lunes, 22 de julio de 2019

Domingo -28- JULIO - LIARLA PARDO - Elena Moral ,./ ESPAÑOLES POR EL MUNDO - Gdansk, Sopot y Gdynia (Polonia) ,./ Escala humana - «¡Que no la cague un español! ,. , Miercoles -24 - Julio,.

TITULO: Domingo -28- JULIO - LIARLA PARDO -  Elena Moral ,.

 El domingo -28- JULIO  a las 18:00 por La Sexta, foto.

  Elena Moral ,.

«Nunca jugué con trenes»,.

«Nunca jugué con trenes»

Elena Moral ha sido reconocida como la Mujer Ingeniera Ferroviaria Europea después de dirigir el proyecto del AVE a La Meca. «Ha sido apasionante»,.


Lo sabe todo sobre los trenes de alta velocidad. No hay sistema o componente que se escape a su control. Elena Moral (Las Navas del Marqués, 1977) es actualmente directora de Ejecución de Proyectos de Talgo. Allí encontró su primer empleo en 2002 y allí continúa tras una carrera de superación y éxitos. Empezó en los talleres como ingeniera de pruebas, testando los primeros trenes de alta velocidad, y ha acabado dirigiendo el proyecto de construcción del AVE entre las ciudades saudíes de Medina y La Meca, uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado el sector del ferrocarril. Este año ha sido reconocida con el Premio a la Mujer Ingeniera Ferroviaria Europea (WICE, por sus siglas en inglés) entre más de cuatrocientos aspirantes.
- ¿Cómo acaba una jovencita abulense de pueblo en la locomotora de Talgo España?
- Nunca tuve una referencia familiar en el campo de la ingeniería. Elegí este camino porque en el colegio me gustaban las asignaturas más técnicas; me encantaban las matemáticas, la física, y además pasaba las horas construyendo cosas con Lego y armando puzles. Todo aquello me condujo hacia esta carrera. Me encantó, la volvería a elegir sin dudarlo porque, además de los conocimientos técnicos, me otorgó una serie de habilidades que son muy importantes en la vida. Al terminar los estudios, busqué trabajo y lo encontré en Talgo. Fue mi primera empresa y aquí llevo ya 17 años.
- ¿Usted también era de esas niñas que pasaban horas jugando con el tren eléctrico?
- En absoluto, nunca tuve uno, aunque viajaba con frecuencia en tren para desplazarme a Ávila y Madrid.
- ¿Se dijo alguna vez: 'Desierto, trágame', cuando su compañía la puso al frente del proyecto del AVE a La Meca?
- Todo lo contrario. Desde el primer día en que adjudicaron el proyecto al consorcio español quise trabajar en él. Era, sin duda, el mayor reto al que se enfrentaba el sector del ferrocarril, y poder trabajar en él se me antojaba apasionante; no podía dejar pasar la oportunidad. Un proyecto complejo, de esos que hacen crecer a las empresas, pero también a sus profesionales.
- Algún vértigo le daría...
- Más que vértigo, respeto. Sabía que podíamos enfrentarnos a cosas que aún no conocíamos, pero desde el primer momento lo afrontamos con determinación. Fuimos allí y conocimos in situ la realidad de un país que soporta 50 grados de temperatura la mayor parte del año; el efecto abrasivo de la arena, hasta tal punto que se comía las cabezas de los tornillos, y un polvo penetrante que se filtraba por todas partes...
- Usted lo ha dicho, un reto...
- Así es. Lo más complicado fue lograr una estanqueidad total para que no se filtrase nada de polvo en el interior de los vagones. El tren mete mucho aire para que puedan refrigerarse todos los sistemas, pero tiene que entrar limpio, y eso ha sido lo realmente complicado.
- ¿Y con la ingeniería se soluciona todo?
- No. Vimos que para afrontar los problemas que nos planteaba la arena tuvimos que buscar soluciones en otras industrias. Las encontramos en el sector militar. Acudimos al Ejército, a su división de helicópteros, que tenía experiencia en la filtración de aire y protección de sus palas frente a la abrasión de la arena.

