domingo, 29 de septiembre de 2013

AQUEMARROPA, TERESA BERGANZA,./ REVISTA DEL CAMPO , UN CAMPO DE TRABAJO LLAMADO AMAZON,

TÍTULO; AQUEMARROPA, TERESA BERGANZA,

Teresa Berganza


Teresa Berganza.
Teresa Berganza (Madrid, 16 de marzo de 1933) es una reconocida mezzosoprano española, asociada frecuentemente con personajes de óperas de Rossini, Mozart y Bizet. Es admirada por su técnica, musicalidad y presencia en escena.
Berganza estudió piano y canto en el Conservatorio de Madrid, donde obtuvo el primer premio de canto en 1954. Debutó en esa ciudad en 1955.
Dos años después (1957) hizo su debut internacional en el Festival Aix-en-Provence, como Dorabella. Durante los siguientes diez años debutó en otros importantes teatros y festivales de ópera, a saber: la Scala (1957), festival de Glyndebourne (1958), Royal Opera House (1959) como Rosina, Ópera del Metropolitan (1967) como Cherubino y también actuó en la versión cinematográfica de Don Giovanni dirigida por Joseph Losey actuando como Zerlina trabajando en conjunto con José van Dam, Ruggero Raimondi y Kiri Te Kanawa.
Otro hito importante en su carrera fue su estreno como recitalista, en el Carnegie Hall en 1964. Su repertorio de concierto incluye canciones españolas, francesas, alemanas y rusas. De 1957 a 1977 Berganza estuvo casada con el pianista Félix Lavilla, con quien ha grabado y actuado con regularidad.
En 1991, Berganza y otros cantantes españoles fueron reconocidos con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. En 1992, participó en la ceremonia inaugural de la Exposición Universal de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona. En 1994 fue elegida miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, primera mujer en obtener esta distinción.
Actualmente, Berganza fue profesora titular de la Cátedra de Canto en la Escuela Superior de Música Reina Sofía. Asimismo, dicta clases maestras en varias partes del mundo. Además le han dedicado un conservatorio en Madrid, el conservatorio Teresa Berganza. Es Premio Nacional de Música de España.

Repertorio operístico

Ottavia de L'incoronazione di Poppea (Monteverdi). Orontea de L'Orontea (Cesti). Dido de Dido and Eneas (Purcell). Ruggiero de Alcina (Händel). Rinaldo de Rinaldo (Händel). Cherubino de Le nozze di Figaro (Mozart). Zerlina de Don Giovanni (Mozart) Dorabella de Così fan tutte (Mozart). Sesto de La clemenza di Tito (Mozart). Neris de Medea (Cherubini). Rosina de Il barbiere di Siviglia (Rossini). Isabella de L'italiana in Algeri (Rossini). Angelina de La Cenerentola (Rossini). Carmen de Carmen (Bizet). Charlotte de Werther (Massenet). Dulcinée de Don Quichotte (Massenet).

TÍTULO;  REVISTA DEL CAMPO , UN CAMPO DE TRABAJO LLAMADO AMAZON,.

SOCIEDAD

Un campo de trabajo llamado Amazon

Un periodista francés pasó tres meses como temporero en un almacén de la firma y cuenta sus terribles condiciones laborales

En la empresa que representa la modernidad y parece reunir en sí misma todos los aspectos positivos de la globalización, hay trabajadores que permanecen de pie siete horas haciendo paquetes. Otros, durante una jornada similar, caminan más de 20 kilómetros recogiendo objetos de gigantescas estanterías para llevárselos a los empaquetadores. Unos y otros tienen prohibido contar a nadie cómo es su trabajo y en qué condiciones se realiza, y están permanentemente a disposición de su empresa. Todo ello, por un salario bruto de 9,725 euros a la hora. La firma es Amazon y en 2012 facturó 61.000 millones de dólares.
Siguiendo el ejemplo de Günter Wallraff, el periodista alemán que lo mismo bajaba a las minas que se hacía ingresar en una clínica psiquiátrica, siempre con identidad falsa para luego contar lo que allí veía, Jean-Baptiste Malet ha estado trabajando tres meses en un almacén de Amazon en Francia. Ahora lo relata en un libro, 'En los dominios de Amazon. Relato de un infiltrado' (Trama Editorial) que acaba de salir a la luz. El documento tiene un valor mayor si se considera que los servicios centrales de prensa de la empresa, en EE UU, prohíben a los periodistas entrar en los almacenes, verdadero centro neurálgico de una firma que no es más que una comercializadora. En Amazon trabajan 80.000 personas con contrato fijo, más los temporeros, muy numerosos en las grandes campañas, sobre todo la de Navidad.
Malet, de 26 años, tuvo que someterse a las pruebas de selección realizadas por una firma del sector. Allí repiten a los candidatos, una y otra vez, que deben estar «muy motivados», invitando a que abandonen el proceso a quienes no cumplan esa condición. Para explicar a los aspirantes el 'espíritu Amazon', les muestran un vídeo en el que se ve a trabajadores que realizan sus tareas con una perenne sonrisa. Parecen felices.
Exhaustos
Lo que el periodista francés vio era muy diferente. Su relato habla de trabajo extenuante hasta el extremo de que, a su edad y con una buena preparación física, era incapaz de dormir al regresar a casa y llegó a perder el apetito. Vigilancia 'orwelliana' de cada empleado, controlado mediante un sistema que permite a los supervisores saber dónde están en cada momento y cuánta tarea han realizado. Los temporeros, como el resto, se tutean y tutean a sus jefes, pero no porque se busquen unas relaciones igualitarias, sino porque han descubierto que eso mejora la productividad. La delación -sobre pequeños hurtos, o de quienes critican a la empresa o a los jefes- se premia. No se puede comer durante el horario de trabajo. No se puede llegar tarde, ni aunque sea unos minutos. Cualquier baja debe estar justificada documentalmente: por el médico, si es por enfermedad, o mediante una factura de un taller, si, por ejemplo, el trabajador ha sufrido una avería en su coche.
La jornada tiene reglamentados dos cortes de veinte minutos, pero uno no cuenta como tiempo trabajado. De todas formas, la sala de descanso está muy lejos y el paso por los detectores es preceptivo, de forma que los agotados trabajadores -los músculos de las piernas duros como piedras, la espalda dolorida- solo disponen de cuatro o cinco minutos para sentarse.
En invierno, la temperatura del almacén no llega a 15º, y los empleados están ateridos. Muchos no se adaptan nunca a los horarios -los turnos cubren toda la jornada-, y se marean por no haber comido lo suficiente antes de empezar la tarea. No lo hacen porque están tan exhaustos que tienen el estómago cerrado. La enfermería solo abre de ocho de la mañana a cinco de la tarde, así que los que cubren el horario de noche no conocen ni la cara de quienes la atienden.
Eso sí, hay premios. Pequeñas chucherías -chocolatinas, una comida en Navidad, solo excepcionalmente y para unos pocos, algún televisor- que se publicitan de tal forma que parecen viajes al Caribe. A cambio, los empleados tienen que escuchar cada día las arengas encaminadas a mejorar la eficacia y batir los récords de productividad. Para lograrlo, pueden ser obligados a trabajar un sexto día por semana.
Todo cuanto pasa de puertas adentro está protegido por un manto de invisibilidad. Las normas de la empresa prohíben «divulgar a cualquiera la información relacionada con la actividad, los reglamentos, la dirección y el personal». En aplicación de esa normativa, nadie puede decir siquiera a sus amigos que trabaja en Amazon. Los directivos de los almacenes locales también tienen vetado contestar a las preguntas de un periodista «por muy inocentes o insignificantes que parezcan». Malet habló con algunos trabajadores afiliados a la CGT, el sindicato más poderoso de Francia. Un día les confesó que es periodista y les pidió una cita para que le contaran los detalles que no había podido conocer en tres meses. Todavía está esperando que se presenten a la misma. Temen perder su empleo.
La compañía de Jeff Bezos empezó en 1995 con un almacén en un garaje de 45 m2.
Factura más de 61.000 millones de dólares anuales. La Hacienda francesa le reclamó 200 millones de euros de impuestos atrasados en 2012. Tiene 80.000 empleados fijos y miles de temporeros. En Navidad, en EE UU, vende 300 artículos por segundo.
'En los dominios de Amazon' de Jean-Baptiste Malet (Ed. Trama).

