sábado, 8 de marzo de 2014

REVISTA Mujer Hoy.DE CERCA Eva Green: "Soy un misterio, pero para mí misma" / PROTAGONISTA, EN DIRECTO, 8 MARZO, DIA DE LA MUJER, ¿ QUÉ FUTURO LABORAL NOS ESPERA ?

  1. TÍTULO: REVISTA Mujer Hoy.DE CERCA Eva Green: "Soy un misterio, pero para mí misma",.

    Eva Green ha conquistado con su talento a los mejores directores del mundo (Fotos),.

    La espía que enamoró a 007, vuelve a la pantalla en la piel de otra mujer guerrera, la Artemisia de “300: el origen de un imperio”. Ambas tienen el rostro de esta actriz francesa, que ya se ha ganado un puesto en Hollywood. Tiene una voz tan provocativa como inquietante: dulce pero al mismo tiempo firme, con carácter. Igual que ella misma. Porque la impresión que da la actriz Eva Green (París, 1980) en las distancias cortas es la de una chica tierna, incluso algo tímida, pero al mismo tiempo divertida, espontánea y con fuerte personalidad. Ella parece no tener la menor idea de lo atractiva que resulta, ni física ni personalmente, cuando aparece en la habitación del hotel londinense donde tiene lugar la entrevista. Sonríe y da la mano de forma inquieta antes de preguntar si nos apetece un té. 
    Mientras se sirve el suyo, resulta curioso observar que esta francesa que se ha ganado el beneplácito de la crítica encarnando a malvadas princesas o provocativas espías es la misma mujer que ahora da vueltas a la cucharilla sin quitar su tímida mirada del té. Dicen que es ahí precisamente donde reside su talento: en transformarse completamente en la gran pantalla para dar vida a la bruja que convierte a Johnny Deep en vampiro en “Sombras tenebrosas”, la agente Vesper Lynd que enamora al primer 007 interpretado por Daniel Craig o la enigmática princesa Sybilla que vuelve loco a Orlando Bloom en “El reino de los cielos”. Esta tarde, Eva Green lleva el pelo cardado y viste levita y pantalones negros, como si un personaje de Tim Burton se hubiera escapado de la gran pantalla para convertirse en ella. 
    Pero lo que más llama la atención no es ni su ropa ni su peinado, sino unos enormes ojos azules ante los que ya se han rendido un largo listado de consagrados directores. Entre ellos, Bernardo Bertolucci, quien dijo de ella que era tan bella que resultaba indecente. Los mismos ojos, aunque esta vez llenos de rabia, que buscarán venganza en “300: el origen de un imperio”, la precuela de “300”, donde interpreta a la implacable comandante Artemisia. No es su único regalo para el público este año: también protagoniza una serie y otras tres películas que se estrenarán en los próximos meses.
    Mujer hoy. En “300: el origen de un imperio”, interpreta a una mujer vengativa y sin compasión. ¿Se sintió cómoda siendo Artemisia? 
    Eva Green. Me lo tomé con calma. A Artemisia le ciega la venganza, no puede ver más allá. Está traumatizada por lo que le pasó de niña, cuando toda su familia fue asesinada, y como no puede quitarse eso de la cabeza, está empeñada en matar a todos los griegos del planeta. No se permite tener sentimientos hacia nadie, su misión es acabar con todos. Es un personaje implacable, despiadado, furioso, lleno de rabia. Pero es entretenimiento, no hay que tomárselo demasiado en serio.
    MH. Entonces no tiene nada en común con ella. 
    EG. [Risas] Espero que no. A veces desearía cortar la cabeza de alguien, pero normalmente no.
    MH. ¿Por qué a los directores les gusta verla en el papel de mala? 
    EG. Mmmm... Tengo el pelo negro [Risas]. Siempre me han gustado los personajes malvados; no por el hecho de ser malos, sino porque son personajes complejos. Para mí, sería un horror hacer solo el papel de la novia del protagonista. También hago películas en las que la gente puede ver más parecido a cómo soy, no siempre interpreto a brujas. Pero ya sabes, a todos nos gusta encasillar a los demás.
    MH. La película está ambientada en el 490 a.C., cuando una mujer comandante era algo completamente inusual. ¿Sigue habiendo terrenos prohibidos para las mujeres? 
    EG. Todavía no ha llegado la igualdad a todas las parcelas de la vida. Incluso hoy no encontrarías a una mujer dirigiendo un ejército. Pero es cierto que hemos avanzado. Por eso los hombres se sienten un poco intimidados por las mujeres, como si tuviéramos un poder imposible de descifrar, como si fuéramos brujas.
    MH. Este es su primer papel de acción. ¿Algúna preparación especial? 
    EG. ¡Y muy intensa! Entrené en París con tres chicos magníficos. Uno se encargaba del entrenamiento puro y duro dos horas diarias y, después, tenía otras dos horas de entrenamiento con dos espadas profesionales. Poco a poco fui cogiendo ritmo. En realidad. la lucha con espadas es como un baile al que tienes que añadir fuerza física. Yo volvía locos a los entrenadores preguntado si debía hacerlo de esta manera, de la otra, qué tal si hacía determinado movimiento... Y ellos me decían: “¡No pienses tanto, simplemente hazlo!”. Al final, disfruté mucho.
