40 años de España, foto.
Se cumplen 40 años desde las elecciones democráticas de 1977. Informe Semanal repasa la historia reciente de España: de la dictadura a la democracia, recuerdos de época, dificultades, logros y retos de futuro a través del testimonio de 25 personalidades de la vida pública española, incluidos los principales líderes políticos.Este sábado -10- junio a las 21:30 en La 1 de TVE
España y México, 40 años más cerca,.
La cátedra del Colegio de México sobre ambos países cumple una década trazando puentes sobre el Atlántico.
Los 9.000 kilómetros que separan a la Ciudad de México de Madrid nunca habían sido más largos que durante la dictadura de Francisco Franco. Un silencio diplomático que duró casi 40 años terminó poco después de la caída del autócrata y ambos países tuvieron la oportunidad de recuperar el tiempo perdido. En 2017 se cumplen cuatro décadas de la reconstrucción de las relaciones bilaterales y este año son ya diez desde que el Colegio de México (Colmex) apostó por estudiar y fomentar los lazos históricos, culturales y lingüísticos que unen a ambas naciones. El Colmex organizó este martes un acto para conmemorar estos aniversarios y para llevar a la mesa de debate las perspectivas a futuro entre los socios en ambos lados del Atlántico.El inicio del deshielo fue complejo. Rodolfo Echeverría, uno de los hombres que siguió de cerca el proceso, relata que México fue el aliado incólume de la República española, moral, política y económicamente. Había voluntad para el restablecimiento de relaciones con la nueva España democrática, pero se quiso cuidar a toda costa los nexos con el Gobierno en el exilio en medio de la incertidumbre de los primeros pasos de la transición. "Había un eslabón suelto, si queríamos tener relaciones con la monarquía, teníamos que romper con la república", explicó el diplomático.
Con este dilema, Echeverría viajó a París y le reiteró a la Junta Democrática la frase que hizo célebre el expresidente mexicano Adolfo López Mateos: "Con España todo, con Franco nada". Los republicanos entendieron el mensaje de inmediato, aunque hubo un dejo de tristeza. "Fue un momento muy amargo, incluso para mí, pero permitió formalizar las relaciones con la España de la transición", señaló el que se convirtió en el embajador de México en Madrid entre 1994 y 1998.
Los participantes afirmaron que las relaciones entre México y España viven ahora "una luna de miel". La embajadora Roberta Lajous subrayó el relanzamiento de los lazos con una noción compartida de ser socios estratégicos en el contexto geopolítico actual. "Ha sido un crecimiento exponencial durante estos 40 años", señaló Lajous, egresada del Colmex. "España y México comparten una visión del mundo y de la política exterior, nuestras relaciones son estratégicas porque así lo hemos decidido y querido ambos países", añadió.
Las afinidades económicas también se han hecho patentes. España es el segundo país que más invierte en México y el capital mexicano representa el principal de los latinoamericanos en España, puntualizó Lajous. Luis Fernández-Cid de las Alas, su homólogo español, apuntó que los vínculos entre ambos países son cada vez más profundos y reiteró que los lazos no se rompieron nunca, pese al franquismo. "Hemos tenido la inmensa suerte de que en la revitalización de la relación institucional ha habido coincidencias de lo que queremos alcanzar para nuestros países", dijo el embajador, que ocupa el cargo desde enero de 2014. "Es una relación pareja, de socios", agregó.
La cátedra México-España se fundó en octubre de 2006. El espacio, a cargo de la doctora Clara Lira y el doctor Tomás Pérez Vejo, promueve a través de numerosos coloquios y conferencias la cooperación y el intercambio académico en el mundo iberoamericano, sobre todo en lo que atañe el siglo XIX, XX y la actualidad. "Se dice fácil, pero si hemos logrado llegar a estos 10 años es por la ayuda de Santander, el Colmex y la Embajada de España que nos han acompañado en los mejores momentos y en los más complicados", agradeció Pérez Vejo durante el evento.
TITULO:LA NOCHE TEMATICA -'La gran amenaza de nuestros océanos', SABADO -10- JUNIO,.
El sabado 10 junio por La 2 a las 23:30,.
La noche temática - 'La gran amenaza de nuestros océanos'
El 99% del plástico que debería estar flotando en los océanos ha desaparecido.
