Su belleza te parece como un aviòn que vuela con una velocidad sin saber el destino del lugar que vayas a coger el camino correspondiente para estar entre los vivos.El color nos indica el fondo de una materia o el motor que nos lleva de una imaginaciòn increble de futuro de modelos que puede aparecer en cada año.Pero el dinero lo cambiamos por la pasiòn de ser màs elegantes que el mundo que nos rodea, siendo deportivamente alumbrado por unas luces que te hace mirar por las noches.Con la mùsica compuesta de sonido potente y sentado delante del volante sin dejar de fumar con todos los compañeros de toda una vida.Este famoso coche que tiene una marca llamada Ford Puma, nos dice que lo mejor en el mercado del automovil, hablando en comùn y personalmente de su rapidez que denomina como un segundo de muerte o de esperanza que te separa de lo màs dificil de recuperar.Su deportividad define su gran calidad en los neùmaticos,.
TÍTULO: D'Artacán y los tres mosqueperros,.
Es una serie de dibujos animados,.
La historia comienza en 1625, en Francia. El protagonista, D'Artagnan, nacido en una familia noble empobrecida de Gascuña, se va de casa a París para cumplir su gran sueño: convertirse en un mosquetero de la «Compañía de Mosqueteros del Rey». A tal efecto, lleva consigo una carta escrita por su padre al capitán de la compañía de mosqueteros, el señor de Tréville, que también es gascón, y fue compañero suyo en las guerras de Enrique IV). Al pasar por la aldea de Meung, el joven gascón se ve envuelto en una pelea con un caballero misterioso (que más adelante se revelará como el conde de Rochefort), quedando herido e inconsciente. Cuando D'Artagnan recupera la conciencia, se da cuenta de que el caballero ha robado su carta de presentación, a raíz de lo cual nace en él un deseo de vengarse del misterioso personaje.Ya en París, D'Artagnan, tras una breve y poco cálida entrevista con el Señor de Trèville, que sin embargo le previene contra el personaje que se encontró en Meung, es es retado a duelo por los tres mosqueteros: Athos, Porthos y Aramis. Los cuatro hombres se encuentran y cuando D'Artagnan está a punto de comenzar a luchar contra Athos,son interrumpidos por los guardias del Cardenal Richelieu que amenazan con arrestarlos, porque los duelos están prohibidos. Los tres mosqueteros y D'Artagnan se unen para derrotar a los guardias del cardenal, gracias a lo cual el gascón se gana el respeto y la amistad de Athos, Porthos y Aramis, volviéndose inseparables camaradas, así como el favor del Señor de Trèville. Luego de una entrevista con el rey Luis XIII, quien por su rivalidad con el cardenal queda encantado con D'Artagnan, éste último es aceptado como cadete de un regimiento de la Guardia Real, presidida por el señor des Essarts, esperando la posibilidad de llegar a ser mosquetero.
Después de obtener alojamiento y tomar un criado, llamado Planchet, conoce a la joven y bonita esposa de su maduro casero, Constance Bonacieux, de la que inmediatamente se enamora. Constance y D'Artagnan ayudan a la reina de Francia, Ana de Austria y al Duque de Buckingham a mantener una cita secreta en el Palacio del Louvre. En la cita, la reina regala a su amante una caja de madera que contiene doce herretes de diamantes, originalmente regalados a ella por su esposo Luis XIII. El Cardenal Richelieu, informado del regalo por sus espías, persuade al rey para invitar a la reina a un baile donde se espera que ella luzca los herretes, con la esperanza de descubrir al rey su historia de amor con Buckingham.
Constance intenta persuadir a su esposo, el señor Bonacieux, para ir a Londres y recuperar los herretes, pero éste, que había sido detenido, llevado a presencia del cardenal y convencido por éste de espiar a su esposa, se niega y la delata al Conde de Rochefort. D'Artagnan y sus amigos deciden asumir la misión en su lugar. Parten los cuatro amigos con sus lacayos, y después de una serie de aventuras y de quedar Porthos, Aramis y Athos fuera de combate y heridos por el camino, en emboscadas de los agentes del cardenal, D'Artagnan logra llegar a Inglaterra; tras herir y dejar fuera de combate a otro de los enviados del cardenal, el Conde de Wardes. Al notar Buckingham que le han robado dos de los doce, y teniendo la certeza que ha sido obra de la condesa de Winter, cierra los puertos ingleses para evitar que los herretes robados lleguen al Cardenal, ordena a su joyero realizar dos réplicas de los faltantes, y los entrega a D'Artagnan junto con los originales, que parte para Francia y logra devolverlos a la reina Ana, justo a tiempo para salvar su honor, y para vergüenza del Cardenal, que es puesto en evidencia delante del Rey.