EL OBJETO Y YO, GASEEN A LOS MOROS DEL RIF,/ REVISTA DOMINICAL POCITOS DE NEGRURA,.

TÍTULO; EL OBJETO Y YO, GASEEN A LOS MOROS DEL RIF,.

¡Gaseen a los moros del Rif!SOCIEDAD

¡Gaseen a los moros del Rif!

España también posee una leyenda negra ligada a las armas químicas. En 1923 decidió dar una lección a Abd el-Krim para vengar a las 8.668 víctimas del desastre de Annual. Y arrojó miles de bombas de gas mostaza contra las cábilas sublevadas

El general Berenguer autorizó que se rindieran y los oficiales pactaron con los rifeños de Abd el-Krim la entrega de las armas a cambio de sus vidas. Los 3.000 soldados españoles salieron del fuerte construido en el Monte Arruit y se prepararon para la deshonrosa evacuación. Al recibir la orden de marchar, los rifeños los atacaron para degollarlos con sus gumías. Muchos fueron torturados; otros, despanzurrados vivos. Apenas hubo 60 supervivientes. Los cuerpos quedaron pudriéndose al sol. Era el 9 de agosto de 1921.
El desastre de Annual, las matanzas de españoles en Dar Quebdani, en Zeluán y en el Monte Arruit, se saldaron con 8.668 soldados españoles muertos o desaparecidos, según escribió Indalecio Prieto en su crónica para 'El Liberal', y desataron el deseo de venganza en un país herido y rabioso por la guerra de Marruecos. No hubo dudas ni voces contrarias. Se escogió el terror, bombardear las cábilas rifeñas con gases asfixiantes. «El ejército español sufrió en Annual un descalabro terrible. Al margen del número de muertos se instaló en el país la humillación de haber sido derrotados por aquella banda de desharrapados. Surgió un ánimo de revancha, de exterminarlos», señala la historiadora Rosa María de Madariaga, autora de 'Los moros que trajo Franco'.
Tras el fin de la Gran Guerra, en 1918, se había acordado que las grandes potencias no volverían a usar jamás ese tipo de armas en Europa. «Pero no hubo el menor reparo o escrúpulo en emplearlas contra los pueblos colonizados como hizo España en el Rif o la Italia de Mussolini con Abisinia. Se decía que así se evitaba prolongar la guerra y que se ahorraban vidas», sentencia Madariaga.
«Lástima no te hayamos podido mandar una escuadra de bombardeo, para con gases llevar la desolación al campo rifeño y hacerles sentir nuestra fuerza, rápidamente y en su terreno», telegrafió el rey Alfonso XIII al general Dámaso Berenguer, jefe del gobierno y alto comisionado en Marruecos a las pocas horas del desastre. No había dudas. Apenas una semana después de la matanza, el 16 de agosto de 1921, el Consejo de Ministros aprobaba una partida de 14 millones de pesetas que «estaban destinados a la producción y adquisición de agentes químicos», apunta el comandante y profesor René Pita en su obra 'Armas químicas. La ciencia en manos del mal'.
Los agentes químicos habían sido usados con profusión en la I Guerra Mundial. La iperita o gas mostaza, un agente basado en el cloro que genera ampollas en la piel, causó millares de bajas desde su primer empleo, el 22 de abril de 1915, en el saliente de Ypres, al noroeste de Bélgica.
Las primeras compras de agentes nocivos por España, documentadas por Madariaga, fueron 50.000 litros de cloropicrina y los equipos necesarios para poner en marcha un taller de llenado de proyectiles en la Maestranza de Artillería de Melilla. Todo adquirido a la casa francesa Schneider. La matanza había acelerado las cosas, pero España, neutral en la Gran Guerra, tenía un especial interés en hacerse con ese tipo de armamento. El propio Alfonso XIII había mostrado ya en 1918 a las autoridades alemanas su deseo de fabricar armas químicas.
Bombardeo desde aviones
En 1921, el germano Hugo Stoltzenberg puso las bases del actual Complejo Tecnológico de La Marañosa, en las afueras de Madrid. Hacer iperita no era fácil. Se necesitaba tecnología punta y sustancias como el oxol, un precursor del gas mostaza que España no estaba aún en condiciones de fabricar, y que compró a Alemania. «No menos importante que el castigo y la depresión de la moral rifeña, la capacidad de fabricar los elementos más modernos de guerra en aquel momento (legales entonces) fue un importante logro nacional y transmitió a enemigos y competidores (Francia e Inglaterra) el claro mensaje de que España iba a imponerse en Marruecos», asegura el coronel José María Manrique.
Y aunque Stoltzenberg, precisa el comandante Pita, recomendó rociar con iperita a los rifeños desde aviones, como si fuera pesticida, lo más común fue el bombardeo artillero y que las aeronaves españolas arrojaran contra los poblados puñados de bombas de gas mostaza.
En el primer ataque documentado contra Abd el-Krim (educado en Málaga como maestro y luego becado en la Residencia de Estudiantes) se usaron 'bombas X' (fabricadas en Astra, en Gernika) lanzadas por pilotos y observadores desde los biplanos Bristol F 2B del 4º Grupo de Escuadrillas. Esa primera acción tuvo lugar el día 13 o 14 de julio de 1923. Aunque lo más frecuente fue el empleo de bombas C-5 (de 20 kilos, cargadas con 6,5 de iperita). Ignacio Hidalgo de Cisneros, quien sería luego jefe de La Gloriosa (la Aviación de la República), participó en aquellos bombardeos con iperita y recordaba bien sus (escasos) efectos. «No sé si la iperita causó daño en el campo enemigo. Parecía que los moros hacían gárgaras» con ella. ¿Las razones? «La poca concentración. La contenida en las cuatro o seis bombas que se tiraban se volatilizaba con la explosión y la que caía en el terreno era tan pequeña que no producía ningún efecto», subrayaba. De hecho, resalta René Pita, los ataques empezaron a hacerse de noche para evitar que el fuerte calor evaporara el cloro.
El empleo de gas mostaza por el Ejército español tuvo, como en la I Guerra Mundial, un cierto carácter azaroso. Los gases se volvieron en ocasiones contra los propios soldados que los lanzaban, hubo numerosos accidentes y los materiales empleados y los retrasos evitaron su uso masivo. «La iperita se volvía contra ellos. A los soldados españoles les pedían que no hablaran nunca de los gases», resalta Madariaga.
Sin embargo, el componente aterrador de las armas químicas sí causó un claro efecto desmoralizador entre los rifeños. El propio Abd el-Krim, que trató de comprar agentes químicos en el mercado negro y fue estafado, envió una carta a la Sociedad de Naciones alertando del uso por España de «armas prohibidas». José María Manrique y Lucas Molina, en su obra 'Guerra Química en España 1921-1945', argumentan por el contrario que las prohibiciones internacionales, como el Protocolo de Ginebra de 1925, no entraron en vigor hasta 1928, «bastante después de finalizada la guerra».
Tampoco se trataba de una guerra convencional, sostienen. «El enemigo era una auténtica nación en armas, tanto cuando se reunía en los zocos para abastecerse o se fortificaba en los poblados, como cuando se convocaba para pasar a degüello a sus enemigos, como ocurrió en Monte Arruit, donde las mujeres participaron en las atrocidades cometidas por los prisioneros».
De sus investigaciones se concluye que los bombardeos con iperita no fueron masivos, pero sí indiscriminados. En concreto, la memoria de enero de 1925 del Grupo de Escuadrillas Rolls de Ceuta señala que ese mes hubo 88 bombardeos sobre posiciones enemigas en las que se arrojaron 584 bombas de trilita y 33 de iperita; el mes siguiente se lanzaron 635 bombas explosivas y 120 con gas mostaza.
No hay nada nuevo bajo el sol. Ahora, cuando el mundo señala con el dedo a Siria, conviene recordar que España también tuvo tratos con el horror. Y muy recientes.
«Recuerdo el olor, como de un medicamento. El veneno, el arrhash, se quedaba en el agua, en las rocas. El ganado moría», dice Mohamed Faragi, entrevistado para el documental 'Arrhash', que reconstruye la memoria de las víctimas de los bombardeos. Mohamed Santiago, nacido en 1925, relata: «Mi madre tosía y tosía, mis hermanas quedaron ciegas, tosieron hasta la muerte».
En la zona iperitada funciona una organización de afectados que exige a España una reparación por los daños causados y por las secuelas de los ataques químicos.
duros de plata fue el rescate negociado por el industrial Horacio Echevarrieta con Mohamed Abd el-Krim para liberar a 357 soldados españoles. «Qué cara está la carne de gallina», cuentan que dijo el rey Alfonso XIII sobre el lance.