Incluso teniendo en cuenta el plástico que encontramos en las playas o el que está atrapado en el hielo del ártico, millones de toneladas simplemente han desaparecido.
Saber dónde está se ha convertido en un reto primordial para comprender sus efectos y su papel en el ecosistema.
En el fondo del mar yace otra amenaza. 70 años después del
final de la Segunda Guerra Mundial, los barcos hundidos en el conflicto
se oxidan. Estos pecios continúan cargados de millones de litros de
fuel. Una amenaza para el medio ambiente con consecuencias fatales.
Algunos barcos ya han empezado a verter.
La Noche Temática nos acerca a las bombas de relojería que se esconden en el lecho marino.
Esta Noche Temática incluye los siguientes títulos: “Océanos: el misterio del plástico desaparecido” y “Las lágrimas negras del mar”.
El plástico forma parte de nuestras vidas, es un material ligero, resistente y de bajo coste. Es el material perfecto, pero el problema surge a la hora de deshacernos de él.
De los doscientos setenta y cinco millones de toneladas de residuos plásticos, casi treinta y dos millones son mal gestionados, es decir que no son ni enterrados, ni incinerados, ni reciclados. Y ocho de esos treinta y dos millones de toneladas acaban en el mar formando parte de nuestros océanos, como las algas o el plancton.
Están por todas partes, desde el Polo Norte hasta la
Antártida, pasando por los mares tropicales. A menudo apenas son
visibles, ya que la inmensa mayoría de esos trozos mide menos de cinco
milímetros. Sabemos que más de la mitad se acumula en el corazón de los
remolinos de agua formados por las corrientes marinas, los llamados
“giros oceánicos”.
La mayor parte del plástico que flota en nuestros océanos nunca se deteriora, simplemente se divide en pequeñas partículas invisibles al ojo humano, pero lo que ocurre con esas micro partículas es un misterio. Los científicos las buscan. Son pequeñas, la mayoría invisibles, tóxicas, y en ocasiones han formado un nuevo ecosistema.
Pero, ¿dónde están? ¿Son ingeridas por los organismos? ¿Descansan en los fondos marinos? ¿Son degradadas por una bacteria? ¿Cuál es su impacto cuando entran en la cadena alimenticia?
En 2015, los científicos han enumerado quinientas setenta especies que han ingerido plástico o se han quedado atrapadas en él. La cifra se ha multiplicado por dos en veinte años. La gran mayoría de los organismos se ve afectada. Desde las presas hasta las depredadoras. Desde las inmensas ballenas hasta el minúsculo plancton, la base misma de la cadena alimenticia.
Maria Luiza Pedrotti, científica del laboratorio oceanográfico, Villefranche-sur-Mer de Francia nos lo cuenta: “Hay lugares donde hay mucho plástico entre el plancton. Hay otros lugares con menos, pero imagínate a las ballenas que vienen y no encuentran nada más que plástico para comer. Ése es el problema: con tanto plástico en el mar, no queda ya comida para los filtradores, para los peces, para las ballenas”. El investigador Gaby Gorsky lo describe de la siguiente manera: “Yo defino así el problema con mis estudiantes: no os molestéis en tirar las bolsas de plástico. Mejor cocinadlas y coméoslas directamente, porque, de todas maneras, un día van a acabar en vuestro plato, de una manera u otra”.
Las costas de Estados Unidos, Europa y Japón están sembradas de bombas de relojería.
Se encuentran frente a los puertos, en los escenarios de batallas navales y a lo largo de las rutas comerciales. Hay más de 6.300 pecios de la Segunda Guerra Mundial que continúan cargados con toneladas de litros de fuel. Esos años de guerra provocaron la mayor parte de los naufragios de los últimos cien años. Con los barcos se hundieron toneladas de combustible y crudo. La pregunta es: ¿cuánto tiempo permanecerá el fuel dentro?
