Es la última moda: a las puertas de algunas discotecas tienen unas mantas colgando de unas argollas para que los clientes se abriguen ...fotos,.
El último Planeta es una novela excitante que atrapa a lo bestia,.
Es la última moda: a las puertas de algunas discotecas tienen unas
mantas colgando de unas argollas para que los clientes se abriguen
cuando salen a fumar en la madrugada. Otra moda, ya un poco antigua, es
la de entregar alpargatas en las bodas para que las mujeres puedan dejar
los tacones en la madrugada y bailen sin destrozarse los pies. Las
mantas y las alpargatas son detalles civilizados que encubren prácticas
tan poco civilizadas y razonables como suicidarse lentamente a base de
chutes de nicotina o destrozarse la columna, los tobillos y los pies
solo por el gusto de llevar tacones.
Estas dos costumbres moverían a la extrañeza a cualquier antropólogo que nos visitara llegando desde algún mundo ignoto. Pero lo que de verdad asombraría a un antropólogo marciano sería lo de la caca de los perros. Que un perro cague en la calle es normal y lógico. Que su dueño recoja esa caca con una bolsita, se entiende como un síntoma preclaro de extrema civilización. ¿Pero qué diría nuestro antropólogo marciano en su informe?
Probablemente, señalaría que en la tierra hay muchas especies animales, pero que solo encontró una claramente inferior a las otras: el ser humano, única especie animal que recoge los excrementos de otra especie animal.
Escribir esto es peligroso: da argumentos a quienes se resisten a recoger las heces de sus chuchos. Pero no hay vuelta de hoja: somos los únicos animales que recogemos la caca de otros animales.
Nunca me había reparado en esta paradoja, pero leyendo el último premio Planeta, me encontré con esta idea y me apeteció escribir sobre ella. Les confieso que nunca antes había leído una novela premiada con el Planeta. Sospechaba que se trataba más de una componenda literaria que de un premio y me negaba a participar en el juego.
Este año, sin embargo, conocí al ganador, Jorge Zepeda. Bien es cierto que supe de su galardón un par de días antes de que se lo entregaran, con lo que se confirmó mi sospecha sobre la componenda literaria. Pero luego lo tuve cerca, le escuché hablar y me pareció un tipo muy interesante cuya personalidad me ha animado a traicionar mi costumbre de vetar los Planeta.
El caso es que me leí las 50 primeras páginas de 'Milena o el fémur más bello del mundo' en un adelanto gratuito que Planeta deja bajarse gratis a cualquiera por Internet. Me quedé enganchado y compré inmediatamente el libro. Ahora estoy en esa fase tan agradable en la que busco un minuto libre para seguir leyendo, preso de una excitación que no me provoca ni el cine, ni el deporte ni la tele, solo algunas novelas.
No voy a decir que 'Milena...' sea una obra maestra. Tampoco es un ejercicio literario de delicadeza suma. Pero atrapa a lo bestia. Para que me entiendan: cuando leo el último Landero o el último Hidalgo Bayal, las crónicas de Gay Talese o las columnas de Julio Camba, me entran inmediatamente tantas ganas de escribir que dejo la lectura, enciendo el ordenador y me pongo a teclear. Leyendo a Zepeda no me entran ganas de escribir, sino de seguir leyendo y escribir se me antoja un incordio porque me impide disfrutar de la excitante lectura de la peripecia de la bella Milena.
Dicen que Zepeda sería como Stieg Larsson, pero mejor. Puede ser. Me da lo mismo. Sí es cierto que ambos escritores recurren a un hacker como recurso para que la intriga avance. También es verdad que lo dos son periodistas y escogen a periodistas como protagonistas (las reflexiones sobre el futuro de la prensa escrita y la digital que hace Zepeda en su novela son de lo más lúcido que he leído sobre el tema, no como la última de Tom Wolfe, que me la compré porque entendí que también trataba esa cuestión y me estanqué sin remedio ni ganas de seguir leyendo).
Zepeda es más cercano que Larsson, más latino, sus tramas son exactas y sus disgresiones, por ejemplo, la de las heces perrunas, me resultan muy divertidas.
Estas dos costumbres moverían a la extrañeza a cualquier antropólogo que nos visitara llegando desde algún mundo ignoto. Pero lo que de verdad asombraría a un antropólogo marciano sería lo de la caca de los perros. Que un perro cague en la calle es normal y lógico. Que su dueño recoja esa caca con una bolsita, se entiende como un síntoma preclaro de extrema civilización. ¿Pero qué diría nuestro antropólogo marciano en su informe?
Probablemente, señalaría que en la tierra hay muchas especies animales, pero que solo encontró una claramente inferior a las otras: el ser humano, única especie animal que recoge los excrementos de otra especie animal.
Escribir esto es peligroso: da argumentos a quienes se resisten a recoger las heces de sus chuchos. Pero no hay vuelta de hoja: somos los únicos animales que recogemos la caca de otros animales.
