lunes, 4 de noviembre de 2024

Tierra de sabores - Cocinamos - Un bizcocho con pasas moscatel de Moclinejo para chuparse los dedos ,. / Obélix y Astérix - Teatro - El brazo flojo ,. / Un trío en la cocina - Focaccia, una receta con sabor italiano ,. / Documentos TV - Democracia bajo asedio ,.

 

TITULO:  Tierra de sabores  - Un bizcocho con pasas moscatel de Moclinejo para chuparse los dedos  ,. 

Cocinamos - Un bizcocho con pasas moscatel de Moclinejo para chuparse los dedos,.

Un postre que Bosco Benítez añade a su recetario tradicional. Pepi, una vecina de la localidad malagueña de Moclinejo, también le enseña a elaborar gazpachuelo.

 

 foto / Receta Gazpachuelo,.

Pepi es una seguidora de la cocina de toda la vida. Esta cocinera es la que transmite a Bosco su sabiduría culinaria. Además de deleitarnos con ese postre, también nos enseña la receta  para hacer un gazpachuelo.

El cocinero Bosco Benítez sigue recopilando recetas con los sabores de antaño. En la localidad malagueña de Moclinejo, donde la pasa moscatel de Alejandría es una joya, aprende a elaborar un bizcocho con este ingrediente tan sabroso.

Pepi es una seguidora de la cocina de toda la vida. Esta cocinera es la que transmite a Bosco su sabiduría culinaria. Además de deleitarnos con ese postre, también nos enseña la receta para hacer un gazpachuelo,.

 

 TITULO: Obélix y Astérix -  Teatro - El brazo flojo ,.

 Obélix y Astérix -  Teatro - El brazo flojo , fotos ,.

Teatro -   El brazo flojo,.

 Medea: la primera mujer fatal | Música

No hay una sola vez que pase frente al teatro de La Latina de Madrid que no los recuerde, a los dos: a Sara Montiel y a mi padre. En ese antiguo local, que ahí sigue desde 1917, ocurrió a principios de los años 80 algo para mí mágico e inolvidable, medio minuto de elegancia y glamour, treinta fascinantes segundos sobre Tokio. Uno de esos instantes que, como diría cierta testa coronada, o ahora no tanto, lo llenan a uno de orgullo y satisfacción.

 

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Obélix y  Astérix,.

Mi padre era de los que sabían cómo encender un cigarrillo, bailar el tango, remangarse una camisa y qué hacer con el sombrero cuando se lo quitaba. O sea, un señor. Nacido a tiempo para hacer la Guerra Civil –le tocó el lado republicano como podía haberle tocado cualquier otro–, tenía maneras de las que solíamos llamar de las de antes. Por lo demás, como a muchos jóvenes de su generación, lo habían formado las lecturas y el cine, que en ese tiempo tenía una influencia extraordinaria. Creció y llegó a su madurez con ciertos códigos y actitudes que no lo abandonaron hasta su muerte, y jamás olvidaré las palabras de uno de sus amigos durante su entierro, que bastan, supongo, para colmar el orgullo de cualquier hijo: «Era un hombre honrado y un caballero».

La generación de mi padre, como todas, tenía sus mitos. Incluían éstos el cine y la música, las canciones que habían estado de moda en su juventud: tangos, boleros, copla. Y entre los mitos femeninos, el más destacado fue Sara Montiel. Cualquiera que haya visto las antiguas películas de aquella mujer bellísima y fascinante, quien la recuerde junto a Gary Cooper y Burt Lancaster en Veracruz o con Rod Steiger y Charles Bronson en Yuma, o en películas españolas como Varietés, El último cuplé o La violetera, sabrá de qué estamos hablando. Con canciones como Fumando espero, El relicario, Nena o Ven y venSara Montiel dio la puntilla al tono atiplado de Raquel Meller, Imperio Argentina, Concha Piquer y otras estrellas de la canción nacional, imponiendo su tono susurrante y grave, de un erotismo profundo, tan denso y carnal como ella misma. Y de ese modo se convirtió en el gran icono erótico de los varones españoles de su tiempo.

No recuerdo el año, ni tampoco el título del espectáculo. Saritísima, me parece, o Una noche con Sara. Algo así. Ella representaba su espectáculo de canciones en el teatro La Latina. Debía de tener ya cincuenta y tantos años, casi sesenta, pero conservaba la gracia, el desparpajo y la simpatía de siempre, la voz sugerente y grave y un físico más que razonable para su edad, que embutía para el espectáculo en ceñidos trajes de noche con generosos escotes. Yo estaba en Madrid entre dos viajes, mis padres vinieron a pasar unos días y los invité a ver el espectáculo. Sentado en una butaca contigua al pasillo, con mi madre y conmigo al lado, mi padre disfrutó en vivo de unas canciones que conocía de memoria. Era la primera vez que veía a Sara Montiel en persona, y mi madre y yo lo observábamos a hurtadillas, disfrutando ambos de la felicidad que mostraba, ante su antiguo ídolo femenino, aquel hombre de casi setenta años educado y tranquilo.

