EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - 14- Septiembre ,.
Conducido por Toñi Moreno, el espacio investiga el árbol genealógico de los personajes más queridos de nuestro país. El martes- 14- Septiembre , a las 22:30 por antena 3, etc.
EL SILENCIO POR FAVOR -
DESAYUNO - CENA - DOMINGO - LUNES -Marian Rojas ,.
EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - LUNES - Marian Rojas ,fotos.
Marian Rojas,.
Marian Rojas: "Las plataformas que ayudan a encontrar pareja han metido a mucha gente en un pozo",.
Madrid, 1983. Soy médica psiquiatra y, tras publicar 'Cómo hacer que te pasen cosas buenas' (26 ediciones y 350.000 ejemplares vendidos), presento ahora 'Encuentra tu persona vitamina' (Espasa).
XLSemanal. Su primer libro lo terminó con un hijo ingresado en el hospital, embarazada de otro…
Marian Rojas. Esta vez me pilló la pandemia, otro hijo que nació, la nevada Filomena, la gestión psicológica de muchos pacientes por la COVID…
XL. No sé si animarla a escribir el tercero, por lo que le pueda pasar.
M.R. [Ríe] Ahora quiero una etapa de tranquilidad para seguir formándome y hacer llegar el mensaje de este libro a quien le pueda ayudar.
XL. Asegura que el 90 por ciento de las cosas que nos preocupan no ocurre jamás. ¡Qué pérdida de tiempo!, ¿no?
M.R. Exacto, lo que no deja de ser un mensaje esperanzador. Lo importante es que, aunque aquello que nos preocupa jamás vaya a ocurrir, nuestro cuerpo y nuestra mente lo viven como real.
XL. ¿La COVID nos ha mostrado que somos más vulnerables de lo que imaginábamos?
M.R. Una de las cosas que más nos enferma es la obsesión por controlarlo todo, y el virus nos ha demostrado que no podemos controlar nada. El futuro no se puede controlar.
Mejor prevenir...
«Café con leche, zumo de naranja, un kiwi, una tostada de pan con tomate y jamón, y dos galletas María. Es que luego no sé a qué hora voy a comer...».
Cena,.
XL. Relaciona el confinamiento con el aumento de bótox y las mejoras estéticas.
M.R. Sí, vernos cada día en una pantalla teletrabajando ha hecho que analicemos nuestros rasgos faciales con mucha intensidad y que queramos mejorarlos.
XL. También dice que ha aumentado el consumo de pornografía.
M.R. Sí. Incluso una de las plataformas más importantes regaló pornografía prémium durante el confinamiento. En Estados Unidos, el 50 por ciento de los divorcios se debe al consumo de porno.
XL. Se muestra contraria a las plataformas que ayudan a encontrar pareja.
M.R. Conozco a personas a las que les ha funcionado, pero también a muchísimas a las que les perjudicó: les ha mermado su autoestima y metido en un pozo.
XL. Aconseja buscar pareja del mismo nivel cultural y social.
M.R. Una de las cosas que más nos hace sufrir es el desamor. Por eso abogo por encontrar una pareja lo más afín a ti, porque te aporta seguridad y confianza.
XL. Dice que, en pareja, el sexo hay que hacerlo aun cuando no apetezca.
M.R. La oxitocina es la hormona del vínculo y se activa en las relaciones sexuales. Una pareja sin sexo corre el riesgo de desgastarse y perder la ilusión. La oxitocina nos mantiene unidos en nuestra relación.
XL. ¿Y la oxitocina con uno mismo?
M.R. Yo recomiendo pensamientos positivos y de gratitud hacia uno mismo: la música, las mascotas, el canto… Son otras maneras de generar oxitocina.
LUNES-13- Septiembre Imprescindibles ,.
Imprescindibles, serie de documentales sobre los personajes más destacados de la cultura española del siglo XX cada semana en La 2, el lunes -13- Septiembre a las 21:00,.
Muere Jordi Rebellón actor,.
foto - Muere Jordi Rebellón, famoso por su papel de doctor Vilches en 'Hospital central',.
El actor ha fallecido a los 64 años tras sufrir un ictus este martes 7 de septiembre,.
Mitad George Clooney, mitad Doctor Vilches. Así era conocido Jordi Rebellón (Barcelona, 1964) y así será recordado. Este miércoles, el actor catalán ha fallecido a los 64 tras sufrir un ictus el pasado martes.
«Estaba convencida de que salías de esto, compi. Incluso ayer cuando ya no pintaba bien», señala la actriz Lidia San José en su cuenta de Twitter. «Nos dejas un gran vacío». «Siempre estarás en nuestros corazones», añadía Garay Talent, su agencia de representación
Durante 12 años, Rebellón paseó por los pasillos del Hospital Central de Telecinco, un personaje que «recuerda con mucho cariño», aseguraba en todas las entrevistas cuando era preguntado por Rodolfo Vilches.
Antes de recalar en las urgencias de la mítica serie española, Rebellón pasó por los estudios de Médico de familia. Entre sus últimos proyectos en televisión se encuentran las series 'Servir y proteger' y 'Mercado central', ambas de TVE.
Además, en el año 2015 participó en la decimosexta temporada de 'Cuéntame cómo pasó' para dar vida a José Ignacio, el casero de Inés y Toni. Una vida dedicada a la pequeña pantalla y también al teatro.
Sin embargo, no fue casi hasta los cuarenta años cuando pudo dedicarse plenamente a su pasión. Con 37 años, Rebellón recorría las calles de su Barcelona natal con una pequeña Vespa para entregar cartas urgentes en diferentes puntos de la ciudad.
Cartero y actor a media jornada, porque en los huecos libres que le quedaban buscaba un papel entre casting y casting. Así llegó su primera gran oportunidad delante de las cámaras: 'Médico de familia' en Telecinco'.
Un actor de función pública
Catorce episodios en la serie de Emilio Aragón, toda una premonición, ya que allí comenzó la unión de Rebellón con la medicina, al menos en la ficción. El actor barcelonés daba vida a Ángel Valverde, un doctor con no muy buen humor. Luego llegó el ascenso a Hospital Central y el nacimiento del mítico Doctor Vilches.
Pero antes de llegar al éxito televisivo, como médico, Jordi Rebellón también paso por otros cargos públicos. Su verdadero debut en las pantallas de los españoles se produjo al lado de Espinete y compañía a mediados de los años 90.
Un joven Rebellón era el alcalde del barrio más famoso de la televisión española: Barrio Sésamo. Luego dejó la alcaldía para enfundarse el tricornio del Sargento Oroño en 'Makinavaja' de TVE.
Desde 1995 hasta 2021, casi tres décadas, con idas y venidas, en 'caja tonta' y que ha dejado su firma, prácticamente, en todos los canales españoles desde TVE, lugar donde debutó, hasta Telecinco, donde se encumbró, sin olvidar Antena 3, TV3 en Cataluña, o IB3 en las Islas Baleares.
