martes, 11 de marzo de 2014

NESCAFE, Nada va a la basura, / ZAPATOS ROTOS, MI VIDA COMO UN HÁMSTER,.



  1. Uno de cada tres consumidores confiesa que toma alimentos que han superado la fecha de caducidad, «si no han pasado muchos días», ...
     NESCAFE, Nada va a la basura,-fotos
    Uno de cada tres consumidores confiesa que toma alimentos que han superado la fecha de caducidad, «si no han pasado muchos días», según un estudio de la Confederación Española de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (Ceaccu) sobre los cambios en los hábitos de compra y de consumo.
    El estudio, hecho a partir de una encuesta a 750 familias, indaga en los hábitos de compra y consumo de alimentos y analiza cómo repercute el debate de los desperdicios alimentarios en los derechos de los consumidores y la posible subida del IVA que grava los alimentos. 
    Del informe se desprende la conclusión de que seis de cada diez consumidores han modificado sus hábitos de compra con el fin de racionalizar o reducir su cesta de la compra. Además, uno de cada tres reconoce que a causa de los aprietos económicos busca más ofertas, el 23% aprovecha más la comida y el 9% afirma que ha rebajado el gasto en alimentación.
    La difícil coyuntura ha dado lugar a que los consumidores prescindan de arrojar comida a la basura. No en balde, el 71% de los encuestados afirman realizar la compra justa y no tirar nada.
    En tiempos de penurias se aprovecha todo. Así lo ponen de manifiesto los encuestados, un 83% de los cuales reciclan las sobras. De esta manera, la mitad conserva lo que queda para comerlos otro día y un 33% prepara nuevos platos con las sobras.
    Frente a los que se suele pensar, los consumidores consideran que el mayor volumen de desperdicios se origina en los puntos venta (44%) y los restaurantes (39%) y no tanto en el hogar. Cuando a los ciudadanos se les pregunta sobre el mal uso de los alimentos y la producción de desperdicios, en torno a un 49% estima que los comercios tiran comida al sobrepasar sus productos la fecha de caducidad. Muchas veces el consumidor no se ve a sí mismo responsable del despilfarro de alimentos. Por ejemplo, un 42% sostiene que se ha visto obligado a echar comida al cubo de los desperdicios porque se ha estropeado antes de la fecha razonable de consumo. La misma proporción asegura no haber podido aprovechar todo el contenido a causa del diseño del envase.
    El estudio revela modificaciones en las pautas de consumo. En la actualidad prima la compra en mercado de abasto o supermercado pequeño (68%), frente a la gran superficie (8%). Los españoles son poco amigos de comprar alimentos envasados en bandejas, de modo que prefieren comprar carnes y pescado al peso.
    Si bien casi todos los consumidores (el 92%) lee la fecha marcada en los alimentos, existen importantes carencias a la hora de distinguir entre fecha de caducidad y consumo preferente. Un 39% no es capaz de señalar la respuesta correcta cuando se le interroga por el significado de la fecha de caducidad.
    Menos confusión existe sobre lo que supone el 'consumo preferente'. Apenas un 9% marca la respuesta incorrecta. No obstante, solo una cuarta parte de los consultados es consciente de que, aunque no haya riesgo en consumir los productos que superen esta fecha, sí se produce una pérdida de calidad.
    A la vista de todas estas respuestas, la Ceaccu rechaza que el volumen de desperdicios alimentarios obedezca a hábitos incorrectos de los consumidores. «Es más probable, precisamente por el mencionado contexto económico, que se trate de un problema de excedentes de producción a los que tal vez se esté intentando buscar una salida», dice la organización.
    En este sentido, Ceaccu anticipa su rechazo a cualquier iniciativa que reduzca la protección con que cuentan los consumidores y, en particular, a una eventual autorización para poner a la venta productos fuera de su fecha de consumo preferente. «Llama la atención, que, al mismo tiempo que este debate se activa, sea tan difícil lograr demandas que vienen de lejos como unas fechas en el etiquetado fácilmente legibles y comprensibles», dice la asociación.
    La Ceaccu se opone a un incremento del IVA sobre los alimentos, especialmente teniendo en cuenta la «precaria situación económica» de los españoles y las dificultades que ya tienen para acceder a bienes y servicios básicos como la electricidad y la vivienda. 

    TÍTULO: ZAPATOS ROTOS, MI VIDA COMO UN HÁMSTER,.


    1. Para el dúo artístico formado por Ward Shelley y Alex Schweder, el mundo estos días es más redondo que nunca: tiene 7,6 metros de diámetro ...
       ZAPATOS ROTOS, MI VIDA COMO UN HÁMSTER,.-fotos

      performance

      Mi vida como un hámster

      Dos artistas conviven diez días en una gran rueda concebida como una performance sobre cómo la arquitectura afecta a las relaciones


      Para el dúo artístico formado por Ward Shelley y Alex Schweder, el mundo estos días es más redondo que nunca: tiene 7,6 metros de diámetro y consiste en una rueda que, durante diez días, tienen que girar para pasar de la camas al baño o la cocina. La instalación se llama 'In Orbit' y se encuentra en la galería Boiler, que la casa Pierogi 2000 tiene en el barrio neoyorquino de Brooklyn.
      Ayer, estos dos artistas cumplían su noveno día en esta versión de diseño de carrusel dantesco, que recuerda por momentos a aquella nave ingrávida de '2001: Una odisea en el espacio', y que el público ya ha apodado como 'la gran rueda de hámster'. «Aunque la mayoría ha visto esa interpretación, como si fuera un mundo que parece que avanza pero solo da vueltas sobre sí mismo, nuestra idea era más sencilla. Queríamos demostrar cómo la arquitectura moldea a través de sus espacios las relaciones entre las personas», explica Shelley, el artista que ha decidido colocarse en la parte de abajo de la rueda.
      Performance
      Sus autores llaman a este proyecto «performance arquitectónica», un reto que les tiene todo el día dando vueltas en una rueda de solo 60 centímetros de ancho. En total, la obra tiene 19,2 metros cuadrados habitables. Por encima de todo, para los artistas supone una experiencia física que deja huella. «Es mucho más duro y, sobre todo, más incómodo de lo que habíamos imaginado. Estamos todo el día adaptándonos a esta situación. En cuanto nos bajemos de aquí, lo primero que haré será darme una ducha», dice Shelley. El portavoz del tándem lleva nueve días sin ver a Schweder -con quien proyectó y construyó la jaula artística- ya que uno y otro tienen que estar en el diámetro opuesto de la circunferencia por razones puramente técnicas de funcionamiento. Están condenados a no encontrarse. Su relación con Schweder se ha reducido a mensajes utilitarios a través de móvil. «Es una auténtica relación de poder, en la que la generosidad, la cooperación y la confianza en el otro es fundamental para que funcione. Tenemos que coordinar cada acción, pero no nos escuchamos bien», asevera Shelley.
      La rueda tiene su mininevera, su cocina y su microondas y hasta se han llegado a comer salchichas y huevos. «Tenemos todo lo que necesitamos. Incluido un váter químico, que no es lo más cómodo del mundo, pero no es peor que el de un avión», asegura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario