TITULO: Trastos y tesoros - CANAL EXTREMADURA - Las butacas y las cortinas del cine,.
Las butacas y las cortinas del cine,.
fotos / Bogart se asoma por la ventana, París al otro lado, entre las butacas del cine. Alguien de la Gestapo grita, en estruendoso idioma germano: los nazis conquistan la ciudad. Los ojos de Bergman, esa mirada a medio camino entre el amor y el miedo, invaden la sala. «El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos». Las manos de las parejas se acarician en la oscuridad, ajenos al acomodador. Corten. Una luz tenue ilumina los rostros. Hay un primer plano de Nicholson. Sonríe, con suficiencia, aunque esa sonrisa sólo se traduce en un milimétrico levantamiento de comisuras. «Todo el mundo quiere ser libre, pero una cosa es hablar de ello y otra muy diferente es serlo». En el cine de barrio, iluminados por la misma hoguera que calienta a los protagonistas, los pechos se hinchan, las conciencias se encienden. Corten. Chaplin observa algún punto en el suelo, su bigote se mueve al compás del discurso. «Mientras el hombre exista, la libertad no perecerá». En el cine de verano, el espectador encuentra la humanidad en la butaca de enfrente. Corten.
Johnny Fontane llora sobre el escritorio. Vito Corleone, padrino del temor, le azota y le protege con un ceño que pasará a la historia: las cejas se enarcan como sólo sabe enarcarlas el poder. La voz de Brando es una voz sin tono, pero con fuerza. Una afonía memorable: «A ese Woltz le haré una oferta que no podrá rechazar». En la sala zozobra la moral, se oscurece. Corten. Lawrence llega con el árabe perdido al oasis. Todos en la oscura sala le daban por muerto. Como la tribu de la película, los espectadores aplauden y se arremolinan imaginariamente en torno al camello. El jefe árabe le acerca el odre. Lawrence no le retira la mirada: «Nada está escrito». Corten. El salitre del mar llega hasta las butacas. La Estatua de la Libertad semienterrada. Charlton Heston se arrodilla. «Maldigo las guerras, os maldigo». El mundo en la sala también ha cambiado. Corten.
Gene Kelly baila bajo la lluvia, los presentes se refugian. Los esclavos se levantan al compás de los espectadores: yo soy Espartaco, yo también Espartaco. El niño mira con pavor al centro de nuestro subconsciente: en ocasiones veo muertos. Kate Winslet coloca los brazos en cruz, mientras el viento trágico del Atlántico y del futuro estremece al público. Los hierros en las piernas de Gump se desprenden mientras el muchacho se libera. Corre, Forrest, corre. Todos corrimos con él. El hacha de Nicholson y el cuchillo de Duvall resplandecen en la tiniebla del cine. Audrey Hepburn canta «Moon River» mientras el resto se derrite. Sharon Stone cruza las piernas, Travolta mueve las caderas, ET se marcha, la casa de Up se eleva, Luke descubre quién es su padre. Corten. Cuenta Garabito en el diario ABC que las salas de cine están muriendo. Esta columna, que acomete cada semana una escena cultural relacionada con la actualidad, no sólo empieza, sino que también termina hoy con dichas escenas; aunque su melancolía, me temo, es infinita.
TITULO:
Leyenda del fútbol dice adios - Muere con 35 años el exjugador del Getafe Abdelaziz Barrada,.
Muere con 35 años el exjugador del Getafe Abdelaziz Barrada,.
foto / Muere con 35 años Abdelaziz Barrada, exjugador de Getafe y Olympique de Marsella,.
El exdeportista fue internacional con Marruecos,.
El Olympique de Marsella ha confirmado este jueves el fallecimiento con 35 años del exinternacional marroquí Abdelaziz Barrada, antiguo futbolista también del Getafe CF, acorde a las informaciones del medio de comunicación 'Hespress'.
Dicho periódico indicó que la muerte de Barrada había ocurrido en Francia y a causa de un ataque cardíaco. Fichado en julio de 2007 por el Paris Saint-Germain para sus categorías inferiores, Barrada recaló cuatro años después en el filial B del Getafe.
Con el equipo azulón, marcó ocho goles y dio nueve asistencias en sus 64 partidos en LaLiga española. En verano de 2013, el atacante marroquí consumó su fichaje por el Al-Jazira y una temporada más tarde aterrizó en el Olympique de Marsella.