El actor era gran aficionado al fútbol. Su equipo preferido era el Athletic, por influencia de su padre, que nació en el País Vasco.
Vilches, su alter ego televisivo
Su currículum televisivo está repleto de series con renombre: 'Cuéntame cómo pasó', 'Amar es para siempre', 'Servir y Proteger' o las citadas 'Barrio Sésamo' o 'Makinavaja'. El éxito le llegó en pleno efecto 2000.
El 30 de abril de ese año, Telecinco abría las puertas de su Hospital Central que acabaron con 300 capítulos, doce años más tarde. De esos tres centenares, Jordi Rebellón interpretó 256. Así llegó el doctor Vilches a los hogares, un médico irónico y con un particular sentido del humor. El precursor, quizá, de otro gran doctor en la ficción, House.
En las urgencias del mítico hospital pasó siete años consecutivos y una vuelta en 2009 para poner fin al personaje en la última temporada de la serie, donde el mítico doctor fallecía a las puertas de las urgencias donde capítulo a capítulo recibía a pacientes.
Más allá del hospital, la carrera de Rebellón en el medio televisivo fue exitosa. El parón en la serie de Telecinco le llevó hasta TVE con 'Fago' donde dio vida a Mateo Ibarra, el alcalde de la pequeña localidad oscense que da nombre a la ficción, y que fue asesinado en 2007.
Tras este personaje llegó 'Cuéntame cómo pasó', donde encarnó a José Ignacio, pareja de Inés Alcantara, entre las temporadas 16 y 17, poco después de haber concluido otra serie de éxito, 'Sin identidad', en Antena 3.
Además, fue uno de los protagonistas de la segunda temporada de 'Amar es para siempre', entre 2013 y 2014, estuvo en 'Servir y proteger' y, finalmente, en el que es su último crédito televisivo, en la segunda temporada de 'Mercado central'. Más allá de la interpretación, tuvo una sonada actuación invitada en 'Tu cara me suena', donde emocionó a Lolita con su imitación de Antonio Flores.
Además de en la televisión, Jordi Rebellón desarrolló su carrera como intérprete en el teatro con obras como 'Mentiras, incienso y mirra' (2008), 'Don Juan Tenorio' (2010) o 'Desclasificados' (2013) y en el cine con películas como 'La telaraña' (1990), 'La fiebre del oro' (1993), 'GAL' (2006) o 'Enloquecidas' (2008), entre otras.
TITULO: ELLA & - El Al-Qázeres, al completo ,.
El Al-Qázeres, al completo ,.
Tras unos últimos días en los que las jugadoras de la nueva plantilla han llegado a la ciudad de forma escalonada, el Alter Enersun Al-Qázeres finaliza la presente semana con el equipo al completo. De esta forma, el entrenador, Jesús Sánchez, podrá comenzar a trabajar en bloque con vistas al debut liguero del próximo día 25 de septiembre ante el Zamora en el Multiusos.
TITULO:
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA
COMERSELO -PESADILLA EN LA COCINA - JUEVES-16- Septiembre - Doce mariscos y sus vinos,.
PESADILLA EN LA COCINA - JUEVES -16-Septiembre ,.
PESADILLA EN LA COCINA - JUEVES -16-Septiembre ,.
Pesadilla en la Cocina es un programa de
televisión español de telerrealidad culinaria, presentado por el chef
Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves a las 22:30 en La
Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina
vuelve Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta
intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos, etc.
Pesadilla en la Cocina es un programa de
televisión español de telerrealidad culinaria, presentado por el chef
Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves a las 22:30 en La
Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina
vuelve Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta
intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos, etc.
EL BAR ESQUINA - REVISTA
CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - LA COCINA DOMINGO -
LUNES - Doce mariscos y sus vinos ,.
EL BAR ESQUINA - REVISTA
CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - LA COCINA DOMINGO -
LUNES - Doce mariscos y sus vinos ,.
EL BAR ESQUINA - REVISTA
CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - LA COCINA DOMINGO -
LUNES - Doce mariscos y sus vinos ,.
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - LA COCINA DOMINGO - LUNES - Doce mariscos y sus vinos ,.
EL BAR ESQUINA - REVISTA
CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - LA COCINA DOMINGO -
LUNES - Doce mariscos y sus vinos ., fotos,.
Doce mariscos y sus vinos,.
Hemos seleccionado doce mariscos de los más habituales y doce vinos de distintas zonas y uvas adecuados para acompañarlos,.
España es el paraíso del marisco.
Por variedad y, sobre todo, por calidad. En nuestras aguas encontramos
crustáceos y bivalvos para satisfacer todos los gustos. Desde las
cotizadas ostras hasta los modestos mejillones, desde bogavantes y
centollos hasta las gambas rojas o blancas. En estos tiempos en que
tanto se valora el producto, los mariscos españoles son, en su conjunto,
los mejores del mundo. Y, salvo contadas excepciones, están al alcance
de todos. La lista de variedades es larguísima y daría para un tratado.
Por eso hemos seleccionado doce de los más habituales y doce vinos de distintas zonas y uvas adecuados para acompañarlos.
1. Almejas
Pocas cosas mejores que una buena almeja cruda,
regada con unas gotas de limón, con su profundo sabor marino y su
peculiar textura. La almeja es, además, muy agradecida en cocina, ya que
lo mismo protagoniza guisos –a la marinera, su preparación más
emblemática–, que acompaña pescados, arroces, fabas, fideos o alcachofas.
Este molusco bivalbo, que vive
enterrado en la arena, se cultiva sobre
todo en las rías gallegas. De los diversos tipos que se encuentran en el
mercado, las de más calidad son la 'fina' y la 'babosa'. La
primera es
más apreciada por su mayor tamaño y porque aguanta más tiempo viva.
Un vino: Mártires de Finca Allende, viura (Rioja).
2. Berberechos
Escribía Julio Camba que el berberecho es
marisco abundantísimo, pero tan sabroso como si fuera muy raro. Y es
que este molusco, a pesar de su calidad y su excepcional sabor a mar,
tal vez por su bajo precio, no ha sido muy reconocido. Los mariscadores
los capturan aprovechando la bajamar en los fondos arenosos de las rías.
De Galicia proceden los mejores. Se comen tradicionalmente al vapor, aunque no hay que despreciarlos crudos, con un chorrito de limón, o en empanada. Y en lata, claro.
Un vino: Quinta Apolonia de Belondrade, verdejo (Rueda).
3. Bogavante
Uno
de los crustáceos más codiciados. En las rías gallegas y en todo el
Cantábrico se capturan magníficos ejemplares que superan el kilo de
peso. Cocidos enteros, o bien a la plancha, abiertos por la mitad, están
buenísimos. Es un marisco caro ya que sólo se aprovecha la tercera
parte de su peso total. Muy ricos también con arroz o en salpicón.
