TITULO: DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES - JUEVES - VIERNES - Ca7riel & Paco Amoroso, el dúo porteño del que todo el mundo habla,.
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Ca7riel & Paco Amoroso, el dúo porteño del que todo el mundo habla,.
Un concierto de 17 minutos, grabado en los Tiny Desk Concerts de la radio estadounidense NPR Music, enciende las redes,.
Captura del Tiny Desk de Ca7riel & Paco Amoroso en la sede de NPR Music en Washington.
(Desayuno)
Hace tres semanas que el vídeo del concierto de la dupla argentina Ca7riel & Paco Amoroso en los Tiny Desk Concerts fue subido a las redes. Al cierre de esta edición contaba con casi siete millones de visualizaciones. Y sigue sumando. Definidos por la revista Rolling Stone como “una extraña fórmula perfecta”, Catriel Guerreiro (Ca7riel, 30 años) y Ulises Guerriero (Paco Amoroso, 31 años) se conocieron a los seis años en la escuela primaria. “Guerreiro”, decía la maestra. Y luego, casi como si se hubiera equivocado y se corrigiera: “Guerriero”. Sus compañeros se reían. Ellos se miraban con complicidad. Así se hicieron amigos: después de clases, iban juntos a un taller de música. Catriel estudiaba guitarra; Ulises, violín con el método Suzuki.
(Cena )
Siguieron cerca. En 2011 formaron la banda de rock Astor y las Flores de Marte. Mezclaban rock progresivo, funk y reggae. Se pusieron los apodos: Ca7riel, Paco Amoroso, y entre 2018 y 2019 armaron un dúo de trap. Lanzaron los sencillos ‘Piola’, ‘Jala Jala’ y ‘Ouke’. Durante la pandemia, cada uno siguió con sus proyectos. En 2022 volvieron con la gira Paga Dios World Tour.
En abril de 2024, sacaron su primer álbum de estudio: Baño María. La escucha se hizo en el Lollapalooza: ellos dos, en malla, en un jacuzzi. En agosto, lo presentaron en un Movistar Arena de Buenos Aires repleto: fue la antesala de la gira que hace unos días interrumpieron para grabar, en los estudios de la emisora NPR Music en Washington, el vídeo del que todos hablan y que son cinco temas de su primer disco juntos. Nuevas versiones, en formato acústico, de ‘Dumbai’, ‘El único’, ‘Mi deseo/Bad Bitch’, ‘Baby Gangsta’ y ‘La que puede, puede’, sus hits, dentro del Latin Music Month, que la radio organizó para el mes de la herencia hispana.
El ritmo contagia, sin autotune ni efectos en las voces, las pistas pasan a un segundo plano y en relieve quedan los vientos y la percusión. “Música sin maquillaje”, definió la propuesta Ca7riel en una entrevista luego del show: “Acá a carita lavada, que suene como vinimos al mundo”.
Ca7riel, chaleco armado con peluches de corazón repitiendo “te amo”. Paco Amoroso, sombrero peludo y turquesa de la diseñadora Florencia Tellado. Los músicos que los acompañan, con camisetas con las caras de los dos músicos con filtros. 17 minutos de espectáculo. El resultado, el vídeo tendencia de YouTube.
Mientras tanto en X, esa reunión de consorcio mundial en la que cada participante intenta tipear lo más fuerte posible, los comentarios se acumulan. Los amantes del hip hop los vitorean, sus fans aplauden extasiados, otros preguntan quiénes son, y también están quienes, abusando del anonimato impúdico de la red social, lanzan barrabasadas. “No quiero exagerar, pero me sonó algo a Frank Zappa”, dice un usuario. “Caviar del más puro”, replica un segundo. “Adictivo”, dice un tercero. “Hipnótico”, cree un cuarto. “Esto es increíble!!! Me devolvieron la esperanza!!!”, se ilusiona el cantante de la banda Los Pericos, Juanchi Baleirón. Frente a un anónimo que, irónico, escribe: “Nos merecemos la extinción”. Otro: “Horror de música”. Y uno más: “Cada canción que hacen supera a la anterior en mala”.
Ajenos a toda esa hojarasca, la dupla seguirá su gira por Uruguay y México y llegarán a España a finales de noviembre: se presentarán en Madrid, Valencia, Barcelona, Bilbao y Sevilla y terminarán en Granada a mediados de diciembre.
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EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. - El Gobierno reconoce en el BOE la “emergencia nacional” que no quiso declarar en Valencia ,.
EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. - El Gobierno reconoce en el BOE la “emergencia nacional” que no quiso declarar en Valencia ,fotos,.
El Gobierno reconoce en el BOE la “emergencia nacional” que no quiso declarar en Valencia,.
El real decreto que se publica hoy con la nueva partida de ayudas para la DANA, se aferra a esta situación de excepcionalidad para no relevar a un alto mando policial,.