A lo largo de su trayectoria como jugador profesional, a la cual puso fin en verano de 2021, Barrada vistió la camiseta del Gimnàstic de Tarragona en calidad de cedido durante la segunda mitad del curso 2018/19,.
TITULO: Domingo - 10 - Noviembre - LA SEXTA TV - Ambulancias, en el corazón de la ciudad - Herido un hombre en el incendio de una torre en una empresa de tratamientos de grasas y aceites en Cabezón de Pisuerga (Valladolid),.
El domingo - 10 - Noviembre , a las 21:30 por La Sexta, foto,.
Herido un hombre en el incendio de una torre en una empresa de tratamientos de grasas y aceites en Cabezón de Pisuerga (Valladolid),.
El varón, de 32 años, sufre "quemaduras leves"
Un hombre de 32 años resultó herido, con “algunas quemaduras leves”, en la madrugada de este miércoles 14 de junio en un incendio registrado en la torre de una empresa especializada en el tratamiento de grasas y aceites industriales para su aplicación en la industria química y alimentaria, situada en la calle Estación, en Cabezón de Pisuerga (Valladolid), según informa el Centro de Emergencias de Castilla y León 1-1-2.
Durante el seguimiento del incidente los responsables de la empresa comunicaron que el incendio se está produciendo al aire libre y se quema aceite, por lo que no hay ningún riesgo de que se genere humo tóxico.
La sala avisó del incidente a la Guardia Civil (COS) de Valladolid, a los Bomberos de la Diputación de Valladolid, que movilizaron dotaciones de Arroyo y Tordesillas, al Centro Coordinador de Emergencias de la Agencia de Protección Civil y a Emergencias Sanitarias – Sacyl, que envió una ambulancia soporte vital básico.
En el lugar, el personal de Sacyl atendió al varón, de 32 años, que fue trasladado en ambulancia de soporte vital básico al Hospital Clínico Universitario de Valladolid. A las 06.12 horas, los bomberos de la Diputación de Valladolid comunicaron a través del 1-1-2 que el incendio se había controlado.
Inhalación de humo
Por otra parte, una mujer de 67 años resultó afectada por inhalación de humo en el incendio registrado en una vivienda del número 1 de la calle Botijas, en Valladolid, según la sala de operaciones del Servicio de Emergencias 1-1-2 de Castilla y León.
El suceso ocurrió poco antes de la 1 de la mañana de este miércoles 14 de junio, cuando el centro de emergencias avisó de este incendio a los Bomberos y la Policía Municipal de Valladolid, así como al Cuerpo Nacional de Policía. Posteriormente, los organismos que trabajaban en la extinción solicitaron una ambulancia para atender a una persona que se hallaba en el lugar y presentaba síntomas de intoxicación por inhalación de humo. Se informa del cambio de situación a Emergencias Sanitarias - Sacyl, que envió una ambulancia de soporte vital básico,.
El personal sanitario de Sacyl atendió a una mujer de 67 años, a quien se trasladó posteriormente al Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid.
TITULO: CAFE GIJON - MANZANAS VERDES - Liga Fútbol - En el nombre del hijo, en memoria de tantos ,.
CAFE GIJON,.
Café Gijón - foto,.
MANZANAS
VERDES - Liga Fútbol - En el nombre del hijo, en memoria de tantos ,.
MANZANAS VERDES - Liga Fútbol - En el nombre del hijo, en memoria de tantos , fotos,.
Liga Fútbol - En el nombre del hijo, en memoria de tantos,.
Resultado Final - ATLÉTICO -2 - LAS PALMAS - 0 -,.
Giuliano Simeone encarrila la victoria del Atlético con su primer gol con la rojiblanca ante un Las Palmas que nunca amenazó. Sorloth hizo el 2-0. Cillesen se fue conmocionado tras un golpe con Nahuel.
En el Atleti de los millones lo que sobresale es la garra. Esa que Giuliano lleva prendida del nombre desde que abrió sus ojos al mundo. En este día difícil, este Atleti-Las Palmas de una jornada que, quizá, no se debió de jugar, la cabeza en Valencia, Nahuel le sirvió ese balón. Fue con un pase milimétrico. Y Giuliano lo recibió cabeceándolo lo justo para adecuarlo a su paso. Con un desmarque, dejó atrás a Kirian y siguió hacia Cillessen.
Corría por su padre, por todas las veces como recogepelotas en el Calderón cuando era un crío que venía a verle de Argentina, por el salto de la cantera de River a la del Cerro, por el tirar la puerta del Atleti lejos, Zaragoza y Victoria, para acabar de romper un principio de su padre: “No entrenar a un hijo mío”. Pero Giuliano es distinto. El Simeone del siglo XXI se lo ha ganado con su propio sudor. Aunque su apellido fuese otro.
