domingo, 13 de marzo de 2016

EN PRIMER PLANO -O.J. Simpson caso reabierto ,./ A FONDO - A FONDO - LOS NUEVOS CAPOS DEL NARCO GALLEGO,.

TITULO: EN PRIMER PLANO - O.J. Simpson caso reabierto ,.

O. J. Simpson - foto,.

O. J. Simpson
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O. J. Simpson en 1990.
Posición:
RB
Numero(s):
32
Fecha de nacimiento
9 de julio de 1947
Bandera de los Estados Unidos San Francisco, California (68 años)
Información de Carrera
Año(s) 1969 - 1979
Draft de la NFL 1967
Ronda: 1
Selección global: 1
Universidad Southern California
Equipos
Estadísticas
Yardpor
acarreos
11.237
Promedio 4,7
TDs por
acarreo
61
Estadísticas en NFL.com
Reconocimientos
Pro Football Hall of Fame
College Football Hall of Fame

Orenthal James "O. J." Simpson (San Francisco, California, 9 de julio de 1947) es un ex jugador de fútbol americano y miembro del Salón de la Fama desde 1985. Después de su carrera como deportista también fue actor de cine y presentador de televisión.
En 1995, fue absuelto del asesinato de su ex esposa, Nicole Brown, y de Ronald Goldman (un camarero que se encontraba en el momento y lugar incorrecto) en un largo juicio penal que acaparó la atención de los medios a nivel internacional. En 1997 un tribunal civil declaró culpable a Simpson por las muertes. Hasta la fecha se ha prestado poco interés a la pena de 33,5 millones de dólares impuesta a O. J. por el doble homicidio.
En septiembre de 2007, Simpson fue arrestado en Las Vegas, Nevada, y acusado de numerosos delitos, entre ellos robo a mano armada, coerción y secuestro. En octubre de 2008 fue declarado culpable y condenado a 33 años de prisión, con un mínimo de nueve años sin libertad condicional. Simpson está cumpliendo su condena en el Centro Correccional Lovelock en Nevada., etc.

TITULO: A FONDO - LOS NUEVOS CAPOS DEL NARCO GALLEGO,.

El nuevo estilo de los narcos gallegos, foto.

Hace 20 años, presumían de Ferrari y se retrataban con políticos. «Hoy, la figura del capo se ha difuminado y funcionan como uniones temporales de empresas»