    MH. ¿Qué es lo que más le atrae de su trabajo? 
    EG. [Risas] ¿Las entrevistas? No, hablando en serio, me encanta la preparación del personaje, quizá es lo que más disfruto: hacer mis deberes. Aunque también es alucinante cuando te encuentras con un director con el que te entiendes a la perfección y se produce una verdadera conexión. Entonces te sorprendes superando tus propias expectativas, y es una sensación alucinante. No pasa muy a menudo porque siempre está la presión del tiempo y un montón de cosas más, pero cuando ocurre, es tremendo. La última vez que me pasó fue con un director español, Juan Antonio Bayona [se ha encargado de rodar los dos primeros capítulos de la serie “Penny Dreadful”, protagonizada por Eva Green y Josh Hartnett]. Nos entendimos muy bien porque es muy visual, además de pasional. No es de los de mucho bla, bla, bla, ni de andarse con chorradas, sabe perfectamente lo que quiere. Fue fantástico. Ojalá rodáramos toda la serie con él.
    MH. ¿Y algo que odie? 
    EG. La espera. Esperar que te llegue un papel maravilloso, depender de los deseos de otra gente, no saber si vas a estar en alza de nuevo o no, si eres lo que buscan o no... Todo eso.
    MH. Hace poco cumplió 10 años de su primera interpretación en el cine. 
    EG. ¿Sí? [Mira hacia atrás al hacer recuento]. Pues... sí. ¿Tanto?
    MH. ¿Ha cambiado mucho en este tiempo? 
    EG. No tanto. Quizá me enfrente a las cosas de otra forma, pero afortunadamente todavía no siento que tengo todo hecho o que ya he superado lo más difícil. Siempre pueden decir: “¿Qué edad tiene? Bah, tenemos una mejor”. Así que eso espero.
    MH.  Cuando se presentó en EE.UU. su primera película, “Soñadores”, la prensa le preguntaba tanto por las escenas de sexo que en ocasiones la hacían sentir como una actriz porno. ¿Le ha vuelto a ocurrir? 
    EG. “Soñadores” fue todo un “shock” para los norteamericanos. El único tema que les interesaba era el sexo. Las preguntas eran del tipo: “¡Oh, Dios mío! ¿De verdad hicisteis el amor?”. Yo no entendía nada. Pero creo que ahora Hollywood se toma el tema del sexo con algo más de naturalidad.
    MH. Es hija de dentista y actriz muy reconocida en Francia, Marlène Jobert. ¿Qué dijo su madre cuando supo que quería ser actriz? 
    EG. No le dije que quería ser actriz. Me daba bastante vergüenza porque no quería que pensara que iba a por lo fácil. Temía que le sonara a “¿puedes pasarme a tu agente?” o “¿me puedes meter en este proyecto?”. Le dije que quería ser directora y que antes iría a una escuela de arte dramático para ver si me gustaba. Y eso es lo que hice: fui a una escuela de arte dramático durante tres años en París, me gustó mucho y así empecé.
    MH. ¿Y la apoyó? 
    EG. Sí, mucho. Me echaba una mano con los guiones, los leíamos juntas y me ayudaba con la técnica.
    MH. Ha dicho que ser actriz no es un trabajo sino una religión. 
    EG. Sí, suena disparatado, pero es verdad. No vas a la oficina y fichas, es una pasión, pones en ello tu vida, tus pensamientos, tus creencias... Y se convierte en algo mágico. Quizá resulta un poco desquiciante, pero es muy satisfactorio.
    MH. ¿Cuando acaba la magia y se pone el pijama es fácil desconectar? 
    EG. Sí, no soy como Daniel Day-Lewis. ¡Imagínese si siguiera siendo Artemisia en casa! Me volvería loca. Para algunos personajes necesitas mantener la concentración más tiempo, pero aún así, no me cuesta desconectar. Creo que es importante tomarse las cosas con tranquilidad, si no acabas desequilibrada. Además, sería muy aburrido no poder deshacerte de tus personajes. Necesitas tener tu espacio y liberarte para poder dar lo máximo de ti cuando vuelves al rodaje e interpretas la escena.
    MH. ¿Siguen sin gustarle demasiado las entrevistas personales? 
    EG. Mi vida no es nada excéntrica, es muy normal. Por eso creo que no aporta nada que cuente si voy a correr por la mañana o si como pescado y judías verdes. Solo soy actriz. Pero vivimos en un mundo tan público que hay gente a la que le interesa saber cuál es tu color favorito. Lo entiendo, así que participo en el juego. Pero creo que hace un tiempo, en la época dorada de Hollywood, todo era más glamuroso. Se mantenía parte del misterio, esa es mi impresión.
    MH. Así que le gusta el misterio. 
    EG. Soy un misterio, pero para mí misma. Eso sí que es verdad [Risas]. La gente no me conoce, soy una persona muy normal.