El BOE publica hoy el segundo real decreto de ayudas para las zonas afectadas por la DANA. Un decreto que el Gobierno ha utilizado para mantener en el cargo al Director Adjunto Operativo (DAO) de la Policía Nacional, comisario principal José Ángel González. Su continuación se produce a través de una modificación legal por la que se deja sin efecto su próxima jubilación al llegar a los 65 años de edad. Sin embargo, lo significativo es que para justificar esta decisión se aferran la “situación de emergencia nacional" provocada por la DANA.
Una “emergencia nacional” que el Gobierno central se ha negado a declarar, pese a las peticiones reiteradas que se han hecho en este sentido por parte del principal partido de la oposición y que hubieran residenciado el mando de la emergencia en el Ministerio del Interior. "En esta situación de emergencia nacional resultaría altamente disfuncional proceder a la sustitución de quien, al frente de la Dirección Adjunta Operativa, se encuentra dirigiendo y coordinando sobre el terreno las funciones operativas de los efectivos de la Policía Nacional", dice el Gobierno en el Real Decreto Ley sobre el segundo paquete de ayudas por la DANA, publicado hoy en el BOE.
De hecho, este escenario, el de la emergencia nacional, estuvo encima de la mesa del Gobierno en el comité de crisis que se reunió en la noche del martes 29 con la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, a la cabeza, porque el presidente estaba volando de vuelta desde India. Esto hubiera supuesto asumir la dirección de todo el dispositivo, pero se consideró que no era necesario, porque la Generalitat valenciana estaba "actuando correctamente". Entendieron, entonces, que forzar un conflicto institucional, aplicar una suerte de artículo 155 de la Constitución de facto, que supondría arrebatar a la comunidad autónoma sus competencias de manera unilateral y forzando una situación, que según el propio Pedro Sánchez, habría “restado eficacia” a la gestión.
TITULO : Donde comen dos - Sardinas Cuca - Celele, el restaurante de Cartagena de Indias donde comerse el Caribe colombiano ,.
Donde comen dos - Sardinas Cuca - Celele, el restaurante de Cartagena de Indias donde comerse el Caribe colombiano , fotos,.
Celele, el restaurante de Cartagena de Indias donde comerse el Caribe colombiano,.
Una cocina vanguardista que rinde homenaje al mestizaje del Caribe colombiano, a sus materias primas y a unos productores con los que trabaja mano a mano.
En una de las partes más bellas de Cartagena de Indias, en pleno barrio colorido de Getsemaní, en una casa pintada por fuera en un reconocidísimo azul Klein, se esconde el
restaurante Celele. Con Jaime David Rodríguez al frente, su cocina, basada en la investigación del territorio y de sus productos, habla de las costumbres, las tradiciones y la biodiversidad del caribe colombiano al tiempo que pone en valor los alimentos de la zona y reivindica una gastronomía propia.
Degustar el Caribe
Más que un restaurante, Celele es un proyecto de investigación bajo el que se encuentra Proyecto Caribe Lab con el que Jaime lleva más de 6 años demostrando que la cultura gastronómica de esta zona del país tiene mucho que abarcar. Y es que el Caribe colombiano no son solo las playas que dan a este mar, pues esta área recoge siete departamentos y un archipiélago llegando desde los glaciares de Sierra Nevada en Santa Marta –a 5.700 metros de altitud sobre el nivel del mar–, pasando por el bosque seco de La Guajira, por páramos, sabanas y selvas húmedas hasta las islas de San Andrés y Providencia o las llanuras del río Sinú. Este sinfín de ecosistemas que dan lugar a un territorio único lleno de productos por descubrir, son los que el cocinero ha estado años recorriendo e investigando para llevarlos a la mesa de Celele.
Investigación que se come
Este proyecto de exploración de la costa caribeña de Colombia, centrado en la profundización de la cultura de los pueblos indígenas, el descubrimiento de nuevos sabores, productos e ingredientes y la documentación de recetas que estaban a punto de perderse se materializó en 2018 en un restaurante que a día de hoy se encuentra en el puesto 16 de los 50 Mejores Restaurantes de Latinoamérica. A este trabajo se le suma el reconocimiento de esa labor de investigación gastronómica y social que ha llevado a recibir a Jaime David Rodríguez la nominación a The Best Chef Award 2023 ya que su cocina sea reconocida en todo el mundo.
Un nombre, varios significados
Son infinitas las connotaciones que tiene la palabra ‘celele’ en el Caribe colombiano, además de haber sido un nombre que ha puesto a Cartagena de Indias en el mapa gastronómico mundial. La primera hace referencia a una sopita de carne asada y frijoles cabecita negra. La segunda, a un aderezo hecho a base de ají y suero costeño. La tercera, es una forma popular de decir hacer el amor, como dice una canción popular de champeta –un género musical originado en los barrios marginales de Cartagena–. Y, la cuarta, hace referencia a cuando una persona es muy intensa.
De lo tradicional al producto
Si bien en la cocina caribeña colombiana destacan elaboraciones típicas como el arroz con coco, el pescado frito, la arepa de huevo o el bollo de yuca, Jaime demuestra que en esta parte del país hay todavía mucho más que ofrecer a los comensales. Sus platos son un viaje a través de todo este territorio en producto, sabores, técnicas y recetas, además de una belleza única que demuestra una capacidad asombrosa para llevar a la mesa cada uno de sus ecosistemas.
