miércoles, 27 de enero de 2016

LA HORMA DE MI ZAPATO - ANTONIO BANDERAS ES UN JEFE BRUTAL,./ EL OBJETO Y YO - Moshe Haelion: Sólo los jóvenes que podían trabajar vivía,.

TITULO: LA HORMA DE MI ZAPATO - ANTONIO BANDERAS ES UN JEFE BRUTAL,.

ANTONIO BANDERAS ES UN JEFE BRUTAL,.

La actriz confiesa que le encantaría interpretar «a una cantante de ópera o a una mala, malísima». :: TVEAntonio Banderas es un jefe brutal

-foto--La actriz confiesa que le encantaría interpretar «a una cantante de ópera o a una mala, malísima». 
  • Cuca Escribano es el nuevo fichaje de 'Acacias 38', la serie de sobremesa de TVE. Disfruto como una niña con el tocado, el corsé y los guantes de época,.

    Cuca Escribano (Madrid, 1973) puede presumir de haber trabajado con los actores y directores más importantes, como su admirado Antonio Banderas. Ahora TVE se ha fijado en ella y la ha fichado para 'Acacias 38', de lunes a viernes, a las 16.30, donde interpreta a Lourdes, una mujer a la que daban por muerta, pero que ha vuelto.
    ¿Cómo se ha preparado el papel?
    Lourdes tiene una doblez en todo lo que hace. La gente piensa que es muy buena y elegante, pero es sibilina. Me he propuesto no demostrar esa maldad en los primeros capítulos y luego ir enseñando el colmillo.
    ¿Qué tal se maneja con los corsés de la época?
    Aunque el vestuario no es cómodo y son muchos kilos, disfruto como una niña con el tocado, el corsé, los guantes... ¡Me encanta! Me da igual vestirme de una chica de los 80 con el pelo cardado y la chupa, que de una mujer de 1900.
    La serie tiene como principal escenario Madrid. ¿Qué tal lo lleva una mitad andaluza, mitad asturiana?
    ¡Ya no hay mucha diferencia! Llevo quince años viviendo en Madrid.
    ¿Tiene más de norte o sur?
    Mi carácter es más de sur, aunque los asturianos también son abiertos y vividores.
    ¿Qué es lo que más le gusta de sus orígenes?
    De Asturias, la sidra y el chorizo. Ja, ja, ja.
    Y las fabes...
    Soy menos de eso. Y de Andalucía me encanta el carácter de la gente y las playas. ¡Me gusta Cádiz y la gracia de los gaditanos!
    Ha trabajado casi toda su vida en España y Latinoamérica. ¿No le tienta Hollywood?
    No. Siempre he trabajado bien en España y cuando he cruzado el charco para trabajar en Cuba, Colombia o Costa Rica me lo he pasado muy bien. Me siento muy cómoda en Latinoamérica.
    Mujer envidiada
    Ha recorrido mundo.
    ¡Y tanto! Me acuerdo que cuando estaba en Costa Rica, rodando en plena selva, pensaba: '¡Pero qué suerte tenemos los actores!'. Luego viene la otra parte: las jornadas interminables, estudiar para el día siguiente y dormir siete horas.
    Hugo Silva dice que a él le queda por interpretar a un torero y a un cura. ¿Y a usted?
    ¡Qué gracioso estaría Hugo Silva de torero! De cura ya lo veo menos. A mí me gustaría... (se lo piensa) hacer de cantante de ópera y de una mala, malísima.
    Trabajó con Antonio Banderas de director en 'El camino de los ingleses'. ¿Qué tal es de jefazo?
    Es un jefe brutal. ¡No tengo palabras! Es un director maravilloso, supercuidadoso con los actores y una persona muy generosa. Todos los días nos enseñaba lo que iba montando y nos hacía partícipes. Se iba el último, a las doce de la noche, y llegaba el primero. Yo recuperé el gusto por la profesión gracias a él. Tiene mucho entusiasmo y amor por el trabajo.
    Es una mujer envidiada. Se ha codeado con Banderas, Miguel Ángel Silvestre, Coronado...
    Son actores muy guapos y además, amigos. A Miguel, por ejemplo, lo conocía antes de rodar 'Sin tetas no hay paraíso'.
    ¿Cuál es su próximo proyecto?
    En abril estreno la obra de teatro 'El jurado', como productora y actriz. ¡Ha sido una locura producir algo tan grande en los tiempos que corren!,.

    TITULO:  EL OBJETO Y YO -Moshe Haelion: Sólo los jóvenes que podían trabajar vivía,.

    -foto--Moshe Haelion: Sólo los jóvenes que podían trabajar vivían,.

    Moshe Haelion: «Sólo los jóvenes que podían trabajar vivían»No parece haberse olvidado ningún detalle. Para Moshe Haelion, que a comienzos de febrero cumple 90 años, el tiempo transcurrido no es impedimento para tener muy presente todo lo que vivió. En realidad, cree que lo contrario sería imposible.
    Cuando la guerra llegó a su Salónica natal, tenía 16 años y vivía con sus padres y su hermana menor. Cinco días después de la entrada de los nazis a Grecia, su padre falleció por un problema de salud. Y a su madre y hermana, las perdió el mismo día que llegaron a Auschwitz, el 13 de abril de 1945, cuando hacía poco había cumplido los 18 años. «La separación era inmediata, en grupos, y sólo los jóvenes que podían trabajar, eran dejados con vida», nos cuenta. «El resto, al crematorio, aunque yo lo comprendí tiempo después y no lo podía creer».
    Un tío que también llegó con ellos en el mismo transporte desde Grecia, sobrevivió cuatro meses, hasta que se enteró que su madre, su esposa y su hijo, habían sido asesinados. «Perdió toda voluntad de vivir, dejó de comer, vendía sus raciones a cambio de cigarrillos... y llegó a un estado tal que no podía trabajar. Y eso, en Auschwitz, significaba muerte segura». Moshe recuerda con nostalgia la vida de los judíos en Grecia, rica y variada culturalmente. Había 50 sinagogas, relata, y la única que está hoy en pie, es aquella en la que él mismo celebró su Bar Mitzva, la ceremonia religiosa en la que todo varón judío, al cumplir trece años, es considerado, desde ese momento, responsable.
    «Al principio no sentimos nada especial contra los judíos», cuenta Haelion, aunque tenían que estar con la distintiva estrella amarilla. «En un año y medio no hicieron casi nada, pero luego empezaron a tomar medidas y lo primero fue prohibirnos ir a la escuela. Después, el fin que nos acompañaba diariamente». Como en «la marcha de la muerte» a la que fueron obligados , al ser evacuados los campos de Polonia. «Caminamos días y días en la nieve y al que no podía caminar, lo mataban . Así de sencillo». Moshe recuerda que después de Auschwitz estuvo en otros tres campamentos. El 5 de mayo de 1945, fue liberado del último.
    Su idea era retornar a su tierra natal pero finalmente optó por venir a Israel, antes de la independencia. Llegó en junio de 1946. Algo más de seis meses después, contrajo matrimonio con quien fue su compañera hasta hace cinco años, cuando falleció. La había conocido en Italia después de la guerra. Con ella tuvo una hija y un varón, de los que tiene seis nietos y cuatro bisnietos. «Hace años, una vez, fui a Auschwitz y vi que estaba allí con mi hija y mi nieta, cuando ésta estaba embarazada», cuenta emocionado. «Y yo pensé: aquí estoy, donde quisieron exterminarme, con cuatro generaciones de mi familia. No lo lograron».


     

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