Duchas y brújula

- ¿Cómo han llevado en un país musulmán que una mujer tenga la voz cantante?
- Los aspectos culturales han constituido otro gran reto. Al principio, sí que hubo ciertos miedos por parte de las empresas para poner mujeres al frente del proyecto. En mi caso, tengo que agradecer a Talgo su valentía, que mantuviera que era yo la persona que tenía que estar ahí. Al final, los resultados mandan. Yo no he tenido ningún problema por ser mujer.
- ¿Qué tienen los trenes a La Meca que no tienen los que circulan por España?
- La mayor diferencia está en las adaptaciones al entorno desértico, pero también va asociada a la evolución tecnológica. Desde el punto de vista estético, el acabado se elige con el cliente. La moqueta y el tejido de las butacas tienen motivos árabes; los baños están adaptados a su costumbre de lavarse en lugar de usar papel higiénico e incorporan duchas; y los vagones tienen una brújula que les indica la dirección a La Meca para cuando tienen que hacer los rezos.
- Además de un plan B, habrán previsto un C y hasta un D si se rompe el aire acondicionado...
- Por supuesto. En el caso de que un tren se quede parado en mitad de la vía, tenemos en cada cabeza motriz un grupo electrógeno que se encarga de inyectar suministro de energía al sistema de aire acondicionado para que se mantenga la temperatura interior.
- Tras recibir el WICE, se ha convertido en referencia para otras mujeres. ¡Vaya responsabilidad!
- Sí, lo es, pero debemos hacerlo con gusto. En estos momentos, la representación de la mujer en carreras técnicas en España sigue siendo muy baja.
- Y en el sector ferroviario, ¿seguimos en el vagón de cola?
- En España, solo un 18% de los profesionales en ingeniería son mujeres; y en el sector del ferrocarril, el porcentaje es similar. Se ve algo de avance, pero debe ser mayor, porque a este paso hay estudios que advierten de que no vamos a alcanzar la igualdad hasta dentro de 216 años. Esto, como sociedad, no nos lo podemos permitir.
Obra faraónica marca España. El AVE Medina-La Meca, adjudicado por 6.736 millones a un consorcio español de doce empresas, recorre 450 kilómetros a 300 km/h.
Ingeniera brillante. Elena Moral estudió Ingeniería Industrial (Mecánica) e Ingeniería en Automática y Electrónica. Esta última, mientras trabajaba. Cursó un Máster en Administración y Dirección de Empresas y en la actualidad es directora de Ejecución de Proyectos de Talgo.

 TITULO:  ESPAÑOLES POR EL MUNDO -Gdansk, Sopot y Gdynia (Polonia) ,.

Españoles en el mundo - Gdansk, Sopot y Gdynia (Polonia),.

Españoles en el mundo - Gdansk, Sopot y Gdynia (Polonia) - ver ahorafoto / Viajamos a las costas del mar Báltico en Polonia para recorrer la conocida como Trojmiasto o Triciudad, que agrupa a las ciudades de Gdansk, Sopot y Gdynia. En Gdansk contaremos como guías con Pablo, Elena y Miguel. Con Susana conocemos la región de Casubia y con Iván conoceremos Gdynia.



 TITULO: Escala humana - «¡Que no la cague un español! , ,. , Miercoles -24 - Julio,.

El miercoles -24- Julio a las 21:00 por La 2, foto.

 

«¡Que no la cague un español!»

«¡Que no la cague un español!»

Canal Historia narra el papel de la estación de Fresnedillas de la Oliva (Madrid) en la llegada del hombre a la Luna. «Fuimos los primeros en oír las palabras de Armstrong»,.