Fue entonces cuando ocurrió. Ella había bajado del escenario, escotada, sexy, micrófono en mano, y cantaba caminando por el pasillo. Y cuando llegó a nuestra altura, al mirarme casualmente a media canción, yo le hice un gesto disimulado, señalando a mi padre, que la miraba arrobado. Y Sara Montiel, con aquella rápida inteligencia intuitiva, la gracia y el descaro que con toda justicia la habían hecho famosa, se lo quedó mirando y acto seguido, le pasó un brazo alrededor del cuello, se sentó en sus rodillas, y acercando la boca a su oído le cantó, bajito, grave y susurrante, aquello de Juró amarme un hombre / sin miedo a la muerteDespués le acarició la nuca, se puso en pie y siguió su camino mientras todos cuantos estábamos alrededor aplaudíamos entusiasmados.

Mi padre no despegó los labios en toda la función. Tan impasible como solía, salió del teatro con mi madre cogida del brazo y paseamos hasta la cercana Plaza Mayor. Esperábamos algún comentario, pero no hizo ninguno. Caminaba en silencio. Era una noche agradable, nos sentamos a tomar algo en una terraza y yo mencioné al fin la escena del pasillo. «Sigue siendo una artista enorme», comenté, divertido. Entonces vi sonreír a mi padre, y aquella sonrisa parecía rejuvenecerle treinta años el rostro. «Sí, verdaderamente es mucha mujer», dijo. Y después, tras golpear suavemente un extremo en el cristal de su reloj, encendió despacio un cigarrillo.

TITULO : Un trío en la cocina - Focaccia, una receta con sabor italiano,.

Un trío en la cocina -  Focaccia, una receta con sabor italiano ,fotos,.

 

 Focaccia, una receta con sabor italiano en Cómetelo

 

 El cocinero Enrique Sánchez prepara una focaccia que es un tipo de pan italiano que se caracteriza por su textura esponjosa y su corteza dorada. Es similar a una pizza, pero más gruesa y suele estar aromatizada con hierbas como romero o tomillo. La focaccia se sirve, en esta ocasión, con espárragos, tomates cherry, cebolla y queso de quisquilla.

 

 Un trío en la cocina con Gonzalo, Julius y Nicola | El próximo lunes  vuelven Julius, Nicola y Gonzalo con nuevo programa. Estarán los tres  juntos en Un trío en la cocina... |

El prefermento o masa madre que usa en esta receta es “biga”, que se utiliza en la elaboración de panes y otros productos de panadería. Es una mezcla de harina, agua y una pequeña cantidad de levadura, que se deja fermentar durante varias horas (generalmente entre 12 y 24 horas) antes de incorporarse a la masa final.

Además, el programa viaja a Motril, Granada, donde un equipo de trabajo ha puesto en valor los productos locales y ha generado un ilusionante proyecto, “Raíces”. Uno de sus grandes logros es el producto estrella de este jueves: el queso de quisquilla.

 

TITULO:  Documentos TV - Democracia bajo asedio ,.

Documentos TV  - Democracia bajo asedio ,.   

 

Martes - 12 - Noviembre a las 00:00 horas en La 2, foto,.

 Democracia bajo asedio

Con motivo de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, 'Documentos TV' emite este documental donde prestigiosos expertos analizan la historia y el complejo sistema político de este país. Un país que ha encadenado, en los últimos años, varias crisis que han conducido a una preocupante polarización.

Estados Unidos presume de tener la Constitución escrita más antigua del mundo. Se remonta a 1787. Sus primeras palabras son: “Nosotros el pueblo de Estados Unidos”. Los analistas políticos conectan esta desactualización de la Carta Magna con algunas de las crisis actuales por las que pasa la sociedad estadounidense. Y lo hacen analizando las extralimitaciones del poder ejecutivo, la crisis de ética judicial y de un entorno mediático saturado de desinformación. Con una sociedad caracterizada por la diversidad racial y de género y completamente diferente a la del siglo XVIII, algunas identidades se han sentido en peligro.

El documental 'Democracia bajo asedio' explica, a través de las perspicaces viñetas de la Premio Pulizter en 2001, Ann Telnaes y de las opiniones de prestigiosos expertos, la complejidad del sistema electoral y político de Estados Unidos, así como los retos a los que se enfrenta esta vieja democracia. Algunos de ellos se preguntan, si la nación podrá preservar sus ideales democráticos en medio de una grave polarización y del extremismo.

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