TITULO: 7 DIAS CITAS, SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO - CLARA BILBAO,.
CLARA BILBAO,.
foto, Clara Bilbao, Goya al Mejor Diseño de Vestuario
Clara Bilbao se lleva el Goya al Mejor Diseño de Vestuario por su labor en la película 'Blackthorn. Sin destino'.
Clara Bilbao ha recibido el
Premio Goya 2012 al Mejor Diseño de Vestuario por
su labor en la cinta 'Blackthorn. Sin destino', de Mateo Gil,
imponiéndose a sus colegas Paco Delgado ('La piel que habito'), María
José Iglesias García ('La voz dormida') y Patricia Monné ('No habrá paz
para los malvados').
TITULO: LA NOCHE LARGA, MUJERES EN PRIMERA LINEA - PAOLA TORRES,.
PAOLA TORRES,.
- foto - Paola Torres 'da la guerra' en los Goya,.
La diseñadora grancanaria compite con el filme '1898. Los últimos de Filipinas' en el apartado de mejor vestuario,.
Paola Torres ha sido nominada a la 31ª edición de los Premios Goya, que se celebrará el próximo sábado por su trabajo en 1898. Los últimos de Filipinas ,de Salvador Calvo. La diseñadora de vestuario grancanaria compite por segundo año consecutivo ya que fue seleccionada por Mi gran noche
de Alex de la Iglesia el año pasado. La película, que fue rodada
principalmente entre Santa Lucia y Juan Grande, tendrá que luchar contra
Lala Huete (La reina de España), Cristina Rodríguez (No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas) y Alberto Valcárcel y Cristina Rodríguez (Tarde para la ira) para obtener este galardón.
El
filme cuenta con nueve nominaciones y es la única de las favoritas que
no ha sido seleccionada como aspirante a mejor película. Sus
candidaturas son, aparte del diseño de vestuario, las de mejor dirección
novel (Salvador Calvo); mejor actor revelación (Ricardo Gómez); mejor
dirección de producción; mejor dirección de fotografía; mejor dirección
artística; mejor maquillaje y peluquería; mejor sonido y mejores efectos
especiales. 1898. Los últimos de Filipinas es una película
bélica protagonizada por Luis Tosar. Su argumento se basa en un hecho
real ocurrido a finales del siglo XIX, cuando España perdió sus últimas
colonias. En una aldea de Filipinas, donde había un movimiento de
insurrección revolucionaria, los mandos españoles mantuvieron un año más
la guerra porque no creyeron que había terminado.
Sea como
fuera, la película de Salvador Calvo tiene muchos boletos para
convertirse, esta vez sí, en la favorita en el apartado de mejor
vestuario, aunque la propia diseñadora no lo tenga tan claro viendo al
resto de candidatos.
"Que te hayan seleccionado entre 165
películas como una de las cuatro favoritas es un gran logro. En el
vestuario se suele premiar a las películas de época. Y aquí hay dos de
época y dos que no lo son. Tarde para la ira es una película
que está teniendo mucho empuje y está siendo muy premiada. Y los premios
técnicos siempre van un poco a la cola de los grandes premios", aclara.
Para la diseñadora grancanaria las dificultades para el rodaje de 1898 Los últimos de Filipinas se
resumen en que fue una película que necesitó mucho trabajo de
ambientación. Primero porque había una gran cantidad de figuración
diaria. Y segundo por el deterioro del vestuario ya que estos soldados
estuvieron casi un año encerrados, se fueron desmejorando, y hubo que
hacer el mismo uniforme cuatro o cinco veces. "Había que atender a todos
los soldados, romper los trajes y conseguir el tejido para esos
uniformes que son algodones, olonetas o sargas, que hoy en día sólo se
hacen de forma tecnológica, y por lo tanto no es lo mismo romper un
vestido de algodón que uno sintético", reconoce.
Para la
documentación, la diseñadora contó con la ayuda de historiadores ya que
las fotos de época eran pocas. Los uniformes eran funcionales ya que el
clima en las últimas colonias, Cuba, Puerto Rico y Filipinas, era muy
duro, aunque en ese momento los ingleses y franceses utilizaban la lana.
"Se encargó a un fabricante de tejidos de Barcelona que hiciera uno más
ligero", afirma. "Y ese uniforme fue el primer tejido mimético que de
la Historia que inició el camuflaje. Pero duró tan poco la guerra que
este señor se quedó con un stock increíble, y los enfocó a trajes
civiles, y de ahí nace el traje de verano de hombre el mil rayas".
Esta
nominación ha vuelto a demostrar que, en el apartado de diseño de
vestuario, los canarios estamos en la élite. "En Canarias hay mucho
talento. Paco Delgado ha sido realmente mi mentor. Empecé con él de
ayudante, pero él ahora juega en otra liga para Álvaro de la Iglesia y
yo me quedé haciendo las películas de Álex. En Las brujas de Zugarramurdi yo era la ayudante de Paco, y en la siguiente, Mi gran noche,
ya era la jefa". Torres reconoce que, aunque se tiende a premiar a las
películas de época, las de contemporáneo requieren un gran trabajo. "Es
un cine que se debería valorar más ya que todos sabemos lo que es un
hippy, un punky y un yuppy. Sin embargo, en el los trabajos de época
tienes más libertad porque no sabemos qué se llevaba en 1555", aclara.
500 uniformes
Lo cierto es que el rodaje de 1898. Los últimos de Filipinas fue
especialmente delicado. "Hay que controlar que cuando a un señor le cae
una bomba y le rompe un brazo, esa camisa tiene que estar rota el resto
de la película. Y el filme no se hace con continuidad, porque a lo
mejor empezamos por el final y los últimos días grabamos el principio y
todos los uniformes que estaban destrozados tienen que estar perfectos
al principio", aclara. "Hice 500 uniformes para poder tener mucho margen
de poder cambiarlos. Cada personaje protagonistas tenía unos ocho
uniformes en diferentes estadios: nuevos, sucios, rotos y destrozados.
Ibas a la sastrería y lo que veías es un montón de uniformes iguales con
distintos momentos de deterioro. No era una sastrería bonita".
Lo
mejor, sin embargo, fue convivir con los actores. "No es fácil vestir
todo el día a una persona con lo mismo, ponerle cosas sucias y
estropeadas, pasar frío, y que no se estén quejando. Tuvimos un buen
feeling, y además vivíamos todos en un hotel e hicimos como una
pandilla, volvimos a los 16 años. Terminábamos de trabajar y tocábamos
la guitarra y cantábamos".
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