Cuidado porque los bogavantes nacionales no abundan por lo que es
habitual que nos den otros procedentes de Canadá, sin punto de
comparación.
Un vino: Vallegarcía Viogner, viogner (Pago de Vallegarcía).
4. Camarones
El
más pequeño de los crustáceos es a la vez uno de los más exquisitos y
también de los más caros. Se captura en todos nuestros mares, aunque los
mejores son los de Galicia y el Cantábrico, con carne prieta y sabrosa.
Basta con hervirlos ligeramente en agua con sal durante cinco minutos.
En el Mediterráneo sur se conocen como quisquillas y también son
excepcionales, aunque escasean. Su carne grasa y untuosa permite incluso
comerlas crudas.
Un vino: EM, sidra brut asturiana de Martínez Sopeña.
5. Centollo
Para
muchos es el marisco rey por sabor y textura. Vive en fondos rocosos y
arenosos, en ocasiones a gran profundidad. Su cuerpo redondo y su
caparazón espinoso lo hacen inconfundible. Los gallegos y asturianos son
los más apreciados. Como ocurre con otros mariscos, las hembras, especialmente si están llenas de huevas,
son más sabrosas. Se distinguen por la lengüeta que tienen en la parte
posterior del caparazón: triangular en los machos, redondeada en las
hembras. Se cuecen en agua con sal, introduciéndolos vivos en la
cacerola cuando el agua aún está fría y se dejan hervir entre 20 minutos
y media hora dependiendo del tamaño.
Un vino: Branco de Sta. Cruz, godello y otras uvas (Valdeorras).
6. Cigalas
Con
estos elegantes crustáceos de caparazón duro, color rojo brillante y
carne prieta se reproduce el viejo debate: ¿cocidas o a la plancha? De
ambas maneras están buenas. La plancha para las piezas grandes.
Las terciadas y pequeñas, mejor cocidas, sobre todo si son hembras y
tienen esa delicia que llamamos 'coral'. Se distinguen de los machos
porque estos tienen pinchos en la parte inferior de la cola. Como ocurre
con otros mariscos, buena parte de las que consumimos proceden de otros
mares, sobre todo de Irlanda. Pero en España, desde la costa
mediterránea hasta el Cantábrico, las tenemos de primera.
Un vino: La Calma, chenin blanc (Penedés).
7. Gambas
Aunque todo es opinable, la gamba es el más sabroso de los crustáceos. De ahí que sea, junto con el langostino, el marisco más popular para
los españoles, que dividen su afición entre la roja mediterránea y la
blanca que se captura, sobre todo, en el litoral onubense. Los
partidarios de la blanca la consideran más fina, más aristocrática. Los
de la roja opinan que es más intensa, más pasional, especialmente su
cabeza, de intenso sabor. También se divide la afición a la hora de
prepararlas: cocidas o a la plancha. Cuestión de gustos.
Un vino: Fino Tradición, palomino (Jerez).
8. Langostinos
Julio
Camba, al que no le gustaban mucho, dejó escrito que «los langostinos
son el plato predilecto de las cupletistas principiantas y de los
condenados a muerte». Le faltó añadir «de las bodas». Casi siempre
congelados porque nuestras aguas no producen cantidad suficiente para
abastecer el mercado español, donde son habituales en fiestas y
celebraciones. Los de más calidad son los de Sanlúcar, aunque no les van a la zaga los de Vinaroz
y otros puntos mediterráneos. Estos se venden frescos y a precios
altos, sin comparación con los de los importados, los más frecuentes.
Un vino: Solear en Rama, palomino (Manzanilla de Sanlúcar).
9. Mejillón
Con
sus valvas de color negro azulado y su carne anaranjada, el mejillón
resulta inconfundible. Casi todos los que consumimos proceden de su
cultivo, fundamentalmente de las rías gallegas ya que
Galicia es el mayor productor mundial de estos moluscos baratos y
sabrosos que admiten numerosas preparaciones en la cocina: sencillamente
al vapor, solos o con alguna salsa como la vinagreta; rellenos, también conocidos como 'tigres'; a la marinera; escabechados; en empanada; con arroz… y por supuesto enlatados, que son los más consumidos.
Un vino: Chivite Las Fincas Rosado, garnacha y tempranillo (Navarra).
10. Nécoras
Este crustáceo
de diez patas, dos de las cuales son sus pinzas, no siempre se valora
como merece. Se capturan con nasas, arte de pesca que consiste en un
cesto con cebo del que les resulta imposible salir. Se suelen encontrar
en zonas rocosas. Las mejores son las hembras, especialmente cuando
estas tienen corales, muy sabrosos. Igual que ocurre con los centollos,
se distinguen por la lengüeta que tienen en la parte posterior del
caparazón, con forma de pico en los machos, redonda en las hembras. La
mejor forma de prepararlas es introducirlas en agua fría con sal y
hervirlas durante cuatro o cinco minutos.
Un vino: Enate Chardonnay Fermentado en Barrica, chardonnay (Somontano).
11. Ostras
Consideradas
por muchos como la aristocracia de los moluscos, se disfrutan sobre
todo comiéndolas vivas. Seguramente porque, como escribe
Fernández-Armesto en su 'Historia de la comida', «la ostra, como toda la
comida cruda, resulta fascinante para nosotros porque es anómala:
constituye el regreso a un mundo precivilizado». Tienen fama las
francesas de Arcachon y las gallegas de Arcade, pero hay muchos orígenes. Además de crudas están muy buenas en escabeche.
Un vino: Claude Cazals, chardonnay (Champagne).
12. Percebe
Pese
a su peculiar aspecto estamos ante uno de los mariscos más sabrosos y
cotizados. La enorme dificultad para recogerlos en las rocas batidas por
el mar en las que viven fuertemente adheridos y su escasez son las
causas de que su elevado precio. Puro sabor a mar.
Basta medio minuto en agua con sal que ya esté hirviendo para
disfrutarlos. Hay quien los prefiere calientes, recién hervidos, y quien
opta por tomarlos templados. Los mejores suelen ser los cortos y
gruesos, procedentes del norte de Galicia y de Asturias.
Un vino: Zárate El Palomar, albariño (Rías Baixas).
EL BAR ESQUINA - REVISTA
CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - LA COCINA DOMINGO -
LUNES - Doce mariscos y sus vinos ., fotos,.
Doce mariscos y sus vinos,.
Hemos seleccionado doce mariscos de los más habituales y doce vinos de distintas zonas y uvas adecuados para acompañarlos,.
España es el paraíso del marisco.
Por variedad y, sobre todo, por calidad. En nuestras aguas encontramos
crustáceos y bivalvos para satisfacer todos los gustos. Desde las
cotizadas ostras hasta los modestos mejillones, desde bogavantes y
centollos hasta las gambas rojas o blancas. En estos tiempos en que
tanto se valora el producto, los mariscos españoles son, en su conjunto,
los mejores del mundo. Y, salvo contadas excepciones, están al alcance
de todos. La lista de variedades es larguísima y daría para un tratado.