Un ejemplo lo tenemos frente a las turísticas playas de la
bahía de Danzig, en la costa polaca. Aquí hay algo que pocos conocen, y
es muy peligroso para las personas. Se encuentran los restos del buque
hospital alemán Stuttgart, hundido en octubre de 1943. Está a sólo
veinte metros de profundidad. Al subir una muestra de suelo, densas
gotas de fuel caen de la pala. Los investigadores las conocen como
lágrimas negras. En la zona han desaparecido por completo todas las
formas de vida. Esta zona está contaminada, lo peces comen veneno y
nosotros, al comerlos, también.
Muchos pecios de la Segunda Guerra Mundial se encuentran frente a la costa este de los Estados Unidos. El carguero Coast Trader, lo hundió un submarino japonés en 1942 frente a las costas de Seattle. Los investigadores calculan que sus tanques contienen unas cuatrocientas toneladas de fuel. Son cifras preocupantes porque pueden filtrarse y causar los mismos daños que vemos en los vertidos que se producen en la actualidad. Durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, la población estaba habituada al fuel en las playas, así como a otros perjuicios por la guerra, los adultos iban a ver las playas antes de dejar bajar a los niños. La gente tenía latas de keroseno y de aceite corporal para limpiarse los pies cuando volvía de pasear por la playa. Pero en la actualidad, si hay un vertido de fuel, las consecuencias para el medio ambiente pueden ser muy graves y, a largo plazo, más caras.
Los habitantes de Noruega están acostumbrados a ver fuel en la
superficie por los naufragios. Son las consecuencias de una de las
mayores operaciones de la Segunda Guerra Mundial: la invasión de Noruega
por las tropas alemanas en abril de 1940.
Durante la Segunda Guerra Mundial se hundieron unos 900 barcos en aguas noruegas. La administración de costas noruega considera a veintinueve de ellos como extremadamente peligrosos debido al combustible que almacenan.
Los pecios son bombas de relojería en marcha. Algunos de ellos siguen desprendiendo fuel. Noruega es el único estado del mundo que ya está invirtiendo para mantener a salvo sus costas. Casi todos los demás países, como los Estados Unidos, prefieren esperar en vez de bombear. Y los pecios siguen oxidándose.
En función de la sal, la profundidad o la temperatura, las placas de acero pierden entre 0,5 y 2 milímetros por década. Aunque parece poco, se va acumulando con el tiempo. Un grupo de investigadores australianos descubrió en el Pacífico que, cuando las placas de acero han perdido de tres a diez milímetros, se vuelven inestables y pueden romperse incluso con poca presión.
Muchos pecios de la Segunda Guerra Mundial están entrando ahora en esa fase crítica o se encuentran cerca. Y lo que nadie sabe es cómo reaccionan los seres vivos ante este tipo de fuel, y cómo afectan a la cadena alimenticia.
Los expertos consideran que el fuel tiene gran potencial de causar daños al medio ambiente. En ningún caso se debe esperar hasta que la corrosión deshaga los tanques. Hay que bombearlo de forma controlada.
La Noche Temática nos acerca a las bombas de relojería que se esconden en el lecho marino.
Esta Noche Temática incluye los siguientes títulos: “Océanos: el misterio del plástico desaparecido” y “Las lágrimas negras del mar”.
“Océanos: el misterio del plástico desaparecido” TP
La Noche Temática inicia su emisión con el documental “Océanos: el misterio del plástico desaparecido”, una producción francesa de 2016 dirigida por Vincent Pérazio de 52 minutos de duración y producida por Via Decouvertes.El plástico forma parte de nuestras vidas, es un material ligero, resistente y de bajo coste. Es el material perfecto, pero el problema surge a la hora de deshacernos de él.
De los doscientos setenta y cinco millones de toneladas de residuos plásticos, casi treinta y dos millones son mal gestionados, es decir que no son ni enterrados, ni incinerados, ni reciclados. Y ocho de esos treinta y dos millones de toneladas acaban en el mar formando parte de nuestros océanos, como las algas o el plancton.
La mayor parte del plástico que flota en nuestros océanos nunca se deteriora, simplemente se divide en pequeñas partículas invisibles al ojo humano, pero lo que ocurre con esas micro partículas es un misterio. Los científicos las buscan. Son pequeñas, la mayoría invisibles, tóxicas, y en ocasiones han formado un nuevo ecosistema.
Pero, ¿dónde están? ¿Son ingeridas por los organismos? ¿Descansan en los fondos marinos? ¿Son degradadas por una bacteria? ¿Cuál es su impacto cuando entran en la cadena alimenticia?