TÍTULO;  REVISTA DOMINICAL POCITOS DE NEGRURA,.

 Foto revista dominical,.

SOCIEDAD

Pocitos de negrura

Las autoridades de México no acaban con las minas irregulares de carbón, precarias explotaciones donde las muertes y las amputaciones son gajes del oficio

Ese diminutivo con el que los mexicanos han bautizado a los pocitos puede sonarnos cariñoso, como si quisiesen envolverlos en afecto cada vez que los mencionan, pero en realidad se refiere estrictamente al tamaño. El pocito es una mina reducida a su mínima expresión: una boca de poco más de un metro de diámetro, un severo conducto vertical y, allá abajo, a cincuenta o setenta o cien metros de la superficie, desarrollos horizontales que van mordiendo el carbón del subsuelo. Todo lo que se considera accesorio se elimina, y en esa morralla prescindible se incluyen las salidas de emergencia, la ventilación y la mayor parte de las medidas de seguridad que la minería ha ido incorporando a lo largo del último siglo.
Miles de habitantes del estado norteño de Coahuila se juegan la vida a diario en estos agujeros angustiosos y precarios. Los bajan en una especie de barril metálico colgado de una polea, el mismo que se emplea para ir sacando después el mineral, y ahí se tiran diez o doce horas, a destajo, agachados en unos túneles que suelen medir alrededor de metro y medio de altura. El material de protección corre de su cuenta y muchos trabajadores están sin asegurar. Con los años se les van deteriorando la vista y el oído, se les echan a perder los pulmones, se les destrozan las articulaciones, pero ese parte médico corresponde a los más afortunados, porque también la muerte y las amputaciones son gajes de este oficio.
Una quinta parte de los pocitos emplean a algún menor, que cobra la tercera parte que los adultos: «En promedio, comienzan a laborar a partir de los 14 y 15 años. Usualmente, al principio llevan a cabo tareas relacionadas con la extracción: reciben el carbón extraído (gancheros), jalan las cuerdas que suben el recipiente en el que se coloca el carbón (malacateros) o lo limpian (hueseros)», detalla un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Pero también se les tiene mucho aprecio dentro de los túneles, sobre todo si son bajitos y pueden moverse con soltura.
Coahuila produce el 90% del carbón mexicano. También existen explotaciones convencionales, pero los pocitos sirven como complemento informal para ese pujante sector. Algunos, de hecho, pertenecen a importantes compañías mineras, que no desprecian la posibilidad de incrementar sus beneficios mediante una inversión ridícula. Otros son propiedad de poderosos locales, entre los que no faltan políticos, funcionarios y narcotraficantes. Las inspecciones son poco frecuentes y casi siempre inútiles: «Cuando se realizan -apunta la comisión-, entre los propios productores se avisan con antelación, lo que permite que los pocitos sean desmantelados temporalmente y pasen desapercibidos para la autoridad».
Porque, al menos en apariencia, México quiere acabar con esta minería rudimentaria y cruel, a la que sus defensores prefieren denominar «artesanal». Un primer intento fue la reforma laboral del año pasado, pero el párrafo que aludía a este asunto se volatilizó misteriosamente en la redacción final. En abril de este año, la Cámara de Diputados aprobó por fin una modificación de la ley, que prohíbe extraer carbón en esas condiciones y establece multas y penas de cárcel en caso de accidente mortal. Los primeros en protestar por la medida de los parlamentarios fueron los propios mineros, que, puestos a afrontar males cotidianos, prefieren el riesgo al hambre. Se han clausurado algunas explotaciones, pero las entidades que están atentas al proceso aseguran que no servirá de nada, porque las sanciones en caso de que fallezca algún minero son ridículas -el equivalente a 18.000 euros- y los que pueden acabar en prisión son los capataces y supervisores, no los empresarios.
Los hijos de Gloria
«En realidad, estos cambios aseguran su continuidad y permanencia», concluye la organización Familia Pasta de Conchos, la más tozuda y decidida en su activismo contra la minería irregular. Su nombre hace referencia a un desastre que conmovió a la sociedad mexicana: en febrero de 2006, en San Juan de Sabinas, una explosión de gas mató a 65 trabajadores de una mina de carbón. Solo se han recuperado dos de los cadáveres. Muy cerca de allí se produjo el siniestro más grave registrado en un pocito durante los últimos años. Ocurrió precisamente en Sabinas, el lugar donde están tomadas las fotografías que ilustran estas páginas. En mayo de 2011, una explosión de gas en un pozo de 60 metros de profundidad sepultó a catorce mineros. No hubo supervivientes, y el adolescente de 14 años que estaba de ganchero perdió un brazo.
Las muertes en estas minas se producen con penosa frecuencia y suelen ensañarse con algunas familias, ya que es habitual que a varios parientes los contrate la misma empresa. No es raro que un par de hermanos fallezcan juntos, y también hay casos como el de Gloria Arellano: en 2010, su hijo Ramón nunca regresó de su primera jornada de trabajo, atrapado por una inundación en el pocito 'Boker', y dos años después corrió la misma suerte su hijo Fidencio, que perdió la vida junto a seis compañeros en la explosión de metano de 'El Progreso', propiedad de un exalcalde. Los que tienen mejor suerte son izados a la superficie después de su turno, baldados y con el cuerpo bañado en polvo negro, pero con el alivio de haberse ganado la vida un día más.