Por eso hemos seleccionado doce de los más habituales y doce vinos de distintas zonas y uvas adecuados para acompañarlos.
1. Almejas
Pocas cosas mejores que una buena almeja cruda,
regada con unas gotas de limón, con su profundo sabor marino y su
peculiar textura. La almeja es, además, muy agradecida en cocina, ya que
lo mismo protagoniza guisos –a la marinera, su preparación más
emblemática–, que acompaña pescados, arroces, fabas, fideos o alcachofas.
Este molusco bivalbo, que vive
enterrado en la arena, se cultiva sobre
todo en las rías gallegas. De los diversos tipos que se encuentran en el
mercado, las de más calidad son la 'fina' y la 'babosa'. La
primera es
más apreciada por su mayor tamaño y porque aguanta más tiempo viva.
Un vino: Mártires de Finca Allende, viura (Rioja).
2. Berberechos
Escribía Julio Camba que el berberecho es
marisco abundantísimo, pero tan sabroso como si fuera muy raro. Y es
que este molusco, a pesar de su calidad y su excepcional sabor a mar,
tal vez por su bajo precio, no ha sido muy reconocido. Los mariscadores
los capturan aprovechando la bajamar en los fondos arenosos de las rías.
De Galicia proceden los mejores. Se comen tradicionalmente al vapor, aunque no hay que despreciarlos crudos, con un chorrito de limón, o en empanada. Y en lata, claro.
Un vino: Quinta Apolonia de Belondrade, verdejo (Rueda).
3. Bogavante
Uno
de los crustáceos más codiciados. En las rías gallegas y en todo el
Cantábrico se capturan magníficos ejemplares que superan el kilo de
peso. Cocidos enteros, o bien a la plancha, abiertos por la mitad, están
buenísimos. Es un marisco caro ya que sólo se aprovecha la tercera
parte de su peso total. Muy ricos también con arroz o en salpicón.
Cuidado porque los bogavantes nacionales no abundan por lo que es
habitual que nos den otros procedentes de Canadá, sin punto de
comparación.
Un vino: Vallegarcía Viogner, viogner (Pago de Vallegarcía).
4. Camarones
El
más pequeño de los crustáceos es a la vez uno de los más exquisitos y
también de los más caros. Se captura en todos nuestros mares, aunque los
mejores son los de Galicia y el Cantábrico, con carne prieta y sabrosa.
Basta con hervirlos ligeramente en agua con sal durante cinco minutos.
En el Mediterráneo sur se conocen como quisquillas y también son
excepcionales, aunque escasean. Su carne grasa y untuosa permite incluso
comerlas crudas.
Un vino: EM, sidra brut asturiana de Martínez Sopeña.
5. Centollo
Para
muchos es el marisco rey por sabor y textura. Vive en fondos rocosos y
arenosos, en ocasiones a gran profundidad. Su cuerpo redondo y su
caparazón espinoso lo hacen inconfundible. Los gallegos y asturianos son
los más apreciados. Como ocurre con otros mariscos, las hembras, especialmente si están llenas de huevas,
son más sabrosas. Se distinguen por la lengüeta que tienen en la parte
posterior del caparazón: triangular en los machos, redondeada en las
hembras. Se cuecen en agua con sal, introduciéndolos vivos en la
cacerola cuando el agua aún está fría y se dejan hervir entre 20 minutos
y media hora dependiendo del tamaño.
Un vino: Branco de Sta. Cruz, godello y otras uvas (Valdeorras).
6. Cigalas
Con
estos elegantes crustáceos de caparazón duro, color rojo brillante y
carne prieta se reproduce el viejo debate: ¿cocidas o a la plancha? De
ambas maneras están buenas. La plancha para las piezas grandes.
Las terciadas y pequeñas, mejor cocidas, sobre todo si son hembras y
tienen esa delicia que llamamos 'coral'. Se distinguen de los machos
porque estos tienen pinchos en la parte inferior de la cola. Como ocurre
con otros mariscos, buena parte de las que consumimos proceden de otros
mares, sobre todo de Irlanda. Pero en España, desde la costa
mediterránea hasta el Cantábrico, las tenemos de primera.
Un vino: La Calma, chenin blanc (Penedés).
7. Gambas
Aunque todo es opinable, la gamba es el más sabroso de los crustáceos. De ahí que sea, junto con el langostino, el marisco más popular para
los españoles, que dividen su afición entre la roja mediterránea y la
blanca que se captura, sobre todo, en el litoral onubense. Los
partidarios de la blanca la consideran más fina, más aristocrática. Los
de la roja opinan que es más intensa, más pasional, especialmente su
cabeza, de intenso sabor. También se divide la afición a la hora de
prepararlas: cocidas o a la plancha. Cuestión de gustos.
Un vino: Fino Tradición, palomino (Jerez).
8. Langostinos
Julio
Camba, al que no le gustaban mucho, dejó escrito que «los langostinos
son el plato predilecto de las cupletistas principiantas y de los
condenados a muerte». Le faltó añadir «de las bodas». Casi siempre
congelados porque nuestras aguas no producen cantidad suficiente para
abastecer el mercado español, donde son habituales en fiestas y
celebraciones. Los de más calidad son los de Sanlúcar, aunque no les van a la zaga los de Vinaroz
y otros puntos mediterráneos. Estos se venden frescos y a precios
altos, sin comparación con los de los importados, los más frecuentes.
Un vino: Solear en Rama, palomino (Manzanilla de Sanlúcar).
9. Mejillón
Con
sus valvas de color negro azulado y su carne anaranjada, el mejillón
resulta inconfundible. Casi todos los que consumimos proceden de su
cultivo, fundamentalmente de las rías gallegas ya que
Galicia es el mayor productor mundial de estos moluscos baratos y
sabrosos que admiten numerosas preparaciones en la cocina: sencillamente
al vapor, solos o con alguna salsa como la vinagreta; rellenos, también conocidos como 'tigres'; a la marinera; escabechados; en empanada; con arroz… y por supuesto enlatados, que son los más consumidos.
Un vino: Chivite Las Fincas Rosado, garnacha y tempranillo (Navarra).
10. Nécoras
Este crustáceo
de diez patas, dos de las cuales son sus pinzas, no siempre se valora
como merece. Se capturan con nasas, arte de pesca que consiste en un
cesto con cebo del que les resulta imposible salir. Se suelen encontrar
en zonas rocosas. Las mejores son las hembras, especialmente cuando
estas tienen corales, muy sabrosos. Igual que ocurre con los centollos,
se distinguen por la lengüeta que tienen en la parte posterior del
caparazón, con forma de pico en los machos, redonda en las hembras. La
mejor forma de prepararlas es introducirlas en agua fría con sal y
hervirlas durante cuatro o cinco minutos.