Cambios
Rodrigo De Paul (45', Pablo Barrios), Conor Gallagher (45', Samuel Lino), Dinko Horkas (59', Jasper Cillessen), Javi Muñoz (63', José Campaña), Oliver McBurnie (63', Sandro Ramírez), Ángel Correa (64', Julián Alvarez), Alexander Sørloth (64', Antoine Griezmann), Mika Mármol (80', Álex Suárez), Axel Witsel (83', Giuliano Simeone), Reinildo (83', Javi Galán), Jaime Mata (86', Fábio Silva), Manu Fuster (86', Kirian Rodríguez)
Goles
1-0, 36': Giuliano Simeone, 2-0, 82': Sörloth
Tarjetas
Arbitro: Ricardo de Burgos Bengoetxea
Arbitro VAR: Javier Iglesias Villanueva, Eliana Fernández González
Clement Lenglet (72',Amarilla), Viti (87',Amarilla)
Cuando llegó ante Cillessen pateó el balón cruzado para colárselo por el segundo palo, allá donde el portero no alcanzaría. Es su primer gol con el Atleti. Giuliano lo celebró deslizándose en la hierba de rodillas y alzando una camiseta con un Força i Ánims en valenciano aplaudida por todos. Y es que, qué difícil es celebrar cuando de tu cabeza no se va tanta gente que sufre tanto tan cerca. El Atleti había salido al partido con los nombres de sus peñas en Paiporta y Utiel en unas banderas de la mano, en un minuto de silencio al que siguió un largo aplauso sentido, tremendamente emocionado.
En el equipo del Cholo enseguida se notó que Barrios y Lenglet estaban de vuelta. La salida de balón más limpia, el equipo con más cuajo al centro y que ya nadie se acuerda de Hancko. Las Palmas, mientras, se empeñaba en salir con la pelota jugada pero, al no tener el día sus hombres de pie fino (Kirian, Moleiro), el plan resultó una temeridad. En el minuto uno Cillesen estrenaba los guantes para detener un remate de ese Giuliano dueño del carril derecho como Galán del izquierdo. Ambos, muy adelantados le daban al Atleti aquello que más se le añora: velocidad y energía por las bandas. En el minuto ocho era ante Barrios ante quien Cillessen debía sacar el guante. El Atleti rondaba pero nada más. Por un lado, a Lino se le ha olvidado leer desmarques. Por otro, al llegar ante Cillessen, Diego Martínez le había llenado los espacios de piernas. Y también estaba el árbitro, que no vio penalti en una mano de McKenna ni aunque le llamara el VAR. Su más de minuto y medio ante la pantalla para terminar decretando que ayer la margarita iba a decir que no, que esa mano, clara, era accidental, despertó a una grada hasta el momento más bien callada.
El Atleti entraba por las bandas, subido a los lomos de esos Galán y Giuliano incansables, mientras Las Palmas, la primera vez que se olvidó de salir jugando se plantó ante Oblak: Cillesen envió desde su portería en largo para la carrera de Fabio Silva. Incordio para Giménez todo el partido, aquí buscó por bajo la red de Oblak. Atajó el portero. Sería el único remate a puerta de los de Diego Martínez en los 90′. Poco después Nahuel, muy mejorado como central diestro, golpeó milimétrica esa pelota, Giuliano corrió y el Metropolitano volvió a celebrar el gol de un Simeone. El descanso llegó con un disparo de Grizi que besó el travesaño por dentro y se fue. Ni Barrios ni Lino regresarían al verde tras el reposo.
La segunda parte tardó en arrancar. Cillessen abandonó el cambo, conmocionado tras recibir en una cabeza el impacto de un Nahuel al que se le había ido un control largo. La pelota se la había servido un De Paul que salió con ganas tras escuchar como el campo le recibía con algún silbido. Enfrente la falta de juego por dentro le hacía a Las Palmas no pasar del centro. El Atleti controlaba sin peligro. La grada se entretenía cantando “Vinicius, balón de playa”.
Quizá pensando en París, el Cholo guardó cromos. Grizi, más bonito que efectivo, y Julián. Sorloth y Correa entraron con el partido en digestión pesada y Almax. Pero entonces De Paul se sacó otro pase para que Sorloth se arrancara la espina del Lille con el 2-0. El partido acabó aquí, aunque le quedaran minutos. Esos últimos que el Cholito ya vio desde el banco, observando como su padre, al final, corría al túnel satisfecho y emocionado. El día en el que el grande de los Simeone fue el pequeño.
