DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES - CACERES DEL ALMA, fotos.
Cáceres del alma,.
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Tras cubrirse nazarena y destaparse casetera, la ciudad descansa,.
Llevaba una serpiente de peluche de dos metros rodeándole el cuello. Ella medía más de un metro ochenta. Su pelo era negro, muy estirado y rematado en una larga coleta. Sus labios, grandes, eran todo beso y estaban pintados de un negro más oscuro que su pelo. Llevaba una blusa blanca, una falda corta y unas uñas caleidoscópicas. Tendría 18 años y paseaba por la feria de Cáceres con garbo y seguridad, indiferente a las miradas de sorpresa que despertaba y disfrutando de las luces, las atracciones, las músicas mezcladas y el barullo general al que ella contribuía con su estilo y su serpiente.
La feria de Cáceres es un crisol de tendencias populares que te permite descubrir, en una hora, lo que se lleva, lo que mola, lo que gusta. Y entiendes de una vez, sin tener que estudiar ningún tratado sobre franquicias y negocios ni asistir a un curso sobre emprendimiento, por qué abren en las ciudades españolas tantas peluquerías, por qué las miniboutiques de cosmética hacen furor, por qué hay cola en una franquicia de estética de uñas que ha abierto en pleno centro.
Coches de choque, ratón vacilón, noria, barco vikingo y la pasarela de moda por excelencia, el Fashion Week cacereño de cada mes de mayo: el Master, ese «cacharro» atendido por mozos pintureros y sensuales, que encandila a los adolescentes y enseña en tres minutos más que las cristaleras de un quiosco de prensa lleno de 'vogues', 'elles' y suplementos dominicales.
Las uñas. He ahí el último grito de la estética. Manicura franquiciada que triunfa en Cáceres y llega desde Portugal. Chicas que ponen sus manos a disposición de profesionales que colocan uñas de gel en sus dedos convirtiendo el final de las extremidades en el principio de un sueño.
Hay una estética atrevida y rompedora de feria. Esto no es Manhattan ni Berlín, pero al amparo de casetas muniquesas y bailarines dominicanos, la desinhibición se impone y, durante una semana, Cáceres se despendola como en los tiempos anteriores al obispo Llopis Ivorra, el cancerbero histórico de la perdición cacereña, el guardián de la moral y las buenas costumbres, azote de lupanares, bailes amarraditos los dos y piscinas mixtas. Con él, Cáceres se moderó y, morigerada y prudente, entronizó el decoro que solo se perdía en las ferias, cuando los barrios y los pueblos, más naturales, más libres, tomaban el ferial y lo llenaban de frescura.
Uñas locas, labios pérfidos, pelos híspidos, ropas rotas. Todo vale en las ferias de Cáceres. Pero ya es lunes y se acaba el paréntesis. La temporada alta, entre Semana Santa y Feria, las dos manifestaciones cívicas que mejor funcionan en esta ciudad, se diluye en manifestaciones culturales minoritarias (arte, teatro) antes de ser derrotados por el sopor del verano. La ciudad sestea hasta octubre e hiberna hasta abril. Después, contradictoria y feliz, se cubre nazarena y se destapa casetera. Cáceres del alma, qué fácil es quererte y qué difícil vivirte.
TITULO: DESAYUNO CENA - JUEVES - VIERNES - ARTISTAS DEL 10%,.
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Artistas del 10%,.
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Los representantes de músicos y actores pueden lanzar o hundir sus carreras. A menudo viven una relación de amor-odio que con frecuencia acaba en los tribunales. «Si cada uno va por su lado, mejor dejarlo»,.