NATURALEZA, Baby boom de pandas,./ LA HORMA DE MI ZAPATO, Galliano sigue sin encontrar el perdón,.

TÍTULO;  NATURALEZA, Baby boom de pandas,.

En Sichuan, que es de donde proceden los pandas, han puesto en marcha un centro de recuperación que está cosechando sorprendentes resultados. El saldo del verano no ha podido ser más positivo: diecisiete cachorros,.foto,.

Baby boom de pandas
Hubo un tiempo en que se pensó que la reproducción del panda gigante en cautividad era una misión imposible. Como si hubiesen sido víctimas de una maldición, los osos que eran recluidos entre barrotes perdían el apetito sexual y no había forma de que se liaran. Los científicos llegaron a proyectar imágenes de apareamientos entre congéneres en un intento de despertar la líbido de las parejas enjauladas, pero ni siquiera esa peculiar variante del porno lograba que se pusiesen a tono. Seguro que alguno tuvo la tentación de darles una pastillita de viagra. La etapa celestinesca de los cuidadores llegó a su fin gracias a la evolución de las técnicas de reproducción asistida. El ciclo de la vida ya no depende de la unión de las parejas, así que la tensión que antes se respiraba en las jaulas se ha trasladado a las áreas donde se atiende a las nuevas crías. En Sichuan, que es de donde proceden los pandas, han puesto en marcha un centro de recuperación que está cosechando sorprendentes resultados. El saldo del verano no ha podido ser más positivo: diecisiete cachorros, todo un baby boom para una especie cuya continuidad estaba no hace mucho en entredicho.



Que John Galliano, el genial, extravagante, malhablado y arrepentido modisto, siga vivo es un milagro. Hasta que le expulsaron de Dior, por ...
 

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Galliano sigue sin encontrar el perdón

El exdirector creativo de Dior lleva dos años sin probar el alcohol, pero aún no ha recuperado su sitio en la moda. Sus poderosos amigos creen que «no se debe menospreciar su talento mágico»

Galliano sigue sin encontrar el perdón
Que John Galliano-foto,., el genial, extravagante, malhablado y arrepentido modisto, siga vivo es un milagro. Hasta que le expulsaron de Dior, por los insultos racistas y antisemitas proferidos a una pareja en el barrio parisino de La Perle, combinó su exitosa carrera profesional con un cóctel trufado de alcohol, barbitúricos, somníferos, cocaína, valium, analgésicos... Cuenta que jamás recurrió al alcohol para potenciar la creatividad. El modisto al que su padre pegaba de pequeño por sus modales amanerados -«si hacía algún gesto demasiado llamativo... ¡tortazo que me caía! Me educó a la manera victoriana»- siempre ha andado sobrado de talento. Al principio bebía para pegarse «una buena fiesta». Era la forma que tenía de homenajearse después de la presentación de cada colección y permanecer meses enclaustrado en su taller.
Sin darse cuenta, Galliano cayó en una espiral que estuvo a punto de terminar con su vida. «Iba a acabar en un psiquiátrico o metido en un ataúd», confesó a la revista ‘Vanity fair’. «A medida que fui haciendo más colecciones, las juergas se hicieron más frecuentes y me enganché a ellas». Luego, las pastillas hicieron acto de presencia «porque no podía dormir». Después, llegaron «otras pastillas», ya que se pasaba todo el día «con temblores». Poco le ayudaron sus amigos, que tenían la nefasta costumbre de regalarle «botellas enormes». Al final, reconoce, bebía todo lo que caía en sus manos. En cantidades industriales. Mucho vodka, pero también vino, porque creyó que le serviría para conciliar el sueño. «Me ayudaba a dejar de oír voces. Tenía un montón de voces en la cabeza que me hacían un sinfín de preguntas, pero yo jamás habría reconocido, ni por asomo, que era alcohólico».
«Cubierto de llagas»
Galliano pensó que podría controlar la situación. Sin embargo, las adicciones lo transformaron en un despojo. La muerte de Steven Robinson, su mano derecha, arruinó sus ilusiones. Cada vez le resultaba más complicado mantenerse sobrio, mientras los desfiles, paradójicamente, ganaban en espectacularidad y su prestigio se disparaba. Galliano mantenía una doble vida. El mismo hombre que caminaba por la pasarela disfrazado de Napoleón, Marqués de Sade o torero e hizo inmensamente ricos a sus jefes –solo en 2010 Dior facturó más de 750 millones de euros– transformó su vida personal en «un asco». Las resacas le dejaron sin aliento. Hubo temporadas en que desaparecía de escena durante días sin que nadie supiese de su paradero. «Acababa sin lavarme, cubierto de llagas y humillado. Pasaba hasta cinco días sin dormir», señala.
Consciente del tormento en que vivía, sus jefes, Bernard Arnault, dueño de Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH), el mayor emporio de lujo, y Sidney Toledano, presidente y consejero delegado de Dior, le dieron un toque de atención. A los postres de un tenso almuerzo le animaron a erradicar sus malos hábitos. Enfurecido, Galliano hizo añicos su camisa, mostró su torso moldeado en el gimnasio y gritó: «¿Acaso os parece que este es el cuerpo de un alcohólico?». Nunca más volvieron a verse las caras hasta que estalló el escándalo por el que fue declarado culpable de «insultos públicos basados en creencias religiosas, raza o etnia».
Dos años y medio después de aquel lamentable episodio, el creador gibraltareño sigue sin recordar nada de lo sucedido. Alega que sufrió una pérdida de memoria. Apenas queda rastro del Galliano que lucía «un pelo fatal» y un esmalte de uñas «horrible» cuando le comunicaron que sería el nuevo director creativo de Dior.
«Vomité al ver el vídeo»
Sin embargo, pese a su notoria mejoría física, sigue sin reconocerse en las imágenes que le muestran preso de la ira deseando «la muerte» de una joven «con una jeta judía tan asquerosa. Cuando vi el vídeo vomité. Tuve una sensación parecida a la que habría experimentado si hubiera estado a punto de cruzar la calle y un autobús hubiera pasado delante de mí rozándome y me hubiera quedado sin sangre en las piernas. El miedo me paralizó», recuerda.
Galliano lleva años pidiendo perdón, aunque sigue sin obtener el indulto. Se siente igual de incomprendido que cuando sus compañeros de colegio le golpeaban por su orientación sexual. «Ocultaba los moratones y tapaba los rasguños cuando volvía a casa porque si no me habría caído otra paliza», se queja. Tras dejar atrás el alcohol, intenta comprender por qué dirigió su rabia contra «la etnia judía». Relevantes líderes de esta comunidad, como el gran rabino de Francia, Gilles Bernheim, han declinado reunirse con él. Galliano, al menos, nunca ha perdido el apoyo de sus poderosos amigos. Anna Wintour, la editora de ‘Vogue’ America, asegura que la moda «necesita de soñadores y diseñadores que crean momentos mágicos». Óscar de la Renta, que le invitó a colaborar en la colección de este otoño, piensa que se «merece una segunda oportunidad», y Diane von Furstenberg, presidenta del Consejo de Creadores de Moda de Estados Unidos e hija de una persona que «estuvo en los campos de exterminio», juzga una «falsedad absoluta» presentarle como un antisemita. «Sé qué tipo de persona es», sentencia.
También Naomi Campbell, otra víctima de las adicciones, ha cerrado filas. «Los que somos capaces de disimular y seguir estando activos somos los que más daños nos hacemos a nosotros mismos». La ‘diosa de ébano’ ha escapado de sus infiernos particulares, pero Galliano sigue pagando sus errores. Ejecutivos de grandes almacenes de lujo no quieren ver ni en pintura la firma John Galliano en sus tiendas.