TITULO: LA AVENTURA DEL SABER TVE - Leer, vivir la aventura,.
Leer, vivir la aventura,.
fotos / Pienso en escritores y novelas de aventuras. Trato de citar algunos a bote pronto. En seguida se me aparecen en la mente las novelas que ha publicado el sello Zenda Aventuras, escogidas y editadas con mucho cuidado. Son las siguientes: El diamante de Moonfleet, de John Meade Falkner; El prisionero de Zenda, de Anthony Hope; El misterio del Agua Azul (Beau Geste), de Percival Christopher Wren; y Aventura en el Transasiático (Claudio Bombarnac), de Julio Verne.
Pienso en otros autores y novelas que también me fascinan. Dumas, Stevenson, Rafael Sabatini, Las cuatro plumas, de A. E. W. Mason, Las minas del rey Salomón, de H. Rider Haggard…
Las cuatro plumas lo acaba de reeditar hace muy poco Zenda en alianza con Edhasa, con prólogo de Arturo Pérez-Reverte e ilustración de portada de Augusto Ferrer-Dalmau, ofreciendo un precioso libro de bolsillo, un poco más grande que el bolsillo habitual, que denota un gran amor por la literatura y por la edición.
Nuestro Pío Baroja también escribió novelas de aventuras, por ejemplo su Trilogía de la Tierra Vasca, donde brilla Zalacaín el aventurero, o la de El mar, donde hace lo propio Las inquietudes de Shanti Andía. Baroja poseía el ideal de la aventura, del hombre de acción, aunque él no lo fuera —lo fue a través de la pluma—, y perseguía la novela “divertida”, “que no podía ser mala”, en sus palabras, él que había disfrutado en su juventud y durante toda su vida de Cervantes y Dickens, por ejemplo, aunque también lo hiciera con Dostoyevski.
Otro español gran escritor de novelas de aventuras, y éste sí aventurero él mismo, es Alberto Vázquez-Figueroa, un autor que ejemplifica muy bien lo que afirma Baroja de las novelas “divertidas”. El mismo Vázquez-Figueroa dice que sus novelas son muy leídas en las cárceles, porque son de “evasión”, y es que se trata de novelas muy amenas, de puertas abiertas, por las que corre el aire de la aventura, novelas además en las que siempre aprendemos algo, mucho, fruto de lo que el mismo autor aprendió en todos sus viajes y estudios, fruto de su gran experiencia vital y literaria. Ya ha publicado más de cien libros.
Otro gran autor de novelas de aventuras es Arturo Pérez-Reverte. Combina muy bien la aventura con otros géneros y conjuga, precisamente, la aventura con la calidad literaria, con el cuidado formal, con lo que Julián Marías llamaba “calidad de página”. Pérez-Reverte parece cuidar cada página como si fuera la última que fuera a escribir o publicar, lo último o lo único que vayan a leer de él.
“Aventura” es palabra mágica por todo lo que contiene, por todo lo que implica, por todo lo que sugiere. Así define “aventura” el Diccionario de la Real Academia (vigesimotercera edición, edición del tricentenario):
(Del latín adventura “lo que va a venir”). 1. Acaecimiento, suceso o lance extraño. // 2. Casualidad, contingencia. // 3. Empresa de resultado incierto o que presenta riesgos. Embarcarse en aventuras. // 4. Relación amorosa ocasional. // Dicho de una obra literaria o cinematográfica: que centra su atención en los episodios de una acción tensa y emocionante.
Las historias de las novelas de aventuras han sido llevadas abundantemente al cine. Hay muchas películas basadas en novelas de aventuras. En realidad hay muchísimas novelas de aventuras, y por supuesto muchísimas películas de aventuras, muchas de ellas nacidas a partir de novelas. Es un género muy fecundo, muy seguido y gustado por los lectores. Quizá todos necesitemos aventuras, leídas o vividas directamente. ¿Acaso no es leer una forma de vivir?
En España hay pocas novelas de aventuras. Ya el profesor Javier Huerta Calvo, en sus clases sobre la Generación del 98 en la Facultad —en el curso 1997/98, lo recuerdo bien—, llamaba la atención sobre lo extraño que era la falta de novelas marinas en un país como el nuestro, rodeado casi enteramente de mar. Hablaba de esto al referirse a Las inquietudes de Shanti Andía, de Baroja, que sí es una gran novela española sobre el mar.
