TITULO: El Telediario La 1 - Estados Unidos Trump anuncia su candidatura presidencial para 2024: "El regreso de América empieza ahora mismo" ,.
Estados Unidos Trump anuncia su candidatura presidencial para 2024: "El regreso de América empieza ahora mismo" ,.
"El regreso de América empieza ahora mismo". Así es como Donald Trump ha presentado su candidatura para volver a la Casa Blanca. El expresidente de Estados Unidos ha anunciado este martes que se presentará por tercera vez a la Presidencia del país, dos años después de ser derrotado por Joe Biden en unas elecciones que sigue calificando, sin pruebas, de "fraudulentas", aunque no se ha referido a ellas en su anuncio.
Presentado como "el próximo presidente" y rodeado de decenas de sus simpatizantes, el magnate y antiguo líder republicano ha recuperado su mantra Make America Great Again con el que dio la sorpresa en 2016 al ser elegido presidente de Estados Unidos. Trump desecha así el lema que escogió para hacer campaña en las elecciones legislativas, Save America, de las manos de Biden y los demócratas. Entonces, el presidente logró una inesperada victoria de la mano de una sólida base descontenta con las élites y la política tradicional, una base motivada por un hombre que hablaba sin tapujos de lo que quería.
Tras semanas de especulaciones, Trump ha escogido su mansión en Mar-a-Lago (Florida) para un anuncio que en 2015 pronunció desde su lujosa Trump Tower en Nueva York.
“Esto es solo el principio del rescate del sueño americano. Vuelvo a ser vuestra voz“
Pero seis años después, Trump atraviesa uno de sus momentos más frágiles: una vez más, la realidad contradijo a las encuestas y los republicanos no solo no han logrado hacerse con el control del Senado, sino que si logran la mayoría en la Cámara de Representantes será por la mínima. Además, varios de los candidatos aupados por Trump, los mismos que defienden su tesis de fraude electoral en 2020, han sido derrotados y el partido ha perdido a un buen número de gobernadores.
Con todo, ni las voces de la élite republicana que ya abogan por un futuro sin el expresidente, ni la realidad de las urnas han servido para frenar sus deseos, por mucho que el magnate haya proclamado la victoria republicana y "el fin de Nancy Pelosi" en la Cámara baja sin siquiera estar declarada oficialmente. Trump quiere volver y lo hace convencido de que puede movilizar a una base trumpista muy sólida en un país que sigue profundamente polarizado. "Esto es solo el principio del rescate del sueño americano. [...] Y como en 2016, vuelvo a ser vuestra voz, aunque el establishment quiera silenciarnos. Me presento porque creo que el mundo no ha visto lo glorioso que puede ser este país", ha señalado.
Contra un segundo mandato de Biden
Fiel a su estilo populista, Trump ha utilizado buena parte de su discurso para arremeter contra el presidente Joe Biden, su gestión y algunos despites como el agradecimiento a otro país en su discurso en la cumbre del clima en Egipto. Además, ha aprovechado para presumir de los "logros" que se alcanzaron durante su tiempo en la Casa Blanca.
"Los dos últimos años bajo Biden han sido un tiempo de dolor, ansiedad y decadencia", ha señalado el republicano, que ha criticado la inflación en el país o la "dependencia energética" que dice estar provocada por Biden, no la guerra. Eso sí, ha asegurado que la guerra en Ucrania con él "jamás habría ocurrido", y ha presumido de que ningún conflicto de la magnitud de la guerra en Europa estalló durante su Presidencia. "Nos están llevando a la guerra nuclear. Hablan de salvar los océanos, pero no se preocupan de unas armas que pueden destruirnos", ha ironizado respecto al retorno de Biden a la agenda climática.
“Biden está forzando el declive de América sobre nosotros y ese no es un destino que debamos aceptar. No tiene que ser así.“
Ya mirando a la campaña, Trump ha prometido "luchar como nunca nadie ha luchado" para impedir que Biden tenga un segundo mandato, si bien el demócrata anunciará su decisión sobre su candidatura a principios de 2023. Según Trump, estos dos años con Biden han llenado el país de "invasores" que trafican con drogas y "errores" que han convertido a Estados Unidos en "el hazmerréir mundial". "Pero no tiene que ser así. Hace dos años éramos una gran nación y pronto volveremos a serlo. Biden está forzando el declive de América sobre nosotros y ese no es un destino que debamos aceptar", ha clamado entre aplausos. "Por todo esto, para que América vuelva a ser grande, anuncio que me presentaré en 2024", ha concluido.