    Una mujer al frente de un ejército 
    Siete años después de estrenar “300” (2007), la epopeya sobre la batalla de las Termópilas de Zack Snyder, Eva Green protagoniza “300: el nacimiento de un imperio” (en cartelera), dirigida por Noam Murro. Su personaje, Artemisia, es despiadada, como muchos de los guerreros de las Guerras Médicas que Frank Miller narra en “Xerxes”, el cómic en el que está basada,.

    TÍTULO:  PROTAGONISTA, EN DIRECTO ,8 MARZO, DIA DE LA MUJER, ¿ QUÉ FUTURO LABORAL NOS ESPERA ?

     En el Día Internacional de la Mujer 2014, las directoras de Recursos Humanos de cuatro empresas punteras analizan la situación de las mujeres en el mercado laboral. A su juicio, el futuro pasa por la paridad y la clave del éxito estará en la flexibilidad....

    En el Día Internacional de la Mujer 2014, las directoras de Recursos Humanos de cuatro empresas punteras analizan la situación de las mujeres en el mercado laboral. A su juicio, el futuro pasa por la paridad y la clave del éxito estará en la flexibilidad.
    Blanca Gómez González, directora de RR. HH. de Microsoft España  "¿Nuestra auténtica arma secreta? La flexibilidad laboral" 
    Cuando entras en la sede de Microsoft España tienes la sensación de haber viajado al futuro: no hay despachos –ni la directora general ni la de Recursos Humanos tienen una mesa asignada– y en los pasillos puedes encontrar trabajadores sentados en el suelo, con el ordenador sobre las rodillas. Solo hay espacios abiertos, grandes mesas y salas de reuniones minimalistas. Tampoco hay teléfonos fijos ni papeles ni bolígrafos, pero sí grandes pantallas e innumerables terminales.
    MH. Los puestos directivos ocupados por mujeres se cuentan con los dedos en grandes empresas, pero en Recursos Humanos no es extraño. 
    BG. Sí, y en Marketing. En Microsoft hay un 28,3% de mujeres y ocupan el 25% de los puestos directivos.
    MH. ¿Hay cuotas? 
    BG. No, el criterio es el del mejor candidato, pero te diré que tengo bastante difi cultad para encontrar candidatas a puestos directivos, porque hay muy pocas tecnólogas. Me interesa aumentar el porcentaje de mujeres, porque pretendo que las personas de esta empresa sean capaces de conectar con los consumidores. En las familias, el 65% de las decisiones sobre compra de tecnología lo toman las mujeres, y necesito hacer un espejo dentro de la compañía de esas consumidoras. En ese sentido, hago esfuerzos por contratar mujeres, acelerar sus carreras, aumentar su presencia en puestos de alta dirección…
    MH. ¿Son ellas tan competitivas como ellos al buscar un ascenso? 
    BG. No. Muchas me han dicho que no a puestos de dirección, por los viajes y el horario. Es dramático. Aquí no hay techo de cristal, solo el que cada uno se ponga. ¿No querían o no podían renunciar? Las que recuerdo no querían pagar el precio. Eso, en los hombres no se da casi nunca. Y esto tiene que ver con la cantidad de roles adicionales que tenemos fuera del trabajo. En las casas, no hay equiparación al 100% y nos toca hacer doblete o triplete.
    MH.  Aún hay empresas en las que se dice que "los problemas domésticos se dejan en casa", como un síntoma de debilidad.
    BG.  Yo no lo he dicho jamás. No puedes dividir tu cerebro y tener una cosa separada de la otra: en la vida lo tenemos mezclado. No se le puede pedir a nadie que se olvide entre semana de que tiene una familia, pero yo a los empleados les pido que los fines de semana no se olviden de dónde trabajan, y si van por la calle se fijen en cómo usan los móviles los jóvenes.
    MH. ¿Cómo reaccionan ellas ante una oferta? 
    BG. Al acercarme a las de otras compañías, noto más resistencia a perder su antigüedad que en los hombres. Es dificilísimo convencer a una mujer que lleva 10 años en una empresa a que renuncie a un hipotético coste indemnizatorio.
    MH. ¿Hay flexibilidad de horarios? 
    BG. No hay horarios ni se exige presencia diaria. Al trabajador le digo lo que se espera de él y le doy medios tecnológicos para trabajar desde cualquier lugar. Aquí solo se viene a socializar, a colaborar y a relacionarte con clientes y socios. La flexibilidad es nuestra arma secreta.