Acababa de lanzar su cuarto 'single', 'Love Me Tender', e iniciaba una vertiginosa carrera cinematográfica. Empezaba a cosechar sus primeros éxitos tras años sin despuntar en la música cuando su agente, Tom Parker, le sugirió algo que a priori parecía descabellado. El que fuera manager de Elvis Presley durante toda su vida le propuso marcharse a hacer el servicio militar en plena efervescencia de su carrera. Había que 'limpiar' su imagen de ídolo rockero de jóvenes y ganarse al público más conservador. Fue una decisión arriesgada, pero no se equivocó. La estrategia de marketing le funcionó tan bien como el cambio de imagen que unos años después Brian Epstein imprimió a los Beatles. Les hizo trocar los vaqueros y la chupa de cuero por el traje y la corbata. Les convenció para que hicieran algo tan elemental hoy día como una reverencia sincronizada al final de cada concierto para despedirse del público. La banda confiaba ciegamente en este joven gay de familia judía poseído por un excepcional espíritu emprendedor, que le valió ser conocido como el 'quinto Beatle'.
En ambos casos, sus representantes fueron decisivos en el éxito que tuvieron, pero también de parte de las pérdidas económicas que sufrieron años después. Parker fue acusado de despilfarrar los ingresos de Elvis y de cobrar unos honorarios excesivos (casi el 50% de las rentas de Elvis), mientras que Epstein se dejó devorar por las editoriales musicales, a las que permitió llevarse el 40% de los derechos de las canciones de Lennon y McCartney mientras el grupo cobraba una miseria en regalías de la discográfica por no gestionar buenos contratos.
A la sombra de quienes emprenden una carrera, ya sea musical, cinematográfica, deportiva o literaria, suele haber personas que se preocupan de todo aquello que no tiene que ver propiamente con el trabajo del artista. Son los representantes. Sus días transcurren colgados al teléfono, buscando proyectos, hablando con directores de casting, negociando contratos, cerrando conciertos o llevando una agenda para que su representado llegue puntual a todo. Le plantean oportunidades y le ayudan a tomar decisiones. «Estamos para intentar hacer una buena carrera del actor o sembrar para que en el futuro lo sea», apunta Antxo Rodríguez, abogado y representante de la Agencia Alterego, que creó hace cinco años y que en la actualidad lleva a actores como Silvia Abril y José Corbacho y directores como Isabel Coixet.
Pero negocios y familia se cruzan con demasiada frecuencia, y no siempre con buenos resultados. Aún resuenan los ecos de las peleas de los Sánchez Vicario cuando los padres de Arantxa dejaron 'pelada' a la tenista, o de los lamentos de la actriz Carmen Maura, que otorgó poderes universales a su marido y éste la dejó con 170 millones de las antiguas pesetas en deudas. En otros casos fue lo contrario. El propio Salvador Dalí confesó que, de no haber conocido a su mujer, Gala -que a la postre, además de amante y musa, se convertiría en su agente-, no habría llegado a ser el pintor universal que fue: «Ahora tengo el convencimiento de que no soy tan mediocre como creía gracias a ella, que siempre confió en mi gran talento», aseguraba.
Muchos representantes llegan a este mundo por casualidad, con frecuencia porque conocen personalmente a creadores que precisan de un asesor. En muchas ocasiones se convierten en su mano derecha y los representados confían su futuro y sus ahorros a esa persona sin pensárselo dos veces. Así comenzó la relación del cantante Luis Miguel y su exmanager William Brockhaus, un empresario a quien le pidió en 2011 que fuera su agente por la amistad que tenía desde la infancia con su esposa, Michelle Salom. Pero aquello acabó como el rosario de la aurora después de que 'El Sol' mexicano (como se le conoce al cantante) dejara de pagarle. Tras dos años de batallas legales en Estados Unidos, una jueza de California ordenó el embargo del Rolls Royce del artista para saldar una deuda que superaba el millón de dólares.
En el caso de Luis del Olmo, ninguna compensación económica le resarcirá del inconmensurable quebranto que su administrador, la persona en la que creyó para que gestionara su patrimonio, le hizo al periodista. Rogelio Rengel, al que consideraba como un «hermano», cumple ahora diez años y medio de cárcel por haberle estafado más de 14 millones de euros. Se le acusó de destinar ese dinero a fines propios y a solventar las necesidades económicas de 'Don Balón', una publicación que arrastraba pérdidas desde hacía años. Del Olmo tenía una «confianza ciega» en él y le firmaba documentos mientras realizaba el programa 'Protagonistas'. «Hasta el propio juez, y sé que me lo dijo desde el cariño, me advirtió de que no se podía depositar toda la confianza en una única persona para la gestión de tanto dinero. 'Señor Del Olmo, ni siquiera en un hermano', me dijo», relata a este periódico este profesional de la radio que hoy solo aspira a olvidar todo lo que ha ocurrido, «a levantarme cada mañana y no obsesionarme, porque, si no, mueres de pena».