Las causas judiciales y el dilema de los republicanos
Trump ya pasó a la historia por ser un presidente incómodo, a quienes sus asesores han descrito como un personaje "tirano, irresponsable, caprichoso, caótico e infantil". Sus numerosas salidas de tono con otros adversarios políticos, la prensa o sus detractores sembraron pasión y odio a partes iguales en la América que Trump quiere ahora 'recuperar'. Pero las circunstancias no son las mismas y, además de las investigaciones a sus finanzas o su presunto traslado ilegal de documentos de alto secreto de la Casa Blanca, el asalto al Capitolio sigue en la memoria colectiva, aunque Trump ha evitado mencionarlo.
El 6 de enero de 2021, mientras el Congreso se disponía a nominar oficialmente a Joe Biden como próximo presidente de EE.UU., Trump utilizó su cuenta en Twitter -por ahora suspendida- como altavoz de sus quejas contra el supuesto fraude electoral. La sede de la democracia estadounidense sufrió entonces el mayor ataque de su historia, con el asalto de miles de simpatizantes del entonces presidente al Capitolio, un hecho que terminó con la muerte de cinco personas, con el segundo juicio político al presidente y que todavía investiga el Congreso.
Precisamente, uno de los primeros en distanciarse de Trump fue su vicepresidente, Mike Pence, el mismo que esta semana cuestionó su capacidad para volver a la Presidencia. Y como él, muchos aliados ponen en duda ahora sus opciones para una nueva carrera en 2024, como Mike Pompeo, quien fuera su secretario de Estado, que pide "más seriedad y menos ruido".
A ellos se suma el emergente Ron DeSantis, el gobernador republicano de Florida cuya victoria en las legislativas ha avivado los rumores de una posible disputa a Trump en las primarias republicanas que empezarán el próximo año. De hecho, hay quien le ha pedido directamente que no se presente, o quienes creen que el mal resultado republicano en las midterm debe ser una "llamada" a que no se presente.
Si logra la nominación republicana y gana en 2024, Trump sería el segundo presidente en la historia que revalidaría un cargo de forma no consecutiva. La ley estadounidense no permite a un presidente postularse para el cargo más de dos veces seguidas, pero su derrota en 2020 le permite volver a una carrera electoral que se antoja reñida, especialmente en el seno de un Partido Republicano ahora atrapado entre pasar página o una regresión al pasado con Trump.
TITULO: EL MAGO DEL TIEMPO - Precipitaciones localmente fuertes o persistentes en la zona de Levante e Ibiza. Heladas localmente fuertes en Pirineos ,.
Precipitaciones localmente fuertes o persistentes en la zona de Levante e Ibiza. Heladas localmente fuertes en Pirineos ,.
foto / Nuboso de madrugada en el área del Estrecho y Andalucía occidental, con precipitaciones, que irán remitiendo a lo largo del día, a la vez que disminuirá la nubosidad. Nuboso o cubierto en la zona de Levante e Ibiza, con precipitaciones que pueden ser localmente fuertes o persistentes. Se podrían extender, de forma más débil y aislada, a otras zonas del área mediterránea y de Andalucía. Intervalos nubosos en el resto de la Península, salvo en el sur de Galicia y oeste de la meseta norte, donde estará poco nuboso. En Canarias, intervalos nubosos en general, con probabilidad de precipitaciones en el norte de las islas.
TITULO: Volando voy - Jesús Calleja - Alejo Stivel y Ariel Rot ,.
Este domingo - 11 , 18 - Diciembre a las 21.30,Cuatro emite una nueva entrega de 'Volando voy',foto,.
Alejo Stivel y Ariel Rot,.
Alejo Stivel y Ariel Rot: "Fuimos sexo, drogas y rock and roll y ahora somos café, viagra y Vivaldi",.
Con Tequila cumplieron a rajatabla cada cliché de las estrellas y sobrevivieron. Una película repasa ahora aquel fenómeno irreplicable,.