Hubo un tiempo en el que los capos gallegos de la droga aspiraban a ser vistos. Su filosofía de vida venía a resumirse en la idea de que la riqueza resulta mucho más gratificante cuando se exhibe, así que se entregaban a la clásica ostentación de casona y cochazo. Era la época en la que Sito Miñanco se paseaba por Cambados en un Ferrari más grande que algunos barcos del puerto, la misma en la que Manuel Charlín y Laureano Oubiña se compraban sus pazos superlativos: Vista Real, la mansión del siglo XVIII que los Charlines decidieron mejorar con vidrieras importadas y angelotes que tenían la cara de los nietos, y Baión, la finca de uva albariña donde se manifestaron las madres de drogodependientes una y otra vez, hasta convertirla en símbolo de su lucha.
En los 80 y los 90, la discreción era un concepto radicalmente ajeno al oficio de narco. Se trataba, al fin y al cabo, de gente venida a más y eufórica por su nuevo estatus: la mayoría había empezado desde abajo, con los diversos contrabandos a los que tanto se presta la recortada costa gallega, y el tabaco Winston de batea había dado paso a sustancias más rentables que acabaron convirtiéndoles en multimillonarios. Aquellos nuevos ricos deseaban aparecer como pilares de la sociedad -ahí estaba Miñanco con el equipo de fútbol de su pueblo, el Juventud Cambados, al que estuvo a punto de ascender a Segunda- y flirteaban constantemente con el poder formal, el de los políticos. La atracción parecía mutua, y de aquella época afloran a veces recuerdos como las fotos publicadas hace unos días, en las que Alberto Núñez Feijóo, entonces número dos de la Consejería de Sanidad y hoy presidente de Galicia, luce torso y alegría en el yate del narco Marcial Dorado. El político del PP ha afirmado que aquella «relación de ocio» terminó poco después y que él no sabía «ni a qué se dedicaba ni en qué podía estar involucrado» Marcial, a lo que la oposición ha replicado con sorna que debía de ser «el único gallego» que no estaba al tanto.
Hoy, aquella visibilidad de los narcos es cosa del pasado, del mismo modo que desapareció su contrapartida, la mirada comprensiva e incluso de admiración que les dedicaba buena parte de la sociedad gallega. En las últimas dos décadas han cambiado muchas cosas en el negocio. Para empezar, su funcionamiento: los traficantes han pasado de ser empresarios de la droga a ejercer más bien de 'narcotransportistas'. «Antes actuaban en sociedad con las organizaciones colombianas. Ahora, en cambio, venden al mejor postor su talento para introducir droga y cobran una comisión salvajemente grande, entre el 20 y el 30%, pero sin ser dueños de la carga», explica Fernando Alonso, gerente de la Fundación Gallega contra el Narcotráfico. El particular 'know how' de los narcos gallegos no solo es apreciado en su tierra: vienen de largo, por ejemplo, los vínculos con los traficantes del Estrecho de Gibraltar. Hace tres meses, la Policía arrestó a cinco vecinos de Arousa que pretendían introducir por la costa de Almería 93 kilos de cocaína, ocultos en bloques de piedra.
Los narcos gallegos han abandonado el modelo tradicional del clan mafioso por un organigrama más moderno, más dinámico y, desde luego, menos llamativo. «El perfil es completamente distinto -añade Alonso-. Ya no se trata de esas organizaciones piramidales con un capo en la cúspide. Funcionan más bien como UTEs, uniones temporales de empresas: aportan ciertos recursos para hacer determinados transportes, pero no siempre son los mismos ni trabajan para los mismos. La figura del capo se difumina: ya no es un Charlín o un Oubiña que pone a todo el mundo a trabajar para un desembarco, sino varias cabezas que pueden estar al mismo nivel». Puede servir de ejemplo uno de los juicios pendientes del narcotráfico gallego, el de José Constante Piñeiro, 'Costiñas', y Óscar Manuel Rial, 'el Pastelero', detenidos tras el apresamiento en 2008 de un pesquero venezolano con tres toneladas y media de cocaína. Según el fiscal, 'Costiñas' se ocupaba de las telecomunicaciones y 'el Pastelero', de la logística en tierra, mientras que un tercero, 'Sandokán', era el responsable de las lanchas de desembarco. El juicio debería haberse celebrado el mes pasado, pero el principal testigo, un narco 'arrepentido', parece haberse volatilizado, de modo que el juez Grande-Marlaska ordenó un aplazamiento hasta octubre.
Para los narcos actuales, el anonimato es un valor. Los que han heredado la profesión de sus mayores no pueden ocultar la fuente de la fortuna familiar, pero sus formas no tienen nada que ver con las de antaño. Y los que se foguearon en tareas de base y ahora controlan sus propias organizaciones han evitado incurrir en las veleidades de pavo real de sus antiguos jefes. A esto se suma que Galicia ya no tiene la misma importancia en las rutas internacionales de la droga: «Entra mucho menos que antes», comentan fuentes policiales. Cada vez se recurre más a la introducción de maletines de cocaína en contenedores de carga, para la que también sirven los puertos del Mediterráneo, y además España, puerta tradicional hacia Europa, está perdiendo peso en favor de Bélgica, Francia o algunos países del Este. Un informe conjunto de Europol y el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías destaca que en 2011 descendió un 34% la cantidad de cocaína interceptada en nuestro país: «Eso puede indicar un cambio reciente en los patrones del tráfico», apunta el estudio.
La factoría china
Pero, mientras sucede todo esto, los dinosaurios del negocio siguen aquí. La Justicia no ha terminado con ellos: hace solo medio año, volvió a sentarse en el banquillo el histórico José Luis Falcón, a quien apodan 'Falconetti' por el personaje de la serie 'Hombre rico, hombre pobre'. Le acusaban de blanquear junto a su esposa más de cuatro millones de euros, pero el tribunal no dio por buenos los informes periciales y le absolvió. Las propiedades de los narcos presuntamente jubilados y de toda su parentela y allegados continúan siendo objeto de indagaciones, una tarea ardua que suele prolongarse durante años: la instrucción del caso de 'Falconetti', por ejemplo, duró 15. Le llevó finalmente a juicio el fiscal antidroga de Pontevedra, Luis Uriarte, que está empeñado también en desentrañar el ejemplo paradigmático de los patrimonios opacos vinculados a la droga, el del clan de los Charlines. En 1995 ya se les retiraron propiedades por valor de 18 millones de euros, según los cálculos publicados por la revista 'Interviú'. En 2010, la 'operación Repesca' les descubrió al menos otros 15 millones, varios de ellos en cuentas suizas. La investigación, que sigue adelante, tuvo ramificaciones tan inesperadas como la factoría que los Charlines poseían en Qingdao, China, dedicada al pescado congelado.



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