Nunca me había reparado en esta paradoja, pero leyendo el último premio Planeta, me encontré con esta idea y me apeteció escribir sobre ella. Les confieso que nunca antes había leído una novela premiada con el Planeta. Sospechaba que se trataba más de una componenda literaria que de un premio y me negaba a participar en el juego.
Este año, sin embargo, conocí al ganador, Jorge Zepeda. Bien es cierto que supe de su galardón un par de días antes de que se lo entregaran, con lo que se confirmó mi sospecha sobre la componenda literaria. Pero luego lo tuve cerca, le escuché hablar y me pareció un tipo muy interesante cuya personalidad me ha animado a traicionar mi costumbre de vetar los Planeta.
El caso es que me leí las 50 primeras páginas de 'Milena o el fémur más bello del mundo' en un adelanto gratuito que Planeta deja bajarse gratis a cualquiera por Internet. Me quedé enganchado y compré inmediatamente el libro. Ahora estoy en esa fase tan agradable en la que busco un minuto libre para seguir leyendo, preso de una excitación que no me provoca ni el cine, ni el deporte ni la tele, solo algunas novelas.
No voy a decir que 'Milena...' sea una obra maestra. Tampoco es un ejercicio literario de delicadeza suma. Pero atrapa a lo bestia. Para que me entiendan: cuando leo el último Landero o el último Hidalgo Bayal, las crónicas de Gay Talese o las columnas de Julio Camba, me entran inmediatamente tantas ganas de escribir que dejo la lectura, enciendo el ordenador y me pongo a teclear. Leyendo a Zepeda no me entran ganas de escribir, sino de seguir leyendo y escribir se me antoja un incordio porque me impide disfrutar de la excitante lectura de la peripecia de la bella Milena.
Dicen que Zepeda sería como Stieg Larsson, pero mejor. Puede ser. Me da lo mismo. Sí es cierto que ambos escritores recurren a un hacker como recurso para que la intriga avance. También es verdad que lo dos son periodistas y escogen a periodistas como protagonistas (las reflexiones sobre el futuro de la prensa escrita y la digital que hace Zepeda en su novela son de lo más lúcido que he leído sobre el tema, no como la última de Tom Wolfe, que me la compré porque entendí que también trataba esa cuestión y me estanqué sin remedio ni ganas de seguir leyendo).
Zepeda es más cercano que Larsson, más latino, sus tramas son exactas y sus disgresiones, por ejemplo, la de las heces perrunas, me resultan muy divertidas.
TÍTULO: LA MODA, BLANCA PADILLA TIENE ANGEL,.
-foto-Blanca Padilla, ángel 'made in Spain',.
Un viaje en metro le cambió la vida a la nueva modelo de Victoria's Secret,.
Un rutinario viaje en el metro de Madrid le cambió la vida para siempre a Blanca Padilla hace poco más de un año. Esta estudiante de Publicidad y Marketing en ESIC acababa de subir al vagón para volver a casa junto a su chico cuando se le acercó un desconocido que se presentó como Ignacio Aysa, que hoy se ha convertido en su mánager y que ha terminado por transformar a Blanca, de solo 19 años pero con una belleza española de infarto, en un verdadero ángel. Uno de esos ángeles con alas de Victoria's Secret, la primera firma de lencería del mundo, que esta semana celebró su esperadísimo desfile anual sobre la pasarela del Centro Earls Court de Londres, y que se emitirá el martes por la tele (grabado) para más de 200 países. El año pasado, más de nueve millones de estadounidenses siguieron una cita que deja cifras mareantes. Por ejemplo, los 2,5 millones de euros de recaudación que se ingresaron solo con la venta de 200 entradas benéficas, los 40 minutos que necesitaron Adriana Lima y Alessandra Ambrosio para ponerse sus sujetadores de dos millones de dólares o los 39 pares de alas que dieron el toque divino al desfile. Blanca Padilla no ha llevado alas en su debut, pero sí un conjunto de lencería blanco con encaje y una bata amarilla con el que se ha convertido en la única española que se sube a la pasarela en esta edición, un hito en el mundo de la moda que ya alcanzaron Helena Barquilla (la primera), Esther Cañadas, Eugenia Silva y Clara Alonso, y que supone acceder de forma automática al olimpo de la pasarela.Blanca completó esta semana el repóker de 'ángeles' nacionales para poner la guinda a un año de ensueño. La modelo madrileña, que tomaba el biberón cuando Naomi Campbell y Helena Christensen paseaban los primeros sujetadores de diamantes de la firma, ha pasado en unos meses de ser una completa desconocida a trabajar para algunos de los mejores diseñadores del mundo en un abrir y cerrar de ojos. Versace, Del Pozo, Dolce & Gabbana, Elie Saab... Éxito rotundo en las semanas de la moda de París y Milán... La llamada de Victoria's Secret para 'ficharla' no tardó mucho en llegar, aunque ella tenía el teléfono apagado mientras se pateaba Nueva York en busca de un disfraz para Halloween: «Cuando encendí el teléfono vi un montón de llamadas perdidas. Recibí un whatsapp con la noticia y se me cayeron las lágrimas, literalmente». Ella es consciente de su cuerpazo, pero para esta ocasión se lo ha tenido que currar a diario con «mucho gimnasio, muchas proteínas y una limpieza facial». Todo antes de subirse al jet privado que la llevó hasta Londres junto a sus compañeras de pasarela, 30 'top models' de más de 20 países diferentes. Entre ellas, su gran amiga Daniela Braga, de Brasil. Blanca, una fanática de los viajes y el deporte, y que no piensa dejar los estudios (de momento), quiso dejar constancia de cada momento mágico en Instagram. Fue del todo imposible.
