Hallan muerto en el Everest a Ueli Steck, la 'máquina suiza' que quiso salvar a Ochoa en zapatillas,.
Conocido como 'La Máquina Suiza', el cuerpo de Steck fue hallado sin vida en el Nuptse, una montaña a dos kilómetros del Everest. Supuestamente habría resbalado en una pendiente helada.
Cuando en aquel mayo de 2008 llegaron al campo base del Annapurna las primeras informaciones sobre Iñaki Ochoa de Olza, Ueli Steck, La Máquina Suiza,
considerado por una inmensa mayoría uno de los mejores alpinistas del
mundo, no dudo en salir a la carrera. Ni siquiera se preparó como era
necesario para llegar hasta el español, que languidecía con un edema
cerebral y otro pulmonar en una tienda de campaña a 7.000 metros. Steck
salió únicamente con sus zapatillas de trekking en un intento de rescate
casi suicida de una persona a la que prácticamente no conocía. Aquella
muerte tiñó al alpinismo de luto. Hoy, nueve años después, el cuerpo de
Steck fue encontrado sin vida a 6.000 metros de altitud, en el Everest.
Su cuerpo fue recuperado por una partida de montañeros experimentados. "Un grupo de seis rescatistas han rescatado los restos de su cuerpo a alrededor de 6.000 metros de altitud", indicó a Efe Mingma Sherpa, director de la agencia Siete Cumbres que se encargaba de la organización de su expedición. Explicó que Steck cayó por una pendiente cerca del campo 2 del monte Everest cuando se dirigía al monte Nuptse, de 7.855 metros, y situado en la cadena Mohalangur, la misma en la que se encuentra el pico más alto del mundo.
Tal y como ha confirmado el diario nepalí The Himalayan Times seis escaladores encontraron el cuerpo de La Máquina Suiza al final de una pendiente helada cerca del Nuptse, una montaña a dos kilómetros del Everest. Supuestamente, Steck, que se encontraba junto al sherpa Tenzing con la intención de subir al Everest y repetir la ruta por la arista oeste de Thomas Hornbein sin oxígeno suplementario y después descender por el collado sur antes de tomar la ruta directa al Lhotse, para obtener el récord en esa cumbre, se habría sufrido un accidente al precipitarse por una pendiente helada.
Steck, que ganó dos 'Piolet de Oro', el máximo galardón en el mundo del alpinismo, en 2009 y 2014, alcanzó la fama por sus récords de velocidad en la trilogía de la cara norte de los Alpes. El suizo conquistó su segundo premio tras hacer el primer ascenso en solitario al Annapurna. Sin embargo, Steck siempre será recordado en España por su intento desesperado de rescatar a Iñaki Ocho de Olza allá por 2003.
Steck, junto al ruso Alexei Bolotov, fallecido también en el Everest en 2013, fue el gran protagonista del desesperado intento de rescatar al español en 2008. Su primer impulso, mientras desde Katmandú intentaban organizarse grupos de rescate, fue el de lanzarse a la carrera y lograr una ascensión en tiempo récord hasta el lugar donde el rumano Horia Colibasanu permanecía junto a Ochoa de Olza, hidratándole y abrigándole a la espera de la ayuda. Steck fue el primer en llegar, y lo hizo con medicamentos para su edema cerebral.
Las lesiones del alpinista navarro se tradujeron en congelaciones, convulsiones, dificultad respiratoria y, finalmente, un fallo multiorgánico. incluso, Steck trató de reanimarle y mantenerle con vida hasta que llegase la ayuda con el oxígeno necesario para salvarle la vida. No lo logró por poco, pero se ganó el respeto no sólo del mundo del alpinismo, sino la admiración de cualquiera que escuchó la historia.
En 2016, Steck y su compañero entonces, el alemán David Göttler descubrieron los cadáveres de Alex Lowe y David Bridges, que murieron en una avalancha en el Shisha Pangma en 1999. Ahora, ha sido su cuerpo, destrozado por la caída, el que ha sido hallado sin vida y, tal y como han confirmado fuentes oficiales, ya ha sido traslado en helicóptero a Katmandú.