    MH. ¿Y la gente responde, es responsable? 
    BG. Mucho, valoran tanto la flexibilidad que nadie se arriesga a perderla. Llevamos más de 10 años y no se ha despedido a nadie por abusar de esa confianza. Y somos fléxibles sobre dónde pones tu casa: de los 650 empleados, solo 400 trabajan para España. No creo que haya una compañía con mayor flexibilidad.
    MH. No hay cajones ni objetos personales… 
    BG. No, cada empleado tiene una pequeña taquilla. La gente no trae objetos personales, pero tampoco dicen que los echan de menos.
    MH. Por cierto, ¿tiene hijos? 
    BG. Sí, en casa hay cinco adolescentes y disfruto mucho con ellos. Una de las cosas que más nos ha unido es aprender a usar la tecnología, aunque no lo hago tan bien como ellos.

    María Paramés, directora de RR. HH, de Bankinter
    "La conciliación siempre es rentable para la empresa"
    MH. De 4.100 empleados, ¿cuántas mujeres hay en la nómina del banco? 
    MP. El 51% de la plantilla, empezando por nuestra consejera delegada y la mitad de las personas que forman parte del Comité de Dirección.
    MH. ¿Cómo han conseguido esa paridad? 
    MP. Igualdad de oportunidades, nada más. No tomamos ninguna medida especial para impulsar la carrera de las mujeres. Hemos promocionado a algunas que estaban de baja por maternidad que, cuando se han incorporado, lo han hecho en un puesto mejor.
    MH. ¿Cree que las mujeres renuncian a mejores cargos para atender a sus hijos? 
    MP. Entiendo la situación y respeto esa decisión. Yo aspiro a un mundo en el cual tanto un hombre como una mujer puedan tomar esa determinación, que me parece admirable.
    MH. ¿Cómo ha conciliado vida y profesión? 
    MP. Yo no soy un ejemplo. Me casé a los 29 y mi marido tenía claro que se casaba con una mujer trabajadora. Empecé a tener hijos y mi vida cambió, porque soy una madre muy disfrutona y ellos son mi prioridad. Luego, mi marido se fue a trabajar a Zurich y pedí una reducción de jornada. Poco después, uno de mis hijos tuvo un problema que requirió una atención especial y pedí una excedencia.
    MH. ¿Cómo encajó esos años sin trabajar? 
    MP. Me dediqué a realizar otras actividades profesionales muy interesantes, porque me di cuenta de que no podía estar solo en casa.
    MH. Las empresas han reducido plantilla y aumentado las horas de trabajo, lo que hace más difícil la conciliación. 
    MP. El esfuerzo es alto, pero es en momentos de crisis cuando tienes que motivar más a tus empleados. La conciliación es rentable para la empresa y por eso la apoyamos con medidas como la fl exibilidad de horarios, el teletrabajo... Tenemos el sello de Empresa Familiarmente Responsable. Aquí medimos por resultados, no por las horas que el empleado esté en la ofi cina.
    MH. ¿Hay más bajas laborales de mujeres? 
    MP. Tenemos un absentismo por debajo del 1%. A las mujeres que trabajan aquí se las respeta y no se sienten marginadas.
    MH. ¿Cuál es su principal objetivo? 
    MP. Lograr un equipo de personas motivadas y comprometidas porque las empresas son más productivas. Pretendo que trabajar no suponga para nadie perder el derecho a disfrutar de una vida con calidad.
    MH. ¿Distingue actitudes masculinas y femeninas? 
    MP. El liderazgo de las mujeres tiene más en cuenta la comunicación y el consenso. Ellos son más analíticos. Pero también he visto hombres emotivos y mujeres racionales.
    MH. ¿Es una leyenda urbana lo de que las directivas trabajan mal juntas? 
    MP. Yo no he vivido eso, sino todo lo contrario, una gran complicidad. Y tampoco creo que para hacerte respetar haya que ser más autoritaria.
    MH. ¿Prohíben las reuniones al final del día? 
    MP. Las personas con más responsabilidad tenemos reuniones a última hora, pero podemos llegar más tarde al día siguiente.
    MH. Veo que tiene varias fotografías de sus hijos en el despacho. 
    MP. Me dan mucha fuerza, porque la jornada es larga. Además de que los tengo muy presentes, presumo de ellos. Eso sí, he renunciado a llevar una vida social, mi tiempo libre lo dedico a estar con mi familia. No se puede tener todo.