La venganza del implacable Richelieu llega rápidamente: la noche siguiente, Constance es secuestrada. D'Artagnan parte para encontrar a sus amigos, y en Amiens, donde había quedado Athos, recibe como confidencia de éste la historia de un noble y su mujer, a la que, al descubrir que estaba marcada con una flor de lis en el hombro, había ahorcado, pero poco después, a causa de su borrachera, Athos reconoce sin quererlo que el noble de la historia en realidad es él. Poco después, se batirá con Lord de Winter, barón de Sheffield, y tras vencerle y perdonarle la vida, se hace amigo del barón. Mientras preparan la adquisición del equipo que necesitarán en la campaña del sitio de La Rochelle, D'Artagnan, reanuda relaciones con Lord de Winter, que le presenta a su cuñada, Milady de Winter. D'Artagnan rápidamente se enamora de la linda noble, pero pronto se entera de que ella no le ama, siendo en realidad una agente del cardenal. Con la ayuda de una criada llamada Ketty (a la que previamente ha seducido) se las arregla para pasar una noche con Milady, haciéndose pasar en la oscuridad por su amante, el Conde de Wardes. Pero poco después y tras haber tenido relaciones sexuales con ella (esta vez sin disfraces), D'Artagnan se entera de un terrible secreto: Milady tiene una flor de lis grabada a fuego en su hombro, marcándola como una delincuente. Milady reacciona intentando matar a D'Artagnan, que logra escapar de su casa, y acude a Athos, donde le cuenta que Milady tiene una flor de lis en el hombro, con lo que el mosquetero tiene la certeza de que se trata de la misma mujer a la que supuestamente había matado años antes. D'Artagnan se alivia cuando todos los guardias del rey son enviados a La Rochelle, donde el asedio de la ciudad protestante está teniendo lugar.
Milady hace varios intentos para matar a D'Artagnan dentro y alrededor de La Rochelle (primero mediante dos asesinos a sueldo, luego mediante un envío de vino de Anjou que hace pasar como proveniente de sus amigos), pero fracasa una y otra vez. Al mismo tiempo, y gracias a la ayuda de Aramis, que es amante de la duquesa de Chevreuse, confidente de la reina, D'Artagnan se entera de que la reina ha logrado salvar a Constance de la prisión, donde el Cardenal y Milady la habían arrojado y que su amada está escondida en un convento.
Una noche, los mosqueteros escuchan por casualidad una conversación entre el Cardenal y Milady, en la que Richelieu le pide asesinar al Duque de Buckingham (un partidario de los rebeldes protestantes rocheleses). Ella pide a cambio la muerte de D'Artagnan. El Cardenal entonces escribe un salvoconducto general a Milady ("Por orden mía y para bien del Estado, ha hecho el portador de la presente lo que ha hecho"), dándole así permiso para matar a D'Artagnan. Athos, revelado ahora como el Conde de la Fére, rápidamente se enfrenta a su ex-esposa y la obliga bajo amenaza de muerte a abandonar el salvoconducto del Cardenal.
Tras una hazaña bélica, el Cardenal permite a D'Artagnan por fin ingresar en los Mosqueteros. Debido a la guerra entre Francia e Inglaterra, cualquier intento por parte de los mosqueteros para advertir al Duque de Buckingham sobre Milady sería considerado delito de traición a la patria, pero son capaces de enviar a Planchet con una carta al cuñado de Milady (Lord Winter), que por su parte siempre ha sospechado que Milady mató a su hermano.
