TITULO: 7 DIAS CITAS , SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO - ¡ BUENOS DIAS JAVI Y MAR !
- CADENA 100 - CALLEJEROS - Al rincón de pensar - Martes-10- Noviembre- Cuando todo esto pase ,.
¡ BUENOS DIAS JAVI Y MAR ! - CADENA 100 ,.
Lo mejor del programa ¡Buenos días, Javi y Mar! que se emite cada mañana en CADENA 100 de 06:00 a 11:00 y que presentan Javi Nieves y Mar Amate,etc.
Al rincón de pensar Martes -10- Noviembre,.
Al rincón, anteriormente conocido como Al rincón de pensar,
fue un programa de televisión español en el que cada semana dos
personajes de plena actualidad (cantantes, políticos, actores,
deportistas) se someterán a las preguntas Risto Mejide en su particular
rincón. Se emitió los martes a las 00:00 horas en Antena 3., etc.
Cuando todo esto pase,.
foto / Siempre es arriesgado jugar a futurólogo, pero a mi modo de ver, el desenlace de la pandemia que padecemos desde hace unos meses pudiera tener dos formas principales de tomar cuerpo, cada una de las cuales acarrearía sus propias consecuencias. A saber:
Una. Una prolongada e irregular erradicación. La capacidad técnica y científica actual se está demostrando inoperante para desarrollar tratamientos eficaces en quien enferma de covid-19. Sabemos que la puesta en acción de esos tratamientos es lenta y requiere unos procesos y fases de experimentación imposibles de acelerar sin cumplir los protocolos. Puede entenderse perfectamente que nos sorprendiera la primera oleada con un virus nuevo, sin infraestructuras sanitarias suficientes para el rápido avance de la enfermedad. Pero la segunda oleada está demostrando que, a pesar de que ya ha dado tiempo a parapetarse con más medios (equipos de protección, pruebas de diagnóstico, rastreo), la virulencia de la pandemia no remitirá hasta que haya una vacuna eficaz. Lo único que funciona de momento es quedarse en casa, y eso sabemos que no puede volver a repetirse drásticamente. Ya estamos en fase de asumir muertos, un coste peligroso. La carrera internacional por la vacuna aún durará y puede pasar más de un año hasta que esté disponible en dosis suficientes para miles de millones de personas, y eso suponiendo que el porcentaje de eficacia sea asumible. Estamos altamente expuestos a sucesivas oleadas. La consecuencia será a medio plazo una sociedad hipercansada, una tensión política creciente y una economía ya adentrándose en una crisis mastodóntica que tardaría más de una década en recuperar el pulso. Y ya sabemos en qué consiste eso: empobrecimiento de capas desfavorecidas y aumento de la desigualdad.
Dos. La epidemia más mortífera de la historia, la gripe de 1918, se erradicó igual que apareció. Entonces ni había vacunas ni laboratorios de contención biológica ni hospitales equipados ni industria farmacéutica avanzada. Y se acabó, eso sí, dejando una letal estela. Con el coronavirus puede pasar lo mismo, con la ayuda de los medios técnicos y científicos que sí existen ya. Puede que la población realmente afectada sea mucho mayor de la que se cree, con lo que contaríamos con una inmunización «de rebaño» no buscada. O puede aparecer relativamente pronto un remedio médico prodigioso –vacuna o tratamiento, o ambos– no previsto en los tempos habituales de experimentación científica. Una vez certificada la ausencia del virus a nivel global, y aunque se mantendría una lógica prevención, en este caso la consecuencia sería la anulación de las restricciones a la movilidad, que es la esencia de nuestro comportamiento social. Los viajes retomarían un auge inusitado, las reservas hoteleras se colapsarían, habría largas listas de espera en restaurantes para comidas y cenas para celebrar la «verdadera normalidad». Nos comportaríamos como muelles libres de una presión prolongada. Sería el fin definitivo de los ERTE y el impulso galopante del empleo. La actividad económica retomaría en pocas semanas su senda a gran velocidad, disparándose las bolsas internacionales por la constatación de la ansiada recuperación en 'V'. La pesadilla habría pasado.
No imagino coyunturas intermedias. Dejo a su criterio por qué escenario decantarse en función de que la botella de cada uno deje el vaso medio lleno o medio vacío. Ya me dirán.
DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES -10- Noviembre.
El programa está conducido por la periodista catalana Susanna Griso. Cada semana visitará la casa de un personaje famoso relevante y mediante el hilo conductor de la entrevista, irá desgranando la vida de los famosos. Como novedad la periodista se instalará en las casas de los invitados durante dos días pasando una noche allí. El martes -10- Noviembre , a las 22:40 por antena 3, etc.