Baroja se basaba para escribir, en buena parte, en los relatos que había oído de niño sobre el mar o sobre las guerras carlistas. Luego él profundizó con libros de aventuras y viajes e investigaciones propias. Así surgen novelas tan estupendas como Zalacaín el aventurero y Las inquietudes de Shanti Andía.
Alberto Vázquez-Figueroa y Arturo Pérez-Reverte, que tienen trayectorias similares en muchos aspectos —son nómadas, o lo han sido, corresponsales de guerra, aventureros, novelistas de éxito—, leen aventuras, las viven, sus propias aventuras, y luego escriben sus novelas, aventuras imaginarias, imaginadas, basadas en parte en lo que han vivido.
Son dos escritores muy atípicos en la literatura española. Quizá por eso han destacado tanto. Pero no sólo lo han hecho en España: han destacado en el mundo. Son dos de los autores más leídos de la literatura española.
Yo creo que en su éxito, sin contar todo el trabajo de sus libros, es muy importante ese espíritu de aventura, de viaje, ese nomadismo, y todo lo que esto enriquece sus obras: las ensancha, les da alicientes.
En un artículo sobre novelas de aventuras hay que hablar de Stevenson, a mi juicio. Sus historias son muy interesantes y las cuenta muy bien. Siente el placer de la narración y se lo transmite al lector. Sus relatos tienen el sabor de la literatura de siempre. La isla del tesoro, El diablo de la botella y otros cuentos... El Dr. Jekyll y Mr. Hyde no es una novela de aventuras, o lo es en parte, de cierto tipo de aventuras, pero es una maravilla, y se percibe en ella la maestría de Stevenson.
Los indios de Samoa lo llamaban “Tusitala”, “El contador de historias”. Sus libros tienen el sabor de la literatura de siempre, he escrito. Estos escritores son narradores antes que escritores. Podrían narrar de forma oral y lo esencial se conservaría. De hecho, el mismo Vázquez-Figueroa es un gran narrador oral, como lo demuestra en presentaciones de libros, en conferencias, en la radio…
Tanto él como Pérez-Reverte se consideran contadores de historias. Eso es lo más importante en ellos. La historia es lo esencial, aquello que genera todo en el libro. Por eso han tenido tanta relación con el cine: el cine se alimenta fundamentalmente de historias, de buenas historias, historias que conectan con el público, que también necesita ser alimentado por ellas. Sentimos un hambre de historias, bien contadas, un arte y una técnica que tal vez deban mucho a un talento innato. Los relatos contados al calor del fuego ya debían de cumplir esta misión.
Pero ¿por qué nos gusta tanto la aventura? En parte es una necesidad; la aventura leída alimenta nuestra vida, lleva a la acción en la propia vida. Mueve al que ya es aventurero, pero también, en parte, al que no lo es. Y cuando leemos de otros lugares, de países lejanos, eso estimula nuestra imaginación, nuestra curiosidad, y queremos visitarlos. Vázquez-Figueroa leyó muchas novelas de aventuras en el desierto, cuando era un muchacho, y eso le empujó a conocer mundo, porque quería ver lo que ya había leído.
Por otra parte, yo creo que se puede vivir aventuras en un espacio muy reducido, pues eso depende de los acontecimientos y también de nuestra actitud. De las circunstancias de nuestras propias vidas. Por ejemplo, ahora todos estamos viviendo aventuras debido a la pandemia. Nos gustaría no tener que vivirlas, pero el hecho es que las estamos viviendo.
¿Qué significa contar estas historias? Como escribí antes a propósito de Stevenson, significa un placer. Siempre se ha hablado mucho del placer de contar historias, placer presente en el hecho de narrarlas oralmente y también de hacerlo por escrito.
Asimismo leerlas es un placer, un gran placer. De hecho, yo pienso que escribir es una forma de leer, de leer en nosotros mismos. Uno va escribiendo a medida que lee en su interior, con todo lo que ha vivido y todo lo que ha leído, con todo tipo de experiencias.
Además, estas novelas de aventuras —a menudo son también películas— están instaladas en lo más profundo de nosotros mismos.
Muchos de estos libros los hemos leído en nuestra infancia y adolescencia, o en nuestra primera juventud. Y puede que sean éstos los libros realmente divertidos, lo que entendemos por divertidos auténticamente, lo que hace que volvamos las páginas con impaciencia y dejemos pasar las horas sin sentirlas. En fin, tampoco me atrevo a afirmar esto de forma categórica porque yo me divierto mucho también con otro tipo de libros.