En 2015, los científicos han enumerado quinientas setenta especies que han ingerido plástico o se han quedado atrapadas en él. La cifra se ha multiplicado por dos en veinte años. La gran mayoría de los organismos se ve afectada. Desde las presas hasta las depredadoras. Desde las inmensas ballenas hasta el minúsculo plancton, la base misma de la cadena alimenticia.
Maria Luiza Pedrotti, científica del laboratorio oceanográfico, Villefranche-sur-Mer de Francia nos lo cuenta: “Hay lugares donde hay mucho plástico entre el plancton. Hay otros lugares con menos, pero imagínate a las ballenas que vienen y no encuentran nada más que plástico para comer. Ése es el problema: con tanto plástico en el mar, no queda ya comida para los filtradores, para los peces, para las ballenas”. El investigador Gaby Gorsky lo describe de la siguiente manera: “Yo defino así el problema con mis estudiantes: no os molestéis en tirar las bolsas de plástico. Mejor cocinadlas y coméoslas directamente, porque, de todas maneras, un día van a acabar en vuestro plato, de una manera u otra”.
“Las lágrimas negras del mar” TP
La Noche Temática continúa su emisión con el documental “Las lágrimas negras del mar”, una producción alemana de 2017 dirigida por Christian Heynen de 52 minutos de duración y producida por Längengrad Filmproduktion.Las costas de Estados Unidos, Europa y Japón están sembradas de bombas de relojería.
Se encuentran frente a los puertos, en los escenarios de batallas navales y a lo largo de las rutas comerciales. Hay más de 6.300 pecios de la Segunda Guerra Mundial que continúan cargados con toneladas de litros de fuel. Esos años de guerra provocaron la mayor parte de los naufragios de los últimos cien años. Con los barcos se hundieron toneladas de combustible y crudo. La pregunta es: ¿cuánto tiempo permanecerá el fuel dentro?
Muchos pecios de la Segunda Guerra Mundial se encuentran frente a la costa este de los Estados Unidos. El carguero Coast Trader, lo hundió un submarino japonés en 1942 frente a las costas de Seattle. Los investigadores calculan que sus tanques contienen unas cuatrocientas toneladas de fuel. Son cifras preocupantes porque pueden filtrarse y causar los mismos daños que vemos en los vertidos que se producen en la actualidad. Durante la Primera y Segunda Guerra Mundial, la población estaba habituada al fuel en las playas, así como a otros perjuicios por la guerra, los adultos iban a ver las playas antes de dejar bajar a los niños. La gente tenía latas de keroseno y de aceite corporal para limpiarse los pies cuando volvía de pasear por la playa. Pero en la actualidad, si hay un vertido de fuel, las consecuencias para el medio ambiente pueden ser muy graves y, a largo plazo, más caras.
Durante la Segunda Guerra Mundial se hundieron unos 900 barcos en aguas noruegas. La administración de costas noruega considera a veintinueve de ellos como extremadamente peligrosos debido al combustible que almacenan.
Los pecios son bombas de relojería en marcha. Algunos de ellos siguen desprendiendo fuel. Noruega es el único estado del mundo que ya está invirtiendo para mantener a salvo sus costas. Casi todos los demás países, como los Estados Unidos, prefieren esperar en vez de bombear. Y los pecios siguen oxidándose.
En función de la sal, la profundidad o la temperatura, las placas de acero pierden entre 0,5 y 2 milímetros por década. Aunque parece poco, se va acumulando con el tiempo. Un grupo de investigadores australianos descubrió en el Pacífico que, cuando las placas de acero han perdido de tres a diez milímetros, se vuelven inestables y pueden romperse incluso con poca presión.
Muchos pecios de la Segunda Guerra Mundial están entrando ahora en esa fase crítica o se encuentran cerca. Y lo que nadie sabe es cómo reaccionan los seres vivos ante este tipo de fuel, y cómo afectan a la cadena alimenticia.
Los expertos consideran que el fuel tiene gran potencial de causar daños al medio ambiente. En ningún caso se debe esperar hasta que la corrosión deshaga los tanques. Hay que bombearlo de forma controlada.
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