EL JUEGO DE LA OCA TV,.
El gran juego de la oca fue un programa-concurso de televisión emitido desde Madrid, España, desde 1993 a 1995, en 2 temporadas, en Antena 3, y otra vez en 1998 como El nuevo juego de la oca en Telecinco. Presentador Emilio Aragón,foto.,etc.
¿ HIJO, POR QUÉ NO OPOSITAS ?,.
¿Hijo, por qué no opositas?,.
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Hay oposiciones y el país de los 100.000 funcionarios se ilusiona,.
Dicen que mi padrino enloqueció preparando oposiciones. Yo no enloquecí, pero las saqué y frené en seco. A los 23 años, ya era funcionario y mi vida estaba escrita para los restos: horario fijo, sueldo decente, empleo seguro, jubilación sin sobresaltos. El horizonte quedaba definido, mis sueños quedaban limitados y la placidez comenzaba a empaparme y a conducirme, inexorablemente, hacia una «aurea mediocritas» en la que los estímulos serían mínimos y más de postureo y disimulo que reales (carrera profesional, sexenios, esas cosas).
Sacar una oposición a los 23 es como hacerse la vasectomía a esa misma edad. No, no soy tan tonto como para renunciar a una vida laboral tan segura como poco estimulante, pero coincidirán conmigo en que, dejemos lo personal y vayamos a la categoría, un país cuyo bienestar y satisfacción colectiva depende de las convocatorias de oposiciones es un país con pocas posibilidades de progreso.
Vuelve a haber oposiciones y Extremadura respira aliviada. De nuevo es posible la seguridad y las biografías escritas para siempre. El país de los 100.000 funcionarios vuelve a ilusionarse. Reabren las academias, se imparten cursos de todo para todo siempre que puntúen, se recuperan las expectativas, es posible soñar una pizca y retornan las cifras espectaculares: «10.000 aspirantes a siete plazas de celador realizan hoy el examen selectivo... Colapsados los accesos a la ciudad por la celebración de oposiciones...». Hace años, realicé un reportaje sobre oposiciones y no creo que los datos hayan cambiado mucho. Se resumían en que las autonomías más pobres eran las que tenían más opositores: Galicia, Castilla, Extremadura y Andalucía. La cifra relativa disminuía en Levante o Madrid y era mínima en el País Vasco y Cataluña.
En Estados Unidos es parecido. Solo hay que fjarse en los secundarios de las películas. Abundan los policías, los empleados municipales y los jueces hispanos o negros. El funcionariado es su ascensor social. Son sueldos decentes, aunque nunca serán ricos, pero la comunidad los respeta y eso reconforta en Mérida y Boston.
Los 'blancos' ocupan los despachos de los grandes bufetes de abogados, las oficinas de brockers, el staff de las multinacionales. Como aquí, en Extremadura, donde no llama la atención que una jueza extremeña sea acosada y sancionada en Cataluña por no entender bien el catalán, pero sí nos emociona que un joven triunfe en Madrid con su empresa. Al fin y al cabo, surtimos de jueces, acosados o no, al resto del estado desde siempre, lo raro es que surtamos de emprendedores.
Es lógico que en una región donde las oposiciones son una posibilidad de empleo secundaria, las expectativas de desarrollo, progreso, crecimiento y empleo sean mayores, al fin y al cabo, a eso, a emprender y a crecer se dedican los esfuerzos de la mayoría de sus ciudadanos. Y también es lógico lo contrario: el estancamiento de una región donde convocar oposiciones es la principal y mejor noticia laboral (y también la más vista, compartida y comentada).
Todos los gobiernos extremeños inician su mandato hablando de un cambio de modelo productivo y acaban convocando oposiciones como recurso seguro para que estemos contentos. De generación en generación, yo el primero, transmitimos la misma pregunta-consejo-ruego: «¿Hijo, por qué no preparas una oposición?». Y así, mal vamos.
TITULO: EL JUEGO DE LA PERA - EL CLASICO EXTREMEÑO SALTA DEL BAR A LA GRADA,.
EL JUEGO DE LA PERA - EL CLASICO EXTREMEÑO SALTA DEL BAR A LA GRADA, fotos.
terceraEl clásico extremeño salta del bar a la grada
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Las aficiones del Badajoz y el Cacereño se movilizan para recuperar la pasión de otras épocas y llenar de colorido el Nuevo Vivero,.
El ambiente del clásico entre Badajoz y Cacereño ya se percibe en las calles. La emocionante lucha que mantienen por el liderato con los dos equipos igualados a puntos ha devuelto el interés a la rivalidad futbolística de las capitales de provincia extremeñas. Dos clubes que pretenden romper todos los esquemas este domingo y desafiar a esa leyenda negra que históricamente les persigue como objetos de crítica de bar más que de mostrar su apoyo en la grada.
El club blanquinegro ha hecho un llamamiento a la ciudad y los abonados se han volcado con la iniciativa convirtiéndose en improvisados posibilitadores de entradas a todo aquel que quiera, ya sea on-line o incluso llevándolas a su propio domicilio. El tráfico de localidades se extiende a todos los barrios y circula con gran visibilidad en las redes sociales. El objetivo es llenar de colorido las gradas del Nuevo Vivero. «Creo que se puede llegar a las 6.000 personas si el tiempo lo permite. La venta anticipada está siendo bastante alta y nos está sorprendiendo. Las expectativas son buenas», apunta Fran Leal, responsable del Área Social del Badajoz.
