miércoles, 27 de noviembre de 2019

Cartas Olvidadas - El dolor y la gloria de Jeff Tweedy,. / Cartas en el Cajon -La escultora Blanca Muñoz, sexta mujer académica en San Fernando ,. / REVISTA TENIS - Garbiñe Muguruza: "Este año hubo momentos de frustración",.

TITULO: Cartas Olvidadas - El dolor y la gloria de Jeff Tweedy,.


El dolor y la gloria de Jeff Tweedy,.

El líder de Wilco repasa en sus memorias, con ironía y sinceridad, una carrera en el mundo del rock marcada por las disputas legales y las adicciones,.


Jeff Tweedy en julio de 2019 en un concierto en Rhode Island.
Jeff Tweedy en julio de 2019 en un concierto en Rhode Island.  , fotos,.
Jeff Tweedy (Belleville, 52 años) recibe con cierta confusión el aviso de que esta conversación telefónica no versará sobre el nuevo disco de su banda, Ode to Joy, que acaba de ser editado justo el viernes de octubre en que tiene lugar esta charla. “¿En serio? Espera... Creo que sí me habían avisado. Esto es por lo del libro, ¿no?”, apunta antes de realizar una pausa algo dramática que rellenamos preguntándole qué le parece más raro: hablar de su libro de memorias, Vámonos [para poder volver](Sexto Piso), el día en que se edita el decimoprimer largo de su banda; o tener que hacer memoria, un año más tarde de su lanzamiento en inglés, para recordar cómo y por qué lo escribió. El teléfono emite un sonido que podría traducirse como alguien encogiéndose de hombros y, a renglón seguido, una de las estrellas del rock más sólidas y a la vez improbables de los últimos 25 años, responde: “Yo qué sé”.
Eso mismo afirmará más tarde haberse dicho a sí mismo un montón de veces durante la redacción del libro, un artefacto que es mucho más ligero, directo, irónico y mundano de lo que podría esperarse de él. “Eso me ha dolido”, bromea. “¿Tengo imagen de plasta?”.
En Vámonos, el músico estadounidense afirma haber buscado ser lo más sincero posible en los pasajes en que el pudor y la memoria se lo han permitido, y lo más ameno posible a la hora de afrontar aquellos momentos de su devenir no marcados por la muerte, el alcoholismo o las adicciones. “Eso es un poco el resto del libro”, bromea de nuevo Tweedy. Todo arranca de forma lineal con una infancia solitaria marcada por un padre alcohólico y una madre maravillosa cuando recuerda serlo, hasta llegar a su primera epifanía escolar al descubrir que un compañero llamado Jay Farrar siente incluso más pasión por la música que él mismo.
Juntos formarán Uncle Tupelo, una banda de country formada en 1987 y disuelta en 1994 que se rigió bajo los principios del punk que editó un disco, No Depression, que dió nombre a todo un movimiento musical en los años noventa. Las adicciones terminaron con la banda. “He estado en contacto varias veces con Jay desde que se disolvió el grupo, más que nada para hablar de reediciones y de asuntos relacionados con los archivos. En el libro he intentado ser muy claro y muy directo. No quiero hacer daño a nadie y no quiero mentir. He contado las cosas como recuerdo que fueron, y en otras ocasiones, como mi mujer recordaba que fueron, porque hay muchos pasajes que, para ser sincero, se han borrado por completo de mi cabeza”.
Jay Farrar Jeff Tweedy y Mike Heidorn en los días de Uncle Tupelo en Illinois.
Jay Farrar Jeff Tweedy y Mike Heidorn en los días de Uncle Tupelo en Illinois.
Aún arrastrando el peso de ciertas sustancias, Tweedy formó Wilco y, en el momento en el que la banda, tras disputas legales varias —el lanzamiento de su totémico Yankee Hotel Foxtrot (2002) es un tour de force contra la industria del disco—, el músico cae en otra adicción nueva: los calmantes. Siente dolor todo el rato. Se duerme cuando quiere estar despierto y no puede dormir cuando necesita descansar. Ellos le acompañan durante la etapa más creativa de su discografía, sugerencia que molesta a Tweedy menos de lo esperado. “Mira, lo que no quiero bajo ningún concepto es magnificar al artista atormentado. Fue muy duro. Estuve a punto de morir, me convertí en un problema para mí, para los que me rodeaban, para todos. Y bueno, sí, gané un Grammy [en 2005, gracias al enorme A Ghost Is Born], pero me cuesta un poco calibrar el valor musical de los discos grabados esos años a partir de mi adicción”, recuerda.
Ese tiempo coincide con la muerte de Jay Bennett, miembro de Wilco, con problemas de adicciones incluso superiores al suyo y a quien Tweedy despidió, afirma, para tratar de salvarlo. No lo logró. En 2009, mientras Tweedy estaba con su banda en Madrid, llegó la noticia de su muerte por sobredosis. “Estaba en un hotel. Llamaron a la puerta de madrugada y me lo dijeron”, recuerda lacónico. Pasó la mañana siguiente dando entrevistas promocionales. ¿Tiene algo que ver la marcha de Bennett y su abandono de los opiáceos en la conversión de la banda en algo mucho más amable y para todos los públicos de lo que antes fue? “Tiene más que ver con que siga con vida. No echo de menos sufrir y creo que sigo disfrutando de cada disco que grabo, buscando siempre hacer algo nuevo”.
Es imposible no tener sentimientos encontrados al leer el pasaje en que Tweedy narra cómo tuvo que grabar Spiders, uno de los temas más arriesgados y magníficos de Wilco, una epopeya krautrock de diez minutos, en una sola toma porque no podía tenerse en pie. La canción es una maravilla, pero ese dolor no se le puede desear a nadie. “Hoy no lo veo como un drama, sino como todo un éxito. Solo espero que ese no sea el pasaje que más guste del libro”.
En las páginas de Vámonos, y se sospecha que también en la vida, cohabitan dos tweedys. Ese, el del dolor y la gloria; y otro, el que, en otro momento del libro, mientras almuerza con su familia en un bar de carretera a mediados de la década pasada, se encuentra con un par de compañeras del colegio. Le preguntan qué hace. Responde que tiene una banda. Ellas ríen. No la conocen. Entonces, su hijo Spencer interviene: “Tiene un Grammy”. “Es que no somos tan grandes. No somos Coldplay. Y estas cosas son más bonitas cuando las dice un hijo”, sentencia.