TITULO: Fallece ciclista estadounidense Chad Young,.
TITULO: REVISTA TENIS - Rafa Nadal conquista el Trofeo Conde de Godó,.
Su cuerpo fue recuperado por una partida de montañeros experimentados. "Un grupo de seis rescatistas han rescatado los restos de su cuerpo a alrededor de 6.000 metros de altitud", indicó a Efe Mingma Sherpa, director de la agencia Siete Cumbres que se encargaba de la organización de su expedición. Explicó que Steck cayó por una pendiente cerca del campo 2 del monte Everest cuando se dirigía al monte Nuptse, de 7.855 metros, y situado en la cadena Mohalangur, la misma en la que se encuentra el pico más alto del mundo.
Tal y como ha confirmado el diario nepalí The Himalayan Times seis escaladores encontraron el cuerpo de La Máquina Suiza al final de una pendiente helada cerca del Nuptse, una montaña a dos kilómetros del Everest. Supuestamente, Steck, que se encontraba junto al sherpa Tenzing con la intención de subir al Everest y repetir la ruta por la arista oeste de Thomas Hornbein sin oxígeno suplementario y después descender por el collado sur antes de tomar la ruta directa al Lhotse, para obtener el récord en esa cumbre, se habría sufrido un accidente al precipitarse por una pendiente helada.
Steck, que ganó dos 'Piolet de Oro', el máximo galardón en el mundo del alpinismo, en 2009 y 2014, alcanzó la fama por sus récords de velocidad en la trilogía de la cara norte de los Alpes. El suizo conquistó su segundo premio tras hacer el primer ascenso en solitario al Annapurna. Sin embargo, Steck siempre será recordado en España por su intento desesperado de rescatar a Iñaki Ocho de Olza allá por 2003.
Steck, junto al ruso Alexei Bolotov, fallecido también en el Everest en 2013, fue el gran protagonista del desesperado intento de rescatar al español en 2008. Su primer impulso, mientras desde Katmandú intentaban organizarse grupos de rescate, fue el de lanzarse a la carrera y lograr una ascensión en tiempo récord hasta el lugar donde el rumano Horia Colibasanu permanecía junto a Ochoa de Olza, hidratándole y abrigándole a la espera de la ayuda. Steck fue el primer en llegar, y lo hizo con medicamentos para su edema cerebral.
Las lesiones del alpinista navarro se tradujeron en congelaciones, convulsiones, dificultad respiratoria y, finalmente, un fallo multiorgánico. incluso, Steck trató de reanimarle y mantenerle con vida hasta que llegase la ayuda con el oxígeno necesario para salvarle la vida. No lo logró por poco, pero se ganó el respeto no sólo del mundo del alpinismo, sino la admiración de cualquiera que escuchó la historia.
En 2016, Steck y su compañero entonces, el alemán David Göttler descubrieron los cadáveres de Alex Lowe y David Bridges, que murieron en una avalancha en el Shisha Pangma en 1999. Ahora, ha sido su cuerpo, destrozado por la caída, el que ha sido hallado sin vida y, tal y como han confirmado fuentes oficiales, ya ha sido traslado en helicóptero a Katmandú.
TITULO: Fallece ciclista estadounidense Chad Young,.
Fallece ciclista estadounidense Chad Young, foto.
El ciclista estadounidense Chad Young
murió a raíz de las lesiones que sufrió en un accidente mientras
competía en el Tour de Gila. Tenía 21 años.
Young es el primer ciclista estadounidense que muere en una carrera importante en Norteamérica en casi dos décadas.
Su equipo, Axeon Hagens Berman, infirmó que Young murió el viernes por la noche en Tucson, Arizona.
El equipo indicó que Young sufrió un accidente el domingo mientras competía en una carrera en Nuevo México.
Young es el primer ciclista estadounidense que muere en una carrera importante en Norteamérica en casi dos décadas.
Su equipo, Axeon Hagens Berman, infirmó que Young murió el viernes por la noche en Tucson, Arizona.
El equipo indicó que Young sufrió un accidente el domingo mientras competía en una carrera en Nuevo México.