PREGUNTA. He venido a hablar de sexo, drogas y rock and roll. ¿Por dónde empezamos?
ALEJO STIVEL. Ve quitándote la ropa.
P. Entonces igual sí querríais drogas.
ARIEL ROT. Es muy torpe mezclar las tres cosas, eso ya lo aprendimos.
A.S. Depende de la edad que tengas.
A.R. Ahora somos café, petanca y Vivaldi.
A.S. Café, viagra y Vivaldi (risas).
Ariel (1960) y Alejo (1959) salieron de Argentina escapando de la dictadura militar y llegaron a España para despertarla del franquismo a guitarrazos. En 1976 fundaron un grupo de rock y el resto es Historia e historia. Una que cuenta, sin esconder sus aristas, Tequila. Sexo, drogas y rock and roll, el documental dirigido por Álvaro Longoria que se estrena en cines el día 25. Dice Miguel Ríos en la película que, sin ellos saberlo, al cantar "vamos a tocar un rock and roll a la plaza del pueblo" estaban definiendo aquella España que salía de un largo letargo. Sobre todo las adolescentes, que enloquecieron con aquellos chavales de su edad pero que parecían venir de otro planeta.
La Súper Pop, la gran revista de fans de este país, se fundó casi por ellos, protagonistas en todos sus primeros números aunque Ariel reniegue: "Fue un fenómeno extendido en ese momento. No éramos sólo nosotros, aunque no vamos a dar nombres porque sería muy lamentable ponerse en el mismo saco (risas)".
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P. ¿Qué España os encontrasteis? En la película se dice, literalmente, que una bastante paleta.
A.R. Hombre, paleto suena un poco despectivo, pero... en algunas zonas sí que lo era (risas). Nosotros fuimos conociendo España haciendo las giras, no teníamos ni idea de dónde estábamos. Ni geográficamente, ni las costumbres, ni los acentos. Fue muy curioso ir descubriendo cosas que nos llamaban la atención. Como que se desayunaban tostadas con aceite, por ejemplo. O en el País Vasco, que las fans te entraban hablando en vasco. Éramos bastante ignorantes en ese sentido y, evidentemente, desde que Tequila empezó hasta que se separó, España se convirtió en otro país.
P. Escapando de una dictadura, llegasteis a una sociedad que salía de otra.
A.S. Fue un contraste muy fuerte porque nosotros veníamos no sólo de un país con un nivel cultural muy desarrollado, sino de una élite cultural dentro de Argentina. A pesar de nuestras tiernas edades, teníamos un acceso directo de primera mano a toda esa cultura que, en ese momento, era la más alta que había dentro del habla hispana. Y, además, teníamos una libertad muy grande en la calle, las ciudades eran muy seguras, íbamos a conciertos... Teníamos una actividad de gente adulta siendo niños. Luego allí se estropeó todo y cuando llegamos aquí estaba empezando todo, estaba embrionario. Aunque ya había muerto el dictador todavía era la España de Franco, de alguna manera. El contraste fue brutal en todos los sentidos: el musical, en la calle, la gente, cómo se comportaba, cómo vestía. Para bien y para mal, porque también había una libertad que había desaparecido en Argentina. El cambio fue radical.
P. Aquí el rock era casi residual.
A.R. Nosotros habíamos escuchado mucho a Serrat y a Paco Ibáñez, veíamos películas de Carlos Saura, nada más llegar vimos El desencanto de Chávarri, que nos encantó. Sabíamos que en España existía una propuesta cultural interesante, lo que no había era rock and roll, por lo menos como lo entendíamos nosotros. En ese sentido jugamos con cierta ventaja. Llevábamos muchos años tocando y aprendiendo de la escuela del rock argentino. Ese lenguaje lo teníamos ya muy incorporado y lo podíamos hacer en castellano con muchísima naturalidad. Eso aquí todavía costaba.
A.S. Nuestra ventaja era que nos habíamos alimentado de Charly García, de Spinetta y de toda una escena del rock que usaba el español desde hacía mucho tiempo de una manera muy natural. Además, Argentina tiene una personalidad musical muy marcada por el aislamiento que tenía el país. Entonces, se generó esa personalidad tan peculiar que nosotros mezclamos con los Stones y con nuestras propias personalidades. Y salió Tequila.