LA NOCHE LARGA, MUJERES EN PRIMERA LINEA, - LA CHICA LUNES - 9- DOMINGO -15- Noviembre - DOS DIAS Y UNA NOCHE - MARTES -10- Noviembre - Pepa Charro,.
Pepa Charro,.
El discurso feminista de 'La Terremoto de Alcorcón' en los Goya,.
Pepa Charro pronuncia el gran discurso de los Premios Goya 2018,.
El de Pepa Charro, más conocida como 'La Terremoto de Alcorcón', fue uno de los discursos más aclamados de la noche. Su reivindicación feminista se ha convertido en uno de los grandes momentos de los Premios Goya 2018.
A continuación, ofrecemos la transcripción íntegra de las palabras de 'La Terremoto': «Soy Pepa Charro y soy una mujer. Creo que se nota, pero lo voy a aclarar. Lo digo porque mi voz suena un poquito más aguda que la de los hombres, tengo un bonito mostrador y las migas siempre caen en el mismo sitio y si me preguntan cuando voy a un casting si me voy a quedar embarazada me quedo un poquito así, sabes... Aunque hace mucho que no voy a un casting»,.
TITULO:
Viajeros Cuatro - Portugal no permitirá entrar a los españoles durante el puente ,.
El Miércoles -4- Noviembre a las 22:45 por La cuatro, foto,.
Portugal no permitirá entrar a los españoles durante el puente,.
El alcalde de Badajoz aseguró ayer que entiende la decisión tomada por el país luso,.
Trabajo, asistencia sanitaria y estudio. Son las tres únicas premisas que tienen para circular los ciudadanos no residentes en Portugal para viajar entre localidades durante el puente de Todos los Santos. La medida fue publicada ayer en el Diario de la República de Portugal, restringe la movilidad a partir del próximo 30 de octubre y hasta las 6 horas del 3 de noviembre, tiempo en el que estará prohibido circular entre municipios lusos. La prohibición impide a los españoles cruzar la frontera esos días salvo excepciones.
Según publica el periódico 'Linhas de Elvas', el ministro luso de Administración Interior, Eduardo Cabrita, declaró que las fronteras terrestres con España no se cerrarán durante el próximo fin de semana, cuando se impongan restricciones a la circulación, pero los no residentes solo «deben venir a Portugal única y exclusivamente para este marco de circulación autorizado: trabajo, asistencia sanitaria y estudio».
Mascarilla obligatoria
Además, desde ayer Portugal obliga al uso de mascarilla por la calle, siempre que no se pueda mantener la distancia social aconsejada, para todas las personas mayores de diez años.
En el último mes y medio, los contagios se han disparado en Portugal, especialmente en la región Norte y en la zona de Lisboa, mientras que ayer se registraron 3.299 nuevos positivos –el segundo peor día de la pandemia– y 28 muertes. La presión hospitalaria también ha aumentado de forma exponencial con un total de 1.747 pacientes covid ingresados en planta y 253 en cuidados intensivos.
Por su parte, el alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, reconoció ayer que entiende la decisión tomada por el Gobierno luso de limitar la movilidad, dadas las cifras de contagios que está presentando el país luso en los últimos días. «Entiendo lo que va a hacer Portugal y me gustaría que no tuviera que estar en las circunstancias que lo obligan, pero entiendo que efectivamente hay una absoluta correlación entre la movilidad y el número de casos que salen», aseveró el regidor, al tiempo que añadió en este sentido en que «en momentos determinados hay que tomar decisiones».
Fragoso también cree que debería haber un aislamiento de Extremadura. «Al alcalde lo que le gustaría es que no hubiera covid, y es que hubiera una vacuna, a partir de ahí las medidas que nos marquen son las que todo el mundo tenemos que asumir».
TITULO: ¿Te lo vas a comer ? - Las gambas del Ardila ,. - Alberto Chicote .
El Miércoles -4- Noviembre a las 22:45 por La sexta ,fotos,.
Las gambas del Ardila,.
En una antigua hacienda cercana a Jerez dan de comer con gracia,.
Saben a yodo, a mar, a bahía... Son blancas y de lo mejor que he probado en gambas. Llegan a la mesa en abundancia, te cobran por ellas 12 euros y reposan sobre lechuga y medio limón. Son las gambas del Ardila, sí, del río Ardila, que pasa cerca de Jerez de los Caballeros y se dirige después camino de Portugal para hacer frontera por la zona de Barrancos.