    Ana Villacañas, directora de RR. HH., de FCC  "La crisis ha hecho que muchas mujeres sean cabeza de familia" 
    MH. El porcentaje de mujeres en una empresa de construcción es más bien bajo, ¿no? 
    AV. Al cierre del año 2013 éramos más de 80.000 trabajadores en todo el mundo, y de ellos el 21,62% son mujeres. En el Consejo de Dirección, de 18 miembros, cinco también son mujeres.
    MH. Por cierto, ¿cuántas ingenieras hubo en su promoción? 
    AV. Seis. Y recuerdo que había catedráticos que no se dirigían nunca a nosotras, solo a los hombres. Hoy el porcentaje ha cambiado, de Caminos sale un 50% de mujeres al año.
    MH. ¿Se extrañan al verlas en la obra? 
    AV. Esto va cambiando, pero ha sido difícil. Cuando los delegados de obra me pedían gente, me suplicaban que no fueran mujeres, porque se podían quedar embarazadas o les podía pasar algo. Luché mucho contra eso.
    MH. ¿Y en los comités de dirección? 
    AV. Yo he sido la primera directiva en varias de las compañías en las que he estado: en el Comité de Dirección de Cintra, en Isolux y aquí.
    MH. FCC está dando la vuelta a la empresa y usted es punta de lanza en este nuevo modelo de negocio. ¿Ha aprovechado para realizar cambios a nuestro favor? 
    AV. No soy feminista, pero sí promujeres. Hay mucho talento femenino oculto. Por eso, en el sector de la Construcción, los tres nuevos nombramientos que hemos hecho para tres direcciones son mujeres; y en la división de Aguas se acaban de incorporar otras dos.
    MH. ¿Practica, en igualdad de condiciones, la discriminación positiva? 
    AV. Si la mujer tiene un potencial que va a desarrollar mejor que un hombre (que cree que ya le toca), me inclino por ella.
    MH. Eso no es igualdad. 
    AV. También exijo que entre los candidatos que me proponen haya mujeres, no acepto candidaturas sin ellas. Para cubrir la dirección de la Asesoría Jurídica me presentaron solo hombres y les dije que buscaran mujeres tan buenas o mejores que ellos. Rehicieron el proceso… y se ha incorporado una mujer: era la más brillante.
    MH. ¿Les cuesta a las directivas imponerse al criterio de los hombres? 
    AV. Todo cambio genera resistencia. Nosotras no debemos entrar imponiendo, sino trabajando en equipo. Si no lo haces, estás perdida.
    MH. ¿Ha propiciado políticas de conciliación dentro de FCC? 
    AV. Me rechina esa palabra, prefiero hablar de flexibilidad.
    MH. ¿A qué llama flexibilidad? 
    AV. A que entiendan que no tienes por qué estar en una reunión a las seis de la tarde o que puedes contestar a los correos a las 11 de la noche desde tu casa.
    MH. ¿Y los maridos? 
    AV. Deben comprender que sus carreras son tan relevantes como las nuestras. Antes ellos decían que el tiempo que pasaban con sus hijos se medía cualitativamente; ahora también lo decimos nosotras.
    MH. ¿En qué medida está afectando la crisis a las mujeres trabajadoras? 
    AV. Muchas son cabeza de familia, porque sus maridos han perdido el puesto de trabajo.
    MH. ¿Le dicen piropos otros directivos? 
    AV. Ni lo concibo ni lo consentiría.

