activismo. No hay verdadero cambio social que no haya sido precedido por una fase de reflexión. Debemos esperar hoy más cambios de los conceptos, de las teorías y de las experiencias verdaderamente nuevas que de la aceleración en los carriles de lo ya conocido. Por cierto: una de las cosas sobre las que tendríamos que reflexionar (y las distintas manifestaciones culturales pueden ayudarnos a abrir ese espacio de interrogación) es por qué habiendo sido liberados por las máquinas de una buena parte de los trabajos más pesados y gravosos apenas notemos el alivio. Hemos vuelto a organizar nuestras vidas de manera que ni siquiera en el llamado tiempo libre tenemos un momento para respirar.
Estudiar lo que se necesita para la vida es una de las cosas menos interesantes en la escuela
Las
experiencias culturales no se justifican por su utilidad dentro de los
marcos dominantes en los que una sociedad define la utilidad, sino para
interrogarse por ella. ¿Qué significa estar formado, ser culto, en una
sociedad tan obsesionada por la utilidad? La formación está más cerca
del caos que del orden. Estar formado no equivale a ocupar un espacio en
el organigrama convencional de oficios y gremios, sino moverse en un
espacio sin sumisión a unos objetivos, fuera de control y sin
acreditación. Las autoridades educativas regulan el itinerario formativo
y miden la calidad de lo investigado, pero hay una dimensión de la
formación y el aprendizaje que se escapa de la medición, que
desorganiza, improvisa y desequilibra toda regulación. Cuanto más
cultura se tiene menos dócil se es a los dictados del tiempo y las
modas. El pensamiento propio nos libera tanto de la satisfacción con el
propio tiempo como de la permanente indignación crítica.
TITULO: MasterChef 7 - MasterChef Celebrity 4 . Martes -18- Agosto ,.
El martes -18- Agosto las 22:35 por La 1,foto.
El martes -18- Agosto las 22:35 por La 1,foto.
Hacer quesos es algo que llevo dentro, lo vivo desde niña»,.
Los sin verano
Escolástica Mayor, quesera en Gran Canaria, no para de producir durante julio y agosto aunque hay menos demanda. «Comen todos los días, también durante el verano»
Se crió rodeada de ganado. Los animales han sido el medio de vida de su familia, mínimo, desde sus abuelos, y cuando uno tiene que cuidar de cabras y ovejas sabe que no existen vacaciones. Escolástica Mayor Huertas, quesera de La Culata, en Tejeda (Gran Canaria), lo recalca, por si hay alguien a quien se le escapa: «Comen todos los días, también durante el verano». Por eso sus estíos se parecen bastante a sus inviernos, si no fuera porque donde ella trabaja, en esos montes de la Cumbre de Gran Canaria donde Miguel de Unamuno descubrió una tempestad petrificada, el calor pega bastante más fuerte que al pie de la marea. Y porque les baja la producción. Hay menos leche porque el ganado anda liado en faenas reproductivas.– Lo de ser quesera, en su caso, casi lo lleva en los genes.
– En parte sí. Llevo toda la vida haciendo quesos porque mis abuelos y mis padres tenían animales. Y ya tengo 42 años. Solo lo dejé año y algo, pero volví. Ya llevo tres metida otra vez de lleno, cuando creamos la quesería Manjar de Tejeda, con quesos mezcla de cabra y oveja.
– ¿Y por qué volvió?
– Porque esto me tira. Tuve la opción de escoger otros trabajos, pero no me llamaba, no estaba a gusto. Me gustan los animales. A veces la gente no lo entiende y me pregunta cómo es que sigo con esto con el sacrificio que supone, pero yo le pongo mucho cariño.
– Sacrificios como el de no disfrutar casi del verano...
– Ahora hay menos producción, pero es verdad, el trabajo no para. A veces anhelo cosas, pero hacer quesos es algo que llevo dentro, lo vivo desde que era una niña. Y no es fácil, porque tengo que estar todos los días del año. No tengo fiestas. Los animales comen todos los días.
Ocho al día y sin prensas
– ¿Desde cuándo no coge vacaciones?– Desde hace cuatro años.
– ¿Y le compensa?
– No me compensaría si tuviera muchísima cantidad de animales. Pero con los 120 que tengo, cien cabras y veinte ovejas, me va bien. Me da para vivir. No me pondré rica, pero vivo bien. Además, me da también una estabilidad personal. Estoy a gusto con lo que hago. Es que un trabajo como este, si no lo haces con ganas, no eres capaz de aguantarlo. No todo el mundo está dispuesto a levantarse a las cinco de la mañana y a estar, como estoy ahora en verano, hasta las once o doce de la mañana. Y en invierno me dan la una y las dos. Luego, por la tarde, hay que dar la vuelta a los quesos y limpiarlos.