Un vino: Enate Chardonnay Fermentado en Barrica, chardonnay (Somontano).
11. Ostras
Consideradas
por muchos como la aristocracia de los moluscos, se disfrutan sobre
todo comiéndolas vivas. Seguramente porque, como escribe
Fernández-Armesto en su 'Historia de la comida', «la ostra, como toda la
comida cruda, resulta fascinante para nosotros porque es anómala:
constituye el regreso a un mundo precivilizado». Tienen fama las
francesas de Arcachon y las gallegas de Arcade, pero hay muchos orígenes. Además de crudas están muy buenas en escabeche.
Un vino: Claude Cazals, chardonnay (Champagne).
12. Percebe
Pese
a su peculiar aspecto estamos ante uno de los mariscos más sabrosos y
cotizados. La enorme dificultad para recogerlos en las rocas batidas por
el mar en las que viven fuertemente adheridos y su escasez son las
causas de que su elevado precio. Puro sabor a mar.
Basta medio minuto en agua con sal que ya esté hirviendo para
disfrutarlos. Hay quien los prefiere calientes, recién hervidos, y quien
opta por tomarlos templados. Los mejores suelen ser los cortos y
gruesos, procedentes del norte de Galicia y de Asturias.
Un vino: Zárate El Palomar, albariño (Rías Baixas).
EL BAR ESQUINA - REVISTA
CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - LA COCINA DOMINGO -
LUNES - Doce mariscos y sus vinos ., fotos,.
Doce mariscos y sus vinos,.
Hemos seleccionado doce mariscos de los más habituales y doce vinos de distintas zonas y uvas adecuados para acompañarlos,.
España es el paraíso del marisco.
Por variedad y, sobre todo, por calidad. En nuestras aguas encontramos
crustáceos y bivalvos para satisfacer todos los gustos. Desde las
cotizadas ostras hasta los modestos mejillones, desde bogavantes y
centollos hasta las gambas rojas o blancas. En estos tiempos en que
tanto se valora el producto, los mariscos españoles son, en su conjunto,
los mejores del mundo. Y, salvo contadas excepciones, están al alcance
de todos. La lista de variedades es larguísima y daría para un tratado.
Por eso hemos seleccionado doce de los más habituales y doce vinos de distintas zonas y uvas adecuados para acompañarlos.
1. Almejas
Pocas cosas mejores que una buena almeja cruda,
regada con unas gotas de limón, con su profundo sabor marino y su
peculiar textura. La almeja es, además, muy agradecida en cocina, ya que
lo mismo protagoniza guisos –a la marinera, su preparación más
emblemática–, que acompaña pescados, arroces, fabas, fideos o alcachofas.
Este molusco bivalbo, que vive
enterrado en la arena, se cultiva sobre
todo en las rías gallegas. De los diversos tipos que se encuentran en el
mercado, las de más calidad son la 'fina' y la 'babosa'. La
primera es
más apreciada por su mayor tamaño y porque aguanta más tiempo viva.
Un vino: Mártires de Finca Allende, viura (Rioja).
2. Berberechos
Escribía Julio Camba que el berberecho es
marisco abundantísimo, pero tan sabroso como si fuera muy raro. Y es
que este molusco, a pesar de su calidad y su excepcional sabor a mar,
tal vez por su bajo precio, no ha sido muy reconocido. Los mariscadores
los capturan aprovechando la bajamar en los fondos arenosos de las rías.
De Galicia proceden los mejores. Se comen tradicionalmente al vapor, aunque no hay que despreciarlos crudos, con un chorrito de limón, o en empanada. Y en lata, claro.
Un vino: Quinta Apolonia de Belondrade, verdejo (Rueda).
3. Bogavante
Uno
de los crustáceos más codiciados. En las rías gallegas y en todo el
Cantábrico se capturan magníficos ejemplares que superan el kilo de
peso. Cocidos enteros, o bien a la plancha, abiertos por la mitad, están
buenísimos. Es un marisco caro ya que sólo se aprovecha la tercera
parte de su peso total. Muy ricos también con arroz o en salpicón.
Cuidado porque los bogavantes nacionales no abundan por lo que es
habitual que nos den otros procedentes de Canadá, sin punto de
comparación.
Un vino: Vallegarcía Viogner, viogner (Pago de Vallegarcía).
4. Camarones
El
más pequeño de los crustáceos es a la vez uno de los más exquisitos y
también de los más caros. Se captura en todos nuestros mares, aunque los
mejores son los de Galicia y el Cantábrico, con carne prieta y sabrosa.
Basta con hervirlos ligeramente en agua con sal durante cinco minutos.
En el Mediterráneo sur se conocen como quisquillas y también son
excepcionales, aunque escasean. Su carne grasa y untuosa permite incluso
comerlas crudas.
Un vino: EM, sidra brut asturiana de Martínez Sopeña.
5. Centollo
Para
muchos es el marisco rey por sabor y textura. Vive en fondos rocosos y
arenosos, en ocasiones a gran profundidad. Su cuerpo redondo y su
caparazón espinoso lo hacen inconfundible. Los gallegos y asturianos son
los más apreciados. Como ocurre con otros mariscos, las hembras, especialmente si están llenas de huevas,
son más sabrosas. Se distinguen por la lengüeta que tienen en la parte
posterior del caparazón: triangular en los machos, redondeada en las
hembras. Se cuecen en agua con sal, introduciéndolos vivos en la
cacerola cuando el agua aún está fría y se dejan hervir entre 20 minutos
y media hora dependiendo del tamaño.
Un vino: Branco de Sta. Cruz, godello y otras uvas (Valdeorras).
6. Cigalas
Con
estos elegantes crustáceos de caparazón duro, color rojo brillante y
carne prieta se reproduce el viejo debate: ¿cocidas o a la plancha? De
ambas maneras están buenas. La plancha para las piezas grandes.
Las terciadas y pequeñas, mejor cocidas, sobre todo si son hembras y
tienen esa delicia que llamamos 'coral'. Se distinguen de los machos
porque estos tienen pinchos en la parte inferior de la cola. Como ocurre
con otros mariscos, buena parte de las que consumimos proceden de otros
mares, sobre todo de Irlanda. Pero en España, desde la costa
mediterránea hasta el Cantábrico, las tenemos de primera.
Un vino: La Calma, chenin blanc (Penedés).
7. Gambas
Aunque todo es opinable, la gamba es el más sabroso de los crustáceos. De ahí que sea, junto con el langostino, el marisco más popular para
los españoles, que dividen su afición entre la roja mediterránea y la
blanca que se captura, sobre todo, en el litoral onubense. Los
partidarios de la blanca la consideran más fina, más aristocrática. Los
de la roja opinan que es más intensa, más pasional, especialmente su
cabeza, de intenso sabor. También se divide la afición a la hora de
prepararlas: cocidas o a la plancha. Cuestión de gustos.