 TITULO:  Cartas en el Cajon - La escultora Blanca Muñoz, sexta mujer académica en San Fernando ,.

 

La escultora Blanca Muñoz, sexta mujer académica en San Fernando,.

La artista afirma que la institución "tiene que dejar de ser un lugar tan exclusivo de hombres y abrirse al arte femenino",.


La escultora Blanca Muñoz, en su estudio.
foto / La escultora Blanca Muñoz, en su estudio. 

El lunes, 25 de noviembre, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando eligió a la artista Blanca Muñoz como miembro por la sección de Escultura, a propuesta del historiador del arte Antonio Bonet Correa, el escultor Juan Bordes y la pintora Carmen Laffón. Con este nombramiento son 52 académicos numerarios, de los que solo seis son mujeres. Blanca Muñoz (Madrid, 1963) se licenció en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, atraída desde un primer momento por las relaciones entre la escultura y el arte gráfico. Como ella misma dice, una mujer escultora es un caso raro: "Mírame: no soy Mazinger, pero aquí estoy".
Además de mujer y escultora ahora será académica, en una institución pegada a las tradiciones. “Falta sangre nueva en la academia, con artistas que estamos al corriente de la actualidad para no aparentar ser una institución del siglo XVIII. Hay gente muy válida, pero debe renovarse para abrirse a la calle”, ha explicado la artista a EL PAÍS.
“Hay un cambio de conciencia y seguramente me ha beneficiado. Lo importante es que mi aportación sea válida, más allá de mi género. Por eso es más una responsabilidad que un premio, porque también represento a las mujeres. La academia tiene que dejar de ser un lugar tan exclusivo de hombres y abrirse. El panorama del mundo del arte se ha abierto al campo femenino. Debe haber una representación de mujeres en la misma proporción y debe ir creciendo poco a poco. Las mujeres artistas existimos, pero somos invisibles”, añade la escultora, que cree que hay muchos académicos que piensan como ella.

Academia del futuro

Carmen Laffón ha subrayado la maestría de Muñoz por la precisión y el acierto de los materiales empleados, “la elegante aplicación de esas varillas que generan una lectura del trazado y el dibujo, las perforaciones y cortes que introduce en las planchas de acero”. La pintora también ha llamado la atención sobre el color de sus esculturas. En la nota de prensa distribuida por la academia se dice  que “la luz transfiere a las esculturas de Blanca Muñoz una genuina sensación de ligereza”.
Para Muñoz, que ha expuesto en el Museo Reina Sofía, en la Sala Alcalá 31 de la Comunidad de Madrid y en la galería Marlborough (además de Arco, desde 1997), la calle es la misión. Asegura que no es fácil, pero hay que dar a conocer el prodigio de esta academia, por su edificio, la colección, la calcografía, los talleres de vaciado… “Tiene mucho futuro, pero hay que llegar al ciudadano”, ha explicado la nueva académica.
La academia señala la especial significación que merecen las intervenciones de la artista en espacios públicos. La escultura es una privilegiada en ese contacto con el ciudadano, sobre todo cuando los poderes políticos la apoyan para que salga a su encuentro con la ciudad. “Es el sueño de cualquier escultor: estar en la calle”, dice Muñoz. En Madrid tiene una obra debajo de la Torre Cepsa, en el Paseo de la Castellana, y otra en el edificio de la colección Masaveu, recién inaugurada. La artista afirma que echa de menos la inversión en escultura en la calle y que le sobran tantas meninas pintarrajeadas, vacas, cascos de Star Wars y merchandising de Harry Potter en las calles y plazas. "Si a la gente la acostumbramos a la vulgaridad, seremos más vulgares. Hay que apuntar siempre a la calidad, como la cabeza de Plensa en la plaza de Colón. Es necesario mostrar a los artistas y hacer que la gente se pare a pensar en lo que está viendo, sobre todo en una ciudad que mueve tanto turismo como Madrid".