De todos modos resulta muy curioso que leamos estos libros en una etapa de formación, y que sus autores figuren ya siempre en la nómina de nuestros escritores favoritos. Volveremos a ellos periódicamente a lo largo de la vida, sin abandonarlos nunca, pidiendo consuelo, compañía, algo muy lúdico que no encontramos en otros libros. Volviendo también al que fuimos cuando los leímos por primera vez.
He leído que en 2021 se ha vendido un 20% más de libros. Parece que las novelas de aventuras, en estos tiempos de pandemia, son particularmente adecuadas para sobrellevarlos. Leo Olvidar Machu-Picchu, de Vázquez-Figueroa, ahora que me puedo mover poco, y me siento disfrutar de Sudamérica, de los paisajes andinos, de Machu-Picchu, de las descripciones de pincelada suelta que me hacen imaginar, soñar, viajar sin moverme de casa.
Es frecuente ver en los quioscos novelas de aventuras: Dumas, Verne, Salgari, London... No faltan estas lecturas: nos hacen felices, nos dan algo, en buenas dosis, que tal vez falte en nuestras vidas. O no, no falta, porque estos libros nos lo dan.
Pero ya digo que estas historias no se quedan en el papel, en la teoría, en lo inerte. Son inspiradoras: llevan a la acción. Crean inquietud. Y enseñan algo, algo un tanto indefinible, aparte ciertos conocimientos de geografía, por ejemplo, que puedan transmitir, o ciencia, como ocurre con Julio Verne, u otro tipo de conocimientos. Tal vez enseñen a vivir, aunque no nos demos cuenta de ello. Es probable que por eso los leamos en las etapas de formación. Y al final siempre nos estamos formando…
Para terminar me gustaría escribir unos pequeños apuntes sobre el viaje y la novela de aventuras. El viaje lleva a la aventura, aunque sea pequeña. El viaje es consustancial a la literatura, como todos sabemos, y por supuesto consustancial a la novela de aventuras. Si uno se queda parado en casa le ocurren muchas menos cosas que si sale a la calle.
Ya sólo el salir a la calle implica cierta dosis de aventura, porque en cuanto salimos nos empiezan a suceder cosas. Cuando cambiamos nuestro entorno los sucesos se llenan de riqueza, al igual que lo que vemos y sentimos. Todo eso enriquece nuestra experiencia, la más inmediata y la más lejana, lo que vivimos hace mucho y lo que viviremos en el futuro. Además, quizá sea el enfrentarse a lo desconocido, en mayor o menor medida, lo que acaba generando la aventura.
Por otra parte el ser humano precisa del viaje, tiene también hambre de viaje, como muestra el hecho de que viajar es una de las grandes aficiones de las personas, y que mucha gente lo hace en cuanto tiene tiempo y dinero. Quizá sea también una necesidad para mucha gente, según los momentos de forma más acusada. La literatura puede suplir algunos viajes, o completarlos, o prepararlos para el futuro, para vivirlos con mayor calidad e intensidad. La literatura se encuentra pues conectada con la vida de forma sobresaliente.
La novela de aventuras, por su parte, y yo diría que la novela en general, se nutre de lo inesperado, de lo original, de lo que estimula la curiosidad y el interés por seguir leyendo, por saber qué va a pasar después… y eso lo consigue muy bien el viaje. Por eso seguramente el viaje es tan esencial y básico en la literatura y en la novela de aventuras. Al final resulta que el viaje es sinónimo de aventura, y la aventura de viaje, de un tipo u otro, en mayor o menor medida.
Al principio de Aventura en el Transasiático, de Julio Verne, publicada por Zenda Aventuras, se puede leer esta reveladora frase del escritor francés sobre lo que quizá sea la esencia de lo que estoy escribiendo aquí:
Moverse es vida, y es bueno tener la capacidad de olvidar el pasado y matar al presente con un cambio continuo.
El movimiento es esencial, en la aventura y seguramente en cualquier libro que quiere ser dinámico y resultar ameno al lector. El movimiento, de un tipo u otro, es vida. Leer aventuras significa vivirlas, en mi opinión, de un modo u otro. Por eso estas novelas tienen tanto éxito, porque nos sumergen en la aventura, nos hacen vivirla con los personajes, viajar con ellos y sentir con ellos. Al final consiguen que nos sintamos más vivos, más felices. No se puede pedir más.
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