P. El éxito fue demencial e instantáneo, ¿cómo lo encajasteis?
A.R. No nos lo podíamos creer, aunque tardamos en ser conscientes de lo que estaba pasando. Nos dimos cuenta en un primer concierto muy famoso en el Parque de Atracciones de Madrid, cuando de repente nos encontramos con 15.000 personas enloquecidas. Porque hasta ahí nos decían: "Vais a ser número 1 de Los 40 Principales". Y nosotros no teníamos ni idea de lo que eran Los 40 Principales ni la importancia que tenían. Por otro lado, no nos lo podíamos estar pasando mejor (risas). Porque, aparte de todos los condimentos que trae el éxito, estábamos tocando nuestras canciones para la gente y teníamos un local con instrumentos para nosotros todos los días y todas las horas que queríamos. Eso ya nos desbordaba. Era el sueño. Un local de ensayo y que vinieran a vernos tres chavales y chavalas del barrio ya era suficiente para ser totalmente feliz.
P. ¿Es imposible no volverse gilipollas ante algo así?
A.R. Te pasan muchas cosas, es una situación poliédrica. Te vuelves gilipollas, pero no sólo eso. Yo también me volví un poco fóbico en cuanto a la gente. Te expones, te ves... Pasan muchas cosas. Pero, sí, te vuelves gilipollas en el sentido de ir de sobrado por la vida, es inevitable si te pasa algo así a esa edad.
A.S. Yo venía de una familia muy famosa en Argentina, porque trabajaban en televisión. Desde muy pequeño estaba acostumbrado a estar con gente a que le venían todo el tiempo a saludar, a pedir autógrafos y era reconocida. Mi relación con la fama no fue la de un chaval que sale del barrio y de repente se hace estrella. Tenía una familiaridad con la popularidad y no me afectaba mucho, lo gilipollas que fui con Tequila ya lo era antes. Yo ya era gilipollas antes de hacerme famoso (risas). Ese carácter un poco sobrado ya lo teníamos un poco de fábrica. En realidad, una actitud pendenciera es esencia del rock.
P. Las chicas encontraron en vosotros una vía de liberación tras el franquismo y os cayó la etiqueta peyorativa de 'grupo de fans'.
A.S. Los Beatles fueron un grupo de fans. Y antes Elvis y Sinatra, que fue el primer gran fenómeno de fans al que las niñas perseguían. Causa rechazo porque es un fenómeno que surge de modo natural, pero es bastante utilizado por las compañías discográficas para potenciar el marketing. Es un arma de marketing muy poderosa y con nosotros lo explotaron al máximo. Eso hace que para alguna gente pierdas credibilidad, pero Yesterday no es mejor o peor canción porque haya unas chicas gritando detrás del escenario.
A.R. Otra cosa es que, a veces, ese fenómeno eclipsaba la música. Los Beatles dejaron de actuar porque no se escuchaban por los gritos y yo creo que algún público nuestro dejó de venir a los conciertos porque le molestaban todas esas chicas gritando. No les gustaba compartir sus gustos con esa masa de chicas manipuladas, que, como dices, estaban soltando allí todas las represiones y frustraciones acumuladas durante el franquismo. En nuestros conciertos podían desenvolverse de una manera colectiva y coger valor para hacer barbaridades que nunca hubiesen hecho solas.
A.S. Todos los que criticaban eso, con mayor o menor acierto, no contaban con qué les sucedía a ellas porque, evidentemente, era un gran plan salir con sus amigas, gritar y desmadrarse. Nunca he visto sufrir a una fan en un concierto. Era una liberación. La crítica a eso como fenómeno fomentado y manipulado por la mercadotecnia la puedo aceptar, pero si te te fijas en lo que les pasaba a ellas, fue importante y positivo.
P. Y todo esto nos lleva al sexo. Cecilia (Roth, hermana de Ariel y narradora del documental) es muy dura cuando habla de esta parte. En concreto, usa la palabra 'sometimiento'.