    Dolores Sala, directora de Personas y Talento de ManpowerGroup 
    "Aún se contrata a menos mujeres por temor a los embarazos"
    MH. ¿A qué se dedica Manpower? 
    DS. Somos líderes mundiales en soluciones de trabajo temporal y selección y buscamos el talento donde se encuentre.
    MH. ¿La conciliación sigue siendo uno de los retos? 
    DS. Sí. Las empresas debemos tener políticas de conciliación para atraer a los mejores profesionales y conservarlos.
    MH. ¿Por qué cree que en las direcciones de RR.HH. hay tantas mujeres? 
    DS. Quizá, porque somos más intuitivas y manejamos mejor la inteligencia emocional.
    MH. En su empresa, no necesitan cuotas, pero ¿es partidaria de esta acción? 
    DS. En igualdad de condiciones, perfiles iguales y ante candidaturas similares, apostaría por la mujer, sí.
    MH. ¿Aún se contrata a menos mujeres por el temor a que se queden embarazadas? 
    DS. Sí, pero el éxito de una organización depende de sumar las fortalezas de hombres y mujeres.
    MH. ¿Cuántas mujeres hay en ManpowerGroup? 
    DS. Casi el 80% de las 610 personas que trabajamos en España. El 30%, además, está en cargos de responsabilidad. No hacemos discriminación en la selección de personal.
    MH. Se habla de que las mujeres reciben de media un 23% menos de salario. 
    DS. Mi organización apuesta por la igualdad.
    MH. ¿Se toman en serio la conciliación? 
    DS. Sí, tenemos un plan con 10 medidas; entre ellas, la flexibilidad de entrada y de salida, damos un día libre por cumpleaños y una tarjeta de 100 € para que los puedas destinar a tu disfrute, posibilitamos la acumulación del periodo de lactancia, ampliamos los permisos de paternidad y maternidad...
    MH. ¿Ellos piden el permiso de paternidad? 
    DS. Empiezan a hacerlo, pero falta mucho camino, el cambio social requiere su tiempo.
    MH. ¿Cómo ha conciliado usted? 
    DS. Tengo tres hijos, vivo en Zaragoza y me siento muy afortunada por poder desarrollar mi carrera aquí. Mi equipo es “virtual”, cuento con gente en Madrid y Barcelona, y yo me desplazo con cierta frecuencia. Aquí lideramos desde la confi anza: puedo salir antes, pero, a cambio, otras veces trabajo por la noche.
    MH. Tenemos fama de vagos. ¿Qué opina? 
    DS. Hay de todo, pero está muy arraigada la cultura de la presencia. Estos años tan complicados nos van a servir para darnos cuenta de que tenemos que cambiar.
    MH. La doble responsabilidad de la mujer, en casa y en el trabajo, ¿hace que prefieran trabajos con horarios cerrados? 
    DS. Si partimos de ahí, avanzaremos despacio, porque nos dirigimos hacia una sociedad volátil, global, en continuo cambio, que va a exigir que des el máximo.
    MH. ¿Qué pasa en una familia si la mujer tiene que irse fuera de su país a trabajar? 
    DS. Esto está ocurriendo cada vez más. Tendrá que ir donde le lleve su trabajo y, posiblemente, sea hacia los países emergentes.
    MH. Pero, tener a la familia cerca ha facilitado la conciliación e, incluso, el sostén en tiempos económicamente difíciles. 
    DS. La familia es vital, es el núcleo alrededor del que giran muchas cosas y donde se forman los valores. Quiero entender que esto no cambiará por condicionamientos geográficos.



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