En el Bar La Corchuela, eterno santuario del sentimiento blanquinegro, no se habla de otra cosa estos días. Inocente Jiménez aprovecha mientras tira las cañas y corta jamón para participar de las tertulias. Al otro lado de la barra, rodeado de referencias al Badajoz en el rincón más genuino del local, este jueves se han reunido su inseparable Pepe Pérez el de 'La Corchuela', Valdemar Almeida, Paco Leal y Fran Leal. «Esta semana se ve mucha animación por el partido. Está bien porque la ciudad debe salir a apoyar a su equipo. En estos momentos es muy importante porque si el club consigue sus objetivos de ir subiendo de categoría la ciudad va a recoger sus frutos», expone Valdemar.
La directiva del Badajoz ha puesto en marcha una iniciativa de venta anticipada entre sus abonados que trasciende más allá de la promoción en sí misma. «Es bastante atractiva. La gente se abona por este tipo de partidos y ahora damos facilidades a aquellos que no han confiado desde el principio. Este partido es muy importante para el club tanto en lo deportivo como en lo institucional y social», sostiene Fran Leal. En ese sentido, se expresa Valdemar. «Es muy importante por lo que puede dejar si la gente se engancha».
Ino calcula las previsiones. «Nos gustaría llegar a los 10.000, pero con 6.000 también estaría bien. Los abonados están tirando de la gente para pasar un rato agradable y si gana el Badajoz, pues mejor». Al poner esas cifras sobre la barra, Pepe el de 'La Corchuela' añora otros tiempos de gran fervor blanquinegro. «He vivido la época de niño y no tan niño que en el viejo Vivero se metían 7.000 ó 8.000 personas viniera quien viniera. Ahora sólo van en playoffs y luego se marchan».
El Badajoz-Cacereño de este domingo es un aperitivo de lo que puede deparar a los dos equipos en la fase de ascenso. «Es un partido importante, pero no decisivo. No hay que olvidar que hace poco estábamos a seis puntos y ahora si ganamos nos pondríamos tres por encima», señala Paco Leal. Valdemar concede un valor añadido al triunfo. «Más que los tres puntos es la carga anímica que va a dar al equipo que gane».
Iconos cacereñosEn Cáceres no hay nada tan exótico como ser del Cacereño. Y no es que la ciudad viva de espaldas a la actualidad del decano extremeño. Todo lo contrario. En cualquier rincón sale a colación la falta de gol de los de Adolfo Muñoz o el lastre que supone correr con el mantenimiento ordinario e impositivo de un estadio propio. No obstante, ser del Cacereño, proclamarlo, exhibirlo y enorgullecerse es un acto de valentía. Toda una salida del armario, futbolísticamente hablando. Y es que en Cáceres, aunque todos sean un poco del Cacereño, el que lo demuestra es el raro.
En el Cacereño no hay federación de peñas. De hecho, se podría decir que casi no hay peñas. En la grada nada sigue un orden preestablecido. Cada cual, consigo mismo y con sus circunstancias. Es decir, existen tantos portavoces del sentir generalizado como fieles sufridores de un equipo con tantos años a sus espaldas como sinsabores en su bagaje. Pero, a falta de portavoces, sí hay iconos. Elementos que ya forman parte del imaginario colectivo y que aportan una idiosincrasia propia al ambiente del Príncipe Felipe. Todo un valor añadido. Aunque hay muchos otros, es el caso de Antonio Santano 'Chapeto' (Cáceres, 9 de abril de 1945), Celestino Fernández (Cáceres, 13 de octubre de 1946) o Alberto Espada (Cáceres, 13 de noviembre de 1981). Tres forofos ilustran esta pieza y que son solo (y nada menos) un ejemplo de cacereñismo.
En los últimos años, nadie en su sano juicio habrá hecho estación con parada en el Príncipe Felipe sin escuchar la ya mítica bocina de 'Chapeto' en Tribuna. Regente de un bar en la capital durante años, su eterno e inseparable compañero de viaje 'Cele' desde hace más de veinte años no da puntada sin hilo respecto al derbi que se avecina: «Esto va a dar muchas vueltas. La igualdad entre Cacereño y Badajoz va a existir hasta el final del campeonato. Lo que yo pido a los nuestros es que tiren a puerta. Tenemos muchas ocasiones, pero no finalizamos», critica Cele, viajante de joyería ya jubilado.
Si Cele conoce rincones recónditos de la escena nacional es gracias, en buena parte, a su fiel compañero de grada y de viaje. Una relación en la que ambos guardan distancia entre semana pero que se reactiva cada domingo: «No sabemos ya ni los campos que habremos recorrido. Al final, a lo tonto, nos habremos movido por más de media España con el Cacereño», confiesa 'Chape'.
Una ruta hacia lo desconocido que también ha vivido, pese a su menor edad, Alberto Espada, cuya seña de identidad es la bandera extremeña con las letras de su ciudad grabadas a fuego. Alberto trabaja en un bar, pero en esta ocasión, y con motivo del derbi, sus jefes han sido condescendientes con él: «Voy en el viaje organizado por el club. Para un día que he pedido el favor y puedo librar, no me lo he pensado».
Los tres encierran historias que llevarían horas desgranar. ¿Lo más saludable si los ven en el Nuevo Vivero? Hablar con ellos y compartir vivencias. «Antes la rivalidad grande, más que con el Badajoz, era con el Plasencia», rememoran.
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