Las diferencias a la hora de enfocar una carrera, la escasez de oportunidades o simplemente que al representado no le cuadran las cuentas son motivos suficientes para zanjar años de trabajo en común. Dice el polifacético Mario Vaquerizo, el que fuera representante de Elsa Pataki, que «en cuanto uno de los dos empieza a ir por otro lado, es mejor dejarlo».
Morgan Britos, representante del grupo Marlango y Coque Malla, entre otros, y exmanager de Jarabe de Palo, mantiene que para ser bueno en esto es fundamental conocer bien el sitio en el que te mueves y tener una idea clara de cómo llevar al artista, «aunque al final es el público quien tiene la última palabra». Los buenos contactos son clave, pero también tener un buen olfato para descubrir nuevos talentos. «Hay que combinar esto último con la representación de veteranos si quieres garantizarte unos mínimos ingresos», advierte un agente de jugadores de baloncesto que prefiere mantener su anonimato.
En cuanto a los agentes literarios, sus comisiones van en función de los adelantos que los editores pagan al autor cuando contratan un libro. «Ese adelanto se calcula siempre en función de la tirada y el precio de venta al público que tenga la edición y va a cuenta de unas regalías», explica Maribel Luque, agente literaria de la Agencia Carmen Balcells.
Pese a las sombras de sospechas que en ocasiones nublan a la profesión, Francisco López, presidente de la Asociación de Representantes Técnicos del Espectáculo (ARTE), defiende su labor. «Malas prácticas hay en todos los sectores, aunque en éste, al ser sus protagonistas más mediáticos, suelen tener más repercusión», aclara. En este sentido, no esconde el enorme daño que el exrepresentante de El Canto del Loco le hizo a su sector, «porque en este país cuando alguien hace algo reprobable se tiende a generalizar». El Tribunal Supremo condenó a dos años de prisión, una multa y una fuerte indemnización al agente del grupo, Carlos Vázquez, por quedarse con parte de los beneficios de las giras que éste hizo en 2008.
Donde hay confianza suele haber abusos, pero una gran parte de los profesionales cree que esa complicidad es inevitable y, a la vez, necesaria para la proyección profesional. «Lo que nunca debe ocurrir es que el artista piense que el mánager es el que mueve todos los hilos, que va por libre y que él no tiene ni voz ni voto», recalca María Pellicer, agente del grupo Dry Martina y El Kanka.
Es difícil no caer en la trampa cuando quien vela por el dinero es el amigo de toda la vida. Los hermanos Pau y Marc Gasol nunca imaginaron que Arturo Ortega, su agente desde la adolescencia, y Enrique Rodríguez, encargado de gestionar la imagen y los contratos publicitarios de los Gasol, pudieran llegar a quedarse con el dinero de unos préstamos avalados por los deportistas, por lo que interpusieron una querella hace tres años. «En el negocio deportivo, las relaciones personales lo son todo y a veces hasta se prescinde de contratos», afirma el representante de jugadores de baloncesto consultado.
Recientemente, el administrador de los negocios de la cantante canadiense Alanis Morissette admitió haberle robado 4,8 millones de dólares entre 2010 y 2014. Y el último que se ha visto obligado a acudir a la Justicia ha sido Johnny Depp, que presentó una demanda contra sus exrepresentantes, a quienes acusa del mal manejo de sus ganancias a lo largo de su carrera, si bien la compañía aseguró que la culpa es del actor por la manera de derrochar su dinero.
Pese a todo, quienes conocen la profesión niegan que en ella se juegue sucio y que haya más estafadores entre los mánager que en cualquier otro oficio. «Depende de la persona. Y no olvidemos que por encima de todos nosotros está el señor Montoro», sentencia Britos.
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