LA CARTA DE LA SEMANA UNION EUROPEA,./ SILENCIO POR FAVOR, EL CALVARIO DE SER BECARIO,.

TÍTULO; LA CARTA DE LA SEMANA, UNION EUROPEA,.

Las tres o cuatro lectoras que todavía me soportan recordarán la ejecución sumarísima de Rocco Buttiglione, a quien la prensa hegemónica caracterizó como un fundamentalista homófobo y cavernícola. Una caracterización que choca con el tenor de sus declaraciones ante la Comisión Europea que, convenientemente manipuladas, provocarían su posterior defenestración. Preguntado por una eurodiputada sobre cómo pensaba hacer compatibles la reprobación moral que le merece la homosexualidad y su deber de combatir la discriminación de los homosexuales, Buttiglione respondió, sin privarse de zaherir la incultura de su inquisidora: «Debo recordarle a un viejo y quizás no completamente desconocido filósofo, un tal Emmanuel Kant de Königsberg, quien hizo una clara distinción entre moralidad y ley. Muchas cosas que pueden ser consideradas inmorales no tienen por qué ser prohibidas. En política no renunciamos al derecho de tener convicciones morales: yo puedo pensar que la homosexualidad es un pecado, pero esto no tiene efectos en política, salvo que dijera que la homosexualidad es un delito. De la misma manera, usted es libre de pensar que yo soy un pecador en la mayoría de los aspectos de mi vida, pero esto no tendría ningún efecto en nuestras relaciones como ciudadanos. Yo contemplaría esto como una inadecuada consideración del problema de pretender que todo el mundo esté de acuerdo en cuestiones morales. Podemos construir una comunidad de ciudadanos, incluso si tenemos opiniones diferentes sobre cuestiones morales. Nadie puede ser discriminado en razón de su orientación sexual. Esto está establecido en la Constitución, y yo he jurado defender esta Constitución».

La argumentación de Buttiglione se nos antoja transparente. El juicio moral que una determinada conducta nos merece es ajeno a su consideración legal. Así, por ejemplo, el adulterio puede parecernos reprobable; pero no se nos ocurriría pensar que un adúltero haya de ser despojado de sus derechos. También pueden parecernos inmorales ciertos enriquecimientos obtenidos al amparo de la economía de mercado; mas no por ello exigiríamos la derogación de la libertad de empresa. Buttiglione reclamaba su derecho a profesar ciertas convicciones de índole moral -seguramente discutibles, pero tan respetables como cualesquiera otras-, siempre que no interfieran en su desempeño político; pero tal derecho le ha sido denegado. La Unión Europea ha considerado que el ejercicio de una función pública es incompatible con la libertad de conciencia; o bien que ciertas «conciencias» no deben hallarse representadas en sus instituciones. Naturalmente, si se niega el acceso a las instituciones a determinadas personas en razón de sus convicciones morales, debemos entender que también se niega el derecho de las personas con esas mismas convicciones morales a ser representadas. La Unión Europea, en fin, está empezando a consagrar una perversión del Derecho, que a partir de ahora sólo garantizará la expresión de aquellas conciencias que se adecuen al discurso hegemónico, quedando excluidas las demás. El legislador europeo introduce así una excepción o requisito previo en el reconocimiento de los derechos, que a partir de ahora sólo acogerán a quienes previamente hayan renunciado a sus convicciones morales. Este nuevo fundamentalismo expulsa de la ley a los ciudadanos que profesan determinadas convicciones morales de inspiración cristiana. Antes de que dicha expulsión se consume sin ambages, esos ciudadanos de segunda que mañana quizá sean relegados a la condición de proscritos tendrán una tímida oportunidad de rebelarse en el próximo referéndum de la Constitución Europea. Espero que no la desaprovechen.

TÍTULO;  SILENCIO POR FAVOR, EL CALVARIO DE SER BECARIO,.