Un vino: Fino Tradición, palomino (Jerez).
8. Langostinos
Julio
Camba, al que no le gustaban mucho, dejó escrito que «los langostinos
son el plato predilecto de las cupletistas principiantas y de los
condenados a muerte». Le faltó añadir «de las bodas». Casi siempre
congelados porque nuestras aguas no producen cantidad suficiente para
abastecer el mercado español, donde son habituales en fiestas y
celebraciones. Los de más calidad son los de Sanlúcar, aunque no les van a la zaga los de Vinaroz
y otros puntos mediterráneos. Estos se venden frescos y a precios
altos, sin comparación con los de los importados, los más frecuentes.
Un vino: Solear en Rama, palomino (Manzanilla de Sanlúcar).
9. Mejillón
Con
sus valvas de color negro azulado y su carne anaranjada, el mejillón
resulta inconfundible. Casi todos los que consumimos proceden de su
cultivo, fundamentalmente de las rías gallegas ya que
Galicia es el mayor productor mundial de estos moluscos baratos y
sabrosos que admiten numerosas preparaciones en la cocina: sencillamente
al vapor, solos o con alguna salsa como la vinagreta; rellenos, también conocidos como 'tigres'; a la marinera; escabechados; en empanada; con arroz… y por supuesto enlatados, que son los más consumidos.
Un vino: Chivite Las Fincas Rosado, garnacha y tempranillo (Navarra).
10. Nécoras
Este crustáceo
de diez patas, dos de las cuales son sus pinzas, no siempre se valora
como merece. Se capturan con nasas, arte de pesca que consiste en un
cesto con cebo del que les resulta imposible salir. Se suelen encontrar
en zonas rocosas. Las mejores son las hembras, especialmente cuando
estas tienen corales, muy sabrosos. Igual que ocurre con los centollos,
se distinguen por la lengüeta que tienen en la parte posterior del
caparazón, con forma de pico en los machos, redonda en las hembras. La
mejor forma de prepararlas es introducirlas en agua fría con sal y
hervirlas durante cuatro o cinco minutos.
Un vino: Enate Chardonnay Fermentado en Barrica, chardonnay (Somontano).
11. Ostras
Consideradas
por muchos como la aristocracia de los moluscos, se disfrutan sobre
todo comiéndolas vivas. Seguramente porque, como escribe
Fernández-Armesto en su 'Historia de la comida', «la ostra, como toda la
comida cruda, resulta fascinante para nosotros porque es anómala:
constituye el regreso a un mundo precivilizado». Tienen fama las
francesas de Arcachon y las gallegas de Arcade, pero hay muchos orígenes. Además de crudas están muy buenas en escabeche.
Un vino: Claude Cazals, chardonnay (Champagne).
12. Percebe
Pese
a su peculiar aspecto estamos ante uno de los mariscos más sabrosos y
cotizados. La enorme dificultad para recogerlos en las rocas batidas por
el mar en las que viven fuertemente adheridos y su escasez son las
causas de que su elevado precio. Puro sabor a mar.
Basta medio minuto en agua con sal que ya esté hirviendo para
disfrutarlos. Hay quien los prefiere calientes, recién hervidos, y quien
opta por tomarlos templados. Los mejores suelen ser los cortos y
gruesos, procedentes del norte de Galicia y de Asturias.
Un vino: Zárate El Palomar, albariño (Rías Baixas).
EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - LA COCINA DOMINGO - LUNES - Doce mariscos y sus vinos ., fotos,.
Doce mariscos y sus vinos,.
Hemos seleccionado doce mariscos de los más habituales y doce vinos de distintas zonas y uvas adecuados para acompañarlos,.
España es el paraíso del marisco.
Por variedad y, sobre todo, por calidad. En nuestras aguas encontramos
crustáceos y bivalvos para satisfacer todos los gustos. Desde las
cotizadas ostras hasta los modestos mejillones, desde bogavantes y
centollos hasta las gambas rojas o blancas. En estos tiempos en que
tanto se valora el producto, los mariscos españoles son, en su conjunto,
los mejores del mundo. Y, salvo contadas excepciones, están al alcance
de todos. La lista de variedades es larguísima y daría para un tratado.
Por eso hemos seleccionado doce de los más habituales y doce vinos de distintas zonas y uvas adecuados para acompañarlos.
1. Almejas
Pocas cosas mejores que una buena almeja cruda,
regada con unas gotas de limón, con su profundo sabor marino y su
peculiar textura. La almeja es, además, muy agradecida en cocina, ya que
lo mismo protagoniza guisos –a la marinera, su preparación más
emblemática–, que acompaña pescados, arroces, fabas, fideos o alcachofas.
Este molusco bivalbo, que vive
enterrado en la arena, se cultiva sobre
todo en las rías gallegas. De los diversos tipos que se encuentran en el
mercado, las de más calidad son la 'fina' y la 'babosa'. La
primera es
más apreciada por su mayor tamaño y porque aguanta más tiempo viva.
Un vino: Mártires de Finca Allende, viura (Rioja).
2. Berberechos
Escribía Julio Camba que el berberecho es
marisco abundantísimo, pero tan sabroso como si fuera muy raro. Y es
que este molusco, a pesar de su calidad y su excepcional sabor a mar,
tal vez por su bajo precio, no ha sido muy reconocido. Los mariscadores
los capturan aprovechando la bajamar en los fondos arenosos de las rías.
De Galicia proceden los mejores. Se comen tradicionalmente al vapor, aunque no hay que despreciarlos crudos, con un chorrito de limón, o en empanada. Y en lata, claro.
Un vino: Quinta Apolonia de Belondrade, verdejo (Rueda).
3. Bogavante
Uno
de los crustáceos más codiciados. En las rías gallegas y en todo el
Cantábrico se capturan magníficos ejemplares que superan el kilo de
peso. Cocidos enteros, o bien a la plancha, abiertos por la mitad, están
buenísimos. Es un marisco caro ya que sólo se aprovecha la tercera
parte de su peso total. Muy ricos también con arroz o en salpicón.
Cuidado porque los bogavantes nacionales no abundan por lo que es
habitual que nos den otros procedentes de Canadá, sin punto de
comparación.
Un vino: Vallegarcía Viogner, viogner (Pago de Vallegarcía).
4. Camarones
El
más pequeño de los crustáceos es a la vez uno de los más exquisitos y
también de los más caros. Se captura en todos nuestros mares, aunque los
mejores son los de Galicia y el Cantábrico, con carne prieta y sabrosa.
Basta con hervirlos ligeramente en agua con sal durante cinco minutos.
En el Mediterráneo sur se conocen como quisquillas y también son
excepcionales, aunque escasean. Su carne grasa y untuosa permite incluso
comerlas crudas.
Un vino: EM, sidra brut asturiana de Martínez Sopeña.