En realidad, son crustáceos de Huelva de toda la vida, pero los sirven a las orillas del río Ardila, en la cafetería restaurante de la Hacienda Arroyo La Plata, un hotel rural y situado entre Jerez y La Bazana.
El lugar merece la pena por aislado, por silencioso, por verde, por el río y por las gambas. El Arroyo La Plata tiene una terraza al aire libre, bajo una carpa, donde se disfruta mucho en las noches de verano. Tiene cosas de restaurante castizo: las sillas y las mesas son publicitarias, te encienden la televisión, hasta entonces apagada, nada más sentarte y todos los postres llegan a la mesa rodeados de una buena dosis de sucedáneo de nata, no vaya a ser que alguien se ofenda por escatimar.
Eso sí, también disfrutas de las ventajas de los lugares básicos, sin bobadas, como que los camareros no te estén mareando todo el tiempo con preguntas retóricas del tipo: "¿Está todo a gusto de los señores... Les gusta lo que están comiendo...?". Aquí, los camareros son simpáticos porque lo son, te preguntan lo importante, reaccionan inmediatamente ante tus respuestas y son infalibles con los trucos como colocar una chapa bajo la pata de una mesa que cojea.
También cojea la literatura en las servilletas del Arroyo La Plata, "un lugar para ser y estar", y en la frase que encabeza su tríptico publicitario: "En un marco incomparable...". Pero caramba, ¿a qué hemos venido hasta aquí, a hacer académicos comentarios de texto o a comer? ¿A comer, no...? ¡Pues comamos!
En la carta de raciones, aparece un pan de bodega de salmorejo con bacalao, carne mechada o salmón con crema de queso que, en principio, mosquea. Porque eso del pan de bodega suena a cuento chino. ¡Pero... sorpresa, no lo es! Desconozco si el pan es de bodega, de tahona centenaria o de horno de leña, lo único que puedo asegurar es que nunca he comido unas "tostas" (sin tostar) tan ricas.
Se trata, en fin, de unas rebanadas de hogaza de 25 por 10 centímetros bien untadas de salmorejo y coronadas por lascas de carne riquísima o láminas generosas de salmón ahumado (5.50 euros). Lo dicho, una delicia imprescindible.
Pero sigamos comiendo porque la ración de jamón ibérico de Jerez (12) es abundante y de primera, con un regusto casi dulce que impresiona. Sirven unas bandejas soberbias de puntillitas, cazón adobado y langostinos (10.50) con las que cenan tres y hay carne a la brasa con picadillo (8), solomillo (11), pluma (11) o presa (12), todo ibérico, todo a la plancha. El bacalao lo preparan rebozado (9), dorado (8) o sobre pisto templado (7.5) y tienen croquetas caseras (8) y unas patatas "aliñás" (5.5) con salmorejo y huevo duro, presentadas en forma de flan, que entran bien si completas su aliño con aceite de oliva virgen.
Las raciones son espectaculares y conviene no emocionarse e ir pidiendo según se va comiendo. Las tartas caseras, de galleta, de manzana, etcétera, tienen la mejor relación calidad precio de la Península Ibérica: 1.50 euros e incluyen la generosa alegría del chantilly. Las cañas, las infusiones y el café a un euro mantienen los precios anticrisis y si sumas las vistas sobre la vega del Ardila y la brisa que llega de los campos de maíz, ¿para qué quieres más?,.
TITULO:
Ven a cenar conmigo- EL HOROSCOPO - El huracán Jacinda agita el mundo,.
El huracán Jacinda agita el mundo,.
Jacinda Ardern. Empática y artífice de la exitosa gestión del virus en Nueva Zelanda, repite al frente del Gobierno y se convierte en un fenómeno global,.
La fórmula para ganar unas elecciones con una mayoría aplastante, inédita en el último medio siglo, tiene nombre de bricolaje: la 'jacindamanía'. Así es como Jacinda Ardern, convertida ya en un fenómeno global, un huracán que agita el mundo con su magnetismo, logró la semana pasada revalidar su cargo con el apoyo de uno de cada dos neozelandeses con capacidad de voto. Es decir, el respaldo suficiente para que su partido, el laborista, gobierne en solitario sin necesidad de alianzas con otras formaciones como el nacionalista Nueva Zelanda Primero o los verdes, aunque todo haga sospechar que contará con éstos para desarrollar uno de sus proyectos más ambiciosos: el autoabastecimiento de las islas con energías limpias. Tiene tiempo par materializarlo. Ha sido la gobernanta más joven de un país (40 años) hasta que en 2019 le superó su homóloga finlandesa, Sanna Marin (34 años).
