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foto - Roberto Carlos en Campo de Estrellas de Real Madrid TV,.
TITULO: EL TRANVIA DEL TIEMPO - QUEMAR UN AUTOBUS,.
EL TRANVIA DEL TIEMPO - QUEMAR UN AUTOBUS, fotos,.

Algo así pasa con los encarcelamientos del viernes. Muchos opinan que el Gobierno y sus jueces, como si fuesen peones de Rajoy, están regresando a 1939, sin que el Govern hiciera nada censurable. Por una simple “decisión administrativa”, en palabras de la portavoz del Ayuntamiento madrileño; por expresar libremente “ideas” según la versión más generalizada, de Puigdemont hacia abajo. De hecho “las ideas” consistieron en proclamar una república independiente en contra de la Constitución y por un procedimiento atentatorio contra la democracia. Volviendo al relato, quemaron tan contentos el orden constitucional. Algo más que libertad de expresión.
La argumentación soberanista es lógica: es su única baza. Sorprende en cambio la apasionada adhesión de una supuesta izquierda, la de comunes y Pablo Iglesias. Es justamente Ada Colau quien roza el virtuosismo al presumir de equidistante mientras carga día a día contra el Gobierno y avala un frentismo “catalanista”, que aspira a liderar. La cascada de declaraciones responde siempre a un vacío deliberado: toda acción gubernamental (actuación de los jueces incluida) supone un ataque a Cataluña; la responsabilidad del Govern nunca importa. La coartada, para ella e Iglesias, es haberse opuesto a la declaración unilateral de independencia, con lo cual sientan plaza de objetivos. Pero el distanciamiento bien leve —“la república es un asunto muy serio”— no lleva a reflexionar sobre sus consecuencias ni sus responsabilidades. Únicamente planteó Colau que “expliquen la situación”. Y como es equidistante, pidió en The Guardian que se realizase el mayor deseo del Govern: la mediación del Consejo de Europa.
Las dudas desaparecieron frente al 155: “la aniquilación del autogobierno”. Como Iglesias, piensa que las elecciones son inútiles. Para eso están las manifestaciones, señales de que el Gobierno nunca resolverá nada; las independentistas, claro, las otras no cuentan. Por lo demás, el Govern sigue siendo legítimo y los encarcelamientos, “un ataque a las instituciones catalanas” con deriva del Estado hacia “el autoritarismo”. En un perfecto ejercicio de cinismo, para Colau e Iglesias la quema del autobús nunca tuvo lugar.
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