A.R. Sinceramente, no sé a qué se refiere. Cecilia y yo vivíamos juntos y sabe perfectamente que ninguna de las chicas que subían a casa era fan, las chicas con las que nos veíamos nunca pertenecían a ese mundo. No nos metíamos ahí porque ya teníamos suficiente con verlas sudadas, gritando, pidiéndote autógrafos, tirándote del pelo... Era lo que era. Nunca lo utilizamos sexualmente, nos movíamos en otro círculo y no eran chicas precisamente sumisas las que subían a casa.
No hicimos nada con las fans por lo que decir: mea culpa
A.S. Creo que Cecilia se refiere a la disponibilidad que ofrecían las fans, a lo que ellas estaban dispuestas a hacer, que es evidente. Que nosotros utilizáramos esa disponibilidad o no ya es otra historia. Lo que es cierto es que era la actitud de muchas fan y no es algo sano. No nos acusa de aprovecharnos, sino que denuncia una situación que se daba y no le parece bien. Nosotros eso podemos compartirlo, pero no hicimos nada por lo que decir: "Mea culpa".
P. Cuando llegabais a cualquier ciudad, la discográfica os mandaba 30 o 40 chicas con camisetas a la puerta del hotel.
A.R. Sí. Hubo algo instrumentado y, en cierto modo, era un intercambio: la compañía las traía a nuestros conciertos, les regalaba camisetas y a algunas acceso al camerino. Eso hacía que en los medios todo aquel fenómeno se amplificase, pero nosotros no queríamos saber nada más del asunto.
A.S. Realmente no creo que haya que dramatizarlo demasiado. Ellas se juntaban en un club de fans y la compañía aprovechaba su presencia para vender euforia y decir en los titulares: "El gran éxito de Tequila".
P. ¿La vorágine os hizo desconfiados?
A.R. Sí. Nosotros teníamos un cable a tierra que era que teníamos que cumplir con el grupo y, además, nos gustaba hacerlo, pero llegó un momento en que éramos muy famosos y la noche madrileña tenía un lado peligroso: no era solamente la Movida pasándoselo bien en Rockola. En el centro estaba muy instalado el tema yonki y, cuando fallaban los contactos habituales, nos mezclábamos con ese mundo sórdido para conseguir drogas. Eso implicaba cierto peligro y tuvimos malas experiencias. A partir de ahí sí que empezamos a ir con recelo. Nos volvimos locos, pero bendita locura también con 18 años.
A.S. Salíamos, íbamos a cenar con nuestros amigos y al cine, pero también currábamos sin parar. Hacíamos ciento y pico actuaciones al año, más el viaje, más grabar casi un disco anual, más la promo, la tele, ensayar, componer... Así que quizás nos aislamos un poco, pero es que tampoco teníamos mucho tiempo libre para compartir.
A.R. Pero eso no era trabajo para nosotros, eso era la vida.
P. Hemos llegado de modo natural al tema de las drogas.
A.R. A estas alturas, bien. Mis hijos ya lo saben, mis padres hace mucho que también, así que podemos hablarlo.
P. Juzgar el consumo de drogas en 1980 con la perspectiva de 2022 es tramposo.
A.S. Claro, era cultural y era internacional. Nosotros veíamos que nuestros ídolos se drogaban y alardeaban de ello desde que éramos pequeños. No era algo oculto. Los Beatles con el ácido en Lucy in the sky with diamonds, los Rolling Stones tomaban heroína... La droga estaba mucho más metida en la sociedad y no se habían visto tantas consecuencias. Algunas sí: Brian Jones, Janis Joplin... Pero era parte del juego, parte del manual del sexo, drogas y rock and roll.
A.R. Nosotros empezamos a experimentar muy jovencitos con todo lo que teníamos a nuestro alcance, pero eran cosas más blandas. Veíamos a Lou Reed hablar de heroína, pero nos parecía algo muy lejano. Hasta que en un momento dado se puso muy accesible y empezó a normalizarse en la sociedad. Le perdimos el respeto y eso, claro, lo cambió todo. De repente mucha gente cercana la tomaba y decía que era la hostia. Pensamos: "Vamos a probarla, no será tan peligrosa".
