TITULO: Cartas Olvidadas - El 'macrobrote' de Mallorca deja ya más de 650 contagios,.
El 'macrobrote' de Mallorca deja ya más de 650 contagios,.
La comunidad con más infectados tras los viajes de estudios es Madrid, con 363,.
foto / El número de contagiados tras viajes de estudios a Mallorca continúa creciendo. Según los datos ofrecidos por las comunidades, ya hay más de 650 personas infectadas con vinculación a este 'macrobrote', que se registró en la isla balear entre el 18 y el 20 de junio y que afecta a jóvenes de ocho autonomías.
El mayor número de contagiados se encuentra en Madrid, que este sábado elevó a 363 los infectados (y a 2.000 las personas que se enuentran en cuarentena), aunque la cifra puede seguir creciendo porque se continúan realizando pruebas diagnósticas a los estudiantes que estuvieron en Mallorca y también a sus contactos estrechos, algo que está ocurriendo en el resto de las comunidades con implicación en el 'macrobrote' (Comunidad Valenciana -67 contagiados por el momento-, Galicia -50-, País Vasco -126-, Cataluña -22-, Murcia -20-, Castilla-La Mancha -11- y Aragón -10-).Pero el riesgo no acaba ahí, ya que las propias Islas Baleares (que está haciendo pruebas a los trabajadores de los hoteles en los que se alojaron los estudiantes) o Andalucía (donde 476 jóvenes se encuentran sometidos a medidas de aislamiento) investigan nuevos casos relacionados.
A la vez, la Generalitat de Cataluña ha anunciado que está estudiando otro brote en alumnos procedentes de esta comunidad que fueron de viaje de estudios a Menorca. Hasta el momento, se han confirmado 57 positivos y 262 personas han sido consideradas contactos estrechos.
TITULO : Cartas en el Cajon - La nueva vida de Urdangarin ,.
La nueva vida de Urdangarin,.
Se ha ganado el afecto de sus compañeros de bufete en Vitoria, por donde se mueve en bici. Liberado de dormir en la prisión de Zaballa podrá ir a Suiza a ver a su mujer,.
Iñaki Urdangarin departe de manera distendida con varias mujeres junto a la plaza de los Fueros, en Vitoria. El exduque de Palma, l iberado esta semana de dormir en la prisión alavesa de Zaballa, se ha ganado el afecto de sus compañeros en el bufete Imaz&Asociados, donde ejerce de consultor como uno de los requisitos para disfrutar de una libertad vigilada. Cumple el yerno de Felipe VI una pena de 5 años y diez meses de cárcel por diversos delitos económicos.
Su deuda con la Justicia expirará en la primavera de 2024. Pero este lunes, el juzgado de Vigilancia Penitenciaria que instruye su caso aceptó la propuesta de la junta de tratamiento del penal alavés y le concedió el mayor respiro desde que su ilustre nombre se ligó a la corrupción. Ha dejado atrás sus 4 noches semanales en una celda de 13 metros cuadrados en el módulo residencial para internos en régimen abierto. Ya descansa a diario en casa de su madre, Claire.
Tras cubrir la primera parte de su condena en una zona acotada de la prisión abulense de Brieva, de ahí pasó al Centro de Inserción Social de Alcalá de Henares. A finales de febrero se trasladó a Zaballa, a tan sólo 15 kilómetros de la ciudad donde superó la adolescencia y reside gran parte de su familia paterna.
Esta semana especial, el marido de la infanta Cristina ha mantenido sus rutinas habituales. El domicilio de su progenitora se encuentra en una urbanización privada rodeada de zonas verdes. «Pasea a diario. Sale mucho con su madre y van siempre de la mano», cuenta una vecina. Su revés legal, unido a su caída en desgracia social, les ha unido más si cabe. Juan Mari, su padre ya fallecido y cercano al PNV, presidió la Caja Vital hace un cuarto de siglo.
Hasta la cruz de Olárizu
Deportista innato -fue profesional de balonmano y olímpico, conoció a su mujer en Atlanta'96-, Iñaki mantiene viva esa llama. Lo primero que hizo cuando llegó a Vitoria fue comprarse una bicicleta en una tienda especializada de la calle Domingo Beltrán.
Va con ella al trabajo. Ha pedaleado hasta la cruz de Olárizu, a un kilómetro de la capital alavesa y con unas cuestas importantes. Aunque también ha sufrido algún susto sobre dos ruedas. «Un día se le llamó la atención porque iba sin mascarilla. Tuvo que dar media vuelta, volver al despacho y coger una. No se le abrió sanción», desvelan fuentes internas de la Ertzaintza.
En sus tiempos muertos acude habitualmente a la Fundación Estadio, unas instalaciones deportivas situadas muy cerca de su casa y dirigidas desde 1996 por su hermano Mikel. «Hace 'agua' (natación) y acostumbra a venir en horarios con poca gente», afirma una usuaria habitual.
Esa querencia por no ser visto, por pasar desapercibido, también la ha seguido entre rejas. «Tenía una rutina para salir y entrar de la cárcel. Cuando el resto de reos del mismo grado se iban o llegaban, luego lo hacía él. Siempre solo. Y camuflado con la mascarilla», rememoran agentes de la Policía autonómica.