5. Centollo
Para
muchos es el marisco rey por sabor y textura. Vive en fondos rocosos y
arenosos, en ocasiones a gran profundidad. Su cuerpo redondo y su
caparazón espinoso lo hacen inconfundible. Los gallegos y asturianos son
los más apreciados. Como ocurre con otros mariscos, las hembras, especialmente si están llenas de huevas,
son más sabrosas. Se distinguen por la lengüeta que tienen en la parte
posterior del caparazón: triangular en los machos, redondeada en las
hembras. Se cuecen en agua con sal, introduciéndolos vivos en la
cacerola cuando el agua aún está fría y se dejan hervir entre 20 minutos
y media hora dependiendo del tamaño.
Un vino: Branco de Sta. Cruz, godello y otras uvas (Valdeorras).
6. Cigalas
Con
estos elegantes crustáceos de caparazón duro, color rojo brillante y
carne prieta se reproduce el viejo debate: ¿cocidas o a la plancha? De
ambas maneras están buenas. La plancha para las piezas grandes.
Las terciadas y pequeñas, mejor cocidas, sobre todo si son hembras y
tienen esa delicia que llamamos 'coral'. Se distinguen de los machos
porque estos tienen pinchos en la parte inferior de la cola. Como ocurre
con otros mariscos, buena parte de las que consumimos proceden de otros
mares, sobre todo de Irlanda. Pero en España, desde la costa
mediterránea hasta el Cantábrico, las tenemos de primera.
Un vino: La Calma, chenin blanc (Penedés).
7. Gambas
Aunque todo es opinable, la gamba es el más sabroso de los crustáceos. De ahí que sea, junto con el langostino, el marisco más popular para
los españoles, que dividen su afición entre la roja mediterránea y la
blanca que se captura, sobre todo, en el litoral onubense. Los
partidarios de la blanca la consideran más fina, más aristocrática. Los
de la roja opinan que es más intensa, más pasional, especialmente su
cabeza, de intenso sabor. También se divide la afición a la hora de
prepararlas: cocidas o a la plancha. Cuestión de gustos.
Un vino: Fino Tradición, palomino (Jerez).
8. Langostinos
Julio
Camba, al que no le gustaban mucho, dejó escrito que «los langostinos
son el plato predilecto de las cupletistas principiantas y de los
condenados a muerte». Le faltó añadir «de las bodas». Casi siempre
congelados porque nuestras aguas no producen cantidad suficiente para
abastecer el mercado español, donde son habituales en fiestas y
celebraciones. Los de más calidad son los de Sanlúcar, aunque no les van a la zaga los de Vinaroz
y otros puntos mediterráneos. Estos se venden frescos y a precios
altos, sin comparación con los de los importados, los más frecuentes.
Un vino: Solear en Rama, palomino (Manzanilla de Sanlúcar).
9. Mejillón
Con
sus valvas de color negro azulado y su carne anaranjada, el mejillón
resulta inconfundible. Casi todos los que consumimos proceden de su
cultivo, fundamentalmente de las rías gallegas ya que
Galicia es el mayor productor mundial de estos moluscos baratos y
sabrosos que admiten numerosas preparaciones en la cocina: sencillamente
al vapor, solos o con alguna salsa como la vinagreta; rellenos, también conocidos como 'tigres'; a la marinera; escabechados; en empanada; con arroz… y por supuesto enlatados, que son los más consumidos.
Un vino: Chivite Las Fincas Rosado, garnacha y tempranillo (Navarra).
10. Nécoras
Este crustáceo
de diez patas, dos de las cuales son sus pinzas, no siempre se valora
como merece. Se capturan con nasas, arte de pesca que consiste en un
cesto con cebo del que les resulta imposible salir. Se suelen encontrar
en zonas rocosas. Las mejores son las hembras, especialmente cuando
estas tienen corales, muy sabrosos. Igual que ocurre con los centollos,
se distinguen por la lengüeta que tienen en la parte posterior del
caparazón, con forma de pico en los machos, redonda en las hembras. La
mejor forma de prepararlas es introducirlas en agua fría con sal y
hervirlas durante cuatro o cinco minutos.
Un vino: Enate Chardonnay Fermentado en Barrica, chardonnay (Somontano).
11. Ostras
Consideradas
por muchos como la aristocracia de los moluscos, se disfrutan sobre
todo comiéndolas vivas. Seguramente porque, como escribe
Fernández-Armesto en su 'Historia de la comida', «la ostra, como toda la
comida cruda, resulta fascinante para nosotros porque es anómala:
constituye el regreso a un mundo precivilizado». Tienen fama las
francesas de Arcachon y las gallegas de Arcade, pero hay muchos orígenes. Además de crudas están muy buenas en escabeche.
Un vino: Claude Cazals, chardonnay (Champagne).
12. Percebe
Pese
a su peculiar aspecto estamos ante uno de los mariscos más sabrosos y
cotizados. La enorme dificultad para recogerlos en las rocas batidas por
el mar en las que viven fuertemente adheridos y su escasez son las
causas de que su elevado precio. Puro sabor a mar.
Basta medio minuto en agua con sal que ya esté hirviendo para
disfrutarlos. Hay quien los prefiere calientes, recién hervidos, y quien
opta por tomarlos templados. Los mejores suelen ser los cortos y
gruesos, procedentes del norte de Galicia y de Asturias.
Un vino: Zárate El Palomar, albariño (Rías Baixas).
España es el paraíso del marisco. Por variedad y, sobre todo, por calidad. En nuestras aguas encontramos crustáceos y bivalvos para satisfacer todos los gustos. Desde las cotizadas ostras hasta los modestos mejillones, desde bogavantes y centollos hasta las gambas rojas o blancas. En estos tiempos en que tanto se valora el producto, los mariscos españoles son, en su conjunto, los mejores del mundo. Y, salvo contadas excepciones, están al alcance de todos. La lista de variedades es larguísima y daría para un tratado. Por eso hemos seleccionado doce de los más habituales y doce vinos de distintas zonas y uvas adecuados para acompañarlos.
1. Almejas
Pocas cosas mejores que una buena almeja cruda, regada con unas gotas de limón, con su profundo sabor marino y su peculiar textura. La almeja es, además, muy agradecida en cocina, ya que lo mismo protagoniza guisos –a la marinera, su preparación más emblemática–, que acompaña pescados, arroces, fabas, fideos o alcachofas. Este molusco bivalbo, que vive
enterrado en la arena, se cultiva sobre todo en las rías gallegas. De los diversos tipos que se encuentran en el mercado, las de más calidad son la 'fina' y la 'babosa'. La
primera es más apreciada por su mayor tamaño y porque aguanta más tiempo viva.
Un vino: Mártires de Finca Allende, viura (Rioja).
