¡ ATENCION Y OBRAS ! CINE,.
¡Atención y obras! es un programa semanal que, en La 2, aborda la cultura en su sentido más amplio, con especial atención a las artes escénicas, la música, los viernes a las 20:00 presentado por Cayetana Guillén Cuervo, etc, foto,.
REVISTA FARMACIA - Entrevista con Espido Freire,.
Entrevista con Espido Freire - Escritora , foto.
El chico de la flecha", segunda novela juvenil de Espido Freire (Bilbao, 1974), pretende ser una excusa para acercar la historia clásica a los niños contemporáneos a través de las vicisitudes de Marco, un niño de 12 años en la Emérita Augusta del siglo I después de Cristo.
El libro, que se presenta esta noche en el Museo Nacional de Arte Romano, cuenta la historia de un niño, que puede ser la de cualquier otro de su edad, pero en una época marcada por situaciones como la existencia de hombres libres y esclavos, según ha explicado a Efe la escritora, que señala que quiere dirigir a sus jóvenes lectores hacia la importancia de tomar buenas decisiones."Yo no intento darle sesgo al libro, sino decirle a los que lo lean qué le ocurre al protagonista en función de decisiones que toma, que nada es blanco o negro, que todo tiene matices y que él con doce o trece años ya pueda entender esto y dar una opinión", ha señalado.
Asegura que en ningún momento pretende dar "moralejas", porque las odia con toda su alma desde que era niña, ya que pensaba que le tomaban "por tonta" cuando se las daban, algo que le sigue ocurriendo de adulta, aunque "ahora ya no son moralejas, sino consignas".
Espido Freire pretende con este libro ayudar a enseñar a los jóvenes a ser responsables de sus decisiones "y que estas no partan únicamente de un impulso, sino de cierta reflexión y que es importante un respeto hacia los demás".
Como ejemplo, relata que el protagonista, que a primera vista ha tenido mala suerte en la vida, ya que perdió a sus padres y vive con unos tutores y una hermana pequeña "que es un incordio", tiene como mejor amigo "a su esclavo, que le pertenece".
A su juicio, este hecho hace ver la realidad de una manera distinta: entre la libertad y la privación de ella y entre el que tendrá poder y el que no, además de que esa hermana que tanto le incordia tampoco tendrá ningún tipo de derechos en esa sociedad, por lo qué él, que es un privilegiado, tiene que empezar a entender que supone eso.
Espido Freire confiesa que la historia nace de su obsesión por la historia, en particular de la época entre el siglo I antes de Cristo y el I después de Cristo, y a que siempre le ha gustado mucho contar historias desde niña a sus amigas.
Fue precisamente un fin de semana en Mérida con una de estas amigas de la infancia, cuando esta le preguntó "por qué no escribía una historia de romanos para chavales", le pareció una buena idea y aunque ha tardado "aquí esta "'El chico de la flecha'".
En cuanto a paralelismos con la actualidad, para Espido Freire, aunque han pasado más de dos mil años "se siguen cometiendo los mismos errores a las mismas edades", y la evolución de los niños es muy similar, ya que la que ha sufrido más cambios es la de las chicas.
TITULO: VIAJANDO CON CHESTER - EN HERVAS NO HAY INFARTOS,.
VIAJANDO CON CHESTER ,.
Viajando con Chester es un programa de televisión español, de género periodístico, presentado por Pepa Bueno, en la cuatro los domingos las 21:30, foto, etc.
EN HERVAS NO HAY INFARTOS,.
En Hervás no hay infartos, foto.
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A la villa judía acuden urbanitas en busca de tranquilidad,.
En Hervás, hasta los azucarillos tienen mensaje. En la calle Braulio Navas, más conocida popularmente y en los callejeros en inglés como 'La Peatonal', hay un bar llamado Divino, donde, mientras tomas café, puedes leer, antes de echarte el azúcar, frases bienintencionadas del tipo: «La brevedad es hermana del talento... Hoy voy a conseguir todo lo que me proponga... Ámame cuando menos lo merezca, ya que es cuando más lo necesito».
En Hervás, hasta los azucarillos son herramientas de autoayuda. El pueblo, en general, parece un universo para recuperarse a uno mismo, reencontrarse con uno mismo, superarse a uno mismo... Y esta terraza del Divino ayuda, no tanto por los azucarillos, que también, sino por la sombra arbolada, la brisa, la tranquilidad y el entretenimiento de ver pasar a las gentes del pueblo por La Peatonal.
Si hace fresco o llueve, enfrente, en el bar Carlitos, que también se presenta como Karlitos, jugando a ser café sosegado de día y bar de kopas intensas de noche... En el Carlitos, digo, se está muy a gusto en sus veladores y sus sillas estilo café literario de los 50. Hervás es así, un sitio distinto habitado por gentes extrañas llegadas desde grandes ciudades en busca de otra forma de vida. No sé si la encuentran, pero, desde luego, el ambiente ayuda a sentirse habitante de un lugar pequeño con todo a mano, pero con algunos estímulos propios de la gran ciudad.
Si el comercio es síntoma y símbolo, el de Hervás comunica enseguida modernidad y riesgo, atreverse y esmerarse. Vas paseando y desde los escaparates te van explicando la realidad de la villa, los productos del mundo de Marisa Vega, los instrumentos musicales de Ambroz, los productos típicos de Maquila... Adobe, El Lagar, Exea Food and Design... Tiendas con gusto para entretener el paseo.
Un alto en La Cordobesa para tapear un salmorejo delicioso, espectacular. Un rato en la pastelería La Extremeña para descubrir dónde se hornean los dulces típicos más finos. No, no son ganas de agradar ni prosa turística de baratillo, háganme caso: en La Extremeña hacen unos hojaldres, unas pastas de piñones, unas perrunillas que se deshacen gustosas en la boca y te llevan a esa infancia lejana de tías abuelas amasando y cociendo dulces de verdad. Esa verdad está en las vitrinas de la pastelería La Extremeña de Hervás.
Y de allí, al obrador de Abigaíl Cohen Kosher y José Antonio, su marido, que elaboran pastas judeo-sefardíes y las venden por toda la Península Ibérica. Son pastas preparadas según recetas centenarias guardadas por los abuelos paternos de Abigaíl, descendientes de judíos sefardíes expulsados de España en 1492.
Repostería judía como las orejas de Hamán rellenas de pasas y semillas de amapolas, los maamul rellenos de dátiles y nueces, las roscas saladas de sésamo, con el toque extremeño de pimentón de la Vera, y otras pastas que se distribuyen por las juderías españolas y se despachan en Belmonte, capital portuguesa del criptojudaísmo, en el museo sefardí de Toledo y en tiendas selectas de los barrios judíos de Córdoba, Segovia, Gerona, Toledo, Granada o Ávila.
Partimos ya de Hervás y recordamos una frase que me dijo hace años Abigaíl Cohen Kosher y que debería estar escrita en los azucarillos con mensaje del bar Divino: «En Hervás, nadie se muere de infarto».
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