Llamémosles Ana, o Juan: veintipocos años, brillantes, con nota de proyecto de fin de carrera de notable a sobresaliente. Acaban de rematar de modo espléndido los estudios de ingeniero aeronáutico, arquitecto, médico o filólogo. Lo que ustedes prefieran. Y los dos, como algunos otros afortunados, están entre los pocos jóvenes españoles con posibilidad de encontrar un trabajo decente, con futuro, en un país de la Unión Europea. Alemania, por ejemplo. O Dinamarca. Uno de esos que parecen serios. Esto es posible gracias a los fondos comunitarios para becas que administran universidades y fundaciones españolas; dinero destinado a financiar los seis primeros meses de contrato laboral de esos chicos en el país donde los requieran. E imaginen ustedes que Ana, o Juan, o como se llamen, por sus brillantes expedientes académicos, logran su sueño. Que una empresa de Hamburgo, de Copenhague o de Estocolmo les dice: vente para acá, chaval, que nos interesas. Tuyo es el curro. En cuanto una universidad o fundación española te conceda beca, te vienes. Y como además has hecho una carrera impecable y eres un tipo de élite, lo que significa una buena inversión para nosotros, aparte de los seis meses que te pagarán con fondos comunitarios para tenerte a prueba te pagaremos de nuestro bolsillo otros seis meses, lo que casi asegura contrato laboral indefinido. Dicho de otra manera, tu futuro resuelto. Durante un mes te reservamos el puesto de trabajo prometido. Así que pide la beca, agiliza el papeleo y espabila.
Y entonces, señoras y señores, Juan o Ana, como cualquier chico en su situación, se tropiezan con la España de toda la vida: vacaciones de Semana Santa, puente de San Prepucio, he ido a tomar café, cerrado por agosto, etcétera. Eso, de una parte. De la otra, la criminal lentitud de una burocracia infame que, en lugar de estar al servicio del individuo facilitándole la vida, no existe sino para arruinársela. Y así, los chicos que solicitan la beca pueden ver pasar tres, cuatro o cinco meses sin que el asunto se resuelva -el último caso que conozco, beca solicitada en junio, aún no está decidido-. Y ahora pónganse en el lugar de Ana, o de Juan, intentando explicarle a un empresario sueco que, a diferencia de otros chicos italianos o franceses cuya beca se tramitó en quince días, en España las cosas van de otra manera. Que aquí, a pesar de las grandilocuentes declaraciones del presidente Rajoy, algunos de sus ministros y otros esbirros, a la hora de ayudar a los chicos a buscarse la vida, no se mueve nadie. Porque los españoles -imaginen, insisto, la cara del empresario sueco, danés o kuwaití- nos movemos a otro ritmo. Calculen la angustia, la desesperación, la impotencia. Lo absurdo. Y eso, atención al detalle, con fondos que ni siquiera son dinero español, sino de la comunidad europea.
Pero es que todo puede ser más simpático, si cabe. Más nuestro y castizo. Porque, si en vista del retraso, angustiados porque pueden perder la oferta de trabajo, los chicos intentan olvidar esa beca y pedir otra que maneje parecidos fondos -de 600 a 800 euros al mes, calculen la fortuna-, tendrán que empezar otra vez desde cero, arriesgándose a que, cansada de esperar y de concederles aplazamientos, la empresa empleadora dé el trabajo a otros, lo que ocurre de continuo. Y lo más bonito del asunto es que, una vez concedida la beca, cobrarla puede llevar meses -muchas becas españolas de doctorado de 2012 no se pagaron hasta 2013-; y, como cierta clase de becas es incompatible con trabajos remunerados, quienes las consiguen pueden pasar larguísimas temporadas trabajando gratis, sin seguridad social, indefensos en lugares extraños y ciudades que no son las suyas, sufragándose ellos los gastos de alojamiento y comida. Mantenidos por sus padres, quienes puedan. Con lo que se da la deliciosa paradoja de que, en España, los únicos que pueden permitirse vivir de una beca son precisamente quienes no la necesitan. Eso, claro, los que logren sobrevivir al BOE, donde las convocatorias de becas parecen redactadas para disuadir de pedirlas: farragosas, torpes, con una sintaxis tan enrevesada y confusa que a veces parece redactada por el más analfabeto del departamento; hasta el punto de que ya circula con éxito por Internet un manual para solicitar becas sin meterse en el absurdo laberinto del boletín oficial de un Estado que cada vez tiene menos consideración y menos vergüenza, pese a camelos y triunfalismos estúpidos como el de la marca España y sus mariachis. Eso, mientras a los chicos ni siquiera los ayudan a buscarse un futuro fuera. Así que calculen. Nos va a sacar del agujero nuestra puta madre.

REVISTA XL SEMANAL, PORTADA DANI MARTIN, DAVID VILLA,./ EL BLOC DEL CARTERO, LAS REFLEXIONES DE PIQUÉ,

TÍTULO;  REVISTA XL SEMANAL, PORTADA DANI MARTIN, DAVID VILLA,
 

Se conocieron hace año y medio en un concierto en Barcelona. David Villa celebraba una Liga de Campeones, y Dani Martín abría cartel para ...
 