P. Era ambas cosas, la hostia y peligrosa, ¿no?
Le perdimos el respeto a la heroína y eso lo cambió todo: la factura que pagamos fue terrible
A.R. Sí. Es una de las drogas más atractivas por algo, pero la factura que pagas es terrible. Ahora lo sabemos, pero entonces pensamos que eran mitos. Aunque tampoco éramos gilipollas. No creíamos que la heroína era inofensiva, pero nos convencimos de que el riesgo no era tanto. Durante un tiempo fuimos bastante cautelosos. Coqueteábamos con ella, pero tardamos en empezar a tener un hábito y aún más en que ese hábito pasara a ser un enganche. No fue del día a la mañana gracias a que teníamos ese cable a tierra que era el grupo y al dinero, claro, porque aunque ganábamos mucho, el hábito era muy caro. El enganche fuerte vino cuando nos separamos.
A.S. Como dice Charly García: "La entrada es gratis; la salida, veremos".
P. ¿Tenéis sensación de supervivientes o es un topicazo?
A.R. Todos somos supervivientes, ¿no?
A.S. Algunos de más guerras que otros. Yo sí tengo la sensación de superviviente. No sólo de esta época sino también de la anterior, la dictadura militar, y después de causales que se te presentan en la vida que cada día dices: "Joder, otro día más que sobreviví".
A.R. Somos una generación de supervivientes porque estuvimos en el centro de la diana en demasiados escenarios: las drogas, el SIDA, la dictadura argentina, las Malvinas... Hubo un montón de situaciones de riesgo, pero no es una etiqueta que me guste aunque pueda ser cierta.
P. La Movida, cuando estalla, renegó de vosotros y os fue apartando. ¿Por qué?
A.S. Una de las señas de identidad de la Movida, heredada del punk de Inglaterra, era enfrentarse a lo establecido como suele hacer cada generación. Los Sex Pistols decían que los Rolling Stones eran unos viejos y ellos lo hacían con nosotros. Lo gracioso de nuestro caso era que muchos de la Movida eran mayores que nosotros, pero como habíamos sido muy precoces, estábamos súper establecidos. Además nuestra estética y nuestra actitud eran muy setenteras, nada de la nueva ola. Aunque luego éramos amigos, ellos quedaban bien confrontando con nosotros y diciendo: "Estos son el establishment". Formaba parte de su discurso hacernos de menos y tratarnos como unos carcas de 21 años.
A.R. A mí no me gusta decir "ellos" porque no lo considero así. Todos salíamos por la noche juntos a divertirnos y todos hacíamos música. Esa coyuntura siempre me pareció un poco absurda, no hacía falta tener un carnet para ser de la Movida ni era una secta. Yo también era la Movida.
A.S. Pero había un rechazo general, eso sí existía.
A.R. Me gustaría aclarar un poco esto porque se provoca una especie de enfrentamiento y creo que para nada era así. Lógicamente, unos chavales que tenían una banda que imitaba a los Ramones no iban a hablar bien de Tequila en los medios, pero si querían mirar a un guitarrista, se ponían a mirar cómo tocaba yo.
A.S. Yo también creo que privadamente no había esa animadversión, pero públicamente sí. Recuerdo haber ido a Rockola, que era el templo de la Movida, y que no me dejaran entrar: "Tú no, tú no". Y, ¿por qué no?
A.R. Yo iba a Rockola de domingo a jueves todos los días, pero a mí no me dejaban entrar en Pachá y a Alejo sí (risas).
P. Ambos habéis tenido luego carreras exitosas, pero tras la separación pasasteis años de muchos apuros. ¿Qué os robó más dinero: la heroína o las discográficas?
A.S. Había que hacer borrón y cuenta nueva. Nos arruinamos porque estaba escrito que todo lo que ganamos con Tequila nos lo teníamos que gastar. En lo que fuera: dejando que nos robaran las compañías, en drogas, en cenas, en champán, en compartir con los amigos, en viajar, en pasarlo bien...
A.R. Se fue mucho dinero en todo eso y otra cosa que nos arruinó fue que tuvimos que comprar nuestro propio equipo y nuestra propia furgoneta. No había compañías de alquiler en esa época y era lo que se estilaba, pero gente como Miguel Ríos tenía una solidez económica más potente que la nuestra. De los shows descontábamos para pagar las letras y nos convirtió en algo que no queríamos ser: pequeños empresarios. Entre unas cosas y otras, se nos fue todo,.
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