Un rutinario viaje en el metro de Madrid le cambió la vida para siempre a Blanca Padilla hace poco más de un año. Esta estudiante de Publicidad y Marketing en ESIC acababa de subir al vagón para volver a casa junto a su chico cuando se le acercó un desconocido que se presentó como Ignacio Aysa, que hoy se ha convertido en su mánager y que ha terminado por transformar a Blanca, de solo 19 años pero con una belleza española de infarto, en un verdadero ángel. Uno de esos ángeles con alas de Victoria's Secret, la primera firma de lencería del mundo, que esta semana celebró su esperadísimo desfile anual sobre la pasarela del Centro Earls Court de Londres, y que se emitirá el martes por la tele (grabado) para más de 200 países. El año pasado, más de nueve millones de estadounidenses siguieron una cita que deja cifras mareantes. Por ejemplo, los 2,5 millones de euros de recaudación que se ingresaron solo con la venta de 200 entradas benéficas, los 40 minutos que necesitaron Adriana Lima y Alessandra Ambrosio para ponerse sus sujetadores de dos millones de dólares o los 39 pares de alas que dieron el toque divino al desfile. Blanca Padilla no ha llevado alas en su debut, pero sí un conjunto de lencería blanco con encaje y una bata amarilla con el que se ha convertido en la única española que se sube a la pasarela en esta edición, un hito en el mundo de la moda que ya alcanzaron Helena Barquilla (la primera), Esther Cañadas, Eugenia Silva y Clara Alonso, y que supone acceder de forma automática al olimpo de la pasarela.
Blanca completó esta semana el repóker de 'ángeles' nacionales para poner la guinda a un año de ensueño. La modelo madrileña, que tomaba el biberón cuando Naomi Campbell y Helena Christensen paseaban los primeros sujetadores de diamantes de la firma, ha pasado en unos meses de ser una completa desconocida a trabajar para algunos de los mejores diseñadores del mundo en un abrir y cerrar de ojos. Versace, Del Pozo, Dolce & Gabbana, Elie Saab... Éxito rotundo en las semanas de la moda de París y Milán... La llamada de Victoria's Secret para 'ficharla' no tardó mucho en llegar, aunque ella tenía el teléfono apagado mientras se pateaba Nueva York en busca de un disfraz para Halloween: «Cuando encendí el teléfono vi un montón de llamadas perdidas. Recibí un whatsapp con la noticia y se me cayeron las lágrimas, literalmente». Ella es consciente de su cuerpazo, pero para esta ocasión se lo ha tenido que currar a diario con «mucho gimnasio, muchas proteínas y una limpieza facial». Todo antes de subirse al jet privado que la llevó hasta Londres junto a sus compañeras de pasarela, 30 'top models' de más de 20 países diferentes. Entre ellas, su gran amiga Daniela Braga, de Brasil. Blanca, una fanática de los viajes y el deporte, y que no piensa dejar los estudios (de momento), quiso dejar constancia de cada momento mágico en Instagram. Fue del todo imposible.
TÍTULO: VIERNES--CINE--CAMINO A LA LIBERTAD,.
- Reparto
- Jim Sturgess, Ed Harris, Colin Farrell, Saoirse Ronan, Dragos Bucur, Gustaf Skarsgård, Alexandru Potocean, Mark Strong, Sebastian Urzendowsky,.
- Adaptación de 'The Long k: The True Story of a Trek to Freedom' de Slavomir Rawicz. El protagonista narra en primera persona cómo, tras la invasión de Polonia por los alemanes (1939), fue arrestado por el ejército soviético y encarcelado en Siberia; cómo, después, consiguió escapar del gulag (campos de concentración de la Unión Soviética) en compañía de otros presos y, finalmente, cómo huyendo a pie llegaron desde Siberia al Himalaya, al desierto del Gobi y, atravesando el Tibet, acabaron estableciéndose en la India. Recientemente, varios historiadores han puesto en duda la veracidad de esta historia.