En portada

Dani Martín y David Villa. El arte de empezar de cero

  - XL Semanal
Antes de los 23, estos dos chicos de barrio ya se comían el mundo. Ahora, pasada la treintena, Dani Martín y David Villa quieren empezar de cero. El músico lanza su primer disco en tres años y el futbolista ha cambiado el Barça por el Atlético de Madrid. 'XLSemanal' fichó a ambos amigos para charlar de sus pasiones, del éxito y de lo más importante para ellos: la familia.
Se conocieron hace año y medio en un concierto en Barcelona. David Villa celebraba una Liga de Campeones, y Dani Martín abría cartel para Shakira. «¡Difícil olvidarlo!», admiten. No son amigos, por lo tanto, desde hace mucho tiempo, pero compartir pasiones y visiones del mundo coinciden puede ser tan determinante como la acumulación de los minutos.
Ahora, la llegada del máximo artillero de la selección al Atlético de Madrid ha reforzado el vínculo entre el delantero asturiano y el músico, ilustre y orgulloso colchonero. Para celebrarlo, y aprovechando el lanzamiento de Dani Martín, el segundo disco en solitario del cantante de El Canto del Loco, XLSemanal ejerció de seleccionador convocando a Martín y a Villa para un partido.
XL. Déjenme adivinar, ¿se conocieron en un estadio de fútbol?
Dani Martín. Pues sí, pero el que actuaba era yo (se ríen).
David Villa. Sí, sí, en el Estadio Olímpico de Barcelona el 29 de mayo de 2011. Habíamos ganado la Champions en Wembley, andábamos de fiesta, y Dani abría el cartel con Shakira.
XL. Yo pensaba que eran amigos desde hacía más tiempo...
Dani Martín. La verdad es que tenemos amigos comunes, como Fernando Torres o el periodista Juanma Castaño, que siempre me decía: «Tío, tienes que conocer a David. Es muy como tú. Seguro que conectáis a la primera».
David Villa. Sí, Juanma siempre me hablaba de ti y me contaba que solías ir a comer a su casa. Pero el primero fue Fernando Torres, uno de los grandes amigos que he hecho en el fútbol. Porque vosotros os conocéis de hace mucho ya, ¿no?
Dani Martín. Sí, desde 2003. Ambos andábamos empezando. Fernando es un tipo cabal, con el protagonismo puesto en su familia... Eso me parece fundamental para mantener los pies en el suelo. Porque tu familia son tus cimientos. Son las personas que te conocen de verdad y no las proyecciones que de ti hace la gente.
David Villa. Totalmente. En 14 años de profesional he visto a unos cuantos colegas que se han perdido por una cosa o por otra; pues te diré que ninguno de ellos tuvo cerca o presente a su familia. Aquí, un día eres un héroe, todos se te acercan, y al siguiente te quedas solo. Nadie te conoce mejor y nadie te ayuda más que tu familia. Lo tengo clarísimo. Siempre lo he tenido por bandera.
Dani Martín. Yo soy Manolo y Carmen, mis padres, dos personas trabajadoras que me ayudaron a no dejarme deslumbrar. El cariño y la comunicación son fundamentales en esta vida.
XL. Parece que ambos han sido siempre de lo más formalitos. ¿No tuvieron siquiera un puntito de loca adolescencia?
Dani Martín. Claro, y lo pasé muy bien, pero nunca me han ido los excesos. Esa idea tan extendida del roquero que se droga no tiene nada que ver con la realidad. Y, además, ¿qué son los excesos? Hacer aeropuertos con dinero público en lugares sin sentido; ¡eso es un exceso! Afecta a la salud de todos, porque ahora dicen que hay que reducir la sanidad...
David Villa. Yo, locuras, pocas. Mi vida siempre ha estado centrada en el deporte.
XL. Hablando de deporte, ¿no habrá tenido usted algo que ver con la llegada de Villa al Atlético de Madrid?
Dani Martín. ¿Yo? [serio]. No, no.
David Villa. ¿Sabías que, con 18 años, cuando estaba en el Sporting, Jesús Gil quiso ficharme? No se concretó, pero siempre admiré a este club.
XL. Eso muy original no suena...
David Villa. Ya [se ríe], siempre decimos lo mismo: admiración, un sueño cumplido, esas cosas. Pero lo juro, no es por quedar bien. Es un club que da buen rollo, desprende cariño. Y estos últimos años es un ejemplo para el resto ahora que todo el mundo dice que solo existen Madrid y Barça.
Dani Martín. David, por su forma de ser tan de verdad, tan humana y cercana al pueblo, encaja en la esencia del club.
XL. Usted jugó de local en el Calderón mucho antes que Villa...
Dani Martín. Sí, sí. Llenamos el Calderón en 2005. Pero lo cambiaría por meterle un gol al Madrid en el Bernabéu.
David Villa. Yo marqué con el Barça. A ver si este año...
Dani Martín. Tiene que ser la leche. Yo estuve en la final de Copa, con mi padre, y acabamos llorando.
XL. ¿Creen que actuarán algún día en La Peineta?
Dani Martín. A mí me da igual La Peineta. No entro en los temas políticos y las operaciones de la entidad. A mí me transmite el equipo, el escudo... Si el Atleti cambia de campo, todo seguirá igual: iremos los mismos y llenaremos el campo con la misma energía. El Calderón ha sido mi segunda casa desde los 11 años, pero cambiar es positivo.
XL. En realidad pensaba más en el fracaso de la candidatura de Madrid 2020...
David Villa. Como deportista, es una pena, claro, pero si el estadio se acaba o no, yo no sé.
Dani Martín. A mí me da pena por la ciudadanía, por el pueblo, porque España merece algo así, una caricia en el corazón. Estamos demostrando que estamos unidos, que nos preocupa lo que le pasa al de al lado y que enseguida nos unimos e intentamos que las cosas salgan adelante.
XL. ¿Figuran ustedes entre los 'indignados'?
Dani Martín. Yo no tengo derecho a indignarme. Tengo derecho a ayudar y a poner todo de mi parte para que sonriamos más. Es el ingrediente que más necesita este país.
XL. Hombre, sonreír y algo más, ¿no?
Dani Martín. Pero hay que trabajar con alegría, que los españoles siempre hemos tenido un gran sentido del humor y parece que se ha perdido un poco.
XL. En Cero, el single de su nuevo disco, habla de recomenzar mirando al frente. ¿Es una propuesta para salir de la crisis?
Dani Martín. Hombre, nos vendría bien a todos centrarnos en buscar alternativas. Lamentarse cuando llegas a un punto final no sirve de nada, hay que volver a empezar. Ese es el mensaje. Puede ser una relación de pareja, la situación de nuestro país, muchas cosas; pero no pretendo hacer política. Hablo de lo que me pasa como personita del mundo.
XL. Su disco anterior [Pequeño, 2010] fue emocionalmente intenso. ¿Le ha costado centrarse en el siguiente?
Dani Martín. Pequeño fue un disco que sentí en un momento muy concreto, por la pérdida de mi hermana de un día para otro [murió de un infarto cerebral con 35 años]. Me salieron esas canciones y esa fue mi verdad. No me puse a escribir hasta que me salió otra vez la verdad de algo que contar.
XL. ¿Ha llegado a un punto final en algún aspecto últimamente?
Dani Martín. Sí, en algunas relaciones siempre hay finales de etapa... A veces, cuando lo tenemos todo, nos relajamos y nos instalamos en un lugar de confort. Hay que luchar y esforzarse para que las cosas se mantengan vivas, ilusionarse cada día. Soy autocrítico y me gusta analizar si hago bien las cosas. Quien vive presumiendo de lo que hizo en el pasado lo tiene mal.
XL. ¿Se refiere a Mourinho?
Dani Martín. ¡Eh! No, no, yo hablo de mí, que por llenar el Calderón o las Ventas no me puedo dormir en los laureles.
XL. ¿Qué aturde más: el éxito o los halagos?
David Villa. Van de la mano, pero yo intento hacerlo cada día tan bien o mejor que el anterior.
Dani Martín. Como decía Serrat: el color de la alfombra que te ponen a la entrada de la discográfica depende de las ventas de tu último disco. La verdad es la mejor ancla para tener los pies en el suelo. Ser de verdad, sin poses, sin superficialidad.
David Villa. Mira, piensa en el mundial. Ahora somos los mejores y todo eso, pero si en Brasil no lo hacemos tan bien, o mejor, no llegaremos muy lejos. No puedes estar pendiente de lo que digan los demás.
XL. ¿Creen que se sobredimensiona lo que hacen los famosos?
David Villa. En el fútbol, sobre todo del Barça, el Madrid y la selección, hay cosas que tienen una repercusión tremenda.
Dani Martín. Tampoco se puede generalizar. A mí, los medios siempre me han tratado con respeto. Cuando murió mi hermana, por ejemplo, me respetaron totalmente.
XL. Pero la prensa del corazón sí que comenta sus amores, incluso se dijo que ibas a ser papá...
Dani Martín. ¡Bah!, aunque suene a tópico, no me preocupan esas cosas; hay algunas que no puedes evitar, pero yo me preocupo de mi familia y de mantener el sentido común y la coherencia.
David Villa. Hemos llevado una vida paralela en ese sentido. Muchos periodistas me dicen que les aburre entrevistarme, que no cuento nada [se ríen].
XL. ¿Como cotilleos del vestuario o sobre su relación con Messi?
David Villa. Por ejemplo [sonríe]. Como futbolista quiero que se hable de mí por lo que hago en el campo.
XL. Hacer música para que la escuchen millones de personas, ¿no es dejar que los demás accedan a algo muy personal?
Dani Martín. Es cierto, pero tú eliges lo que cuentas. Escribir, para mí, es terapéutico. Me sirve de desahogo, es una gran válvula de escape. Yo hablo de mis emociones, mi sensibilidad, las cosas que yo llevo dentro. Soy así. Si me abro, si estoy al lado de alguien o soy amigo de una persona, lo soy siendo yo mismo. Prefiero eso a grabar algo completamente impersonal.
XL. ¿El deporte también es una válvula de escape?
Dani Martín. Totalmente. Cuando se murió mi hermana, me puse a correr y a hacer medias maratones como un loco. Aunque me pasé un poco. Ahora corro más tranquilo, tampoco hay que tomárselo en plan profesional. Pero me ayudó mucho.
David Villa. La mayoría de los futbolistas te lo dirán, cuando peor te van las cosas, cuando algo te martiriza, más te apetece entrenar. Desconectas y, además, te ayuda a mejorar.
XL. Ambos son jóvenes [36 años, Martín; 31, Villa], pero ¿no les da la impresión de que han vivido ya media vida?
Dani Martín. A mí, no. Me pase lo que me pase, mi padre ha vivido mucho más que yo. Me sigo considerando un aprendiz.
David Villa. Yo sí siento que he vivido muchas cosas. Con 20 años me fui de casa, tuve que madurar muy rápido y me siento orgulloso de eso. Mi mujer y yo nos casamos muy jóvenes y creamos nuestra propia familia [dos hijas y un hijo] dentro de un mundo complicado.
Privadísimo. David Villa.
-Hijo de un minero, nació en Tuilla, Asturias. Cumple 32 años en diciembre.
-Con cuatro años sufrió una fractura de fémur y a punto estuvo de quedarse cojo. La gente de su pueblo cuenta que, aun así, no dejó de darle al balón.
-Se casó en 2003 con su novia desde la adolescencia, Patricia González. Son padres de dos niñas y un niño.
-En 2010 grabó junto con Ana Torroja una versión de Insurrección, de El Último de la Fila, para la campaña Voces X1fin: juntos por Mali.
-El grupo asturiano Los Berrones le dedicó la canción Villa maravilla.
-Como profesional, desde 2001, ha jugado en Sporting de Gijón, Zaragoza, Valencia, Barcelona y acaba de fichar por el Atlético de Madrid.Es el máximo goleador en la historia de la selección (56).
Privadísimo. Dani Martín
-Nació en Madrid el 19 de febrero de 1977.
-Dejó de estudiar tras tripitir 1.º de BUP para conducir una furgoneta de la empresa familiar de servicios logísticos.
-La madre de Alejo Stivel le dio sus primeras clases de teatro.
-Estudió en la Escuela Cristina Rota con Penélope Cruz, Alberto San Juan, Nathalie Poza...
-En su libro Soñar no es de locos: mi pequeño recorrido, le cuenta su vida al periodista Javier Menéndez Flores.
-Camarón, Perales, AC/DC, Kortatu, Hombres G, el hip hop, Serrat o Sabina figuran entre sus gustos musicales.