  TITULO:  REVISTA TENIS - Garbiñe Muguruza: "Este año hubo momentos de frustración",.

 

Garbiñe Muguruza: "Este año hubo momentos de frustración",.

 

Garbiñe Muguruza - foto,.

Tan solo unos días después de anunciar el regreso a su equipo de Conchita Martínez, Garbiñe atendió a AS para hablar sobre sus esperanzas para la próxima temporada.

Garbiñe Muguruza: "Este año hubo momentos de frustración"
¿Qué le impulsó a subir el Kilimanjaro?
Era simplemente un reto. Quería hacer un viaje de aventura, algo completamente distinto para buscar una sensación de límite, de adrenalina. Pensé que era un buen destino, porque nunca había hecho nada de montaña. Al final pude conseguirlo y fue de las cosas más duras que he hecho. ¡No lo recomiendo!
¿Ese viaje estaba de algún modo conectado con su tenis?
No exactamente, creo que no tiene nada que ver una cosa con la otra. Tenía vacaciones y en vez descansar quería hacer algo activo y diferente. Quería ver hasta dónde podía aguantar en una actividad como esa.
¿Cómo se siente con la decisión de que Conchita Martínez pase a ser su entrenadora?
Me siento bien. Da la casualidad de que ella tenía disponibilidad. Después del verano, yo no tenía prisa por formar un nuevo equipo, porque quería intentar ver quién me podía ayudar. No tenía ninguna prisa, como digo, y estoy contenta de tenerla de nuevo en el equipo.
¿Qué espera de esta nueva etapa?
No hay nada garantizado, pero nos llevamos muy bien, trabajamos en momentos puntuales, ella fue capitana de Copa Federación, compartimos muchos momentos y me siento cómoda con ella. Su experiencia de jugadora es importante.
¿Alguna vez ha pensado que podría haber hecho este cambio antes?
En absoluto. Creo que todo llega en su momento. Ahora estoy contenta de iniciar este nuevo ciclo. Se cerró otro y ya está.
¿Qué quiere mejorar este año en su tenis?
Quiero recuperar el nivel, ponerme a tope físicamente para no volver a tener los problemas que tuve esta temporada y poco a poco ir avanzando, ganar partidos y adentrarme en los torneos importantes
al final.
Su actual ranking (35ª de la WTA) puede provocar que se encuentre con cuadros difíciles, ¿subir puestos es un objetivo prioritario?
Según está el circuito femenino en la actualidad, cualquiera que te toque, si tiene un día muy bueno, es la mejor rival por batir. Nunca me ha importado mucho el ranking. Ya he estado en todo tipo posiciones, y aunque sé que es importante, me concentraré mucho más en salir a la pista e intentar ganar cada partido. El puesto en la lista será una consecuencia de los resultados que obtenga.
El tenis femenino está muy abierto, no hay grandes dominadoras. ¿Cree que eso puede favorecer su vuelta a lo más alto?
Cuando empieza un torneo no hay favoritas, la que juegue bien esa semana se va a llevar el trofeo y da igual si llega como la cinco del mundo, la 30 o la 70.
¿Cómo ha vivido interiormente un año que no ha sido bueno?
Soy muy exigente y siempre quiero estar arriba, así que ha habido momentos de frustración. La gente dice que ha sido un año menos bueno, lógicamente porque venía de otros muy buenos. Entonces lo consideran malo, pero para mí no lo ha sido, simplemente ha sido diferente a los anteriores. Ahora arrancará un curso nuevo en el que empezamos
todas de cero.
Otras jugadoras, que también han sido campeonas de torneos de Grand Slam como usted, no han tenido una buena trayectoria, lo que denota la igualdad que existe en el circuito. ¿Cree que a Garbiñe se le exige mucho?
Hoy en día el nivel está muy parejo en el circuito, conseguir grandes torneos, sobre todo hacerlo una y otra vez. Sí considero que a mí me exigen mucho, aunque en cierta forma es también un privilegio que la gente confíe y tenga ganas de verme ganar. Así que no me quejo.

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