– ¿Cuántos hace al día?
– En la época fuerte puedo hacer ocho, lo que pasa es que no son muy grandes, como de dos kilos.
– ¿Y los hace siempre así, de pie, sin parar de presionar con sus manos? Acabará destrozada.
– Sí, cansa. Me afecta a la espalda. Es que la mayor parte de la gente no hace el queso como yo. Usa prensas. Pero este no, este es 100% artesano, y hay gente que sabe de quesos que me dice que así tienen distinto paladar. En Tejeda solo quedamos otra quesera y yo haciéndolo así.
– No es su única seña de identidad. Otra es su queso de almendras, todo un guiño a Tejeda.
– Sí, y lo tenemos patentado. Lo sacamos precisamente por las fiestas del almendro de Tejeda del año pasado. Fue la novedad y gustó mucho. Ahora, en cuanto lo saco, me lo quitan de las manos. Afortunadamente, mis quesos tienen salida. Todos los que tengo en la sala de curación ya están pedidos. Y tengo lista de espera.
TITULO:
Donde comen dos - En próximas campañas hay que analizar el consumo del arroz»,.
Viernes-21- Agosto 23:15 por La 1, foto,.
En próximas campañas hay que analizar el consumo del arroz»,.
Juan D. Fuentes Jefe de explotación del Canal de Orellana,.
La campaña de riego se va a completar sin problema gracias a la planificación de los regantes,.
Juan Diego Fuentes, jefe de explotación de la comunidad general de usuarios del Canal de Orellana, pasa los días con papeles repletos de números para el reparto equitativo de un bien muy preciado, el agua. Su trabajo consiste en planificar la campaña en cuanto a cifras, mientras que fuera de campaña recopila información para los distintos proyectos de mantenimiento, conservación y mejora de las infraestructuras de la zona regable de Orellana.–¿Tienen ya un balance de la campaña?
–Es
bastante positivo. Históricamente, para abordar una campaña de riego
normal, era habitual pedir un aumento de dotación a la asignada de 467
hectómetros cúbicos y este año desde el primer momento nos dijeron que
era inviable conceder esa dotación extra.
–Nos pusimos a trabajar en una planificación semanal para llegar a final de campaña con ese consumo de 467 hectómetros cúbicos, no podíamos consumir más. Así, cada semana se ha reunido el grupo de trabajo para controlar exhaustivamente el consumo de agua y cada quince días nos reuníamos con los encargados de cada zona para que nos transmitieran la evolución. Tuvimos un inicio bastante bueno porque las lluvias de primavera facilitaron el trabajo, pero el verano ha sido bastante agresivo en cuanto a las temperaturas que hemos tenido, con un mes de julio bastante cálido.
–¿Se ha cumplido la previsión?
–Hemos tenido semanas en las que se ha acumulado un consumo de agua por encima de lo previsto, aunque en ningún momento ha superado los cinco hectómetros cúbicos, una cifra que para nosotros era crítica y que si se alcanzaba había que tomar una medida más drástica. No ha sido necesario, pero no descartamos que para futuras campañas haya que hacerlo porque nos tenemos que limitar a lo que tenemos.
–¿Y para lo que resta?
–Ahora mismo estamos dentro de los números de la planificación y, salvo grandes imprevistos, se cumplirá con las previsiones de la campaña. Pero para esto ha sido necesario un gran esfuerzo por parte del personal y también por parte de los agricultores. Gracias a la buena primavera, a la plantación en seco del arroz y al esfuerzo realizado se acabará la campaña en condiciones normales.
–¿De cara al futuro?
–Para futuras campañas tenemos que analizar el consumo que tiene el arroz porque en Extremadura ahora mismo se plantan unas 22.000 hectáreas de arroz de las que alrededor del 80 por ciento están dentro de la zona regable del canal de Orellana. El problema de este cultivo es que es un gran consumidor de agua.
–Pese a plantar en seco.
–Sí, con los datos en la mano, en ninguna zona de España se riega una hectárea de arroz con menos de 10.000 o 12.000 metros cúbicos. Hablamos de que tenemos una necesidad de agua que hay que reconocer y añadir a los 467 hectómetros cúbicos asignados. Si se hace balance, con una media de lo que se ha venido pidiendo cada año cumpliríamos con los datos de la campaña. Necesitamos que se reconozca que el arroz consume más y que su dotación debería ser mayor. Si no se reconoce esa dotación, cuando haya escasez de agua vamos a tener graves problemas.