TÍTULO;   EL BLOC DEL CARTERO, LAS REFLEXIONES DE PIQUÉ,.


En el momento de redactar este suelto, Josep Piqué se recupera satisfactoriamente de un pequeño contratiempo vascular que le ha costado un sobresalto a él y a los suyos. Confiemos en su rápida mejoría. Horas antes del percance tuve el gusto de presentar en Madrid su interesante ensayo sociopolítico titulado Cambio de era, editado por Deusto. Es un libro plagado de geoestrategia redactado para los que no somos geoestrategas, para los que observamos el mundo sin tener los ojos repletos de códigos secretos. Es un libro directo y claro, atiborrado de sentido común y de reflexiones inteligibles y deductivas. Resulta interesante conocer esas deducciones de Piqué acerca de la evolución de esta España que él ha conocido como ministro, como empresario y como activista de la serenidad, bien escaso de nuestro tiempo. Piqué sostiene que España debe su primer paso a la prosperidad al Plan de Estabilización de 1959; y manifiesta que la arquitectura de la Transición metió en el canasto a las generaciones que entonces volaban en el activismo político y social. Sin embargo, sostiene que aquellos que hoy lucen menos de cincuenta años han quedado descolgados de la emoción de una Constitución que se les ha hecho indiferente. Reformarla en algún aspecto no debería suponer drama alguno, como de hecho ha ocurrido en otros lugares que, a diferencia de España, tienen cartas magnas longevas, sí, pero ampliamente reformadas, sin que ello haya supuesto drama alguno. Viene a decir el exministro que, de alguna forma, habría que volver a empezar. Pero va mucho más allá.
Occidente -es decir, nosotros- se está suicidando demográficamente. Tanto que ningún país europeo estará en un hipotético G8 así que pase una generación. Con la excepción de los Estados Unidos, que parte de otros marcadores, Occidente está a las puertas de una cierta decadencia: a mediados de siglo habrá más personas de más de sesenta años que tantas otras de menos de dieciséis. Ello supone un coste desmesurado para sostener los parámetros de bienestar a los que estamos acostumbrados, sean pensiones, salud o trabajo. Japón, aunque suponga salir de nuestro marco inmediato, ya consume muchos más pañales para el servicio a personas mayores que a recién nacidos. Y eso no ocurre en países emergentes que, en cualquier momento, se van a situar a la cabeza de la producción mundial. ¿Qué haremos entonces? La tecnología y los crecimientos demográficos han supuesto, paradójicamente, un impulso definitivo para países largamente condenados al suministro secundario: creíamos que se iban a morir de hambre, pero, sin embargo, Brasil, la India, México y no digamos China están a las puertas de una recolocación sorprendente en el concierto mundial. Otros países no invitados en principio a la fiesta van a convertirse en las nuevas capitales económicas mundiales. Atiendan a la ciudad de Singapur y a los países del entorno del Estrecho de Malaca, el que separa Indonesia y Malasia, por donde transita el negocio marítimo que cruza del Pacífico al Índico, y viceversa. Ese es el nuevo epicentro del terremoto productivo mundial. Sostiene Piqué que el viejo eurocentrismo de los mapamundis que dibujan un mundo centrado por el Meridiano de Greenwich deberá ser sustituido por otro cuyo eje se haya desplazado sensiblemente hacia el sur y hacia el este. La geografía siempre está y la historia siempre vuelve.
¿Y España? Harina de costales muy particulares. Nuestro país adolece gravemente, en este peculiar y enervante momento, de autoestima colectiva. Recuperarla será tarea ciclópea y obligará a una monumental campaña de trabajo colectivo. Por si fuera poco, se ve agravado ese trabajo por un más que preocupante defecto de cohesión nacional y una acelerada displicencia y desafección por nuestro sistema representativo. Piqué sugiere en este libro eléctrico y seductor las reformas imprescindibles, políticas, administrativas y sociales, que

harían posible salvar los muebles en un futuro a medio plazo. Conviene leerlo detenidamente.