Como ocurre en las mejores historias, la casualidad se cruzó con Carlos González y José Manuel Grandela. En un anuncio de periódico encontraron la oferta de empleo de la NASA que les cambiaría la vida. En aquel momento no lo sabían, pero se iban a convertir en dos piezas fundamentales para alcanzar la ansiada llegada del hombre a la Luna el 20 de julio de 1969. Ellos fueron los técnicos españoles de la Estación Apolo de Fresnedillas de la Oliva (Madrid) encargados de controlar las comunicaciones entre el módulo Eagle y la Tierra. Testigos directos de uno de los momentos más importantes de la historia de la Humanidad.
Para contar el papel «decisivo y desconocido» de la España franquista en este acontecimiento, Canal Historia estrena hoy (22:00 horas) 'Estación Apolo', un nuevo documental de producción propia, en colaboración con la productora 100 Balas (The Mediapro Studio), que aborda la gesta desde una «inédita perspectiva»: la de un pueblo agrario y ganadero cuya ayuda fue crucial para el éxito de la misión Apolo XI.
A 60 kilómetros de Madrid, la NASA y el INTA se fijaron en Fresnedillas de la Oliva para montar su estación. En aquellos tiempos, el éxodo rural hacia la ciudad empezaba a afectar a los pueblos españoles. «Fresnedillas nos permitía contar la historia costumbrista de la España pobre de los 60 en la que aparecen unos señores de la NASA y ponen el municipio 'patas arriba'», explica Jose A. Pérez Toledo, codirector y guionista del proyecto, en un encuentro con la prensa.
Pero, ¿por qué se eligió esta localidad que por aquel entonces apenas superaba los 500 habitantes censados? La NASA necesitaba tres bases en el planeta que debían estar separadas por 120 grados longitudinales entre sí. Las otras dos estaban en el desierto de Mojave (California) y Canberra (Australia). La 'tercera pata' fue Fresnedillas, que ya contaba con la estación espacial de Robledo de Chavela a unos pocos kilómetros de distancia. «Se buscaba no perder nunca la señal y que al menos una de las estaciones tuviera cobertura», detalla Pérez Ledo.
La agencia estadounidense revolucionó las calles de la villa: construyeron accesos, puentes, carreteras… Muchas familias pasaron de trabajar en el campo a hacerlo para una instalación de comunicaciones aerospaciales. Y sin saber inglés: «Nos encontramos con gente que trabajó muchos años para la NASA y solo conocían cinco palabras básicas en inglés», desvela Aitor Gutiérrez, el otro codirector de 'Estación Apolo', quien asegura que el «trabajo de campo fue puro y duro». «Fuímos a un bar a esperar que ex trabajadores o personas que vivieron la experiencia nos contaran qué hicieron».

Medio segundo antes que Houston

'Estación Apolo' muestra en primera persona el choque cultural que vivieron aquellos vecinos. Anécdotas personales y recuerdos de los jarandos - el gentilicio de los habitantes de Fresnedillas - con los 'forasteros', con los que también se vivieron momentos de «tensión». «Los americanos tenían fama de beber mucho», confiesa Pérez Ledo, quien asegura que su proyecto está centrado en el papel de España en la carrera espacial. «No sacamos a ningún americano porque ellos, en sus películas o documentales, no sacan a españoles».
El espacio entrevista a los dos técnicos españoles responsables de controlar la conexión entre la superficie lunar y la Tierra. Carlos González y José Manuel Grandela fueron los elegidos, y la presión era máxima. «La obsesión del equipo español era que todo saliera bien para que los americanos no dijeran que España había fallado», cuenta Pérez Ledo. «Les daba igual la llegada a la Luna. Ellos pensaban: '¡Qué no la cague un español!'».
Además, el documental revela que en la estación de Fresnedillas se escucharon por primera vez las palabras de Armstrong al pisar la Luna. «Cuando la nave se posa en la superficie lunar, él dice la famosa frase: 'The Eagle has landed (el Águila ha aterrizado)'. Eso nos llega 0,5 segundos antes que a Houston. Fuimos los primeros del planeta en oírlo», desvela González. Una hazaña que, sin embargo, sigue siendo desconocida para gran parte del público español. «No nos hemos dedicado a investigar los grandes acontecimientos que han ocurrido en nuestro país. España tiene una extraña concepción sobre sí misma», apunta Gutiérrez.
Franco y Estados Unidos
El documental aborda los acuerdos que firmó la dictadura de Francisco Franco con el Gobierno de Estados Unidos. En el contexto de la Guerra Fría, España se posicionó contra el comunismo y normalizó sus relaciones con los estadounidenses. En 1959, el presidente Dwight Eisenhower visitó nuestro país y firmó con el régimen una serie de compromisos para montar estaciones de la NASA en suelo español. Y surgieron los centros espaciales de Maspalomas y Robledo de Chavela. «Pero a Franco le interesaban más las bases militares, como la de Rota», explica Pérez Ledo. 'Estación Apolo cuenta también con entrevistas a los historiadores Pablo Alonso y María Jesús Cava, y con los testimonios de las periodistas Rosa María Calaf y Mar Abad.

 



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