Milady es encarcelada por Lord Winter,al enterarse de su pasado y de sus planes sobre Buckingham, en su llegada a Inglaterra. Pero pronto seduce a su puritano carcelero John Felton y lo convence, no sólo de ayudarla a escapar, sino también de asesinar al duque de Buckingham, a quien aborrece desde antiguo. Mientras que el ingenuo Felton asesina con un cuchillo al primer ministro en Portsmouth, Milady logra embarcar rumbo a Francia. Tras avisar al Cardenal de lo ocurrido, se esconde en el monasterio de Béthune, al norte de Francia. Para su sorpresa, encuentra allí a Constance, la cual había sido enviada por la Reina. Fingiéndose amiga de Constance, Milady averigua que su enemigo D'Artagnan llegará al monasterio en cualquier momento para rescatarla. Logra escapar justo antes de la llegada de los cuatro mosqueteros, pero no antes de tomar su venganza: envenenar a Constance, que muere minutos después en los brazos de su amado D'Artagnan.
En ese momento aparece Lord de Winter, y todos juntos determinan encontrar a Milady y juzgarla. La expedición queda a cargo de Athos, que revela a Lord de Winter que es el marido de Milady, componiéndose la expedición de los cuatro mosqueteros, sus cuatro lacayos, Lord de Winter y un misterioso hombre enmascarado, con una capa roja. Tras encontrar a Milady, organizan un simulacro de juicio contra ella en el que la acusan del envenenamiento de Madame Bonacieux; los intentos de asesinato de D'Artagnan; la instigación y complicidad en el asesinato del Duque de Buckingham (del que son informados en ese momento por lord de Winter); la corrupción, traición y posterior muerte del siervo de Lord de Winter, Felton; el asesinato de su difunto marido, Lord de Winter (Conde, hermano mayor del Barón). El cargo final viene cuando Athos afirma que Milady, su esposa, es una criminal marcada con una flor de lis en su hombro. Cuando la condesa exige que Athos presente al verdugo que la marcó, el hombre con la capa roja se adelanta y se descubre. Ella inmediatamente lo reconoce como el verdugo de Lille, el cual narra las primeras fechorías de Milady que llevaron a su marca, tras seducir y corromper a un sacerdote, su hermano, que después se ahorcó por remordimientos cuando Milady lo abandonó por el Conde de la Fère (Athos). Tras ser condenada a muerte por los improvisados jueces, Porthos y Aramis, es ajusticiada (decapitada por espada) en la otra orilla del Lys, fuera del territorio de Francia (en la actual Bélgica).
Tras la ejecución de Milady, los cuatro mosqueteros regresan a La Rochelle. En su camino se encuentran con el conde de Rochefort, principal agente del cardenal y viejo némesis de D'Artagnan, quien viajaba a Armentiéres para encontrar a Milady. Rochefort también tiene una orden de arresto para D'Artagnan por alta traición y espionaje. Cuando el gascón se presenta ante Richelieu, le cuenta toda la verdad sobre Milady, y admite que él y sus amigos ya han juzgado, condenado y ejecutado a esa malvada mujer. A continuación le presenta a Richelieu el papel con el perdón total escrito por la propia mano del Cardenal, que Athos le había entregado semanas antes tras quitárselo a Milady. Richelieu, impresionado por el ingenio de D'Artagnan y ya que ha conseguido lo que quería de Milady, ofrece al joven mosquetero un despacho como teniente de mosqueteros, con el nombre en blanco. El cardenal hace entrar a Rochefort y pide a los hombres estar en buenos términos y ser amigos.
El libro termina con D'Artagnan ofreciendo el despacho de teniente a cada uno de sus amigos, pero ninguno acepta y Athos escribe el nombre de D'Artagnan en él. Athos continuará siendo mosquetero, a las órdenes de D'Artagnan, hasta que entra en posesión de una herencia y se retira a sus propiedades; Porthos ha decidido casarse con Madame Coquenard, la viuda de un rico procurador, y deja el servicio y Aramis cumple su sueño de entrar en el sacerdocio, abandonando también el servicio, y entrando en un monasterio.
D'Artagnan se bate tres veces con Rochefort, hiriéndole las tres, pero tras eso, y tras decirle que seguramente le matará a la cuarta, hacen definitivamente las paces, y se abrazan de todo corazón y para siempre.
Sus vidas, sin embargo, se cruzarán una vez más, en Veinte años después.
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