Para los desplazamientos a o desde Vitoria siempre le acompañan escoltas. «Se pone muy nervioso si van impuntuales», agregan. ¿E intramuros? «En los cuatro meses que ha estado con nosotros ha tenido verdadera obsesión por no llamar la atención, por no generar problemas», admiten funcionarios del centro penitenciario más moderno y amplio del País Vasco. Deja la impronta de un interno «discreto, muy religioso y ordenado». Su celda, en la que ha dormido solo, «siempre la ha mantenido muy ordenada y con una disposición espartana».
El cumpleaños de Cristina
Debido a su trabajo como consultor se le permitirá viajar al extranjero «puntualmente». Por eso no portará pulsera telemática, como sí hacen otros presos de su mismo grado. Tendrá controles telefónicos «y de otro tipo». A mediados de mes ya viajó en coche hasta la ciudad suiza de Ginebra para celebrar el cumpleaños de su mujer, la infanta Cristina. Seguramente habrá más desplazamientos parecidos.
TITULO: REVISTA TENIS -Muguruza: «No estaba preparada para el gran vacío de no jugar al tenis» ,.
Muguruza: «No estaba preparada para el gran vacío de no jugar al tenis»,.
«Mis maletas llevan más de dos meses en casa y, para mi sorpresa, no tengo prisa por rehacerlas», afirma la tenista en una entrevista a Vogue,.
foto / La tenista hispano-venezolana Garbiñe Muguruza ha confesado que no estaba «preparada para el gran vacío» que ha sentido al no jugar al tenis, pero ahora considera que este periodo de confinamiento por el coronavirus puede haber sido una buena preparación para el día en que toque «colgar la raqueta».
«Cuando me planté en mi casa, confundida y sin ningún plan, pensé: 'Y ahora, ¿qué?'. Mi vida, en la que estoy acostumbrada a un ritmo frenético de viajes, presión y esfuerzo físico, se ha visto detenida de un día para otro. No estaba preparada, sobre todo para el gran vacío que he sentido al no poder hacer lo que mejor sé: jugar al tenis. Y, en especial, no estaba preparada para no poder rellenar ese tiempo con nada que se le compare», afirma la ganadora de Wimledon y Roland Garros en un artículo que publica la revista Vogue.
«Mis maletas llevan más de dos meses en casa y, para mi sorpresa, no tengo prisa por rehacerlas», señala. «El mundo ha dicho stop y nos ha puesto en nuestro sitio. Ahora los días realmente tienen 24 horas. Los minutos apenas pasan y eso supone que mi cabeza se vea invadida de ideas», añade Muguruza, que a finales de febrero preparaba en California (EE.UU.) el torneo de Indian Wells cuando la competición fue cancelada, lo mismo que la siguiente en Miami, y ella tuvo que regresar de forma apresurada a su casa en Ginebra (Suiza).
«Parecía que cada hora que pasaba el mundo se iba desmoronando un poco más. Lo que me había parecido algo impensable, como la cancelación de dos de los mayores torneos de tenis del mundo, se volvió de pronto algo insignificante. Habíamos salido de golpe de nuestra burbuja del circuito profesional de tenis. Lo que se nos venía encima», comprendió la jugadora, «era mucho más grande y grave».
En su artículo, la jugadora nacida hace 26 años en Caracas subraya que desde hace diez años nunca había estado más de un mes en el mismo sitio.
«Estoy batiendo un récord. La última vez fue cuando me operé del tobillo y no pude andar durante varios meses. De eso hace ya casi una década», dice.
El confinamiento por la pandemia ha supuesto para ella «un codazo». «La vida te dice: 'Eh, hay muchas más cosas que el tenis, quizás sea un buen momento para que te prepares para cuando ese día llegue. Para cuando tengas que colgar la raqueta'».
La decimosexta jugadora de la actual clasificación mundial se siente «rodeada de un mundo superficial: medios de comunicación, cámaras, gente interesada o la famosa sociedad donde lo más importante es el Bentley que tienes».
«No me siento identificada con ese mundo, es vacío, es soledad, placeres efímeros. Son las experiencias únicas y compartidas las que nutren, alimentan tu visión, tu perspectiva y las ganas de vivir», dice Muguruza, antes de mencionar un viaje a Tanzania el pasado octubre, con subida al Kilimanjaro incluida, como la experiencia más dura de su vida pero también una de las más gratificantes.«Fue la primera vez que semejante esfuerzo era solo para mí y para nadie más. No había ni trofeo, ni cámaras, ni un cheque. Solo la satisfacción personal que me dio esa experiencia», apunta.
Pero el tenis, dice, «es mi pasión, mi trabajo, mi herramienta para conseguir mi tan ansiada independencia y libertad, para controlar mis propias decisiones y mi vida como mujer libre».
Muguruza, a quien en un futuro le gustaría hacer entrevistas a personajes interesantes, aprender costura y diseño, cocinar o «coger un pincel y un lienzo por primera vez y que salga lo que tenga que salir», ha aprovechado la cuarentena para retomar sus estudios y ha terminado cuatro cursos: dos de nutrición y salud, de la Universidad de Stanford; uno de psicología, de la Universidad John Hopkins; y uno de ciencia del ejercicio, por la Universidad de Colorado, enumera la jugadora.