2. Berberechos
Escribía Julio Camba que el berberecho es marisco abundantísimo, pero tan sabroso como si fuera muy raro. Y es que este molusco, a pesar de su calidad y su excepcional sabor a mar, tal vez por su bajo precio, no ha sido muy reconocido. Los mariscadores los capturan aprovechando la bajamar en los fondos arenosos de las rías. De Galicia proceden los mejores. Se comen tradicionalmente al vapor, aunque no hay que despreciarlos crudos, con un chorrito de limón, o en empanada. Y en lata, claro.
Un vino: Quinta Apolonia de Belondrade, verdejo (Rueda).
3. Bogavante
Uno de los crustáceos más codiciados. En las rías gallegas y en todo el Cantábrico se capturan magníficos ejemplares que superan el kilo de peso. Cocidos enteros, o bien a la plancha, abiertos por la mitad, están buenísimos. Es un marisco caro ya que sólo se aprovecha la tercera parte de su peso total. Muy ricos también con arroz o en salpicón. Cuidado porque los bogavantes nacionales no abundan por lo que es habitual que nos den otros procedentes de Canadá, sin punto de comparación.
Un vino: Vallegarcía Viogner, viogner (Pago de Vallegarcía).
4. Camarones
El más pequeño de los crustáceos es a la vez uno de los más exquisitos y también de los más caros. Se captura en todos nuestros mares, aunque los mejores son los de Galicia y el Cantábrico, con carne prieta y sabrosa. Basta con hervirlos ligeramente en agua con sal durante cinco minutos. En el Mediterráneo sur se conocen como quisquillas y también son excepcionales, aunque escasean. Su carne grasa y untuosa permite incluso comerlas crudas.
Un vino: EM, sidra brut asturiana de Martínez Sopeña.
5. Centollo
Para muchos es el marisco rey por sabor y textura. Vive en fondos rocosos y arenosos, en ocasiones a gran profundidad. Su cuerpo redondo y su caparazón espinoso lo hacen inconfundible. Los gallegos y asturianos son los más apreciados. Como ocurre con otros mariscos, las hembras, especialmente si están llenas de huevas, son más sabrosas. Se distinguen por la lengüeta que tienen en la parte posterior del caparazón: triangular en los machos, redondeada en las hembras. Se cuecen en agua con sal, introduciéndolos vivos en la cacerola cuando el agua aún está fría y se dejan hervir entre 20 minutos y media hora dependiendo del tamaño.
Un vino: Branco de Sta. Cruz, godello y otras uvas (Valdeorras).
6. Cigalas
Con estos elegantes crustáceos de caparazón duro, color rojo brillante y carne prieta se reproduce el viejo debate: ¿cocidas o a la plancha? De ambas maneras están buenas. La plancha para las piezas grandes. Las terciadas y pequeñas, mejor cocidas, sobre todo si son hembras y tienen esa delicia que llamamos 'coral'. Se distinguen de los machos porque estos tienen pinchos en la parte inferior de la cola. Como ocurre con otros mariscos, buena parte de las que consumimos proceden de otros mares, sobre todo de Irlanda. Pero en España, desde la costa mediterránea hasta el Cantábrico, las tenemos de primera.
Un vino: La Calma, chenin blanc (Penedés).
7. Gambas
Aunque todo es opinable, la gamba es el más sabroso de los crustáceos. De ahí que sea, junto con el langostino, el marisco más popular para los españoles, que dividen su afición entre la roja mediterránea y la blanca que se captura, sobre todo, en el litoral onubense. Los partidarios de la blanca la consideran más fina, más aristocrática. Los de la roja opinan que es más intensa, más pasional, especialmente su cabeza, de intenso sabor. También se divide la afición a la hora de prepararlas: cocidas o a la plancha. Cuestión de gustos.
Un vino: Fino Tradición, palomino (Jerez).
8. Langostinos
Julio Camba, al que no le gustaban mucho, dejó escrito que «los langostinos son el plato predilecto de las cupletistas principiantas y de los condenados a muerte». Le faltó añadir «de las bodas». Casi siempre congelados porque nuestras aguas no producen cantidad suficiente para abastecer el mercado español, donde son habituales en fiestas y celebraciones. Los de más calidad son los de Sanlúcar, aunque no les van a la zaga los de Vinaroz y otros puntos mediterráneos. Estos se venden frescos y a precios altos, sin comparación con los de los importados, los más frecuentes.
Un vino: Solear en Rama, palomino (Manzanilla de Sanlúcar).
9. Mejillón
Con sus valvas de color negro azulado y su carne anaranjada, el mejillón resulta inconfundible. Casi todos los que consumimos proceden de su cultivo, fundamentalmente de las rías gallegas ya que Galicia es el mayor productor mundial de estos moluscos baratos y sabrosos que admiten numerosas preparaciones en la cocina: sencillamente al vapor, solos o con alguna salsa como la vinagreta; rellenos, también conocidos como 'tigres'; a la marinera; escabechados; en empanada; con arroz… y por supuesto enlatados, que son los más consumidos.
Un vino: Chivite Las Fincas Rosado, garnacha y tempranillo (Navarra).
10. Nécoras
Este crustáceo de diez patas, dos de las cuales son sus pinzas, no siempre se valora como merece. Se capturan con nasas, arte de pesca que consiste en un cesto con cebo del que les resulta imposible salir. Se suelen encontrar en zonas rocosas. Las mejores son las hembras, especialmente cuando estas tienen corales, muy sabrosos. Igual que ocurre con los centollos, se distinguen por la lengüeta que tienen en la parte posterior del caparazón, con forma de pico en los machos, redonda en las hembras. La mejor forma de prepararlas es introducirlas en agua fría con sal y hervirlas durante cuatro o cinco minutos.
Un vino: Enate Chardonnay Fermentado en Barrica, chardonnay (Somontano).
11. Ostras
Consideradas por muchos como la aristocracia de los moluscos, se disfrutan sobre todo comiéndolas vivas. Seguramente porque, como escribe Fernández-Armesto en su 'Historia de la comida', «la ostra, como toda la comida cruda, resulta fascinante para nosotros porque es anómala: constituye el regreso a un mundo precivilizado». Tienen fama las francesas de Arcachon y las gallegas de Arcade, pero hay muchos orígenes. Además de crudas están muy buenas en escabeche.
Un vino: Claude Cazals, chardonnay (Champagne).
12. Percebe
Pese a su peculiar aspecto estamos ante uno de los mariscos más sabrosos y cotizados. La enorme dificultad para recogerlos en las rocas batidas por el mar en las que viven fuertemente adheridos y su escasez son las causas de que su elevado precio. Puro sabor a mar. Basta medio minuto en agua con sal que ya esté hirviendo para disfrutarlos. Hay quien los prefiere calientes, recién hervidos, y quien opta por tomarlos templados. Los mejores suelen ser los cortos y gruesos, procedentes del norte de Galicia y de Asturias.
Un vino: Zárate El Palomar, albariño (Rías Baixas).
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