Oda a su historia
Inspirado en las costumbres, las tradiciones y la biodiversidad del caribe colombiano, Celele habla a través de sus platos de las fusiones de la cocina Indígena, africana, española y árabe. Y lo hace, siempre, poniendo en valor los alimentos de este territorio, logrando un menú en el que el 95% de todo lo que se consume proviene del Caribe impactando directamente en agricultores, pequeños productores, pescadores y artesanos. Y es que Celele, además de ser un proyecto de investigación llevado a la mesa, es un lugar donde la parte social, el comercio justo y la sostenibilidad son los ejes que guían su trabajo.
Más que un proyecto social
Esta labor de investigación y enfoque al producto local, no es sólo la forma de reivindicar una gastronomía propia con materias primas de kilómetro cero, es también una manera de ofrecer una vida mejor a todas las comunidades que viven del cultivo de estos alimentos. Muchos de estos productos, como orejero, algarrobo, ñame, maíz, ajonjolí, yuca, anacardos, flor de Jamaica, pacay, cacao o diferentes tipos de ají –por mencionar solo algunos de los muchos que utilizan–, provienen de la zona de bosque seco tropical de Montes de María donde con su trabajo impactan de manera directa a más de cien familias y, de forma indirecta, a doscientas.
De allí provienen productos que hasta ese momento eran prácticamente desconocidos y escasamente comercializados; incluso se desperdiciaban o servían para darles de comer a los animales. Pomarrosa, candia, cañandonga, moringa, diabolines, chirrinchi, guaguao o chipacorinas, forman parte también de este recetario en donde han logrado dar vida a árboles y productos que hasta ese momento no se usaban en la cocina. Ese aprovechamiento lo han logrado también enseñando a los locales cómo recoger cada una de estas materias primas, transformarlas y conservarlas convirtiendo a los productores, al mismo tiempo, en sus propios conservadores del ecosistema y en guardas de la cocina indígena.
A tope de color
Sentarse en la mesa de Celele es toda una experiencia; un viaje a través de los sabores de una región de la que el comensal prácticamente no tiene registros. Dulces, salados, ácidos y amargos se entremezclan con los sabores umami, la astringencia, la delicadeza, la elegancia, las texturas suaves, las salvajes o crujientes. Pero también es un viaje a través de la estética y la fotogenia, seña indiscutible de identidad del trabajo de Jaime. Reconocibles al completo, sus platos son una simbiosis entre el producto local y la tierra de la que proceden; son relatos visuales –y comestibles– de la diversidad de esta región.
Los infalibles
En sabor, olor y belleza, la Ensalada de flores caribeñas se lleva la palma, vegetal a más no poder con fruta y semilla de marañón (anacardo) en diferentes versiones –encurtida, en crema y tostada–. La Cangreja del archipiélago de San Bernardo con arepasamariaes otro de los hits vegetarianos junto con la Boronía en texturas —berenjena al vapor conservada en vinagreta con cremoso de plátano maduro y garbanzos crocantes— y la Burrata de leche de búfala elaborada por Planeta Rica con patilla asada, gazpacho de flor de Jamaica, hojas de ciruela costeña, pepino blanco, sorbete de moringa y journey cake. Los Buñuelos de orejero con pato confitado y su tartar son un guiño a la receta de los clásicos buñuelos colombianos de esta zona y el Celele de cerdo, el Chivo guisado, la Gallina criolla confitada y la Langosta, productos locales de mar y montaña que se consumen habitualmente en la región.
El apartado de postres tampoco se queda atrás, ni en belleza ni en sabor. El Sorbete de coco y flor de Amor es un viaje sensorial a través del gusto floral y de una de las frutas más icónicas del caribe. Los amantes del chocolate no pueden dejar de probar el Cremoso de chocolate de Sierra Nevada de Santa Marta, acompañado con gel de tamarindo, texturas de ají dulce y crumble del bosque seco tropical. Y el Flan de cáscara de orejero con helado de mucuna y espuma de leche de Choibá caramelizada es un recorrido a través de los sentidos y de sabores que, posiblemente, no se tengan registro en el paladar.
Bebidas locales y ancestrales
La experiencia Celele se completa con un maridaje centrado en la coctelería, con y sin alcohol, que divide la carta en clásicos de clásicos —con Negroni, Aperol Spirtz, Mojitos, Old Fashioned o Martini— y su coctelería de autor inspirada en el Caribe. En esta sección aparecen cócteles con base de ron, tequila, ginebra o viche —un destilado tradicional del país— que se acompañan con productos locales dando lugar a tragos herbales, cítricos, afrutados o especiados que se adaptan a todo tipo de paladares. Además, también ofrecen bebidas alternativas a los cócteles como las cervezas artesanales que se elaboran en Sierra Nevada de Santa Marta con agua de manantial; los jugos de fruta y limonadas, tan típicas del país, como la de panela o la de limón mandarino con flor de bastón del emperador; la chicha de arroz, tradicional de la zona; o algo más moderno e internacional como las kombuchas.
