sábado, 17 de octubre de 2015

SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO- LOS INVISIBLES,./ LA NOCHE LARGA - Me siento Madonna, .

TÍTULO: SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO- LOS INVISIBLES,.

Julia Navarrofoto

Los pacientes con síndrome de Asperger pasan desapercibidos en la sociedad y pocos se preocupan por evitar su exclusión.

Fue en el 2011 cuando un grupo de padres decidió poner en marcha la Fundación Ángel Rivière. Sabían que o ellos cogían las riendas del problema o nadie les echaría una mano. Se preguntarán qué es esta fundación, cuáles son sus objetivos y su por qué. Verán, en nuestro país hay muchas personas afectadas por el síndrome de Asperger y por los llamados trastornos del espectro autista (TEA).
Según la Organización Mundial de la Salud, son "trastornos generales del desarrollo" que afectan a tres de cada 1.000 menores, y que padecen más niños que niñas. Y es que son muchos pero invisibles. En apariencia, no hay nada que indique que padecen este trastorno. Es más, suelen ser personas inteligentes, incluso más que la media, y eso les hace aún más invisibles.
La sociedad vive ajena a sus existencia y, por tanto, a su problema hay que añadir la invisibilidad social. Algunas de las características de este trastorno son la dificultad para desarrollar empatía y habilidades sociales, reconocer las propias emociones, ser obsesivos y tener comportamientos repetitivos. Esa es una cara de la moneda; la otra, que son personas con una gran capacidad de concentración, con habilidad para fijarse en los pequeños detalles, con buena memoria y, además, nunca mienten.
El fiscal Félix Pantoja es quien me ha puesto en la pista de esta fundación. Los niños y adultos que padecen estos trastornos sufren riesgo de exclusión, pero no solo en el ámbito escolar, también en su vida cotidiana. La sanidad pública no tiene protocolos para atenderles y dar respuesta a sus necesidades, como me explica Félix Pantoja; lo que hace falta es una "red multidisciplinar".
Ojo, las personas que sufren estas disfunciones pueden vivir con normalidad, si se les dan las herramientas necesarias para ello. Pueden ser útiles a la sociedad desarrollando sus muchas cualidades. Pero la Administración, y todas las administraciones, viven de espaldas a la realidad de estos trastornos, de ahí que un grupo de padres diera ese paso al frente para hacer visibles a sus hijos.
El principal objetivo de la fundación es apoyar a las personas que padecen síndrome de Asperger y trastornos del espectro autista con el fin de que sean independientes y puedan insertarse en el mundo laboral; también se preocupan de que quienes padecen estos trastornos no queden en situación de desprotección en caso de que sus padres falten; y otro objetivo es difundir su problemática y concienciar a la sociedad.
Es lo que Félix Pantoja y otro grupo de padres hacen a través de la Fundación Ángel Rivière. Y si quieren saber quién fue Ángel Rivière les diré que ha sido el mayor especialista que ha tenido España sobre problemas relacionados con el autismo. Un educador, un científico con gran prestigio dentro y fuera de nuestras fronteras y, sobre todo, un hombre bueno que dedicó su talento a luchar y a ayudar a quienes padecen un trastorno invisible para la sociedad.

TÍTULO:  LA NOCHE LARGA -  Me siento Madonna, .

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  • La diferencia de edad que nos atormenta cuando nosotras somo más mayores.
Ellos se confundenMe siento Madona, bueno, casi. El casi es de unos 10 años aproximadamente, porque mi última conquista tiene 10 años menos que yo, mientras que los de Madonna están unos 20 años por debajo. Sí, es cierto, hay otros pequeños detalles en el casi, sobre todo, esa cuenta bancaria multimillonaria que ella tiene y de la que yo carezco, además del éxito y de la fama, claro está.
Pero la verdad es que, sin millones y sin fama, últimamente no paran de llegar muy jóvenes a mi vida. Si fuera hombre, me parecería de lo más natural, ni me habría fijado en la diferencia. Pero como soy mujer, esto me da que pensar. Y a mis amigas, también. Allí donde ellos ni lo comentan, nosotras tenemos teorías generales, particulares, preguntas y preocupaciones.
La general es que una diferencia de cinco años no va a ningún lado, que no pasa nada, que tranquilidad. Más allá de los cinco años, la teoría provocadora, que suelta Ana, que mejor que te cuiden ellos a ti cuando seamos viejecitos que tú a ellos; y la tolerante, la de Lola, que depende, de cómo sea él y de cómo funcione la relación. Bueno; y la calculadora, la de Casilda, casi mejor que las arrugas las tenga él antes que tú.
Pero lo complicado viene cuando pasas de la teoría a la realidad, cuando la mayor eres tú. Mi nueva amiga Sofía lo lleva aún peor que yo. Se ha enamorado de un chico cuatro años menor que ella y no para de preguntarnos si se nota la diferencia de edad. Porque no quiere hacer el ridículo, nos dice. Y el chico es llamativamente atractivo, sí, pero Sofía es también guapísima, así que esto no tiene que ver con inseguridades físicas. Más bien con la costumbre, la que tenía, por ejemplo, Sofía con su ex, que le llevaba 15 años.
Yo ni pregunto si se nota, lo doy por supuesto, y, por si acaso el chico está mal de la vista, es lo primero que le aclaré, mi edad. Cosa que tampoco haría un hombre y que ni se le pasó por la cabeza a mi ex, que me llevaba justamente eso, 10 años.
Y no obstante lo cual, la diferencia de arrugas a mi favor, quiero decir, me dejó plantada para que pudiera disfrutar libremente de mi juventud. Es lo que les digo a mis amigas más conservadoras, a Guiomar, por ejemplo. En mi experiencia, los hombres mayores que yo, mis dos ex de larga duración, han resultado un desastre, y eso que yo estaba completamente dispuesta a amar sus arrugas y a cuidarles cuando fueran viejecitos. Por lo que ahora estoy dispuesta a que amen mis arrugas y me cuiden cuando yo sea viejecita.
Me faltan algunas cosillas que tiene Madonna para cumplir mis objetivos, pero, puestos a fracasar, que esta vez sea más joven y más guapo. Para variar. Y para divertirme.


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