Medioambientalista convencida. Carismática. Multiperfil. Jacinda Ardern es capaz de encandilar a las niñas que compran el merchandising de 'Top Model' como a los jóvenes profesionales del Distrito Financiero de Auckland que cenan en lo alto de la Sky Tower o a los maoríes, a cuyas comunidades se desplaza con frecuencia. Madre. Tuvo a su hija a los tres meses de ocupar la presidencia del país en 2017 y poco después se la llevó junto con su marido, el periodista especializado en pesca Clarke Gayford, conductor del programa de televisión 'El pescado del día', a una asamblea de la ONU.
Apenas es necesario perder unos segundos en un buscador para encontrar la fotografía de la pareja y su bebé felices entre los escaños de Naciones Unidas. Hoy todavía caben dudas de si la imagen es espontánea o fruto de ese marketing político tan disfrutón que consiste en retratar al líder en actitud vulnerable con su recién nacido dentro de un Parlamento. Trending topic en España.
Feminista convencida, Jacinda Ardern advierte que «no hay que esperar que las mujeres sean supermujeres» y le parece inadecuado que le pregunten cómo compatibiliza su labor presidencial con la materna, dejando de paso al interlocutor con la sensación de que su curiosidad pertenece a 1960 y no a 2020. Lo que viene a ser un trasnochado. Y si con algo hay que terminar este somero retrato es con el ingrediente principal de la 'jacindamanía': la empatía, el pegamento Im edio que une las ideologías y evita que la política se convierta en un «deporte sangriento».
Ella misma afirma que aprendió este concepto durante su infancia en Matupara, donde nació en 1980, una región boscosa, aislada y escasamente poblada donde menos de trescientos niños estudian en una única escuela. Allí los compañeros más pobres que caminaban descalzos le regalaron un sentimiento solidario.
Fan de Angela Merkel
La líder neozelandesa es, junto con Angela Merkel, el arquetipo de jefe de Gobierno en la era del Covid-19. Y eso que les separan miles de kilómetros, un dibujo geopolítico de su entorno absolutamente diferente, las experiencias vitales –profundas en la segunda, más tempranas en la primera–, el magma ideológico y una edad que conduce a la canciller alemana hacia una muy próxima retirada de la política mientras Ardern aún le está tomando la temperatura a la función pública. Pero eso no es óbice para que, cuando le preguntan a qué dirigente internacional le gustaría visitar tras la pandemia, ella responda: «Angela Merkel, sin duda». Incluso por delante de su amigo «Peter» Sánchez.
Ardern y Merkel han mostrado su lado más compasivo ante la tragedia del coronavirus. No han hecho de las víctimas una estadística. Ambas han planificado estrategias eficaces contra la epidemia; mucho más efectiva desde luego en el caso de Nueva Zelanda, con 1.500 contagios y 50 muertes, la tasa más baja de la OCDE, mientras Alemania se ve azotada con una dureza tal en esta segunda oleada vírica que amenaza con desmoronar los logros de la anterior. Y las dos coinciden en la necesidad de una operación de salvamento económico para coser la brecha social. En definitiva, una gobernanza neohumanista necesaria para los ciudadanos de la generación coronavirus que han pasado y siguen pasando miedo ante la infección y la crisis. Y eso ha llevado a las dos jefas de Gobierno a sorprendentes cotas de popularidad entre sus compatriotas.
Los laboristas neozelandeses han obtenido en las recientes elecciones 64 escaños mientras el conservador Partido Nacional, con el que rota en el poder al modo del PSOE y el PP en España desde tiempos pretéritos, se ha quedado en 35. Judith Collins, su candidata, conocida como 'la trituradora', ni siquiera ha podido arañar los gruesos muros de fascinación que genera su contrincante.
CLAVES
- 50
- son las personas fallecidas en Nueva Zelanda por el coronavirus desde la llegada de la pandemia en marzo. Se cuentan también 1.500 contagios.
- 64
- escaños le permitirán dejar a un lado, si quiere, las coaliciones políticas y gobernar con la tranquilidad de una mayoría absoluta.