–¿Cuándo termina la campaña?
–La planificación establece el final de la campaña para el 27 de septiembre, pero el año pasado se dio algún riego extra y llegamos hasta la primera semana de octubre. En este caso no lo descartamos, aún así, dependerá de la climatología y de la disponibilidad de recursos que tengamos. Es posible también que se realicen algunos cortes programados a partir de septiembre cuando ya las necesidades hídricas son menores, aunque se avisará previamente a los regantes.
–Al margen de la campaña, ¿qué otros frentes hay abiertos?
–La comunidad general de usuarios nació con dos objetivos. Por un lado, abaratar costes, es decir, que el usuario notase un ahorro que este oscila entre los 18 y los 40 euros por hectárea. Y, por otra parte, mejorar el servicio que, en cuanto al reparto del agua se valora positivamente por parte de los regantes y en infraestructuras pretendemos abordar pequeñas reparaciones en acequias y más de 100 kilómetros de pistas de servicio que son propiedad de confederación.
«En ningún momento se han superado los cinco hectómetros cúbicos, una cifra que para nosotros era crítica»
–¿Cómo se ha planificado?–Nos pusimos a trabajar en una planificación semanal para llegar a final de campaña con ese consumo de 467 hectómetros cúbicos, no podíamos consumir más. Así, cada semana se ha reunido el grupo de trabajo para controlar exhaustivamente el consumo de agua y cada quince días nos reuníamos con los encargados de cada zona para que nos transmitieran la evolución. Tuvimos un inicio bastante bueno porque las lluvias de primavera facilitaron el trabajo, pero el verano ha sido bastante agresivo en cuanto a las temperaturas que hemos tenido, con un mes de julio bastante cálido.
–¿Se ha cumplido la previsión?
–Hemos tenido semanas en las que se ha acumulado un consumo de agua por encima de lo previsto, aunque en ningún momento ha superado los cinco hectómetros cúbicos, una cifra que para nosotros era crítica y que si se alcanzaba había que tomar una medida más drástica. No ha sido necesario, pero no descartamos que para futuras campañas haya que hacerlo porque nos tenemos que limitar a lo que tenemos.
–¿Y para lo que resta?
–Ahora mismo estamos dentro de los números de la planificación y, salvo grandes imprevistos, se cumplirá con las previsiones de la campaña. Pero para esto ha sido necesario un gran esfuerzo por parte del personal y también por parte de los agricultores. Gracias a la buena primavera, a la plantación en seco del arroz y al esfuerzo realizado se acabará la campaña en condiciones normales.
–¿De cara al futuro?
–Para futuras campañas tenemos que analizar el consumo que tiene el arroz porque en Extremadura ahora mismo se plantan unas 22.000 hectáreas de arroz de las que alrededor del 80 por ciento están dentro de la zona regable del canal de Orellana. El problema de este cultivo es que es un gran consumidor de agua.
–Pese a plantar en seco.
–Sí, con los datos en la mano, en ninguna zona de España se riega una hectárea de arroz con menos de 10.000 o 12.000 metros cúbicos. Hablamos de que tenemos una necesidad de agua que hay que reconocer y añadir a los 467 hectómetros cúbicos asignados. Si se hace balance, con una media de lo que se ha venido pidiendo cada año cumpliríamos con los datos de la campaña. Necesitamos que se reconozca que el arroz consume más y que su dotación debería ser mayor. Si no se reconoce esa dotación, cuando haya escasez de agua vamos a tener graves problemas.
–¿Cuándo termina la campaña?
–La planificación establece el final de la campaña para el 27 de septiembre, pero el año pasado se dio algún riego extra y llegamos hasta la primera semana de octubre. En este caso no lo descartamos, aún así, dependerá de la climatología y de la disponibilidad de recursos que tengamos. Es posible también que se realicen algunos cortes programados a partir de septiembre cuando ya las necesidades hídricas son menores, aunque se avisará previamente a los regantes.
–Al margen de la campaña, ¿qué otros frentes hay abiertos?
–La comunidad general de usuarios nació con dos objetivos. Por un lado, abaratar costes, es decir, que el usuario notase un ahorro que este oscila entre los 18 y los 40 euros por hectárea. Y, por otra parte, mejorar el servicio que, en cuanto al reparto del agua se valora positivamente por parte de los regantes y en infraestructuras pretendemos abordar pequeñas reparaciones en acequias y más de 100 kilómetros de pistas de servicio que son propiedad de confederación.