TITULO: REVISTA TENIS - Rafa Nadal conquista el Trofeo Conde de Godó,.
foto, Rafa Nadal conquista el Trofeo Conde de Godó y suma su segundo 10 en Barcelona
El mallorquín aniquila mentalmente a Thiem y le supera en dos mangas en la final del Open Banc Sabadell,.
La final decepcionó. Se esperaba un duelo a muerte entre los dos tenistas más en forma del momento, pero solo duró una manga. Rafael Nadal,
el mejor jugador de la historia en tierra batida, impuso su ley de una
forma inexorable y fue aniquilando mentalmente a Dominic Thiem hasta
convertirle en un jugador mediocre. Su victoria fue absoluta,
incuestionable. Se impuso por 6-4, 6-1 en una hora y 30 minutos y se
anotó el décimo triunfo en el Open Banc Sabadell- Trofeo Godó de
Barcelona. Era el segundo 10 que colocaba en su palmarés después de haber conquistado la semana pasada el torneo de Montecarlo.
Ningún otro tenista ha logrado ganar 10 veces el mismo torneo. Nadal ha
inscrito su nombre en 10 ocasiones ya en dos torneos y Roland Garros
podría ser el tercero.
“¿Cómo logra seguir ganando de esta forma cuando ya lo ha conseguido todo?”, le preguntó el exjugador Àlex Corretja en la misma pista central. Y Rafa concedió una de las claves que ha marcado toda su carrera: “Sin dar excesiva importancia a las victorias o a las derrotas. Sin permitir que todo eso afecte mi mentalidad y mi juego”. Palabras inspiradas en un poema titulado If del británico Rudyard Kipling, que figura en la entrada del vestuario de Wimbledon. “Es un día muy especial para mí porque he ganado diez veces en mi propio club y ante mi familia que siempre me ha apoyado. Sin ellos todo eso habría sido imposible”.
La trayectoria de Nadal es impensable. Cuando había ganado su segundo título del Grand Slam, Corretja hizo una sentencia que ahora adquiere todavía más vigencia. “En solo estos dos o tres años, Rafa ha hecho mucho más que toda nuestra generación juntos. Y hasta dónde puede llegar es impredecible”. El campeón del Masters de 1998 no podía ni imaginarse que unos cuantos años más tarde, Nadal estaría levantando su décimo trofeo en Montecarlo y en el Godó. Y mucho menos que habría conseguido coronarse 14 veces en el Grand Slam, nueve de ellas en Roland Garros. Es el tenista que más títulos ha ganado en tierra batida, con 51, y lleva 71 en el global de su carrera –Connors atesora 109-, es también el segundo en la lista de victorias en los Masters 1000, con 29, a solo un título de Djokovic.
Todos estos números le acreditan como el mejor jugador de la historia en tierra batida. Y el peso de ese título fue determinante en la final del Open Banc Sabadell. No solo por lo que significa, sino, básicamente, por la forma como lo ha conseguido, es decir, mostrando un nivel de juego inalcanzable, una regularidad increíble y, sobre todo, una mentalidad inquebrantable. Fueron esas las armas que utilizó Nadal para derrotar a la promesa más emergente del circuito mundial. Thiem aguantó el ritmo del campeón en la primera manga y demostró que posee el tenis suficiente para estar en la élite, entre los mejores. Pero en los momentos decisivos, le faltó la consistencia que concede solo la experiencia y la tranquilidad de saber que puede ganar a los más grandes.
Lo que determina la grandeza de un jugador, no son los puntos que se ganan en el camino hacia la victoria, sino los que la determinan. Thiem mostró todo su potencial hasta el 4-4 de la manga inicial. Pero allí, Rafa ganó su saque en blanco y en el siguiente juego, cuando Nadal dispuso del primer set-ball, el austriaco falló el primer saque y luego tiró su primer revés a la red. Y aquella mentalidad ganadora, aquel espíritu de joven capaz de comerse el mundo, aquellos golpes que ajustaba a las líneas, todo ello se fue diluyendo a medida que Nadal se iba mostrando como el mejor de la tierra batida. La conclusión fue un 6-1 inesperado.