El pueblo, «mi equipo»
Ardern se halla en las antípodas de Donald Trump. Pero también de Biden y su gris y calculado progresismo conservador. Nada que ver. La ceniza contra la flor. A la primera ministra de Nueva Zelanda la han comparado con Emmanuel Macron y Justin Trudeau; referentes millennial de la política internacional, aunque ellos con más posibilidades de ser devorados pronto por la Generación Z. Quizá guarde más similitudes con el canadiense, pero ligeras. Macron es una multinacional europea. Tan pronto canta las cuarenta en Líbano como es reclamado para mediar en el conflicto bielorruso. Jimmy Carter en el siglo XXI. En cambio, Trudeau va a lo suyo como líder de un país adosado a la sombra del gigante estadounidense y con una potente comunidad nativa. Unos patrones similares a los que se dan en Nueva Zelanda. Posee fuertes vínculos con Australia, una cultura aborigen, la maorí, que pese a su intenso arraigo cultural apenas cuenta con representación en el Parlamento, y una población de cinco millones de habitantes a la que la primera ministra se refiere como «mi familia» o «mi equipo».
Sólo así, con empatía, visión de progreso y sentido de conjunto, aliñados con un toque de marketing bien calculado que se encarga de sacar provecho a esas cualidades, puede explicarse el rápido ascenso de Jacinda Ardern. Estrechamente vinculada en su primera juventud a la unión socialista, se estrenó como parlamentaria en 2008 dentro del campo del laborismo. Ha sido asesora de la primera ministra Helen Clark y de Tony Blair durante una época en Reino Unido. El 1 de agosto de 2017 se convirtió en la líder del Partido Laborista. No fue un premio. La formación atravesaba tiempos difíciles y ella accedió al cargo prácticamente como el grumete al que los oficiales del barco dejan al mando para que termine de hundirlo.
Sin embargo, su capacidad conectiva, unida a una estrategia de desarrollo moderna y un plan de contención del Covid-19 exitoso, le han permitido reeditar su cargo, a pesar de verse lastrada por un programa sin grandes contenidos, según le achaca la oposición. De hecho, a las elecciones de 2017 acudió con una colección de propuestas elaborada a la carrera y los conservadores sostienen que ni siquiera ha cumplido la mayoría de ellas, aparte de carecer de un proyecto económico sólido postpandemia y de comprometer la deuda del país.
La 'jacindamanía' no se entiende sin las redes. Y lo sabe, Ardern es un ejemplo cuidado de 'fandom' político (fenómeno fan en las redes sociales) y cabe pensar que parte de su triunfo obedece a ese seguidismo popular. Con 1,5 millones de seguidores en Instagram, 1,7 millones en Facebook y un equipo dotado de la mejor tecnología para adaptar sus mensajes al formato del móvil, la primera ministra cuelga casi todos los días una imagen suya en las redes.
Las utiliza para afianzar un mensaje político –un móvil infantil sobre su mesa de trabajo en reivindicación de la conciliación o una fiambrera a la puerta de su casa para concienciar del confinamiento– o demostrar su faceta doméstica y maternal, con su pareja, una tarta o la ropa manchada tras dar de comer a su hija. Pero también para demostrar su cualidad de joven gobernanta neopop, retratándose al lado del músico Ed Sheeran o el príncipe Enrique y la duquesa Meghan Markle.
Inflexible con el coronavirus y el terrorismo supremacista,.
Dos turistas británicas se saltaron la cuarentena obligatoria el pasado junio y viajaron de Auckland, en el norte de Nueva Zelanda, a la capital Wellington, distante 640 kilómetros. Al descubrirse la infracción, fueron interceptadas. Pero además, Jacinda Ardern decidió cesar al jefe de todo el aparato encargado de controlar los confinamientos y poner al mando al Ejército. Los hechos revelan el rigor de la primera ministra neozelandesa en el combate contra la pandemia, que ha permitido al país superarla con un saldo de víctimas sorprendentemente bajo: 1.500 enfermos y 50 fallecidos. El gabinete siguió las indicaciones de sus asesores científicos que optaron no por aplacar la curva de contagios sino por «eliminar el virus» mediante restricciones radicales, el cierre temprano de las fronteras y cuarentenas completas de la población.
La estrategia le ha granjeado miles de votos en las elecciones, aunque la joven política ya cosechó una amplia adhesión ciudadana tras el doble atentado supremacista contra dos mezquitas de Christchurch en marzo del año pasado. Murieron 51 personas. Ardern estuvo al lado de la comunidad musulmana, luego impulsó la ley que prohibe la venta de armas militares y semiautomáticas y finalmente pidió a los neozelandeses que nunca nombraran a los autores de la masacre para enterrarles en el olvido.
Despenalizó el aborto y ha aprovechado los comicios para celebrar sendos plebiscitos sobre la legalización de la eutanasia y el consumo de marihuana. Esta semana ha anunciado que prevé invertir 27.700 millones de euros contra la crisis económica, lo que disparará la deuda desde un 20% del PIB hasta el 54% en 2023. Ahí se sabrá una vez más si lo suyo es locura, genialidad o capacidad visionaria.