Pero el resultado responde a lo que ocurrió en la central que lleva el nombre de Rafael Nadal. El mallorquín jugó el nivel de sus mejores días. Realizó un partido inconmensurable, buscando el revés de su rival para encontrar tiempo de colocar su drive y poder ir desplazando a su rival hasta hacerle perder los nervios. En Barcelona, Nadal encontró su mejor tenis. Y si es capaz de mantener este ritmo, sin lesiones, será difícil que alguien pueda impedir verle levantar por décima vez la copa de los Mosqueteros en Roland Garros.
“¿Cómo logra seguir ganando de esta forma cuando ya lo ha conseguido todo?”, le preguntó el exjugador Àlex Corretja en la misma pista central. Y Rafa concedió una de las claves que ha marcado toda su carrera: “Sin dar excesiva importancia a las victorias o a las derrotas. Sin permitir que todo eso afecte mi mentalidad y mi juego”. Palabras inspiradas en un poema titulado If del británico Rudyard Kipling, que figura en la entrada del vestuario de Wimbledon. “Es un día muy especial para mí porque he ganado diez veces en mi propio club y ante mi familia que siempre me ha apoyado. Sin ellos todo eso habría sido imposible”.
La trayectoria de Nadal es impensable. Cuando había ganado su segundo título del Grand Slam, Corretja hizo una sentencia que ahora adquiere todavía más vigencia. “En solo estos dos o tres años, Rafa ha hecho mucho más que toda nuestra generación juntos. Y hasta dónde puede llegar es impredecible”. El campeón del Masters de 1998 no podía ni imaginarse que unos cuantos años más tarde, Nadal estaría levantando su décimo trofeo en Montecarlo y en el Godó. Y mucho menos que habría conseguido coronarse 14 veces en el Grand Slam, nueve de ellas en Roland Garros. Es el tenista que más títulos ha ganado en tierra batida, con 51, y lleva 71 en el global de su carrera –Connors atesora 109-, es también el segundo en la lista de victorias en los Masters 1000, con 29, a solo un título de Djokovic.
Todos estos números le acreditan como el mejor jugador de la historia en tierra batida. Y el peso de ese título fue determinante en la final del Open Banc Sabadell. No solo por lo que significa, sino, básicamente, por la forma como lo ha conseguido, es decir, mostrando un nivel de juego inalcanzable, una regularidad increíble y, sobre todo, una mentalidad inquebrantable. Fueron esas las armas que utilizó Nadal para derrotar a la promesa más emergente del circuito mundial. Thiem aguantó el ritmo del campeón en la primera manga y demostró que posee el tenis suficiente para estar en la élite, entre los mejores. Pero en los momentos decisivos, le faltó la consistencia que concede solo la experiencia y la tranquilidad de saber que puede ganar a los más grandes.
Lo que determina la grandeza de un jugador, no son los puntos que se ganan en el camino hacia la victoria, sino los que la determinan. Thiem mostró todo su potencial hasta el 4-4 de la manga inicial. Pero allí, Rafa ganó su saque en blanco y en el siguiente juego, cuando Nadal dispuso del primer set-ball, el austriaco falló el primer saque y luego tiró su primer revés a la red. Y aquella mentalidad ganadora, aquel espíritu de joven capaz de comerse el mundo, aquellos golpes que ajustaba a las líneas, todo ello se fue diluyendo a medida que Nadal se iba mostrando como el mejor de la tierra batida. La conclusión fue un 6-1 inesperado.
Pero el resultado responde a lo que ocurrió en la central que lleva el nombre de Rafael Nadal. El mallorquín jugó el nivel de sus mejores días. Realizó un partido inconmensurable, buscando el revés de su rival para encontrar tiempo de colocar su drive y poder ir desplazando a su rival hasta hacerle perder los nervios. En Barcelona, Nadal encontró su mejor tenis. Y si es capaz de mantener este ritmo, sin lesiones, será difícil que alguien pueda impedir verle levantar por décima vez la copa de los Mosqueteros en Roland Garros.
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